CAMINO DE PERFECCIÓN

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CAMINO DE PERFECCIÓN
El estudio de la Biblia es importante para nuestras vidas. A partir de este
mensaje iniciamos una serie de mensajes basados en varios versículos del
Salmo 119 con el tema general de “Caminos de Vida”.
En una ocasión dos hombres caminaban rumbo a un pueblo llamado Emaús
que estaba a 11 km. de Jerusalén, iban un poco aturdidos y tristes, en el
camino se acerca un hombre que aparentemente no sabía que 3 días antes
habían acontecido sucesos muy desagradables contra el profeta de Israel,
pues lo habían asesinado. Así que ese hombre les empezó a dar toda una
cátedra sobre el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, desde
Moisés hasta los profetas. Después de esta charla, ellos reconocieron que era
Jesús de Nazaret quien les hablaba durante el camino. Ellos expresaron algo
importante: Lucas 24:32 ¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba
con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?
El primer apodo que tuvieron los cristianos fue “los del camino”. El camino
simboliza movimiento, trayectoria, curso, meta, dirección. La vida cristiana no
es algo estático, es movimiento, es práctico. El camino está relacionado con la
enseñanza de la Biblia. Tenemos muchos ejemplos que nos afirman esto: los
caminantes de Emaús fueron instruidos con la Escritura durante el camino,
hacia ese pueblo, Deuteronomio aconseja a los padres a repetir las
enseñanzas de la ley a sus hijos cuando vayan por el camino (Dt. 6: 7), el
salmista dice que instruye al niño en su camino y no se apartará de él, y podría
citar diversos versículos que afirman lo mismo. Pero lo más importante es lo
que pude producir en ti, la enseñanza de la Escritura. Los caminantes de
Emaús, dijeron que ardía sus corazones mientras eran instruidos en el camino,
porque su rumbo, su camino empezaba a tener sentido y propósito, es decir,
VIDA.
La Biblia es muy clara al decir que sólo hay dos tipos de caminos. Imagínate
que estás parado en medio de una “Y”, justo donde se divide, tienes dos
opciones, a la izquierda o a la derecha, ¿cuál tomarías? Sólo hay dos caminos,
el camino de la vida o el camino de la muerte. Deuteronomio 30:15-19 dice:
Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. Hoy te
ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y que
cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes… te he dado a elegir entre
la vida y la muerte, entre la bendición y maldición. Elige, pues, la vida,
para que vivas tú y tus descendientes. Sólo tenemos dos opciones, sólo dos
caminos, la vida o la muerte. ¿Qué camino te gusta? Dios tiene reservadas
grandes promesas si optas por la vida. Tal vez alguien pregunte, no habrá un
tercero, uno en medio de esos dos caminos. No. Muchos han intentado crear
un tercer camino en donde todo es según el cristal con que lo mires. Esto es
falso, siempre habrá dos caminos, nos gusto o no nos guste.
Habrá otro que pregunte, cómo distinguir entre el camino de la vida y el camino
de la muerte. Jesús nos da la respuesta a esta pregunta. Mateo 7:13-14 La
entrada que lleva a la perdición es ancha. El camino hacia allá es fácil de
seguir. ¡Mucha gente pasa por esa entrada! Pero la entrada que lleva a la
vida es muy estrecha. El camino hacia allá es muy difícil de seguir. Por
eso, son pocos los que la encuentran. Entren por la entrada estrecha,
pues ella nos lleva a la vida. Por naturaleza propia, tendemos a caminar por
el camino ancho porque es fácil de seguir, no implica un compromiso, no exige
un cambio o límites. Es el camino que responde a tus deseos más íntimos e
insatisfechos; es el que responde a nuestro pecado, porque esa es nuestra
naturaleza. En cambio, el camino de vida es un camino de compromiso, de
perfección, de sabiduría, camino de esperanza, camino de salvación y vida
eterna. Es el camino que no a todos gusta andar, porque no responde a la
carne, sólo responde al Espíritu, por eso es camino estrecho, no cualquiera
anda por ahí. Exige un cambio de naturaleza, un corazón de carne.
Esto es lo que estudiaremos en el Salmo 119. Los expertos en Biblia lo llaman
un “devocional sobre la Palabra de Dios”. El autor refleja una pasión por la
Palabra de Dios como palabra de vida. Su exposición de las virtudes de la
Palabra de Dios, las presenta en forma de un acróstico con el alfabeto hebreo.
El Salmo está dividido en 22 partes que corresponde a cada letra del alfabeto,
en hebreo comienza el primer versículo de cada sección con la inicial del
alfabeto, esto lo pueden ver en sus Biblias, alef es el nombre de la primera letra
hebrea.
Lo primero que nos enseña este Salmo desde los primeros ocho versículos es
que el camino de la vida es camino de la perfección, lo único que puede
perfeccionarte es la Palabra de Dios, somos llamados a transitar por ese
camino. Pero ¿qué significa perfecto?
Perfecto implica un proceso.
Algunos han definido como perfecto lo que no tiene error o defecto. Cuando
decimos que nadie es perfecto, queremos decir que no existe alguna persona
que carezca de error o defecto. De hecho, todos tenemos errores y defectos;
de esta forma, cualquiera puede excusarse de ser perfecto, porque nadie lo va
a lograr. Sin embargo, en la Biblia, la palabra perfecto, no sólo significa lo que
no tiene mancha, error o defecto, también significa meta o fin. Si decimos que
ser perfecto significa una meta o una finalidad, implica entonces que existe un
proceso para llegar a ese fin. Dice la Biblia: Mateo 5:48 Sed, pues, perfectos,
como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Esta es la meta,
pero implica un proceso para llegar a este estado. Ningún ser humano puede
lograr ser como Dios por sí mismo. Pero puede llegar a ser perfecto.
