Presentación de Libertad Asistida en La Rioja

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Libertad Asistida: Una Alternativa en el Medio Libre
Mario Muñoz Méndez
La Libertad Asistida, como modelo y propuesta alternativa en el área de menores,
fue desarrollada en base a contribuciones de diversas disciplinas y enfoques
teóricos, lo cual se hizo posible dentro del marco institucional y técnico de
Fundación DEM1. Desde el 1º de enero de 1990 se encuentra operando como
modalidad asistencial y, a la fecha, cuenta con una cobertura de 155 casos, que
corresponden a jóvenes residentes junto a sus familias en el sector norte y norponiente de Santiago2. El Programa Libertad Asistida (PLA) cuenta con dos locales
comunitarios
de
coordinación
y
atención,
situados
en
las
comunas
de
Independencia y Quilicura.
De los 155 casos, el total corresponde a cobertura judicial, proveniendo éstos
principalmente de dos Juzgados de Menores de Santiago ( Primero y Sexto), y
recientemente3, algunos casos son derivados desde los nuevos Tribunales de
Familia. Con anterioridad se atendió una cobertura de derivación comunitaria
directa (consultorios, juntas de vecinos, escuelas, etc.), que obedecía a una
intención técnica de desjudicializar los tratamientos y atender preventivamente,
en una instancia pre-judicial.
1
Fundación Nacional para la Defensa Ecológica del Menor de Edad, se trata de un organismo no
gubernamental que se creó con el propósito de hacer realidad en nuestro país los acuerdos del XVI Congreso
Panamericano del Niño, que proponen un enfoque ecológico, globalista e para alcanzar la protección integral
del menor, en su familia y en su comunidad.
2
El Programa tuvo un cambio de sistema asistencial, desde el 1º de octubre de 1995, siendo homologado a
Rehabilitación Conductual Diurna, en cuanto a su normativa básica (SENAME). Sin embargo, desde el
punto de vista técnico el modelo general con que se está operando es un desarrollo del modelo original.
3
Desde el 1 de octubre de este año, igualmente por Medida de Protección, referida a jóvenes menores de 16
años y, teóricamente, de menores de 18 declarados sin discernimiento.
1
Concebimos la Libertad Asistida como una de las alternativas de rehabilitación -o
inserción pro-social- en el medio libre. Esto es, como una posibilidad específica
para el juez competente, la institución derivante, y para el caso particular que se
refiere al Programa. No se plantea como alternativa única, ya que sus beneficios
serán diferenciales según las características particulares del sujeto y de su
circunstancia vital.
La Libertad Asistida es una medida judicial (de protección) que implica
obligatoriedad de la atención. Desde la ejecución de la medida se requiere una
adecuada combinación de control y apoyo, dependiendo de la individualidad del
caso atentido, tanto como de la fase de atención en que éste se encuentre.
Los casos corresponden a jóvenes de 14 a 18 años de edad que han presentado
alguna infracción de ley, el que ha sido conocido por el juez competente. Lo
anterior conlleva una necesaria y permanente coordinación con los Tribunales,
tanto para la recepción del caso como para el desarrollo del trabajo que se llevará
a cabo con él.
1. El Delegado en la Comunidad
Una vez ingresado el caso al PLA es dirigido, apoyado y controlado
por un
Delegado de Libertad Asistida (DLA), que es un profesional de las ciencias
sociales capacitado para intervenir en el plano familiar y comunitario. El DLA
mantiene una relación estrecha y sostenida con el joven y su grupo familiar, a
través de visitas domiciliarias frecuentes o entrevistas en el local comunitario
(cuando no sea posible o indicado intervenir en el hogar). El DLA se constituye en
un facilitador de los procesos de desarrollo personal, familiar y comunitario;
destina parte importante de su tiempo laboral a este último aspecto, ya sea
prospectando y contactando los diversos recursos y redes comunitarios
existentes -formales o informales- o vinculando al menor y su familia con éstos,
como forma de superar su situación de exclusión social o dificultad de acceso a
recursos de la red social.
El trabajo del Programa Libertad Asistida se entiende dentro del ámbito de una
comunidad local específica, acotada y con peculiaridades geográficas, sociales,
2
económicas y culturales. Se pretende, como Programa, hacer un aporte a los
procesos de desarrollo local; por ejemplo, participando en la elaboración de
diagnósticos comunales, contribuyendo a la formación de redes institucionales en
el área de niños y jóvenes, de salud mental, apoyando diversas alternativas
locales y comunitarias de coordinación y participación, etc.
