Análisis de las principales obras de Goya

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Trabajo de Ciencias Sociales
Leyre Díaz
Nº 9 3ºESO B
Índice
Introducción Biografía Página 03
Época histórica Página 06
El Quitasol Página 08
1ª etapa Regina Martirum Página 10
El pelele Página 12
Sebastián Martínez Página 14
2ªetapa Se quebró el cántaro Página 16
El sueño de la razón Página 18
produce monstruos
Fernando VII Página 20
Comentarios de 3ª etapa El Coloso Página 22
Obras Saturno devorando Página 24
a su hijo
El 3 de Mayo Página 27
La última comunión Página 29
4ª etapa de S. Jose de Calasanz
Retrato del duque Página 31
San Carlos
Juan Bautista de Página 33
Muguiro
5ª etapa La Lechera de Burdeos Página 35
1
El famoso americano Página 37
Mariano Ceballos
Conclusión Página 39
Bibliografía Página 40
Biografía
Francisco de Goya y Lucientes nació en Fuendetodos (Zaragoza), villa natal de su madre, el 30 de Marzo de
1746. Fue el tercero de cuatro hermanos.
La economía de Fuendetodos se basaba en una agricultura de secano y en una ganadería ovina, pero también
ayudaba una singular fuente de ingresos, el hielo. Al este del pueblo había unos pozos de hasta cinco metros
de profundidad en los que se depositaba nieve. Estos se cubrían de paja y cerraban por la superficie con una
bóveda. En verano, aquella nieve era hielo, que cubierto de paja era transportado hasta Zaragoza para su
venta. Pero también muchos habitantes próximos se acercaban a buscarlo, entre ellos los clérigos de la Cartuja
de Aula Dei. Allí nació la amistad entre Francisco y los cartujos.
Los Goya se trasladaron a Zaragoza por lo que Francisco pasaría allí su infancia y su juventud. Esto fue
debido a que su padre instaló en la ciudad su taller de dorador, allí Goya aprendió el oficio. Acudió a las
Escuelas Pías, donde conoció a Martín Zapater, al que le uniría una amistad para siempre.
A los trece años, en 1759 y hasta 1762, Francisco de Goya asiste a clases de pintura que imparte José Luzán y
poco después entra a trabajar en su taller. En verano, durante la vendimia, va a Fuendetodos, y bajo la
dirección de su propio padre realiza su primera obra, pinta el armario de las reliquias que posee la iglesia y se
complementa con la decoración del muro al que va adosado el armario.
Por dos veces, a los diecisiete y a los veinte años, concursa, sin éxito, para obtener una pensión en la
Academia de Bellas Artes de San Fernando; este doble fracaso le impulsa a viajar a Italia, donde aprende la
técnica del fresco, que le servirá, a su regreso a España, para conseguir su primer encargo oficial en la Basílica
del Pilar de Zaragoza.
Dos años después de su regreso a España, concretamente a Madrid, se casa con Josefa Bayeu, hermana de
Francisco Bayeu, pintor de la Cámara del Rey Carlos III. Este hecho favorecerá su ingreso como pintor de
cartones en la Real Fábrica de Tapices. Trabajó allí desde los veintinueve a los cuarenta y cinco años,
realizando sesenta y tres cartones para los palacios de El Escorial y El Prado.
A la muerte de Carlos III en 1788, su sucesor Carlos IV y la reina María Luisa le nombran pintor de Cámara,
cargo que no abandonó hasta su exilio en Burdeos; comienza así a realizar los retratos oficiales de los Reyes.
Su fácil acceso a las colecciones reales le permite copiar y grabar varios cuadros de Velázquez, asimilando así
algunos de los secretos de su técnica.
A partir de ahora, Goya es ya un pintor consagrado: es elegido Académico de la Real Academia de Bellas
Artes de San Fernando. Sus grandes protectores, los duques de Osuna, y, más tarde, los de Alba le introducen
en la vida social haciéndole importantes encargos. Posarán para él los más destacados personajes; los retratos
que hará a partir de entonces le convertirán en el cronista oficial de la aristocracia y los intelectuales de la
época.
En 1792, durante un viaje a Andalucía, contrae una grave enfermedad que le dejó completamente sordo. Esta
circunstancia, unida a las graves consecuencias que la Revolución Francesa tuvo en la Corte y para sus amigos
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ilustrados (destierros, encarcelamientos...), le sumirán en una profunda crisis que influirá en su carácter y en
su pintura.
Durante la Guerra de la Independencia 1808−1814, Goya acentuó su pesimismo y mantuvo una actitud
conservadora en su actividad pública, como se puede ver a través de sus históricos lienzos: El Dos de Mayo y
Los fusilamientos del Tres de Mayo; y de sus grabados Los Desastres de la Guerra.
