Época del Barroco

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Introducción
El Barroco fue un perÃ−odo de la historia en la cultura occidental que produjo obras en el campo de la
literatura, la escultura, la pintura, la arquitectura, la danza y la música. Abarca desde el año 1600 hasta el
año 1750, aproximadamente.
En esta época la Iglesia Católica Europea tuvo que reaccionar contra movimientos revolucionarios
culturales que produjeron una nueva ciencia y una religión disidente: la Reforma Protestante. Fue un
movimiento cultural e ideológico que se desarrolla en Europa, especÃ−ficamente en España. Donde se dio
con más intensidad y duración debido a la fuerza de la Iglesia Católica y del Tribunal del Santo Oficio,
institución conocida como “La Inquisición”.
Situación de España en el siglo XVII
Para España es un perÃ−odo de decadencia durante el cual se produce la paulatina desmembración del
Imperio forjado en el siglo XVI.
Aspecto polÃ−tico
PolÃ−tica exterior:
El duque de Lerma, adoptó una postura pacifista y logró acabar con todos los conflictos heredados del
Reinado de Felipe II. Pese a ello, España se involucró en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648),
por lo que sufrió graves derrotas militares.
Francia aprovechó la debilidad militar española y ejerció una continua presión expansionista. Por ello, la
Corona Española perdió buena parte de sus posesiones en Europa. Consecuentemente, gracias a los
conflictos que tuvo, España quedó liquidada.
PolÃ−tica interior:
En el interior del paÃ−s, la crisis no fue menos importante. El duque de Lerma procedió a la expulsión de
los moriscos -musulmanes bautizados -, quienes eran los mejores agricultores y artesanos del paÃ−s; con lo
que arruinaron las tierras de regadÃ−o del litoral. Y la generalización de la corrupción administrativa; ya
que en zonas donde los moriscos habÃ−an sido una amplia minorÃ−a, como Valencia y Aragón, ocurrió
inmediatamente una catástrofe económica; pero también en los lugares en los que habÃ−a en número
reducido su ausencia significó una dislocación económica. Puesto que, en esas partes, los ingresos de los
impuestos bajaron y el rendimiento agrÃ−cola disminuyó.
Posteriormente, la polÃ−tica centralista -sistema de organización estatal cuyas decisiones de gobierno son
únicas y emanan de un mismo centro, sin tener en cuenta las diferentes culturas o pueblos a quienes afectan
-provocó numerosas sublevaciones en Cataluña, AndalucÃ−a, Nápoles y Sicilia. La rebelión catalana
fue sofocada en el año 1652, mientras que la sublevación portuguesa desembarcó en la independencia de
dicho paÃ−s.
Aspecto económico
El empeoramiento de la economÃ−a frena el ascenso de la burguesÃ−a. Los campesinos abandonaron el
campo para buscar trabajo en las ciudades, que se llenan de mendigos, pÃ−caros y delincuentes. La nobleza y
el clero, apoyados por la monarquÃ−a, refuerzan su poder.
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La crisis económica llevó al descenso del oro que llegaba de América, el coste de los conflictos
bélicos, el desmoronamiento de la agricultura y el derroche de la corte. Todo ello provocó varias
bancarrotas y el empeoramiento del paÃ−s.
Aspectos sociales
España sufrió una grave crisis demográfica, consecuencia de la expulsión de casi trecientos mil
moriscos y la mortalidad provocada por las continuas guerras, el hambre y la peste.
La sociedad española era una sociedad escindida: la nobleza y el clero conservaron tierras y privilegios,
mientras que los campesinos sufrieron en todo su rigor la crecida económica.
La jerarquización y el conservadurismo social difundieron el paso de un estamento a otro y solo algunos
burgueses lograron acceder a la nobleza. Se ofrecÃ−a al estado llano, o sea, la clase más baja, pasar a
engrosar las filas del clero, para obtener los beneficios que la sociedad concedÃ−a a los estamentos
privilegiados. Este hecho trajo como consecuencia que se duplicara el número de eclesiásticos en
Europa.
