M O N O G R AF I C O Pre-til13 año 5 Noviembre 2006 febrero 2007 La experiencia de la mujer en el espacio publico a partir del rol social Fecha derecepción: 2-IX-2006. Fecha de aceptación: 4-XI 1-2006 * Universidad Pedagógica Nacional ** Universidad Piloto de Colombia Pablo Páramo* Andrea Milena Burbano** Resumen: Este estudio examina la manera como las mujeres experimentan el espado público a partir de los diferentes roles que asumen. Explora las experiencias de mujeres con respecto a lo percepción de seguridad, la relación con los extraños, tanto hombres como otras mujeres, al igual que por el tipo de lugares preferidos, incluyendo aquellos usados para recreación o para hacer compras. La muestra de participantes estuvo conformada por mujeres de diferentes edades y condiciones socio-económicas que viven en distintas zonas de Bogotá. El estudio se valió de entrevistas en profundidad realizadas a 14 mujeres que asumen distintos roles sociales incluyendo vendedoras informales del espacio público, trabajadoras sexuales, estudiantes universitarias, ejecutivas y profesoras de educación básica. Los resultados indican que la percepción de la experiencia en el espacio público es diferenciada de acuerdo al rol social. Las vendedoras informales y trabajadoras sexuales centraron sus respuestas en el valor económico del espacio público mientras que las estudiantes, ejecutivas y profesoras informaron de una experiencia más diversa en el espacio público como lugar de encuentro, de circulación, recreación o para hacer compras. Se discute, al final, la importancia de las reglas de los lugares públicos para mantener la equidad entre hombres y mujeres en el uso de estos lugares. Palabras clave: feminismo, espacio público, rol social, reglas del lugar Abstract: This study examines how women s social roles affect their experiences in public space. It explores women experiences in public space regarding safety, relation with strangers, men and other women, as well as preferred public places for different purposes including shopping and recreation. The sample was women of different ages and socio-economic conditions living in the different city zones of Bogotá. The study used the qualitative data collection procedures of in depths interviews. Fourteen women assuming different social roles in public spaces such as street vendors, sexual workers, college students, executive, and school teachers conformed the sample of the study. Results indicate that women perceptions of public space experience are differentiated according to their social role. Public vendors and sexual workers focus their answers to the interviews in the economic value of public spaces. Students, executives and schoolteachers report a more diverse experience of public spaces as places for social encounters, recreation and shopping. Finally the study discusses the importance or public place rules for maintaining equity between men and women in using public places. Key words: feminism, public space, social role, place rules. Monográfico Los estudiosos del género evidencian la manera como las mujeres, desde su infancia, van asumiendo comportamientos y actitudes diferentes para relacionarse con el espacio. Dichas diferencias varían histórica y culturalmente de acuerdo a la edad, la clase social, la religión, entre otras circunstancias. En este contexto, resulta importante comprender los roles que las mujeres desempeñan, y la manera como pueden influir en la exploración del espacio y las representaciones, o formas de relación que establecen con los extraños en distintos escenarios o lugares urbanos. Buena parte de estas inquietudes han sido asumidas desde la psicología ambiental y demás campos afines como los de la arquitectura ambiental, la geografía humana y el feminismo. Estos trabajos se centran en la crítica sobre las dificultades que las mujeres encuentran en el ambiente construido actualmente, en las descripciones de ambientes alternativos y en las formas alternativas de planificar y diseñar tales ambientes como lo describe muy bien Franck (2002); Sin embargo, son pocos los estudios que evidencian la manera como exploran estos mismos aspectos desde la Perspectiva del los distintos roles de la mujer. Es importante, por consiguiente, explorar de que manera experimenta la mujer el espacio público a partir de algunas actividades que desarrolla en este espacio e identificar el tipo de necesidades que encuentra, más aún en nuestro medio donde el trabajo investigativo aún es incipiente. En primer lugar, hay que hacer notar que la investigación desde la perspectiva feminista ha enmarcado el campo de la mujer y el ambiente en dos formas significativas, según Franck (2002): Una, sobre la discusión entre género y sexo prestando más importancia a la primera que a la segunda. El género es visto como un constructo social, sobrepuesto a la biología del sexo. Esta aproximación ataca la suposición esencialista de que el comportamiento de una mujer está estrictamente determinado por la biología, por tanto no respeta sus elecciones y no las representa adecuadamente dentro de la sociedad y la cultura. Y en la otra, por el lado de las experiencias y las necesidades de las mujeres, las cuales giran al aparecer de forma significativa de acuerdo con su edad, su orientación sexual, lugar de residencia y muchas otras circunstancias individuales y culturales, como es el caso de la identificación de género y de las necesidades de las mujeres, dos diferencias clave entre hombres y mujeres. LO MASCULINO Y LO FEMENINO EN EL ESPACIO Existen estudios que muestran que a las niñas se les motiva para ser menos exploratorias, más temerosas y menos activas físicamente que los niños. (Young, 1990). Las aparentes restricciones de movimientos en las sociedades occidentales industrializadas hacen referencia a la movilidad que tienen las mujeres fuera de la casa. Las ocupaciones más frecuentes de las mujeres se realizan alrededor de actividades de la casa y el cuidado de los niños, más que en actividades fuera