A los setenta y tres años, sordo, enfermo y desengañado, compra la "Quinta del Sordo" a las afueras de
Madrid; allí se refugia con Leocadia Weiss, fiel compañera de su vejez, y ejecutará su obra más personal e
inconfundible: Las Pinturas Negras. Viviría allí hasta 1823, fecha en que regala la finca a su nieto Mariano
En 1824 partía Goya hacia Francia, concretamente hacia Burdeos, en busca de tranquilidad y del cariño de
todos aquellos amigos que allí se encontraban. Vivió cuatro años más, con nuevas ilusiones que le permitieron
seguir intentando nuevas formas y técnicas en su pintura hasta su muerte en 1828.
Época histórica
La vida de Goya abarca un amplio espacio de la vida española, un espacio muy importante y trascendental en
sí mismo y en sus posteriores consecuencias.
Francisco de Goya fue un hombre situado entre dos épocas fundamentalmente: la etapa optimista de la
Ilustración, que concluye con el reinado de Carlos IV, y el periodo de invasiones y luchas partidarias que se
inicia en nuestro país a principios del S. XIX.
Durante su primera época reinaba Carlos III, monarca ilustrado que apoyó el liberalismo y trató de modernizar
la sociedad española. Así, Goya se dedicó mayoritariamente a pintar escenas cotidianas de la vida del pueblo
en las que se reflejaba su optimismo y retratos de ministros importantes como el Conde de Aranda, Gaspar M.
De Jovellanos o el Conde de Floridablanca entre otros.
En 1788 subió al trono Carlos IV, cuyo valido fue Godoy. Este fue un monarca absolutista y a los pocos
meses de subir al trono estalló la Revolución Francesa. Así, Carlos IV cerró las fronteras de España para que
no se contagiasen las ideas francesas. Godoy firmó el tratado de Fontainebleau, que permitió la invasión
francesa de la península. El descontento popular supuso que se llevase a cabo una resistencia nacionalista y
finalizó con la subida al trono de Fernando VII tras el motín de Aranjuez. Este, a su vez, abdicó en favor de
Jose I, hermano de Napoleón. Durante esta época Goya trabajó en la Corte de Carlos IV, donde pintó
numerosos retratos de la familia real. Además siguió con sus temas costumbristas entre los que destacan los
"Caprichos".
Durante la tercera etapa de Goya se llevó a cabo la Guerra de la Independencia en España, lo que dio lugar a
la pintura dramática de Goya, que dejó de ser descriptiva. En 1814 se produjo el desastre francés y por lo tanto
la deposición de Jose I.
Tras la invasión francesa regresó al trono Fernando VII, pero el rey que anteriormente había sido un monarca
ilustrado se convierte ahora en un rey absolutista como consecuencia de la Restauración del Antiguo Régimen
en Europa. Los temas que interpreta ahora Goya son en su mayoría históricos.
1ª etapa (1746−1783)
EL QUITASOL
La imagen muestra "El quitasol", cuyo autor fue Goya durante 1777, y por lo tanto perteneciente a la pintura
pre−impresionista. Se trata de un tema popular, concretamente representa a un joven tapándole el sol a una
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maja.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es una característica muy importante ya que enfoca directamente al
cuerpo de la maja, destacando así la sombra a la que da lugar el quitasol. Su composición gira entorno a un
primer plano en el que se encuentran las dos adolescentes. Los árboles que se sitúan en la parte trasera y el
tono claro del fondo dan sensación de perspectiva. Los personajes dejan ver un leve movimiento en su
postura. Su rostro refleja una expresión relajada y placentera. Es un cuadro bastante realista ya que refleja un
momento cotidiano de la vida del pueblo español. Predomina el color sobre el dibujo y destacan las
tonalidades claras que contrastan con el oscuro del suelo o de la valla que hay en la parte izquierda.
Esta obra es uno de los más bellos cartones para tapices. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado, en
Madrid. Francisco de Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias
artísticas. Sus obras revelan que fue un artista muy comprometido con su época. El Quitasol pertenece a la
pintura española de estilo pre−impresionista, es un arte rico que expresa el ideal de vida cortesano lleno de
lujo y sin preocupaciones.
Con esta obra Goya quiere representar el optimismo del pueblo durante la Ilustración, así como el liberalismo
que predominó durante este movimiento cultural.
REGINA MARTIRUM
La imagen muestra el "Regina Martirum", cuyo autor fue Goya en 1780 y por lo tanto perteneciente a la
pintura española de estilo rococó. Se trata de un tema religioso, concretamente la adoración a la Virgen, reina
de los mártires.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es característica muy importante ya que enfoca directamente a la
Virgen por lo que parece que emane de ella. A su vez, la luz quiere reflejar la materialización de la luz divina.
