PROYECTO DE LEY LEY DE PROTECCIÓN A LA LIBERTAD DE PRENSA Expediente No. 13.473 ASAMBLEA LEGISLATIVA: Costa Rica desde los tiempos del primer Presidente de la República, don José María Castro Madriz auspicia la libertad de prensa, bastión esencial de la democracia. En defensa de las libertades de información, crítica e incluso denuncia, la legislación costarricense no puede quedar rezagada. Es nuestro deber adaptarla a los cambios jurisprudenciales más relevantes, mundialmente aceptados. La regulación de la libertad de prensa en nuestro país es de vieja data. Inclusive se mantiene vigente una añeja Ley de Imprenta de 1902 sobre la cual la Sala Constitucional ha declarado vicios de inconstitucionalidad por resoluciones números 1197-91 de las 16:30 horas del 25 de junio de 1991 (Declaró inconstitucionales los Artículos 9, 17, 18, 19 y 20) y final del Artículo 7 e interpretó el citado numeral en relación con el Artículo 39 constitucional. En diversos foros se ha manifestado la necesidad de corregir dos aspectos fundamentales en materia de responsabilidad de los medios de comunicación: la obligación del editor o director del UPEL - 2 - Exp. No. 13.473 medio de responder por delitos contra el honor cometidos mediante la publicación o difusión por ese medio inclusive cuando se conozca al autor y aquellos casos en que se ha pretendido sancionar al periodista por difundir informaciones inexactas para obligarlo a confirmar la veracidad de todas sus noticias. A nivel mundial, es ampliamente reconocida la necesidad de brindar un mayor margen de acción a la prensa para ejercer control sobre el acciones de los funcionarios públicos. Es ya paradigmática la posición de la Suprema Corte de los Estados Unidos de América, que en 1964 dictó la trascendental sentencia del caso New York Times vs Sullivan (376-US-254) y expresamente reconoció: “Las garantías constitucionales exigen, a nuestro juicio, una norma federal que prohíbe a un servidor público querellarse por daños y perjuicios por una difamación falsa relativa a su comportamiento oficial, a menos que se pruebe que el enunciado se hizo con malicia real – esto es – con conocimiento de que era falso o con manifiesta desconsideración de si era falso o no”. DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 3 - Exp. No. 13.473 Esta materia es muy sensible en un Estado democrático y que se precie de respetuoso de la libertad del información y de prensa. El Artículo 29 constitucional, en relación con los artículos 19 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 13 del Pacto de San José garantizan la libertad de pensamiento y expresión, incluyendo la de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole por cualquier procedimiento que se elija. A la vez, la misma normativa les exige responsabilidad en caso de abuso en el ejercicio de tales derechos. Sin embargo, tales responsabilidades solo pueden ser ulteriores y no pueden implicar jamás una censura previa. A nuestro juicio, la actual regulación legal, aunque matizada por algunas interpretaciones de la Sala Constitucional y de Tribunales Penales, constituye una espada de Damocles que pende peligrosamente sobre los periodistas y amenaza su autonomía e integridad para el libre ejercicio de su profesión, constituyendo en la realidad un mecanismo de censura previa. Este proyecto de Ley se propone corregir las debilidades anteriores y sugerir una alternativa que, sin eliminar la responsabilidad ulterior por el abuso del ejercicio del derecho, faculte a la obligaciones. prensa para cumplir eficazmente con sus A continuación se explica el contenido de esta propuesta: DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL 1.- - 4 - Exp. No. 13.473 Derogatoria del Artículo 7 de la Ley de Imprenta: Este Artículo sanciona a los responsables de delitos de calumnia o injuria cometidos por medio de la prensa con una pena de arresto de uno a ciento veinte días, que sufren conjuntamente los autores de la publicación y los editores responsables del medio, si no existiere un editor responsable, se tiene como tal al director de ese medio. Esta norma ha sido cuestionada en el sentido de que su contenido quedó derogado por el Código Penal al contener delitos tipificados posteriormente en la misma materia, pero la Sala Constitucional determinó que ese problema de vigencia en el tiempo con respecto a los Artículos 145, 147 y 152 del Código Penal es una cuestión de ilegalidad y no de constitucionalidad (ver voto 2996-92 arriba referido). Por considerar que esta materia debe ser regulada en el Código Penal, proponemos la derogatoria de este artículo 7. 2.