PRÁCTICAS DE BIOLOGÍA Enfermedades Virales ÉBOLA

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PRÁCTICAS DE BIOLOGÍA
Enfermedades Virales
ÉBOLA
Es una infección viral y quizás tenga un contenido inmunológico. Sus mecanismos de acción no se conocen,
pero es muy similar a otros filovirus, como el Marburg que tiene 22 sitios N−glicosilados en su superficie (el
ébola solo tiene 17). En su genoma contiene 7 genes. Uno de estos genes codifica para las variedades de la
misma glicoproteína: una de ellas es una glicoproteína transmenbranal (GP) y la otra es más pequeña (sGP) y
además es una proteína de secreción
El ébola fue descubierto en 1976 cerca del río Ébola en Zaire, África. El ébola esta dado por un virus de la
familia de los filovirus, compuesto por RNA como material genético. En los extremos del material genético
del virus parece haber largas secuencias no codificadas que le aportan estabilidad. Sus viriones tiene 80 nm de
diámetro y su longitud varía. Los viriones tienen 7 proteínas estructurales, una de ellas se presenta en dos
formas distintas. Y los lípidos de la membrana del virión son un reflejo de los lípidos de las células huéspedes.
Son tres los subtipos identificados que afectan a los humanos: ébola−Zaire, ébola−Sudan y ébola−Ivory Coast,
existe un cuarto que se conoce como ébola−Reston, que afecta solo a monos.
Los síntomas se presentan entre los 4 y 16 días posteriores a la infección. La sintomatología incluye, fiebre
alta, dolores de cabeza, dolores musculares y perdida del apetito. Si la enfermedad progresa aparecerá
diarreas, vómito dolores abdominales y disfunción renal. Además la sangre no coagula y da como resultado
una diátesis hemorrágica con petequias o púrpura, hemorragia nasal, gastrointestinal, de vías genitourinarias,
piel, membranas, mucosas y órganos internos, incluyendo las cavidades estomacales e intestinales. También
afecta a los nódulos linfáticos y al cerebro. Al final ocasiona choque y muerte por trombocitopenia,
leucopenia y toxicidad notable. No sin antes presentar vomito de sangre y órganos desintegrados.
No existe tratamiento especifico contra la gran mayoría de estas entidades.
Es importante el aislamiento de los enfermos, ya que es altamente contagiosa para los contactos cercanos,
incluyendo el personal medico, con una mortalidad del 50 al 90%. También puede ser contraído por contacto
sexual.
El virus del ébola, representa una agente biológico para fines militares o terroristas por su gran rapidez y sus
altas tasas de mortalidad. Además desde el punto de vista psicológico representa un arma magnifica ya que
sus síntomas son aterradores, sembrando el pánico entre las tropas o la población civil.
HEPATITIS
En la clasificación de hepatitis víricas se agrupan infecciones diversas que guardan semejanza en muchos
aspectos, pero difieren en su etiología y en algunas características epidemiológicas, inmunológicas, clínicas y
patológicas. Su prevención y control varían considerablemente. Por lo tanto cada una se presentará por
separado.
Hepatitis vírica A
El comienzo de la enfermedad por lo general es repentino e inclusive fiebre, malestar general, anorexia,
náusea y molestias abdominales y en pocos días aparece ictericia. La enfermedad varía desde la forma leve,
que dura de una a dos semanas, hasta una forma grave e incapacitante (en raras ocasiones), que dura varios
meses. La convalecencia por lo regular es prolongada. En términos generales, la gravedad de la enfermedad
aumenta con la edad, pero lo más común es que haya restablecimiento completo sin secuelas ni recurrencias.
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Muchas infecciones son asintomáticas; muchas son leves y sin ictericia, especialmente en los niños, y se las
identifica solo mediante pruebas de la función hepática. La tasa de letalidad es pequeña (aproximadamente
0,6%); las raras defunciones que se registran suelen producirse en los ancianos, en quienes la enfermedad
sigue un curso fulminante.
