MOVIMIENTO ESTUDIANTIL Y

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MOVIMIENTO
ESTUDIANTIL
Y
OBRERO
MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
1. Introducción
El Movimiento Estudiantil Universitario durante las décadas de 1960 y 1970,
como un instrumento importante de creación de espacios de libertad en la
España de la dictadura franquista; en segundo lugar, su evolución hacia
diversas estructuras organizativas, la más importante de las cuales fueron los
Sindicatos Democráticos de Estudiantes Universitarios (SDEU) Finalmente,
también poner de relieve cómo el Movimiento Estudiantil fue capaz de crear
una cierta cultura del debate para contribuir a construir una universidad
democrática y, en esa medida, ayudar a la construcción de una ciudadanía
democrática de carácter más generalizada.
2. Los rasgos dominantes de la universidad franquista y las primeras
luchas estudiantiles
Durante la dictadura, la universidad –como todo el Régimen- enraíza su
legitimidad en los planos ideológico, funcional y docente, en la victoria de la
guerra civil en 1939 y sus ideales.
En este clima enrarecido y mediocre de la universidad española, fuertemente
controlada por la dictadura, surge, sin embargo, una primera protesta
estudiantil en febrero de 1956, muy circunscrita a la Universidad de Madrid, que
dirige su oposición contra el SEU (Sindicato Español Universitario, única
fórmula de representación de estudiantes y profesores en la universidad
española franquista) y la falta de libertad a la hora de elegir representantes
estudiantiles. Al mismo tiempo, intentan convocar un Congreso Libre de
Estudiantes para exigir la reforma y democratización de la universidad
Para el Régimen, esta primera rebelión estudiantil constituye toda una
sorpresa. Sus protagonistas son hijos de los vencedores, que configuran una
nueva generación, la primera que accede a las aulas universitarias sin haber
vivido directamente el trauma de la Guerra Civil y que ya no considera al
franquismo como el régimen salvador de la patria, sino como una pesada
rémora que obstaculiza, incluso, su propia formación académica y que actúa
contra ellos mediante la represión.
Las consecuencias políticas no se hacen esperar: Franco cesa al Rector de la
Universidad de Madrid, Pedro Laín Entralgo, y al Ministro de Educación, el
católico Joaquín Ruiz Jiménez, al considerarlos excesivamente liberales.
Este primer choque con la estructura oficial de la universidad, pese a su
carácter incipiente, daría un fuerte impulso al Movimiento Estudiantil en los
años siguientes. Comienza la penetración de estudiantes demócratas en las
filas del SEU, que permitirá multiplicar actividades culturales, crear boletines y
revistas que escapan a la censura
Probablemente,
una
de
las
características
fundamentales
del
movimiento universitario español de los primeros años sesenta fue la idea de
unir la lucha por la democracia en la universidad, con la lucha por la
democracia en España.
3. La universidad se rebela. 1964-1968
Durante los años 60, la punta de lanza del movimiento estudiantil fue la
Universidad de Barcelona, y no por azar. Cataluña es una de las zonas más
ricas e industrializadas de la España de la época, con una potente burguesía
ilustrada que ha mantenido, en buena parte, grandes distancias con el
Régimen; Cataluña era la región más cercana a Europa y a sus influencias.
Y es que debemos recordar que, a las propuestas del Movimiento
Estudiantil, la dictadura respondió mediante la represión policial y judicial, que
llevó a prisión a cientos de dirigentes estudiantiles, o a través de la represión
académica con expedientes, pérdida de matrículas y becas, e, incluso,
expulsión de la universidad.
Finalmente, y en otro orden de cosas, exigen la creación de un Sindicato
Democrático de Estudiantes.
La respuesta gubernamental a las exigencias y a la realidad de las más
importantes universidades españolas , no se hace esperar, y supuso un primer
triunfo para el Movimiento Estudiantil.
