HORMIGA INVESTIGADORA Hoy día fue la fiesta final de curso en el colegio. A mí me tocó un papel muy importante: tuve que hacer de hormiga investigadora. Las hormigas investigadoras usan camisa negra y pantalones de buzo azul. Encima de la cabeza llevan un alambre eléctrico con dos bolitas de plumavit, pero hay que pintarlas de negro. Yo creía que las hormigas investigadoras usaban una lupa para ver como eran las cosas pero no es así: usan una lanza negra con una punta de papel dorado pegado con cola fría. Mi papá no quiso comprar pintura para pintar la lanza de la hormiga. Dijo que con pasta de zapatos negra quedaba de lo más bien. Yo me encargué de pintar la lanza. Primero tomé la escoba que usan para barrer el jardín y le corté el palo. Después le puse pasta de zapatos; el palo quedó negrito, brillante, y lo mismo pasó con la pared, mis pantalones nuevos y mi camisa celeste: todos quedaron negritos y con mucho olor. No hay que tomar la lanza porque a uno le quedan las manos negras. Yo creo que es mejor así porque las hormigas investigadoras tienen que tener las manos negras y no blancas. La representación fue muy buena. Mardones era un leñador que se durmió mientras derribaba un árbol. Entonces llegaron las hormigas investigadoras y se lo llevaron al hormiguero. Ahí vio la reina, a las hormigas trabajadoras y a las hormigas guardianas que usan una espada de madera plateada. Cuando Mardones despertó, no sabía que le había pasado. Espero que para la fiesta del próximo año me den un papel más bonito: cordero por ejemplo, o soldado romano, o bien emperador, que es mucho más entretenido. HORMIGA INVESTIGADORA 2 Hoy día fue la fiesta final de curso en el colegio. A mí me tocó un papel muy 7 10 21 importante: tuve que hacer de hormiga investigadora. Las hormigas investigadoras 24 29 33 usan camisa negra y pantalones de buzo azul. Encima de la cabeza llevan un alambre 38 42 48 eléctrico con dos bolitas de plumavit, pero hay que pintarlas de negro. Yo creía que las 49 52 54 56 59 61 66 hormigas investigadoras usaban una lupa para ver como eran las cosas pero no es así: 68 71 74 77 81 usan una lanza negra con una punta de papel dorado pegado con cola fría. Mi papá no 83 85 89 92 98 quiso comprar pintura para pintar la lanza de la hormiga. Dijo que con pasta de 101 105 110 115 zapatos negra quedaba de lo más bien. Yo me encargué de pintar la lanza. Primero 117 127 133 tomé la escoba que usan para barrer el jardín y le corté el palo. Después le puse pasta 136 140 145 149 152 de zapatos; el palo quedó negrito, brillante, y lo mismo pasó con la pared, mis 154 158 161 165 169 171 pantalones nuevos y mi camisa celeste: todos quedaron negritos y con mucho olor. No 172 176 179 187 hay que tomar la lanza porque a uno le quedan las manos negras. Yo creo que es 190 193 197 200 205 mejor así porque las hormigas investigadoras tienen que tener las manos negras y no 208 211 217 blancas. La representación fue muy buena. Mardones era un leñador que se durmió 220 223 228 231 234 mientras derribaba un árbol. Entonces llegaron las hormigas investigadoras y se lo 235 240 244 llevaron al hormiguero. Ahí vio la reina, a las hormigas trabajadoras y a las 248 259 263 hormigas guardianas que usan una espada de madera plateada. Cuando Mardones 264 269 271 274 despertó, no sabía que le había pasado. Espero que para la fiesta del próximo año me 276 279 285 289 291 293 den un papel más bonito: cordero por ejemplo, o soldado romano, o bien emperador, 298 302 305 310 que es mucho más entretenido. 312 316 UNA TIA NUCLEAR Ustedes no me lo van a creer. Tengo una tía nuclear. Ella es un poco doctora porque trabaja en un hospital, anda con delantal blanco y pone inyecciones. Pero no es una doctora doctora, porque no puede operar a la gente de las amígdalas. Al lado de su oficina ella tiene un depósito radiactivo. Al principio yo creía que ella usaba unas bombas atómicas chiquititas para matar a los microbios. Ahora sé que no usa bombas atómicas; usa unas cápsulas atómicas que descubren todas las enfermedades. Si uno esta enfermo, se toma un vaso de bebida radiactiva y una maquina enciende luces de todos colores. Así se sabe si uno esta enfermo o no. El otro día fui a hacerme un examen con mi tía. Es sensacional. Toda la gente anda radiada. Usa unas plaquitas en los delantales porque todos tienen contaminación atómica. A mí me dieron un vaso con agua radiactiva con un montón grande pero grande de átomos. Me lo tomé de un trago y sentí muchas cosquillas en el estómago. Los átomos me andaban por todo el cuerpo. Ahora tengo que esperar. No sé que me va a pasar. Con esto átomos puedo convertirme en el Hombre Nuclear