pero la traducción finalmente de quién es

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¿PERO LA TRADUCCIÓN FINALMENTE DE QUIÉN ES? EL TRADUCTOR Y SUS
MÉNADES1
Sergio Viaggio, Naciones Unidas
Los modelos más frecuentes de la traducción enmarcan el proceso en una situación y
cultura.
CULTURA I
CULTURA II --
SITUACIÓN I
EMISOR -TEXTO-
SITUACIÓN II -TRADUCTOR
TRADUCTOR
TEXTO -RECEPTOR--
Como veremos, la realidad dista de ser tan sencilla, especialmente en el caso de los
traductores de plantilla, como los de las Naciones Unidas. Los documentos de la ONU, como la
mayoría de los textos llamados pragmáticos -es decir básicamente utilitarios-, suelen no tener un
emisor individualizable y cumplen, además, propósitos diferentes y responden a diversos tipos:
declaraciones políticas, circulares e instrucciones administrativas, informes, etc. Desde el vamos,
el traductor se ve ante dos fuentes del original: la delegación o dependencia de la Secretaría de la
Organización, como emisor, y quienquiera haya efectivamente escrito el texto, como autor. Para
peor, el traductor quizá descubra que el original que debe traducir viola -o violaría para los
lectores de la traducción- las máximas de la conversación2: puede ser repetitivo y
excesivamente explícito (cantidad), o aburrido, condescendiente o abstruso (modo); o contener
información que no viene al caso (pertinencia), o resultar innecesariamente antinatural
(idiomaticidad), y abusar así de la disposición del lector a comprender (cooperación). De suerte
que un tercer espectro se cierne sobre nuestro traductor, el de los lectores potenciales, cuyas
expectativas bien pueden diferir de cultura a cultura, y por ende de lengua a lengua. En este
sentido, los idiomas de la ONU serán igualmente oficiales pero no objetivamente iguales.
Nuestro traductor ha de ser consciente de que la versión inglesa y, en menor medida, la francesa
van a leerse más o menos en todo el orbe, mientras que la rusa será leída fundamentalmente en el
variopinto mosaico de países desgranados de la ex URSS, la árabe en el mundo heterogéneo que
lo habla, la castellana en el monocultural mundo hispano y la china solo en ese país. Habiéndose
reducido los lectores potenciales a un grupo mucho más homogéneo, el traductor español -y más
1
2
Publicado en Sendebar 6:1995, pp. 159-174.
La terminología es de Grice y ha sido recogida, entre otros, por Austin y Searle. Se trata de los principios que rigen
la comunicación normal: CALIDAD (no digas nada que no creas cierto ni hables sin fundamento), CANTIDAD (no
digas ni más ni menos de lo necesario para hacerte entender), PERTINENCIA -mal llamada relación- (no digas
nada que no sea pertinente a lo que quieres decir; o sea ni te vayas por las ramas ni mates de aburrimiento a tu
interlocutor), MODO (dilo de manera inteligible y aceptable) e IDIOMATICIDAD (a menos que haya razones
válidas para no hacerlo, habla idiomáticamente; es decir no hables como un asno pomposo). El cumplimiento de
estas máximas es necesario para que en el acto de comunicación impere entre los interlocutores el principio de la
COOPERACIÓN: tu interlocutor quiere entenderte y hará su esfuerzo; y desea, a su vez, decir algo pertinente;
esfuérzate por entenderlo. Desde luego, hay poco que el traductor pueda o deba hacer para mejorar el cumplimiento
de la máxima de calidad (salvo corregir errores inconscientes, como fechas o cifras equivocadas).
2
aún, se me ocurre, el chino- debieran en principio sentirse más libres (o, mejor dicho, obligados)
para producir un texto más idiomático. Como siempre, las nociones fundamentales que tener
presentes son el skopos3 (o finalidad) del texto, su tipo y la función que le tocará cumplir en la
cultura meta. Por lo pronto, como la mayoría de estos documentos han sido escritos por hablantes
no nativos (o que, si lo son, escriben muy mal), la regla general es que las traducciones han de ser
mejores -y casi siempre más cortas- que los originales, o sea que deben redactarse para hacerle
la vida más fácil al lector, eso que en inglés llaman user-friendly. Después de todo, el experto
japonés (o el norteamericano de escasas retóricas luces) tiene excusa para escribir mal; su trabajo
no es saber escribir sino, pongamos, economía. Al traductor, en cambio, le pagan, precisamente,
por conocer a fondo los idiomas y saber escribir bien, con lo que carece de coartada para producir
un texto torpe. Ocurre, sin embargo, que el emisor no ve los defectos de su texto y exige que se
respeten, un poco como el paciente que se emperra en que no tiene por qué dejar de fumar, diga
el médico lo que diga. El papel del traductor pasa entonces a ser como el del galeno: puede llevar
al autor al abrevadero, pero no obligarlo a beber, sobre todo si es el autor el que paga. Pero, igual
que el facultativo, el traductor tiene el deber profesional de llevar al autor al abrevadero y de
explicarle las razones de su versión. Y si no tiene más remedio que aceptar dócilmente el
inexperto juicio de este, la traducción ya no es suya sino del autor; y ahí, lo mismo que el médico,
no puede más que declinar toda responsabilidad.
