Reportaje: Reflexiones sobre nuestro sistema tributario

Anuncio
Título: Reportaje: Reflexiones sobre nuestro sistema tributario
Autor: Diez, Humberto P.
Publicado en: La Ley Online
La Ley le acerca un reportaje realizado a Humberto P. Diez, (Titular de "Teoría y Técnica
Impositiva I" de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires), donde
realiza algunas reflexiones sobre nuestro sistema tributario.
¿Qué reflexión le merece nuestro sistema tributario?
El primer calificativo que merece nuestro Sistema Tributario es que descansa en una imposición
regresiva, no hay duda que la base de tributación es el consumo, y si bien se alcanza la renta y
el patrimonio, esto en su mayor medida es a nivel de entes empresarios quienes a través de los
precios, de sus bienes o de sus servicios, trastocan la capacidad contributiva repercutiendo el
impacto impositivo en el consumidor.
Otra distinción que preocupa es la evolución no racional que ha tenido nuestro ST,
constantemente se modifican pautas que no permiten mantener una estabilidad y una idea
global de sistema, un ejemplo de ello es el impuesto a los débitos y créditos bancarios que
apareció en nuestra legislación por un problema coyuntural y que año tras año se renueva en su
aplicación, otro ejemplo reciente, de esta característica de nuestro régimen impositivo, es la
derogación de la posibilidad en el IVA de disponer del saldo técnico por compra de bienes de
capital (ley 26.346 deroga el régimen establecido por la ley 25.360 artículo incorporado sin
número a continuación del artículo 24) y días después la ley 26.360 instituye un tratamiento
fiscal para las inversiones en bienes de capital nuevos, con características similares al derogado.
Sin embargo a pesar de la gravedad de la regresividad y de la evolución desordenada e
irracional del sistema, creo que la principal objeción que debe hacerse en la actualidad a nuestro
régimen tributario es que el mismo no es legal, al no respetar lo consagrado en la ley de leyes.
Nuestra Constitución establece que la imposición directa, sólo puede ejercerla el gobierno
nacional por tiempo determinado siempre que la defensa, la seguridad común y el bien general
del Estado lo exijan y el resultado de esos recursos tributarios, que incluyen la gravámenes
indirectos, salvo aquellos que tengan asignación específica, deben coparticiparse entre la
Nación, las provincias y la ciudad autónoma de Buenos Aires, contemplando criterios objetivos
de reparto.
Debiendo pautarse la distribución a través de una ley convenio que asegure que la misma es
equitativa y solidaria y dándole prioridad al logro de un grado equivalente de desarrollo, calidad
de vida e igualdad de oportunidades en todo el territorio de nuestro país.
Nuestro sistema tributario no respeta ninguno de estos pilares, la Nación aplica en forma
"transitoria" el impuesto a las ganancias o su antecesor desde el año 1932 (impuesto a los
réditos), el impuesto a los bienes personales o sus antecesores desde el 1976 (impuesto al
patrimonio neto, luego impuesto a los bienes personales no afectados a un proceso
económico), el impuesto a las ganancias mínima presunta o sus antecesores desde el año 1989
(impuesto sobre los capitales, impuesto sobre el activo empresario) y para colmo de males,
luego lo coparticipa a su antojo.
En estos días de tramites parlamentarios abierto, en el recinto o en la carpa, debería plantearse,
la necesidad de una reforma impositiva que cumpla los preceptos constitucionales, que permita
que todos los estados gubernamentales intermedios tengan acceso a fuentes tributarias
mayores y que de una vez por todas tengamos una ley convenio, articulada y ordenada que
garantice la automaticidad en la remisión de fondos públicos recaudados por la Nación en
relación directa a las competencias, servicios y funciones de cada uno de los estados
provinciales.
¿Planteando una organización federal de Gobierno se solucionarían los problemas de
recaudación en los fiscos provinciales?
Pienso que ese es el camino. En los últimos años la Administración Central transfirió a los
estados provinciales responsabilidades y funciones públicas en diversos sectores educación,
sanidad, seguridad.
Los ingresos provinciales son escasos, a esta altura del año la mayoría de las cuentas públicas
provinciales están en déficit con lo presupuestado y ello obedece, entre otras circunstancias, a
que los recursos descansan, además de un impuesto con base inmóvil como el inmobiliario, en
un impuesto arcaico como el impuesto a los ingresos brutos.
