Queridos niños que vienen con trajes y con caras rebosantes... quieren?

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ELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
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Sacerdote:
Queridos niños que vienen con trajes y con caras rebosantes de alegría, díganme, ¿qué
quieren?
Niños:
Niño:
Sacerdote:
Niños:
Queremos recibir a Jesús.
Padre, en nombre de mis compañeros le pido que nos acepte a la mesa del Señor para recibir el Cuerpo y la Sangre
de Jesús nuestro Pan de Vida. Sabemos que al recibirlo en comunión nos comprometemos a vivir en comunión con
nuestros hermanos y a vivir mejor las enseñanzas de Jesús.
¿Saben quién es Jesucristo?
Sí, Jesucristo es el Hijo de Dios, hecho hombre, que nació de la Virgen María .
Sacerdote:
Niños:
Sacerdote:
Niños:
¿Dónde está ahora Jesucristo?.
Sacerdote:
Pues bien, puesto que así lo desean, yo mismo en nombre de la Iglesia, les
concederé lo que piden. Y en adelante podrán recibir a Jesús en la comunión
como lo hacen las personas mayores. Entren pues en la casa de Dios. Jesús los
espera. Compartan su gozo y su dicha con sus padres, hermanos, abuelos y
demás seres queridos.
Jesucristo está ahora glorioso en el cielo y en el santísimo sacramento del Altar.
¿Qué le ha prometido Jesús a los que comulgan?
A los que comulgan Jesús les ha prometido la vida eterna, porque dijo: “El que come mi Carne y bebe mi Sangre
tiene la Vida Eterna y Yo le resucitaré en el último día”.
CANTO DE ENTRADA
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Sacerdote:
Todos: Amén.
En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Sacerdote:
El Señor esté con vosotros.
Todos: Y con tu Espíritu.
Bienvenidos todos a esta celebración. Hoy la Iglesia se viste de gala para recibir y
obsequiar a estos niños que desde este día participarán con mayor plenitud en la Eucaristía de los
domingos. Para que esta celebración no sea ni un plato de T.V., ni una feria de vanidades, sino un
acto religioso y cristiano, les pedimos y rogamos: atención, devoción y participación.
Guía:
Sacerdote:
Comencemos reconociendo que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios Todopoderoso y ante...
SEÑOR TEN PIEDAD
.Sacerdote:
Todos:
Gloria a Dios en el cielo,
Y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos,
te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre Todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten
piedad de nosotros. Porque sólo Tú eres Santo, sólo Tú Señor, sólo Tú Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo, en
la gloria de Dios Padre. Amén.
ORACIÓN:
Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu
pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados
misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos
constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas
en la unidad del Espíritu Santo.
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Primera Lectura.
Salmo Responsorial
Segunda lectura
INTERLECCIONAL
EVANGELIO
HOMILIA
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El Sacerdote hace la introducción y los niños dicen lo siguiente:
Niños:
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Jesús, muchas veces hemos dicho que te queremos de verdad y como nos enseñaste que te pidamos lo necesario,
te hemos hecho una lista de cosas que te queremos pedir:
Te lo pedimos Señor.
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Sacerdote:
Todos:
Madres:
Padres:
Para que el Señor envíe su Espíritu sobre la Iglesia, la llene de sus dones y la reúna en la unidad, roguemos al
Señor.
Por el papa, los obispos, los sacerdotes, por todos los que somos Iglesia, para que como Jesús nos
dediquemos a hacer el bien y a compartir todo, especialmente con los pobres y necesitados, roguemos al Señor.
Por todos los niños. Por los que no tienen casa, ni colegio. Por los que no tienen pan ni se alimentan bien.
Para que sean felices como nosotros, roguemos al Señor.
Por nuestros papás, hermanos y familiares. Para que sean cristianos de verdad y no de mentira. Y nos den
ejemplo y vengan con nosotros a la misa de los domingos, roguemos al Señor.
Por todos los de nuestro departamento, CUNDINAMARCA y nuestra ciudad Capital, para que la hagamos más
bonita y limpia, para que podamos estar a gusto y andar seguros por las calles de sus municipios, roguemos al
Señor.
Por nuestro Colegio, por los alumnos, profesores y directivos para que sean buenos y tengan paciencia con
nosotros, roguemos al Señor.
