VIGILIA PASCUAL PRIMERA PARTE: LITURGIA DE LA LUZ O LUCERNARIO PRESIDENTE: En el nombre del Padre… MONITOR: Según una antigua tradición, ésta es una noche en honor del Señor, esta noche es “origen de todas las celebraciones cristianas”. Esta vigilia es la “Madre de todas las vigilias”. Vamos a celebrar la PASCUA DEL SEÑOR, su paso de la muerte a la Vida, su entrega total para siempre y por cada uno de nosotros, su amor incondicional a lo largo de toda la historia. Nosotros en esta noche queremos encontrarnos con el que es LUZ, PALABRA, Y VIDA para todo hombre. Por eso nos ponemos en camino hacia ÉL. AUDICIÓN: Nos han robado la vida, Brotes de olivo Nos han robado, nos han robado la vida, nos han quitado la entraña. Y aquellos que, aquellos que convivimos nos sentimos gente extraña. No saben de, no saben de mis problemas, de ellos yo no sé nada. Vivimos amontonados, vacías están las almas. VAYAMOS TODOS, TOMAD CONCIENCIA NUESTROS DERECHOS QUE NO SE PIERDAN ALZAD LAS VOCES, GRITAD CON FUERZA ¡QUE LO ROBADO SE NOS DEVUELVA! Buscamos, buscamos tener la fuerza, apiñados en la masa; y poco a poco, y poco a poco sentimos que esa fuerza es una carga. No nos sentimos, no nos sentimos personas, gritamos sin decir palabra. Cada vez somos más pobres, todo muere, somos nada. VAYAMOS TODOS... BENDICIÓN DEL FUEGO Lector 1: Amigos, en esta noche feliz, la luz rasga la oscuridad y la tierra se ilumina de alegría. Hoy sabemos que el mal no vencerá sobre el mundo, que el dolor no prevalecerá, que la insolidaridad y la injusticia acabarán. Todos: PORQUE EN ESTA NOCHE ESTAMOS SEGUROS DE NUESTRA ÚNICA VERDAD: QUE DIOS NOS AMA Y NOS LLAMA A COMPROMETERNOS POR UN MUNDO NUEVO DONDE HABITE LA ESPERANZA. Lector 2: Dios ha apostado fuerte por nosotros, y lo ha demostrado regalándonos a Jesucristo, el hombre nuevo, aquel que fue solidario hasta el final y, por eso, se convierte hoy en la fuente de la Luz que ya no se extingue. Presidente: Como el pueblo que caminaba en tinieblas y vio una gran luz, así nosotros hemos vagado en sombras de muerte hasta la Luz que resplandece. Que Jesucristo, el primogénito de muchos hermanos, atraiga hacia Sí nuestro caminar por sendas de solidaridad. Todos: SEÑOR, QUE ESTA LUZ QUE HOY BRILLA NOS ENVUELVA, AUMENTE NUESTRA ALEGRÍA Y NUESTRA ESPERANZA. Presidente: Dios, Padre Bueno, que por medio de tu Hijo, nos has dado el fuego de tu luz, BENDICE ESTE FUEGO (+) y enciende en nosotros el deseo de vivir con radicalidad tu mensaje, entregándonos generosamente a los demás. PJNS. Todos: AMÉN. Presidente: La luz de Cristo, que resucita glorioso, disipe las tinieblas del corazón y del espíritu Presidente: Cristo ayer y hoy, Principio y Fin, Alfa y Omega. Suyo es el tiempo y la eternidad. A El la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Todos: AMÉN. Monitor: Recibimos a Cristo nuestra luz cantando ACLAMACIONES A JESUCRISTO RESUCITADO Presidente: ¡CRISTO VIVE! ¡LA LUZ VENCE A LA OSCURIDAD! Presidente: ¡CRISTO VIVE! ¡LA ESPERANZA SE HACE REALIDAD! Presidente: ¡CRISTO VIVE! ¡EL ES LA SALVACIÓN! PROCESIÓN DE LA LUZ ENTRONIZACIÓN DEL CIRIO Lector 1: ¡Cristo resucitado es el Camino! Él es la Luz de nuestro camino. Todos: SEGUIREMOS TUS HUELLAS, SEÑOR JESÚS. Lector 2: ¡Cristo resucitado es la Verdad! Él es la Fuente de nuestra verdad. Todos: SEGUIREMOS TUS HUELLAS, SEÑOR JESÚS. Lector 1: ¡Cristo resucitado es la Vida! Él es el Sentido de nuestra vida. Todos: SEGUIREMOS TUS HUELLAS, SEÑOR JESÚS. Monitor: Entronizamos el cirio pascual EN SEÑAL DE ALABANZA al Hijo de Dios. Luz del mundo y Rey del Universo. Monitor: Vamos a cantar ahora el Pregón Pascual. Es un hermoso anuncio de lo que va a ser la fiesta de esta noche. Una invitación a la alegría comunitaria porque Cristo HA RESUCITADO y esto supone nuestra felicidad y nuestra liberación. SEGUNDA