Lo que acabo de exponer se aplica a casi todos los textos onusianos. A efectos de la
traducción, propongo dividirlos en tres categorías más o menos distintas.
La primera esta compuesta por lo que Nord llama textos documentales, que en nuestro
caso sería toda laya de textos políticos de la Secretaría o de delegaciones o grupos de
delegaciones. Todo documento político expone y defiende tesis obviamente expuestas a ser
atacadas; intencionalmente y a la vez, muestra y esconde, dice la verdad y miente, amenaza e
intenta seducir. El emisor lo quiere, desde luego, todo lo eficaz posible. A menos que la
ambigüedad, la oscuridad o el defecto formal sean intencionales -en cuyo caso deben, si es
posible, persistir en la traducción4-, no lo son -en cuyo caso deben, si es posible, ser
remediados, ya que el criterio supremo del traductor no puede menos de ser la intención del
emisor. El texto que sigue (retraducción 'fiel' del original ruso)5 ilustra a las claras cómo una
intención obvia puede acabar expresada incompetentemente:
3
Yo soy acólito algo ecléctico de básicamente tres teorías: Sentido (Seleskovitch/Lederer), Pertinencia (Gutt) y
Skopos (Reiss/Vermeer). Las traducciones que sugiero son producto de la aplicación práctica de las tres.
4
A veces no se puede, como el caso del artículo determinado de la versión francesa de la famosa resolución 242 del
Consejo de Seguridad, que exhorta a Israel a que se retire en inglés "of occupied territories" (que puede interpretarse
hipotéticamente) y en francés "des territoires occupés" (dando a entender que efectivamente los hay). Claro que todo
el mundo sabía de qué territorios se trataba, de modo que no hubo en realidad ningún malentendido. El texto francés
(aprobado simultáneamente con el inglés) dice lo que se dice en francés para decir lo que el emisor colectivo quiere
decir, como hace, respectivamente, el texto inglés. La menor generalidad de la versión francesa es un hecho de
lengua y no de habla, pues, igual que en castellano, el artículo es obligatorio en ese caso. La pretendida controversia,
como suele suceder con cada escaramuza leguleya, fue de mala fe, típica de los casos en que el principio de la
cooperación (según el cual el interlocutor quiere entender; ver nota 8) cae por la borda. Por eso los textos jurídicos
son tan exasperantemente explícitos: están escritos para mal entendedor, de modo que pocas palabras
decididamente no bastan.
5
Obsérvese que el skopos de la traducción es diferente del del original. Mi intención (la del traductor) es reflejar la
incompetencia lingüística del autor, no la intención comunicativa del emisor. Este texto es, pues, intencionalmente
torpe y, por ende, tan idóneo para los efectos de este artículo como inepto para ser oficialmente publicado. Esta
versión y la que sigue ilustran cómo el mismo traductor puede producir traducciones diferentes del mismo
3
INFORMACIÓN OBJETIVA SOBRE CUESTIONES DE DESARME
Objetivos, principios y mecanismos de la apertura en materia militar
Documento de trabajo presentado por la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
A efectos de asistir a la transformación de la apertura militar en norma universal de la vida
internacional podría convenirse en que las medidas de apertura bajo la égida de la ONU, en particular,
previeran:
- la presentación anual por los estados a la ONU en forma voluntaria de datos acerca de los
efectivos de sus fuerzas armadas (en general y desglosados por tipos fundamentales - tropas terrestres,
fuerzas navales, fuerzas aéreas, otras); por tipos fundamentales de armamentos (tanques, vehículos
blindados de combate, artillería, aviones y helicópteros de combate, grandes buques de superficie
(incluidos los de desembarco), submarinos; cantidad de efectivos allende el territorio nacional; para las
potencias nucleares - también plataformas de lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales,
misiles balísticos lanzados desde submarinos, bombarderos pesados, misiles nucleares tácticos de
emplazamiento terrestre;
- la presentación anual por los estados en forma voluntaria de datos al sistema vigente en la
ONU de normalización de la presentación de informes sobre gastos militares;
- el aumento de la predictibilidad de la construcción militar de los estados miembros de la
ONU mediante la garantía recíproca del carácter abierto de los presupuestos militares de los estados
miembros de la ONU.
