Universidad de Santiago de Chile Facultad de Química y Biología Licenciatura en Educación en Química y Biología La Electricidad en el Cuerpo Humano Nombre: Diego Saavedra M. Profesor: Cecilia Toledo V. Fecha: 1 de Julio de 2009 Licenciatura en Educación en Química y Biología Introducción Generalmente cuando hablamos sobre la electricidad, pensamos en ella como un fenómeno externo a nuestros cuerpos; por ejemplo el relámpago es un fenómeno natural y puede ser reproducido por la tecnología creada por el hombre, la cual funciona a partir de ésta. Sin embargo, hay una forma de electricidad que es muy frecuente en las criaturas vivas: la bioelectricidad. La Bioelectricidad se relaciona con los fenómenos eléctricos producidos en los organismos vivos. Es ésta la que permite a un tiburón trazar su ruta sobre el suelo marino y encontrar a sus presas o a una anguila eléctrica generar grandes campos eléctricos fuera de sus cuerpos. Son los fenómenos bioelectromagnéticos los que permiten a los pájaros migratorios viajar grandes distancias en la misma época cada año con una exactitud realmente sorprendente, sólo comparables con mapas y dispositivos de GPS. 1 El funcionamiento del cuerpo humano, en gran parte, se lleva a cabo gracias a la bioelectricidad. Nuestro organismo posee órganos dedicados a detectar impulsos electromagnéticos, tanto en el interior como en el exterior el cuerpo. Las glándulas pineal y pituitaria están involucradas directamente en la capacidad del cuerpo humano para detectar y de experimentar activamente fenómeno electromagnético. Por otro lado, el sistema nervioso se basa completamente en la capacidad de transmitir impulsos eléctricos y tiene como función la coordinación de todo el organismo. La Electricidad en el Cuerpo Humano El fenómeno excitatorio de los músculos de las patas de una rana, descubierto a finales del siglo XVII por Luigi Galvani, puso en evidencia la importancia de los fenómenos eléctricos en los organismos vivos. Aunque en un principio se pensó que se trataba de una clase especial de electricidad, se ratificó gradualmente que en realidad participaban únicamente las mismas cargas eléctricas usuales de la física. En los organismos con sistema nervioso, y específicamente en el hombre, las neuronas (células componentes del sistema nervioso) son los canales por los cuales se trasmite a los músculos las señales que comandan su contracción y relajación. A su vez, las neuronas también transmiten al cerebro las señales de los órganos internos, de la piel y de los transductores que son los órganos de los sentidos, señales como dolor, calor, textura, presión, imágenes, sonidos, olores y sabores. Los mecanismos de propagación de las señales por las neuronas, sin embargo, son muy diferentes a los de la conducción de electrones mediante cables eléctricos. Consiste principalmente en la modificación de las concentraciones de iones de sodio y de potasio a ambos lados de una membrana celular, generando así diferencias de potencial, variables a lo largo del interior de la neurona, los cuales se ven modificados en el tiempo, propagándose de un extremo a otro de la neurona a altas velocidades. Esquema representativo del movimiento de un impulso nervioso Por otro lado, las ondas electromagnéticas también son perceptibles por nuestro organismo, aunque no nos demos cuenta. Estas ondas capaces de influenciar en nuestro diario vivir son procesadas por la Glándula Pineal, la cual es un órgano del tamaño y forma de un piñón y se encuentra ubicado sobre la Glándula Pituitaria o Hipófisis. 