o en Hombre Increíble. Prefiero al Hombre Nuclear, porque el Hombre Increíble es muy feo y a mí no me gusta ser verde. Mi tía dice que no me va a pasar nada. Pero cuando me pusieron la maquinita de las luces, yo vi que se encendió una luz verde. Le voy a decir a mi mamá que me compre hartas camisas, porque lo más seguro es que me voy a transformar en el Hombre Increíble. UNA TIA NUCLEAR 3 Ustedes no me lo van a creer. Tengo una tía nuclear. Ella es un poco doctora porque 10 12 17 21 trabaja en un hospital, anda con delantal blanco y pone inyecciones. Pero no es una 23 28 31 36 39 doctora doctora, porque no puede operar a la gente de las amígdalas. Al lado de su oficina 41 43 46 52 55 58 ella tiene un depósito radiactivo. Al principio yo creía que ella usaba unas bombas 60 62 66 70 73 atómicas chiquititas para matar a los microbios. Ahora sé que no usa bombas atómicas; 74 75 80 82 87 usa unas cápsulas atómicas que descubren todas las enfermedades. Si uno esta enfermo, se 90 92 94 98 103 105 toma un vaso de bebida radiactiva y una máquina enciende luces de todos colores. Así se 106 108 111 114 119 121 sabe si uno esta enfermo o no. El otro día fui a hacerme un examen con mi tía. Es 123 127 132 136 138 143 sensacional. Toda la gente anda radiada. Usa unas plaquitas en los delantales porque todos 144 146 152 157 159 tienen contaminación atómica. A mí me dieron un vaso con agua radiactiva con un montón 160 167 171 175 grande pero grande de átomos. Me lo tomé de un trago y sentí muchas cosquillas en el 180 184 187 190 193 estómago. Los átomos me andaban por todo el cuerpo. Ahora tengo que esperar. No sé que 197 201 205 212 me va a pasar. Con esto átomos puedo convertirme en el Hombre Nuclear o en 218 220 225 226 Hombre Increíble. Prefiero al Hombre Nuclear, porque el Hombre Increíble es muy feo 229 232 235 237 240 243 y a mí no me gusta ser verde. Mi tía dice que no me va a pasar nada. Pero cuando me 251 255 261 264 pusieron la maquinita de las luces, yo vi que se encendió una luz verde. Le voy a decir a mi 267 269 272 277 280 mamá que me compre hartas camisas, porque lo más seguro es que me voy a transformar 288 291 293 295 298 304 en el Hombre Increíble. 307 309 ¿SIENTEN LAS PLANTAS? Todo el mundo sabe que el suelo el agua y la luz son importantes para las plantas. Por eso se las riega, se las coloca en buena tierra y en lugares donde tengan buena luz. Con sus raíces y sus hojas, las plantas captan el agua y las otras materias que se necesitan para vivir; gracias a sus hojas aprovechan la luz para hacer transformaciones en las materias que sacan del aire y del suelo. Todos sabemos que a diferencia de los animales las plantas no se trasladan de un lugar a otro; no tienen ojos para ver; no tienen oídos para escuchar; no tienen narices para oler; no gritan ni protestan cuando se las golpea; parecen no sentir nada. ¿Será realmente así? ¿Será verdad que las plantas son incapaces de sentir algo? Algunas personas creen que las plantas oyen cuando alguien les habla. Otras creen que a las plantas les gusta la música. Según estas personas las plantas crecen más lindas si se les habla con cariño y se las hace "escuchar" música suave. Hoy día se sabe que las plantas sienten. Sienten los cambios de temperatura, los cambios de luz, las variaciones de la humedad. Por eso las plantas saben cuando deben hacer brotar sus hojas florecer, botar sus hojas e invernar. Los científicos todavía están estudiando cómo sienten las plantas a pesar de no tener ojos, ni oídos, ni narices. Ya se sabe que algunas plantas tienen órganos sensores en sus hojas y yemas. Es decir, tienen algo parecido a nuestro sentido del tacto, gracias al cual sabemos cuando algo esta frío o caliente, es blando o duro, áspero o liso, seco o húmedo. Además, sin ver propiamente, saben cuando hay luz o no. Todavía no se sabe si las plantas captan los sonidos. Cuando se aclare el misterio, vamos a saber si tienen razón las personas que les hablan a las plantas y las hacen "escuchar" música para que crezcan mejor. ¿SIENTEN LAS PLANTAS? 3 Todo el mundo sabe que el suelo el agua y la luz son importantes para las plantas . 7 10 21 Por eso se las riega, se las coloca en buena tierra y en lugares donde tengan buena luz . 