Dentro de la torpeza general, que comienza ya con la disposición tipográfica, hay un error
claro: los datos no han de presentarse al sistema de presentación de informes sino con arreglo a o
de conformidad con el, mientras que universal es redundante. En vista de los principios
propugnados, propongo la versión siguiente:
INFORMACIÓN OBJETIVA SOBRE CUESTIONES DE DESARME
Propósitos, principios y mecanismos de la apertura en la esfera militar
Documento de trabajo presentado por la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas
Para contribuir a que la apertura militar devenga norma de la vida internacional, podría
convenirse en que entre las medidas patrocinadas por las Naciones Unidas figurasen en particular las
siguientes:
-
Que los Estados presentaran anualmente y en forma voluntaria a las Naciones Unidas datos
sobre sus efectivos (globales y desglosados por arma: ejército, aviación, marina y otros);
tipos fundamentales de armamentos (tanques, vehículos blindados de combate, artillería,
aviones y helicópteros de combate, grandes buques de superficie -incluidos los de
desembarco- y submarinos); efectivos estacionados fuera del territorio nacional; y, en el caso
de las Potencias nucleares, también sobre plataformas de lanzamiento de misiles balísticos
intercontinentales, misiles balísticos lanzados desde submarinos, bombarderos pesados y
misiles nucleares tácticos de emplazamiento terrestre;
original como consecuencia de skopoi distintos. A mi juicio, ser traductor profesional supone la capacidad de a)
producir tantas versiones diferentes como skopoi haya que cumplir, b) establecer el skopos pertinente para el caso y
c) realizar una traducción adecuada.
4
-
Que los Estados presentaran anualmente y en forma voluntaria datos con arreglo al sistema
de las Naciones Unidas para la normalización de informes sobre gastos militares;
-
Que los Estados convinieran, a fin de aumentar la previsibilidad de sus programas de
producción militar, en velar por la transparencia de sus respectivos presupuestos militares.
El texto, en cambio, puede tener por skopos simplemente informar (lo que Nord llama
textos instrumentales). Es el caso de casi todos los documentos cuyo emisor es la Secretaría:
informes, presupuestos, folletos, circulares e instrucciones administrativas, etc. La diferencia
fundamental entre estos textos y los políticos es que pretenden representar no una opinión acerca
de la realidad sino la realidad misma. Sus traducciones, por ende, deben normalmente fijarse el
mismo propósito. Están no para representar el texto original sino la realidad en él expresada. El
caso más evidente serían las instrucciones. Siempre y cuando se instruya a los lectores a hacer lo
mismo por las mismas razones ¿qué importan las semejanzas formales entre el original y las
diversas versiones? En principio, el traductor casi no debe parar mientes en la forma del original
y ha de escribir exclusivamente para el lector, sin reparo alguno en allanar la sintaxis, mejorar el
léxico o eliminar repeticiones parásitas e información no pertinente. Es el caso del texto que
sigue, extraído de un Informe Sobre la Situación del Medio Ambiente en el Mundo publicado en
1991 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
BIOLOGICAL DIVERSITY
51. Biological diversity (or biodiversity) encompasses all species of plants, animals, and microorganisms and the ecosystems and ecological processes of which they are parts. It is usually
considered at three different levels: genetic diversity, species diversity, and ecosystem diversity.
Genetic diversity is the sum total of genetic information, contained in the genes of individual plants,
animals, and micro-organisms that inhabit the Earth. Species diversity refers to the variety of living
organisms on Earth. Ecosystem diversity relates to the variety of habitats, biotic communities, and
ecological processes in the biosphere, as well as the tremendous diversity within ecosystems in terms
of habitat differences and the variety of ecological processes.
A. Distribution of Species
52. No one knows the number of species on Earth, even to the nearest order of magnitude. Estimates
vary from 5 to 80 million species or more. Only about 1.4 million of these living species have been
briefly described. Of these about 750,000 are insects, 41,000 are vertebrates and 250,000 are plants;
the remainder consists of a complex array of invertebrates, fungi, algae and other micro-organisms.