El diagnóstico se confirma por la demostración de anticuerpos IgM contra el virus de la hepatitis A en el suero
de los pacientes con la forma aguda o que en fecha reciente estuvieron enfermos; los anticuerpos IgN pueden
seguir siendo detectables durante cuatro a seis meses después del comienzo de la enfermedad. El diagnóstico
también puede hacerse por medio de anticuerpos específicos en pares de sueros. Los virus y los anticuerpos se
detectan por radioinmunoensayo o EL.ISA. (En el comercio se cuenta con estuches de pruebas para la
detección de IgM y anticuerpos totales contra el virus.) Si no es posible practicar estudios de laboratorio, las
pruebas epidemiológicas pueden conferir fiabilidad al diagnóstico. Sin embargo, la hepatitis A no puede
distinguirse sobre bases epidemiológicas de la Hepatitis E, en las zonas donde esta última es endémica.
El virus de la hepatitis A (VHA), un picornavirus de 27 nm (es decir, un virus de ARN con cordón positivo).
Se le ha clasificado como Enterovirus tipo 72, miembro de la familia Picornaviridae.
El hombre, y en raras ocasiones chimpancés en cautiverio; con menor frecuencia, Otros primates no humanos
Se ha identificado un foco enzoótico en Malasia, pero no hay datos que sugieran transmisión al hombre.
Los estudios de transmisión en el hombre y las pruebas epidemiológicas indican que la infectividad máxima
ocurre durante la segunda mitad del período de incubación y continúa algunos días después del inicio de la
ictericia (o durante la actividad máxima de la aminotransferasa en los casos anictéricos). Probablemente la
mayor parte de los casos no son infecciosos después de la primera semana de la ictericia.
Es de distribución mundial, se presenta en forma esporádica y epidémica, y en el pasado tenía tendencia a las
recurrencias cíclicas. En los países en desarrollo, los adultos suelen ser inmunes y son raras las epidemias de
hepatitis A. Sin embargo, las mejoras sanitarias en muchas zonas del mundo han hecho que muchos adultos
jóvenes sean susceptibles y que esté aumentando el número de brotes. En los países desarrollados, la
transmisión de la enfermedad es frecuente en los centros de atención diurna donde se brinda asistencia a
lactantes que usan pañales, en los contactos del hogar y sexuales de los enfermos agudos, en las personas que
abusan de drogas por vía intravenosa y en las personas que viajan a países donde la enfermedad es endémica.
En los lugares donde el saneamiento es deficiente, la infección es común y aparece a edad más temprana. En
los países desarrollados las epidemias a menudo evolucionan lentamente, abarcan grandes zonas geográficas y
duran muchos meses, aunque las epidemias originadas de una fuente común pueden evolucionar de manera
explosiva. En los Estados Unidos, los ciclos epidémicos a nivel nacional que alcanzaron su punto máximo en
1961 y en 1971 desaparecieron en el decenio de 1980. Sin embargo, desde 1983 las tasas de hepatitis A han
aumentado poco a poco. La enfermedad es más común entre los escolares y adultos jóvenes. En años
recientes, los brotes a nivel comunitario han explicado muchos casos de transmisión de la enfermedad, aunque
siguen apareciendo brotes causados por una fuete común como son los alimentos contaminados por las manos
de personas a su vez contaminadas y por agua también contaminada.
De una persona a otra por vía fecal−oral. El agente infeccioso está presente en las heces, y su concentración
llega al máximo una o dos semanas antes de comenzar los síntomas, para disminuir rápidamente después de
que surgen la disfunción hepática o los síntomas que coinciden con la aparición de los anticuerpos circulantes
contra el virus de la hepatitis A en el suero. Entre los homosexuales se observa transmisión directa.. Los
brotes que han provenido de una fuente común se debieron por lo regular a agua contaminada y alimentos
también contaminados por manipuladores infectados, como emparedados y ensaladas crudas o manipuladas
después de su cocción, así como muslos crudos o mal cocidos, capturados en aguas contamina. Se han
notificado casos de transmisión por transfusión de sangre de un donador que estaba en el período de
incubación, aunque han sido raros.