del hogar. Cuando están fuera del hogar, generalmente están acompañadas por otros hombres u otras mujeres y, probablemente, más que los hombres, están ocupadas en actividades relacionadas con el hogar. Históricamente el espacio de las mujeres ha sido equiparado con espacios privados, siendo el espacio público el espacio de los hombres. En este sentido, hay una oposición simbólica entre la casa y el resto del mundo, lo femenino es la esfera opuesta a lo masculino que corresponde a la vida pública, de tal manera, que el rol de la mujer se asocia principalmente con la casa. Si el lugar de residencia de la mujer es la casa, con seguridad hay factores que moldean su diseño y uso de esos espacios para hacerlos significativos y comprensibles desde los patrones sociales que se le imponen a la mujer. Las actividades en los lugares públicos y el conocimiento del dominio público determinan el estatus, el poder y la naturalaza e igualdad de las relaciones interpersonales. Por esto es que para las feministas, la casa es vista como un mecanismo de domesticación de la mujer y, de esta manera, se trata de colocar a las mujeres en condición de inferioridad. El tránsito de las mujeres en el trasporte público y el temor al crimen, junto con las medidas precautelativas que tienen que tomar, restringen el dónde, el cuándo y el cómo se pueden mover en el espacio público, debido a que las restricciones corporales, en el comportamiento y en el movimiento son mayores. Situaciones que se hacen más evidentes en los estudios que demuestran las restricciones que experimentan las mujeres en países musulmanes, donde se espera que vistan velos y no se muestren fuera del vecindario, al menos que estén acompañadas por hombres o familiares. Hay también otros estudios que miran la manera de identificación de los roles masculinos y femeninos dentro del hogar como el de Saegert & Winkel (1980), en donde se muestra que los objetos que existen dentro de la casa expresan la personalidad de las mujeres, más que la de sus esposos, quienes valoran en mayor medida los objetos de acción, tales como los televisores, los equipos de estéreo, los equipos deportivos y los vehículos. Mientras los objetos de contemplación tales como las fotografías y las esculturas son mayormente valorados por las mujeres. Tales estudios concluyen que para los hombres el mundo es un lugar para hacer cosas, mientras que para las mujeres es un lugar para relacionarse con ellas. En la búsqueda de explicaciones sobre la diferenciación entre lo público y lo privado a partir del género, Chodorow (1978) argumenta que la masculinidad que los muchachos deben conseguir, se logra únicamente escapando de la vida doméstica. Siendo así, es importante considerar la manera como se distribuye la labor entre hombres y mujeres, pues cuando los hombres no están en el trabajo, pueden permanecer en la casa sin trabajar sin embargo, cuando se trata de las mujeres, ellas tienen muchas más cosas que hacer fuera del trabajo, ya sea en su casa o en los lugares públicos, como hacer La compras, llevar a los niños al colegio y otro tipo de actividades afines. Esto es el resultado de la tendencia a dividir los ambientes en sexualmente asimétricos, entre lo privado y lo público y pareciera mantenerse hoy en día de formas diversas en los países musulmanes y latinoamericanos. División que contribuye a restringir la movilidad de la mujer en el espacio público y a prevenirlas de participar completamente como trabajadoras y como ciudadanas. Además, la mujer sola en la calle es valorada de forma negativa; se asocia con la prostitución y en este sentido la mujer pública no es respetable. Durante la época victoriana (siglo XIX), era indecente para una mujer no estar acompañada en una calle o circular por ella, y aún lo es en muchos países. En otras palabras, es segregada precisamente por no ser considerada respetable; las mujeres en la calle por mucho tiempo han sido discriminadas y segregadas de los derechos fundamentales. Los lugares públicos para todas las mujeres han sido siempre limitados, en la medida en que el espacio de la mujer ha sido fundamentalmente asociado con el espacio doméstico, y el público relacionado con las plazas de mercado, centros comerciales, iglesias y escuelas. Hay, por supuesto, espacios que segregan más que otros, en los cuales existen diferencias culturales en el uso de los espacios públicos en donde algunas culturas enfatizan la importancia de la interacción entre miembros del mismo sexo. Por ejemplo, Soho, en Nueva York, es permisivo para las parejas gay, pero esto es únicamente una excepción de lo que se puede observar en los espacios públicos abiertos de otras ciudades del mundo. EL AMBIENTE DE TRABAJO Y DE LAS COMPRAS La ideología de la separación por género de las actividades y del espacio es evidente en la planeación y en los principios de diseño y de planificación urbana. Por ejemplo, en la planeación del tránsito público, el rol económico de los hombres y su horario de transporte se constituye en la principal fuente de información para la localización y programación del transporte urbano, con menos atención al empleo de espacios y a las necesidades de desplazamiento que tienen las mujeres, quienes deben cumplir durante el día con diferentes obligaciones tendientes al cuidado familiar. El diseño espacial se ha priorizado en las actividades laborales consideradas masculinas, lo cual dificulta el desplazamiento que tienen que hacer las mujeres entre su hogar, el colegio de los hijos, los lugares para hacer compras y demás actividades laborales en el centro de las ciudades, generándoles cruces en horarios e inconveniencias (Brhide, 1987). La única actividad pública que se espera que hagan las mujeres en público es comprar, lo cual también es una extensión de su rol privado como ama de casa. Será por esto que en muchos países los ambientes que no son altamente controlados, ni bien iluminados hacen de los centros comerciales un lugar seguro y aceptable para las mujeres. Si bien el estado del