La composición consta de un único plano, cuya figura principal es la Virgen, que está situada en el centro y
que se rodea por ángeles y mártires. Las figuras cercanas y el fondo dan sensación de perspectiva.
Distinguimos un movimiento suave en los gestos de los personajes y que se acentúa por las nubes vaporosas,
características del rococó. Los rostros y los gestos de las figuras dejan ver una expresión de adoración hacia la
Virgen. Los personajes son realistas en la manera en que están tratados. A pesar de predominar el color sobre
el dibujo, destacan las tonalidades cálidas pero vivas.
Esta obra fue encargada por Francisco Bayeu, el cual pidió su colaboración a Goya, con quien mantenía una
gran amistad. Goya sigue los modelos del arte rococó pero utilizando las técnicas pictóricas que había
aprendido en Roma. Francisco de Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas
tendencias artísticas. Sus obras revelan que fue un artista muy comprometido con su época. El Regina
Martirum pertenece a la pintura española de estilo rococó, que es un arte al servicio de la nobleza Es pues, un
arte rico que expresa el ideal de vida cortesano lleno de lujo y sin preocupaciones.
Durante esta época la Iglesia encargó numerosas obras a los artistas. Estas representan momentos religiosos y
con ellas la Iglesia quiere expresar su poder.
EL PELELE
La imagen muestra "El Pelele", cuyo autor fue Goya en 1791, y por lo tanto perteneciente a la pintura
española pre−impresionista. Se trata de un tema popular, concretamente es un grupo de jóvenes manteando a
otro.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es una característica muy importante ya que enfoca directamente al
grupo de jóvenes, que es lo que el autor quiere destacar, junto con el fondo que también presenta una gran
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claridad. Produce Así un juego de luces y sombras. Su composición gira entorno a un primer plano, en el que
se sitúan los personajes. Los arbustos de la parte trasera y la torre que se ve al fondo dan sensación de
perspectiva. Distinguimos movimiento en la manta y en la figura que es manteada, a pesar de que su postura
no sea muy natural. La expresión de los rostros refleja placidez y optimismo. La obra no es muy realista ya
que las posturas que adoptan los personajes están forzadas, lo apreciamos sobre todo en la figura del pelele.
Predomina el color sobre el dibujo y destacan las tonalidades cálidas pero vivas, que contrastan con el oscuro
de los vestidos.
Esta obra destaca por sus grandes dimensiones. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado en Madrid.
Francisco de Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas.
Sus obras revelan que fue un artista muy comprometido con su época. El Pelele pertenece a la pintura
española de estilo pre−impresionista, es un arte rico que expresa el ideal de vida cortesano lleno de lujo y sin
preocupaciones.
Con esta obra Goya quiere representar el optimismo del pueblo durante la Ilustración, así como el liberalismo
que predominó durante este movimiento cultural.
2ª etapa (1783−1808)
SEBASTIÁN MARTÍNEZ
La imagen muestra el retrato de "Sebastián Martínez", cuyo autor fue Goya durante 1792 y por lo tanto
perteneciente a la pintura española del propio estilo de Goya. Se trata de un retrato cotidiano.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es una característica muy importante ya que recae sobre el cuerpo
de Sebastián Martínez y sobre la carta que posee en sus manos, que es lo que el autor quiere resaltar; y deja
oscurecido el fondo, dando así sensación de perspectiva. La composición gira entorno a un único plano en el
que se encuentra el personaje. El movimiento es inexistente y su rostro deja ver una expresión de tranquilidad
y serenidad a la vez. Es una obra bastante realista ya que refleja perfectamente la actitud del personaje.
Esta obra representa a Sebastián Martínez, que fue quien acogió y cuidó a Goya durante su larga y grave
enfermedad. Actualmente se encuentra en el Museo Metropolitan de Nueva York. Francisco de Goya fue un
pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras revelan que fue
un artista muy comprometido con su época. El retrato de Sebastián Martínez pertenece a un estilo propio de
Goya que podríamos determinar como pre−expresionista que intenta buscar la psicología del personaje.
Con esta obra Goya quiere dar prestigio a Sebastián Martínez. Con ello pretende resaltar el poder de la
burguesía y el lujo de su vida.
SE QUEBRÓ EL CÁNTARO
La imagen muestra el grabado "Se rompió el cántaro", cuyo autor fue Goya en 1794 y por lo tanto
perteneciente a la serie de grabados llamados "Caprichos". Se trata de un tema costumbrista, concretamente
una madre azotando a su hijo por haber roto un cántaro.
