CLASE DE PROVIDENCIA FECHA RADICADO CORPORACIÓN MAGISTRADO PROCESO DEMANDANTE DEMANDADO DECISIÓN DESCRIPCIÓN Sentencia dictada para resolver recurso de apelación interpuesto por el demandado Mayo 5 de 2003 041999058801 Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá D.C. Sala Civil Marco Antonio Álvarez Gómez (Magistrado Ponente) Ejecutivo con Título Hipotecario Colmena Walter López Ortíz No prospera la objeción del apelante, como quiera que ella se fundamenta en los mismos argumentos que integraban las excepciones dentro del juicio de primera instancia. Dentro del proceso ejecutivo, la objeción formulada a la liquidación de un crédito de vivienda únicamente puede versar respecto del aspecto matemático de la cuantía de la obligación, en concordancia con los parámetros establecidos en el mandamiento de pago, en razón a que, una vez la liquidación se ajuste a las condiciones de la Ley 546 de 1999, así como a las sentencias que la Corte Constitucional ha proferido en torno al tema de financiación de vivienda a largo plazo, no le es permitido al juez de conocimiento modificar la forma en que se efectuó dicha liquidación. En ese sentido, no es viable que la apelación se fundamente en los argumentos que sirvieron de soporte a las excepciones y, por lo mismo, no puede servir de instrumento para modificar la fuerza vinculante de la sentencia que ordena la ejecución. De otra parte, la resolución 2896 de Diciembre 29 de 1999 expedida por el Banco de la República y la Circular Externa No.007 de Enero 27 de 2000 dictada por la Superintendencia Bancaria, las cuales regulan lo atinente a la conversión de las obligaciones pactadas en UPAC a UVR, así como el tema concerniente a la reliquidación de dichas obligaciones, respectivamente, no están viciadas de nulidad absoluta, puesto que subsisten en el ordenamiento jurídico por haber superado los juicios de validez formulados en su contra ante el Consejo de Estado. Por consiguiente, las liquidaciones efectuadas de conformidad con dichas normas son igualmente válidas y no pueden ser desconocidas ni por el juez de conocimiento, ni por las partes. TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL SALA CIVIL DE DECISIÓN Bogotá D.C., cinco (5) de mayo de dos mil tres (2003) Magistrado Ponente: MARCO ANTONIO ÁLVAREZ GÓMEZ Ref: Proceso ejecutivo con título hipotecario de Colmena contra Walter López Ortiz. (Discutido y aprobado en sesión de 29 de abril de 2003). Se ocupa la Sala de resolver el recurso de apelación interpuesto por la parte demandada contra el auto de 10 de septiembre de 2002, proferido por el Juez 4° Civil del Circuito de la ciudad, en el proceso de la referencia, así como la adhesión a dicho alzamiento elevada por la parte ejecutante. ANTECEDENTES 1. El Juzgado de conocimiento, por auto de 8 de octubre de 1999 (fl. 1, cdno. de copias), le ordenó al señor Walter López Ortíz pagar a la Corporación Social de Ahorro y Vivienda Colmena, el equivalente en pesos a 1.130,4163 Upacs, por concepto de capital de la obligación objeto de recaudo; $ 875.197,oo, como intereses de plazo a la tasa del 8.5% anual, liquidados desde el 20 de febrero de 1999 hasta la fecha de la presentación de la demanda, más los intereses moratorios a la tasa del 12,75% anual, a partir de la fecha del referido acto procesal y hasta la solución total de la deuda. 