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Hepatitis vírica B
El comienzo suele ser insidiosos con anorexia, molestias abdominales vagas, náusea y vómito, a veces
artralgias y erupciones, que a menudo culminan en ictericia.. La fiebre puede ser leve o no presentarse. La
gravedad va desde las formas no manifiestas que se detectan solo mediante pruebas de la función hepática,
hasta casos fulminantes y mortales de necrosis hepática aguda.. La tasa de letalidad en pacientes
hospitalizados es aproximadamente del 1%; es mayor en personas que tienen más de 40 años de edad. En el
0,2 al 0,9% de los adultos de América del Norte y en el 0,1 al 20% de las personas de otras partes del mundo
aparece antigenemia prolongada de hepatitis B (el estado del portador del VEB), sin signos manifiestos de la
enfermedad; esto se observa en el 70 al 90% de los niños infectados en fases muy tempranas de su vida. Los
portadores del Vl IB pueden tener el antecedente de hepatitis clínica. Aproximadamente la tercera parte
muestra aumento de la aminotransferasa, los resultados de la biopsia van desde los datos normales hasta los de
hepatitis crónica activa, con cirrosis o sin ella. El pronostico de la enfermedad del hígado en dichas personas
es variable. Aproximadamente el 10% de los enfermos con signos histológicos de hepatitis crónica o cirrosis
criptógena muestran el antígeno de superficie de hepatitis B, detectable en el suero. El VHB puede ser la
causa del 80% de los casos de carcinoma hepatocelular en todo el mundo , y ocupa el segundo lugar , después
del tabaco, entre los carcinógenos humanos identificados. La infección prenatal tiene gran posibilidad de
producir antigenemia crónica, que culmine en hepatitis crónica, cirrosis o carcinoma hepatocelular primario.
El virus de la hepatitis B (VHB) un hepadnavirus de ADN de doble cordón (parcialmente) de 42 nm,
compuesto de una cubierta de lipoproteínas externa que contiene el antígeno especial (AgsHB). El AgsHB es
antagónicamente heterogéneo, y tiene un antígeno común llamado a, y dos partes de antígenos mutuamente
excluyentes d e y, y w (incluye varios subdeterminantes) y r con lo cual surgen cuatro subtipos mayores:
adw,ayw,adr,y ayr. La distribución de los subtipos varia con las zonas geográficas, la protección contra una no
del los subtipos varia con las zonas geográficas, la protección contra uno de los subtipos al parecer protege
contra los demás , y no se han detectado diferencias en los signos clínicos relacionadas con el subtipo. El
tercer antígeno de hepatitis B, el antígeno e (AgeHB) se ha identificado como antígeno soluble, y sus
secuencias son un subgrupo de las propias del antígeno central, pero sin reactividad cruzada. El virión de la
hepatitis B también contiene una polimerasa ADN dependiente del ADN, y actividades de transcriptasa
inversa. En la práctica común, los antígenos se identifican como se señaló, y también los anticuerpos
respectivos, como antiHBs y antiHBe. En combinación con la detección de AgsHB, la identificación del
antígeno e (AgeHB) denota infecciosidad relativamente grande; por el contrario, la presencia de antiBHe
guarda relación con la falta relativa (pero no absoluta) de infecciosidad. La presencia de antígeno en el
momento del parto conlleva un riesgo muy alto de infección para el recién nacido.