El Delegado, por su parte, desarrolla su trabajo en el ámbito de lo que hemos
denominado "módulo local", en el cual operacionaliza los objetivos del Programa
y aplica un plan de atención individualizado. Atiende 18 a 20 casos radicados
dentro de ese espacio. El módulo local corresponde, en un sentido amplio, al
criterio urbanístico de barrio, es decir, a un espacio de radio aproximado de 10 a
12 cuadras. Al tener un espacio de acción circunscrito, el Delegado tiene la
posibilidad de un contacto permanente con los casos que atiende y puede llegar a
conocer mejor la dinámica social y particular de su sector (recursos disponibles,
problemas sentidos, agentes comunitarios significativos); puede, en definitiva,
familiarizarse con el espacio local como un vecino, como un habitante más,
viendo elementos o situaciones que no es posible detectar para un observador en
tránsito. Esto, a su vez, le da la posibilidad de llegar a legitimarse también él
como un recurso comunitario, como un nexo, para el vecino o habitante del
sector.
2. La Perspectiva Familiar
Siendo el espacio comunitario el telón de fondo de la labor del PLA y del
Delegado, el foco o sujeto de atención se define como la unidad joven-familia,
con lo cual se pretende superar las limitaciones que vienen de considerar como
sujeto de atención al joven aislado de su contexto familiar. El supuesto básico es
que en el origen y mantención de gran parte de los problemas conductuales o de
adaptación del joven se encuentra una determinada historia o dinámica familiar.
Tanto para la explicación de las dificultades observadas, como para la resolución
de ellas, se hace necesario, considerar la familia y la función que el joven cumple
dentro del grupo familiar.
El Delegado de Libertad Asistida, en su intervención, generalmente elabora una
hipótesis familiar que explique las dificultades que se han presentado, teniendo
3
en consideración que la familia es un sistema abierto que está sometido a
constantes demandas de adaptación tanto internas (etapas del desarrollo y ciclo
de vida familiar), como externas (condiciones variables del medio natural y
social).
Durante el desarrollo de su trabajo con la familia, el DLA propende a que las
figuras parentales se hagan cargo de la situación de sus hijos y que ellos no se
debiliten en el ejercicio de su rol natural. Por diversas razones, entre ellas las que
derivan de una tradición asistencialista fuertemente arraigada, tanto en buena
parte de las familias populares como en las instituciones de asistencia social, los
padres (las madres) suelen recurrir a instancias externas para el control y
protección de sus hijos, encomendando a ellas el tratamiento de las dificultades
que se les presentan durante su crecimiento. El DLA trata, entonces, de revertir
este proceso devolviendo a los padres la posibilidad de ejercer en buena forma su
rol, movilizando sus propios recursos familiares y culturales.
En este aspecto, se puede afirmar que las ideas centrales y más permanentes
del entendimiento técnico actual, pueden resumirse en el siguiente punteo:
* La familia como red de conversaciones: al entender de este modo la familia se
superan concepciones que la restringen a vínculos de alianza, filiación y
consanguinidad. De este modo se incorpora a otros significativos y se opera con
la familia actualizada desde el cliente/beneficiario. Esta representación focaliza
en el lenguaje y la interacción, más que en las personas mismas o en el vínculo
abstracto que las relaciona. Finalmente, esta concepción no se limita a un modelo
único de familia, pudiendo incorporar la diversidad y facilitando hablar de “las
familias” más que del esquema de familia oficial.
* Lo que se hace es conversar: sea intervención, construcción conjunta o reflexión
crítica, no existe otra posibilidad de relacionarse con el otro, sea paciente, cliente
o beneficiario. La raíz etimológica de la palabra conversar sería dar vueltas juntos,
lo que calza con la idea que se propone. Mas que “dar vuelta a otro(s)”, se
reconoce la necesidad de buscar conjuntamente en el lenguaje las explicaciones y
los significados. En este sentido, se entiende la intervención, tratamiento o
construcción conjunta como una fina labor de definición de significados, no
4
dando por sentadas las relaciones significante/significado más convencionales.
Finalmente, vale la pena señalar que no es cualquier conversación a la que se
alude. Ella debe ocurrir en un determinado dominio (de significados), con una
cierta intencionalidad
(el cambio personal y/o familiar) y para lograr
determinados resultados (término de la conducta-problema y mayor nivel de
bienestar).