Denominación de la época
A este perÃ−odo se le comienza a llamar “Barroco” desde el siglo XVII, hasta principios del siglo XVIII. La
palabra Barroco proviene del término portugués barrueco, que en el siglo XVI designaba una perla de
forma irregular. Pero es a mediados del siglo XVIII cuando el vocablo comienza a aplicarse a las artes con
sentido evidentemente peyorativo, atribuido por crÃ−ticos neoclásicos, que no supieron comprender esta
literatura, a la que tildaban de confusa, inconsistente, de artificio, de engaño, de capricho de la naturaleza,
de extravagancia del pensamiento, etc., para subrayar el exceso de énfasis y abundancia de ornamentación,
a diferencia de la racionalidad clara y sobria de la ilustración.
Fue, finalmente, rehabilitado en 1888 por el historiador alemán de arte Heinrich Wolffin (1864-1945),
quien identificó el Barroco como oponente al Renacimiento y como una clase diferente dentro del arte
“elaborado”.
Comienzo del Barroco
El Barroco surgió como reacción contra el movimiento de la Reforma Protestante, la cual fue originada
por la predicación del sacerdote católico MartÃ−n Lutero, que rechazaba el complejo sistema sacramental
de la Iglesia Católica Medieval, que permitÃ−a y justificaba exageraciones como la “venta de indulgencias”.
El modo de reacción fue a través de la Contrarreforma Católica que tenÃ−a por objetivo renovar la
Iglesia, y evitar el avance de las doctrinas protestantes, implementando el nombramiento de cardenales y
obispos de gran integridad moral y la creación de seminarios en muchas de las diócesis; utilizó las artes
como vÃ−a para poder llegar a la gente, por ejemplo, la edificación de templos con profusión de escultura;
éste fue el método más efectivo y el que más se utilizó para recapturar creyentes y fortalecer su Fe.
La Fe católica tras la Contrarreforma tuvo dos vertientes:
• La idea de un Dios temible que utiliza el castigo.
• La piedad popular y la experiencia religiosa individual, que dio como resultado la “creación” de
figuras como Teresa de Jesús -religiosa, mÃ−stica, escritora española, fundadora de las Carmelitas
Descalzas -; Juan de la Cruz -poeta, mÃ−stico y religioso, Patrono de los Poetas en Lengua
Española -; e Ignacio de Loyola -religioso español y fundador de la “CompañÃ−a de Jesús”,
también militar y poeta, fue declarado Santo por la Iglesia Católica -.
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Fuentes de inspiración del Barroco
La actitud serena y vitalista propia del Renacimiento deja paso, en el Barroco, a un profundo sentimiento de
inestabilidad que lleva al hombre al pesimismo y al desengaño. La artificiosidad y el desequilibrio
presentes en el arte, se derivan de esta angustiosa y escéptica visión del mundo.
El alejamiento de los modelos clásicos, que habÃ−an representado en le renacimiento la armonÃ−a y el
orden, es una manifestación de la incomprensión de la existencia.
Etapas del Barroco
Manierismo
Es el perÃ−odo que abre el ciclo barroco, tiene lugar entre 1570 y 1610, y designa la transición entre dos
grandes épocas artÃ−sticas: el Renacimiento y el Barroco Clásico. Este perÃ−odo se originó en
Venecia, debido a los mercaderes, y en Roma, gracias a los Papas Julio II y León X, pero finalmente se
extendió hasta España, Europa central y Europa del norte.
A esta etapa se la conoce como Manierismo, término originado por los tratadistas de arte italiano para
nominar a los numerosos imitadores de la “maniera” de Miguel Ôngel, quienes repitieron las fórmulas del
genial artista, acentuando la estilización elegante y artificiosa.
