Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones

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Guión litúrgico para el 2 de mayo.
Jornada Mundial de Oración por las
Vocaciones
Venimos, hermanos, a celebrar a Cristo, el Buen Pastor que da la vida eterna a todos los que creen en Él
y nos envía a anunciar la Buena Noticia de su Resurrección por toda la tierra.
En este Cuarto Domingo de Pascua, la Iglesia nos invita a unirnos especialmente con las iglesias de
misión y a rezar por las vocaciones. Se celebra la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones y el Día
de las Vocaciones Nativas. Con nuestra oración y nuestra ofrenda, entre todos podemos hacer posible una
auténtica "primavera de la Iglesia" para aquellas comunidades en las que hay abundantes vocaciones,
pero pocos recursos para desarrollarlas.
Dispongamos nuestro corazón para acoger la Palabra del Señor y ser también nosotros, desde nuestra
vocación particular, auténticos misioneros.
Acto penitencial
(Al estar en tiempo de Pascua, sugerimos la bendición y aspersión del agua, que la encontramos en la p.
1096 del Misal Romano).
(Por si no se hace aspersión):
Nos disponemos a participar de la Mesa del Señor, reconociendo en silencio, que no siempre extendemos
el Reino de la Vida con nuestros actos.
Tú, que enviaste a los apóstoles como luz de las gentes para anunciar la salvación
hasta el extremo de la tierra. Señor, ten piedad.
Tú, el Cordero inmaculado ante cuyo trono se congregará una muchedumbre inmensa
de toda raza, lengua, pueblo y nación. Cristo, ten piedad.
Tú, el buen pastor, que conoces a tus ovejas y convocas a las que están dispersas para
darles la vida eterna. Señor, ten piedad.
Liturgia de la Palabra
Hoy es el Domingo del Buen Pastor. Cristo es el Pastor ideal, el que conoce a sus ovejas y es conocido
por ellas; el que conduce a sus ovejas y es seguido por ellas; el que defiende a sus ovejas de manera que
nadie se las pueda arrebatar; el que llega a dar su vida por las ovejas. La fuerza y el amor este Pastor las
recibe del Padre, el Pastor primero, y se la comunica a aquellos que quiere unir a su misión para llevar la
salvación hasta el extremo de la tierra. Gracias a estos otros pastores, que suscitan la fe por toda la tierra,
Cristo reunirá en su Reino a
una multitud innumerable y les dará la Vida Eterna. Escuchemos con actitud de disponibilidad la Palabra
de Dios.
Profesión de Fe
Unidos con Cristo el Buen Pastor, a toda su grey, la Iglesia, extendida por toda la tierra, confesamos la fe
que nos transmitieron los Apóstoles. (Recitar el símbolo de los Apóstoles)
A) ORACIÓN DE LOS FIELES
En esta Jornada Mundial de Oración por las vocaciones, domingo del Buen Pastor; y también, este año,
jornada misionera del clero nativo, escuchamos, una
vez más y como si fuese la primera, la única y la última vez, la llamada del Buen Pastor que nos lanza su
silbo amoroso, que no guía con su cayado, que nos ofrece la entrega de la propia vida; y oramos por las
vocaciones:
“Muéstranos el camino de la Vida”
– por nuestro Papa Juan Pablo II, por nuestro Obispo N., por todos los ministros del Evangelio, para que,
viviendo en fidelidad a su llamada, a ejemplo del Buen Pastor, guíen al pueblo por el camino de la Vida;
“Muéstranos el camino de la Vida”
– para que todos, en el puesto y servicio que desempeñamos, con plena generosidad, caminemos, dando
sentido a la vida, hacia la realización del amor
“Muéstranos el camino de la Vida”
– para que no falten en la Iglesia numerosos y santos sacerdotes, religiosos y religiosas, misioneros…,
que lleven a todos los frutos de la muerte y resurrección de Cristo;
“Muéstranos el camino de la Vida”
– para que los llamados a la vida consagrada y misionera, con un “sí” generoso y total, vivan una íntima y
fuerte pasión por el Reino y pongan su existencia al servicio del evangelio;
“Muéstranos el camino de la Vida”
– para que muchos niños y jóvenes, con generosidad y confianza oigan la llamada del Señor y sigan sus
huellas en el servicio a los hermanos, como sacerdotes, como misioneros y misioneras, como religiosos y
religiosas, como apóstoles laicos.