* La intervención familiar entendida desde la rehabilitación: significa asumir que
tanto la concepción de familia como la forma de intervenir (construir
conjuntamente) se da en el contexto de un dominio de significados específicos,
en el ámbito de la rehabilitación. Ello conlleva:
1º) la idea de que la conversación debe partir desde el problema que originó la
intervención rehabilitadora. No se trata, por tanto, de una intervención fuera de
estos contextos o que aspira a una modificación general del sistema familiar sin
considerar el origen y el contexto del problema, y
2º) en consecuencia, rehabilitar o intervenir familiarmente involucra el hacerse
cargo de las distintas percepciones y explicaciones respecto del problema.
Al
tratarse de casos judiciales, la definición del problema es externa al sistema y
ésta puede o no coincidir con la(s) definición(es) de la propia familia. Rehabilitar
es intervenir familiarmente o conectar la definición externa con la(s) definición(es)
familiar(es), buscando una explicación con salida positiva y que provea un nuevo
entendimiento hacia el futuro.
*
Todo caso es un proceso: de este modo se sugiere entender a las familias
atendidas.
Se trabaja sobre la base de un proceso familiar y, con frecuencia, se
puede llegar a ver los problemas o dificultades de una familia (o persona) como
derivadas de los escollos que hay que salvar en el tránsito de una etapa del ciclo
vital (personal o familiar) a otra etapa sucesiva. Este entendimiento ofrece salidas
a los problemas, a la vez que en cierta forma los normaliza. Esta perspectiva es
factible de asumir por el hecho de que la atención personal y familiar brindada
por el Programa suele durar varios meses; esto es, la atención misma es vista en
términos de proceso.
5
* Ir de los problemas a las soluciones: la idea fundamental es que el lenguaje
crea las realidades. Así, se piensa que si hablamos de problemas construimos e
instalamos más problemas. Dado que la partida de los procesos de atención se
origina en un problema (materia judicial, p.ej.) o
en una “explicación
problemática” del problema (atribuciones causales de los técnicos), nuestra
tendencia espontánea suele ser indagar más sobre el problema; dimensionarlo,
analizarlo, “entenderlo”. Si resolver un problema fuera análogo a abrir una puerta,
podríamos decir que nada sacamos con describir detalladamente la cerradura (los
problemas) sin intentar probar con diferentes llaves (las soluciones)4.
entonces, se sostiene
Así,
que el problema no se disuelve al hablar de él; ello
comienza a ocurrir cuando se conversa de soluciones, reconociendo las
competencias y capacidades de nuestros clientes/beneficiarios.
* Tomar y reconstruir la emoción de familia: se piensa que todas las familias,
cualquiera sea su forma o estilo, tienen un aspecto básico común, éste es ser el
espacio de la pertenencia y de la donación, en el cual el individuo se convierte en
persona insustituíble y construye su identidad. En este modo de ver, las
dificultades de una familia se entienden como la ruptura de la reciprocidad, la
funcionalización de las relaciones, la negación de la confianza y la gratuidad
entre las personas. Las familias, por ser el grupo primario por excelencia, serían
el espacio de la relación cara a cara, en donde se genera la conciencia de
pertenencia y los criterios básicos de valor, en donde la persona es aceptada y
reconocida por sí misma, dramáticamente. En este sentido, la tarea del
interventor familiar (Delegado) sería colaborar en restituir el flujo de la
reciprocidad, la aceptación del otro como un otro legítimo y la gratuidad. Sin
duda, esta es una dimensión ética insoslayable del trabajo con familias, pero es
también una cuestión técnica que hace la diferencia entre el diálogo funcional y el
tema de fondo de la identidad y la pertenencia5.
* Hacer artesanía intelectual: lo que se propone es no perder la virtud del
artesano, estando abiertos al cambio, a la integración de nuevos elementos,
desechando la adscripción acrítica a las grandes teorías o modelos cerrados. Si
4
5
Cfr. W. H. O’Hanlon y M. Weiner Davis: “En Busca de Soluciones”; Ed. Paidós, Barcelona, 1990.
Cfr. M. Catalán: “El Poder de la Ternura”; artículo en Revista Temas, La Epoca, Santiago, 11 de agosto
de 1996.
6
las familias son diversas, los entendimientos o abordajes también pueden serlo.