arte sobre las investigaciones que recogen la experiencia de la mujer en el espacio público dejan ver su marginalidad, son pocos los trabajos encontrados en la literatura en los que se explore la experiencia a partir del rol que desempeña cuando hace presencia en el espacio público. MÉTODO El presente estudio se realizó dentro de los delineamientos de la etnografía rápida, según la cual es posible indagar sobre la experiencia de grupos de personas valiéndose de varios entrevistadores, quienes trabajan simultáneamente en la recolección de información sobre un aspecto de la experiencia del grupo como en este caso, acerca de la vida en el espacio público. El estudio se centra en 14 mujeres entre 18 y 40 años de edad, de distintas condiciones socio-económicas y distintos roles o actividades sociales. Así, se incluyeron trabajadoras sexuales, vendedoras informales del espacio público, estudiantes universitarias, ejecutivas trabajadoras de oficina y profesoras de educación básica. La información objeto de estudio fue recogida mediante entrevistas en profundidad de forma individual, que si bien siguieron un formato general que indagaba por los lugares públicos más frecuentados, los usos más frecuentes y la experiencia con los extraños, profundizaron en aspectos particulares de acuerdo a lo que iba informando cada participante. Las entrevistas se trascribieron y luego fueron agrupadas de acuerdo con el rol social de las participantes y procesadas mediante el programa para computador atlas.ti, herramienta informática que facilita el análisis de información cualitativa. Se presenta a continuación los principales hallazgos a partir del rol social de las participantes. RESULTADOS Al preguntar a las trabajadoras sexuales que trabajan en los alrededores de la Calle 24 con Carreras 10a. y Caracas de Bogotá, por los lugares más frecuentados, mencionaron el Centro, Chapinero, la Avenida Primero de Mayo, el Restrepo, lugares cercanos y ligados a su lugar de trabajo, como lo describe una de las participantes: "(Lorena): ..frecuento estos sitios por trabajo, por lo consiguiente yo casi nunca salgo a divertirme, yo siempre que salgo es siempre pensando en el dinero, o sea, no hay un espacio en que uno diga: bueno, es que es chévere como la paso. Siempre que uno sale, siempre es pensando en el dinero, siempre pensando qué va a conseguir, en el diario. Siempre” Los lugares públicos les son vedados en la media en que son perseguidas por la policía por ofrecer en ellos sus servicios: "(Lorena): uno no está ocupando el espacio público porque uno se para de la residencia hacia dentro, mientras el espacio público es del andén hacia fuera y por eso más que todo molestan los policías por el espacio público; nos molestan, nos recogen, nos llevan para la estación durante 24 horas por eso mismo ...las que invaden son las que se paran en la calle, afuera del andén en toda la calle pero cuando uno se para de la residencia para dentro eso no es invadir el espacio porque para eso las residencias tienen una cabida para uno poderse instalar. Afuera, uno anda normal, uno está trabajando, anda por la calle y la policía ni lo mira, pero cuando uno está acá parado muchas veces sí,... se bajan a llevarlo a uno, así muchas veces le muestre la cédula, los papeles. Pa` arriba son 24 horas que le meten. Eso es inseguridad porque entonces uno no sabe que hacer si pasa un policía, y si lo quiere es cogerlo a uno y se lo lleva. Mientras que cuando uno va por la calle, es distinto porque los policías no le dicen nada a uno”. La calle para las trabajadoras sexuales es principalmente lugar de trabajo: “(Yuri): Para mí la calle es mi espacio para yo poder conseguir lo que necesito (...); por lo consiguiente, cuando estoy en la calle es cuando necesito dinero siempre”. La calle para las trabajadoras sexuales se asocia principalmente con experiencias negativas en la que sólo ven rateros; otras trabajadoras sexuales, indigentes y drogadictos; además es allí donde se exponen a riesgos: "(Lorena): La calle es la calle, pues una experiencia normal, todo el mundo la toma como ¡Uy qué terrible! Pero eso es normal porque igualmente se ven más experiencias que en otro lado, que en la casa, porque usted en la calle ve toda clase de cosas, ve dizque rateros, que trabajadoras sexuales. Imagínese usted, ve ñeros, desechables, todo eso; usted mira en la calle, entonces usted ve a alguien fumando drogas, que esto, que lo otro y son experiencias, cosas que usted ve mientras que usted encerrada en la casa no mira eso, eso es lo que pasa, esa es la calle. La calle es un conflicto, porque tiene uno por ejemplo riesgos de que le pase algo y Dios no lo quiera, Dios no quiera por ahí lo coja un carro, otro venga y lo robe, lo apuñale a uno, lo mate como muchas veces pasa que porque uno es trabajadora sexual”. Su relación con los extraños es siempre de desconfianza por sentirse rechazadas e irrespetadas, lo que se manifiesta en burlas, malas miradas o piropos indecentes, menos cuando se trata de clientes potenciales a quienes se les coquetea con miradas atractivas, llamadas y con una forma de vestir que llame la atención a los hombres. "(Lorena): Porque uno es una mujer, uno va por la calle y usted sabe que la debilidad de un hombre es una mujer, me miran y como volteo a mirar y me echan los piropos y yo como si no fuera conmigo. Normalmente no soy coqueta, en el trabajo soy coqueta. Cuando estoy por fuera del trabajo no lo soy porque soy muy seria en esa cuestión, no me gusta demostrar nada. Cuando estoy en el trabajo es de trabajo, ya cuando estoy haciendo diligencias ya soy una muchacha normal como si no trabajara en esto”. Las mujeres que las ven en la calle ofreciendo sus servicios sexuales se ríen muchas veces o quedan asombradas, o son indiferentes: "(Yuri): Pues yo pienso que mi relación con otras mujeres en la calle es normal, como miran a cualquier persona ¿no?. Sí existe alguna diferencia en la manera como me relaciono con los hombres a como me relaciono con las mujeres, claro, pues el medio de uno para el trabajo son los hombres ¿no?. Aunque todos los hombres no son iguales. Uno ve en la mujer su manera de vestir, el maquillaje, si es bonita de cara, si es fea, etc.”