[175 palabras]
Estos párrafos, como puede observarse, son exasperantemente reiterativos y explícitos.
Tan solo en el primero, diversity se repite ocho veces (cantidad), ambos Earth son innecesarios
(pertinencia), refers y relates están empleados incorrectamente como sinónimos de
encompasses la primera oración del párrafo 52 es una pesadilla y other en el último renglón
obviamente quiere decir sundry. Pero lo que más irrita es tal vez el tono; más que un informe
para funcionarios oficiales, parece un manual para escolares (modo), todo lo cual obliga al lector
a armarse de paciencia para seguir leyendo, es decir que sabotea su voluntad de entender
(cooperación). Las traducciones deben ser concisas, claras e idiomáticas. Ahora bien, la versión
publicada en castellano fue esta:
DIVERSIDAD BIOLÓGICA
51. La diversidad biológica abarca todas las especies de plantas, animales y microorganismos, así como
los ecosistemas y los procesos ecológicos de que forman parte. Normalmente se estudia a tres niveles
5
distintos, a saber: la diversidad genética, la diversidad de las especies y la diversidad de los
ecosistemas. La diversidad genética es la suma de la información genética contenida en los genes de
cada una de las plantas, los animales y los microorganismos que habitan la Tierra. La diversidad de las
especies se refiere a la variedad de organismos vivos de la Tierra. La diversidad de los ecosistemas está
relacionada con la variedad de los hábitats, las comunidades bióticas y los procesos ecológicos en la
biosfera, así como con la enorme diversidad existente dentro de los ecosistemas en cuanto a las
diferencias de hábitats y la variedad de procesos ecológicos.
A. Distribución de las especies
52. No se conoce el número de especies que hay en la Tierra, ni siquiera en un orden de magnitud
aproximado. Las estimaciones varían entre 5 y 80 millones de especies o más. Tan sólo alrededor de
1,4 millones de estas especies vivas se han descrito brevemente. De ellas, unas 750.000 corresponden a
insectos, 41.000 a vertebrados y 250.000 a plantas; el resto corresponde a una compleja variedad de
invertebrados, hongos, algas y otros microorganismos.
[214 -palabras]
Según el criterio que propongo en este trabajo, mejor habría sido algo así:
DIVERSIDAD BIOLÓGICA
51. La diversidad biológica (o biodiversidad) comprende todas las especies de vegetales, animales y
microorganismos, como también los ecosistemas y procesos ecológicos en que se integran. Suele
considerarse a tres niveles: genes, especies y ecosistemas. Por diversidad genética se entiende toda la
información contenida en los genes de cada planta, animal y microorganismo; la de las especies abarca
los organismos vivos; y la de los ecosistemas los distintos hábitats, comunidades bióticas y procesos
ecológicos, así como las enormes diferencias de hábitats y procesos ecológicos que se dan en cada
ecosistema.
A. Distribución de las especies
51. La cantidad de especies que habitan nuestro planeta no se conoce ni aproximadamente. Los
cálculos oscilan de 5 a 80 millones o más, de las cuales se han catalogado apenas 1,4: 750.000
insectos, 41.000 vertebrados y 250.000 especies vegetales. El resto es un conjunto heterogéneo de
invertebrados, hongos, algas y microorganismos diversos.
[142 palabras]6
Lo que este texto y el anterior tienen en común es que, aparte del revisor y, en el caso del
primero, tal vez alguien en la delegación soviética, no se espera en realidad que nadie confronte
original y traducciones. Existe en la ONU, empero, una tercera categoría de documentos que casi
por definición han de compararse y verificarse unos con otros: los de negociación, es decir toda
suerte de proyectos presentados para su aprobación colectiva tras un proceso a menudo
plurilingüe de enmienda. Es en ellos que se hacen palmarias las diferencias entre los idiomas, ya
que las enmiendas suelen ser metalingüísticas, toda vez que versan sobre el lenguaje
propiamente dicho más que sobre el sentido que transmite. Es en ellos también que ciertos
delegados (y, en mi experiencia, sobre todo los de habla hispana), hipnotizados por cognadas y
primeras acepciones de diccionarios de bolsillo, se meten exigir que la traducción castellana rece
compromiso por commitment, desafío por challenge, relevante por relevant o confrontación por
confrontation, por más que en español queden luego disparates como comprometidos con la paz
o el desafío de los refugiados. Sin nadie que conozca bien las lenguas ni tenga idea de qué es
traducir, muchas delegaciones tienden a descalabrar forma y contenido de la traducción. ¿Qué
puede hacer el traductor en tales circunstancias? Como siempre, esforzarse por defender idioma,
6
Esta versión fue colectivamente elaborada durante un seminario sobre aplicación práctica de la teoría de la
traducción que dicté en Nairobi para los traductores del PNUMA en agosto de 1995. Fue un experimento
interesantísimo, pues mis colegas ni recordaban haber traducido ya el mismo texto cuatro años antes.