2. Contra la referida pretensión, el ejecutado propuso las excepciones de "cobro de lo no debido" y "enriquecimiento sin causa", la primera de ella sustentada en que "se están cobrando I unos dineros" desconociéndose la sentencia “proferida por la Corte Constitucional del 27 de mayo de 1999"" en donde se ordena la reliquidación de todas las obligaciones hipotecarias, para la devolución de todos los excedentes cobrados y e! pago de los perjuicios ocasionaos con dichos cobros ilegales e indebidos y de las sentencias C-700/99, C-136/99 y C-955/2000”, amén de que "se debe dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 42 de la Ley 546 del 23 de Diciembre de 1999", así como a lo "dispuesto en el artículo 53 de esta misma ley"; Ia segunda, afincada en que "al incluir la variación de las tasas de interés en la economía con la determinación del valor en pesos de la Unidad de Poder Adquisitivo Constante…, se está generando un enriquecimiento, que es delito…, razón por la que las obligaciones que emanan de los pagarés pactados en Upacs, son totalmente inválidas" (fls, 2 y 5, cdno, de copias). 3. Mediante sentencia de 4 de diciembre de 2001, la Juez de primera instancia declaró no probadas las excepciones propuestas, razón por la cual decretó la venta en pública subasta del bien hipotecado y ordenó la liquidación del crédito, con la precisión de que la tasa de interés moratorio no podía sobrepasar los límites máximos establecidos según lo dispuesto en el Art. 884 del C. de P. C. (sic), modificado por el Art. 111 de la Iey 510 de 1999" (fl. 10, cdno. de copias). En oportunidad, el señor López objetó la liquidación presentada por la parte ejecutante (fI. 12, cdno. de copias), por no haberse realizado de acuerdo a lo ordenado en la sentencia de la Corte Constitucional C-383, C-700 y C-747 del año de 1999 y sentencia 9280 del 21 de mayo de 1999 del Consejo de Estado, ya que la Corporación demandante hizo caso omiso a dichos pronunciamientos, reliquidando "mal" el crédito (fI. 16, ib.). Añadió que las Resoluciones de la Junta del Banco de la República que se produjeron desde 1991, "están viciadas de nulidad absoluta" y, por ende, "estas decisiones carecen de respaldo legal" (fl. 17, ib.). En consecuencia, el ejecutante solicitó tener en cuenta "las indicaciones" dadas por la Corte, para efectos de la reliquidación de la deuda (fI. 17, cdno. de copias). 5. A través de la providencia materia de alzamiento, la Juez de primera instancia declaró no probada la objeción planteada. Empero, oficiosamente decidió modificar la liquidación, porque el saldo de 135.697, 1599 UVR., "no podía incrementarse en unidades de Valor real con el paso del tiempo", dado que no es "posible la capitalización de intereses". Por consiguiente, la aprobó en la suma de $21’312.501.01 (fs. 23 y 24, cdno. de copias). 6. Contra dicho pronunciamiento, el ejecutado interpuso los recursos de reposición y apelación, sobre la base de que la sentencia dictada en este proceso, no tuvo en cuenta los fallos de la Corte Constitucional, d e obligatorio cumplimiento aI momento de "liquidarse obligaciones hipotecarias en el sistema Upac" (ti. 25, cdno. de copias). Añadió que "era deber de la entidad demandante hacerle llegar al Despacho las pruebas o elementos que indicaran que efectivamente se habían liquidado de acuerdo a lo mandatado (sic) y ordenado por la Corte Constitucional". Por último, sostuvo que en la liquidación no se hicieron “los descuentos por los cobros de intereses sobre intereses, sino que trajeron la deuda en UPAC tal como venía y la transformaron en UVR a partir del 1° de enero del año 2000” (fls. 25 y 26, cdno. de copias). 7. Por auto de 19 de diciembre de 2002, el Juzgado denegó el recurso principal, dando paso al interpuesto en forma subsidiaria, sobre el cual versa el pronunciamiento del Tribunal (fls. 30 y 31, cdno. de copias). 