Se ha identificado AgsHB en casi todas las secreciones y excreciones corporales, sin embargo, solamente se
ha demostrado que son infecciosos la sangre ( y los líquidos derivados del suero), la saliva, el semen y los
líquidos vaginales. La presencia del antígeno del ADN vírico denota títulos altos del virus y mayor
infecciosidad de dichos líquidos. La transmisión se produce por exposición percutánea (intravenosa,
intramuscular, subcutánea o intradérmica) , y a través de las mucosas a los líquidos corporales infectantes,
como puede ocurrir en accidentes por pinchazo de aguja, y exposición prenatal o sexual. La sangre, el suero,
el plasma, la trombina, el fibrinógeno, los concentrados de eritrocitos, el crioprecipitado y otros
hemoderivados pueden transmitir la infección si en ellos no se identifica el AgsHB. Por lo regular se
consideran onicuas la inmunoglobulina, la fracción proteínica del plasma tratado por calor, la albúmina y la
fibrinolisina. Las agujas, jeringas y otro equipo intravenoso contaminado son vehículos importantes del
contagio, especialmente entre los toxicómanos. La infección puede diseminarse por contaminación de lesiones
cutáneas o por la exposición de membranas mucosas a sangre infectante; esta vía quizás constituye una fuente
importante de transmisión para el personal de salud, en instituciones para retrasados mentales y en los países
menos desarrollados donde el VHB es endémico. La transmisión perinatal es común en zonas hiperendémicas
de Asia suboriental y el Lejano Oriente, especialmente en los casos en que las madres portadoras de AgsHB
son también positivas para AgeHB. La infección también puede transmitirse entre los contactos del hogar y
las parejas sexuales (homosexuales y heterosexuales), y en los niños preescolares en grupos étnicos con altos
índices de portadores. Se ha señalado que laz inoculación percutánea y por mucosas, por maquinillas de
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afeitar y cepillos dentales usados por varias personas, ha constituído una forma ocasional de transmisión de la
hepatitis B. No se ha demostrado la transmisión fecal−oral.
Hepatitis vírica C
El comienzo suele ser insidioso, con anorexia, molestias abdominales vagas, náuseas y vómito, que
evolucionan a la ictericia con menor frecuencia que la hepatitis B. La gravedad oscila desde casos no
manifiestos clínicamente hasta casos fulminantes y mortales (raros). Por lo regular es menos grave en la etapa
aguda, aunque la cronicidad es común y es mucho más frecuente que en la Hepatitis B en los adultos. La
infección crónica puede ser sintomática o asintomática. La hepatitis C crónica puede evolucionar hasta la
cirrosis, pero con mayor frecuencia mejora clínicamente después de dos o tres años. El diagnóstico depende
de la exclusión de los tipos de hepatitis A,B y delta, y de otras causas de lesión hepática. Se ha ideado un
estudio serológico para detectar anticuerpos contra el agente que se menciona más adelante, y se ha aceptado
como prueba de detección inicial para los donantes de sangre. Esta prueba de identificación de anticuerpos
contra el virus de la hepatitis C (antiVHC) es positiva en la mayoría de los pacientes con hepatitis C crónica,
en las personas con la enfermedad aguda puede haber un intervalo duradero entre la exposición al virus o el
comienzo de la enfermedad, y la detección de antiVHC. La transmisión se hace por exposición percutánea a
sangre y hemoderivados contaminados. A semejanza de la hepatitis B, las agujas y las jeringas contaminadas
son vehículos importantes de la transmisión, especialmente entre los toxicómanos por inyección. Los grupos
de mayor riesgo incluyen personas que reciben sangre en transfusión, toxicómanos que se inyectan la droga y
los pacientes en diálisis. En algunos estudios también se ha corroborado que entre los factores de riesgo para
el contagio de la hepatitis C están el trabajo médico y asistencial que obliga al contacto frecuente con sangre,
y el contacto en el hogar o sexual con personas que han tenido hepatitis C. No se han definido con precisión la
importancia del contacto de una persona con otra y la actividad sexual en la transmisión de la enfermedad.