6
profesión, dignidad y cordura, sabedor de que sus posibilidades dependen exclusivamente de
cómo sepa defender convincentemente las equivalencias que propone, de explicar el
razonamiento -es decir la teoría- que las sustenta; y para ello hace falta mucho más que intuición,
por refinada que sea.
Desde que tengo uso de la teoría (y no antes) he sido un enemigo acérrimo de la
literalidad y cualquier otra forma de servilismo formal, a menos, claro, que obedezcan a razones
traductológicamente valederas. Siempre he sostenido que, como norma, un texto pragmático, sea
documento de la ONU, manual de instrucciones, ley o folleto turístico, no puede ni oler a
traducción. Si el original es perfectamente idiomático, no hay razón legítima para que la
traducción no lo sea también, y si el original no lo es, la torpeza intencional (el inglés de Hercule
Poirot no es idiomático porque es belga él, no Agatha Christie) es el único motivo válido para
que la traducción no sea perfectamente idiomática de todos modos. Se me ha redargüido que si
original y traducciones han de cotejarse, y debatirse y enmendarse juntamente, ahorra tiempo y
enredos que todos los textos más o menos se correspondan formalmente, aun a costo de la
idiomaticidad. Como intérprete obligado a habérmelas con cuatro versiones a la vez, admito a
regañadientes que algo de razón hay; a efectos comparativos, la comparabilidad evidente ofrece
una evidente ventaja. Pero aun así dudo mucho de que el chino o el árabe se presten a semejante
paralelismo estructural con las lenguas indoeuropeas. En la ONU al menos, los adalides de la
literalidad (aunque no sean europeos ellos mismos) son eurocéntricos, y más precisamente
anglócratas (¡con razón los que más tenazmente resisten la literalidad son los franceses!). En todo
caso, una vez que el texto ha sido aprobado en una lengua, las traducciones definitivas deben ser
idiomáticas. Un ejemplo particularmente claro son las convenciones internacionales. Todas las
versiones hacen igualmente fe, por lo que no solo deben permitir y prohibir lo mismo en las
mismas circunstancias, sino que deben hacerlo como instrumentos legislativos autóctonos, es
decir naturales e idiomáticos. De manera que si concedo que para textos de negociación es dable
tratar de que coincidan, en lo posible, páginas, renglones y hasta palabras, sigo sosteniendo que
los documentos finales, los que han de funcionar autónomamente en las respectivas culturas y
lenguas meta, deben ser modelo de uso idiomático conciso y elegante. Al cabo, después de los
grandes escritores, ¿quiénes se supone que sean los mejores maestros y usuarios de cualquier
idioma sino los traductores profesionales?
Los dos párrafos que siguen, sacados de la resolución 18/6 del PNUMA vienen
precisamente al caso:
2. Women play a major role and make environmentally crucial choices in key areas of production as
well as consumption affecting the environment in both rural an urban areas. Women must be engages
in environmentally sound action at the local level and in action which promotes the sustainable use of
natural resources at all levels. Women's experiences and expertise of safeguarding the environment
while at the same time seeking to ensure adequate and sustainable resource allocations within
households and communities must be acknowledged and incorporated into decision-making.
5. The role of the United Nations Environment Programme in the United Nations system and its
community of partners for the advancement of women as a means to safeguard the environment is to
recognise women and facilitate their environmental education and their access to resources through
developing a gender perspective in all the activities of the organizations. The United Nations
Environment Programme should develop this role and take women's experience and knowledge on
board by offering equal job opportunities and providing gender-sensitive working conditions.