Cuando el ser humano fue creado a imagen de Dios, lo creó perfecto, sin
pecado, si defecto, pero la entrada del pecado estropeó su perfección, por eso
la invitación que tenemos de ser perfecto, significa que debes estar en un
proceso cuya finalidad es el regreso al origen, así lo dice Eclesiastés 7:29 Dios
hizo perfecto al género humano, pero éste se ha buscado demasiadas
complicaciones. Dios nos provee de un recurso para ser perfectos, la
santificación. La santificación es parte de ese proceso de perfección, donde
cada día puedes ser perfecto hasta llegar a la meta de ser perfecto en el plan
de Dios, pero la manera en que puedes ser perfecto es por medio de la Palabra
de Dios, porque ella te da el conocimiento para ser perfecto cuando pones por
obra todo lo que está escrito. El primer versículo del Salmo 119:1 lo dice
claramente: Dichosos los que van por caminos perfectos, los que andan
conforme a la ley del Señor.
Los que caminan por la perfección pueden esperar dos cosas:
Tener la capacidad de cumplir con la voluntad de Dios.
Cumplir con la voluntad de Dios, significa, obedecer su Palabra. La obediencia
nos lleva a la perfección. La obediencia a la voluntad de Dios es el camino de
la perfección. Se dice fácil obedecer la voluntad de Dios, pero en realidad, nos
cuesta trabajo cumplirla, dice el Salmo 119:3 que los que hacen la voluntad de
Dios, Jamás hacen nada malo, sino que siguen los caminos de Dios. Para
que esto suceda, debe haber un cambio en tu vida. Nadie puede cumplir con la
voluntad de Dios, requieres al Espíritu Santo. El propósito de Dios para
muestras vidas es que seamos como Cristo, porque Cristo siempre cumplió con
la voluntad de su Padre. Lo que hace el Espíritu Santo es cambiar tu corazón y
prepararte cada día para cumplir con la voluntad de Dios.
Esto hace que tengas que renunciar a la voz de tu voluntad y a hábitos que van
en contra de la voluntad de Dios, para actuar de manera diferente. El Espíritu
Santo utiliza la Palabra de Dios para hacernos como el Hijo y cumplir con la
voluntad de Dios. La Palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra. Es
viva. Jesús dijo en Juan 6:63 Las palabras que le he hablado son espíritu y
son vida. Cuando Dios habla, las cosas cambias. La Biblia demás de una guía
doctrinal. ¡Genera vida, crea fe, produce cambios, realiza milagros, sana
heridas, edifica el carácter, transforma las circunstancias, imparte alegría,
supera la adversidad, derrota la tentación, infunde esperanza, libera poder,
limpia nuestras mentes, hace que las cosas existan y garantiza nuestro futuro
para siempre! La Palabra de Dios es el alimento espiritual que debes tener para
cumplir con la voluntad de Dios.
Lo segundo es…
Esperar la ayuda de Dios.
Esto es una gran promesa que la Biblia otorga al que camina por la trayectoria
de la perfección. El salmista dice en el Salmo 119:6 No tendré que pasar
vergüenzas cuando considere todos tus mandamientos. El sentido de
pasar vergüenza que menciona el autor es la seguridad de no ser abandonado
en la pobreza, o en la enfermedad o en manos de enemigos. Pero esa
seguridad no la tiene en sí mismo, sino en Dios, porque si cumples con los
preceptos de su Palabra, la seguridad que debes tener es que él te brindará
ayuda en los momentos más difíciles de tu vida, no te dejará a tu suerte, no
importa qué tan grave sea tu enfermedad, no importa qué tan duro sea tu
problema económico, o qué difícil está tu situación familiar.
La esperanza que debes tener es que Dios siempre está a tu ayuda en los
momentos difíciles de tu vida, Isaías 41:10 Así que no temas, porque yo
estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te
ayudaré; te sostendré con mi diestra victoriosa. Lo único que debes hacer
para que se cumpla esta promesa en ti, es caminar conforme a la Palabra de
Dios, eso te llevará a la perfección.
Hay un par de cosas que debes tener presente en este punto. Cómo estar
seguro de que Dios te ayuda; primero, debes confiar en que Dios cumplirá
sus promesas. Durante las pruebas difíciles debes depender pacientemente
de las promesa de Dios y no de tus emociones; debes tener presente que Dios
te está conduciendo en el camino de la madurez y de la perfección. No te
preocupes por tus preocupaciones. El carácter de Dios no cambia con las
circunstancias. La gracia de Dios todavía tiene toda su fuerza; él todavía está
de tu lado, aunque no lo sientas. Cuando Job sintió la ausencia de Dios, siguió
dependiendo de su Palabra, Job 23:12 No me he apartado de los
mandamientos de sus labios; en lo más profundo de mi ser he atesorado
las palabras de su boca.
Lo segundo es, que debes recordar lo que Dios hizo por ti. ¡El hijo de Dios
murió por ti! Tienes la vida eterna y el perdón de los pecados. Si esto hizo por
ti, qué no hará por ti en esta vida; lo dio todo para que lo tuvieras todo, para
que fueras perfecto. Por esta razón, la enseñanza de la Escritura es que tú
fueras perfecto, es decir, estar en un proceso continuo cuya meta es ser como
originalmente Dios te creó: ¡PERFECTO!
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