Es un estilo pre-barroco que exagera las formas renacentistas sin abandonar los temas de esa época. El
Manierismo hace gala de intelectualismo rebuscado, sólo entendible en cÃ−rculos selectos, por ello su
carácter cortesano, no es arte popular sino, un arte aristocrático.
Su imitación por lo clásico es sólo externa, ya que disimula un profundo distanciamiento de lo
greco-romano, provocado por la inestabilidad y la ruptura de valores que los acontecimientos históricos
inmediatos han producido. En España, la decadencia polÃ−tica parece motivar los deseos de estos escritores
para llamar la atención por medio de un lenguaje aristocrático, cuya simbologÃ−a es complicada y obliga
al lector a hacer un mayor esfuerzo interpretativo. El escritor manierista desplegará una asombrosa y
pirotécnica riqueza verbal para expresar mÃ−nimos contenidos.
El Culteranismo es una tendencia manierista, cuyo mejor cultor fue Luis de Góngora y Argote. Su estilo
—llamado Culterano por analogÃ−a con Luterano—, se caracterizó por romper el equilibrio entre fondo y
forma al dar un mayor desarrollo a la expresión, en oposición a una temática mÃ−nima. Dicha tendencia,
fue la suprema manifestación de esta etapa.
Barroco Clásico
Nace como consecuencia del desastroso imperio que llevaba a cabo Felipe III, donde revueltas, bandidaje y
descontento hace de España un gigante con pies de barro a principios del 1600. Esta etapa se da entre 1610
y 1630. El Quijote es el mayor referente, reflejando con lucidez ese mundo de tensiones y claros-oscuros.
Esta cosmovisión, caracteriza a los nuevos temas literarios: la belleza en contraste con lo monstruoso, la
soledad, la fugacidad de lo creado, la muerte, la esencia y apariencia. A diferencia del Manierismo, el Barroco
Clásico admite en su seno todos los niveles de la lengua y no únicamente lo artificioso y cortesano.
Refleja un cúmulo de tensiones que ahogan al hombre del siglo XVII y, por eso, es un arte popular,
accesible a la comprensión de todos. Ejemplos de esta tendencia son el teatro de Lope de Vega y el Quijote
de Cervantes.
Barroquismo
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Es la última etapa de este perÃ−odo, que tiene lugar entre 1630 y 1670. A base del Culteranismo de
Góngora, se desarrolló el Conceptismo, un estilo que le daba mayor prioridad al contenido,
profundizándolo, en oposición a una expresión cada vez más ceñida. Aunque se considere al
Culteranismo y Conceptismo como estilos contrarios, no existe separación tan tajante, dado que el
Culteranismo posee pie conceptista ya que surge de la aplicación del concepto.
Los conceptistas basan la dificultad en la agudeza verbal, mediante el uso de juegos de palabras,
paranomasias, anagramas, disociaciones, dilogÃ−as, retruécanos, zeugmas, es decir, conceptos.
Sus principales exponentes literarios son Francisco de Quevedo y Calderón de la Barca, grupo que marca la
disolución del perÃ−odo barroco.
Culteranismo y Conceptismo
El Culteranismo y el Conceptismo son dos tendencias literarias completamente opuestas, pero que persiguen
el mismo fin: romper el equilibrio clásico.
Culteranismo
Es una corriente que se basa principalmente en la forma de las palabras.
CaracterÃ−sticas:
• La forma prevalece sobre el contenido. Lo importante no es lo que se dice, sino la manera complicada
y difÃ−cil de decirlo.
• Se utiliza un léxico culto, con numerosos latinismos, hipérbatos, perÃ−frasis, cultismos, etc.
• Se utilizan metáforas complicadas y artificiosas.
• En los poemas, aparecen frecuentes elementos de la mitologÃ−a clásica.
• Crea una lengua propiamente literaria y alejada del habla usual.
Autores:
• Luis de Góngora
Se distinguen dos etapas en su poesÃ−a:
—La primera (hasta 1610): Abundan las composiciones en metros tradicionales (letrillas, romances y
endechas) y los rasgos culteranos son menos marcados. Las obras que escribió durante esta etapa no fueron
tan trascendentes como las de su segunda etapa.
—La segunda (a partir de 1611): Abarca los poemas mayores, escritos en un estilo plenamente culterano
(sonetos). Es el llamado Góngora Oscuro.
• Obra poética:
—94 romances, por ejemplo: “Amarrado al duro banco” y “Angélica y Medoro”
—121 letrillas, por ejemplo: “Ôndame yo caliente y rÃ−ase la gente”.
—167 sonetos, por ejemplo: “La fábula de Polifemo y Galatea” y “Soledades”.
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• Fragmentos de Góngora:
[…] ¿Quién pues se maravilla de este hecho,
sabiendo que halla ya paso más llano,
la bolsa abierta el rico pelicano,
que el pelicano abierto el pecho? […]
de “Mientras Corinto, en lágrimas deshecho”, 1608, Primera etapa de Góngora.
[…]Treguas al ejercicio sean robusto
ocio atento, silencio dulce, en cuanto
debajo escuchas de dosel augosto
del músico jayán el fiero canto […]
de “Fábula de Polifemo y Galatea”, 1612, Segunda etapa de Góngora.
Conceptismo
Se basa en el significado o concepto de la palabra.
CaracterÃ−sticas:
• Basado en la asociaciones ingeniosas de ideas y conceptos.
• Se busca la expresión artificiosa y sutil, es decir, utilizando los mÃ−nimos elementos.
• Se emplean recursos semánticos: sÃ−mbolos, juegos de palabras, antÃ−tesis, paradojas,
hipérboles, metáfora, ironÃ−a, etc.
Autores:
• Baltasar Garcián (en prosa)
Algunas de las caracterÃ−sticas de su estilo literario son:
—Construido a partir de sentencias breves muy personales, concentradas y polisémias.
—Domina el juego de palabras y las asociaciones ingeniosas entre éstas y las ideas.
—Lenguaje lacónico, lleno de aforismos y con una gran inquereza de significados.
—Prevalecen las apariencias frente a la virtud y la verdad.
• Obra poética:
Se caracteriza por la +elipsis y la concentración de un máximo de significados en un mÃ−nimo de forma.
La poesÃ−a está conformada por oraciones independientes y breves separadas por signos de puntuación.
Predomina la yuxta posición y la coordinación.
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Sus obras más importantes son:
—“El discreto”
—“El criticón”
—“El héroe”
—“Oráculo manual y arte de prudencia”
—“El polÃ−tico”
• Fragmento de Garcián:
[…] Opongo un rey a todos los pasados; propongo un rey a todos los enideros: don Fernando el católico,
aquel gran maestro del arte de reinar, el oráculo mayor de la Razón de Estado […] de “El PolÃ−tico”,
1640.
• Francisco de Quevedo (en poesÃ−a):
Nació en Madrid en 1580 y murió en Ciudad Real en 1645.
• Obra poética:
Sus poesÃ−as que aparecieron póstumas en el “Parnaso español” (1648) y “Las tres últimas musas”
(1670) son de orientación conceptista. En ellas se muestra el ingenio expresivo, el juego de ideas o
conceptos, las antÃ−tesis, las paradojas, etc.
Sus poemas podrÃ−an clasificarse en tres grupos:
—Tema filosófico-moral: Expresan pesimismo y la visión del mundo y la vida. Algunos ejemplos son:
“Fue sueño ayer, mañana será tierra” y “Miré los muros de la patria mÃ−a”.
—Tema amoroso: Quevedo escribió muchos poemas de amor que seguÃ−an la tradición petrarquista. Los
mejores poemas de este grupo son aquellos en los que apareció unido el tema del amor y la muerte. Algunos
ejemplos son los sonetos “Cerrar podrá mis ojos a la postrera” y “El hielo abrasador, es fuego helado”.
—Tema satÃ−rico y burlesco: Es la faceta más conocida de Quevedo, hacia la que se sentÃ−a predispuesto
por su capacidad para jugar con las palabras e ideas. Algunas de sus famosas letrillas son: “Poderoso caballero
es Don Dinero” y “Sabed vecinas” y el conocido soneto “Ã rase un hombre a una nariz pegado”.
Las dos principales obras en prosa de Quevedo son:
—“El buscón” (1626)
—“Sueños” (1627)
• Fragmento de Quevedo:
[…] Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa, soy peligro sumo;
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y mientras con mis armas me consumo,
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra. […]
de “Fue sueño ayer, mañana será tierra”,
Cervantes y El Quijote
Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547 y falleció en Madrid en 1616. Estuvo varias
veces encarcelado y a partir de 1906, tras el éxito de la publicación del Quijote, en 1605, se establece
definitivamente en Madrid. Es entonces cuando escribe las “novelas ejemplares” en 1613, la segunda parte del
Quijote (1615) y “Persiles y Sigismunda” (1616). En una primera etapa de su actividad literaria, Cervantes
cultivó la poesÃ−a, el teatro y la novela pastoril. De sus comedias destacan “La Numancia”, “Los tratos de
Argel y Pedro de Urdemalas”, y de los entremeses, “El retablo de las maravillas” y “Las cuevas de
Salamanca”.
La obra más universal de Cervantes, una de las grandes creaciones literarias, es la novela “El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha”, cuya primera parte apareció en 1605 y la segunda en 1615. Su
propósito más aparente parece haber sido el de escribir una sátira contra los libros de caballerÃ−as, luego
la obra se hace más compleja y da origen, posteriormente, a toda clase de interpretaciones desde los más
diversos enfoques hasta llegar a nuestros dÃ−as.
El punto de arranque del Quijote es la historia de un modesto hidalgo, Alonso Quijano, que vive en una
perdida aldea de La Mancha y que a fuerza de leer novelas de caballerÃ−a pierde su juicio y se embarca en
una serie de aventuras a fin de reparar injusticias y rescatar “la gloria de la inmortal caballerÃ−a”.
El Barroco y El Quijote
Con la publicación de la obra “El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”, se inicia la época del
Barroco, es la primera novela moderna. El pesimismo y el desengaño, caracterÃ−sticos del Barroco, se
ven reflejados en la parodia e ironÃ−a que utiliza. AsÃ− como también la actitud del Quijote va acorde, o
bien es la misma, que la del resto de las obras de los escritores del Barroco. Utiliza la evasión como una de
las actitudes más marcadas, al igual que la sátira de la realidad.
El Barroco es una época en la que los hombres han “perdido” la fe y que están en una profunda crisis, por
eso es que Cervantes acude a la época de caballerÃ−a para mostrar, con humor, la marcada diferencia entre
una época y la otra, o sea, entre la época medieval y la de su tiempo.
Más allá de la sátira de la realidad, las hazañas y las aventuras del Quijote, son contadas con mucho
realismo lo que le da credibilidad a la obra.
Las artes plásticas en el Barroco
El Barroco realmente expresó nuevos valores, en literatura es abundante el uso de la metáfora y la
alegorÃ−a. Representa un estado de ánimo diferente, más cerca del romanticismo que del Renacimiento,
aún cuando es un movimiento que nace al mismo tiempo que éste último, en algunos paÃ−ses.
Todo fue enfocado alrededor del hombre individual, como una reacción directa entre el artista y su cliente.
El arte se hace menos distante de las personas, solicitando el vacÃ−o cultural que solÃ−a guardar.
La arquitectura española fusionó las tendencias góticas y románticas con las técnicas de la
construcción y de la decoración árabe, desarrollando asÃ− un estilo barroco de gran ornamentación, y
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cuyos rasgos únicos se difundieron por toda América.
Cada una de las Bellas Artes tiene representantes en este movimiento cultural:
• Música: Antonio Vivaldi, Joham Sebastian Bach y George Friedrich Händel, entre otros.
• Pintura: El Greco (1541-1614), fue un artista de origen griego, que vivió en Toledo y que creó
delgadas figuras fantasmales con grandes contrastes de color. Diego Velázquez (1559-1660), artista
sevillano reconocido como uno de los grandes pintores de todos los tiempos. Esteban Murillo
(1617-1682), quien registró con maestrÃ−a escenas de la vida cotidiana de la sociedad española
del momento.
—Pintura (italiana): Pietro da Cortona, Caravaggio y los Carracci, etc.
• Escultura (italiana): Bernini, por ejemplo.
• Arquitectura: Bernini, Borromini y Juan Gómez de Mora, son algunos.
Obras Barrocas
A continuación se presentan algunas de las bastas obras de pintura y literatura que fueron creadas durante
éste perÃ−odo.
Literatura
A una nariz
De Francisco de Quevedo
à rase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
à rase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce Tribus de narices era.
à rase un naricÃ−simo infinito,
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muchÃ−simo nariz, nariz tan fiera
que en la cara de Anás fuera delito.
A una nariz es un soneto satÃ−rico escrito en el siglo XVII por Francisco de Quevedo parodiando la nariz de
Luis de Góngora.
La estructura de este poema es radial, ya que en cada verso el poeta menciona un objeto distinto que se
relaciona metafóricamente con el tema central. Tiene abundancia de alegorÃ−as que conforman una imagen
sarcástica y ofensiva e hipérboles en donde se exagera una caracterÃ−stica fÃ−sica (el tamaño de la
nariz).
• Sayón y Escriba, son palabras que aluden a los judÃ−os —Luis de Góngora lo era—, tan mal vistos
en la época de Quevedo.
• Se entiende por peje, mal sujeto, y al vincularlo con un pez espada, produce una paranomasia en tono
despectivo.
• Era un reloj de sol mal encarado, es otra metáfora donde se refiere a la nariz, con relación al
rostro, como la regla larga de un reloj.
• Por alquitara pensativa, se entiende que el poeta, lo ve como una caldera de la que fluye lÃ−quido.
• Compara a la nariz con la de un paquidermo, estando éste patas arriba.
• Ovidio Nasón, alude directamente al poeta latino, utilizando el superlativo de naso (nariz).
• Espolón describe la forma puntiaguda y alargada de la nariz, y la confronta luego con la forma de
una pirámide.
• Pero la mayor agudeza verbal se presenta en el último verso: tan desproporcionada era la nariz que
aún resultarÃ−a ofensiva en un judÃ−o ñato, Anás, cuyo nombre Quevedo interpreta como a
(sin) -nas (nariz).
Soneto
De Luis de Góngora
La dulce boca que a gustar convida
un humor entre perlas destilado
y a no invidiar aquel licor sagrado
que a Júpiter ministra el garzón de Ida,
amantes no toquéis, si queréis vida;
porque entre un labio y otro colorado
Amor está, de su veneno armado,
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cual entre flor y flor sierpe escondida.
No os engañen las rosas, que a la aurora
diréis que, aljofaradas y olorosas,
se le cayeron del purpúreo seno;
manzanas son de Tántalo, y no rosas,
que después huyen del que incitan ahora,
y sólo del Amor queda el veneno.
Góngora, en acuerdo con la época y su estilo, crea un soneto muy pesimista, cuyo tema principal es el
amor, pero no con una perspectiva feliz de él, sino todo lo contrario. Hace uso de alegorÃ−as y
advertencias, hacia los enamorados, con el objeto de que sean precavidos con este sentimiento. Aparecen,
también, alusiones mitológicas. En sÃ−ntesis, es una visión sombrÃ−a y negativa de lo que queda
después del afecto.
El poema posee todas las caracterÃ−sticas manieristas:
• Imitación por lo clásico: el soneto sigue de cerca a uno de Torcuato Tasso sobre el mismo tema.
