Capitulo 21: Fundamento y sentido de la moralidad. El tema de la ética: ética = filosofía moral el objeto de la filosofía moral es de índole práctica. Objeto material de la ética: hace patente también con la distinción entre actos humanos y actos del hombre. o ACTOS HUMANOS: son los procedentes del h con mutua influencia de la inteligencia y la voluntad. El h es dueño y responsable de los actos humanos. Objeto formal de la ética: la ética estudia los actos humanos desde el pto de vista de la MORALIDAD, en tanto son buenos o malos. lo constituye aquello según lo cual los actos humanas, considerados en tanto que humanos, son calificables como buenos o malos. La bondad de los actos humanos puede hablarse en tres sentidos distintos: o ONTOLOGICAMENTE: en tanto ente o TECNICAMENTE: si es util o MORALMENTE: cdo son honestos, son conformes a la ley moral; ordenan al h a su fin ultimo, hacen al h bueno como h. Esta división de la bondad de los actos humanos se adapta al siguiente esquema del bien atribuible a ellos: o El bien RELATIVO o bonum secundum quid (que se subdivide en ontológico y técnico). o El bien ABSOLUTO o bonum simpliciter, que es el propio de los actos humanos en tanto que humanos, y al que también se denomina honestidad. Los actos humanos son considerados como materia de la moralidad, la ética los examina como algo susceptible de una recta ordenación moral. Los actos morales son actos voluntarios; Solo a estas se puede considerar responsable, respecto de aquellos actos que proceden de la voluntad libre. Actos humanos = Actos voluntarios: Constituidos por actos parciales de la inteligencia y de la voluntad. Son complejos. Proceden del hombre con la mutua inteligencia y voluntad Inteligencia: objeto = verdad. Voluntad: objeto = bien. Voluntario in se: Intención de la voluntad. Aquello querido por sí mismo. Voluntario in causa: cdo uno puede preveer las consec a las q puede llegar. El hombre es responsable de los actos q realiza. Actos relativos: (estructura psicológica) 1) Fin: Inteligencia: Contemplación del bien. / Juicio practico de la inteligencia que establece que es lo bueno en sí y bueno para mí. / Captamos algo como bueno, apetecible; despierta un acto de la voluntad, la simple volición del bien conocido. Voluntad: Intención del fin. / Voluntad de los medios. 2) Medio: Inteligencia: Deliberación acerca de todos los medios posibles para alcanzar el fin. / Decisión: juicio practico por el cual de todos los medios voy a elegir uno. 1 Voluntad: Consentimiento, apruebo todo los medios que la inteligencia ha deliberado./ Libertad: querer el acto, lo elijo como tal. 3) Ejecución: Inteligencia: Imperio. Ordenar. Dar órdenes y poner ordenes. Voluntad: Uso activo de la voluntad. Mover a todas las potencias humanas para que los actos sean ejecutados. Con la ejecución llegamos al gozo, felicidad, placer; estados afectivos. Actos hum elícitos: Aquellos actos que la voluntad realiza por sí misma; proceden directamente de la vol. Son apetitos q siguen al conocimiento sensible (conscupiciencia) e intelectual (la voluntad) Actos imperados: Aquellos actos que la voluntad no realiza por sí misma, sino a través de otras potencias o facultades. (actos mandados x la vol) Impedimentos de la voluntariedad (modifican los actos humanos): Próximos: Factores que influyen próximos e inmediatos en la realización del acto Remotos: Factores que influyen indirectamente, remotamente en la realización del acto. Factores remotos: son los q tienen q ver con el conoc, ej: temperatura, edad. Violencia: Suprime la libertad exterior. Coacción que se ejerce sobre actos imperados, mandados por la voluntad. Forzar a alguien a realizar o no realizar algo contra su libre albedrío. Miedo: Generalmente disminuye la voluntariedad pero no la quita, a no ser que se trate de pánico y nuble la voluntariedad. Hábitos: Tendencia adquirida por la repetición de actos. Nos disponen a actuar de una o otra determinada manera. En forma espontanea. Suelen disminuir la libertad pero no disminuye la responsabilidad. Pasión: Actos de los apetitos sensibles. Movimiento del alma que nos inclina a un objeto. Estados afectivos. Afectan la voluntariedad del acto. 1) Pasión antecedente: Anterior a la intervención de la razón. Quita la voluntariedad del acto, perturba en lo que tengo que hacer, nubla mi decisión. 2) Pasión consecuente: Posterior a la intervención de la razón. Aumenta la voluntariedad del acto. Ignorancia (carencia de conocimiento): De hecho: el no saber (ignorar) si tal caso particular está comprendido dentro de una ley ya conocida. De derecho: el no conocer la norma, la ley misma. La ignorancia puede ser vencible o invencible. Vencible (voluntariedad in causa): Convierte el acto en voluntario indirecto. Es aquella de la que si se puede salir, se tiene los medios. Si no se sale es porque no quiere. Invencible: Es imposible salir porque no tengo los recursos para salir. Acto involuntario, ya que no hay conocimiento. Sin conocimiento no hay voluntariedad. El fin último del hombre: La ética busca ordenar los actos hum a su FIN ULTIMO, de acuerdo a la nat hum. Ahora bien, cual es el fin ultimo? Se distinguen: Fin ultimo sujetivo: la FELICIDAD, como el bn perfecto de la nat intelec. 2 Fin ultimo objetivo: NI IDEA La norma de la moralidad: Ley Moral: Norma objetiva de la moralidad. - Norma: porque es la regla, parámetro, criterio que nos permite distinguir si una acción esta o no encaminada al fin ultimo del hombre. - Objetiva: porque no depende de nosotros y es inmutable. Moralidad: es doble: 1) Norma objetiva: ley moral (no depende de nosotros) 2) Norma subjetiva: conciencia moral (depende de nosotros): jucio moral practico q aplica la norma gral a la situación concreta. La norma objetiva y la subjetiva no se contraponen, se conjugan. Noción de ley: Sentido lato: ley es la norma que regula los actos humanos para encaminarlos a su fin último. Sentido estricto: la ley es una ordenación de la razón para el bien común promulgada por el que tiene el cuidado de una comunidad. Explicación: 1) Ordenación de la razón: en el doble sentido: ordenar los actos hum a su fin ultimo// imperar (dar ordenes) 2) Para el bien común: - Ley eterna o natural: DIOS, bn común trascendente de todo el universo. - Ley positiva hum civil: la común felicidad terrena de todos los h, debidamente subordinada al fin ultimo del h (Dios) Distincion entre bs comunes y bs individuales. El bn común exige la actividad mancomunada de todos, se necesita de la voluntad de todos para alcanzar el bien común; es el mejor bien de la persona; nos garantiza los bienes individuales. En cambio, los bs ind no exigen la act mancomunada de todos. 