. Respecto de los lugares donde se prefiere ir de compras, las entrevistadas mencionaron los centros comerciales, donde: "(Yuri): ...además de hacer compras, que generalmente son de mejor calidad que las que se encuentran en una calle cualquiera, prefiero ir a un centro comercial, aunque salen un poco más costosas, pero puede haber garantía de los productos que se consiguen. Hay más variedad, hay supermercados, cosa que no se encuentra en las calles. En los centros comerciales me distraigo mucho más por cuanto hay de todo. La calle se asocia con inseguridad; en la calle lo pueden robar a uno, le quitan el celular o puedo ser víctima de ataques físicos. Cuando menos piense le quitaron la cartera, el celular haciendo compras. Hasta los mismos que atienden no hallan cómo hacer lo que le tienen que hacer. Le quitan el cuello a uno por quitarle una cadena. La gente que no trabaja en esto, anda por la calle normal con su seguridad porque no tiene nada que temer, pero mientras que uno es trabajadora sexual uno tiene que temer a muchas cosas además de los mismos ladrones, lo mismo que estábamos hablando ahorita, lo mismo, a todo eso tiene uno que enfrentarse, a los ñeros, a todo eso". La calle representa un riesgo: "(Lorena): No hay diferencia en la seguridad de día o de noche. En la noche me expongo a ser agredida de muchas formas, por ejemplo, a violaciones, a que un hombre por ejemplo lo vaya a apuñalear a uno, a la cárcel porque usted sabe que los policías eso ¡usted viera!, los tombos sí que lo corretean. ¡Uy!, eso es horrible, uno llega y se para un ratico por ejemplo aquí en la 18, aquí en la esquina, se para uno un ratico ahí y empiezan los tombos en la moto 'quihubo, quihubo7, entonces empiezan a arrear, entonces uno vuelve y les da la vuelta y vuelve y se para en el mismo punto y toda la noche la misma vaina". Al preguntarles por las características que debería tener el espacio público para la mujer, las respuestas giraron al rededor de lo estrecho de los andenes y la falta de baños públicos: "(Yuri): ...los baños públicos: hay otra cosa, y es que hay gente que no les gusta prestarlos, no sé por qué". Las vendedoras informales, no disponen de mucho tiempo para frecuentar el espacio público con fines de diversión. Los lugares que dicen frecuentar o atravesar son las distintas calles, avenidas, plazas o parques que tienen que cruzar para llegar a su lugar de trabajo. Los lugares públicos son experimentados principalmente como escenarios de trabajo. En cuanto a la relación con los extraños, pareciera recibirse censura, cuando no burlas, por el tipo de actividad que desarrollan y el tipo de productos que se ofrecen. "(Marta): Es una experiencia muy complicada porque muchas veces uno lleva cosas de segunda, y la gente pasa al lado de uno y se ríe de las cosas que se sacan para vender, porque hay cosas que son de segunda, y cuando la gente se ríe de eso, uno se siente mal. A mí como mujer me da mucha pena y vergüenza traer un carrito de mercado todo roto para transportar la mercancía, o una lona rota, porque se salen las cosas y la gente lo mira y lo señala. Hay gente que me mira con indiferencia, pero hay otra que sí se da cuenta de cómo sufrimos las mujeres en este oficio, esto me causa tristeza y por obligación toca seguir". El extraño o el cliente es respetado y tratado de la misma manera, con amabilidad o indiferencia, dependiendo de su comportamiento; se espera llamar la atención con la presentación personal y de esta manera atraer también la clientela. Los hombres para las vendedoras informales, son formales y caballerosos. Aunque dicen existir excepciones. Los lugares que prefieren son aquellos que están igualmente asociados con la actividad laboral. "(Rosario): .. .me gustan los sitios en donde yo y mis compañeros pudiéramos trabajar, y además, se valoren los artículos que vendemos. Sitios que sobre todo sean vistosos; no sé de otros, sólo los parques, por eso los tenemos invadidos de feria en feria". Las vendedoras prefieren igualmente los centros comerciales a la calle, por la diversidad de mercancías que ofrecen, así no las puedan comprar, igualmente se busca comparar precios, pero cuando se quiere pensar y estar a solo se prefiere la calle. Aunque se sienten rechazadas en los centros comerciales del norte, por no pertenecer a la misma condición social, esto no pasa en las calles. Finalmente, en cuanto a las necesidades para las mujeres en el espacio público, se informa sobre la necesidad de baños, amplitud de andenes para desplazarse y zonas verdes: "(Mariela): ...a mi me incomoda que los hombres utilicen el espacio público para sus necesidades, y a pesar que no existen baños públicos para las mujeres, con nosotras pasa lo contrario, respetamos y educamos nuestro cuerpo (...). Otra necesidad es la del espacio en los andenes, que algunos no permiten el paso para el que viene, o para las mamas que tienen niño y necesitan de un anden amplio para caminar con su coche, o con paquetes grandes (...). Además considero que falta más arborización, más jardines, para que los espacios por donde uno pasa sean más agradables, porque a mi me encanta la naturaleza". Las trabajadoras de oficina o ejecutivas dicen visitar lugares culturales como la Biblioteca Luis Angel Arango, museos como la Casa de la Moneda, el Chorro de Quevedo, la Candelaria, bares, parques, cafés, plazoletas, ferias artesanales, centros comerciales, salas de cine. Se nota, en comparación con las participantes anteriores, una diferencia amplia en cuanto a la cantidad de lugares públicos que visitan y los propósitos de estas visitas, los cuales difieren de las participantes anteriores. La calle, también a diferencia de las participantes anteriores, es un espacio para transitar, para ir de un lugar a otro, donde se comparte el espacio con muchas personas con quienes