PARTE: LITURGIA DE LA PALABRA Primera lectura: Gn 1,1.26-31 Monitor: Comenzamos la liturgia de la Palabra. Este Cirio, signo visible de Cristo Resucitado se convierte ahora en Palabra audible para cada uno de nosotros. Vamos a hacer un recorrido por los momentos más importantes de la Historia de la Salvación, donde Dios ha manifestado su amor. Desde el principio ha amado al ser humano, porque es imagen y semejanza suya. Somos criaturas de Dios, de un Dios eternamente bueno y cariñoso. Dios nos quiere porque desde el principio nos lo entregó todo. Lectura del libro del Génesis: Al principio creó Dios el cielo y la tierra. Y dijo Dios: - «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.» Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: - «Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.» Y dijo Dios: - «Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento.» Y Así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno. Palabra de Dios Presidente: Oremos: Oh Dios, que con acción maravillosa creaste al hombre y con mayor maravilla lo redimiste; concédenos resistir a la insolidaridad de nuestro corazón, guiados por tu espíritu, para llegar a la Alegría de tu presencia. Por Jesucristo, nuestro Señor. AMEN. Segunda lectura: Gn 22,1-2.9.10-13.15-18 Monitor: Abraham se fió del amor de Dios siempre, aún cuando esto le exigía fuertes renuncias: tuvo que dejar su casa, su comodidad.. se lanzó a la aventura de creer. Se fió de una promesa que no veía, y por último fue capaz de entregar a su hijo único, al hijo de la promesa. Lectura del libro del Génesis: En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: - «¡Abrahán!» Él respondió: «Aquí me tienes.» Dios le dijo: - «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo ALLÍ en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.» Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó ALLÍ el altar y tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: - «¡Abrahán, Abrahán!» El contestó: «Aquí me tienes.» El ángel le ordenó: - «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.» Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: - «Juro por MÍ mismo -oráculo del Señor-: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.» Palabra de Dios. Presidente: Oremos: Oh Dios, Padre de los creyentes, que hiciste a tu amigo Abraham, el padre de todas las naciones, como lo habías prometido: concede a tu pueblo responder siempre a tu llamada. Por Jesucristo, nuestro Señor. AMEN. Tercera lectura: Ex 14,5-15,1 MONICION: Abrahán dará a luz un pueblo que con el paso del tiempo se haya cautivo y explotado en Egipto, pero Dios no soporta ver sufrir a sus hijos, por lo cual decide liberarlos por medio de Moisés. Vamos a escuchar el relato de la primera pascua, el paso del mar rojo, el paso de la esclavitud a la libertad... el paso de la muerte a la vida. Es también una invitación a liberarnos de nuestras esclavitudes y vivir en la fidelidad a Dios. Lectura del libro del Éxodo: En aquellos días, dijo el Señor a Moisés: - «¿Por qué sigues clamando a MÍ? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de los guerreros.» Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó desde allí y se colocó detrás, poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube era tenebrosa, y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos , en medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros. Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio, desde la columna de fuego y nube, y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente. Y dijo Egipto: - «Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.» Dijo el Señor a Moisés: - «Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.» Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo, iban a su encuentro, y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este canto al Señor: Canto: «Himno a Dios» MI FUERZA Y MI PODER ES EL SEÑOR, ÉL ES MI SALVACIÓN. (bis) 1.El es mi Dios, yo lo alabaré. El Dios de mis padres, yo lo ensalzaré. (bis) Cantaré al Señor, sublime es su victoria. Palabra de Dios Presidente: Oremos: También ahora, Señor vemos brillar tus antiguas maravillas, y lo mismo que en otro tiempo manifestabas tu poder al liberar a tu pueblo de la persecución del Faraón, hoy salvas a todos los pueblos, haciéndolos renacer por las aguas del Bautismo; te pedimos que los hombres del mundo entero lleguen a ser hijos de Abraham y miembros del nuevo Israel. Por Jesucristo, nuestro Señor. AMEN. Cuarta lectura: Is 54, 5-14 Monitor: El Pueblo se ha establecido en la tierra, los años han pasado y el olvido de lo que Dios hizo es un hecho. Sufren una segunda esclavitud, Babilonia invade Palestina y el pueblo es deportado. Allí, lejos de la tierra prometida y sumidos en un gran dolor reciben este oráculo del profeta... NO TEMAS, DIOS TE QUIERE. Lectura del libro de Isaías El que te hizo te tomará por esposa; su nombre es Señor de los ejércitos. Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra. Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de juventud, repudiada - dice tu Dios-. Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré. En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro, pero con misericordia eterna te quiero - dice el Señor, tu redentorMe sucede como en tiempo de Noé: juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; así juro no airarme contra ti ni amenazarte. Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no se retirará de ti mi misericordia, ni mi alianza de paz vacilará - dice el Señor, que te quiere-. ¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada! Mira, yo mismo coloco tus piedras sobre azabaches, tus cimientos sobre zafiros; te pondré almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y muralla de piedras preciosas. Tus hijos serán Discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos. Tendrás firme asiento en la justicia. Estarás lejos de la opresión, y no tendrás que temer; y lejos del terror, que no se te acercará. Palabra de Dios. Presidente: Oremos: Dios Padre bueno, consérvanos siempre en tu amor, para que, viviendo como hijos tuyos, alcancemos la felicidad que prometiste a nuestros padres. Por Jesucristo, nuestro Señor. AMÉN. Monitor: Pasamos ahora del Antiguo al Nuevo Testamento. Cantamos el Himno del Gloria junto con toda la iglesia universal. Este canto proclama la grandeza y el amor de nuestro Dios que ha vencido definitivamente la muerte en esta noche. Presidente: Oremos: Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección del Señor, aviva en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos plenamente a tu servicio. Por Jesucristo, nuestro Señor. AMÉN. Quinta lectura: Rm 6, 3-11 Monitor: Llegamos al momento culminante de la Historia de la Salvación. Dios se ha hecho uno de nosotros, ha asumido la condición humana. Nosotros por el bautismo que un día recibimos fuimos incorporados a Cristo. Nuestra vida está unida a la suya para siempre. Su resurrección es nuestra salvación. Lectura de la Carta del apóstol San Pablo a los Romanos: Hermanos: Los que por el Bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte. Por el Bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a Él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya. Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado. Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús. Palabra de Dios. Evangelio: Mc 16, 1-7 Monitor: ¿A quién buscáis?, Cristo ha resucitado, ha vencido a la muerte, con el poder de la luz y ya nada podrá turbarle. Aclamemos alegres la culminación del amor de Dios... Cantemos Aleluya porque Cristo VIVE Y RESUCITADO. Lectura del Santo Evangelio según San Marcos. Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras: - «¿ Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?» Al mirar, vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él les dijo: - «No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado.» Mirad el sitio donde lo pusieron. Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo.» Palabra del Señor. TERCERA PARTE: LITURGIA DEL BAUTISMO Monitor: El agua del Señor nuevamente nos incorporará con Él en su reino, esta es el agua purificadora que nos limpiará de todas nuestras impurezas. Acojámosla con alegría y con el propósito de ser digno de ella. BENDICIÓN DEL AGUA Monitor: Esta fuente de agua viva se convierte ahora en fuente bautismal donde renovaremos nuestro Bautismo por el que estamos llamados a participar en la construcción del Reino de Dios en este mundo, siendo solidarios y viviendo con radicalidad nuestro ser cristianos. Presidente: Señor, Dios nuestro, escucha las oraciones de tu pueblo que está en vela esta noche santa, en que celebramos la acción maravillosa de nuestra creación y la maravilla, aún más grande, de nuestra liberación: dígnate bendecir este agua (+). La creaste para hacer fecunda la tierra y para favorecer nuestros cuerpos con el frescor y la limpieza. La hiciste también instrumento de misericordia al librar a tu Pueblo de la esclavitud y al apagar, con ella, su sed en el desierto; por los profetas la revelaste como signo de la nueva alianza que quisiste sellar con los hombres. Y, cuando Cristo descendió a ella en el Jordán, renovaste nuestra naturaleza en el baño del nuevo nacimiento. Que este agua, Señor, avive en nosotros el recuerdo de nuestro Bautismo y nos haga participar en el gozo de nuestros hermanos bautizados en la Pascua. PJNS. Amén. Te pedimos, Señor, que el poder del espíritu Santo, por tu Hijo, descienda sobre el agua de esta fuente, para que los sepultados con Cristo en su muerte, por el Bautismo resuciten con Él a la vida. PJNS. PROCLAMACIÓN DE NUESTRA FE Presidente: Es el momento de renovar la opción de nuestro Bautismo. Por Él nos hemos incorporado a Cristo Jesús, muerto y resucitado. Por Él somos comunidad de fe con todos los creyentes en Jesús. Por Él ahora queremos renovar nuestro compromiso. Es una postura libre por vivir y anunciar el Evangelio de Jesús como mensaje de liberación y solidaridad para todos los hombres. Por eso, vosotros hombres y mujeres de fe: ¿Renunciáis al pecado, es decir, a toda forma de abuso, hipocresía, egoísmo o desprecio hacia los demás? Todos: SÍ, RENUNCIO. Presidente: ¿Renunciáis a creeros los mejores, a no necesitar a nadie, a estar seguros de vosotros mismos, de tal manera que no necesitéis la ayuda de los demás? ¿Renunciáis a poner a las cosas, a las instituciones, a las leyes por encima de las personas? Todos: SÍ, RENUNCIO. Presidente: ¿Renunciáis a tener como primer objetivo de vuestra vida el afán de dinero, de placer o de poder sobre los demás; esto es, renunciáis a pensar en vosotros mismos, olvidándoos del prójimo y de Dios? Todos: SÍ, RENUNCIO. Presidente: Pues si es así, proclamemos nuestra fe. ¿Creéis en Dios, Padre, Creador del cielo y de la tierra? Todos: SÍ, CREO Presidente: ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Hermano que nació de María Virgen, murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre? Todos: SÍ, CREO Presidente: ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna? Todos: SI, CREO Presidente: Que Dios Padre, que nos regeneró por el agua y el Espíritu Santo y que nos concedió la remisión de los pecados, nos conserve en su amor, por medio de Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna. SIGNO DEL BAUTISMO CUARTA PARTE: LITURGIA DE