3) Promulgada: Manifestada, publicada. Se la ha dado a conocer. - La promulgación de la ley natural: cdo la conece nuestra razón practica. - La prom de la ley positiva hum: se hace por el legislador humano. La promulgación es requisito indispensable para que haya ley. 4) Por el que tiene el ciudado de una comunidad: Si se trata de todo el universo: Dios. Si se trata del bien común político: a. En cto a la ley natural: Dios. b. En cto a la ley positiva civil: es la debida autoridad legislativa hum. Tipos de leyes: Ley divina (autor es Dios): 1) Eterna 2) Natural 3) Positiva Ley humana: 1) Escleciástica 2) Civil 3 Ley positiva eterna: Es la razón gobernante de todo el universo existente en la mente divina. Es la ordenación que Dios hace de cada cosa a su fin desde toda la eternidad. La ley eterna se nos revela por el orden del universo. La conocemos aunque solo en parte, por medio de la ley natural. Ley positiva natural: Es la que capta nuestra inteligencia práctica en sus primeros principios e inmediatas conclusiones mediante la consideración de las inclinaciones esenciales del hombre. Es la participación de la ley eterna en la criatura racional. El orden de los preceptos de la ley moral natural sigue al orden de las inclinaciones naturales del hombre. Es bueno para el hombre todo aquello a lo que esta naturalmente inclinado. (lo bueno es lo conforme a la nat, y lo malo es lo contrario a la nat) Existencia de la ley natural: Testimonio de nuestra propia conciencia: Hay ciertos juicios morales que se imponen a nuestra conciencia (no hay que robar, nohay que mentir, matar, etc) y eso solo puede explicarse admitiendo la ley natural. Testimonio del orden en la naturaleza y la existencia de una naturaleza humana: Si no hubiese una ley moral objetiva nada sería ni bueno ni malo y la vida social resultaría imposible. Testimonio de la historia: Refuta la postura relativista. Testimonio sobre la ley natural: (ESTO VA ¿? PAJA..) Hesíodo: “Escucha la justicia, olvida siempre la violencia. Esta es la ley que Zeus ha prescripto a los hombres: que los peces, las fieras, los pajaros se devoren, porque no hay entre ellos justicia; pero a los hombres Zeus ha hecho don de la justicia, que es, el primer bien.” Aristoteles: Antígona: cuando la ley del rey es contraria a la de Zeus no estoy obligado a cumplir laley del rey, Zeus esta por arriba del rey. Edipo Rey: la ley que guía esta en las alturas. Heraclito: Todas las leyes humanas se alimentan de una que es la ley divina. Cicerón: “La ley es la suprema razón, que manda hacer lo que hay que hacer y prohíbe lo contrario.” “Derecho por naturaleza es lo que no ha salido de una opinión humana sino lo que cierta fuerza insertó en la naturaleza.” Protágoras: Las cosas son tal como a mi me parecen. El hombre es la regla, la causa de lo que esta bien y esta mal. Niega toda naturaleza humana. Positivismo Jurídico: Todas las leyes humanas surgen de la costumbre, usos sociales vigentes. Platón: Dios es para nosotros, principalmente, la medida de todas las cosas, mucho mas de lo que sea, como dicen (los sofistas) el hombre. Haciéndose justo el hombre se asemeja a Dios, ya que en Dios reside la ley eterna por la que todo se gobierna. En general todos los testimonios coinciden en el origen divino de la ley natural y en la accesibilidad a la razón del hombre. Contenido de la ley natural (¿Qué nos dicta la ley natural?): Un primer principio: “Hay que hacer el bien y evitar el mal” - El primer principio y los preceptos primarios son inmediatos, no requieren demostración. - El origen y fundamento de estos preceptos es la misma naturaleza humana. El hombre puede descubrir con su razón, analizando lo que es ser hombre la norma natural de moralidad. - SINDERESIS: habito de los 1ros ppios practicos; max generalidad. 4 Caracteres de la ley natural: 1) Obligatoriedad: Es una verdadera ley; al estar promulgada, obliga al h a cumplirla. 2) Universalidad: Obliga a todos los hombres en todos los tiempos. 3) Inmutabilidad: No puede cambiar ni desaparecer de la conciencia. 4) Irrevocabilidad: No puede ser derogada por ninguna otra ley. 5) Inviolabilidad: Es inviolable de derecho por ello quien obra contra ella se daña a si mismo. 6) Cognicibilidad Universal: Todos deben practicarla, todos deben conocerla. Ley positiva: Sentido lato: “Es la ley que ha sido promulgada exteriormente por medio de signos sensibles.” Santo Tomás: “La ley positiva es la ordenación al bien común, hecha por la razón y promulgada por quien tiene el cuidado de la comunidad.” Tipos de ley positiva: Ley positiva divina: Es promulgada por Dios en un momento histórico y solo nos es conocida por la revelación. Ley positiva humana: Depende de la voluntad libre del legislador humano y, o bien es una explicitación mayor de la ley divina positiva o bien de la ley natural, a las que viene a completar. 1) Escleciástica: es promulgada por el Magisterio de la Iglesia (papa y obispos) y alcanza a todos los fieles cristianos El magisterio puede ser: - Extraordinario: se celebra solemnemente una verdad de fe (ej dogma, asunción de la Virgen Maria). - Ordinario: lo ejerce el Papa a través de los documentos que expresan su pensamiento, su autoridad (ej encíclica). 2) Civil: (depende de la voluntad del legislador) a. Es la promulgación humana de un contenido de ley natural (ley positiva por accidente). b. Es una determinación humana que viene a completar la ley natural. c. Es la determinación humana de aquello que es indiferente para la ley natural. Requisitos para que una ley positiva hum civil sea justa: 1) Que la ley este sancionada (promulgada) por un legislador con protestad legitima sobre la materia que legisla y sobre las personas a quienes dicta la ley. 2) Sea posible y de acuerdo con la ley natural. 