• Exuberancia de relaciones mitológicas: “el garzón de Ida” es Ganimedes, copero de Júpiter,
“Tántalo” fue condenado en los infiernos por no poder alcanza los frutos, que se retiraban cuando
los iba a tocar.
• Visión plástica de la naturaleza: “las rosas […] aljofaradas y olorosas, que, se le creyeron del
purpúreo seno”.
• Vocabulario rico en neologismos: “ministra”, “aljofaradas”, “purpúreo”.
• Figuras retóricas atrevidas y novedosas: “un humor entre perlas destilado” (metáfora del beso),
“la dulce boca […] convida” (personificación),”entre un labio y otro colorado” (alusión), “que
después huyen del que incitan ahora” (antÃ−tesis).
Pintura
El jardÃ−n del amor o El jardÃ−n de las gracias
La escena representa una fiesta que se celebra en un parque. El parque parece ser que es el de la casa del
propio Rubens, en Amberes.
Diversas figuras femeninas y masculinas se encuentran en actitud relajada y satisfecha, unas sentadas y otras
de pie, cercanas a una fuente dedicada a la diosa Juno, protectora del matrimonio. A su alrededor revolotean
los clásicos amorcillos o putti (término que se da en arte a estas figuras). El papel simbólico de los
amorcillos es el del amor y se les suele representar como en este caso, disparando flechas, arrojando flores o
portando coronas.
Se cree que con este asunto Rubens trata de hacer un homenaje a su esposa, representando una fiesta
conmemorativa. Algunos autores aseguran que el caballero de la izquierda es un autorretrato del autor y la
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dama que vemos en la parte central, apoyando su brazo sobre otra dama es Elena Fourment, con la que
acababa de casarse.
Coronación de la Virgen
La composición de las figuras es triangular, con el vértice invertido, siguiendo la moda de la época,
dando la sensación de un gran equilibrio y armonÃ−a de lÃ−neas. El protagonismo es para la imagen de
MarÃ−a cuyo rostro se presenta con los ojos bajos, la nariz recta y los labios perfilados. La expresión es de
modestia, de reverencia y emoción. La composición del cuadro en conjunto, tanto por el color como por la
forma, recuerda un corazón. La actitud de la Virgen, señalando con su mano derecha su propio corazón,
refuerza esta idea y mueve a la piedad.
A la derecha del espectador está Dios Padre, representado con gran dignidad como un viejo bondadoso. A la
izquierda está Jesucristo, con largos cabellos, en actitud de coronar la cabeza de la Virgen. Y en el centro, la
representación del EspÃ−ritu Santo, bajo la forma de una paloma blanca. Estas tres Personas, a la misma
altura, a lo lago de una hipotética lÃ−nea que define la base del triángulo (representando el mismo rango
de supremacÃ−a en la Divinidad).
Son dignos de destacar los angelitos que rodean a la Virgen por la parte de abajo del cuadro.
El Renacimiento y el Barroco
LÃ−rica
Renacimiento
Predominó la incorporación del endecasÃ−labo y estrofas como la “lira”. Resaltan las elegÃ−as, las
canciones y los sonetos.
Barroco
Se va complicando el verso, recargándose de voces insólitas y de una sintaxis retorcida, por eso surge el
culteranismo y el conceptismo.
Narrativa
Renacimiento
La prosa estaba dividida en dos tipos:
• la que busca la naturalidad y rehúye afección, por ejemplo “Diálogo de la lengua”, de Juan de
Valdés;
• la que se complace en la complicación formal y la sintaxis retorcida con el énfasis que tomará en
el barroco, por ejemplo “Menosprecio de corte”, de Antonio de Guevara.
Este perÃ−odo está protagonizado por las novelas de caballerÃ−a y la picaresca, siendo ésta última
prácticamente prohibida y poco difundida.