[171 palabras]
Este texto es una pesadilla. Dejando de lado el lenguaje burocrático onusiano, el
derrumbe del registro con taking on board, la repetición ad nauseam de women y environment, e
7
incluso la errónea preposición en of safeguarding y demás momentos en que muestra su calcetín
agujereado la sota del redactor no nativo, a) ¿qué diablos es una 'perspectiva del género' -que no
otra cosa significa gender perspective en buen inglés- y qué diantre son esas 'condiciones de
trabajo sensibles al género' de gender-sensitive working conditions? y b) ¿cómo pueden
traducirse a cualquier lengua natural, incluido el inglés? La versión oficial española lo resolvió
así:
2. Las mujeres desempeñan una función importante y toman decisiones ambientales cruciales en
esferas clave de la producción y el consumo que afectan al medio ambiente tanto en las zonas rurales
como en las urbanas. Las mujeres deben participar en la adopción de medidas ambientalmente
racionales a nivel local y de medidas que promuevan el uso sostenible de los recursos naturales a todos
los niveles. La experiencia y conocimientos de las mujeres en materia de protección del medio
ambiente, así como su papel parra asegurar una distribución de recursos adecuada y sostenible en los
hogares y las comunidades, deben ser reconocidos e incorporados a los procesos de toma de
decisiones.
5. El papel del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en el sistema de las
Naciones Unidas y en su comunidad de asociados para el adelanto de la mujer como medio de proteger
el medio ambiente consiste en reconocer y facilitar su educación ambiental y su acceso a los recursos,
desarrollando una perspectiva que asegure la igualdad entre los sexos en todas las actividades de las
organizaciones. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente debe desarrollar ese
papel y aprovechar la experiencia y el conocimiento de las mujeres ofreciendo iguales oportunidades
de empleo y estableciendo condiciones de trabajo que tengan en cuenta la especial situación de la
mujer.
[222 palabras]
La traducción del primer párrafo sigue el original sumisamente y suena, desde luego,
igual de torpe. Tal servilismo ciego resulta imposible en el párrafo que sigue, donde, obligado a
desaferrarse del inglés, el texto español se vuelve ciertamente mucho mejor que el original (lo
que muestra que el traductor puede traducir idiomáticamente, solo que no quiere, con lo que un
párrafo queda más idiomático que el otro, cosa que ni sueña con suceder en el original): ambos
gender, por ejemplo, han sido resueltos con toda idoneidad. Yo me permito sugerir una
traducción como esta:
2. Las mujeres desempeñan una función esencial y toman decisiones fundamentales en esferas clave en
cuanto a producción y consumo que afectan el medio ambiente así en el campo como en la ciudad.
Deben, por ende, ser copartícipes en la adopción de medidas ecológicamente racionales a nivel local, y
que propicien un uso sostenible de los recursos naturales a todos los niveles. La experiencia y
conocimientos que les permiten proteger debidamente el medio ambiente, velando asimismo por
distribuir adecuada y sosteniblemente los recursos en el hogar y la comunidad, deben ser reconocidos e
incorporados a la hora de tomar decisiones.
5. En lo que atañe a la promoción de la mujer como medio de proteger el medio ambiente, el papel del
Programa de las Naciones Unidas para el Medio ambiente dentro del sistema de las Naciones Unidas y
sus colaboradores y homólogos consiste en reconocer y facilitar su instrucción ecológica y acceso a los
recursos, promoviendo en toda actividad de las organizaciones la igualdad de los sexos. El Programa
de las Naciones Unidas para el Medio ambiente debe acrecentar ese papel y aprovechar la experiencia
y conocimientos de las mujeres ofreciendo iguales oportunidades de empleo y creando condiciones de
trabajo idóneas desde el punto de vista de la condición de la mujer. [210 palabras]
Las cosas se tornan más complicadas si consideramos que ni el emisor ni el autor del
original han encargado al traductor que haga la traducción, la orden viene a través de la Oficina
de Servicios de Conferencia. Además, la ONU tiene su propia política editorial, de modo que es
probable que los editores también hayan metido mano al original, lo que viene a añadir algo así
como un segundo autor. Para colmo, las secciones de traducción siguen criterios implícitos o
8
explícitos diferentes7 (lo que, con toda deferencia a mis colegas, me resulta desconcertante, pues,
como hemos visto, no todos los enfoques son igualmente válidos en todos los casos). Cualquiera
el texto, los franceses traducen comunicativamente, manipulando su lengua con máximo -y a
veces obsesivo- cuidado. A no ser por la leyenda 'ORIGINAL: X' al tope de la primera página,
nada queda debajo que delate que el texto no ha sido originalmente escrito en francés. Sus
colegas hispanos, por el contrario, optan por la traducción semántica8 (como con los textos
citados), favoreciendo en general la correspondencia formal, también cualquiera el texto. Estoy
dispuesto a apostar que ningún revisor francés aprobaría la mayor parte de las traducciones al
castellano y que todos los revisores españoles rechazarían el grueso de las traducciones al
francés. Las secciones rusa e inglesa suelen tomarse menos libertades que la francesa y más que
la española (por desdicha, no sé ni una palabra de chino o árabe). Así que, al margen de sus
convicciones profesionales, nuestro traductor se encuentra a las órdenes de un originador más o
menos estricto: su propia Sección. Y así se pone a traducir, con todos estos demonios
disputándose su alma. Pero antes de encender su dictáfono9, debe recordar que le aguarda otro
espectro más, el del revisor. En la ONU, entonces, el proceso sigue a grandes rasgos este
diagrama:
REALIDAD
CULTURA I
SITUACIÓN I
CULTURA II SITUACIÓN II
-
7
Por ejemplo, las actas se redactan en presente en castellano y en pretérito en inglés, de modo que al traducirlas de un
idioma a otro hay que modificar los tiempos.