3) Conduzca realmente al bien común y no que favorezca a unos pocos perjudicando a los demás. 4) Se publique clara y suficientemente. La acción de dar a conocer una ley, oficialmente, se llama promulgación. La conciencia moral: Las leyes regulan la conducta humana solo en general; pero los actos humanos ocurren en lo singular. Es necesario, por ello, aplicarlas a los casos concretos y particulares: ello se hace, especulativamente por la conciencia; prácticamente por la prudencia, de la que hablaremos al tratar de las virtudes morales. Es la norma subjetiva de la moralidad. 5 La conciencia moral es una realidad de experiencia. Por la conciencia juzgamos si un determinado acto es o fue bueno o malo. Experiencia: remordimiento, advertencias, atestiguar con respecto de un acto. Es el juicio de la razón práctica acerca de la moralidad de un acto particular y concreto. A la ley de los principios de la ley moral la conciencia juzga sobre los actos concretos. Distinción entre la conciencia moral y la conciencia psicológica: Conciencia moral: Aplica la ley natural al acto concreto. Tiene que haber conocimiento de la ley moral natural. Darse cuenta de la moralidad del acto. Conciencia psicológica: Darse cuenta de las propias acciones. Cuando me doy cuenta que realizo este acto. La conciencia moral es: Es una norma de moralidad: Porque es la regla con que distinguimos si un acto se ordena o no al último fin del hombre. Es norma subjetiva: Pues es un juicio que emana de la razón práctica de cada individuo. Es norma próxima: La ley moral seria la norma remota, pues solo de un principio general; para la aplicación concreta a cada caso la de la conciencia. No es norma absoluta: Sino subordinada a la ley, cuya aplicación se debe hacer. La conciencia puede equivocarse y considerar que es bueno un acto malo y viceversa. En cambio la ley moral es: remota (da solo un principio general) y norma objetiva (común a todos los hombres). Aplicar la ley supone un juicio. Funciones de la conciencia: 1. Conciencia antecedente. Hay un juicio anterior al acto (prevee-aplica principios-juzga). Antes del acto. Juzga. Juicio imperativo: Manda. Tengo que hacer esto. Ej tengo que estudiar ética. Juicio permisivo: Permite. Puedo hacer esto. Se trata de actos indiferentes. Ej puedo tomar una coca. Juicio prohibitivo: Prohíbe. No debo hacer esto. Ej no debo copiarme. 2. Conciencia concomitante. Durante el acto. Es testigo (no es propiamente conciencia moral puesto que no emite todavía ningún juicio). Atestigua la moralidad del acto. Conciencia que no juzga sino que atestigua la moralidad del acto. 3. Conciencia consecuente. Hay un juicio posterior al acto (juzga si el acto se ajusto o no al dictamen de la conciencia antecedente). Después del acto. Juzga. Aprueba: La conciencia aprueba porque el acto se ajusto a la conciencia antecedente. Engendra satisfacción. Reprueba: La conciencia desaprueba porque el acto no se ajusto a la conciencia antecedente. Engendra remordimiento (esto depende si uno tiene una conciencia relajada o no). Estado/ situaciones de la conciencia: 1) Por razón de la conformidad con la ley: a) Conciencia verdadera: Es la que juzga la bondad o malicia de un acto humano en conformidad con lo que la ley natural ordena. Obliga siempre. b) Conciencia errónea: Es la que por ignorancia cree que un acto malo es bueno o que un acto bueno es malo. No coincide objetivamente con lo que la ley ordena. No hay que confundirla con la conciencia relajada. 6 Conciencia errónea invencible: Se trata de una ignorancia invencible que uno no puede superar porque ni siquiera se da cuenta de que esta la ignorancia. Hay que seguir la conciencia porque obliga. Conciencia errónea vencible: Se trata de una ignorancia vencible que se puede superar porque la misma conciencia obliga a salir del error, si no salimos del error fue por nuestra propia voluntad (permanecemos voluntariamente en la ignorancia). La conciencia verdadera es de suyo la única norma subjetiva y próxima de la moralidad de los actos humanos. La conciencia invenciblemente errónea puede ser accidentalmente norma subjetiva y próxima de la moralidad de los actos humanos. La conciencia vencible errónea nunca puede ser norma subjetiva y próxima de la moralidad de los actos humanos. 2) Por razón del asentimiento: a) Conciencia cierta: Es la que juzga de forma categórica y firme, sin temor a equivocarse. b) Conciencia dudosa: Es la que vacila sobre la licitud o ilicitud de una acción. Conciencia ambigua (la duda puede ser negativa o positiva, si hay por igual, razones en pro y en contra). No hay seguridad de que no nos podemos equivocar. Conciencia dudosa negativa: No tenemos razones que nos inclinen a la licitud o ilicitud del acto. Conciencia dudosa positiva: Tenemos razones que nos permiten distinguir la licitud o ilicitud del acto. c) Conciencia perpleja: Surge cuando parece que vamos a obrar mal en cualquier sentido en el que actuemos. Solo es norma de moralidad la conciencia cierta si además es verdadera. No se debe actuar con conciencia dudosa ni con conciencia venciblemente errónea; en estos casos hay que salir de la duda y vencer el error. Necesidad de formar la conciencia: conocer de un modo cierto y verdadero la ley moral. Si no hay más remedio que obrar en el caso de la conciencia perpleja hay que salir del camino (sin salida) aplicando los llamados principios morales perplejos (similar al sentido común). Por la conciencia moral determino mas la moralidad de los actos juzgando si su objeto, sus circunstancias y su finalidad son buenos o malos. Fuentes de la moralidad (triangulo invertido de Simón): 1) Fin último de los actos humanos (fundamento ultimo de la moralidad de los actos humanos). 2) Los principios. 3) Ley moral natural: norma objetiva y remota de los actos humanos. 4) Conciencia moral: norma subjetiva y próxima de los actos humanos. 5) Fuentes de la moralidad: objeto, circunstancia, fin o intención. 