Es un grabado en el que Goya utilizó la técnica del aguafuerte sobre una lámina de cobre. Esta se cubre con un
barniz y sobre ella se prepara el dibujo con una aguja. En la superficie descubierta actúa el ácido nítrico que
vertemos corroyendo el metal. En la plancha quedan los surcos realizados por el ácido. Según se ha marcado
el dibujo estos surcos son más profundos o menos. Seguidamente se aplica tinta sobre la plancha y se presiona
contra el papel surgiendo así el grabado. La luz, que es nítida recae sobre las dos figuras centrales: la madre y
el hijo. La composición gira entorno a estos dos personajes que ocupan un único plano. El fondo oscuro y la
cuerda con la ropa colgada dan sensación de perspectiva. Apreciamos movimiento en el brazo elevado de la
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madre y en las posturas de ambos personajes. El rostros del niño refleja dolor, mientras que el de la madre
muestra una sensación de enfado y colerismo. Es una obra bastante realista ya que deja ver perfectamente la
realidad de la época.
Esta obra se encuentra actualmente en el Museo del Prado, en Madrid. Francisco de Goya fue un pintor
aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras revelan que fue un
artista muy comprometido con su época. Se quebró el cántaro es un grabado que pertenece a la serie de los
Caprichos. Goya los pintó mientras era pintor de Corte de Carlos IV.
Este es un momento en el que Goya aprecia lo que ocurre en España con Godoy y por ello manifiesta su
descontento. Con esta obra, Goya quiere hacer una crítica social a la manera de educar de la época. Estas
obras fueron criticadas por la Iglesia, quien no veía bien el reproche que hacía a la sociedad.
EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS
La imagen muestra "El sueño de la razón produce monstruos", cuyo autor fue Goya en 1797 y por lo tanto
perteneciente a una serie de grabados llamados "Caprichos". Se trata de un tema costumbrista , concretamente
representa a un personaje rodeado por numerosas criaturas nocturnas.
Es un grabado en el que Goya utilizó la técnica del aguafuerte sobre una lámina de cobre. Esta se cubre con un
barniz y sobre ella se prepara el dibujo con una aguja. En la superficie descubierta actúa el ácido nítrico que
vertemos corroyendo el metal. En la plancha quedan los surcos realizados por el ácido. Según se ha marcado
el dibujo estos surcos son más profundos o menos. Seguidamente se aplica tinta sobre la plancha y se presiona
contra el papel surgiendo así el grabado. La luz es una característica muy importante ya que recae
directamente sobre el cuerpo del personaje y deja oscurecidas algunas lechuzas y el fondo, lo cual da
sensación de profundidad. La composición gira entorno a un primer plano en el que se encuentra el artista
dormido sobre un pedestal, donde figuran esparcidas hojas de papel de dibujo y lapiceros con carboncillos; y
un segundo plano en el que quedan las criaturas nocturnas: un gato, murciélagos, búhos y lechuzas de agitado
vuelo... Las alas abiertas de estas aves reflejan una sensación de movimiento. Es bastante realista, aunque de
una manera idealizada, ya que simboliza la sociedad de la época.
Esta obra fue pensada originalmente para la portada de los "Caprichos", pero finalmente lo sitúa en el inicio
de las escenas de brujas. Actualmente pertenece a una colección particular de Zaragoza. Francisco de Goya
fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras revelan
que fue un artista muy comprometido con su época. El sueño de la razón produce monstruos es un grabado
que pertenece a la serie de los Caprichos. Goya los pintó mientras era pintor de Corte de Carlos IV.
Este es un momento en el que Goya aprecia lo que ocurre en España con Godoy y por ello manifiesta su
descontento. Las criaturas nocturnas simbolizan las vulgaridades perjudiciales del mundo, la ignorancia y los
vicios de la sociedad. Males que Goya intenta poner a la luz representándolos para que puedan ser
reconocidos y combatidos. Estas obras fueron criticadas por la Iglesia, quien no veía bien el reproche que
hacía a la sociedad.
3ª etapa (1808−1814)
FERNANDO VII
La imagen muestra a "Fernando VII", cuyo autor fue Goya en 1808 y por lo tanto perteneciente a la pintura
pre−expresionista. Se trata de un tema costumbrista, concretamente muestra el retrato ecuestre del rey
Fernando VII.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es una característica muy importante ya que recae sobre el propio
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Fernando VII. Es una luz ciega que intuimos que proviene de la izquierda que produce un juego de luces y
sombras y que deja oscurecida la parte superior del fondo. La composición gira entorno a un único plano en el
que se encuentra Fernando VII sobre su caballo, que es sinónimo de poder. Las montañas que se encuentran al
fondo dan sensación de perspectiva. Apreciamos movimiento en la posición rampante del caballo y en el
brazo alzado del rey. Su rostro da una expresión de seguridad en sí mismo y de serenidad. No es un cuadro
muy realista ya que no muestra de forma natural a Fernando VII ni a su caballo. Predomina el color sobre el
dibujo y destacan las tonalidades claras, que contrastan con el oscuro del caballo.