Este tipo de imposición, que se dejó de utilizar en Europa hace 60 años con la aparición del IVA,
que tiene innumerables desventajas respecto a sus efectos económicos, torna al sistema en
insuficiente y entonces agudiza el ingenio de los administradores quienes con gran voracidad
fiscal crean la figura de agentes de recaudación, en algunos casos sin potestad tributaria para
hacerlo, sistemas de acreditaciones bancarias, regimenes de retención, percepción, pagos a
cuentas, listados de contribuyentes con alto riesgo fiscal, pedidos de información mensuales,
quincenales e incluso por operación (como el caso del COT en la Provincia de Buenos Aires).
Consecuencia de lo expuesto, en muchos casos los contribuyentes sufren retenciones por más
de una jurisdicción y ni siquiera se respetan al momento de sufrirlas la proporción asignada en
el Convenio Multilateral, a otros responsables del impuesto no teniendo actividad en el estado
provincial le perciben en la cuenta bancaria o le retienen el tributo o se le aplica un pago a
cuenta, en síntesis, los contribuyentes tienen saldo a favor permanente y no hay recurso posible
para frenar ese atropello fiscal.
Además en el último tiempo, se ha modificado el criterio de atribución de ingresos en la venta
de bienes en el régimen general de distribución de la base imponible en el Convenio
Multilateral, a pesar de tener más de 30 años la normativa del mismo sin ningún tipo de
modificación lo que es una singularidad en nuestro sistema impositivo.
Siempre se asignó el ingreso a la jurisdicción donde se concretaba la operación, es decir al lugar
donde existía sustento territorial, donde se configuraba la actitud de venta de los bienes, ahora
a través de pronunciamientos de la Comisión Plenaria se modifica el criterio rector de la
atribución del ingreso siendo éste el lugar de entrega de la mercadería.
Toda esta inseguridad jurídica es motivo de la apetencia fiscal originada en la falta de riqueza de
las fuentes tributarias que le han quedado a los fiscos provinciales, en detrimento del no
cumplimiento de la pauta constitucional.
Creo que es el momento de reformular el ST con un sentido federal y respetar las bases
fundamentales de nuestra carta magna, para que todos los Gobiernos, el Nacional y los
Provinciales tengan la posibilidad de ejercer sus funciones y responsabilidades accediendo para
ello a recursos provenientes de fuentes tributarias con elevado potencial económico.
Por último, ¿es eficiente el accionar de la Administración Federal de Ingresos Públicos?
La AFIP ha avanzado mucho en cuestiones informáticas, en la actualidad presentar declaraciones
juradas por Internet, hacer pagos en línea, consultar en la página Web del fisco las retenciones
que le han practicado a un contribuyente, acceder a la condición tributaria de un proveedor o
cliente, o solicitar la baja de un impuesto o de un contribuyente son situaciones de resolución
simple que facilitan la tarea del contador público.
De igual forma se ha crecido muchísimo en cantidad y calidad de información, por ejemplo hoy
la Administración Fiscal puede monitorear muchas operaciones, por ejemplo, entre otras las
operaciones inmobiliarias, a partir de los sistemas del COTI, el régimen de información de
expensas o de operaciones inmobiliarias.
Además puede determinar las obligaciones previsionales (Su declaración) ya que posee las altas
y bajas de personal, los vínculos familiares de cada uno y los domicilios de desempeño, entre
otros datos, a través del programa (Mi simplificación)
En el haber de la AFIP se encuentra alguna desinteligencia con la vigencia de cuentas tributarias,
el pedido de regímenes informativos a periodos anteriores, como en el caso de datos a los
fideicomisos (se exige además del año 2007, los años 2005 y 2006) o el nuevo Citi Ventas (AFIP
RG 2457) que a pesar de publicarse la resolución que establece el régimen recientemente (junio
2008) se solicita la declaraciones mensuales desde enero de 2007.
Otro cuestionamiento que podría hacerse a la AFIP es que a pesar de su lucha tenaz con las
facturas apócrifas, extraña que no haya completado el esquema de control que pretende
nuestra ley de procedimientos tributario.
La ley 25.795, en noviembre del 2003, estableció que ciertos contribuyentes que definiría el
Poder Ejecutivo, estarían obligados a constatar que las facturas recibidas, se encuentren
debidamente autorizadas por la Administración fiscal.
Mucho tiempo tardó el ejecutivo en reglamentar la situación. Recién en mayo del 2007, a través
del decreto 477/2007, definió que los exportadores, los agentes de retención del IVA, el Estado
Nacional y sus dependencias y quien reciba comprobantes electrónicos deben constatar la
validez de las facturas recibidas.
Esperemos que la AFIP dicte la resolución que termine de pergeñar el sistema de control que
permita erradicar para siempre el gran flagelo del sistema tributario en estos últimos años como
lo fue la factura apócrifa.
Descargar