8. Ante esta Corporación, la parte demandante manifestó que se adhería a la apelación (Art. 353 C.P.C.), abogando para que “se mantenga la liquidación presentada el 22 de abril de 2002, liquidación que asciende a la suma de $24'847.714,45”, sobre la base de que el monto de la reliquidación del crédito ascendió a $1 '696.969,18, de conformidad con la Circular No.007 del 27 de enero de 2000 emanada de la Superintendencia Bancaria, "asumiendo como expresamente lo dice la norma, para cada fecha de amortización de las cuotas que se encuentran atrasadas a 31 de Diciembre de 1999, que el pago efectivamente se hizo, como si el deudor no hubiera incurrido en estas moras. Este cálculo se hace de manera que a 31 de diciembre de 1999, se obtenga el saldo que el crédito hubiere tenido en Upacs o en pesos de haberse atendido oportunamente su amortización. Los dos saldos se comparan y la diferencia entre uno y otro será el alivio a que el deudor moroso tiene derecho" (fls. 6 y 7, cdno. 2). Así mismo, relievó que “no ha existido ninguna capitalización de intereses como lo afirma el a quo en su providencia..., conclusión a la cual llega a raíz de una indebida interpretación de la prueba, ya que le da un mayor alcance al que por ley le corresponde” (fl. 7, cdno. 2). Por último, sostuvo que el capital en la liquidación presentada, "se ajusta exactamente a la operación informada anteriormente, y en ella se informa que las Uvrs por dicho concepto, es de 176.749.5012". CONSIDERACIONES 1. Liminarmente se advierte, que la parte ejecutada no puede utilizar el expediente de la objeción a la liquidación del crédito, con lo escenario procesal para insistir en los argumentos que expuso para afincar sus excepciones, pues, en línea de principio, aquella únicamente sirve al propósito de precisar matemáticamente la cuantía de la obligación, "de acuerdo con el mandamiento de pago (se subraya; num. 1° Art. 521 C.P.C), por supuesto que con atención a las modificaciones, precisiones o aclaraciones que se le hayan efectuado en el fallo. En este sentido, ha doctrinado el Tribunal que, “sentada la inmutabilidad de la sentencia y la conexidad de la liquidación del crédito que no puede ser cuestión distinta que a la mera refrendación, para el caso, del mandamiento de pago, en concordancia con el fallo, resulta claro poner de presente dentro de este juicio de carácter especialísimo, que so pretexto de la liquidación del crédito no es de recibo, ni es el camino viable, para de nuevo abrir la posibilidad de cambiar, ni la fuerza vinculante, ni el claro entendimiento de la sentencia, y de paso, no solamente volver a discutir la prestación debida, abriendo veladamente la posibilidad de retrotraer la actuación que quedó sellada al precluir el término para promover excepciones, sino más grave aún, pretendiendo modificar la sentencia", olvidando que una sentencia definitiva y ejecutoriada determina la posición de las partes para el futuro".1 Con idéntico entendimiento, esta Sala precisó que "todo aspecto debatido por las partes durante la ejecución impropia y, como tal, definido en la sentencia, no puede utilizarse como soporte para fustigar la liquidación del crédito, pues la objeción, como medio de exteriorizar el litigante su descontento frente a ese acto procesal, sólo puede fundamentarse en aquellos específicos tópicos que atañen a la verificación de las operaciones o cálculos matemáticos que tiendan a concretar la suma debida, operaciones que, obviamente, deben estar de acuerdo con los parámetros que para el efecto se hayan trazado en la sentencia, en especial, en lo relacionado con abonos al crédito, tasas de interés y periodos de liquidación"2. 2, Al amparo de estas reflexiones, debe anotarse, entonces, que no es posible atender la objeción plateada por el ejecutado, como quiera que ella, en lo fundamental, se sustenta en los mismos argumentos que se esgrimieron como soporte de las excepciones de "cobro de lo no debido" y "enriquecimiento sin causa" (fls. 2 y 5, cdno. de copias), las cuales fueron objeto de definición en la sentencia de primera instancia calendada a 4 diciembre de 2001, en la que se precisó que "no es cierto, como lo considera la parte demandada, que al quedar sin vigencia el sistema de financiación 1 2 Auto, abril 30 de 1996, Mag. Ponente Dra. Clara Inés Vargas