Las relaciones de Goya con Fernando VII no fueron especialmente cordiales. A Goya le costó retratarle. Era
como si el monarca no guardase un buen recuerdo del papel jugado por Goya con algunos políticos anteriores.
Actualmente este cuadro se encuentra en la Real Academia de San Fernando, en Madrid. Francisco de Goya
fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras revelan
que fue un artista muy comprometido con su época. El retrato de Fernando VII pertenece a la pintura
pre−expresionista, que es un estilo propio de Goya que más tarde inició el camino artístico del expresionismo,
que una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que la
representación de la realidad objetiva.
Con esta obra Goya quiere dar prestigio al rey de España en un momento en el que las tropas de Napoleón
amenazaban con lo que más tarde conseguirían: deponer al rey actual y colocar en su lugar a un familiar del
general francés.
EL COLOSO
La imagen muestra "El Coloso", cuyo autor fue Goya en 1810 y por lo tanto perteneciente a la pintura
pre−expresionista. Se trata de un tema dramático que deja de ser descriptivo, concretamente muestra a un ser
superior sobre las tierras españolas.
Es una pintura al óleo sobre una tabla de pequeño formato. La luz es una característica muy importante ya que
enfoca al desastre causado por este ser superior. Es una luz ciega que intuimos que proviene de la parte
izquierda y que deja oscurecido el fondo y el cuerpo del personaje dando así mayor sensación de dramatismo
y produciendo un juego de luces y sombras. La composición gira entorno a un primer plano en el que se sitúa
el desastre causado por el personaje principal que se encuentra en un segundo plano pero a una gran escala. La
diferencia de tamaños da sensación de perspectiva. Los caballos trotando reflejan un movimiento violento así
como las nubes que envuelven a la figura central. Es una obra poco realista ya que no refleja un ambiente
natural. Predomina el color sobre el dibujo y destacan las tonalidades oscuras que producen un contraste con
las claras.
El simbolismo de este cuadro ha sido objeto de discusión. Se ha querido ver en él la representación de
Napoleón, de los efectos devastadores de sus conquistas, la imagen temible de la guerra. Se considera como
un precedente de las pinturas negras. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado, en Madrid. Francisco
de Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras
revelan que fue un artista muy comprometido con su época. El Coloso pertenece a la pintura
pre−expresionista, que es un estilo propio de Goya que más tarde inició el camino artístico del expresionismo,
que es una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que
la representación de la realidad objetiva.
Con esta obra Goya quiere transmitir de forma simbólica como las tropas del Imperio Francés, al mando de
Napoleón, invadieron España y colocaron como monarca a Jose I, hermano del general francés. Por lo tanto es
una crítica hacia las tropas napoleónicas.
SATURNO DEVORANDO A SU HIJO
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La imagen muestra a "Saturno devorando a sus hijos", cuyo autor fue Goya durante su tercera etapa y por lo
tanto perteneciente a la pintura de estilo pre−romántico. Se trata de un tema mitológico, concretamente
muestra a Saturno devorando a su hijo.
Es una pintura al óleo sobre un lienzo de pequeño formato. La luz es una característica muy importante ya que
enfoca directamente a la cara de Saturno y al cuerpo de su hijo. Es una luz ciega que deja oscurecido el fondo
dando así una sensación de tenebrismo. La composición gira entorno a un único plano en el que se sitúa
Saturno devorando a la víctima. La sensación de profundidad viene marcada por el oscuro del fondo.
Apreciamos un movimiento violento tanto en la postura que adopta Saturno, como en su boca. Su rostro
refleja una expresión de drama y tenebrismo. No es una obra muy realista ya que es una situación inventada
por Goya. Predomina el color sobre el dibujo y destacan las tonalidades oscuras que contrasta con la claridad
del cuerpo de la víctima.
Esta obra refleja como Saturno devora a su hijo tras saber que de no ser así este terminaría por destronarle. Se
considera uno de los precedentes de las Pinturas Negras. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado en
Madrid. Francisco de Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias
artísticas. Sus obras revelan que fue un artista muy comprometido con su época. Saturno devorando a su hijo
pertenece a la pintura pre−expresionista, que es un estilo propio de Goya que más tarde inició el camino
artístico del expresionismo, que es una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las
emociones del autor, más que la representación de la realidad objetiva.
Con esta obra Goya quiere transmitir de forma simbólica como las tropas del Imperio Francés, al mando de
Napoleón, invadieron España y como el pueblo español fue reprendido por los franceses. Napoleón y su
ejercito sería Saturno mientras que su hijo sería el pueblo español. Por lo tanto es una crítica hacia las tropas
napoleónicas.