Hepatitis vírica D
El comienzo suele ser repentino, con signos y síntomas que se asemejan a los de la hepatitis B. La hepatitis
puede ser intensa y casi siempre coexiste con una infección por el virus de la hepatitis B. La hepatitis delta
puede ser de curso limitado o evolucionar hasta volverse crónica. Los virus de la hepatitis delta (VHD) y de la
hepatitis B (VHB) pueden producir infección coexistente, o la infección por el virus delta puede sobreañadirse
a un estado de portador del VHB. En este último caso, la hepatitis delta a veces se diagnostica erróneamente
como exacerbación de la hepatitis B crónica. En varios estudios realizados en Europa y en los Estados Unidos,
del 25% al 50% de los casos de hepatitis fulminante se observa en el caso de superinfecciones y no de
infecciones concomitantes; la aparición de un estado crónico casi siempre es producto de la superinfección. Se
cree que la transmisión es semejante al del virus de la Hepatitis B, que incluye la exposición a sangre y
líquidos serosos corporales, agujas, jeringas y hemoderivados contaminados como serían el factor
antihemofílico, y también por transmisión sexual.
Hepatitis vírica E
La epidemiología y el curso clínico son semejantes a los de hepatitis A. No hay pruebas de que exista una
forma crónica. La tasa de letalidad es semejante a la hepatitis A, excepto en las mujeres embarazadas, en las
que dicha tasa puede llegar al 20% en el tercer trimestre del embarazo. Se han descrito casos epidémicos y
esporádicos. El diagnóstico depende de la exclusión de otras causas de hepatitis, especialmente la del tipo A,
por medios serológicos. En la actualidad están en estudio pruebas serológicas para la identificación del agente
preciso de la hepatitis E.
GRIPE
Es conocida mundialmente como Influenza desde 1510, cuando una epidemia de esta enfermedad en Italia
cuando − se dice −, el Papa Benedicto XIV la atribuyó a una influencia de "las estrellas". Se la responsabiliza
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como causa de epidemias desde el año 1173; y desde entonces como causal de muerte de millones de
personas. En 1918 y 1919, se la conoció como gripe Española y afectó a un quinto de la población mundial,
provocando 21 millones de muertes en menos de un año. Recién en 1933 fue aislado el virus y más tarde, en
la década del '50, se desarrolló la primer vacuna. A pesar de ello, en 1947, 1957/58 (gripe Asiática), 1968/70
(gripe de Hong Kong), y en 1977; se produjeron pandemias. Anualmente, entre el 5 y 15% de la población
mundial se ve afectada, pero en las comunidades cerradas puede alcanzar hasta el 60%.
En el hemisferio sur, los brotes suelen aparecer entre mayo y septiembre, aunque pueden presentarse más
temprano.
El virus modifica sus antígenos de superficie: mutación conocida como "flotación antagónica", produce
nuevos subtipos cada 2 o 3 años. Otros "cambios antigénicos" en los antígenos de superficie, se darían cada 10
años por redistribución genética entre virus humanos y animales del tipo A. Estos mecanismos no permiten
que haya personas inmunes y por ello se producen epidemias o pandemias periódicas. La enfermedad es
estacional y ocurre habitualmente en invierno, aunque en climas tropicales puede darse luego de cambios
bruscos en las temperaturas.
Es muy infecciosa y fácilmente transmisible por tos o estornudo. Otra forma de contagio es por pañuelos o
ropas contaminadas. Las partículas se depositan en el epitelio respiratorio y son "barridas" por las cilias de la
membrana mucosa; aunque muchas veces estas micropartículas llegan directamente al tejido alveolar,
burlando ese mecanismo primario de defensa. Infectan rápidamente: se adhieren a las células epiteliales del
huésped mediante clavos de hemaglutinina y las penetran por endocitosis. Allí se replican y nuevos virus se
extienden a otras células. La enfermedad presenta fiebre alta, cefalea, dolor de garganta, dolores musculares,
tos seca, congestión conjuntival, postración, complicaciones pulmonares. Se confunde con el resfrío común,
que presenta solamente síntomas locales. Estos síntomas pueden extenderse 3 a 5 días, aunque la debilidad
general puede extenderse más.