Quizá en algún caso vendrá bien una explicación simbólica, o una interpretación
transgeneracional. Quizá en otros habrá que pensar en restablecer una jerarquía
parental o crear una profecía positiva. Esta flexibilidad, sumada a una deseable
transparencia -ajena al juicio del experto especialista-, es lo que nos permite
hacer de la intervención familiar una construcción conjunta y una artesanía
intelectual.
3. Un Proceso Individualizado
En el plano personal, el DLA establece una relación consistente y estable con el
joven atendido. Su metodología básica – como se ha visto- es la reflexión o
interlocución crítica. Conversando con el joven se le reflejan elementos de su
propia situación vital, se redefinen ideas o percepciones acerca de sí mismo o de
su familia, se construyen conjuntamente soluciones. Siempre teniendo en cuenta
sus
intereses,
motivaciones
y
actitudes
respecto
de
sus
problemas
y
posibilidades personales de superarlos positivamente.
De alguna forma, el proceso pretende ser co-definido y auto-generado, en
conjunto con el joven y su familia. En este sentido, se trata de un proceso
individualizado ya que no todos los sujetos deben pasar por las mismas etapas o
situaciones, ni ser sometidos a los mismos estímulos estandarizados. La
orientación, desarrollo e intensidad del proceso de inserción social dependerá, en
grado importante, de los objetivos específicos que para cada caso se han
acordado. Por esta misma razón, el Programa Libertad Asistida no pretende
desarrollar dentro de él actividades grupales exclusivas para jóvenes asignados al
Programa. La dosis de artificialidad que ello involucra, además del riesgo de
reforzar identidades negativas entre sujetos que pueden reconocerse como
iguales dentro de una medida judicial, indica que la mejor alternativa es
promover la participación del joven dentro de grupos naturales adecuados,
primarios o institucionales, al interior de su propia comunidad.
Como sea, el PLA no renuncia a la metodología de trabajo grupal, siempre y
cuando la participación sea mixta (que incorpore a jóvenes no asignados a la
medida) y tenga objetivos terapéuticos o educativos consistentes. Por ejemplo, en
7
esta línea se ha desarrollado, con el aporte de profesionales invitados, grupotaller en el tema sexualidad, afectividad y prevención del Sida, Taller de Terapia
Creativa, Talleres de Pautas de Crianza, Cursos de Nivelación Escolar y
Alfabetización, etc.
La función del Delegado es, entonces, apoyar en su desarrollo y en el logro de
objetivos personales pro-sociales al joven durante un tiempo relativamente largo
-un año y medio o más- período durante el cual se establece una relación
vincular significativa en la que el DLA puede convertirse en una figura importante
para el joven. Esta da la posibilidad real de orientar al joven en sus distintas áreas
vitales (familiar, escolar, laboral, judicial, etc.) y adecuar los recursos sociales y
comunitarios en función del logro de los objetivos que se ha estatuido.
Con cierta frecuencia, la labor que pueda realizar el Delegado sobrepasa sus
posibilidades profesionales, ante lo cual suele requerir el concurso de otros
profesionales. Esto puede darse en el marco de reuniones técnicas en el mismo
programa, buscando el apoyo de los demás componentes del equipo que
aportarán, con una perspectiva interdisciplinaria de análisis (hay Delegados
antropólogos, sociólogos, psicólogos todos con formación en intervención
familiar, aparte de las coordinadoras comunitarias y asesoras técnicas) o por
medio del apoyo de especialistas de otras instituciones locales (asesoría y
atención en psiquiatría, terapia de familia, etc.). La derivación de casos, no
obstante, no impide el trabajo asociado con los profesionales que brindan la
prestación; más aún, ello se establece como requisito de la derivación misma.
En síntesis, las ventajas de la Libertad Asistida, como alternativa en el medio
libre, radican en que no se genera un desarraigo del menor de su medio natural;
es menos artificial y, por lo tanto, más económica; permite efectivamente el
trabajo con la familia; hace posible considerar a la comunidad en la solución de
los problemas que afectan a sus niños y jóvenes al incorporar a sus agentes,
instituciones y habitantes a procesos de participación local. Se propende, de esta
forma, a una comunidad que se hace cargo de sí misma.
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Programa de Libertad Asistida
Dirección: David Arellano Nº 1810, Independencia
Código Postal 6531413 Santiago de Chile
Fono (56-2) 734 1184
Fax (56-2) 734 5633
E-mail: [email protected]
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