no se interactúa. "(Katy): Yo creo que la calle es el espacio público en oposición a lo privado; la calle para mí está más relacionada con caminos para llegar a destinos. La calle es el espacio por donde el ciudadano tiene que movilizarse todos los días cuando sale de su casa, es muy importante porque eso también le da la perspectiva de la ciudad por donde uno se desplaza". Las ejecutivas dicen fijarse mucho en otras mujeres para ve: cómo se visten, cómo manejan la moda: "(Diana): Sí, las mujeres siempre vamos pendientes de si estamos bonitas o feas y siempre hay muchas que buscan llamar la atención en la forma como se arreglan para salir. Bueno, eso también depende del sitio por donde uno se desplaza; no es lo mismo una calle en el barrio donde se vive a una calle en el centro o en Chapinero, sitios más transitados. Uno se arregla más para ir a un sitio donde haya más gente. Eso es lo que uno hace en el espacio público cuando ve mujeres". "(Katy): Comúnmente uno mira a las personas, por ejemplo, a las mujeres en ciertas cosas de su apariencia; yo creo que también en su rostro, en su apariencia física. Sin embargo en lugares solitarios, se mira menos: "(Katy):.. .cada quien está en su rollo y nadie se fija en el otro, no me siento observada en la calle". Por lo general se desconfía de los indigentes: "(Diana): Hay dos formas, una es como de temor con ciertos tipos de personas que pueden ser los indigentes, malacarosos o ñeros eso sí, ando como prevenida y ya con el otro tipo de gente es normal, que no. representa, digamos, una amenaza para uno". La relación con el extraño es de indiferencia, aunque no faltan los hombres que van diciendo cosas y con miradas sugestivas que buscan hacer contacto visual. "(Diana): ...unos que son los piroperos que andan y a cualquier mujer que ven le van diciendo cosas; entonces uno siempre se encuentra con alguien que lo mire de una forma ya más sugestiva". "(Katy): Bueno ya hay casos más incómodos en el sentido en que digan cosas que de repente a uno no le gustan, comentarios más desagradables, pero en general el contacto es visual, también es cierto que soy muy reacia a relacionarme con gente totalmente extraña... Sí claro, sí es diferente la relación entre hombres y mujeres. Las mujeres siempre se fijan más en la ropa, en cambio los hombres lo miran a uno de otra forma. Yo creo que hay algo muy particular que es el contacto visual en la calle, porque digamos es instantáneo; uno puede reparar en personas y nunca volverlas a ver y ya, pero sí puedo reparar en personas que me llamen la atención". Estas participantes también dicen preferir ciertos tipos de lugares para conocer gente, como las bibliotecas, bares y cafés abiertos. En los lugares en los que se experimenta temor, como el centro, se prefiere ir de día y vestir de manera que se pase desapercibida; se prefieren lugares de la zona norte de la ciudad. Los centros comerciales se prefieren a las calles para hacer compras si se cuenta con dinero, aunque para comprar libros y chucherías son mejores las calles comerciales. En los centros comerciales se prefiere ir a comer por la seguridad que representa el sitio cerrado y los vigilantes: "(Marisol): En el centro comercial puedo tomarme un café, comer algo, entrar a un cine, mientras que en la calle va uno a determinada cosa... me siento insegura de ir a la Décima, me da temor que me roben, que me cojan". La percepción de inseguridad depende de la hora: "(Marisol): ...la sensación de miedo depende de la hora, si es más de las nueve de la noche no es tan seguro, pero yo creo que lo que pasa es que uno se vuelve más alerta, más atento a que no lo roben, como que uno internaliza cosas, realmente me siento insegura cuando salgo a tomar la buseta en la noche”. Y de la presencia de otras personas: "(Diana): Me hace sentir automáticamente más segura si veo policía en la calle; bueno, también la gente; me da más inseguridad que el espacio este sólo; bueno, aunque si a uno lo roban, nadie hace nada, y eso no es una garantía, pero en cuanto a que haya gente o no, prefiero donde hay gente". Como necesidades en el espacio público, éstas se detallan más: "(Diana): Andenes amplios, que el piso sea liso, que no tenga tanta piedra, que sea uniforme, que hubiesen rampas, que sean bien delimitados los andenes de las avenidas, porque a veces montan el bus sobre los andenes; que hubieran sitios para sentarse, que exista un parquecito o un cafecito al aire libre si uno tiene que desplazarse de un lugar a otro". "(Katy): Bueno, no sé si se puede generalizar a las mujeres, pero a mí me gustan los espacios cuidados y limpios, y que además me transmitan seguridad. Sí, creo que los andenes deben ser anchos, que no tengan rejillas o cosas así, que estén bien pavimentados, que sean fácilmente circulables, que estén muy pensados para los peatones". "(Marisol): Bueno, a mí se me hace más importante que haya donde la gente pueda sentarse a esperar transporte o a descansar; me parece importante físicamente que haya más sitios; bueno, pues también el ambiente que lo rodea se me hace importante: árboles, no tanto como un parque sino que sea una calle bien agradable, transitable". Las estudiantes suelen frecuentar las discotecas, los bares, la ciclovía, los parques, los centros comerciales, a diferencia de las trabajadoras sexuales y las vendedoras ambulantes. La calle es un espació amplio en el que se dan múltiples relaciones entre las personas aunque, según las participantes, la calle: "(Margarita):.. .no se adapta para todos, no solo arquitectónicamente, sino desde la aceptación social; las relaciones no son entre todos (...). La calle es un lugar público, de encuentro, donde se puede apreciar la diversidad cultural, razas y religiones”/. La percepción de las estudiantes pareciera ser más desde conceptos académicos. Se percibe la calle como lugar para diversas en experiencias: "(Mireya):.. .se pueden vivir infinidad de experiencias, se pueden percibir desde peleas de novios, hasta estudiantes, gente haciendo