6) Prudencia: virtud intelectual y moral que versa sobre los medios concretos conducentes al fin o recta razón en el obrar. La especificación moral Objeto: aquello por el que el acto se ordena por su misma naturaleza. 7 Los actos se clasifican por los objetos a los que se ordenan en: Acto moralmente bueno por su objeto. Ej ayudar. Acto moralmente malo por su objeto. Ej robar. Todo acto que debemos juzgar moralmente tiene tres elementos: 1) Objeto: si está conforme con la ley moral o no. 2) Circunstancia: rodean al acto 3) Fin: Intención del que obra: fin del que obra. Intención de la obra: fin de la obra. Para que el acto sea bueno tiene que ser bueno el objeto, la circunstancia y el fin. La bondad del acto aumenta o disminuye de acuerdo con la circunstancia. La circunstancia puede alterar la bondad del acto. La circunstancia es el único elemento que por ser malo no hace el acto en malo. Hay circunstancia que no afectan al acto. Son indiferentes. Ej hacerlo en zapatillas. Hay circunstancias que si afectan al acto. Ej si el acto es ir a visitar a un enfermo y voy a las 4 de la mañana y ebrio. Millan Puelles: Durken: No hay actos objetivamente buenos ni actos objetivamente malos. Ley moral: resorte del querer social. Actos antinaturales (mentir-engañar): la acción es indiferente. El fin justifica los medios. Ej tengo sed. Hay actos objetivamente buenos y objetivamente malos. Ley moral: expresión de las inclinaciones. Actos antinaturales (mentir-engañar): la acción es mala. El fin no justifica los medios. Ej EEUU guerra Japón: bomba = medio; fin de la guerra = intención es buena. Acciones humanas: en el sentido abstracto los actos indiferentes no son moralmente buenos o malos; pero en el sentido concreto voluntario los actos indiferentes son moralmente buenos o malos, son específicos. Ej pasear: abstracto indiferente bueno. Ej pasear pero no estudio y es lo que debería hacer: concreto malo. 8 Capítulo 22: Las causas dispositivas de la conducta humana La disposición subjetiva en general: El dinamismo entero de la vida moral se halla dirigido u ordenado hacia el último fin. Pero el fin mueve únicamente en tanto que es un bien conveniente. Tal conveniencia es una relación y tiene dos extremos: su objeto y su sujeto; es decir, lo que es conveniente y el ser para el que lo es. No todas las cosas son convenientes para todos los seres (ej el chocolate no es para todos conveniente, no es para el diabético), ya que la conveniencia no depende de la índole de lo que se propone como bien, sino de la que tiene el ser para el cual se le propone. Es decir, el bien como conveniente no implica solo la índole de aquello que se propone como conveniente, sino la del ser para el que, como bien, se le propone. Lo que se trata de señalar es que la tendencia a un fin está determinada por la disposición subjetiva del que lo apetece. El encaminamiento hacia el fin último está condicionado por las disposiciones subjetivas del agente moral. Desentenderse de ellas por completo, equivaldría a elaborar una ética ineficaz, abstracta, deshumanizada. Los actos humanos, que son los que se califican moralmente, no son los actos de un ser vacío de toda disposición subjetiva. La misma tendencia de todo acto no se podría entender si se prescindiera de la existencia de toda disposición subjetiva. La conveniencia por la que se apetece un fin no último es explicable como conveniencia para el logro del último fin. Ningún fin puede ser apetecido sino en tanto que es un bien conveniente. El último fin es algo a lo que el sujeto tiende por virtud de una inclinación natural, es algo que apetece por convenirle a su propia naturaleza. La tendencia se divide en natural y en elícita. La primera es por sí misma idéntica en todos los hombres, y únicamente es objeto de inclinaciones especiales en cada uno de ellos en tanto que está condicionada por las respectivas situaciones y alteraciones somáticas. El apetito elícito se subdivide en sensible y voluntad, siendo posible en cada uno de ellos un doble tipo de inclinación: las actuales y las habituales. Dichas inclinaciones se relacionan con la apetición de los últimos fines concretos de la siquiente manera: Las inclinaciones producidas en el apetito natural no influyen directamente en la apeticion del último fin concreto, ya que esta apeticion no es una tendencia natural, sino un acto del apetito elícito. Las inclinaciones del apetito elícito son dispositivas de la apetición del último fin concreto, ya que determinan a una tendencia que sigue a un acto de conocer (el apetito elícitos, en oposición al meramente natural, es el que sigue a un acto de conocimiento). Las inclinaciones habituales de la voluntad no son las voliciones mismas, ya que no son actos sino hábitos, y constituyen causas dispositivas de la apeticion de un último fin concreto, ya que todo habito operativo inclina a su potencia en un sentido determinado. Por las mismas razones, hay que admitir también que son causa dispositiva de la apetición de un ultimo fin concreto los hábitos del apetito sensitivo. Tales hábitos no constituyen actos de volición de un fin concreto, y configuran o determinan su potencia, inclinándola a los actos volitivos de los objetos. Las inclinaciones actuales (pasiones) o actos del apetito sensitivo tampoco son actos volitivos de un último fin concreto, ya que no corresponden a la voluntad, y determinan al sujeto de ella en tanto que este las posee. Las disposiciones subjetivas determinados de la volición de un último fin concreto son, por una parte, las pasiones y por otra, los hábitos apetitivos (tanto los del apetito sensorial como los de la voluntad). Mientras que el sujeto permanece afectado por una determinada pasión o por algún hábito apetitivo, no puede querer otro fin último que el que le corresponde o le conviene como agente provisto de dichas disposiciones. No le es posible al sujeto poner el ultimo fin en otro bien distinto a aquel que merced a ellas apetece. Para poner el fin ultimo en algún otro bien es necesario qu el sujeto cambie de disposición. Ello no es imposible, ni en lo que se refiere a las pasiones, ni en lo que atañe a los hábitos apetitivos. 