Enfermedades Bacterianas
COLERA
Es una enfermedad infecciosa causada por infección intestinal por la bacteria Vibrio cholerae, que se
caracteriza por diarrea y vómito severos que causan deshidratación. El cólera es una infección intestinal
aguda, grave, que se caracteriza por la aparición de evacuaciones diarreicas abundantes, con vómito y
deshidratación que puede llevar al paciente a acidosis y colapso circulatorio en el término de 24 horas y en los
casos no tratados puede ocasionar la muerte.
El TRATAMIENTO es el reemplazo de líquidos, electrolitos y glucosa; la vía oral generalmente ha
demostrado no ser suficiente, por lo que es necesario en la mayoría de los casos la hidratación parenteral. Es
importante mantener un buen estado de hidratación y reponer adecuadamente el bicarbonato de sodio y el
cloruro de potasio. Bajo este régimen virtualmente todos los pacientes con cólera se salvan.
El cólera se transmite por contaminación del agua y alimentos y raramente por contacto con personas
infectadas o enfermas a menos que no se cuente con las medidas básicas de higiene como es el lavado de
manos después de evacuar y antes de comer. Medidas sanitarias como es el control y almacenaje de agua y
alimentos bajo condiciones de higiene son más que suficientes para evitar la aparición de estos brotes
epidémicos así como proporcionar la información necesaria a la población sobre formas de transmisión y
medidas de aseo que eviten el contagio.
LEPRA
La lepra es una enfermedad bacteriana crónica de la piel, los nervios de las manos y los pies y las membranas
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de la nariz. La lepra es rara en los Estados Unidos, pero hay varios millones de casos por todo el mundo.
Cualquier persona puede adquirir lepra, pero no se contagia tan fácilmente de persona a persona como se creía
anteriormente.
Todavía no está claro cómo se transmite la lepra, pero el vivir en la misma casa y el contacto prolongado con
una persona con lepra parece aumentar el riesgo de la enfermedad. Las bacterias son probablemente
transmitidas por el contacto con las descargas de la nariz de una persona con la enfermedad. Los objetos
contaminados pueden también desempeñar un papel importante en la transmisión de las bacterias a otros.
Los síntomas de la lepra pueden ser muy diferentes dependiendo del tipo de lepra y a qué parte del cuerpo
afecta. Algunos síntomas comunes incluyen dolores en la piel, entumecimiento en las manos y los pies,
nódulos en el cuerpo y nariz tapada/ de congestionado.
Antibióticos específicos son recetados por el doctor para tratar la lepra. El tratamiento implica generalmente
más de una droga durante mucho tiempo, es decir, de meses a años. La mejor manera de prevenir la
transmisión de la lepra es por medio del diagnostico temprano y el tratamiento de la gente infectada. La
enfermedad también se puede prevenir por medio del lavado cuidadoso de las manos. Los que habitan la
misma casa y otros contactos cercanos deben ser examinados por un doctor inmediatamente y cada año por
cinco años después del contacto con una persona que tenga la enfermedad. El doctor puede recetar medicina
preventiva para algunos contactos.
DIFTERIA
La difteria es una enfermedad causada por bacterias que usualmente afectan las amígdalas, garganta, nariz, o
la piel. La difteria es rara y más común de ocurrir en personas que no han sido vacunadas y que viven en
condiciones de hacinamiento. La difteria se transmite a otros por medio del contacto directo con descargas de
secreciones de nariz, garganta, piel y ojos de las personas infectadas.
Existen dos tipos de difteria. Uno en nariz y garganta, y el otro en la piel. Los síntomas incluyen dolor de
garganta, temperatura leve, y glándulas linfáticas aumentadas ó inflamadas en el cuello. Se puede formar una
membrana en la garganta. Las lesiones de la piel pueden ser dolorosas, hinchadas y enrojecidas. Una
persona con difteria también puede no tener síntomas. Los síntomas usualmente aparecen de dos a cinco días
después del contagio, con margen de uno a seis.
Ciertos antibióticos, tales como la penicilina y la eritromicina, pueden ser recetados para el tratamiento contra
la difteria.
La única medida y la forma más efectiva de control es la de mantener el más alto nivel de vacunación en la
comunidad. Otros métodos de control incluyen el pronto tratamiento de casos y el programa de vigilancia en
la comunidad. Cualquiera que tiene contacto con una persona con difteria deberá ser examinada en busca de
la enfermedad, tratada con antibiótico y vacuna, posiblemente tenga que permanecer alejada de la escuela ó el
trabajo, hasta que se determine que la enfermedad ha desaparecido.
Enfermedades micóticas
Las enfermedades micóticas son ocasionadas por unos organismos diminutos denominados hongos. Se
emplean fármacos llamados antimicóticos contra estas enfermedades.
Existen miles de diferentes tipos de hongos. Aproximadamente 200 son capaces de ocasionar enfermedad en
los seres humanos. Muchos hongos son tan pequeños que resultan invisibles al ojo humano. Se localizan en
las heces animales, en la tierra, en plantas enfermas y en las cortezas de ciertos árboles. Las personas pueden
infectarse con un hongo al respirarlo. Los hongos también pueden penetrar el cuerpo a través de lastimaciones
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sobre la piel, a través de las quemaduras, los catéteres (tubo médico que se inserta en el pecho) y durante la
cirugía. Otros tipos de hongos viven en la piel humana, dentro de la boca, los intestinos, la vagina y el ano.
Uno de estos hongos es la Candida, el cual puede ocasionar una grave enfermedad cuando el sistema
inmunológico está debilitado.
CANDIDIASIS
La Candidiasis es una enfermedad micótica ocasionada por un hongo de tipo levadura llamado Candida
albicans, el cual puede localizarse en la piel, dentro de la boca y en el área genital (vagina/ano).
Casi todas las mujeres experimentan un brote de candidiasis en la vagina durante alguna etapa de la vida.
Usualmente, se puede tratar esta infección con medicamentos disponibles sin receta. En las mujeres VIH
positivas, la candidiasis vaginal puede resultar más frecuente y severa. Algunas mujeres VIH positivas que
padecen de la candidiasis vaginal severa o recurrente necesitan un tratamiento especial que solamente puede
obtenerse mediante una receta médica. La enfermedad de Candida puede desarrollarse en diferentes partes del
cuerpo: sobre la piel o en las membranas mucosas (dentro de la boca, la garganta, la vagina o el ano). Este tipo
de candidiasis ocasiona lastimaciones rojizas dentro de la boca, sobre la ingle, debajo de los brazos y sobre
otras áreas sensibles de la piel. La candidiasis puede ser dolorosa, y si no es tratada, puede resultar en
afecciones graves y crónicas como la balanitis (inflamación del glande del pene) y paroniquia (inflamación
dolorosa de la piel que rodea las uñas).
Los medicamentos empleados contra la enfermedad de Candida incluyen un grupo de fármacos antimicóticos
llamados azolas. Clotrimazola, ketaconazola, fluconazola e itraconazola son algunos de los fármacos azolas
empleados para tratar la Candida y otras enfermedades micóticas.
Es difícil prevenir el desarrollo de la enfermedad de Candida, puesto que el hongo vive sobre y dentro del
cuerpo humano. Las personas VIH positivas con menos de 200 linfocitos T tienen más riesgo de desarrollar la
enfermedad. El mantenimiento de una higiene apropiada es importante. El cepillarse los dientes y el uso
regular de hilo dental, además de consultas regulares con un dentista, pueden ayudar a mantener la candidiasis
oral bajo control. El usar ropa ligera y ropa interior hecha de fibras naturales (como algodón en vez de nilón)
puede controlar la candidiasis vaginal, anal y de la piel.