26 36 41 Con sus raíces y sus hojas, las plantas captan el agua y las otras materias que se 47 53 59 necesitan para vivir; gracias a sus hojas aprovechan la luz para hacer transformaciones 60 64 67 73 en las materias que sacan del aire y del suelo. Todos sabemos que a diferencia de los 77 83 85 87 91 animales las plantas no se trasladan de un lugar a otro; no tienen ojos para ver; no 92 94 97 100 107 110 tienen oídos para escuchar; no tienen narices para oler; no gritan ni protestan cuando 111 114 118 123 se las golpea; parecen no sentir nada. ¿Será realmente así? ¿Será verdad que las 127 131 135 137 141 plantas son incapaces de sentir algo? Algunas personas creen que las plantas oyen 144 147 149 153 cuando alguien les habla. Otras creen que a las plantas les gusta la música. Según estas 155 158 161 165 169 171 personas las plantas crecen más lindas si se les habla con cariño y se las hace "escuchar" 173 176 178 184 189 música suave. Hoy día se sabe que las plantas sienten. Sienten los cambios de 190 193 197 200 205 temperatura, los cambios de luz, las variaciones de la humedad. Por eso las plantas 209 214 222 saben cuando deben hacer brotar sus hojas florecer, botar sus hojas e invernar. Los 223 227 230 234 238 científicos todavía están estudiando cómo sienten las plantas a pesar de no tener ojos, 239 242 246 251 ni oídos, ni narices. Ya se sabe que algunas plantas tienen órganos sensores en sus hojas 255 258 262 265 268 y yemas. Es decir, tienen algo parecido a nuestro sentido del tacto, gracias al cual 273 278 282 285 289 sabemos cuando algo esta frío o caliente, es blando o duro, áspero o liso, seco o 290 296 299 308 húmedo. Además, sin ver propiamente, saben cuando hay luz o no. Todavía no se sabe 311 324 si las plantas captan los sonidos. Cuando se aclare el misterio, vamos a saber si tienen 328 333 341 345 razón las personas que les hablan a las plantas y las hacen "escuchar" música para que 346 354 359 crezcan mejor. 362 LOS CAMELLOS Y EL DESIERTO Los camellos son los animales que están más adaptados para vivir en los desiertos. Se suele decir que los camellos resisten las condiciones de vida de los desiertos, porque acumulan agua en sus jorobas. En verdad no es así. En su joroba, el camello acumula grasa que usa para alimentarse cuando no tiene qué comer. En el camello, en realidad, todo está adaptado para que pueda vivir en el desierto. Por ejemplo, sus ojos son grandes y están protegidos por tres párpados. Los párpados de más afuera tienen unas pestañas largas y encrespadas que protegen el ojo, impidiendo que entren granos de arena. El párpado de más adentro es muy fino; si una partícula de polvo entra al ojo del camello, este párpado interior lo limpia expulsando el cuerpo extraño. Las narices del camello son también muy especiales. Si hay una tormenta de arena, las puede cerrar completamente; así nunca tiene problemas porque le entren granos de arena a su sistema respiratorio. Las orejas del camello también están protegidas contra la arena. Son pequeñas, están dirigidas hacia atrás y están cubiertas de pelos. Los dientes del camello son muy afilados. Su boca está protegida por dentro por una dura membrana. Gracias a esto el camello puede comer plantas espinosas sin herirse y triturar cualquier planta del desierto por dura que sea. Sus largas patas apartan su cuerpo del calor del suelo. En sus pezuñas lleva una especie de almohadillas que le permiten avanzar por la arena sin hundirse. El camello puede pasar meses sin tomar agua. En invierno, cuando el calor es menor y las plantas contienen más humedad, el camello no toma agua. Saca agua de las plantas que come. En verano, cuando el calor aumenta y las plantas están más secas, puede pasar hasta cinco días sin tomar agua. Si es necesario, transforma la grasa de su joroba en agua, pero normalmente no lo hace así. Se defiende de perder el agua que necesita para vivir no transpirando, orinando poco y soportando sin problemas que su temperatura suba hasta 11 grados durante el día. No le importa. El frío de la noche le sirve para recuperar su temperatura normal. Por esta y otras muchas razones, cuando se quiere hacer un viaje por el desierto en una cabalgadura, el camello es el animal más indicado. No cabe la menor duda. LOS CAMELLOS Y EL DESIERTO 2 5 Los camellos son los animales que están más adaptados para vivir en los desiertos. Se suele 10 15 19 22 decir que los camellos resisten las condiciones de vida de los desiertos, porque acumulan 26 31 34 37 agua en sus jorobas. En verdad no es así. En su joroba, el camello acumula grasa que usa 41 47 54 58 para alimentarse cuando no tiene qué comer. 60 65 En el camello, en realidad, todo está adaptado para que pueda vivir en el desierto. Por 69 72 76 85 ejemplo, sus ojos son grandes y están protegidos por tres párpados. Los párpados de más 89 93 97 102 afuera tienen unas pestañas largas y encrespadas que protegen el ojo, impidiendo que 106 109 115 entren granos de arena. El párpado de más adentro es muy fino; si una partícula de polvo 117 123 126 133 135 entra al ojo del camello, este párpado interior lo limpia expulsando el cuerpo extraño. 