El instituto de la prescripción en el ámbito del derecho laboral (parte I) Fallo plenario Nro. 52 “Di Troilo, Pedro A. c/ Empresa Ed.Haynes SA” 10/6/59 La reclamación administrativa interrumpe la prescripción de las acciones judiciales por cobro de salarios. Fallo plenario Nro. 312 “Martínez, Alberto c/ YPF SA s/ part. accionariado obrero” 6/6/06 1) La citación para el trámite conciliatorio ante el SECLO no surte los efectos de la interpelación prevista en el artículo 3986, segundo párrafo, del Código Civil. 2) En el contexto del artículo 7 de la ley 24635 no se ajusta la suspensión del plazo de prescripción a la duración del trámite conciliatorio, aunque dure menos de seis meses. La ley 24635 introdujo, en el ámbito del procedimiento laboral, una instancia previa de conciliación en sintonía con la tendencia procesal actual que tiende a brindar a las partes, antes del inicio de una causa judicial, la ocasión para encontrar una solución conciliatoria al conflicto que los une y al mismo tiempo los separa. El artículo 7 de la mencionada ley estableció: “El reclamante por sí, o a través de apoderado o representante sindical, formalizará el reclamo ante el Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria, consignando sintéticamente su petición en el formulario que reglamentariamente se apruebe. Esta presentación suspenderá el curso de la prescripción por el término que establece el artículo 257 de la ley de contrato de trabajo”. En ocasión del debate parlamentario se discutió la redacción que debía darse al último tramo de la norma. En su primera versión decía: “Esta presentación suspenderá el curso de la prescripción hasta la finalización del procedimiento de conciliación”. El diputado Flores propuso la modificación finalmente recogida en el texto final, en el entendimiento que “de esa manera se mantiene el plazo de seis meses que beneficia al empleado y no se instituye esta norma que evidentemente lo perjudica”1. A pesar de lo que podría pensarse a partir de una primera lectura, ninguna de tales versiones carece de problemas interpretativos2. Al dictaminar en el plenario “Martínez”, el Fiscal General comparó la instancia conciliatoria previa del procedimiento laboral con la del procedimiento civil. Destacó que, en este último caso, la mediación suspende el plazo de la prescripción liberatoria en los términos y con los efectos previstos por el segundo párrafo del artículo 3986 del Código Civil, razón por la que ésta aparece como una solución más favorable a la subsistencia de la acción de la que rige para los acreedores laborales. Antecedentes parlamentarios. Ley 24635 – Conciliación laboral. Editorial La Ley, Buenos Aires, parágrafo 128. 2 Así lo destaca Guibourg en su voto, al sostener que el proyecto original “nada decía del plazo de seis meses. En el debate de la Cámara de Diputados, el diputado Flores se queja de que el proyecto otorgue al trabajador menor protección que el artículo 257 LCT y solicita el texto que finalmente se aprobó para equiparar ambas normas. Mas allá, pues, de la confusión en la que parece haber incurrido ese diputado acerca del real contenido del artículo 257 (que no se halla en discusión aquí), parece claro que la modificación introducida en el texto original tenía por propósito que el artículo 7 de la ley de conciliación obligatoria contuviese la misma cláusula de suspensión de la prescripción que el artículo 257 LCT y no – como sostiene la línea de interpretación que critico – otra más amplia”. 1 En el entendimiento de que la expresión “el término que establece el artículo 257 de la ley de contrato de trabajo” no fue sino un modo elíptico de decir “por el plazo de seis meses”, consideró que – en todos los casos – el trámite ante el SECLO suspendía la prescripción por tal período. En el mismo sentido votaron González, Rodríguez Brunengo, Porta, Guisado, Catardo, Eiras, Balestrini, Ferreirós, Pasini, Guthmann, Vilela, Ruiz Díaz, Puppo, Vázquez Vialard, Moroni, Maza, Zas y Stortini. Los argumentos centrales que se expusieron giraron en torno a la remisión al plazo de seis meses previsto en el artículo 257, al plazo aún más favorable previsto en el derecho común, al criterio restrictivo