Por los niños que hoy hacemos la primera comunión para que sepamos dar ejemplo a los mayores y viéndonos
sean mejores, roguemos al Señor.
Señor, escucha la voz de estos niños, y que nuestras oraciones lleguen hasta Ti. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
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(Pan). Señor, Tú nos elegiste para dar vida y para hacer que nuestros hijos te conozcan y vivan una vida cristiana.
Te presentamos el pan, símbolo que será transformado en el alimento que Jesús nos da en la Eucaristía.
(Vino). Te presentamos, Señor, este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre. Te lo ofrecemos todos los padres
de familia que trabajamos para superar las dificultades familiares y vivir unidos con nuestros hijos y con los demás en
el amor y la paz. En la Eucaristía el vino de tu sangre será para nosotros bebida de salvación y fuerza de nuestra
unión.
Niño:
(Cuadernos). Te ofrecemos Señor, estos cuadernos de preparación como signo de nuestro empeño de querer seguir
a Jesús.
Niños:
(Luz). Gritamos Señor, eres nuestra luz. También nosotros iluminaremos a los demás.
Canto de ofertorio
Oración sobre las ofrendas
Concede, Señor, a tu iglesia el don de la paz y la unidad, significado en las ofrendas
sacramentales que te presentamos. Por Jesucristo nuestro Señor.
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Sacerdote:
Niños:
El Señor esté con vosotros.
Sacerdote:
Niños:
Levantemos el corazón.
Sacerdote:
Niños:
Demos gracias el Señor, nuestro Dios.
Sacerdote:
En verdad, Padre bueno, hoy estamos de fiesta: Nuestro corazón está lleno de
agradecimiento y con Jesús, te cantamos nuestra alegría.
Niños:
¡Gloria a Ti, Señor, porque nos amas!
Sacerdote:
Tú nos amas tanto, que has hecho para nosotros este mundo inmenso y
maravilloso. Por eso te aclamamos:
Niños:
¡Gloria a Ti, Señor, porque nos amas!
Sacerdote:
Tú nos amas tanto, que nos das a tu Hijo, Jesús, para que Él nos acompañe hasta
ti. Por eso te aclamamos:
Niños:
¡Gloria a Ti, Señor, porque nos amas!
Sacerdote:
Tú nos amas tanto, que nos reúnes con Jesús, como a los hijos de una misma
familia. Por eso te aclamamos:
Niños:
¡Gloria a Ti, Señor, porque nos amas!
Sacerdote:
Por ese amor tan grande, queremos darte gracias y cantarte con los ángeles y
Santos que te adoran en el cielo:
Y con tu espíritu.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Es justo y necesario.
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Sacerdote:
Bendito sea Jesús, tu enviado, el amigo de los pequeños y de los pobres. El vino
a enseñarnos, la forma de amarte a ti y de amarnos los unos a los otros. El vino
para arrancar del corazón de los hombres el mal que impide la amistad, el odio
que no nos deja ser felices. El ha prometido que el Espíritu Santo estará siempre
con nosotros, para que vivamos como verdaderos hijos suyos.
Niños:
Bendito sea el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
Sacerdote:
A ti, Dios, Padre nuestro, te pedimos que nos envíes tu Espíritu, para que este
pan y este vino sean cuerpo y la sangre de Jesús, nuestro Señor.
El mismo Jesús, poco antes de morir, nos dio la prueba de tu amor. Cuando
estaba sentado a la mesa con sus discípulos
(El sacerdote toma el pan).
Tomó el pan, dijo una oración para bendecirte y darte gracias, lo partió y lo dio a
sus discípulos, diciéndoles:
TOMAD Y COMED TODOS DE EL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Niños: ¡Señor Jesús, Tú te entregaste por nosotros!
(El sacerdote toma el vino)
Sacerdote:
Después, tomó el cáliz lleno de vino y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA
POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
Niños:
¡Señor Jesús, Tú te entregaste por nosotros!
Sacerdote:
Y les dijo también:
HACED ESTO
EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Todos:
Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección ven Señor Jesús.
Sacerdote:
Por eso, Padre bueno, recordamos ahora la muerte y la resurrección de Jesús, el
Salvador del mundo; El se ha entregado en nuestras manos para que te lo
ofrezcamos como sacrificio nuestro y junto con él nos ofrezcamos a ti.
