REPENSANDO EXTREMADURA - Gobierno de Extremadura

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DISCURSO INSTITUCIONAL DEL PRESIDENTE GUILLERMO FERNÁNDEZ VARA CON
MOTIVO DEL DÍA DE EXTREMADURA
*Este discurso queda embargado hasta el final de la intervención del
presidente, Guillermo Fernández Vara, y su contenido está sujeto a las
posibles modificaciones que realice al pronunciarlo.
REPENSANDO EXTREMADURA
María Telo Sánchez nació en Cáceres, el 8 de Octubre de 1915. Probablemente sea
desconocida para la gran mayoría, pero yo la quiero recordar para este 7 de
septiembre de 2015. Murió el 6 de agosto del pasado año.
¿Quién fue María Telo Sánchez? Una grandísima extremeña, todo un ejemplo de lo
que se puede lograr si se lucha con firmeza y convicción.
Fue pionera en la lucha por la igualdad de género que, el 2 de mayo de 1975, logró que
la Comisión General de Codificación, promulgara una Ley que devolvía a las mujeres la
consideración de personas con capacidad jurídica propia, eliminando la obediencia al
marido, la licencia marital y las discriminaciones por razón de sexo.
Repito la fecha: 2 de mayo de 1975. No me estoy remontando al medievo… ¡Fue ayer!
Hasta ese día la mujer española no tenía capacidad jurídica propia, debía obediencia a
su marido y estaba discriminada por su condición de mujer.
Traigo hasta aquí el reconocimiento y el recuerdo a María Telo por un triple motivo:
En primer lugar, porque su ejemplo de vida demuestra que los cambios se producen
cuando hay voluntad firme e inquebrantable de que se produzcan.
En segundo lugar, porque la lucha por la igualdad de género en España tuvo a una
extremeña en la primera línea de la reivindicación por la dignidad de la mujer.
En tercer lugar, para pedirle al conjunto de la ciudadanía, al mundo empresarial y
profesional, a las organizaciones sociales de cualquier ámbito, que sigamos avanzando
por la calle de la libertad y que, entre todos, construyamos amplias avenidas por las
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que podamos caminar juntos. María Telo Sánchez dio desde Extremadura el
pistoletazo de salida.
La igualdad y la permanente lucha contra la violencia de género no deben quedarse en
meros recursos dialécticos. Debe impregnar nuestra acción como gestores públicos. Yo
creo en ella y apelo a la conciencia de todos los que nos alineamos en el mismo frente,
para que avancemos y las diferencias no solo se achiquen, sino que desaparezcan.
Mientras haya una sola mujer que muera por haber nacido mujer, mi diagnóstico es
que esta sociedad está enferma. Cada muerte señala nuestro fracaso individual y
colectivo.
Hoy debe ser un día de reconocimiento de nuestra identidad. Y también de
reivindicación. Somos extremeños y por serlo somos españoles. Y como extremeños y
españoles pedimos lo que nos corresponde, porque hemos aportado a lo largo de la
historia mucho más de lo que hemos recibido: el factor humano, las fuerzas del
trabajo, las inversiones obligatorias. A nadie se le exigió tanto, después de haber
protagonizado los momentos que perfilaron la historia de España.
Por eso quiero, en nombre de todos, exigir el cumplimiento del Estatuto de Autonomía
de Extremadura, aquel que en su reforma de 2011 no incorporó nuevos derechos ni
deberes a los que ya estaban en la Constitución, para que nadie se confunda y crea
que con los hechos diferenciales, reales o inventados, pueden pretenderse canonjías
estrafalarias. Hasta en esa renuncia demostramos grandeza, sentido solidario y el
concepto claro de la España que queremos. Nosotros no pedimos más, pero vamos a
exigir lo que nos corresponde.
Defiendo como uno de los grandes patrimonios de España la diferencia, la diversidad y
la pluralidad. Incluso la lingüística, pero jamás aceptaremos que diferencia se equipare
a desigualdad.
Esa es la razón por la que creo que con carácter previo a la negociación de un nuevo
modelo de financiación en Extremadura, tenemos que ponernos de acuerdo. Un
acuerdo sin protagonistas, sin fotografías, que sea bueno para nosotros y para el resto
de España. A ello he convocado al conjunto de las fuerzas políticas.
No incluimos por capricho en el Estatuto de 1983 y en la reforma de 2011 la llamada
“deuda histórica” y las inversiones extraordinarias durante siete años por valor del uno
por ciento del PIB. Lo hicimos para cerrar una etapa y poder abrir otra en términos de
igualdad. Comparto la responsabilidad de no haberlo podido resolver hasta ahora.
Asumo la responsabilidad de que se resuelva de una vez por todas.
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Y quiero incorporar aquí la demanda de un gran Pacto por el Ferrocarril. Extremadura
es hermosa y tiene posibilidades de un crecimiento que en otras comunidades está
llegando al límite. Extremadura es rica, dispone de agua, tierra y sol. Y es verde, pese al
cliché estereotipado del marrón y amarillo, como se nos ve desde el desconocimiento
o desde la ignorancia. El extremeño convive en paz con la naturaleza y podemos
ofertar casi todo lo que se demanda, pero necesitamos la comunicación, necesitamos
el tren. Personas y mercancías en Extremadura necesitan el tren. Extremadura necesita
el tren. Es hora ya de abandonar las estériles polémicas del AVE para darnos cuenta de
que perdimos muchas energías, que se quedaron en el papel, mientras los sucesivos
gobiernos, de uno u otro color aprovechaban que aquí discutíamos, pero la inversión
preferente se iba hacia otras partes.