Comienza una nueva etapa de la rebelión estudiantil que cristalizará otro
mes de marzo, el de 1966, con la constitución del primer Sindicato Democrático
de Estudiantes Universitarios en Barcelona. Los documentos aprobados dan
cuenta de los principios, estatutos, órganos sindicales y finanzas del
organismo,
A partir de 1968 y hasta el fin de la Dictadura (y aún durante la transición
a la Democracia) el movimiento estudiantil se radicalizase
4. El radicalismo estudiantil (1969-1975)
En el período que nos ocupa, los grupos de izquierda revolucionaria
crecen y, a fuerza de optimismo, consiguen abrirse un importante espacio en la
dirección del movimiento universitario: Bandera Roja, Partido del Trabajo de
España
(PTE),
Organización
Revolucionaria
de
Trabajadores
(ORT),
Movimiento Comunista (MC) o Liga Comunista Revolucionaria (LCR) son los
núcleos principales que se convierten en parte de la vanguardia estudiantil
pretendiendo siempre ir un paso más allá de las propuestas del PCE, tanto en
el plano político como en el organizativo.
MOVIMIENTO OBRERO
Tras la Guerra Civil Española y durante el periodo franquista, todos los
movimientos obreros y partidos políticos se sumergen en el exilio y la
clandestinidad. Sus actividades formaron parte de la oposición al franquismo.
Hubo, algunos conflictos obreros importantes desde la segunda mitad de los
años cuarenta, como la huelga general del primero de mayo de 1947 en
Vizcaya y Guipúzcoa, alentada por el Gobierno Vasco desde el exilio y
secundada tanto por nacionalistas como por izquierdistas, que fueron
reprimidos duramente.
La movilización laboral favoreció el crecimiento de una organización sindical
clandestina: las Comisiones Obreras (CC. OO). Las CC. OO. habían surgido
como comité, para negociar los convenios colectivos al margen del sindicalismo
oficial
LA FAMILIA
LA FAMILIA FRANQUISTA
Se puede observar una serie de características comunes a la familia franquista,
que apenas varían durante todo el periodo estudiado.
1. Edad del matrimonio. Las mujeres suelen casarse entre los 20 y 24 años
mientras que los hombres lo hacen entre los 25 y 29. El porcentaje de
matrimonios disminuye paulatinamente a medida que se alejan de la edad
considerada socialmente propicia.
2. Matrimonio concebido como un fin en si mismo. El matrimonio se convierte
en el destino prioritario cuya función primaria es asegurar la reproducción
demográfica y social. El matrimonio es el fin vital de toda persona. Al hombre le
permite conseguir un estatus social, y a la mujer el único medio para asegurar
su futuro, ya que es la única vía socialmente aceptada. La opción de la soltería
convierte a las mujeres en seres socialmente desarraigados, marginales o
culpables de algún defecto psíquico (mal carácter, insolente...) o físico. El
estereotipo de la imagen de la soltera es muy negativo. La única vía
socialmente aceptada para la soltería femenina es la reclusión, por nula
proyección pública o por religión.
3. La mayor parte de las familias de la época están formadas por el matrimonio
(padre y madre), la descendencia (hijos), e incluso con la presencia de algún
padre o madre de los progenitores (abuelos). Los hogares unipersonales son
escasos, centrándose principalmente en personas jóvenes (menores de 25
años) que acaban de llegar a la ciudad, o en personas mayores que se han
quedado viudas.
Por lo general, los jóvenes dejan el hogar para casarse. Los hogares
encabezados por mujeres también son muy escasos y son, en general, fruto de
la viudedad temprana. La normativa cultural establece para la familia franquista
que en el hogar esté presente un hombre.
El tamaño del hogar va disminuyendo con el tiempo, debido a que los hijos se
marchan para casarse y a la menor esperanza de vida de los hombres. Por otra
parte, puede aumentar el número de miembros ya que los abuelos en muchas
ocasiones viven con los hijos y ayudan en el cuidado y educación de los nietos.
4. Era frecuente que los adolescentes tuviesen un trabajo que compaginasen
con los estudios que en casos extremos por necesidades de la economía
familiar tuviesen que salir tempranamente del hogar (en estos casos era
frecuente que se marchasen a casa de un familiar).
5. El ideal de familia aplaudido desde el poder es el de familia numerosa (a
partir de 4 hijos); se presenta como la perfecta propaganda del discurso
natalista que se propaga desde el poder. De ahí, que a partir de los años 60 se
produzca el fenómeno conocido como “” Baby Boom”, esto también era posible
debido al desarrollo de la economía, que da lugar a una sociedad de consumo
y bienestar.