LA EUCARISTÍA. Monitor: En este momento supremo de la Eucaristía, es nuestra vida lo que ponemos sobre el altar. Así le expresamos al Señor que estamos dispuestos a repetir su gesto de entrega total, a "hacer esto en memoria suya", como hijos de un mismo Padre. PRESENTACIÓN DE LOS DONES ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Presidente: Escucha, Señor, nuestra oración y acepta la ofrenda de nuestra vida, para que la luz que nace de tu Pascua sea, con tu gracia y nuestra entrega, buena noticia de esperanza y vida eterna para nuestros hermanos los hombres. PJNS. Todos: Amén PREFACIO Y PLEGARIA Presidente: El Señor este con vosotros. Todos: Y CON TU ESPÍRITU. Presidente: Levantemos el corazón. Todos: LO TENEMOS LEVANTADO HACIA EL SEÑOR. Presidente: Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Todos: ES JUSTO Y NECESARIO. Presidente: Te damos gracias, Señor, porque tu eres el Dios de los vivientes, que nos llamas a la vida y quieres que gocemos de una felicidad eterna. Tú has resucitado a Jesucristo de entre los muertos, el primero entre todos, y le has dado una vida nueva. a nosotros nos has prometido lo mismo: una vida sin fin, sin penas ni dolores. Por eso, Padre, somos felices y te damos gracias. Nos unimos a todos los que creen en ti, y con los santos y los ángeles te cantamos con alegría: Señor, tu eres santo. tú eres siempre bueno con nosotros y compasivo con todos. TE DAMOS GRACIAS, SOBRE TODO, POR TU HIJO JESUCRISTO El nos anunció la vida que viviremos junto a ti en la luz y la eternidad; nos enseñó también el camino de esa vida, camino que hay que andar en el amor y que él recorrió primero. El nos reúne ahora en torno a esta mesa, porque quiere que hagamos lo mismo que él hizo en la última Cena. Padre bueno, envía tu Espíritu para santificar este pan y este vino de manera que sean el Cuerpo (+) y Sangre de tu Hijo Jesucristo. Porque Jesús, antes de morir por nosotros, mientras estaba cenando por última vez con sus discípulos, tomó pan, te dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por vosotros. Del mismo modo, tomó el cáliz lleno de vino, te dio gracias de nuevo y lo pasó a sus discípulos, diciendo: Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Y les dijo también: Haced esto en conmemoración mía. Por eso, Padre santo, estamos reunidos delante de ti y recordamos llenos de alegría todo lo que Jesús hizo para salvarnos. En este santo sacrificio, que él mismo entregó a la Iglesia, celebramos su muerte y su resurrección. Padre, que estas en el cielo, te pedimos que nos recibas a nosotros con tu Hijo querido. Él aceptó libremente la muerte por nosotros, pero tú lo resucitaste. El vive ahora junto a ti y está también con nosotros. Él vendrán lleno de gloria al fin del mundo y en su reino no habrá ya pobreza ni dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Padre santo, tú nos has llamado a esta mesa, para que en la alegría del espíritu santo, comamos del cuerpo de tu hijo. Haz que este pan de vida eterna nos dé fuerza y nos ayude a servirte cada día mejor. Acuérdate, Señor, del santo Padre, el Papa Bendicto, de nuestro Obispo..., y de todos los Obispos. Llena los corazones de tus hijos con la alegría de la Pascua, para que la anuncien a todos los hombres que viven tristes. Acuérdate también de nuestros hermanos que han muerto, admítelos a contemplar la luz de tu rostro; y concédenos que todos, un día, junto con Cristo, con María, y todos los santos, vivamos contigo para siempre. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Todos: Amén RITO DE COMUNIÓN PADRE NUESTRO PAZ BENDICIÓN FINAL Y DESPEDIDA Presidente: Te pedimos, Señor, que derrames sobre nosotros tu espíritu de amor, para que vivamos unidos en tu amor los que hemos participado en un mismo sacramento pascual. PJNS. Todos: AMÉN.