136 140 144 150 Las narices del camello son también muy especiales. Si hay una tormenta de arena, las 153 157 164 puede cerrar completamente; así nunca tiene problemas porque le entren granos de arena a 169 171 176 180 183 su sistema respiratorio. Las orejas del camello también están protegidas contra la arena. 186 190 193 195 198 Son pequeñas, están dirigidas hacia atrás y están cubiertas de pelos. 201 211 Los dientes del camello son muy afilados. Su boca está protegida por dentro por una dura 214 229 membrana. Gracias a esto el camello puede comer plantas espinosas sin herirse y triturar 230 236 244 cualquier planta del desierto por dura que sea. 245 253 Sus largas patas apartan su cuerpo del calor del suelo. En sus pezuñas lleva una especie de 255 271 almohadillas que le permiten avanzar por la arena sin hundirse. 272 281 El camello puede pasar meses sin tomar agua. En invierno, cuando el calor es menor y las 284 299 plantas contienen más humedad, el camello no toma agua. Saca agua de las plantas que 302 305 318 come. En verano, cuando el calor aumenta y las plantas están más secas, puede pasar hasta 322 337 cinco días sin tomar agua. Si es necesario, transforma la grasa de su joroba en agua, pero 357 normalmente no lo hace así. Se defiende de perder el agua que necesita para vivir no 374 transpirando, orinando poco y soportando sin problemas que su temperatura suba hasta 11 grados durante el día. No le importa. El frío de la noche le sirve para recuperar su temperatura normal. Por esta y otras muchas razones, cuando se quiere hacer un viaje por el desierto en una cabalgadura, el camello es el animal más indicado. No cabe la menor duda. ¿Por qué me pusieron esos nombres? En la ciudad de Aranjuez, España, vive un hombre al que le sobran apellidos, pero no tiene nombre. Nació en Toledo en 1911. Sus padres fueron Alberto García y Brígida García. Nuestro hombre tuvo su primer problema a la hora de su bautizo. -¿Cómo se va a llamar? – preguntó el sacerdote. García – le respondió el padre. No puede ser – replicó el religioso -. ¿Cómo se va a llamar García García García? Así quiero que se llame- insistió el padre, un hombre inflexible. El sacerdote tuvo que aceptar, porque en España “García” no sólo es apellido sino también nombre. Un personaje conocido es don García Hurtado de Mendoza, español que vino a América en tiempos de la Colonia. En el colegio, al pobre García García lo volvían loco con continuas bromas. Le decían “García por triplicado”, “García elevado al cubo”, “Capicúa”. La primera vez que quiso salir con una chica, ésta no aceptó por causa de su nombre. Hay algunas personas que tienen nombres que les causan problemas. ¿A quién le gustaría llamarse Delporte del Piano? Un hombre llamado Pedro Miró conoció a una encantadora mujer llamada Angélica Latorre. No quiso casarse con ella, porque los apellidos de sus hijos serían Miró Latorre. Don Guillermo Espinoza le puso Rosa a su primera hija: no pensó en que se iba a transformar en Rosa Espinoza. Los que se apellidan Barriga deben tener mucho cuidado. Un poco que se descuiden y salen nombres divertidos. Una señora que se llama Dolores nunca se casará con un señor Barriga, porque no quiere Dolores de Barriga. La mayoría de las personas está muy contenta con su nombre, pero algunas tienen razón al preguntarse: ¿Por qué me pusieron estos nombres?” ¿Por qué me pusieron esos nombres? 6 En la ciudad de Aranjuez, España, vive un hombre al que le sobran apellidos, pero no 9 13 17 22 tiene nombre. 26 Nació en Toledo en 1911. Sus padres fueron Alberto García y Brígida García. 29 33 36 42 Nuestro hombre tuvo su primer problema a la hora de su bautizo. 44 49 55 -¿Cómo se va a llamar? – preguntó el sacerdote . 56 60 65 García – le respondió el padre . 66 69 72 No puede ser – replicó el religioso -. ¿Cómo se va a llamar García García García? 77 81 88 Así quiero que se llame- insistió el padre, un hombre inflexible. 93 101 El sacerdote tuvo que aceptar, porque en España “García” no sólo es apellido sino 104 107 111 117 también nombre. Un personaje conocido es don García Hurtado de Mendoza, español 119 122 127 131 que vino a América en tiempos de la Colonia. 132 135 140 En el colegio, al pobre García García lo volvían loco con continuas bromas. Le decían 144 149 154 158 “García por triplicado”, “García elevado al cubo”, “Capicúa”. 161 163 168 La primera vez que quiso salir con una chica, ésta no aceptó por causa de su nombre. 170 179 186 Hay algunas personas que tienen nombres que les causan problemas. 187 192 196 ¿A quién le gustaría llamarse Delporte del Piano? 201 205 Un hombre llamado Pedro Miró conoció a una encantadora mujer llamada Angélica 208 211 217 Latorre. No quiso casarse con ella, porque los apellidos de sus hijos serían Miró Latorre. 218 226 234 Don Guillermo Espinoza le puso Rosa a su primera hija: no pensó en que se iba a 237 244 248 253 transformar en Rosa Espinoza. 254 257 Los que se apellidan Barriga deben tener mucho cuidado. Un poco que se descuiden y 259 263 267 273 salen nombres divertidos. Una señora que se llama Dolores nunca se casará con un 275 277 280 284 287 señor Barriga, porque no quiere Dolores de Barriga. 290 298 La mayoría de las personas está muy contenta con su nombre, pero algunas tienen razón al 301 310 316 preguntarse: ¿Por qué me pusieron estos nombres?” 317 319 322 324 ALBERT EINSTEIN: UN MAL ESTUDIANTE Albert Einstein, el conocido sabio de ascendencia judía, nació el 14 de mayo de 1879 en Ulm, Alemania. Con su nacimiento, Albert llenó a sus padres de alegría. Más tarde, sin embargo, los puso al borde de la desesperación por su mal rendimiento escolar. La familia se había trasladado a Munich, y en esa ciudad inició Albert sus estudios. Sus profesores opinaban que tenía un retardo mental porque había hablado muy tarde, razonaba con gran lentitud y daba la impresión de no tener memoria para nada. Sin embargo, un tío por el lado de su padre despertó su interés por la matemática y en ese campo se reveló como un genio. A los 14 años había asimilado perfectamente el álgebra, la geometría analítica, el cálculo integral y el diferencial. Pero era nulo en historia, geografía e idiomas, y era muy indisciplinado. Además de la matemática le interesaba la música. Tocaba el violín, y sus autores predilectos eran Bach y Mozart. En lo referente a su personalidad, se cuenta que era tímido y poco sociable. Una vez manifestó: “Me he sentido en todas partes extraño, incluso en el seno de mi propia familia, a la que no obstante quiero”. Pese a que jamás obtuvo buenas calificaciones ni un diploma profesional, llegó a ser profesor en Princeton, Estados Unidos, y a obtener el Premio Nobel de Física. Su aporte más importante a la ciencia lo dio en el terreno de la Física, al enunciar la teoría de la relatividad, teoría que sirvió de base, entre otras, al uso de la energía atómica. Aun cuando, paradójicamente, Einstein fue un gran pacifista, una de Las aplicaciones de esta teoría fue la bomba atómica. Esto lo llevó a decir la frase siguiente: “De haberlo sabido o imaginado, me hubiera dedicado a plomero”. Sin embargo, no hay que olvidar que la teoría de Einstein ha abierto un campo, en permanente exploración, a la utilización pacífica de la energía atómica. ALBERT EINSTEIN: UN MAL ESTUDIANTE 6 Albert Einstein, el conocido sabio de ascendencia judía, nació el 14 de mayo de 1879 en 14 24 Ulm, Alemania. 28 Con su nacimiento, Albert llenó a sus padres de alegría. Más tarde, sin embargo, los puso al 33 45 48 borde de la desesperación por su mal rendimiento escolar. La familia se había trasladado a 50 57 61 64 Munich, y en esa ciudad inició Albert sus estudios. Sus profesores opinaban que tenía un 66 73 78 81 retardo mental porque había hablado muy tarde, razonaba con gran lentitud y daba la 83 87 91 94 impresión de no tener memoria para nada. 98 102 Sin embargo, un tío por el lado de su padre despertó su interés por la matemática y en ese 107 117 122 campo se reveló como un genio. A los 14 años había asimilado perfectamente el álgebra, la 126 138 141 geometría analítica, el cálculo integral y el diferencial. Pero era nulo en historia, geografía e 144 149 158 idiomas, y era muy indisciplinado. Además de la matemática le interesaba la música. 162 167 169 172 Tocaba el violín, y sus autores predilectos eran Bach y Mozart. 178 185 En lo referente a su personalidad, se cuenta que era tímido y poco sociable. Una vez 193 196 202 208 manifestó: “Me he sentido en todas partes extraño, incluso en el seno de mi propia familia, 211 213 219 225 a la que no obstante quiero”. 232 Pese a que jamás obtuvo buenas calificaciones ni un diploma profesional, llegó a ser 235 238 241 245 profesor en Princeton, Estados Unidos, y a obtener el Premio Nobel de Física. Su aporte 250 252 255 267 más importante a la ciencia lo dio en el terreno de la Física, al enunciar la teoría de la 269 272 277 283 relatividad, teoría que sirvió de base, entre otras, al uso de la energía atómica. 288 304 Aun cuando, paradójicamente, Einstein fue un gran pacifista, una de las aplicaciones de 307 309 401 409 esta teoría fue la bomba atómica. Esto lo llevó a decir la frase siguiente: “De haberlo sabido 416 429 o imaginado, me hubiera dedicado a plomero”. Sin embargo, no hay que olvidar que la 445 teoría de Einstein ha abierto un campo, en permanente exploración, a la utilización pacífica 463 de la energía atómica. 