Hernández. Auto, 24 de julio de 2002. Exp. 221998520402. de vivienda basado en Upacs, las obligaciones contraídas con base en este sistema pierdan validez o padezcan una nulidad", porque el legislador entró a regular la materia a través de una nueva norma jurídica, que no dispone en parte alguna el dejar sin piso jurídico las obligaciones contraídas en vigencia del antiguo sistema" (fl. 8, cdno. de copias). Obsérvese que en el mismo pronunciamiento, la Juez a quo, en lo tocante con la reliquidación del crédito, indicó que “aparecen en los documentos de folios 105 a 110 no sólo la certificación sobre la aplicación de la misma, sino además una relación detallada de su realización, de lo cual se observa que debidamente se tuvieron en cuenta los pagos efectuados mes a mes por el demandado hasta el 31 de diciembre de 1999, y teniendo como referencia lo que hubiera pagado en el sistema de U.V.R. antes de la mencionada fecha, y desde el día 31 de diciembre de 1992, determinando así el valor a abonar por concepto de alivio, es decir la suma de $1'696.669,18”, resaltando, además, que “la obligación contraída por el demandado se enmarca dentro de la legalidad” y que “aplicados los pagos efectuados por Walter López Ortiz, así como por concepto de reliquidación efectuada a la obligación perseguida en este proceso, el saldo pendiente tiene sustento suficiente” ( se subraya; fl. 9, cdno. de copias ). Por tanto, no puede la Sala abordar nuevamente esa discusión, pues ello comportaría desconocer el valor jurídico de una sentencia que, por mandato legal (Arts. 332 y 510 C.P.C.), hizo tránsito a cosa juzgada y, como tal, es inmutable y definitiva. Por consiguiente, los parámetros para la elaboración de la liquidación, quedaron definidos en el referido fallo, a los cuales deben plegarse tanto el juzgador, como las partes. 3. Ahora bien, que la liquidación del crédito debe sujetarse a los criterios establecidos por el legislador en la Ley 546 de 1999, en concordancia con las sentencias de la Corte Constitucional sobre la materia, es cosa que no se disputa. Sin embargo, es de ver que la parte objetante, no expuso en forma concreta cuál fue el error en que habría incurrido su contraparte al elaborar la liquidación, pues se limitó a reclamar la aplicación de los fallos de constitucionalidad, pero sin precisar que aspectos fueron desconocidos. Apenas se tendió un manto de duda sobre la capitalización de intereses, sin advertir que la sentencia C-700 de 1999 que declaró la inexequibilidad del sistema de capitalización de intereses en créditos para vivienda, no tiene efectos retroactivos. De otro lado, cumple advertir que si bien es cierto que "al desaparecer del campo jurídico el sistema de Unidad de Valor Adquisitivo Constante Upac y por ende la facultad del Banco de la República relacionada con ese sistema, se produjo el decaimiento de la Resolución Externa 10 de 1999", tal como lo sentenció el Consejo de Estado en la sentencia de 12 de octubre de 2001, proferida dentro de la acción de nulidad que se instauró contra la Resolución Externa No.14 de 2000 3, no lo es menos que, la Resolución No.2896 de 29 de diciembre de 1999, por la cual "se publicó el valor de la UVR para cada uno de los días comprendidos entre el 1° de enero de 1993 y el 31 de diciembre de 1999, superó el juicio de validez que se adelantó ante el Consejo de Estado, 4 con lo también lo hizo la Circular Externa No.007 de enero 27 de 2000, en virtud de la cual la Superintendencia Bancaria impartió instrucciones para la aplicación de la Ley 546 de 1999, en lo tocante con el régimen de 3 4 Por ese motivo, dicho acto administrativo es inaplicable, lo mismo que la Resolución No. 26 de 2994. Sent. 1 de octubre de 2002; exp. 16902 transición,5 razón por la cual no es posible pregonar a rajatabla, como !o hizo el objetante, que "las Resoluciones de la Junta del Banco de la República que se produjeron desde 19991…, están viciadas de nulidad absoluta", pues es claro que estas últimas subsisten en el ordenamiento jurídico, regulando no sólo lo relativo a la conversión de las obligaciones que fueron pactadas en Upacs a Uvrs, sino también lo atinente al tema de la reliquidación de aquellas. Puestas de este modo las cosas, la objeción planteada por el ejecutado no podía tener acogida, circunstancia que, en ese punto, impone la confirmación de la decisión de primer grado. 