Enviada por María Cristina Orge, trabajo social de la Unidad... institución y dirigida a Ximena Ossandón

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Carta a la vicepdta de JUNJI
Martes, 07 de Diciembre de 2010 13:24
Enviada por María Cristina Orge, trabajo social de la Unidad de Desarrollo Curricular de la
institución y dirigida a Ximena Ossandón
Señora
Ximena Ossandón Irarrázaval
Vicepresidenta
Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI)
PRESENTE
Me dirijo a Usted para presentarme, dado que el jueves recién pasado he sido notificada que
trabajaré hasta el 31 de Diciembre, entonces no quiero irme sin que al menos me conozca por
este medio. Soy María Cristina Orge González, Trabajadora Social de la Pontificia Universidad
Católica, Diplomada en Trabajo Social por la Universidad Complutense de Madrid y Magister
en Educación de Adultos por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.
Ingresé a JUNJI en Julio del 2007, para desarrollar una función que había quedado vacante,
para lo cual dejé el Servicio Nacional de la Mujer, donde trabajaba perdiendo dos grados en la
EUR, pero compensada por el maravilloso desafío profesional y personal que se me ofrecía,
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como era el de aportar en el esfuerzo público más ambicioso nunca antes realizado por la
primera infancia de los sectores vulnerados de nuestro país, que se sintetizaba en la frase “Eq
uidad desde la Cuna”
.
Estoy convencida que los y las funcionarios/as que Ud. mandató para que determinaran
quienes debían continuar y quienes debíamos irnos, no se fijaron en estos detalles sobre los
curriculums y la experticia de cada una de las personas que fuimos despedidas el jueves
pasado, ni tampoco de los que lo fueron los meses y días anteriores, tanto en la DIRNAC como
en las Direcciones Regionales. Tampoco creo que les haya dado tiempo a leer la cantidad de
documentos que elaboramos para avanzar en la calidad educativa, en los que participamos los
y las despedidos/as. Por cierto, documentos que desgraciadamente ya no se encuentran
disponibles en la web institucional actual. Tampoco se interesaron por los informes de
actividades, sistematizaciones del trabajo regional, orientaciones y lineamientos técnicos
elaborados…
Pero no quiero que piense que con esta carta pretendo pedirle que reconsidere mi despido,
porque mi propósito en realidad responde a una necesidad muchísimo más profunda. Le
cuento, en Septiembre del año 1973 yo también fui despedida (“exoneración” le llamaron en
ese periodo), era mi primer trabajo y también lo había desempeñado con compromiso y
responsabilidad. Pero, en esa oportunidad, no pude decir nada, no se podía; es más, cuando
pedí una explicación me dijeron que agradeciera que no me mandaban directo al Estadio
Nacional.
Esta vez la situación es distinta, estamos en Democracia, imperfecta, pero Democracia al
fin y al cabo
. Por cierto, Democracia que restablecieron las
propias víctimas de la Dictadura Militar. Entonces, me parece que al menos tengo el derecho a
contarle a Ud. y a todos y todas mis compañeros y compañeras de trabajo estos detalles de mi
vida, porque el despido es un acto público y, por tanto, merece una expresión también pública.
Porque para la gente común y corriente de este país, nuestro principal capital es la experticia
profesional y la probidad laboral, por tanto, tenemos el deber de resguardarlo.
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Pero, además, porque es bueno que Ud. sepa que esta no es una Nueva Forma de
Gobernar
, sino una vieja forma, solo que
en este caso, no han sido necesarias ni las muertes, ni las torturas, porque estamos en
Democracia.
Aunque para ser
sincera, esta vez también ha habido violación a los Derechos Humanos
, porque el trabajo es un derecho de esa misma naturaleza y, porque también constituye
maltrato mantener a cientos de personas en la incertidumbre durante meses, dilatar el tiempo
para anunciar las
“listas”
, hacer que grupos de personas se trasladaran de un edificio a otro para que les comunicaran
que estaban despedidos, sin ninguna explicación de las causas.
Lo que sí es similar, tanto en el proceso de las “exoneraciones” como en el de las “desvincul
aciones”
es la consumación de la exclusión, de la expulsión de “los otros y las otras”, es decir, de
quienes piensan, rezan o actúan de forma diferente.
Como Ud. puede ver, mis reflexiones van más allá de mi condición de funcionaria pública (ex
funcionaria, desde el 1 de Enero del 2011), estoy hablando como ciudadana de este país,
porque este país, a pesar de todo, es de todos y todas.
Atentamente,
María Cristina Orge González
Trabajadora Social
Unidad de Desarrollo Curricular
Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI)
Marchant Pereira 726. Providencia. Santiago
Teléfono: 6545071
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