8
Para el lector no familiarizado con los términos traducción semántica y traducción comunicativa, vaya aquí esta
breve explicación. Según Newmark, lo que él llama textos autoritativos (authoritative) han de traducirse con toda la
correspondencia formal que permitan la estructuras semánticas y sintácticas de la segunda lengua, reproduciendo el
significado contextual exacto del original. Llama a esta traducción semántica, a diferencia de la comunicativa, que
procura producir en sus lectores un efecto lo más próximo posible al producido por el original en los suyos (ver
Newmark 1981:39).
9
En la ONU los traductores suelen dictar sus traducciones.
9
EMISOR
DESTINATARIOS-ORIGINADOR (ONU)
(AUTOR)
(DELEGADOS)-SERVICIOS DE CONFERENCIA
(Control editorial)
SECCIÓN DE TRADUCCIÓN
REVISOR
TRADUCTOR
Lo que más resalta no es tanto el cúmulo de aduanas intermedias entre autor, traductor y
lector, como que, casi por definición, no hay contacto directo alguno entre traductor y autor, por
un lado, y traductor y lector, por el otro. El traductor onusiano se encuentra así prisionero en su
torre, que poco tiene de marfil. Otro rasgo interesante de nuestro diagrama es la peculiar posición
del revisor. El revisor no es ni el emisor, ni el autor, ni el originador, ni el receptor, ni el
destinatario de la traducción, pero sí su censor más implacable, ya que es él quien se hace
responsable por ella. Lo ideal es que traductor y revisor concuerden metodológicamente, de modo
que la tarea de este sea simplemente verificar la exactitud del contenido y velar por la máxima
adecuación formal (recordémoslo: adecuación, no equivalencia)10 de la traducción. La cosa está
relativamente asegurada cuando ambos son exponentes de una misma filosofía, ya que armonizar
intuiciones es más que problemático. Si existe semejante acuerdo metodológico -o sea teórico- de
base, podemos dar por sentado que el traductor no traicionará su propio criterio por temor del
revisor. Pero si no es el caso, nuestro traductor se topa con un nuevo pretendiente a su lealtad.
¿Qué hacer?
Como cualquier otro profesional, el traductor tiene que tomar decisiones profesionales y
defenderlas profesionalmente. Tales decisiones serán más o menos atinadas según su idoneidad,
ella misma resultante de varias subcompetencias: lingüística, temática y estrictamente traslaticia.
Por lo general suele hacerse hincapié exclusivamente en las dos primeras, y sin embargo la
experiencia y las investigaciones demuestran que la que más cuenta es la tercera. Las palabras
pueden buscarse en el diccionario y el revisor siempre logrará pensar en un sinónimo más
elegante, ¿pero dónde ha de hallar el traductor los criterios pertinentes que le permitan abrirse
paso por entre la maraña de pretensiones a su lealtad? En otras palabras, ¿qué es la fidelidad en
traducción y cómo se alcanza cada vez?11 ¿A qué debe ser fiel el traductor, a la intención
torpemente expresada en el texto o a su expresión, por torpe que sea? ¿Tiene que respetar las
expectativas del lector o aferrarse al original sin importar la reacción de los nuevos lectores? ¿Ha
de traducir un original que no responda a las normas de la ONU idiosincráticamente o ajustarlo
10
Después de todo, ese es el atributo que cuenta, como repiten hasta el cansancio los más diversos especialistas,
aunque no, desgraciadamente, todos. Una traducción puede ser formalmente equivalente sin ser adecuada (como la
versión literal del texto ruso no lo sería para ser publicada oficialmente), o adecuada sin ser formalmente equivalente
(por ejemplo, una buena traducción de un aviso publicitario.