“Muéstranos el camino de la Vida”
Escuchar, conocer y seguir. He aquí nuestro camino, nuestro compromiso con el Señor y con los
hermanos desde la Eucaristía que celebramos.
Escucha nuestras súplicas, Señor, Buen Pastor;
atiende a nuestra necesidad que bien conoces;
guíanos, ayúdanos, muéstranos el camino de la vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
B) ORACIÓN DE LOS FIELES
SACERDOTE:
Oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre por todos los hombres, para que por
medio de nuestro Señor Jesucristo, vencedor glorioso del pecado y de la muerte,
suscite abundantes vocaciones que apacienten a su pueblo en la mesa de la
Palabra y los Sacramentos.
LECTOR
– Por el Papa y por todos los Obispos de la Iglesia Católica, por los sacerdotes y
ministros, para que apacienten santamente el rebaño a ellos confiado. Roguemos al
Señor.
– Por los gobernantes de las naciones, para que impulsen el desarrollo de los pueblos
más necesitados, respetando los valores humanos y cristianos. Roguemos al Señor.
– Por los que sufren enfermedad, tristeza, hambre, y cualquier necesidad, para que el
amor y la salvación de Dios Padre lleguen a todos. Roguemos al Señor.
– Por los niños y jóvenes de todo el mundo, para que aumenten entre ellos las vocaciones
consagradas al anuncio del Evangelio y nunca falten mensajeros valientes del amor y la
misericordia de Dios. Roguemos al Señor.
– Por nosotros, el pueblo de Dios reunido hoy aquí, para que valoremos nuestra fe y la
vivamos cada día, de palabra y de obra. Roguemos al Señor.
SACERDOTE:
Escucha, Dios Todopoderoso, la oración de tu pueblo, que confía en tu
misericordia. Concédele aquello que te pide con fe, y cuida de que a tu rebaño
nunca le falten pastores que la mantengan viva. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
Bendición solemne
El Dios que por la resurrección de su Unigénito os ha redimido y adoptado como hijos, os llene con sus
bendiciones. Amén.
Y ya que por la Redención de Cristo recibisteis el don de la libertad verdadera, por su bondad recibáis
también la herencia eterna. Amén.
Y, pues confesando la fe habéis resucitado con Cristo en el bautismo, por vuestras buenas obras
merezcáis ser admitidos en la patria del cielo. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo descienda sobre vosotros.
Llenos de gozo por haber compartido el Pan de la Palabra y la Eucaristía volvemos ahora a la calle, a
nuestros quehaceres cotidianos, con nuestra familia y amigos. Que la fuerza de Cristo, muerto y
resucitado, esté presente en nuestras vidas y nos impulse también a nosotros para ser luz entre nuestras
gentes. Podéis ir en paz.
Sugerencias para los cantos
(CLN: Cantoral Litúrgico Nacional; CRC: "Cantad al Señor", cancionero de la renovación carismática; CRJ:
"Cancionero Religioso Juvenil")
– Entrada: Cristo resucitó (Canto de entrada oficial de Pascua) Todos unidos (CLN 428)
Ven y sígueme (CLN 412)
– Salmo Responsorial: El Señor es mi pastor, nada me falta (CLN D-25) El Señor es mi
pastor (CLN 504)
– Presentación de Ofrendas: "Bendito seas, Señor" (CLN H5 ó H6) Alma misionera
("Señor, toma mi vida nueva...")
– Comunión: Donde hay caridad (CLN O-26) Te conocimos al partir el pan (CLN O-25) El
buen pastor (CRJ 475) Maestro, te seguiré (CRC 219) El Señor es mi pastor (CRC 1009)
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