9 Las pasiones, de suyo, son efímeras. Por lo demás, pueden ser dominadas por el hombre. El hábito, a diferencia de la pasión, es de suyo una determinación difícilmente movible, pero también puede ser excluida su eficacia engendrando en el sujeto una pasión que lo contrarreste. El factor que posee la capacidad de variar la disposición subjetiva respecto a un último fin concreto es la pasión. Por el hecho de ser la pasión el factor que decide los cambios de las disposiciones objetivas respecto del último fin concreto lleva consigo una consecuencia: la pasión por ser un movimiento del apetito sensible, no tiene lugar sin modificación corpórea. Es imposible que el alma separada sea capaz de cambiar su volición de un último fin concreto. El valor moral de las pasiones: Las pasiones no son actos voluntarios, no son ni moralmente buenas ni malas. Sin embargo las pasiones, aunque constituyen movimientos del apetito sensitivo, pueden ser voluntarias, en el sentido de ser imperadas o permitidas por la voluntad. Nuestras pasiones, como objeto de una deliberada causación o de consentimiento, son voluntarias, y por lo mismo, moralmente discernibles. La pasión es un movimiento impetuoso del alma que nos arrastra hacia un objeto o nos aleja de él. Las pasiones del alma son: amor (deseo-delectación goce), odio (aversión-dolor tristeza), esperanza-desesperanza, cólera audacia temor. El dinámico de las pasiones es: 1) amor al bien (si el bien es poseído causa gozo, si el bien no es poseído causa deseo); 2) el obstáculo es objeto de odio; 3) se desea el bien; 4) se despierta la aversión; 5) si el obstáculo es superable: esperanza, sino desesperanza; 6) la esperanza engendra la audacia, después cólera y finalmente el goce; 7) la desesperanza engendra el temor y la tristeza. Estoicos: Afirmaban la maldad moral de todas las pasiones. No había distinción entre el conocimiento sensitivo y el intelectivo, por lo tanto tampoco había entre el apetito sensible y la voluntad. En este sentido no era posible hablar de las pasiones como distintas de las voliciones, en el sentido de ser las primeras los movimientos del apetito sensible y las segundas los actos de la facultad volitiva. Los estoicos llamaban a la voluntad toda tendencia razonable, y a las pasiones tendencias en desacuerdo con la razón. Las pasiones tenían que ser consideradas todas como forzosamente malas para el hombre. Para los estoicos y para Kant las pasiones son malas en sí mismas. Hedonistas y Nietzsche: Consideran que hay que permitir la libre manifestación de las pasiones. Pues son siempre movimientos buenos. Peripatéticos (Aristotélicos): Afirmaban que todas las pasiones moderadas son buenas. Distinguían entre el conocimiento sensorial y el intelectivo es decir, entre en apetito sensitivo y la voluntad. Denominaban pasiones a los movimientos del apetito inferior. Para los estoicos y los peripatéticos son buenas las pasiones regidas y determinadas por la razón y malas las que se oponen a la razón. No se entiende por pasiones moderadas las que son débiles o poco intensas. El término “moderación” significa la propia regulación racional, el hecho mismo de poseer el modo de la razón, en el sentido de participar de ella por ajustarse o conformarse a sus normas. Para los peripatéticos las pasiones en la medida que están ordenadas son buenas y cuando están desordenadas son malas. La diferencia entre los estoicos y los peripatéticos es que los estoicos consideran que son malas todas las tendencias contrarias a la razón; y los peripatéticos sostienen que son malas ciertas pasiones que son contrarias a la razón. Las pasiones en el sentido de movimientos del apetito sensible resulta ser buenas o malas moralmente según estén o no estén conformes con las normas de la moralidad. Es decir, hay pasiones moralmente buenas o malas por su esencia respectiva y no solo en virtud de sus circunstancias. Esta cuestión implica que las pasiones sean consideradas según la voluntariedad que les conviene como imperadas o permisibles. 10 Santo Tomás: Las pasiones son moralmente indiferentes, no son ni buenas ni malas. Se hacen buenas o malas según el objeto al cual estén ordenadas; es decir según estén o no sometidas a la recta razón (prudencia). Por lo tanto las pasiones pueden cumplir un papel positivo o negativo respecto de la obtención del fin último. Santo Tomas dice que siendo las pasiones malas, no basta moderarlas, sino que es necesario que se las evite por completo. Las pasiones no son buenas o malas moralmente por tener como objeto a un bien o a un mal, sino porque el bien que las provoca sea, en el plano moral, realmente bueno, y porque el mal que las ocasiona sea realmente malo en este mismo plano. Son moralmente buenas las pasiones que tienden a un verdadero bien o apartan un verdadero mal, y moralmente malas las que tienden a un verdadero mal o apartan de un verdadero bien. El objeto natural de pasión es calificable moralmente, y así medido y configurado la determina como conveniente o disconveniente con las normas éticas. Para el estudio del valor moral de las pasiones ha sido necesario considerarlas como imperadas o consentidas por la voluntad; lo que equivale a tomarlas como de alguna manera determinadas por ella. En nuestra conducta la pasión puede tener lugar de 2 maneras: o como antecedente, o como consiguiente al acto mismo de la voluntad. Cuanto más fuerte sea la pasión, tanto mayor será la intensidad de la volición respectiva. La pasión antecedente aumenta la intensidad de la volición, pero disminuye su libertad. También le resta valor ético. La acción moralmente buena es, pues, por tanto menos buena cuanto más vehemente es la pasión que le antecede, ya que esta pasión la hace proporcionalmente menos libre. Y por las mismas razones, la acción moralmente mala es tanto menos mala cuanto más fuerte es la pasión que la procede. La pasión consiguiente al acto de la voluntad puede acontecer de 2 modos: o por repercusión del acto volitivo en el apetito sensible, o por virtud de una cierta elección. En el primer caso se trata de una redundancia de la voluntad en el apetito sensitivo, debida la intensidad