467 MARISOL A María Soledad le decían Sole o Marisol. A ella no le gustaba ninguno de esos tres nombres: quería llamarse Francisca. María Soledad nunca estaba contenta con lo que tenía. No le gustaba su nombre, ni los nombres cariñosos con que la llamaban su mamá y sus hermanos. No le gustaba su pelo, ni el color de sus ojos y de su piel. -A mí nadie me quiere- decía María Soledad -. Si yo tuviera el pelo rubio y liso y me llamara Francisca, todos me querrían. Y para colmo, tengo los ojos negros y a mí me gustaría tenerlos azules. - No seas tontita, Sole – le dijo una vez su mamá -. Todos te queremos. - Me dijiste tonta – rezongó María Soledad y se fue a llorar a su pieza. En el colegio, María Soledad no tenía amigas. Sin darse cuenta, ella no aceptaba el cariño de sus compañeras. Cada vez que era simpático con ella, María Soledad decía que ella no servía para nada. Sus compañeras terminaron por cansarse y dejarla sola. Un día, muy de mañana, la mamá se levantó muy abrigada y recorrió Las camas de sus hijos para taparlos, porque hacía mucho frío. La hermana chica y los dos hermanos de María Soledad dormían profundamente en sus camas. La mamá los abrigó con mucho cariño. Pero cuando llegó a la cama de María Soledad…¡nunca se lo hubiera imaginado!…La cama estaba vacía. - María Soledad –llamó, sin alzar mucho la voz para no despertar a los otros niños. Nadie respondió. La mamá miró en el baño, debajo de la cama y en los closets. María Soledad no estaba por ninguna parte. La mamá despertó a su marido. Entre los dos buscaron a la niña por toda la casa. María Soledad no apareció. El papá y la mamá salieron rápidamente de la casa, miraron por el patio y por la calle. No había huellas de la niña. A todo esto despertaron los hermanos, y ellos también se pusieron a buscar a María Soledad. El papá se paseaba como un león buscando por todas partes. A la mamá se le empezaron a caer unas lágrimas. Los hermanos estaban tristes, muy tristes. ¿Qué le podría haber pasado a María Soledad? Cuando ya llevaban como una hora buscando a la niña, despertó también Jimena, la hermana mayor. Se levantó, se puso zapatillas y bata y preguntó lo que pasaba. - La Sole se hizo humo –le dijo uno de sus hermanos. - La Sole está en su cama –dijo la Jimena, y corrió las frazadas y las sábanas de la cama de su hermana. Y ahí estaba María Soledad, acurrucada al final de la cama, profundamente dormida. Cuando despertó, estaba en brazos de su mamá, que se la comía a besos, y rodeada por su papá y sus hermanos, que la miraban con mucho amor. Así fue como María Soledad se dio cuenta de que todos la querían mucho, mucho. Desde ese día le empezó a gustar que la llamaran por su nombre. MARISOL A María Soledad le decían Sole o Marisol. A ella no le gustaba ninguno de esos tres 15 nombres: quería llamarse Francisca. María Soledad nunca estaba contenta con lo que tenía. 20 27 34 No le gustaba su nombre, ni los nombres cariñosos con que la llamaban su mamá y sus 38 45 53 hermanos. No le gustaba su pelo, ni el color de sus ojos y de su piel. 58 64 72 -A mí nadie me quiere- decía María Soledad -. Si yo tuviera el pelo rubio y liso y me 80 85 90 llamara Francisca, todos me querrían. Y para colmo, tengo los ojos negros y a mí me 93 96 104 111 gustaría tenerlos azules. 115 - No seas tontita, Sole – le dijo una vez a su mamá -. Todos te queremos. 118 128 132 - Me dijiste tonta – rezongó María Soledad y se fue a llorar a su pieza. 135 138 148 En el colegio, María Soledad no tenía amigas. Sin darse cuenta, ella no aceptaba el cariño 152 155 162 166 de sus compañeras. Cada vez que era simpático con ella, María Soledad decía que ella no 171 177 182 186 servía para nada. Sus compañeras terminaron por cansarse y dejarla sola. 192 195 198 Un día, muy de mañana, la mamá se levantó muy abrigada y recorrió las camas de sus 205 210 216 hijos para taparlos, porque hacía mucho frío. La hermana chica y los dos hermanos de 221 229 234 María Soledad dormían profundamente en sus camas. La mamá los abrigó con mucho 238 247 cariño. Pero cuando llegó a la cama de María Soledad…¡nunca se lo hubiera 250 254 260 265 imaginado!…La cama estaba vacía. 272 - María Soledad –llamó, sin alzar mucho la voz para no despertar a los otros niños. 289 Nadie respondió. 