Niños:
¡Te alabamos, te bendecimos, te damos gracias!
Sacerdote:
Escúchanos, Señor Dios nuestro; danos tu Espíritu de amor a los que
participamos en esta comida; para que vivamos cada día más unidos en la Iglesia,
con el santo Padre, el Papa Francisco, nuestro Obispo , los demás obispos, y los
que trabajan por tu pueblo.
Niños:
¡Que todos seamos un solo cuerpo para gloria tuya!
Sacerdote:
No olvides a los que amamos... y a los que debiéramos amar más. Acuérdate de
los que murieron y recíbelos con amor en tu casa.
Niños:
¡Que todos seamos un solo cuerpo para gloria tuya!
Sacerdote:
Reúnenos un día cerca de ti, con María, la Virgen Madre de Dios y Madre nuestra,
para celebrar en tu Reino la gran fiesta del cielo.
Entonces, todos los amigos de Jesús, nuestro Señor, podremos cantarte sin fin.
Niños:
¡Que todos seamos un solo cuerpo para gloria tuya!
(El sacerdote toma el pan y el vino)
Sacerdote:
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu
Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
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Sacerdote:
Y ahora cantamos todos juntos la oración que Jesús nos enseñó.
Todos: Padre nuestro, que estás en el cielo...
Sacerdote:
Líbranos Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu
misericordia vivamos siempre libres de pecado, y protegidos de toda perturbación mientras esperamos la
gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
Niños: Tuyo es el Reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Sacerdote:
Señor Jesucristo que dijiste a tus apóstoles: “La paz os dejo, mi paz os doy” no tengas en cuenta nuestros
pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra concédele la paz y la unidad.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Niños: Amén.
Sacerdote:
Niños:
Sacerdote:
La paz del Señor sea siempre con vosotros.
Y con tu espíritu.
Daos fraternalmente un saludo de paz.
(Gesto de la paz).
Sacerdote:
Todos:
Este es el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Dichosos los llamados a esta cena.
Señor, no soy digno de que entres a mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Sacerdote:
Niños:
El cuerpo de Cristo.
Amén.
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Sacerdote:
Oremos.
(El sacerdote hace la Oración).
La comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre, Señor, signo del banquete del
reino, que hemos gustado en nuestra vida mortal, nos llene del gozo eterno
de tu divinidad. Tú que vives y reinas en la unidad del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Sacerdote:
El Señor esté con vosotros.
Todos: Y con tu Espíritu.
Sacerdote:
Niños, por el bautismo ya son hijos de Dios Padre, templos del Espíritu Santo,
hermanos de Jesús y miembros de la Iglesia. Prometan ahora, ser hijos amantes
de nuestra Madre del cielo, diciéndole de todo corazón:
Niños:
¡Oh Señora mía!, ¡Oh Madre mía!
Yo me ofrezco todo a Ti; y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día, mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi
corazón, en una palabra todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo, Madre de bondad, guárdame y defiéndeme como cosa y posesión tuya. Amén.
Sacerdote:
Pero no sólo los niños empeñan su palabra y hacen entrega al Señor, todos
hemos de tomar conciencia de nuestra misión cristiana, especialmente los
padres, los primeros educadores de sus hijos.
(Ahora los padres renuevan su compromiso, nos unimos interiormente a ellos).
Padres:
Señor Jesús, Tú nos has hecho educadores de nuestros hijos, maestros y sacerdotes de nuestro hogar. Sabemos
que no sólo hemos de preocuparnos de sus cuerpos, sino especialmente de sus almas, y velar para que sean
cristianos de verdad. No rehusamos Señor esta carga, y esta responsabilidad, pero confesamos con sencillez, que
sin tu ayuda nada podremos conseguir. Prometemos pues, como en el día de nuestro matrimonio, cumplir con
nuestras obligaciones de padres, y dar buen ejemplo a nuestros hijos, pero te pedimos por intercesión de la Virgen
María, que nos ayudes a ser testigos del misterio de amor que tú revelaste al mundo con tu muerte y resurrección.
Amén.
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Bendición final.
Sacerdote:
Todos:
La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros.
Amén.
Sacerdote:
Todos:
Podéis ir en paz.
Demos gracias a Dios.
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