REPRODUCCION DEL PODER
En España Franco era la principal imagen del poder, del mismo modo en la
familia lo era la figura paterna. Hay una actitud represora por parte del padre
que refleja la misma actitud del gobierno para con la población. Es decir, al
padre no se le debatía (“Cuando seas padre comerás huevos”).
RELIGIÓN
RELIGIÓN
Como se ha visto a lo largo del trabajo, la influencia de la Iglesia en la época
franquista fue enorme, tanto que de hecho es imposible entender el franquismo
si eliminamos el elemento católico. La razón principal del apoyo de la Iglesia al
bando nacional fue el radical anticlericalismo de la II República, nunca antes
visto en la sociedad española.
Tras la Guerra Civil, los nacionales agradecieron el apoyo recibido por parte de
la Iglesia y le concedieron grandes privilegios. La Iglesia durante el franquismo
estuvo al servicio del Estado, lo cual supuso un recorte de la libertad de
pensamiento. La Iglesia educaba al pueblo analfabeto y amoldaba la Historia
de España de acuerdo a sus intereses. El Concordato de 1953 firmado con El
Vaticano supuso un reconocimiento importante para el régimen.
Por último, la victoria de los nacionales hizo que el papel de la mujer en la
sociedad se viera relegado de nuevo al ámbito doméstico y a la procreación.
Todas estas facetas se inculcaban desde niño en las escuelas católicas, ya que
el Estado les permitió gestionar la educación. Todo esto parece lamentable
teniendo en cuenta que durante la II República se hicieron esfuerzos por
equiparar el papel social del hombre y de la mujer (por ejemplo, el derecho a
voto). Creemos que sin la ruptura de la modernidad que supuso el franquismo,
España sería un país más moderno y con más igualdad sexual de la que existe
actualmente.
Durante el franquismo, España tuvo unas leyes básicas inspiradas por la
ideología conservadora de los vencedores de la guerra y por la doctrina de la
iglesia católica en lo relativo a la religión. No había constitución, sino un
conjunto de directrices que se denominaban «Fuero de los españoles». En este
documento se reconocían los privilegios concedidos a la iglesia católica.
«La profesión y práctica de la religión católica, que es la del Estado español,
gozará de protección oficial. Nadie será molestado por sus creencias religiosas
ni el ejercicio privado de su culto. No se practicarán otras ceremonias ni
manifestaciones externas que las de la religión católica.»
La primera redacción del artículo 6 del Fuero de los Españoles dio lugar a una
situación que se denominó «de tolerancia religiosa» en la que se permitía la
existencia de otras religiones diferentes a la católica, siempre y cuando se
practicasen en la más estricta intimidad, pero no estaba permitido ningún acto
público por mínimo que fuese. En este sentido, algunos testigos de Jehová
fueron encarcelados a lo largo de la dictadura acusados de proselitismo y
reunión ilícita.
Tras la celebración del concilio Vaticano II (1962-1965), fueron las propias
normas de la iglesia católica las que obligaron al estado español a redactar una
ley que regulara el derecho a la libertad religiosa. Este decreto fue promulgado
en 1967 y tuvo vigencia hasta la llegada de la democracia.
La declaración sobre la libertad religiosa resultante del concilio obligó al Estado
español a permitir a las diferentes religiones crear lugares de culto públicos y
poder dar a conocer sus creencias sin incurrir en delitos.
Tras el final de la dictadura, la constitución de 1978 volvió a separar religión y
estado, y en 1980 se redactó una nueva ley sobre libertad religiosa. En España
no hay religión oficial desde 1978.
Tras la muerte de Franco, surgieron diferentes corrientes políticas en el seno
de la Iglesia española. Algunas son ultraconservadoras y otras son más
aperturistas y tolerantes. Esto es normal, ya que la Iglesia durante el
franquismo tenía ideología única y monopolizaba el pensamiento y la cultura, y
al morir Franco se dio cierta libertad y la renovación fue posible, lo cual
valoramos como positivo.
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