4. En cuanto a la inconformidad de la parte demandante, cumple precisar que partiendo del monto del capital expresado en Unidades de Poder Adquisitivo Constante Upacs (1130.4163), respecto del cual se dispuso seguir adelante la ejecución al desestimarse las excepciones propuestas por el ejecutado tendientes a desvirtuarlo, es claro que el valor del mismo, expresado en Uvrs en la liquidación objetada ( 176.749,5012), se ajusta a los parámetros de la Ley 546 de 1999 así como a los referidos fallos proferidos por la Corte Constitucional, como quiera que ese saldo se obtiene luego de hacer las conversiones correspondientes a 31 de diciembre de 1999 ((1130,4163 Upacs x $16.611,856 = $18'778.306,00) / $103,32367 = 181.742.6610 Uvrs), resultado del que se descuenta el monto de los intereses moratorios condonados a esa misma fecha, así como el saldo resultante luego de aplicar el abono por concepto de la reliquidación a las cuotas en mora (5). Desde luego que sobre dicho valor debían calcularse los intereses moratorios, como en efecto se hizo, a la tasa del 12% anual, por cierto, inferior a la ordenada en el mandamiento de pago (12,75%; fl. 1, cdno, de copias). De lo anterior se desprende que no era procedente modificar la liquidación presentada por la entidad demandante (fl, 12, cdno. de copias), como lo hizo Ia Juez del conocimiento ( fls, 23 y 24: ib.), circunstancia que impone la aprobación de aquella, dado que como saldo de capital no se podía acoger el que refleja la operación realizada para determinar el monto del abono a que se refiere el artículo 41 de la Ley 546 de 1999, como quiera que ella parte de una premisa hipotética: que el crédito, desde un comienzo, se denominó en Unidades de Valor Real, según lo precisa la Circular Externa 007 de enero 27 de 2000, emanada de la Superintendencia Bancaria, En otras palabras, no es que se hubieren tomado saldos ficticios, como lo insinúa el apelante que adhirió, sino que para efectos de establecer la cuantía del abono, se asumió, hipotéticamente, que la obligación se liquidaba en otro tipo de Unidades de Valor Constante, lo que por supuesto no afecta el saldo real de la obligación, porque este se reduce es en función del referido pago parcial, como en efecto ocurrió. 5. En este orden de ideas, la decisión de primer grado deberá revocarse, sin que haya lugar a condena en costas en esta instancia, en virtud a lo dispuesto en el numeral 5° del artículo 392 del C.P.C. DECISIÓN Sent. 27 de noviembre de 2000; exp. 11374. Valor de una Upac a 31 de diciembre de 1999. 7 Valor de una U.V.R a 31 de diciembre de 1999. 5 6 Por el mérito de las motivaciones que preceden, el Tribunal Superior del Distrito Judicial Bogotá, D.C., en Sala Civil de Decisión, RESUELVE: 1. CONFIRMAR, el numeral 1° de la parte resolutiva del auto caIendado a 10 de septiembre de 2002, proferido por el Juzgado Cuarto Civil del Circuito de esta Ciudad, dentro del proceso de la referencia. 2. REVOCAR el numeral 2° de la providencia apelada. En su Iugar, se APRUEBA la liquidación de capital e intereses presentada por la parte ejecutante (fl. 12, cdno. de copias) 3, Sin costas en esta instancia (num. 5, Art. 392 C.P.C). NOTIFÍQUESE MARCO ANTONIO ÁLVAREZ GÓMEZ Magistrado RODOLFO ARCINIEGAS CUADROS Magistrado CLARA BEATRIZ CORTES DE ARAMBURO Magistrada