Hormonas

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Hormonas
El feto comienza a secretar HCG que es el equivalente de la LH. Así el cuerpo luteo no degenera y mantiene
el nivel hormonal necesario para mantener el embarazo. Como el cuerpo luteo no se puede mantener
secretando los 9 meses de embarazo, el embrión lo reemplaza secretando hormonas equivalentes. Luego la
madre secreta oxitosina que estimula las contracciones uterinas y la salida de leche, haciendo posible que se
dilate la vagina actuando en el parto. Esta también hace que el útero vuelva a su forma normal después del
parto. Se secreta la prolactina que aumenta la producción de leche (secreción de grandulas preparadas).
Etapas
Embarazo
Este comienza cuando el óvulo fecundado se implanta en la pared del útero. Como el embarazo altera los
esquemas hormonales normales de una mujer, uno de los primeros síntomas del embarazo es la pérdida del
periodo menstrual. Otros síntomas son el aumento de la sensibilidad de las mamas, cansancio, náuseas,
sensibilidad a los olores, mayor frecuencia en la micción, cambios de humor y aumento de peso. Antes de la
duodécima semana los senos aumentan de tamaño, se oscurecen los pezones y aumenta de peso.
Complicaciones: Una bastante rara pero que supone peligro de muerte, es el embarazo ectópico o extrauterino,
en que el óvulo fecundado se implanta fuera del útero, ya sea en el abdomen o en una trompa de Falopio.
Entre los síntomas están los dolores súbitos e intensos en la parte baja del abdomen hacia la séptima u octava
semana de embarazo. Si no se trata quirúrgicamente con rapidez, el embarazo ectópico puede derivar en
grandes hemorragias internas y posiblemente la muerte para el feto y la madre.
Un 30% de todos los embarazos acaban en aborto espontáneo, que suele ocurrir entre la cuarta y la duodécima
semana de embarazo. La mujer que sospeche que puede estar embarazada y experimente punzadas
abdominales o sangrado, debería consultar de inmediato con un médico.
La toxemia es una complicación seria presente en la última etapa del embarazo. La toxemia es una situación
clínica caracterizada por la presencia de materiales tóxicos en la sangre; éstos pueden ser de origen bacteriano,
químico u hormonal. Cuando las propias bacterias invaden el torrente circulatorio, se habla de bacteriemia. En
obstetricia y ginecología, se utiliza para denominar un síndrome caracterizado por alteración de la función
renal, aumento de la presión arterial, retención de líquidos y pérdida de proteínas por orina. Los síntomas son
hipertensión; aumento súbito y cuantioso de peso debido a un edema (inflamación), llegando a ganar de 11 a
13 kilos en un mes, y proteína en la orina. Si no se trata, llega a producir ataques de apoplejía y coma, y por
tanto la muerte del niño. Cuando se diagnostica una toxemia grave, hay que extraer al niño lo antes posible
para protegerlo tanto a él como a la madre. Esta situación desaparece con el nacimiento.
Parto
El parto, proceso mediante el cual el niño es expulsado del útero por la vagina, y comienza con contracciones
irregulares del útero cada 20 o 30 minutos. A medida que avanza el proceso, aumenta la frecuencia e
intensidad de las contracciones. La duración normal del parto para una madre que espera su primer hijo es de
13 a 14 horas, y unas 8 o 9 para una mujer que ha dado a luz antes. No obstante, existen grandes variaciones
en cuanto a la duración del parto.
Un embarazo normal dura unas 39 semanas contando desde el comienzo del último periodo menstrual. A
veces las mujeres dan a luz antes de la fecha esperada, lo que da origen a un niño prematuro. Esto representa
un 7%, antes de la semana 37 de embarazo. Los niños que nacen unas pocas semanas antes suelen
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desarrollarse con normalidad. Los últimos avances permiten sobrevivir a muchas criaturas que nacen con 25 o
26 semanas.
Algunas mujeres prefieren algún tipo de anestesia para aliviar el dolor del parto. Sin embargo, el parto natural
cada vez es más frecuente debido en parte a que muchas mujeres saben que la anestesia y la medicación que
reciben pueden llegar rápidamente a través de la placenta al niño por nacer. Otra opción en el alumbramiento
es la anestesia local, donde sólo se duermen aquellas partes del cuerpo de la madre afectadas por el dolor del
parto. Tales anestésicos incluyen el bloqueo de la parte inferior de la espina dorsal y la inyección epidural, con
la que se anestesia la región pélvica. La epidural no se debe usar al principio de la dilatación porque prolonga
peligrosamente el parto; después sólo se utiliza para calmar el dolor de la expulsión (y quizás de la dilatación
final). Otra opción es la cesárea, que consiste en sacar al bebé del útero quirúrgicamente, pero no es una
alternativa para el dolor. Sirve para evitar algunas complicaciones del parto natural y sólo se realiza si existe
una razón médica específica.
Lactancia
La mama es el órgano que contiene las glándulas mamarias en la mujer. Estas glándulas segregan leche que
sirve para alimentar a las crías. Las partes secretoras de las glándulas producen leche después del parto,
durante un periodo de tiempo conocido como lactancia.
La mama puede padecer infecciones inflamatorias denominadas mastitis, sobre todo durante la lactancia.
También es uno de los lugares en que suelen aparecer tumores con frecuencia. Si se detecta un cáncer, es
posible que sea necesario extirpar la mama mediante una operación quirúrgica denominada mastectomía. En
la actualidad, algunos médicos recomiendan operaciones menos radicales, que reciben el nombre de
masectomías, en las cuales sólo se extirpan las zonas cancerosas de la mama. Las mastectomías se combinan
con la aplicación de quimioterapia y radioterapia.