4ª etapa (1814−1824)
FUSILAMIENTOS DE EL 3 DE MAYO
La imagen muestra los "Fusilamientos del 3 de Mayo", cuyo autor fue Goya en 1814 y por lo tanto
perteneciente a la pintura romántica. Se trata de un tema histórico, concretamente refleja un episodio de la
Guerra de la Independencia.
Es una pintura al óleo sobre un gran lienzo. La luz es una característica muy importante. Como la acción se
desarrolla por la noche al aire libre, la luz proviene de un candil y enfoca directamente al reo. La composición
gira entorno a un primer plano en el que se encuentran los soldados franceses fusilando, el reo y algunas
personas a su alrededor; y un segundo plano en el que quedan el paisaje del fondo que intuimos que se trata de
la ciudad de Madrid. Es esto último precisamente lo que da sensación de perspectiva. Apreciamos un
movimiento violento por la tensión de la situación. El rostro de la figura principal, el reo da una expresión de
impotencia ante su muerte. Los gestos tanto de los franceses como del resto de la gente también son muy
expresivos. Es un cuadro bastante realista ya que refleja de forma natural el ambiente del momento.
Encontramos una pincelada de factura violenta, sin embargo destaca la riqueza del color. El autor utiliza la
técnica del claroscuro por lo que encontramos un gran contraste entre las tonalidades claras y oscuras, y, frías
y cálidas.
Para muchos Goya fue testigo de la matanza ocurrida en Madrid a la entrada de las tropas de Napoleón; su
hijo Javier vivía en una calle próxima al escenario de los hechos. Otros opinan que el pintor llevó a los lienzos
algunos sucesos en los que estuvieron implicadas personas allegadas a él. Actualmente este cuadro se
encuentra en el Museo del Prado, en Madrid. Francisco de Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su
tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras revelan que fue un artista muy comprometido con su
época. Los fusilamientos del 3 de mayo pertenece a la pintura romántica, que se caracteriza por una
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aproximación muy imaginativa y subjetiva, intensidad emocional y por un carácter visionario u onírico.
Con esta obra Goya quiere expresar su disconformidad ante las tropas francesas. Para ello pinta los episodios
históricos de la Guerra de la Independencia que más trascendencia tuvieron.
LA ÚLTIMA COMUNIÓN DE SAN JOSE DE CALASANZ
La imagen muestra "La última comunión de San José de Calasanz", cuyo autor fue Goya en 1819 y por lo
tanto perteneciente a la pintura romántica. Se trata de un tema religioso, concretamente muestra a San José de
Calasanz tomando su última comunión.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es una característica muy importante ya que enfoca directamente a
los cuerpos del sacerdote y de San José de Calasanz. A pesar de que esta es una luz ciega intuimos que
proviene de dos focos de luz; uno, la parte superior y otro los arcos situados en la parte derecha. La
composición gira entorno a un primer plano en el que se sitúan los dos personajes principales, uno dando la
comunión y otro recibiéndola, y un segundo plano en el que quedan las demás personas. Los arcos que se
encuentran al fondo dan sensación de perspectiva. Lo obra da sensación de movimiento. Este es un
movimiento suave que lo apreciamos en la posición del sacerdote. El rostro de San José de Calasanz deja ver
una expresión de melancolía y serenidad, mientras que las de los personajes que se sitúan en la parte del fondo
expresan respeto por el acto que está dando lugar. Es una obra muy realista ya que deja ver perfectamente la
situación y refleja de forma natural el ambiente que allí se da. Predomina el color sobre el dibujo y destacan
las tonalidades claras que contrastan con el oscuro del fondo.
Con cuadro religioso Goya dice adiós a Madrid y a la Corte. Infancia y vejez, vida y muerte se dan cita en esta
magistral obra. Actualmente se encuentra en la Capilla de San Antón, en las Escuelas Pías de Madrid.
Francisco de Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas.
Sus obras revelan que fue un artista muy comprometido con su época. La última comunión de San José de
Calasanz pertenece a la pintura romántica,
Durante esta época la Iglesia encargó numerosas obras a los artistas. Estas representan momentos de la vida de
los santos y con ellas la Iglesia quiere expresar su poder.
DUQUE DE SAN CARLOS
La imagen muestra el retrato del "Duque de San Carlos", cuyo autor fue Goya en 1815 y por lo tanto
perteneciente a la pintura pre−expresionista. Se trata de un tema costumbrista, concretamente muestra el
retrato del Duque de San Carlos.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es una característica muy importante ya que recae directamente
sobre el duque. Es una luz ciega que deja oscurecido el fondo. La composición gira entorno a un único plano
en el que se encuentra el duque de San Carlos. El autor deja oscurecido el fondo lo cual da una sensación de
perspectiva. El movimiento es inexistente y el rostro del personaje da una expresión de serenidad y confianza.