trabajos, entrevistas, se mueven muchísimas relaciones, pero si uno empieza a ir más hacia el norte, sí cambia un poco la gente, pueda que a nivel económico no tenga las posibilidades, pero la gente se 'cree7 de cierta manera por estar en el lugar que está. Vemos los universitarios que pueden estarse muriendo de hambre pero están en la 93, y eso para ellos es un lujo, y cambian hasta su manera de ser mientras están en determinado lugar". Una de las experiencias más citadas es el miedo, dependiendo del lugar por el que se esté transitando, si es solitario, feo sucio, o si se ven personas que generan desconfianza: "(Mireya): ...voy a sentir de pronto miedo si veo personas que en su aspecto físico no son muy confiables; entonces, voy a intentar caminar rápido, de alejarme... pero si voy en un lugar por donde transitan muchas personas, pues voy muy tranquila, normal. La relación de las estudiantes con los extraños es muy similar a la de las anteriores participantes; se mira la apariencia física, pero es de desconfianza; se busca no entrar en contacto o establecer conversación con alguien; se procura expresar en el rostro seriedad, para evitar los contactos. "(Mireya): Pues yo casi no me relaciono con nadie que no conozco, y por lo general es muy difícil que yo entable una conversación con alguien así en la calle. Los extraños, de pronto me ven como una persona muy creída, antipática y demás; de pronto por los gestos, por las miradas que yo hago hacia personas que no conozco; entonces, no son miradas de muy 'buena gente'; por lo general, siempre mantengo muy seria y haciendo caras para que no se me acerquen a hablarme//. Aunque sí se desea llamar la atención, por eso se procura ir bien vestida cuando se transita por los lugares públicos. Con los hombres, en particular al parecer se establece un juego de miradas e indiferencia para llamar la atención; otros irrespetan con la mirada con el roce, lo cual se experimenta muchas veces en el transporte público. También se experimenta situaciones desagradables cuando tos hombres hacen comentarios vulgares al pasar una mujer particularmente con los indigentes o los mal vestidos. "(Aurora): ...pero si voy en espacios donde de pronto uno ve muchas personas con cara de ladrones o indigentes, me voy a sentir de pronto con miedo y con angustia; por lo general, trato de irme rápido de esos espacios". Se dice igualmente que se obtienen beneficios con los hombres cuando les ceden el asiento o cuando les dedican un piropo amable. Las estudiantes visitan lugares públicos para conocer gente como el gimnasio, las discotecas, cafeterías, bares, parques, cafés abiertos o la ciclovía. Se prefieren los centros comerciales a las calles, la calle puede resultar más económica, es más ruidosas. En los centros comerciales, se encuentra la satisfacción de muchas necesidades: comida, cines, etc. Dicen que son más organizados, más nitos y más seguros: "(Aurora): Prefiero ir a los centros comerciales porque allá uno encuentra todo en un sólo lugar; es más acogedor, hay diversidad de cosas. Uno no tiene que estar caminando tanto para encontrar si, digamos, quiero comer algo; por lo general, todo se encuentra en un centro comercial”. "(Mireya): Uno va simplemente a mirar cosas que uno en la calle puede hacer, pero con menos seguridad; uno en la calle tiene que entrar a cada lugar y preguntar; en cambio, en un centro comercial tú simplemente transitas y ya". Los lugares que se experimentan como inseguros son los buses vacíos o calles solitarias y en horas de la noche: "(Aurora): Pues muchas de las cosas que ocurren, ocurren en la noche y si son en la noche, sumándole esas cuestiones a las que yo le tengo inseguridad, como estar sola en un lugar donde no haya mucha gente, pues al estar sola creo, que se aumenta la inseguridad. Igualmente los lugares aledaños a los bares como prostíbulos, como hoteles". En cuanto a los requerimientos, al igual que las anteriores participantes, se informa sobre la necesidad de baños públicos y cernos a Transmilenio: "(Aurora): Pueda que sí, que para las mujeres en general sea una necesidad encontrar un baño público en la calle, pero yo no soy muy devota de utilizar baños públicos en la calle, no me gusta; pero pueda que los organismos &n diferentes. Yo estoy acostumbrada a mi organismo: hacer en determinadas horas, y en mi casa, porque uno no sabe con qué infecciones se pueda encontrar en la calle. Igualmente veo la necesidad de acceso a puentes peatonales". Las docentes, al igual que los anteriores dos grupos, visitan bibliotecas, bares, universidades, parques, iglesias y centros comerciales. La calle es un lugar por donde se transita dentro de la ciudad. Se experimenta en ella la diversidad cultural, donde se mira mí mercancía y, dependiendo del lugar, se tienen distintas experiencias como, por ejemplo, sentirse seguro e inseguro, donde se puedes víctima de un robo: "(Patricia): ...pues por la calle lo que experimento es que necesito caminar rápido, cuando estoy en la calle no me gusta estar, me gusta ir rápido". La relación con los extraños se da a través de la mirada; no una relación cercana, aunque dependa del lugar donde se encuentren; por lo general se informa sobre la dificultad para estable! relaciones con extraños y, por lo tanto, se evita hacerlo. Si se da es porque el extraño toma la iniciativa, más no es común hacerlo de parte de la mujer. La calle no es un lugar en el que se trate de llamar la atención; por tanto, se busca pasar desapercibida en la forma de vestir. La sensación de seguridad por la calle, depende, según las entrevistas, de la familiaridad con el lugar, la cercanía al lugar de viva da o el prestigio del lugar en términos de su seguridad. Como en casos anteriores se prefieren los bares para conocer gente y centros comerciales; estos últimos, para hacer compras, lo mismo que los su-mercados de cadena, para relajarse o pasar un tiempo agradable i alguien, para ir al cine, para comer o llevar a los niños a las atracciones mecánicas, o simplemente para mirar