8. Comentario del texto de Descartes

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Comentario del texto de Descartes
Así, a causa de que nuestros sentidos nos engañan algunas veces, quise
suponer que no había ninguna cosa que fuera como las imágenes que ellos
nos transmiten de esa cosa. Y como hay hombres que se equivocan al
razonar, incluso en cuanto a las cuestiones más simples de la geometría y
cometen en ellas razonamientos falsos, juzgando que yo estaba expuesto
a equivocarme como cualquier otro, rechacé como falsas todas las
razones que había tomado antes por demostradas. En fin, considerando
que todos los pensamientos que tenemos cuando estamos despiertos nos
pueden venir también cuando dormimos, sin que haya ninguno que, por
tanto, sea verdadero, resolví fingir que todas las percepciones que hasta
entonces habían entrado en mi mente no eran más verdaderas que las
ilusiones de mis sueños. Pero enseguida me di cuenta de que, mientras
quería pensar así que todo era falso, era necesario que yo, que lo pensaba,
fuese algo. Y notando que esta verdad pienso luego existo era tan firme y
tan segura que hasta las más extravagantes suposiciones de los
escépticos no eran capaces de hacer tambalear, juzgué que la podía
recibir sin escrúpulo como el primer principio de la filosofía que buscaba
(R. DESCARTES, Discurso del método, IV [traducción propia]).
1. Con respecto al texto: a) sitúa al autor en su momento histórico, b) señala el
tema o el problema del texto, c) indica las ideas principales, d) muestra las
relaciones entre ellas y, e) explícalas.
a) Con R. Descartes (1596-1650) puede decirse que comienza la Filosofía
Moderna. Es el fundador del Racionalismo, una de las más típicas corrientes
de la modernidad. Su proyecto consiste en elaborar un sistema filosófico que
unifique todas las ciencias sobre seguros cimientos utilizando exclusivamente
la razón. Dicho proyecto supone: la formulación de un método, la utilización
de la duda hasta conseguir la primera verdad y la recuperación racional del
conocimiento de todo a partir de esa primera verdad segura.
b) El tema del texto es el descubrimiento de la primera certeza de su sistema
como consecuencia del proceso de la duda metódica.
c) Las ideas principales son:
1. Como los sentidos, a veces, me engañan, supongo que lo pueden hacer
siempre.
2. Como muchos hombres se equivocan al razonar, quién me dice que lo que
yo había dado por demostrado, no será falso.
3. Como los pensamientos que tengo despierto los puedo tener cuando
duermo, quién me dice que no los estoy soñando todo.
4. Pero me doy cuenta de que si pienso, tengo que ser o existir.
5. Esta verdad es tan firme y segura que resiste todos los ataques de los
escépticos.
6. Por ello, la recibo como el primer principio de mi filosofía.
d) Las relaciones en que están las anteriores ideas pueden ser las siguientes:
En la primera parte del texto se van exponiendo los niveles de la duda
metódica y al final Descartes descubre la primera certeza de su sistema y
hace una ponderación de su descubrimiento. Veámoslo más de cerca.
d.1. Comienza con la extensión o profundización de la duda metódica en tres
pasos:
Comentario del texto de Descartes
- Como los sentidos me engañan a veces, me pueden engañar siempre.
- Como nos podemos equivocar razonando, puede esto ocurra siempre.
- Como lo que percibo despierto lo puedo percibir también dormido,
puede que siempre esté soñando.
d.2. Descubrimiento de la primera certeza: Pienso, luego existo.
d.3. Ponderación o valoración:
- Esta verdad es absolutamente segura, es indubitable.
- Decide Descartes tomarla como la primera certeza de su filosofía.
e) El Racionalismo puede considerarse como una reacción frente al
escepticismo y frente a la dispersión de escuelas y opiniones filosóficas, una
reacción que deposita una plena confianza en el poder de la Razón. De ahí que
Descartes comience la construcción de su sistema con la duda (metódica),
esforzándose por dudar de todo lo posible. Se trata de una estrategia
consciente y deliberada (“quise suponer”…”quería pensar”…) mediante la cual
intenta dudar de todo, pero una duda esperanzada en que es posible hallar la
verdad. Se trata también de una estrategia en la que Descartes fuerza y
“exagera” voluntariamente las posibles causas de duda, pues cuanto más se
esfuerce en dudar, si encuentra alguna verdad que resista esa duda forzada,
tanto más “firme y segura” será dicha verdad, así lo plantea en el texto.
Efectivamente, puesto que los sentidos me engañan algunas veces ya no
sé si lo hacen siempre; por tanto, tengo que dudar de si las cosas son como los
sentidos me enseñan. Como no dispongo de un criterio seguro para distinguir
entre el sueño y la vigilia, no tengo más remedio que dudar también de la
existencia misma de esas cosas que percibo, de si existen realmente o son sólo
“ilusiones”. Y como a veces, en los razonamientos más sencillos me equivoco,
puede que me esté equivocando siempre. En las Meditaciones Metafísicas
utiliza Descartes el recurso del genio maligno, para poner en duda las
“verdades matemáticas”, pues pudiera ser que ese genio maligno me
manipulase de tal modo que yo creyese estar en la verdad, cuando en realidad
estoy en el error.
En resumen, nos plantea en el texto que no tengo seguridad de si las
cosas son como me dicen los sentidos (esencia), ni si existen tales cosas
(existencia), ni si estoy siendo manipulado (incluso en el terreno de los
razonamientos de la matemática). Todo parece ser susceptible de duda. Una
duda que en Descartes es metódica, universal, provisional y teorética.
Pero, aunque “quiera pensar que todo sea falso” si pienso, yo soy algo.
Pienso, luego existo. Aunque todos mis pensamientos sean falsos, tengo que
admitir que existo.
Ha logrado Descartes descubrir una verdad indubitable, una verdad
“firme y segura”, la “primera piedra” sobre la que edificar su sistema, puesto
que cumple perfectamente la primera regla de su método, la de la evidencia.
Pero como Descartes concebía la Ciencia como un saber de carácter
deductivo, se ve ahora obligado a deducir desde esa primera verdad todo el
sistema. Descartes se va a ver obligado a sacar del yo las cosas, no sin
dificultades y apoyándose únicamente en la razón.
Como se ve, la confianza de Descartes en el poder de la razón es plena.
La información de los sentidos de entrada es para Descartes poco fiable, y
aunque luego la recupera, dicha información sólo será válida si confirma las
deducciones que la razón ha llevado a cabo desde las ideas innatas. La
experiencia sólo interviene para comprobar las suposiciones deductivas más
concretas.
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