11
A este respecto, recomiendo el excelente La notion de fidelité en traduction de Amparo Hurtado Albir, aunque
entiendo que la autora misma lo da por superado, sigo pensando que es un trabajo clave para todo aquel que se
interese seriamente por la profesión.
10
al molde? Y por último, ¿debe defender su juicio profesional o inclinarse ante la sapiencia del
revisor, la Sección, el emisor o el lector? He oído a los mismos traductores defender en diferentes
ocasiones una y otra opción de cada alternativa, lo que es fácil de comprender, ya que ninguna de
estas preguntas admite una respuesta sencilla; todo depende. Perfecto, pero ¿de qué, y quién
decide?
He dicho que el traductor tiene que estar dispuesto a explicar y defender sus decisiones
ante todo juez de su traducción: emisor, ONU, Servicios de Conferencia, Sección, revisor,
lectores. Para ello, claro, debe estar sinceramente convencido de tener la razón, y poseer también
los instrumentos teóricos con que respaldarla y refutar a sus interlocutores. Y más aún el
revisor; después de todo, quien responde por la traducción es él. Amén de su triple lealtad -al
original, a la Sección y a los lectores potenciales-, el revisor debe ser el mentor del traductor. Su
misión no es meramente manejar el lápiz rojo, sino guiar a su colega a trepar por la escala de la
competencia. Si a veces -y no tantas- talento y experiencia pueden bastar para traducir
competentemente, resultan del todo insuficientes a efectos didácticos. Para ser comunicada e
impartida a fin de desarrollar la aptitud natural, la experiencia de hacerse verbalizable; debe
volverse conciencia. Si el traductor puede, en última instancia, arreglárselas sin apuntalamiento
teórico, el revisor tiene el deber profesional de explicar por qué ha rechazado tal o cual solución y
optado por tal otra; y esa explicación, como cualquier explicación -atinada o no- de cualquier
fenómeno, es una teoría, por mucho que algunos detesten la palabra y la idea. Los traductores que
aseveran que la traducción no precisa teoría no hacen sino exponer una teoría de la traducción.
Una teoría anticuada y anticientífica que tiene la enorme desventaja de ser completamente estéril,
incapaz de explicar ni enseñar nada, y por tanto incapaz de justificar ni defender decisión alguna,
y, las más de las veces, de optar por la adecuada.
¿De quién es finalmente la traducción entonces? Idealmente, del traductor, bajo la
benevolente sapiencia del revisor. ¿Y qué de emisor, autor, Naciones Unidas, Servicios de
Conferencia, Sección, delegados que se las dan de traductores y lectores potenciales? Si el
traductor y su revisor son profesionales genuinamente idóneos, conscientes de todas estas
pretensiones encontradas sobre su lealtad, sabedores de que -contrariamente a lo que creen los
legos- la traducción no es una operación lingüística sino un proceso creativo de mediación
intercultural, con lo que fidelidad y equivalencia pasan a ser conceptos dialécticos; que
comprenden y saben explicar que la traducción busca la identidad del contenido a despecho de la
inevitable modificación de las formas, que lo que en definitiva cuenta es que el lector entienda lo
que el autor quiere decir y no tanto las formas lingüísticas merced a las cuales se consigue tal
comprensión, que el texto es entonces no un fin sino un vehículo de la comunicación; capaces de
producir textos naturales e idiomáticos inducidos por otros textos; en suma, si traductor y revisor
traducen y saben de traducción como un médico cura y sabe de terapia, entonces -y solo
entonces- es su traducción, exactamente como el paciente lo es del médico; del médico, no de la
familia, ni del seguro, ni del Jefe del Servicio, ni del Hospital, ni del Ministerio de Salud.
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En otras palabras, los traductores tienen éticamente el derecho de reclamar sus
traducciones como propias cuando su saber hacer específico está firmemente arraigado en un
saber igualmente específico del cual se nutre. Es cierto que la traducción es una profesión
práctica, pero más aún lo es la neurocirugía, de modo que simplemente no es cierto que mientras
un cirujano necesita más que talento y experiencia para practicar su oficio, el traductor no. Solo
cuando los traductores -en sentido lato, incluidos los intérpretes- del mundo entero dominen la
teoría que cimenta su arte, ni más ni menos que los arquitectos, directores de orquesta o letrados,
su condición profesional, social y -por supuesto- económica se pondrá a la altura de la de los
demás universitarios establecidos y reconocidos. Es nuestra traducción, sí, pero nadie ha de
aceptarlo a menos que nosotros mismos demostremos que tenemos derecho a ella.
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