Barroco
Surge la novela moderna, que se caracteriza por el realismo o la verosimilitud, los personajes redondos -no
hay un héroe, solo personajes que evolucionan su carácter a lo largo de la obra -.
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La novela picaresca llega, por fin, a ser difundida y por eso constituye uno de los géneros principales. La
novela cortesana también es importante en ésta época, aunque llega a confundirse con la picaresca.
Dramática
Renacimiento
Posee numerosos lÃ−ricos y se intercalan antológicas cancioncillas tradicionales. Predominan las comedias
de a capa y espada.
Barroco
Alcanza, al igual que la literatura, su máximo apogeo, en él se funden el poeta culto y el popular.
Se modificó la “acción en prosa” en cinco actos, de larga gestión.
à tems / à pocas
Renacimiento
Barroco
(abajo) / (derecha)
Forma y contenido
Revalorizaciones
Recursos de estilo
Equilibrio y armonÃ−a
Clásico greco-latino
Uso medio
Lenguaje
Llano: naturalidad
Expresa
La alegrÃ−a de vivir
Desequilibrio e inestabilidad
Medieval, sin olvido de lo clásico
Multiplicidad y acumulación
Renovaciones: culturismos y
neologismos
El desengaño vital
Fuentes:
http://es.wikipedia.org/
http://ar.calipedia.com/literatura-castellana
MarÃ−a Luisa O. de Serrano Redonnet, Alicia Ch. de López Olaciregui, Stella M. L. de Caso Ward y Alicia
M. Zorrilla. 1993. Literatura IV: España en sus letras. Décima edición. Buenos Aires, Argentina. Ôngel
Estrada y CIA. S.A. ISBN 950-01-0017-7.
Enciclopedia Autodidáctica Océano Color. Editorial: océano grupo editorial. Impresa en España,
Barcelona, en 2003. Equipo editorial: Carlos Gispert, José Gay, José A. Vidal, Jaime Rovira, Esther
Amigó y Antonio Corpas.
Gran Diccionario Enciclopedico Visual. Editorial: Océano grupo editorial, en 1997. Impreso en España.
Equipo editorial: Carlos Gispert, José Gay, José A. Vidal y Santiago Guisán.
2011 2º B
12
Lengua y Literatura
à poca del Barroco
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“El jardÃ−n del amor” o “El jardÃ−n de la gracia” de Peter Paul Rubens
en 1630. Pintada al óleo sobre lienzo. Tamaño: 198 cm. x 283 cm.
Actualmente está en el Museo del Prado, Madrid, España.
“Coronación de la Virgen” de Diego
Velázquez, entre 1641 y 1644. Pintado al
óleo sobre lienzo. Tamaño: 176 cm. x 124
cm. Actualmente está en el Museo del Prado,
Madrid, España.
“Las Meninas” o “La familia de Felipe IV” de
Diego Velázquez, 1656. Pintada al óleo sobre
lienzo.
“El mendigo” o “Joven mendigo” de
Bartolomé Esteban Murillo (pintor barroco español). Refleja parte de la realidad de España durante el
siglo XVII.
Catedral de Valladoild, España. Su construcción comenzó en 1580 por Herreira e inaugurada en 1668.
“Luis de Góngora” pintado por
Diego R. de Silva y Velázquez
“Francisco de Quevedo”
pintado por Juan van der
Hamen, pero, considerado
copia de un retrato perdido
de Velázquez.
“Miguel de Cervantes”, retrato
atribuido a Juan de Jáuregui
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Don Quijote y Sancho engañados por los Duques.
Pintado por González Velázquez
“Johan Sebastián Bach”
retrato de Elias Gottlob
Haussmann en 1746, Museo
de la Ciudad de Leipzig.
“Bodas mÃ−sticas del Venerable Agnesio” de Juan de Juanes,
hacia 1553-1558. Ejemplo de pintura Renacentista.
“La Virgen del Rosario” de
Bartolomé Murillo. Ejemplo de
pintura barroca.
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