Es un cuadro bastante realista ya que refleja perfectamente al personaje de manera natural. Predominan las
tonalidades oscuras que contrastan sobre las claras.
Esta obra fue encargada por el propio duque de San Carlos, quien quería retratarse como un verdadero
caballero, elegante e importante. Actualmente se encuentra en el Museo Provincial de Zaragoza. Francisco de
Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras
revelan que fue un artista muy comprometido con su época. Este retrato pertenece a la pintura
pre−expresionista, que es un estilo propio de Goya que más tarde inició el camino artístico del expresionismo,
que es una corriente artística que buscaba la expresión de los sentimientos y las emociones del autor, más que
la representación de la realidad objetiva.
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Con esta obra Goya quiere dar prestigio al duque de San Carlos. Este la encargó a Goya para resaltarse a sí
mismo y para mostrar su elegancia y sus dotes de caballero.
5ª etapa (1824−1828)
JUAN BAUTISTA DE MUGUIRO
La imagen muestra a "Juan Bautista de Muguiro", cuyo autor fue Goya en 1827 y por lo tanto perteneciente a
la pintura impresionista. Se trata de un costumbrista, concretamente es el retrato de Juan Bautista de Muguiro.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es una característica muy importante. Es una luz ciega que enfoca
directamente a la cara del personaje y al papel que este sostiene en su mano, dejando oscurecido el fondo, lo
cual da una sensación de perspectiva. La composición gira entorno a un único plano en el que se encuentra el
personaje sentado en una silla. El movimiento es inexistente y el rostro deja ver una expresión de serenidad.
Esto es debido al recuerdo de España por Goya Destaca la pincelada libre que el autor utiliza. Predominan las
tonalidades oscuras que contrastan con las zonas en las que recae la luz, como son la cara y el papel.
Esta obra forma parte de la galería de retratos de compatriotas españoles que convivieron con el pintor en
Burdeos. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado , en Madrid. Francisco de Goya fue un pintor
aragonés que se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras revelan que fue un
artista muy comprometido con su época. El retrato de Juan Bautista de Muguiro pertenece a la pintura
impresionista, que intenta reproducir en el cuadro la percepción inmediata de los objetos en toda su
instantaneidad y pureza. Esta técnica consistía en pintar mediante pequeñas pinceladas de colores puros.
Cuando Goya se ve obligado a abandonar Madrid se traslada a Burdeos. Allí empieza una nueva vida y realiza
pinturas más alegres y con más colorido, aunque sigue pintando numeroso retratos para dar prestigio a las
personas que los encargan. Todo ello, recordando siempre a su España natal.
LA LECHERA DE BURDEOS
La imagen muestra "La lechera de Burdeos", cuyo autor fue Goya durante 1826 y por lo tanto perteneciente a
la pintura impresionista. Se trata de un tema costumbrista, concretamente es el retrato de una dama.
Es una pintura al óleo sobre lienzo. La luz es una característica muy importante ya que recae sobre el rostro de
la dama y enfoca también el fondo, dejándolo en una inmensa claridad. Esta es una luz ciega. La composición
gira entorno a un único plano en el que se encuentra la figura. El movimiento es inexistente y el rostro deja
ver una expresión de melancolía. Esto es debido al recuerdo de España por Goya. Por los atuendos que lleva
la dama no es de clase alta. Destaca la pincelada libre que el autor utiliza y predominan las tonalidades claras,
tanto grises como verdosas.
Este retrato fue la única herencia que Leocadia Weiss recibió de Goya. El pintor vuelve a cantar a la belleza,
aquí como soporte y pretexto para pintar, algo que luego será hábito entre los artistas posteriores. Actualmente
esta obra se encuentra en el Museo del Prado. Francisco de Goya fue un pintor aragonés que se adelantó a su
tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras revelan que fue un artista muy comprometido con su
época. La lechera de Burdeos pertenece a la pintura impresionista, que intenta reproducir en el cuadro la
percepción inmediata de los objetos en toda su instantaneidad y pureza. Esta técnica consistía en pintar
mediante pequeñas pinceladas de colores puros.
Cuando Goya se ve obligado a abandonar Madrid se traslada a Burdeos. Allí empieza una nueva vida y realiza
pinturas más alegres y con más colorido, siempre recordando a su España natal.