- Reforma al Artículo 152 del Código Penal Actualmente esta norma contiene un tipo penal que considera autor responsable de las injurias o calumnias, no solo al autor directo, sino también el que publicare o reprodujere por cualquier medio ofensas al honor inferidas por otro. DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 5 - Exp. No. 13.473 Aunque pudiera interpretarse que este tipo penal no compromete a los editores, directores o periodistas, salvo cuando fueren autores directos, pareciera que el sentido de la norma es mantener el principio de incriminación penal del editor o director contenido en el Artículo 7 de la Ley de Imprenta, por lo que se requiere una reforma congruente con las normas constitucionales y los pactos constitucionales indicados. Una lectura de la norma hace concluir que ella pretende reprimir a quien publica o reproduce injurias o calumnias inferidas por otra persona por considerarlo partícipe, al haber cooperado para hacer públicas o para reproducir tales ofensas. Curiosamente esta disposición se adaptó del Código Penal argentino en su Artículo 45, pero no se incluyó el contenido del Artículo 49 de ese mismo Código que excluye la participación criminal en delitos cometidos por medio de la prensa de quienes solamente prestaren al autor “… la cooperación material necesaria para su publicación, difusión o venta”. Nos parece importante desincriminar al editor o director del medio que, de no ser así, sería un partícipe necesario, para ser compatible dicha norma penal con las garantías constitucionales de libertad de prensa. Empero, debe reprimirse como autor al editor o director DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 6 - Exp. No. 13.473 cuando lo sea de la ofensa punible, esto es, cuando no es posible individualizar al autor o se encuentre este fuera del país, caso en el cual no son simples participantes del delito cometido por otro. Soler: Como bien expresa Sebastián “La Ley no quiere la impunidad; pero busca un autor verdaderamente digno de ser castigado”. La propuesta que planteamos deja a salvo, en virtud de las normas generales de autoría y participación, aquellos casos en que el editor o director hubiera actuado con un dolo específico inclusive eventual o hubiese intrigado al autor del libelo ofensivo, pues en tales casos su responsabilidad es personal y no derivada. En este sentido proponemos un párrafo segundo al Artículo 152 del Código Penal que aclare esta situación y no la deje librada a interpretaciones jurisprudenciales. 3.- Reforma al Artículo 151 del Código Penal: La discusión sobre cuando una información es inexacta o falsa es un tema ampliamente desarrollado por la doctrina, especialmente cuando se refiere a la responsabilidad del periodista frente a ellas. Es pacífico aceptar hoy que la prensa debe asumir el compromiso de informar no solo el hecho verídicamente, sino también en su contexto y en su verdadera significación. DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 7 - Exp. No. 13.473 Algunos han pretendido derivar de lo anterior que la prensa tiene la obligación de confirmar para ello la veracidad de todas la noticias que obtienen de sus fuentes, lo que es evidentemente imposible, salvo que se aplique una verdadera autocensura que atentaría contra la libertad de difusión de información. Creo que todos estamos de acuerdo en que la única información legítima es la verdadera, pero también es cierto que encontrar esa verdad absoluta o exacta es muchas veces imposible. Lo propio parece ser analizar la actitud del informante hacia la verdad y sobre esa base establecer su responsabilidad. Referimos aquí una larga cita de la doctrina argentina que explica nuestra posición. Pretender que la verdad coincida con la necesidad de verificar y, en su caso, probar que se trata de una verdad absoluta, condicionaría la difusión de la información y, de rondón, podría implicar la exclusión del derecho de informar cuando no exista la posibilidad de probar la verdad de los hechos. De ahí que, aún cuando la verdad es un límite interno del derecho de informar, de carácter objetivo, tal límite se conjuga con la referencia subjetiva, esto es, la actitud del informador hacia la verdad, de manera que le sea dado probar que ha tratado de encontrar la verdad de los hechos, de manera diligente y razonable, agotando las DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 8 - Exp. No. 13.473 fuentes disponibles, con insistencia suficiente, para que un profesional honesto pueda llegar a la razonable convicción de que lo que publica es verdad. Es de todos conocido la evolución que ha seguido la jurisprudencia norteamericana es esta materia desde el famosos caso New York Times v.s. Sullivan en 1964, en el cual se estableció la necesidad de distinguir si la noticia cuya falsedad se atribuye por el ofendido demandante afecta a funcionarios públicos en ejercicio de su función o se trata de un particular. Casos posteriores ampliaron la regulación a materias de relevancia públicas o general, sin tomar en consideración si las personas afectadas son funcionarios públicos, individuos famosos o con notoriedad social o simples particulares. esta tesis se define a El núcleo fundamental de continuación: Quien