de la volición. Los movimientos del apetito superior estimulan y excitan al inferior, provocando en él las correspondientes pasiones. En consecuencia, estas, como no son causantes de la volición, sino causadas por ella, nada añaden ni quitan a la intensidad y a la libertad de la misma, pero la que es más intensa denuncia una mayor bondad o maldad moral de la volición que la procede. Aumentan la calidad moral de la acción, si por su objeto esta es moralmente buena, su bondad se acrecienta, y se intensifica su maldad si por su objeto es moralmente mala. Las virtudes morales: El hábito es una disposición adquirida por la repetición de actos. Si el hábito es perfectible de nuestra naturaleza se lo llama virtud, si el hábito no es perfectible de nuestra naturaleza se lo llama vicio. No hay hábitos neutros. Los hábitos me califican como bueno o malo. La virtud es todo hábito operativo bueno. Distinguimos virtudes morales de las virtudes intelectuales. Virtudes intelectuales (hábitos dianoéticos): Sujeto: inteligencia (intelecto). El bien de la virtud intelectual es un valor humano relativo. El intelecto puede ser teórico o práctico. Intelecto teórico (se ordena al conocimiento de la verdad para saber) (hábitos intelectuales especulativos): 1) Entendimiento: Hábito de los principios (de no contradicción) y verdades evidentes (no necesitan demostración). Objeto: verdad intuida. 11 2) Ciencia: Virtud intelectual demostrativa. Hábito de saber extraer la conclusión a partir de los principios. Sabe el que puede demostrar. Objeto: verdad razonada. 3) Sabiduría: Capacidad de juzgar acerca de todas las cosas a la luz de sus causas últimas. Sabio es el que puede reconducir todas las cosas a sus primeros principios. Objeto: verdad última. Intelecto práctico (se ordena al conocimiento de la verdad para ponerla en práctica) (hábitos intelectuales prácticos): 1) Arte: Recta razón en el hacer. Se busca la perfección de la obra no del que obra, no del artista. Objeto: bien técnico. 2) Prudencia: Recta razón en el obrar. Se busca la perfección del que obra no del resultado de la obra. Es una virtud intelectual porque supone el conocimiento de la verdad. Objeto: verdad práctica. La virtud intelectual no es, una inclinación de la voluntad, sino un hábito del entendimiento, de tal manera que se la puede tener y no hallarse apetitivamente inclinado al acto respectivo. Representa una aptitud o capacidad intelectual para realizar bien un tipo determinado de actos, mas no una propensión habitual de la voluntad a imperarlos. Hace posible el buen uso del entendimiento en alguna materia, pero no hace que la voluntad dé efectividad a ese buen uso posible. Virtudes morales (hábitos éticos): Sujeto: apetito, voluntad. Voluntad: Justicia. Objeto: bien justo. Apetito: a. Apetito Irascible: Fortaleza. Objeto: bien arduo, difícil de alcanzar. b. Apetito Concupiscible: Templanza. Objeto: bien deleitable, agradable, fácil de alcanzar. El bien de la virtud moral es humanamente absoluto. La virtud moral no es una mera aptitud o capacidad de obrar bien, son propensiones (habituales) a la operación voluntaria. La virtud moral puede ser definida como la inclinación habitual al acto humano moralmente bueno. Las virtudes morales son lo pasional ordenado por la razón. Las virtudes morales nos disponen rectamente respecto a nuestra naturaleza. El hombre es más perfecto, mas conforme a su naturaleza. Las virtudes morales confieren: facilidad, prontitud, perfección y deleite en la práctica del bien. Al principio la virtud requiere esfuerzo. A medida que se va adquiriendo la virtud, el esfuerzo es menor. Luego vamos a obrar sin esfuerzo: persona virtuosa. Virtudes cardinales (cardo: en torno al cual gira la vida del hombre) (sin estas el hombre no puede ser bueno): 1) Prudencia: Es una virtud intelectual y moral a la vez. Es una virtud intelectual porque el sujeto de la misma es la inteligencia en su función práctica y porque implica el conocimiento de la ley moral y de la realidad concreta y particular al que se debe aplicar dicha ley para determinar aquí y ahora que se debe hacer. Es una virtud moral porque no es conocimiento puramente especulativo sino la capacidad de convertir la verdad en norma de conducta. La prudencia es el arte de poner en práctica lo bueno. La prudencia es la medida del obrar concreto. La prudencia empieza conociendo y acaba actuando. La prudencia es la aplicación del primer principio de la razón práctica. Hacer el bien y evitar el mal. La imprudencia puede surgir por ignorancia de la verdad, por precipitación en el juicio y por inconstancia en la ejecución. Los elementos de la prudencia son: memoria, docilidad y…. 12 2) Justicia: Es la constante y perfecta voluntad de dar a cada uno lo suyo. Consiste en dar a cada cual lo suyo propio, su derecho: lo justo debido. Apetito intelectual sujeto a la razón. La razón ordena a la voluntad para vivir en verdad con el prójimo. Hay 3 especies de justicia: conmutativa, distributiva y legal. Actualmente se puede apreciar también la justicia social. La justicia conmutativa: Regula las relaciones entre iguales (ej las relaciones entre los ciudadanos de un mismo estado). Consiste en una igualdad matemática (ej a igual trabajo igual salario). Es decir, rige las relaciones entre los hombre como personas privadas y mantiene una estricta igualdad de cantidad o igualdad puramente aritmética. La justicia distributiva: Regula la relación del todo respecto de las partes (ej estado-miembros). Consiste en una igualdad proporcional, distribución equitativa de los cargos y las cargas. Estas se distribuyen en proporción a la dignidad, méritos, necesidades y posibilidades de los ciudadanos. La igualdad que mantiene no es aritmética, sino geométrica, o sea, una igualdad de proporciones. No consiste, pues, en dar o exigir a todos lo mismo, sino a cada cual según sus méritos y circunstancias. Se asocia a esta justicia la justicia vindicativa, que regula la imposición de sanciones o infractores a la ley. La justicia legal: Regula la relación de las partes respecto del todo (ej de los ciudadanos para con el estado). Inclina a respetar