EL FAMOSO AMERICANO MARIANO CEBALLOS
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La imagen muestra el grabado "El famoso americano Mariano Ceballos", cuyo autor fue Goya durante 1825 y
por lo tanto perteneciente a una serie de litografías recogidas en los álbumes de Burdeos. Se trata de un tema
taurino, concretamente representa una gran multitud de gente intentando lidiar a dos toros bravos.
Es una litografía. Este proceso es un dibujo sobre una piedra, realizado con un lápiz o una tinta grasa, cuyo
resultado se va viendo al mismo tiempo que se hace, a diferencia del grabado. Así acelera la producción y
facilita la investigación gráfica. Una vez definido el dibujo, el litógrafo empieza a fijarlo en la piedra para su
estampación. La trata con una solución de goma arábiga con un 5% de ácido nítrico, que muerde la parte
superior de la piedra no dibujada y deja el dibujo con un pequeño relieve. Se entinta la piedra con un rodillo,
que deje la tinta grasa donde se encuentra el dibujo. Antes la piedra se ha humedecido por lo que sólo se
deposita el agua en las partes no grasas, dejando estas hábiles para recibir la tinta. El papel apenas
humedecido se deposita sobre la piedra entintada y se arrastra con una prensa que quita la tinta de la parte
superior. Así queda grabado el dibujo en el papel. La luz es una característica muy importante ya que recae
sobre el centro de la plaza, haciendo así un gran juego de luces y sombras. La composición gira entorno a un
primer plano en el que se encuentran los toros montados por dos personas, y un segundo plano en el que
queda una gran multitud de gente. Son estos quienes nos dan sensación de perspectiva. Apreciamos un
movimiento violento tanto en las posturas de los caballos como en la de los demás personajes. No es una obra
muy realista ya que las posiciones que adoptan las figuras no son naturales.
Esta litografía fue creada originalmente con la intención de venderla a los comerciantes ricos de la América
española y españoles que se encuentran en Burdeos. Pero al igual que con los Caprichos no logra el éxito
económico. Actualmente se encuentra en el Museo de Huesca. Francisco de Goya fue un pintor aragonés que
se adelantó a su tiempo iniciando nuevas tendencias artísticas. Sus obras revelan que fue un artista muy
comprometido con su época. El famoso americano Mariano Ceballos pertenece a los álbumes de Burdeos, que
Goya pintó una vez recuperado psicológicamente acordándose de España.
Cuando Goya se ve obligado a abandonar Madrid se traslada a Burdeos. Allí empieza una nueva vida y realiza
pinturas recordando siempre a su España natal.
Conclusión
Valoración del personaje y su obra
Goya es considerado uno de los pintores universales del arte, tanto por su calidad de producción, la fuerza de
su personalidad y su temática comprometida en un periodo conflictivo de la historia de España como por la
admiración e influencia que despertó en los estilos artísticos posteriores y en las vanguardias del arte
contemporáneo. Por lo tanto podemos decir que es el iniciador de nuevos caminos artísticos y técnicos.
En cuanto a sus obras, podemos decir que estas son muy fieles con respecto a la época ya que Goya fue un
ejemplo de artista comprometido con su tiempo: primero hubo de ser el pintor del espíritu de la razón y de la
esperanza, reflejando en sus lienzos la ilusión de la concordia española con su mundo de amable
costumbrismo; después, al concluir de su vida, sería como ningún otro artista, el denunciador de una época de
traición, fracaso y miseria. Los últimos años de su vida, con residencia en Francia, pudieron proporcionarle
una visión muy ilustrativa, desde fuera, de un país, el suyo, que a su muerte dejaba enfrentado en las dos
facciones que por mucho tiempo habían de quedar denominadas como "las dos Españas".
Junto a una importante obra oficial, formada por retratos, pinturas de género, religiosas y de guerra, Goya
desarrolló una obra personal representada por los "Caprichos" y las "Pinturas Negras", donde de forma
simbólica, no exenta de ironía, manifestó sus preocupaciones más íntimas y dirigió sus críticas hacia el mundo
que le rodeaba. Inicialmente concebida como "Sueños", la serie de grabados de los "Caprichos" atacaba los
vicios del clero y de la alta nobleza, para lo que utilizaba un lenguaje que debería ser entendido en su
auténtica lectura por el público ilustrado al que iba destinado, evitando así el peligro de la Inquisición.
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Bibliografía
• Goya en el camino Teresa Grasa y Carlos Barboza
• Gran enciclopedia del arte
• Gran enciclopedia Larousse
• Enciclopedia temática de Aragón Ediciones Moncayo
• Historia del arte II Ediciones Moncayo
• Permanencia de la memoria: cartones para tapiz y dibujos de Goya
• Fundación Amigos del Museo del Prado. Goya
• Goya. realidad e imagen
• Pintores famosos. Rembrandt−Goya
• Conocimiento de la pintura Berger, Réne
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