al que corresponde recurrir en caso de duda y a los propios antecedentes parlamentarios más arriba mencionados. El argumento de la minoría3, por su parte, consideró que el artículo 257 no establece un plazo de suspensión de seis meses; por el contrario, esta última norma equipara la suspensión a la duración del trámite administrativo y sólo incorpora la pauta semestral como límite infranqueable de tal suspensión4. Sin perjuicio de que la opinión minoritaria parece respetar de un modo más plausible la letra de las normas involucradas (la que se interpreta y las que son interpretadas por el reenvío de la primera), el mantenimiento de la composición de la Cámara que recientemente estableció tal doctrina plenaria y la obligatoriedad del trámite administrativo previo conducen, en la práctica, a juzgar la vigencia de una prescripción de dos años y seis meses para los reclamos individuales de créditos laborales. Sin embargo, cuáles créditos han de ser calificados como laborales para ser alcanzados por esta prescripción y cuáles serán beneficiados por una prescripción mayor es un debate que apenas fue esbozado en el plenario “Veloso”5. 3 Por la minoría en relación con el plazo: Guibourg, García Malgarejo, Scotti, Corach, Morando, Lescano, Pirroni, Fera, Simón y Pirolo, este último en el contexto de su voto por la afirmativa al primer interrogante. Fernández Madrid, que votó por la afirmativa al primer interrogante, entendió que no correspondía su pronunciamiento en el segundo. 4 Guibourg sostuvo: “El artículo 3986 del Código Civil establece una causa de interrupción y otra de suspensión de la prescripción. En su primer párrafo dispone: ‘La prescripción se interrumpe por demanda contra el poseedor o deudor, aunque sea interpuesta ante juez incompetente, o fuere defectuoso y aunque el demandante no haya tenido capacidad legal para presentarse en juicio’. En el segundo: ‘La prescripción liberatoria se suspende, por una sola vez, por la constitución en mora del deudor, efectuada en forma auténtica. Esta suspensión sólo tendrá efecto durante un año o el menor término que pudiere corresponder a la prescripción de la acción’. El artículo 257 de la LCT, a su vez, dispone en relación con los créditos laborales: ‘Sin perjuicio de la aplicabilidad de las normas del Código Civil, la reclamación ante la autoridad administrativa del trabajo interrumpirá el curso de la prescripción durante el trámite, pero en ningún caso por un lapso mayor de 6 meses’. Esta segunda norma, posterior a la del Código Civil y de alcance especial, ha de prevalecer. De ella resulta que el artículo 3986 del Código se aplica también a las relaciones de trabajo (esto es, una intimación dirigida por el acreedor al deudor interrumpe la prescripción por un año); pero si la actividad del acreedor consiste específicamente en un reclamo por vía administrativa, la interrupción sólo se opera mientras dure el trámite y, en todo caso, nunca por más de seis meses. En este aspecto, la norma laboral ha de leerse como una excepción parcial al régimen civil, acotada al caso del trámite administrativo del trabajo. Muchos años más tarde se promulgó la ley 24635, que estableció el régimen de conciliación laboral obligatoria frente al SECLO. Su artículo 7, relativo a la formalización del reclamo ante dicho organismo, dice en su segundo párrafo: ‘Esta presentación suspenderá el curso de la prescripción por el término que establece el artículo 257 de la ley de contrato de trabajo’. Frente a esta nueva norma, tres posiciones se hallan en debate: a) que la presentación al SECLO suspende la prescripción mientras dure el trámite, pero en ningún caso por un lapso mayor de seis meses; b) que suspende la prescripción por seis meses, cualquiera sea la duración del trámite; c) que la suspende por un año, de acuerdo con el artículo 3986 del Código civil. Escojo sin dudarlo la primera de las tres interpretaciones. (…) Así, la referencia del artículo 7 de la ley 24635 indica, a mi juicio con toda claridad, que el trámite ante el SECLO suspende la prescripción mientras él dure, pero si tal duración se extiende por más de seis la prescripción se reanudará, hasta completar el tiempo restante, al fin de este límite máximo (…); en tal caso el plazo máximo de seis meses serviría de tope a la suspensión cuya prolongación excesiva el legislador ha tratado de evitar (nótese que, de otro modo, podría haber sujetado el reclamo ante el SECLO al régimen del artículo 3986 del Código Civil). 