y procurar el bien común, aveces incluso por encima del bien individual. Se llama legal porque el bien común se respeta si se respetan las leyes.es la virtud que nos inclina a observar las leyes que regulan en la sociedad por el bien común de la sociedad. Consiste en una igualdad proporcional pues la obligación de contribuir al bien común depende de las posibilidades de cada uno. La justicia social: Es una prolongación de la justicia. Tiene por objeto aquellas obligaciones que se derivan inmediatamente de la naturaleza social del hombre y de la finalidad social de la riqueza. La justicia social tiende a respetar los derechos naturales del hombre, considerando ante todo como miembro de sociedades naturales (familia, empresa, sociedad civil, etc). Las virtudes derivadas de la justicia: a. Religión: Virtud natural que nos inclina a dar a Dios el culto que le es debido. Sa refleja a través de actos internos (devoción y adoracion) y de actos externos (sacrificio, voto, juramento y invocación del nombre de Dios). b. Piedad: Es la virtud que nos inclina a tributar a los padres, la patria y a todos los que se relacionan con ella el honor y el servicio debido. c. Obediencia: Es la virtud que inclina a la voluntad a ejecutar con diligencia las órdenes de los superiores. El fundamento de esta virtud es la autoridad del superior, recibida, en ultima instancia de Dios. d. Veracida: Es la virtud que nos inclina a vivir en la verdad con el prójimo. e. Gratitud: Es la virtud que nos inclina a reconocer y recompensar el bienhachar por el beneficio recibido. f. Amistad: Es la virtud que nos inclina a poner en nuestra palabras y acciones exteriores cuanto puedo contribuir o hacer amable nuestro trato. g. Respeto: Es la virtud de la debida atención o consideración al prójimo. h. Justicia y Caridad: La caridad es el ideal cristiano de las relaciones entre los hombres, hijos de Dios. Tiene mayores y mas heroica exigencia que la justicia. Consiste en el amor a Dios y al prójimo. Vivir heroicamente el amor. Que sea capaz de amar al adversario. La caridad va mas alla de lo que exige la justicia, no va en contra de la justicia, va más alla. La caridad supone el respeto de la justicia. La caridad es auxiliar a la justicia y viceversa. La justicia debe ir imperada por la caridad moderada. La justicia es auxiliar a la caridad y viceversa. 3) Templanza: Ordena la búsqueda de lo placentero. Es una virtud de la armonía interior, en los estados afectivos, pasionales y sentimentales. Alma temperada: instrumento afinado. 13 Ordena los placeres sensibles y espirituales del hombre. Hay tantos placeres como deseos, tendencias y actividades. La inmediatez de los deseos corporales hace que muchos hombres piensen que son los únicos que existen (hedonismo). El deseo y la búsqueda del placer se puede desordenar y asi obramos mal por disfrutar de un placer y no obramos bien a fin de evitar un dolor. El dolor debe ser afrontado no evitado. Me impide crecer sino lo acepto. El fracaso me permite crecer. El fracaso no paraliza. La tristeza paraliza. 4) Fortaleza: Es la virtud que nos dispone a superar los obstáculos que nos apartan del bien y a resistir las penas y el dolor por las casas que merecen la pena. La fortaleza supone el amor al bien. Ser fuerte no significa no tener miedo. El temor es una consecuencia del amor. Para ser fuerte es necesario ser prudente y justo. Ser fuerte no es pelearse con el otro, no es imponer siempre la propia voluntad; significa disponerse a superar los obstáculos por amor a Dios. La auténtica fortaleza no es ímpetu ciego: ponderar tanto lo que se arriesga como lo que se espera proteger o ganar. La fortaleza supone la justicia y la prudencia. Si la fortaleza no se pusiera al servicio de la justicia seria instrumento del mal. Solo el que realiza el bien, haciendo frente el daño y el temor, es verdaderamente valiente. La fortaleza conta de dos actos: la resistencia y el ataque. La resistencia: Soportamos el daño, el dolor sin abandonar la tarea, sin rendirse. Esa resistencia se llama paciencia e implica serenidad y lucidez ante el inforturio. La paciencia nos perserva del peligro de ser ganados por la desesperanza. La mayor fortaleza es la que se nutre de la mayor esperanza. El ataque: enfrentar el mal, aquellos desafíos que son vencibles. Debemos proponernos metas que no sean superiores a nuestras posibilidades. No se puede enfrentar 8 mil obstáculos. Me consentro en uno solo. La fortaleza es importante para hacer frente a nuestros defectos. Los defectos nos acompañan toda la vida. Hay que luchar siempre contra ellos. Aristóteles: La “prudencia” es una virtud intelectual, una virtud moral por suponer la rectitud del apetito y tener como objeto los actos moralmente bueno de él. No acontece lo mismo a las demás virtudes intelectuales. No decimos, así, que sea un buen arquitecto el que, movido por una intención moralmente buena, edifica una casa, sino que la hace bien, sea cualquiera la especie de la moralidad de su intención. Las virtudes morales más importantes se llaman “cardinales”. Estas virtudes se diferencian por su objeto y por la facultad que hace de sujeto próximo de ellas. El objeto de las virtudes éticas es el bien moral, o sea, no cualquier bien, sino el conforme con el dictamen de la razón según la norma de la moralidad. Pero este bien racional puede ser considerado de un último juicio práctico de la razón. En este caso, se refiere a la virtud de la “prudencia” la cual es el hábito que inclina a la razón a dirigir los actos de la facultad apetitiva con un último juicio práctico conforme a la ley moral. El objeto de la “prudencia” es el bien moral en tanto imperado por la razón. La virtud que domina a las pasiones que apartan de un bien arduo es la “fortaleza” y la que domina las que impelen a un bien sensible contrario a la moralidad es la “templanza”. Por lo que se refiere a la facultad que como sujeto próximo corresponde a cada una de estas virtudes, la de la prudencia es la misma razón, mientras que para la justicia, la voluntad; para la fortaleza, el apetito irascible; y para la templanza, el concupiscible. Una propiedad común