Mala Conciencia: ¿Vale la Pena o No? por Gabriella Kortsch, Ph.D. Tus sentimientos de culpabilidad casi te están ahogando. ¿Cómo he podido – te preguntas – hacer semejante cosa? Fuiste infiel Mentiste a tu mejor amigo Le dijiste a tu madre (porque querías ir a comer con el abogado ese tan guapo que conociste en el fitnes) que no la podías llevar al dentista hasta la semana entrante, y entonces ella misma llevó el coche, tuvo un accidente aparatoso, y ahora está en el hospital con una pierna fracturada. Llegaste tarde a la ceremonia de graducación de tu hijo Hiciste trampa en un examen Robaste dinero del monedero de tu padre Le gritaste a tu hermanito porque entró en tu cuarto sin tocar cuando te estabas cambiando Malversaste fondos de tu empresa Te negaste a hablar con tu padre durante dos semanas debido a su actitud tan implacable Le convenciste a tu hermana a que te prestara su coche – en contra de su juicio – y ahora has chocado con su coche contra un árbol Tras años de no tomar ni una copa, no lo pudiste resistir, y volviste a reincidir Contaste un chisme sobre alguien, sin saber siquiera si el chisme era cierto, y ahora un montón de gente lo está comentando, y están juzgando a esa person basado en tu chisme Te olvidaste del aniversario de tu boda Y ahora te sientes culpable. Tan terriblemente culpable. Debes de Sentirte Culpable Y claro, tú crees que esa clase de sensación de culpabilidad debe de ser. Que al sentirte tan mal sobre algo que has hecho, estás expiándote, estás pagando las culpas. De alguna manera es lo que se te enseñó … quizás fueron tus padres, quizás la iglesia, o quizás sencillamente la sociedad en general. Este es el precio que se paga por haber hecho algo que no debías de haber hecho. Castigo. Expiación. Y quizás, si te arrastras lo suficiente, o si te demuestras con remordimientos suficientes, de alguna manera alguien te perdonará. Pero generalmente, incluso cuando se te haya perdonado, algunas veces precisamente porque se te ha perdonado, continúas sientiéndote culpable. Al fin y al cabo, parece que crees, al seguir mostrando tu culpabilidad, sigues demostrándole al mundo que sabes que lo que has hecho estuvo mal. Es la expiación. Si descartas tu culpabilidad demasiado rápidamente – o al menos así lo crees – los demás pueden pensar que no estás lo suficientemente arrepentido. ¿Pero qué pasa si tienes mala conciencia con algo que pasó hace mucho, y la persona involucrada ya ha muerto? ¿Entonces quién te perdonará? ¿Significa que entonces debes de sentirte culpable por lo que sucedió el resto de tu vida? ¿O qué pasa si verdaderamente estás arrepentido pero la otra persona se niega a perdonarte? ¿Ahora qué? ¿Tiene Sentido tu Mala Conciencia? Vamos a examinarlo. ¿Vale la pena tener mala conciencia? Yo diría que si, aunque sólo para que reconozcas que lo que hayas hecho no fue bueno, no fue correcto, y que no lo deberías de repetir, y que por tanto, tomes la decisión muy consciente de intentar corregir o compensar por lo que hiciste, y luego decidir – con plena conciencia y muy deliberadamente – de nunca volver a hacer esa cosa en concreto. Punto. La mala conciencia tuvo un propósito fundamental: de darte la lección de no volver a hacer semejante cosa nunca más. Ni más, ni menos. Más allá de eso, en mi opinión, siempre y cuando hayas aprendido la lección – la mala conciencia es absolutamente inútil. La Mala Conciencia Puede Ser de Interés Propio Siguiendo con la mala conciencia más allá de las circunstancias descritas más arriba, demuestras, de hecho, algo de interés propio. Lo demuestras porque es de tu interés seguir sintiéndote culpable para que te puedas sentir mejor. Mientras que tengas mala conciencia, te puedes decir que estás compensando por el hecho de sentirte mal por lo que hiciste. ¿Pero eso le sirve al otro? ¿A la persona a quien le hiciste algo?¿De qué le sirve que te sientas culpable? ¿Y qué pasa si ya ha muerto? No se puede beneficiar de tu mala conciencia. O quizás ya no te quiere hablar. No se puede beneficiar de algo que ni siquiera sabe que está pasando. O quizás está al tanto de tu culpabilidad, y te ha dicho que puedes dejarlo, que ya no es un asunto importante, pero tú insistes en sentirte culpable. ¿Eso le sirve de algo al otro? Puede que haya un caso en el cual el otro pudiese sacar un beneficio de tu culpabilidad, y eso es una persona que continua sintiendo rencor contra ti, y disfruta ver que te echas cenizas figurativas a la cabeza. (Tal tipo de persona debe de echar un buen vistazo a si mismo por otra clase de razones, preguntándose cómo se beneficia tener tal actitud, y ese tema ya no cabe dentro de los parametros de este articulo.) Entonces volvamos a la pregunta: ¿hay algo de utilidad en la mala concienca, más allá del reconocimiento de que has hecho algo mal, que debes de arrepentirte por lo hecho, compensando de algún modo (por ejemplo: pidiendo perdón), y que debes de aprender una lección de ese momento de tu vida y decidir no volver a hacer semejante cosa nunca más? Los Beneficios de la Mala Conciencia He aquí lo que sería de beneficio, no solamente para la persona perjudicada, si aun estás en contacto con ella, sino también para ti, y muy en concreto, para todos aquellos con los que vayas a tener contacto desde ahora. Si al reconocer que lo que has hecho es algo que no quieres volver a repetir nunca más, y por tanto has aprendido una lección importante que te va a servir bien el resto de tu vida, entonces habrás cambiado una parte de tu sistema interno psicológico, emotivo y espiritual. Habrás llegado a ser, hasta cierto grado, otra persona, con un conjunto de valores más alto, un conjunto de valores que te lleva a otro nivel. Según continúes en tal línea, tu vida puede – si así lo deseas – continuar a crecer y evolucionar de tal manera que te encuentras en una búsqueda contínua de autosuperación. Así que en ese sentido la mala conciencia puede tener una utilidad alta y positiva. Pero solamente porque te lleva en aquella dirección de crecimiento, y no porque te mantengas atascado dentro del sentimiento de culpabilidad. Gabriella Kortsch es doctora en psicología, se dedica al coaching integral, a la hipnoterapia clínica, al coaching de parejas, y es escritora y conferenciante profesional. Emite un programa semanal de radio (en inglés) desde 2003 en la Costa del Sol en España, que también se puede oír en el Internet o como clips de audio en su portal. Ella trabaja con clientes para llevarlos hacia un mayor éxito personal, profesional y de pareja utilizando un enfoque integral basado en el desenvolvimiento del potencial humano. También ofrece talleres en el campo del desarrollo personal en España e Inglaterra. Suscríbete y motívate con su boletín vanguardista, ahora disponible en español e inglés. También puedes leer y colgar tus comentarios en su blog (en inglés).