5 Fallo plenario No. 297, 1/9/00, “Veloso, Roberto c/ YPF Yacimientos Petrolíferos Fiscales SA s/ part. accionariado obrero” La tensión entre legalidad y justicia se esconde tras el criterio restrictivo que suele invocarse al momento de juzgar la prescripción6, por eso resulta también de interés pensar las consecuencias que habrán de derivar de la restante cuestión tratada en el mismo plenario. Al respecto, la mayoría entendió que la citación para el trámite conciliatorio no surte los efectos del segundo párrafo del artículo 3986 del Código Civil7. En apoyo de la posición mayoritaria, Guisado sostuvo, además, que “el artículo 3986, segundo párrafo del Código Civil, que atribuye a la interpelación extrajudicial un efecto suspensivo de la prescripción por el término de un año, queda relegado – en el caso que nos ocupa – por la norma específica – el artículo 7 de la ley 24635 -, que reenvía al término que establece el artículo 257 de la Ley de Contrato de Trabajo. Ello es así, porque no parece razonable que un mismo acto jurídico genere varios efectos suspensivos a la vez y, dado que el mencionado artículo 7 (norma especial y posterior) establece expresamente cuál ha de ser la extensión temporal de la suspensión producida por el reclamo ante el SECLO, dicha norma desplaza la directiva general del citado precepto del Código Civil”. En cambio, la misma decisión final fue propuesta por el Fiscal General con esta aclaración: “propongo, pues, una respuesta negativa al primer interrogante, con la aclaración, algo obvia, de que la proposición no significa desplazar el artículo 3986 del Código Civil del ámbito de las relaciones laborales, sino simplemente afirmar que la mera citación para el trámite conciliatorio al SECLO no produce los efectos suspensivos de dicha norma”. Por su parte, Pirolo y Fernández Madrid votaron de modo afirmativo, por cuanto entendieron que, en ausencia de otro acto de constitución en mora, el trámite ante el SECLO tiene los efectos de la mencionada norma del Código Civil. Queda así planteada una nueva cuestión, ajena pero íntimamente vinculada al debate plenario: si la suspensión del artículo 7 de la ley 24635 no surte los efectos de la interpelación prevista en el segundo párrafo del Código Civil, ¿se acumulan ambas causas de suspensión? ¿rige sólo la del derecho común, más favorable pero no acumulable a otras por expresa disposición legal? ¿rige sólo la del artículo 7, por ser ésta una norma especial? Un análisis más racional de esta cuestión implica el análisis sistemático de los problemas relacionados con la prescripción en nuestro ámbito. La demanda defectuosa, la constitución en mora por medios fehacientes, el trámite ante el SECLO y la imposibilidad fáctica de reclamar son las circunstancias que pueden suspender, interrumpir o impedir que corra el inexorable plazo de prescripción previsto en el artículo 257 de la LCT. Estas cuestiones tienen, a su vez, incidencia tangencial sobre el inicio del cómputo. El objeto del reclamo habrá de definir, por su parte, el plazo de la prescripción y la eventual inaplicabilidad del ya referido artículo 257. Planteado así el problema general, la próxima será, entonces, la ocasión del análisis sistemático de las normas y las decisiones plenarias involucradas. El Fiscal General cita a la Corte Suprema en el sentido que “la viabilidad de la excepción de prescripción sólo puede ser admitida con un criterio sumamente restrictivo porque si bien es una defensa legítima no debe olvidarse que podría contrariar algunos principios de equidad”. 7 En tal sentido votaron González, Rodríguez Brunengo, Porta, Guisado, Catardo, Eiras, Balestrini, Ferreirós, Pasini, Guthmann, Vilela, Ruiz Díaz, Puppo, Vázquez Vialard, Moroni, Maza, Zas, Stortini, Guibourg, García Margalejo, Scotti, Corach, Morando, Lescano, Pirroni, Fera y Simón. Por la minoría lo hicieron Pirolo y Fernández Madrid. 6