demande atribuyendo al medio la difusión de una noticia falsa sólo puede obtener reparación si logra probar que dicho medio obró con dolo o culpa grave, por conocimiento cabal de la falsedad de la noticia, una descuidada desconsideración acerca de si era falsa o no o un actuar negligente o descuidado, todo en el tanto no se trate de un demandante con las características de persona privada aludida en noticias falsas que no tienen relevancia pública o interés general. DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 9 - Exp. No. 13.473 Así pues, las personalidades públicas deben no solo probar que la información difundida es inexacta o falsa sino que se transmitió con conocimiento deliberado de ello. La justificación de esta norma reside en que la libertad de expresión e información es preponderante sobre la protección de los derechos de la personalidad de quienes ocupan posiciones de relevancia pública, pues como dice bien Muñoz Machado, “…la incorporación a la arena pública es un acto, por lo común voluntario, en el que debe ir implícita la aceptación, en un sistema democrático de someterse a un escrutinio más directo y estrecho de los medios de comunicación”. 4.- Reforma al artículo 195 del Código Procesal Penal: Es de considerar que el Artículo 195 del Código Procesal Penal al otorgar el angustioso plazo de cinco días para contestar una querella por eventuales delitos cometidos por medio de la prensa, oponer excepciones, ofrecer pruebas, recusar en su caso a los funcionarios judiciales e impugnar la acción civil resarcitoria, también oponiéndole excepciones y ofreciendo pruebas, es discriminatoria pues la ley concede al querellante el plazo de prescripción de un año para promover la acusación, pero únicamente cinco días al querellado para defenderse. DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 10 - La CONVENCIÓN Exp. No. 13.473 AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS, suscrita y ratificada por Costa Rica, incluso denominada PACTO de SAN JOSÉ, en el encabezamiento de su Artículo 8 y en el inciso c) garantiza al inculpado el tiempo y los medios adecuados para preparar su defensa, y le otorga a toda persona acusada el fuero humano de ser oído “dentro de un plazo razonable … “, motivo por el cual aquella norma procesal penal debe ser reformada adaptándola a esa legislación de jerarquía superior. Con fundamento en lo expuesto anteriormente que justifica las propuestas de reforma que este Poder Ejecutivo plantea, y rindiendo homenaje a mi antecesor y padre de la libertad de prensa el Dr. José María Castro Madriz, sometemos a la consideración de la Asamblea Legislativa el siguiente proyecto de ley. DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 11 - Exp. No. 13.473 LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA DECRETA: LEY DE PROTECCIÓN A LA LIBERTAD DE PRENSA ARTÍCULO 1.- Derógase el Artículo 7 de la Ley de Imprenta No. 32 del 12 de julio de 1902, revalidada por la Ley No. 7 del 15 de mayo de 1908 y sus reformas ARTÍCULO 2.- Adiciónase un párrafo al artículo 151 del Código Penal, que se leerá así: “Artículo 151.… Tampoco son punibles como ofensas al honor los juicios emitidos en relación con los funcionarios y servidores públicos y las figuras de relevancia pública, en ese carácter, salvo que el ofendido pruebe que se hicieron con conocimiento de su falsedad o que el autor no procedió con la diligencia debida.” ARTÍCULO 3.- Adiciónase un párrafo segundo al Artículo 152 del Código Penal, que se leerá así: DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 12 - Exp. No. 13.473 “Artículo 152.… No se considerarán partícipes de los delitos contra el honor cometidos a través de los medios de comunicación quienes solamente prestaren al autor la cooperación material necesaria para su publicación, difusión, o venta. El editor solo será responsable cuando el autor no fuere conocido o no se hallare en el país.” ARTÍCULO 4.- Refórmase el artículo 195 del Código Procesal Penal, que se leerá así: “La querella será presentada ante el tribunal de juicio, que dará audiencia al querellado para que, en el plazo de quince días, contados a partir del día siguiente de la notificación de todos los querellados, si fueren varios, manifieste lo que considere conveniente en su defensa, ofrezca la prueba conforme a las reglas comunes, y oponga las excepciones y recusaciones que estime convenientes…”. DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS UPEL - 13 - ARTÍCULO 5.- Exp. No. 13.473 Rige a partir de su publicación. Miguel Ángel Rodríguez Echeverría PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Mónica Nagel MINISTRA DE JUSTICIA 1 de diciembre de 1998, dr.- NOTA: Este proyecto pasó a estudio e informe de la Comisión Permanente de Asuntos Jurídicos. NOTA: El Depto. de Servicios Parlamentarios solo le dio formato a este proyecto de ley. DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS