Tres sentidos de la historia 1- La presencia del pasado. La realidad del pasado nos rodea, esta ubicado en todos los espacios, públicos y privados, omnipresente, no lo distinguimos. El pasado tiene muchas caras, cambia de nombre, uno de esos nombres es “historia”. La historia se lega de generación en generación, no debe ser ignorada. Lleva a conservar sus restos en la memoria colectiva. ‘Registro’, ‘raíz’, ‘legado’, ‘tradición’, etc, palabras que dan cuenta de las estrategias del atesoramiento del pasado. La historia es eficaz para hacernos sentir pertenecientes al grupo. Es por lo tanto el instrumento privilegiado para discriminar el nosotros de los otros. 2- Historia académica, escolar y cotidiana. Existen tres representaciones del pasado, uno en la escuela, otro en la historia cotidiana como elemento de una memoria colectiva y por ultimo la historia académica o historiografía. Estas tres representaciones son tres registros, que presentan versiones distintas en sus contenidos, incluso pueden llegar a la contradicción y al conflicto. Pero es casi imposible prescindir de una para caracterizar a la otra. Se trata de niveles de estructuración, interrelacionados, moldean diferentes dominios de la subjetividad y los enlazan progresivamente: a) los esquemas conceptuales, b) la emotividad, c) la producción común de la realidad, d) la construcción del saber. En síntesis: principios comunes de identidad definan la realidad y validan un saber que se encarna –y no solo se aprende- en cada uno de los integrantes del colectivo nacional, y los obliga a tener en cuenta sus interrelaciones al subjetivar e instituir la comunidad en su experiencia vital. Estas diferencias entre los tres registros se revelan mas cuando incorporamos la dimension social. Lo que Bourdieu definio como ‘habitus’, o sea proceso de interiorización de lo social por medio de sistemas de costumbres no conscientes. La historia academica tiene un pasado tan reciente como la mayoria de las ciencias sociales.un presente que la utiliza como herramienta cultural y un futuro que se mueve entre los empiristas, los narrativistas y los posmodernos. La historia academica es concebida como garante y modelo original de los contenidos escolares; por supuesto una vez transpuesta didácticamente, para que sea comprendida en el nuevo contexto. La transposición didactica es un concepto que analiza las relaciones entre el ‘saber sabio’ y el ‘saber escolar’, y demostro que el primero experimenta una deformación considerable al llegar a la escuela. La trnsposicion didactica contiene un matiz singular: la enseñanza de la historia suele guardar una intima adhesión emotiva a los símbolos y los relatos de la identidad nacional en detrimento del pensamiento critico. La historia escolar es mucho mas y mucho menos que la historia academica. Mas porque incluye valoresque enlazan relatoscuya finalidad es la formación, ideologica y cognitivamente, porque la escuela es una institución oficial, no autonoma respecto del estado. La historia popular parece emparentada con la memora colectiva: esa comunidad de recuerdoso representaciones del pasado, de la que diversos grupos se dotan para armar los registros del pasado. En síntesis: los tres tipos de historia se corresponden con tres registros de construccion social y significativa del pasado, que incorporan la identidad colectiva en la trama vital de cada individuo. La historia escolar brinda contenidos que se estructuran como narración oficial de la experiencia del pasado en comun. La historia academica ofrece un saber institucionalizado dentro de las ciencias sociales, que nace y se constituye en funcion de los Estados Nacionales. La historia cotidiana resignifica de modo informal parte del ‘saber enseñado’ y parte del ‘saber sabio’ y lo utiliza para interpretar el presente. 3- Pas de deux: escuela universal e historia nacional. La esnseñanza de la historia es producto de la influencia contradictoria entre los ideales de la Ilustración y del Romanticismo y acompaño el desarrollo de los Estados Nacionales. Esto nos permite considerar la enorme importancia de los procesos de educación y alfabetizacion en la modernidad. La Ilustracion propuso que la libertad estaba en las conciencias de los hombres no solo en sus cuerpos. El Romanticismo aporto el concepto de pueblo, que le dio fundamento al de Nacion. La Historia ocupo un doble lugar: brindar información organizada y critica del pasado y ofrecer una memoria solidaria con el sentimiento de identidad nacional. Se trata de una herramienta cultural organizadora de la experiencia temporal de la vida capaz de fijar identidades. El termino “escuela” designa tanto el espacio fisico concreto como la forma y la trama de relaciones de contenidos. “Templo del saber”, une los dos aspectos amterial y simbólico. La Historia dispuso también sus templos, huellas del pasado organizadas y sistematizadas en torno a un relato. Forma y contenido, son categorias teóricas cuya relación puede darnos claves para comprender procesos complejos de construccion de identidades, por lo que seria mas acertado hablar de ‘el contenido de la forma’. La Historia y la escuela se revelaron cruciales en la configuracion de Estado y de Nación. La historiografia moderna y la escuela estatal, hijas acomodadas del Estado ilustrado y la nacion romantica. Desde el comienzo la historia es parte de la forma de la escuela, también una asignatura, un contenido. Es el punto de articulación clave, entre Estado y sociedad, entre razon y nacion, que valida la funcion formadora y legitimadora de la escuela. Si las naciones son en cierto sentido ficciones historiográficas, la escolarizacion y la enseñanza de la historia adquieren un carácter estrategico y estructural tal que lleva a las teorías del S XX a considerarlas aparatos de reproducción ideológica del Estado. La ampliación del sistema educativo no significo la escolarizacion masiva, que solo se alcanzo a mediados del SXX. Historia, territorio y lengua configuran los tres ejes mas reconocidos en la invencion de la comunidad nacional, fortalecen la identidad. La articulación entre Estado y Nación se establecio a traves de un largo proceso cultural y político, uno de sus protagonistas fue la histiriografia moderna, que permitio el paso de identidades universales a las nacionales. La relación alfabetizacion, escolarizacion, nacionalización fue crucial para unir lingüísticamente las sociedades. La lengual nacionales no existieron como tales hasta que la escuela uniformizo los dialectos. La historia constituye un espacio crucial para la transmisión de valores en la escuela, a comienzos de SXX se refleja en la incorporación de la Historia Nacional. La historia era grabada en la mente de los niños. La instauración de los Estados liberales hizo de la historia academica y escolar, un primer campo de batalla simbólico entre las naciones europeas. La historia en la escuela toma a su cargo la tarea de arbitrar situandose por sobre las diferencias etnicas, lingüísticas, culturales, socioeconomicas, etc. el aula se constituye en un microespacio que anuncia aquel de la gran familia nacional. También por eso la historia y la escuela contribuyeron a profundizar las diferencias y las rivalidades entre las grandes familias nacionales al naturalizar la competencia para autoafirmar los genios nacionales. La ruptura entre los idales universales y los nacionales posee un alcance difícil de evaluar, considerando que al menos logro poner en duda los proyectos modernos. Desde mediados del siglo XX, caido el proyecto ilustrado y la idea de progreso, la reconfiguración del mapa político global a partir del segundo conflicto belico mundial, las nuevas crisis cronicas (desempleo, marginacion, amenaza ecologica) descolocaron la promesa emancipadora. La caida del Relato del Progreso y de la Historia Unica fueron extrapoladas ala caida del sujeto mismo. Esto genero una discusión dentro de la disciplina historiografica. A esto se suma la puesta en forma de la historia (los nuevos modelos tecnologicos, su reconversión narrativa). Esto nos lleva a preguntar, entonces que? En el campo de la política se reacondiciona el espacio publico y el privado, las estructuras estatales se debilitan, se fragmentan, se descentralizan. El problema de la identidad aflora de diferentes modos: emerge el multiculturalismo, planteando problemas de integración y de dominacion cultural. Las identidades comienzan a fracturarse transversalmente, en franjas que definen nuevos grupos, culturas juveniles, movimientos feministas, nacionalismos minoritarios, etc. El estudio de estos actores ingresa también a la escuela. La historia de: …, es exigida como lo “políticamente correcto”. Asi la nacion suele presentarse como un conglomerado de grupos. Pero, como se situa la escuela en este nuevo escenario? 4- Historia y construcción de imaginarios nacionales. En este reacomodamiento de la escuela parece desempeñar un papel crucial la historia. Los objetivos de carácter disciplinar consisten en: comprender el pasado de forma compleja, distinguir diferentes periodos historicos, comprender la cusalidad historica, acercarse a la metodologia utilizada por el historiador, relacionar el pasado con el presente y el futuro. En cambio los objetivos sociales de la enseñanza de la historia suelen dirigirse al ambito de la socializacion, al terreno identitario: valorar el pasado, el presente y el futuro del propio grupo, la historia del pais y lograr la identificación con caracteristicas y hechos del pasado. Esto suele llevar a una distinción entre “nosotros” y “los otros”, que deriva en el sentimiento de lealtad al grupo que suele tomar forma de “patria”. La exhortacion a que el individuo participe de la ciudadania, pretende fortalecerse con vivencias emotivas, entre otras, las efemérides, la jura de lealtad a la bandera, los cantos cotidianos, que ocupan un lugar importante desde la escuela infantil hasta la secundaria. Aun cuando tendamos a crear sistemas educativos cada vez mas descentralizados y curriculos universales, la escuela sigue siendo, un lugar de socializacion en el marco estatal. El problema es que la Historia escolar queda atrapada en los objetivos romanticos pese a que formalmete se los rechace por considerarlos “atrasados”. La historia no es solo un espacio donde lo nacional y lo regional aun conservan su vigor, sino, tal vez, el ultimo espacio dentro de la escuela que sigue precisandola para sostener su propia legitimidad. Esto dificulta la posibilidad de cambio conceptual, transformar las estructuras de conocimiento y los contenidos de nuestras representaciones. Si tenemos como objetivo desarrollar un sentimiento incondicional de identidad, estaremos renunciando a dar lugar a transformaciones en la mente del niño. Esta disyuntiva se vuelve critica en el campo de la educación. Como puede la escuela promover cambiossin perder su lugar en la cadena de legitimación? Acorralada entre las dos logicas, la escuela va sorteando profundas dificultades. Contribuye en algun modo la historia escolar a difundir el conocimiento historico? Creemos que el conocimiento historico escolar posee algunos rasgos que lo hacen digno de interes, que lo convierten en un objeto de conocimiento especifico. La transposición didactica, distancia entre la disciplina y la materia que se enseña, distancia entre “saber sabio” y “saber enseñado”, sucede porque los contenidos disciplinares requieren una transformación cualitativa, una “didactizacion” para ser comprendidos por alumnos, y porque la escuela tiende a deformar de manera profunda la disciplina academica, llega a trasponerla generando sus propias creaciones didacticas. A esto debemos agregarla que la transformación de los contenidos, muestra la representación que los educadores se hacen de los educandos, y las estrategias narrativas que deben desplegarse para construir el discurso pedagogico. A quien es fiel el profesor de historia? A la disciplina o a su version didactizada? La enseñanza de la historia en la escuela suele producir una comprensión deformada o sesgada de los contenidos academicos, que se mantiene durante toda la escolaridad, y llega a constituir el nucleo de la representación adulta de la historia. El concepto de “transposición didactica” encierra una profunda paradoja: al simplificar los contenidos, deformamos la disciplina, pero si no lo hacemos, imposibilitamos la asimilación cognitiva e impedimos la labor didactica. Aquí se inscribe uno de los problemas mas serios de la enseñanza, que pone en evidencia la conflictividad del dispositivo educador y sus multiples dimensiones. Los “saberes sabios” no pueden llegar al mundo social sin que medie una “negociación” previa de generos y significados. El saber escolar es constituido al ser transpuesto, esta “fatalidad” implica la construcción del objeto (“saber enseñado”)tanto como del sujeto (alumno de x edad). La investigación y la practica didactica, han ido proponiendo diversas metodologias con el fin de que los contenidos escolares sigan una secuenciaque permita al alumno una comprensión progrsiva. En la enseñanza de la historia, la contradicción entre los objetivos disciplinares (ilustrados) y los socioidentitarios (romanticos), hace que en muchos casos no se respeten ni se desarrollen las habilidades y capacidades que la propia didactica asigna a la mente del niño. 5- Gestionar el pasado, interpretar el presente y proyectar el futuro. Por que se enseña historia en la escuela? Casi todas las naciones han considerado esa enseñanza parte de la educación de los niños. La formación ciudadana parece ser uno de los requerimientos para la fundación integral de las naciones modernas. Aun hoy la educación escolar mantiene algunos de estos objetivos que fundaron su relación con el Estado. El los años 60/70 se incorporaron a la escuela las ciencias sociales. Para la enseñanza de la historia los mayores cambios surgieron en la propuesta de estimular una comprensión compleja del presente y generar relaciones significativas entre este y el pasado. Esto promovería el desarrollo de una historicidad. La historicidad es una capacidad que posee una dimansion cognitiva y una cultural, porque supone un desarrollo intelectual individual en el interior de un sistema complejo de construcción social. Al analizar la articulación entre la historia academica la escolar y la cotidiana, podemos advertir que toda conceptualización de la historia esta ligada a la construcción de un relato. La historia del pasado se escribe desde este ultimo punto: el presente. Encontramos en el concepto de historia autenticas brechas que no indican complejidad, sino ruptura. Diferencias culturales e ideologicas evaluadas a traves de distintos sistemas de valores y creencias. De ahí que para unos a la historia se la considera estrategica, para otros sectores, supone la amenaza de quedar paralizado. Esta posición se vincula con los usos que cada sociedad da a la historia en los que poder y saber se vinculan de un modo particular. Porque la construccionde imágenes del pasado es tan importante en la formación de los imaginarios imperantes es que la historia esta presente o ‘brillando por su ausencia’. Las diferentes modalidades se construyen, se transmiten y se legitiman desde la escuela. También la enseñanza de la historia es diferente en cada pais. Encontramos diferencias de envergadura aun entre paises que comparten una tradición cultural, como la iberoamericana: en España, la enseñanza de la historia comienza a los 11-12 años, en casi todos los paises latinoamericanos esa enseñanza comienza a partir de los 6 años. En numerosos paises iberoamericanos, se celebran en la escuela las efemérides, que ocupan un lugar simbólico central. Nada de eso sucede en otros paises. El problema de la historia en la escuela pone en juego no solo metodologias y contenidos didacticos, sino también una serie de cuestiones que dan cuenta del valor que cada sociedad le da al conocimiento del pasado en su ‘pacto presente’. La valoración y significación del pasado parecen expresar el modo en que distintas sociedades se piensan a si mismas como una unica identidad a lo largo del tiempo. El problema de la historia converge con el de la memoria y la identidad, contiene una manera de concebir que somos y que debemos hacer. No es neutral, incluye una moral. (ver ejemplo, pag 61/62, muy interesante) 6- Interés por el pasado, comprensión de la historia? En la construcción de los diferentes usos de la historia (cotidiano o popular, escolar e historiografico) es preciso tener en cuenta aquellos ambitos de aprendizaje que no son escolares, pero que son eficaces y potentes en la construcción de dichos usos. En estos ambitos es frecuente escuchar que la historia escolar no es tan esencial en la configuración y representación identitaria del pasado. Pueden encontrarse amplias referencias al describir distintos tipos de museos y parques-historicos, civicos, de inmigración, patrioticos, de ciencia y tecnologia, etc.- y analizar como estos plasmaron una mirada hegemonica diferente. (ejemplo de historia a la “norteamericana”) Se puede comprender el impacto de la industria de entretenimientos en los procesos sociales de construcción de significados compartidos, de la identidad, y del pasado comun, no solo en el espacio publico, sino mas en general, en la esfera publica. Existe una dificultad mas amplia que la de incorporar el conflicto como motor de los hechos historicos; una dificultad que se sustenta en la negacion del conflicto social. Tenemos diversos ejemplos de cómo la estrategia de permanente conciliación conduce a una historia sesgada políticamente. Esta vision del pasado se oponea toda vision social, y por ende historicista. Esta pasado da cuenta de una practica antagonica a la de la historia. La industria del entretenimiento aumenta su poder como instancia legitimadora de los saberes compartidos, en detrimento de los canales formales y disciplinarios. Una posición critica, alerta sobre los peligros de una historia univoca donde los sujetos pierden capacidad de accion; otra promueve esta postura. La complejidad que caracteriza los procesos de construcción de las representaciones del pasado, nos introduce en el problema de los usos de la historia (publicos, políticos, populares, popularizados) y a entenderla como una disciplina y como un tipo particular de gestion a favor de una memoria colectiva instituida e instituyente. No se trata solo de lo que se recuerda, sino también de lo que se olvida.