292 La mamá miró en el baño, debajo de la cama y en los closets. María Soledad no estaba por ninguna parte. La mamá despertó a su marido. Entre los dos buscaron a la niña por toda la casa. María Soledad no apareció. El papá y la mamá salieron rápidamente de la casa, miraron por el patio y por la calle. No había huellas de la niña. A todo esto despertaron los hermanos, y ellos también se pusieron a buscar a María Soledad. El papá se paseaba como un león buscando por todas partes. A la mamá se le empezaron a caer unas lágrimas. Los hermanos estaban tristes, muy tristes. ¿Qué le podría haber pasado a María Soledad? Cuando ya llevaban como una hora buscando a la niña, despertó también Jimena, la hermana mayor. Se levantó, se puso zapatillas y bata y preguntó lo que pasaba. - La Sole se hizo humo –le dijo uno de sus hermanos. - La Sole está en su cama –dijo la Jimena, y corrió las frazadas y las sábanas de la cama de su hermana. Y ahí estaba María Soledad, acurrucada al final de la cama, profundamente dormida. Cuando despertó, estaba en brazos de su mamá, que se la comía a besos, y rodeada por su papá y sus hermanos, que la miraban con mucho amor. Así fue como María Soledad se dio cuenta de que todos la querían mucho, mucho. Desde ese día le empezó a gustar que la llamaran por su nombre. TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA EL CALEUCHE No era un pueblo, no podía serlo, se trataba sólo de un pequeño número de casas agrupadas a la orilla del mar, como si quisieran protegerse del clima tormentoso, de la lluvia constante, de las asechanzas que pudieran venir de la tierra o del mar. Para los hombres que allí vivían, Chiloé, la Isla Grande, era un. continente casi desconocido, Queilen y Chonchi quedaban lejos, sólo se navegaba a ellos por la tarde para vender el producto de la pesca: Castro aparecía como ciudad remota; la esperanza de algunos jóvenes era llegar hasta ella y ahí quedarse o partir para rumbos distantes, pero esto aparecía como un sueño, como una quimera ilusión. Había cultivos en los campos más allá de las casas, sobre todo papas, avena y hortalizas. Algunos vacunos y bastantes ovejas se veían en rústicos corrales, pero principalmente la actividad de todos, el ritmo de la vida, estaba determinada por el mar. Las mujeres hilaban ellas mismas la lana tejían frazadas, ponchos, mantas y choapinos. De tiempo en tiempo las piezas que eran necesarias para el uso del poblado eran vendidas en Chonchi o a las lanchas que pasaban a comprar la pesca. Esto era fácil, pues se trataba de tejidos primorosos bellamente realizados. Tomado del Libro “Cuento Contigo” Leyenda chilota TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA EL CALEUCHE 2 No era un pueblo, no podía serlo, se trataba sólo de un pequeño número de casas agrupadas a la orilla del mar, como si quisieran protegerse del clima tormentoso, de la lluvia constante, de las asechanzas que pudieran venir de la tierra o del mar. Para los hombres que allí vivían, Chiloé, la Isla Grande, era un. continente casi desconocido, Queilen y Chonchi quedaban lejos, sólo se navegaba a ellos por la tarde para vender el producto de la pesca: Castro aparecía como ciudad remota; la esperanza de algunos jóvenes era llegar hasta ella y ahí quedarse o partir para rumbos distantes, pero esto aparecía como un sueño, como una quimera ilusión. Había cultivos en los campos más allá de las casas, sobre todo papas, avena y hortalizas. Algunos vacunos y bastantes ovejas se veían en rústicos corrales, pero principalmente la actividad de todos, el ritmo de la vida, estaba determinada por el mar. Las mujeres hilaban ellas mismas la lana tejían frazadas, ponchos, mantas y choapinos. De tiempo en tiempo las piezas que eran necesarias para el uso del poblado eran vendidas en Chonchi o a las lanchas que pasaban a comprar la pesca. Esto era fácil, pues se trataba de tejidos primorosos bellamente realizados. 18 32 45 57 73 85 100 111 125 135 150 162 175 184 196 209 223 238 242 Tomado del Libro “Cuento Contigo” Leyenda chilota TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA EL VOLANTIN La primavera es para Juanito el más embrujado país. He aquí que florecen los aromos y sus arañitas amarillas tejen una encantada y diáfana red en el aire. Más allá los almendros escriben mensajes rosados. Y el viento, el viento largo, fresco, río puro en el cielo. Desde las casas vecinas han salido a piruetear los primeros volantines. Verdes, azules, morados, amarillos, levantan sus banderas crepitantes e incendian de alegría el espacio. Saltan los ojos del niño por estos movibles peldaños y van por el azul ilustrándose de claridades y de vuelos. A Juanito le gusta el revoloteo incesante de estas encadenadas mariposas que habitan en un melodioso e inalcanzable clima. Cada crujido de la seda tensa, cada evolución de las livianas armazones de caña y papel dejan anchas estelas en su