vitrinas. En los bares también se reporta inseguridad, se debe estar pendiente del bolso: "(Carolina): En los bares. Sí, súper insegura, todo el tiempo estoy pendiente de dónde están mis cosas, de dónde está el bolso; si hay un maletero, igual no le tengo confianza al maletero; siento que la persona encargada va a robar porque es que, lo que te digo, el miedo que tengo por todo, siento que no puedo confiar en todo el mundo, no puedo confiar en ningún sitio, los bares me hacen sentir muy insegura". La noche hace sentir insegura a las mujeres cuando están en el espacio público, lo mismo que en ciertas épocas del año en donde hay mucha gente en las calles. En cuanto a las necesidades, las entrevistas informan sobre la necesidad del embellecimiento, la adecuación las calles para que las personas puedan transitar con mayor facilidad, sobre todo creando andenes más amplios. Mayor seguridad en parques, centros comerciales y almacenes de cadena. CONCLUSIONES Este estudio indagó sobre la manera como las mujeres, en sus distintas condiciones o roles sociales, experimentan el espacio público de la ciudad. Si bien se trata de un estudio de carácter exploratorio, la evidencia a favor de que el rol social que se desempeñe dentro del tiene incidencia en cuanto a la manera como es percibido y usado por las mujeres. Las trabajadoras sexuales y vendedoras informales lo ven principalmente como un recurso del cual pueden sacar provecho económico, distinta a la percepción y uso que le dan estudiantes, profesoras y ejecutivas, quienes hacen de éste principalmente un espacio de conectividad para llegar a su destino. Mientras que en las primeras, el contacto con extraños es de tipo comercial, en las segundas es menos frecuente y de mayor desconfianza, a no ser que se busquen ciertos lugares privados cerrados como cafés, bares, o haya un acontecimiento cultural que congregue a varias personas en un lugar público abierto. Se reconoce sin embargo, por todas las participantes, que las condiciones de mujer ofrece algunos privilegios de parte en ciertas los hombres en los lugares públicos cuando se tiene que hacer una fila, pagar un servicio público y ocupar una silla en un transporte público. En el caso de las vendedoras informales, se registra un trato amable con los extraños en casos, quizás por el contacto personal y directo con la ven-como ocurría antiguamente en las plazas de mercado, situación que ha desaparecido en la actividad comercial hoy día. La calle es un lugar de trabajo para unas, y lugar donde se pueden apreciar las diferencias culturales para otras; su rol social condiciona no sola su uso, sino sus percepciones. Tanto para las trabajadoras sexuales como para las vendedoras informales, las respuestas a la entrevista giraron siempre alrededor de la calle como escenario comercial de donde pueden obtener beneficios económicos; se da un trato particular con el cliente guardando, por supuesto, diferencias cuanto al tipo de relación que se establece. Las estudiantes, profesoras y ejecutivas, frecuentan mayor número de lugares públicos como bares, discotecas ciclovías y parques. Y, en este sentido, el espacio público cumple mayor diversidad de funciones incluyendo culturales, de recreación, de encuentro para las mujeres que desempeñan otros roles social De acuerdo con la información suministrada, es posible afirmar que a la mujer, independientemente de su rol social, se le segrega de los espacios públicos al no permitírsele circular líbreme la medida en que se invade su privacidad mediante contactos no consentidos o se le violenta de forma verbal cuando no física. Las mujeres en el espacio público son vulnerables a los ataques corporales y al acoso verbal; son intimidadas con la mirada de los hombres, la presencia de indigentes, enfermos mentales, en su mayoría hombres. El acoso muestra que una vez ellas están en público no acompañadas por hombres, las mujeres no pueden reclamar su derecho a la privacidad como lo pueden hacer los hombres; más aún, en la forma como son miradas o como se comenta acerca de ellas. Molestando las mujeres en lugares públicos se evidencia que las mujeres aún son definidas y percibidas en términos de su sexualidad, y no gozan del derecho a la privacidad. Más seria aún es la situación de las trabajadoras sexuales, quienes se exponen permanentemente al acoso de los policías, a violaciones sexuales e insultos. Es el temor a estas agresiones las que se constituyen en el argumento principal para desconfiar de los extraños, de circula mayor parte de los lugares públicos, en particular en la noche aquellos lugares sucios y solitarios. Igualmente, la mujer se convierte en una víctima de procesos de zonificación con las tendencias de la ciudad hacia una homogeneidad funcional de tipo social, impidiendo la accesibilidad o señalando lo inapropiado de muchos lugares o muchos servicios públicos vitales para la mujer. Y es ésta una de las principales razones por las cuales las mujeres prefieren los centros comerciales a las calles, se sienten más seguras, además de la diversidad de distracciones: cines, restan juego para los niños, bares, cafés. Las calles, parques y, en general, todos los lugares públicos parecieran igualmente representar la visión masculina de la actividad comercial, deportiva o la recreativa, alejando a las mujeres de estos lagares, haciendo que opten por lugares cerrados como los centros comerciales para hacer compras, el gimnasio para hacer deporte, o el jardín de su casa para entrar en contacto con la naturaleza. Según la opinión de la mayor parte de las participantes, las mujeres se ven en algunos casos favorecidas en el desenvolvimiento en el espacio público, pues muchas veces los hombres tratan de mostrar caballerosidad cediéndoles el puesto en los buses, en la fila, los funcionarios de las oficinas y en el transporte público son más lentos con las mujeres que con los hombres. La relación con otras mujeres extrañas, es principalmente de curiosidad; se busca en otras mujeres la moda, el maquillaje, la