a todas las virtudes morales estrictamente dichas, o sea, la justicia, la fortaleza y la templanza, es la de constituir en un prudente medio, igualmente lejano de todo exceso y de todo defecto. In medio, virtus. En el caso de la justicia, el medio virtuoso lo es de una manera enteramente objetiva, independiente de las disposiciones peculiares del sujeto de la virtud, cosa que no acontece, en cambio, al medio correspondiente a la fortaleza y a la templanza, pues las pasiones no afectan de la misma manera a todos los hombres sino que de algún modo están condicionadas por las personales circunstancias de cada uno. La diferencia entre la justicia y las otras virtudes estrictamente morales se halla, pues, por lo toca a la determinación del “medio” en que el de la 14 primera lo ha de establecer la razón de una manera absoluta, mientras que el de las otras sólo puede fijarse de un modo relativo: la justicia atañe a operaciones que versan sobre cosas exteriores, lo recto debe ser establecido simplemente y de suyo. La justicia da a cada uno lo que se le debe, y no más ni menos. Las otras virtudes morales atañen a las pasiones inferiores, lo recto no puede establecerse del mismo modo, no todos los hombres son afectados por las pasiones de la misma manera. También la prudencia se relaciona con el justo medio, pero no en la forma en que ello ocurre a las virtudes morales estrictamente dichas, las cuales son medidas o reguladas por él, sino precisamente a la inversa, de suerte que la prudencia determina y formula ese medio a que aquellas deben ajustarse. La expresión misma “medio prudencial” significa que es algo establecido por la prudencia para las otras virtudes que rigen la moralidad de la conducta humana. Virtudes morales excesos y defectos: Virtud (justo medio) – Defecto – Exceso Prudencia – Imprudencia – Prudentismo Justicia – Injusticia – Rigorismo Fortaleza – Debilidad – Dureza Templanza – Intemperancia – Apatía Mansedumbre – Impasibilidad – Irascibilidad Valentía – Cobardía – Temeridad Respeto – Timidez – Desverguenza Retribución – Anónimo – Envidia Liberalidad – Tacañería – Prodigalidad Veracidad – Disimulación – Fanfarronería Amabilidad – Hostidad – Adulación Dignidad – Arrogancia – Obsquiosidad Firmeza – Angustia – Molicie Magnanimidad – Pusilanimidad – Vanidad Magnificencia – Mezquindad – Fastuosidad Cordura – Simpleza – Picardía Para toda virtud cardinal se señalan 3 tipos de virtudes secundarias a ellas, y a las que se llama, en un amplio sentido, sus “partes”, a saber: las subjetivas, las integrales y las potenciales. Partes subjetivas: la virtud cardinal se divide como un género en sus especies. Partes integrales: son las que complementan a la virtud cardinal, ayudándoles en su operación para que esta sea lo mejor posible. Partes potenciales: virtudes que, sin realizar enteramente la misma esencia de esta, convienen con ella en algún sentido. Las especies o partes subjetivas de la prudencia son 3: la prudencia “personal” o “monástica” (familia), la “económica” y la “política”. La primera es aquella por la que cada hombre se rige a sí propio, siendo las otras, respectivamente, las que convienen al gobierno de la sociedad doméstica y al de la sociedad civil. Ninguno de estos 3 casos se trata de una mera técnica, la cual pone unos medios fijos y determinados para la realización de un fin particular. Las reglas prudenciales son esencialmente flexibles, en el sentido de que dependen de las circunstancias en que los actos humanos han de realizarse. En caso de guerra, por ejemplo, el gobernante obra prudentemente suprimiendo ciertas medidas que tenían sentido en la paz, y a la inversa. La justicia, que en cuanto virtud se define como el hábito de dar a cada uno lo que le pertenece (o sea, lo que es, por derecho, suyo), tiene como especies las que se denominan: justicia conmutativa, distributiva y legal. La fortaleza, que se define como un cierto medio entre el temor y la audacia, no tiene especies, en cuanto se la refiere, como es habitual, a los peligros de la muerte. Suelen enumerarse, en cambio, 15 como virtudes ajenas o partes integrales de ella: la “confianza”, en el sentido que se opone al temor, pero sin incurrir en la temeridad; la “magnanimidad” y la “magnificencia”, que difieren entre sí por ser la primera la que inclina a grandes empresas, no por el honor, sino por la excelencia de ellas, mientras que la segunda lleva a ejecutarlas sin retroceder antes los obstáculos; la “paciencia”, que domina a la tristeza ante el mal presente, y la “perseverancia”, que conforta el ánimo ante el decaimiento producido por la duración o prolongación de la obra. Todas estas virtudes son tales en cuanto regidas o determinadas por la prudencia. La templanza, definida como el término medio en los placeres carnales, tiene como especies o partes subjetivas a la “abstinencia”, la “sobriedad” y la “castidad”, que moderan los placeres físicos de la comida, la bebida y los sexuales. El término “templanza” se utiliza también para designar la moderación, o prudencial adecuación al término medio, de todos los actos humanos. Toda virtud moral supone prudencia pero la prudencia misma supone que la facultad apetitiva esté bien inclinada por las virtudes morales, de tal forma, que si alguna de ellas falta, no cabe que el sujeto esté completamente bien dispuesto en el orden moral. Tal complicación de las virtudes morales no tiene paralelo en las virtudes intelectuales, porque ninguna de estas especies de hábitos se enlaza a la prudencia, sino que son independientes de ella. Las virtudes morales no sólo se enlazan entre sí, sino que todas son coherentes con el último fin del hombre. La justicia, la fortaleza y la templanza inclinan al hombre a obrar de acuerdo con su verdadero último fin. Y también la prudencia implica adhesión al verdadero último fin humano. Sólo el que constituye realmente el verdadero último fin del hombre es aquel del que la prudencia depende, pues de otra forma el dictamen de ella no podría estar de acuerdo con la ley moral. La prudencia es la virtud por la que el hombre rige su propia vida en conformidad con su supremo Bien. 16