espíritu. ¿Quién sostendrá los volantines en lo alto? ¿Quién los hará ascender, inclinarse, describir sueltas curvas? Sencillo y fácil misterio que él quisiera conocer de cerca, sintiendo entre sus dedos el hilo tenso que va hasta los tirantes vibradores. Pero él no tiene hilo ni dinero. Es muy pequeño para poseer uno de aquellos embrujados juguetes. -Cuando yo sea grande... (Sí, Juanito, cuando tú seas grande no tendrás tiempo de mirar el cielo donde piruetean los volantines. Tu mundo estará aquí abajo, sobre la tierra que pisan tus pies sin sentirla. Pero es mejor que lo ignores entretanto. Tomado del Libro “Cuento Contigo” Oscar Castro TEXTO DE EVALUACIÓN DE VELOCIDAD LECTORA EL VOLANTIN 2 La primavera es para Juanito el más embrujado país. He aquí que florecen los aromos y sus arañitas amarillas tejen una encantada y diáfana red en el aire. Más allá los almendros escriben mensajes rosados. Y el viento, el viento largo, fresco, río puro en el cielo. Desde las casas vecinas han salido a piruetear los primeros volantines. Verdes, azules, morados, amarillos, levantan sus banderas crepitantes e incendian de alegría el espacio. Saltan los ojos del niño por estos movibles peldaños y van por el azul ilustrándose de claridades y de vuelos. A Juanito le gusta el revoloteo incesante de estas encadenadas mariposas que habitan en un melodioso e inalcanzable clima. Cada crujido de la seda tensa, cada evolución de las livianas armazones de caña y papel dejan anchas estelas en su espíritu. ¿Quién sostendrá los volantines en lo alto? ¿Quién los hará ascender, inclinarse, describir sueltas curvas? Sencillo y fácil misterio que él quisiera conocer de cerca, sintiendo entre sus dedos el hilo tenso que va hasta los tirantes vibradores. Pero él no tiene hilo ni dinero. Es muy pequeño para poseer uno de aquellos embrujados juguetes. -Cuando yo sea grande... (Sí, Juanito, cuando tú seas grande no tendrás tiempo de mirar el cielo donde piruetean los volantines. Tu mundo estará aquí abajo, sobre la tierra que pisan tus pies sin sentirla. Pero es mejor que lo ignores entretanto. Tomado del Libro “Cuento Contigo” Oscar Castro 17 32 48 65 78 92 106 118 131 146 161 176 190 207 217 232 246 263 266 VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA A las ocho de la mañana nos despertó un rayo de sol. Las facetas de las lava en las paredes lo recogieron y devolvieron convertido en una lluvia de chispitas. - ¿Qué me dices, Alex? – preguntó mi tío - ¿Has pasado en tu vida alguna noche tan tranquila? No hay ruidos ni grito… - El lugar es muy tranquilo, en efecto – repliqué -. Pero esta misma calma tiene algo trágico. - No te apresures. Recién hemos bajado al nivel del mar. Puedes comprobarlo consultando el barómetro. Yo estoy deseando poder usar el manómetro. - ¿No nos resultará perjudicial la presión? - No, iremos bajando lentamente y nuestros pulmones se irán acostumbrando a respirar en una atmósfera más comprimida. Pero dejémonos ya de charla y busquemos el paquete que arrojé. Hans miró atentamente a su alrededor con su buena vista de cazador y lo descubrió en una saliente, unos treinta metros encima de nosotros Poco después almorzamos frugalmente y regamos la comida con algunos tragos de ginebra. Mi tío anotó algunos datos en su cuadernillo de viaje y, señalándome solemnemente una galería oscura, anunció: - Ahora, Alex, vamos hacia el centro de la tierra. VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA A las ocho de la mañana nos despertó un rayo de sol. Las facetas de las lava en las paredes lo recogieron y devolvieron convertido en una lluvia de chispitas. - ¿Qué me dices, Alex? – preguntó mi tío - ¿Has pasado en tu vida alguna noche tan tranquila? No hay ruidos ni grito… - El lugar es muy tranquilo, en efecto – repliqué -. Pero esta misma calma tiene algo trágico. - No te apresures. Recién hemos bajado al nivel del mar. Puedes comprobarlo consultando el barómetro. Yo estoy deseando poder usar el manómetro. - ¿No nos resultará perjudicial la presión? - No, iremos bajando lentamente y nuestros pulmones se irán acostumbrando a respirar en una atmósfera más comprimida. Pero dejémonos ya de charla y busquemos el paquete que arrojé. Hans miró atentamente a su alrededor con su buena vista de cazador y lo descubrió en una saliente, unos treinta metros encima de nosotros Poco después almorzamos frugalmente y regamos la comida con algunos tragos de ginebra. Mi tío anotó algunos datos en su cuadernillo de viaje y, señalándome solemnemente una galería oscura, anunció: - Ahora, Alex, vamos hacia el centro de la tierra. 6 23 36 38 54 64 78 83 96 107 109 116 127 137 147 160 172 182 198 206 218