CRIPTOCOCCOSIS
La enfermedad de criptococcosis es ocasionada por un hongo llamado Cyptococcus neoformans. Este hongo
es común en todo el mundo, y se localiza en las heces de pájaros, en la corteza de árboles y en la tierra. La
criptococcosis es grave, y puede ocasionar la muerte en las personas con el SIDA.
El hongo Cryptococcus infecta los pulmones y se propaga por el cuerpo. La enfermedad más grave que
ocasiona este hongo es la meningitis (infección de las membranas que rodean el cerebro). Los síntomas de la
meningitis de criptococcosis incluyen dolores de cabeza, mareos, náusea, fatiga y problemas con la vista.
Cuando la criptococcosis infecta los pulmones puede ocasionar fiebres, sudores nocturnos, tos severa y
dificultades al respirar. La enfermedad también puede manifestarse en forma de lesiones sobre la piel, las
cuales son blancas y aparecen en grupos. Los síntomas en la piel generalmente son una señal de que la
enfermedad es sistémica, afectando el cuerpo entero.
Se emplean fármacos intravenosos (IV) como amfotericina B para tratar la enfermedad. La amfotericina B
puede ocasionar serios efectos secundarios. También se pueden emplear fármacos orales como flucistosina,
pero éstos son menos eficaces. Después de recibir un tratamiento IV, la persona afectada tiene que seguir
tomando un tratamiento oral de por vida.
Las personas VIH positivas con menos de 100 linfocitos T que han sido infectados por el hongo Cryptococcus
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tienen más riesgo de desarrollar la enfermedad. Algunos médicos emplean el fármaco fluconazola para
prevenir el desarrollo de la enfermedad en las personas infectadas por el hongo. Las personas VIH positivas
con números bajos de linfocitos T deben usar guantes cuando trabajan en el jardín o cuando limpian las jaulas
de pájaros domésticos o las cajas de gato, siempre lavándose las manos después.
HISTOPLASMOSIS
La enfermedad histoplasmosis es ocasionada por un hongo llamado Histoplasma capsulatum. Este hongo es
común en todo el mundo, especialmente en las Américas. El hongo se localiza en las heces de pájaros y de
murciélagos, y en tierra mezclada con abono de animal. Las personas se infectan al respirar el hongo. En las
personas saludables, el sistema inmunológico usualmente se defiende del hongo, eliminándolo del cuerpo.
Pero en personas con sistemas inmunológicos debilitados, el hongo puede ocasionar una grave enfermedad.
La histoplasmosis relacionada con la enfermedad VIH puede propagarse por el cuerpo, convirtiendo la
enfermedad en sistémica. Los síntomas de la enfermedad incluyen sudores nocturnos, fiebre, fatiga extrema y
pérdidas de peso. Algunas personas desarrollan lesiones sobre la piel.
El tratamiento que se emplea con más frecuencia contra la enfermedad es el tratamiento IV con amfotericina
B. Algunos médicos emplean itraconazola oral para tratar a personas que padecen de la enfermedad leve. Las
personas que reciben tratamiento IV tienen que tomar el tratamiento oral de por vida.
Aunque actualmente no existen fármacos aprobados para prevenir el desarrollo de la histoplasmosis, la
enfermedad es poca común entre las personas VIH positivas. Las personas con menos de 100 linfocitos T
corren mayor riesgo de desarrollar la enfermedad si están infectados por el hongo. Estas personas deben usar
guantes y máscaras de tela cuando trabajan en el jardín, especialmente si la tierra está mezclada con abono, y
cuando limpian las jaulas de pájaros. También deben evitar aquellos lugares donde viven murciélagos y
pájaros, ya que estos animales podrían estar infectados.
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