Cuidados
Durante el embarazo y el parto hay que cuidar la alimentación, el consumo de ciertos medicamentos y salud
en general..
Los primeros meses del embarazo son los más críticos para el niño en desarrollo, ya que durante este periodo
se forman su cerebro, brazos, piernas y órganos internos. Es por esta razón que una mujer embarazada debería
tener especial cuidado antes de tomar ningún tipo de medicación si no es aconsejada por un médico que
conoce su estado. También debería evitar los rayos X y el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas. Además
en la actualidad la mayoría de los médicos aconsejan que el aumento de peso no debe superar los 12 kilos al
final del embarazo.
La vacunación de niñas y adolescentes para la rubéola y paperas evita que se produzca la infección durante
embarazos futuros.
Malformaciones
Los defectos del nacimiento pueden ser estructurales, funcionales, metabolicos, conductuales o hereditarios.
Anomalías congénitas: El desarrollo embrionario y fetal puede ser alterado por diversos factores externos
como radiaciones, calor, sustancias químicas, infecciones y enfermedades maternas. Estos agentes externos se
llaman teratógenos. Las anomalías congénitas también pueden ser causadas por una alteración genética del
feto, o por la acción conjunta de ambos.
Más del 20% de los fetos malformados terminan en aborto espontáneo; el resto nacen con una enfermedad
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congénita. Hasta un 5% de los recién nacidos presenta algún tipo de anomalía congénita, y éstas son causa del
20% de las muertes en el periodo post−natal.
Agentes externos
Alrededor de un 10% de las anomalías congénitas están causadas por factores externos. Se demostraron los
efectos de la radiación por la gran incidencia de malformaciones en los hijos de las japonesas embarazadas
expuestas a las bombas atómicas de 1945, así como en las gestantes sometidas a radioterapia. El riesgo para el
feto es menor en las radiografías utilizadas para la elaboración de diagnósticos; no obstante, los radiólogos
recomiendan realizar sólo las necesarias durante el embarazo. Someter a una gestante a temperaturas elevadas
(como la de un baño muy caliente) también puede producir anomalías congénitas.
Se creía que la placenta (órgano de unión del feto a la madre) era una barrera protectora frente a sustancias
químicas presentes en la sangre materna. Este concepto condujo a finales de la década de los cincuenta al
nacimiento de muchos niños con focomelia (miembros ausentes de forma total o parcial) debido a la
utilización de sedantes. Otros teratógenos conocidos son alcohol, anticonvulsivos, quimioterapéuticos,
cocaína, ácido retinoico (tratamiento para el acné), y algunos tipos de antibióticos. En 1955 se descubrió en
Japón una "epidemia" de parálisis cerebral debida a que las embarazadas consumían pescado contaminado con
el producto industrial metilmercurio.
Diferentes infecciones padecidas por una gestante pueden lesionar al feto. La más típica, la rubeola, puede
producir retraso mental, ceguera y sordera en el recién nacido. Otras infecciones que pueden dañar al feto si se
producen durante la gestación son el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, varicela, la toxoplasmosis y la
infección por citomegalovirus.
Las mujeres con diabetes tipo I (insulín−dependiente), mal controlada durante la gestación, pueden tener hijos
con cardiopatías congénitas y otros problemas. La fenilcetonuria (enfermedad del metabolismo) puede
producir polimalformaciones y retraso mental en el niño, si no se controla durante el embarazo.
Causas poligénicas y multifactoriales
Hoy en día no se conoce la causa de las dos terceras partes de las anomalías genéticas. Se piensa que algunas
son poligénicas, producidas por la presencia simultánea de varios genes anómalos; o son multifactoriales,
producidas por genes anormales que interactúan con agentes ambientales perjudiciales. Algunas
malformaciones se producen con más frecuencia en padres de edades avanzadas; por ejemplo, el riesgo de que
nazca un niño con síndrome de Down se incrementa con la edad de la madre.
Diagnóstico y detección
Muchas enfermedades congénitas se pueden diagnosticar mediante amniocentesis. Se toma una muestra del
líquido amniótico que rodea al feto para analizarlo y se cultivan las células fetales descamadas para
estudiarlas. Otro método para obtener células fetales consiste en la realización de la biopsia de vellosidades
coriónicas. En las células fetales cultivadas se puede estudiar una función concreta o analizar su ADN para
detectar una anomalía congénita. También se puede obtener una muestra de sangre fetal del cordón umbilical.
Existen algunas pruebas diagnósticas menos agresivas que las anteriores. La más utilizada es la ecografía
(ultrasonido), útil para diagnosticar malformaciones, edad fetal, embarazos múltiples y sexo. Los niveles
elevados de alfa−fetoproteína (secretada por neuro−ectoderma) en sangre materna pueden indicar la presencia
de una espina bífida y los niveles bajos pueden indicar síndrome de Down.
Muchas malformaciones congénitas estructurales pueden ser corregidas mediante cirugía. Entre ellas se
incluyen el paladar hendido y el labio leporino, los defectos de desarrollo de partes del tubo digestivo, las
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malformaciones cardíacas, el pie zambo y la escoliosis congénita. El tratamiento de algunas enfermedades
hereditarias utilizando la ingeniería genética es un avance reciente que se encuentra en fase de ensayo clínico.
En conjunto, las alteraciones cromosómicas afectan a 7 de cada 1.000 nacidos vivos y son responsables de
cerca del 50% de los abortos espontáneos en los tres primeros meses de embarazo.
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