valoración sobre lo bello y lo feo; quizás sea el espacio público un escenario en el que se transmiten las tendencias de la moda en el vestir. Los principios de planeación todavía asumen que el dominio del hombre es lo público, mientras que el de la mujer es lo doméstico; y de esa manera el diseño y la planeación de muchos lugares públicos se ha orientado a atender las necesidades de las mujeres o de los niños; hay pocos lugares para cuidar de los niños, para cambiarlos y por lo tanto hay un desconocimiento de esta necesidad. Este estudio da lugar a formular algunas iniciativas físico-espacia-les para el diseño y la planeación del espacio urbano que atiendan las necesidades de las mujeres; en primer lugar, hay que señalar que la responsabilidad de esta segregación no solo recae en los individuos particulares sino también en el Estado, al no asumir el diseño espacial para todos, y en las firmas constructoras que no respetan la reglamentación sobre las características que debe tener la obra en cuanto a espacios de sesión, accesibilidad, seguridad, etc. Es importante reconocer que al no respetarse las normas en la cesión que deben hacer los urbanizadores sobre las condiciones de iluminación, amplitud de espacios, zonas verdes y al ser el Estado permisivo frente a estas irregularidades se contribuye igualmente, aunque de manera indirecta, a segregar a la mujer del espacio público. A este respecto, se debe contemplar la ampliación y el mejoramiento de andenes y vías, el mejoramiento e implementación de acceso a los puentes peatonales, mediante un diseño de rampas y escaleras que no demanden mucho esfuerzo para acceder al puente y que las proteja de la mirada de los curiosos. Por otra parte, se hace necesaria la construcción de baños públicos por toda la ciudad bien mantenidos y seguros. Y la recuperación y creación de zonas vedes, con el fin de mejorar las condiciones para el desplazamiento y el disfrute de los espacios públicos que son mayormente utilizados por las mujeres. El asunto de la seguridad sigue siendo todavía muy serio relación al desplazamiento de las mujeres por el espacio público. Alternativas para resolver parte de esta problemática, incluyen, en primer, lugar el reconocimiento de la desigualdad entre las necesidades del hombre y las mujeres, la dicotomía simbólica entre lo público privado, lo masculino con lo femenino, el trabajo con la casa, la suposición de la división de la labor por género. Es indispensable superar esas dicotomías y la imagen idealizada de la familia nuclear distorsiona la realidad diaria de la vida de las mujeres. Los asaltos, particularmente los ataques sexuales, son más comunes sobre las mujeres y, particularmente, ocurren en lugares como calles o parques. De esta manera, el carro se convierte un vehículo que representa seguridad; aunque la ciudad ofrece libertad para la mujer, igualmente representa riesgos. Otro aspecto a abordar es la conectividad entre los lugares de vivienda y los lugares públicos, que contemplen aspectos de diseño y otras medidas para mejorar el transito público o el trasporte público, permitiendo a las mujeres viajar mas fácilmente, más frecuentemente y durante distintos momentos del día. Buena iluminación señalización no restringida, eliminación de trampas u oportunidades para asaltos, la habilidad para encontrar ayuda de otros, la visibilidad de otros, son aspectos que deben ser tenidos en cuenta e diseño del espacio público. Habrá que investigar otros aspectos relacionados entre la mujer y el espacio público, como, por ejemplo, la edad, la raza, la clase, preferencias sexuales, y la aceptación para ocupar espacios públicos. Las investigaciones sobre las mujeres, y la relación entre mujer y ambiente, han identificado igualmente diferencias significativas en actitudes y actividades de las mujeres de diferentes grupos étnicos condiciones económicas, aspecto éste que deberá ser estudiado en nuestro medio. Se hace necesario preparar a las personas a acepte orientación sexual de todos, permitiendo salir del clóset (o al espacio público) tanto a hombres como mujeres que han sido censurados mostrar sus preferencias en público. La facilidad de acceso a diferentes tipos de lugares o su proximidad a espacios públicos seguros, son parte de las necesidades que se han identificado en la literatura sobre las mujeres y el ambiente. Corresponde entonces a los programas de cultura ciudadana reconocer que los lugares públicos tienen reglas (Páramo, 2006) y que es necesario enseñarlas, en particular las reglas de convivencia con las mujeres en el espacio público. El reciente carcelazo que le metieron al ciclista por haberle tocado las nalgas a una mujer y el susto que se pega ante el riesgo de pasar años en prisión, puede servir de advertencia de lo que puede pasarle a quien no respeta las reglas básicas de convivencia con las mujeres en los lugares públicos. Nuestro fin ha sido identificar diferencias y aprender cómo que los ambientes sean más responsivos a las necesidades escás de las mujeres que surgen de estas diferencias, y reconocer i vida cotidiana de las mujeres varía de acuerdo a su rol dentro del lugar público. Esta aproximación incluye estudiar las necesidades que tienen las mujeres, tanto como analizar los ambientes actuales para determinar si esas necesidades se están satisfaciendo y, de igual manera, formular propuestas alternativas. BIBLIOGRAFÍA CHODOROW, N. (1978). The Reproduction of Modering. Berkeley: University of California Press. FRANCK, K.A. (2002). "Women and Environment", en: R. B. Bechtel A. Churchman: Handbook of Environmental Psychology. New fork: Wiley. PARAMO, P. (2004b). Significant Public Places to the People of Bogotá. Ph.D Dissertation. The City University of New York. New York PROST, A., VICENT, G. History of Private life: Vol. V. Riddles of identy in modern times. Cambridge, Ma: The Belnap Press: 1991. YOUNG, I.M. (1990) Throwing like a girl and other essays in feminist philosophy and social theory. Bloominton: Indiana University Press.