2 Glándula Pineal La Glándula Pineal constituye la sede somática de un reloj biológico, que pone a punto la complicada maquinaria neuro-endocrina con relación a los ritmos y ciclos de la naturaleza a través de su hormona mensajera: la melatonina. Durante el renacimiento, René Descartes (1596-1650) consideró a la glándula pineal como el centro del alma y fue el primero en concebirla como un órgano integrador de los eventos externos, pues claro, en un principio se considerada como un órgano vestigial carente de importancia, la cual, en la actualidad, representa ser el principal órgano magnetorreceptores del cuerpo. Ésta glándula está situada en un lugar estratégico de la cabeza, concretamente en el centro geométrico del encéfalo. Desde un punto de vista evolutivo deriva del “Tercer Ojo” de los vertebrados inferiores, el cual, a lo largo del tiempo, se fue transformando paulatinamente en un órgano de secreción interna, cuya hormona principal es la melatonina. Según los estudios, la glándula Pineal es capaz de procesar 3 principales fenómenos electromagnéticos: La luz (a través de la retina, vía óptica accesoria, ganglio cervical superior, nervios conarios y glándula pineal) Las variaciones del campo geomagnético (incidiendo directamente) Señales de otros campos electromagnéticos originados en diferentes fuentes. A partir del procesamiento de estos fenómenos electromagnéticos, es posible la estabilización y sincronización del organismo en el medio. El foto periodo (luz-oscuridad), junto con los ritmos circadianos (día-noche) y los estaciónales, constituye la sincronización del organismo en el denominado “Reloj Biológico”, cuya acción se ve complementada por otros sincronizadores adicionales que se suman al campo geomagnético (como por ejemplo las micropulsaciones de origen extraterrestre, el sistema cavitatorio ionosférico y fuentes de campos electromagnéticos externo). Por otro lado, dado que los ritmos electromagnéticos de la vida evolucionan dentro de un estrecho margen natural, no sería de extrañar que pudieran existir interferencias entre ondas electromagnéticas rítmicas naturales y las originadas por la contaminación electromagnética de diversas fuentes 3 artificiales (como por ejemplo las líneas de alta tensión, radares, telefonía móvil, etc.) provocando un problema de compatibilidades electromagnética entre los seres vivos, en este caso el hombre, y los sistemas inventados por éste, teniendo un efecto completamente negativo para el hombre, el cual se puede apreciar claramente en síntomas comunes para personas que, por ejemplo, habitan cerca de antenas de radiocomunicaciones, o que se desenvuelven en ambientes con grandes índices de contaminación electromagnéticas, los cuales suelen padecer de falta de sueño o problemas para pernoctar, dolores de cabeza, irritabilidad, fatiga, dificultades visuales y ansiedad entre otros. Afortunadamente, estudios han demostrado que estos efectos son sólo temporales a corto plazo, lo cual no resultaría ser lo suficientemente nocivo para la salud. Por otro lado, la exposición prolongada y permanente a radiaciones electromagnéticas resultaría ser un problema bastante severo, ya que podría influir permanentemente en el organismo, como es el caso de los teléfonos celulares, los cuales, mediante sus ondas electromagnéticas, son capaces de producir pequeñas arritmias cardiacas si su uso llega a ser increíblemente prolongado. Algunos agentes capaces de alterar el ritmo electromagnético del organismo “En el gran concierto endocrino, la glándula pineal es el director de orquesta que sigue ordenadamente la partitura, constituyendo la luz su inspiración rítmica y acompasada”. En este sentido, la incidencia de otras radiaciones electromagnéticas no naturales provocaría un caos sinfónico, lo que los pinealólogos (especialistas en glándula pineal) denominan “cronopatía electromagnética interferencial” por alteración de la compatibilidad electromagnética entre el bioelectromagnetismo y la progresiva contaminación electromagnética. Bibliografía http://www.cronobio.es/ http://www.probicosl.com/ Elwood, M.J. (1999) A critical review of epidemiologic studies of radiofrequency exposure and human cancers. Environ Health Perpect 107 (Suppl 1): 155-68. Toronto Public Health. Health Concerns of Radio Frequency Fields Near Base Telephone Transmission Towers. Toronto: City of Toronto, November 1999 Serway, Electromagnetismo, Cuarta edición, McGRAW-HILL, 2000 4