Estamos en Extremadura de 2015. Y nada tenemos ni nada se espera a corto plazo si
cada uno de nosotros tiramos de un extremo del mantel en vez de sentarnos juntos en
la mesa. Aquí, como en ningún otro asunto, se necesita unidad de acción. Necesitamos
el tren de forma prioritaria. Un transporte rápido, limpio y económico que permita
desplazar a personas y mercancías en tiempos comparables y competitivos.
Juntémonos para que nadie nos vuelva a engañar, porque mientras nosotros
discutimos las vías se ponen en otras tierras. Se trata de ir todos juntos. Los cuatro
grupos parlamentarios, la Junta y los agentes sociales. Todos juntos al Ministerio de
Fomento y exigir con firmeza irrenunciable nuestro tren. Cuanto antes mejor. Que
pongamos negro sobre blanco lo que hay, el cuánto y el cuándo. Ya no más engaños,
ya no más dilaciones. En esa reunión no habrá reproches sino compromisos.
Quiero poner en valor la decencia, la honestidad y la ética de lo público.
La corrupción ha limitado la confianza de mucha gente en los políticos y en la política.
Es el momento de reconocer que el sistema ha fallado. Y que ante esta situación sólo
cabe una actitud: Erradicar la corrupción desde su esbozo inicial, poniendo los medios
para evitarla y para que si alguien se corrompe sea localizado de inmediato.
¿Eso cómo se hace? Como justificación se dice que gestión pública y corrupción
siempre fueron de la mano, pero eso es resignarse y conformarse. En Extremadura
sobra resignación. La corrupción se combate con la máxima transparencia por un lado
y analizando las direcciones y unidades administrativas con mayor riesgo de sufrirla
por otro.
Elaborando un plan acorde con los protocolos internacionales de lucha contra la
corrupción. Si queremos, podemos; usaremos el que decidamos en esta Asamblea,
pero es urgente separar a los corruptos de las instituciones.
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Me van a permitir que les hable de “hablar”. Tenemos que hablar. Hace días asistí a un
Congreso Europeo de Ornitología, en Badajoz. Se celebraba en inglés y sin traducción
simultánea. Gente de 26 países, con las naturales dificultades, nos entendimos porque,
aunque no pensáramos todos lo mismo, estábamos pensando en lo mismo. Y cuando
se piensa en lo mismo no hay más barrera que la de los pequeños o grandes matices.
La lengua no separa. Separa pensar que somos únicos, exclusivos, que somos
diferentes y que no debemos tener las mismas oportunidades.
No separa la lengua, separa la insolidaridad, la sinrazón y la egolatría. ¡Separa la
estupidez!
Estoy convencido de que Extremadura necesita abrir un proceso restituyente de
valores y de condiciones de la ciudadanía. La crisis hizo saltar por los aires la incipiente
sociedad del bienestar y abrió un abismo en la sociedad. No todo el mundo la ha
sufrido por igual.
Tenemos que conseguir que la lucha contra la exclusión social, y contra cualquier
forma de pobreza, sea una bandera que no tiene colores pero si sentimientos.
Nuestra actitud frente al dolor de nuestro vecino nos retrata. Frente a la exclusión
social no hay más anestesia que las leyes y la necesaria redistribución de la riqueza,
que nos devuelva la condición de ciudadanos. A todos.
Si en el camino hemos dejado a nuestros vecinos, hay que desandar para recogerlos e
incorporarlos.
La inicial recuperación de las cifras macroeconómicas no alcanza aún a compensar el
golpe que la tormenta perfecta provocó, destrozando tantas vidas y proyectos
personales. Tenemos que trabajar todos, cada uno desde su responsabilidad, para
lograr que podamos restituir, restaurar y recomponer todos esos proyectos y vidas.
Eso solo lo podemos lograr con valentía y con capacidad de regeneración e innovación.
Perdamos el miedo a equivocarnos, porque fue ese ancestral miedo el que hizo que no
nos rebeláramos frente a lo que se veía venir. Desde el reconocimiento de los errores
del pasado es mucho más sencillo encontrar el camino para alcanzar el camino del
presente hacia el futuro.
A las alarmantes cifras de desempleo se suma también ahora la de aquellos que
padecen la precariedad laboral, con contratos laborales que no permiten una vida
digna.
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La política está en deuda con una generación de extremeños que se ha tenido que
marchar. Y mientras eso siga siendo así, mientras haya jóvenes y mayores que tienen
que irse de su tierra, no nos podemos poner como ejemplo de nada. Solo seremos
ejemplo de incapacidad.
La agricultura y la industria, el turismo, las energías, el respeto por el medio ambiente,
el conocimiento, la tecnología, la sanidad y los servicios sociales, que son además
fuente de riqueza y empleo. El comercio, la construcción, las pymes, los autónomos,
todos somos necesarios pero no suficientes. Tenemos que ser más y tenemos que ser
mejores, más unidos para ser más competitivos. Los tiempos de la autocomplacencia
debemos darlos por finalizados.
La gran apuesta de Extremadura se llama escuela. Y se llama cultura. Allí en la escuela
esta la llave de la igualdad. En la cultura la llave de la libertad.
Hay madres y padres en Extremadura cuyo problema no es cuántos niños habrá en
cada aula, sino si podrán tener libros, transporte y material escolar.
Esa es mi prioridad al inicio de este curso y pido a todas las instituciones que la hagan
suya. Resuelta esa prioridad será más fácil ponernos de acuerdo en las siguientes.
Creo necesario poner en marcha un amplio proceso participativo de abajo hacia arriba.
Repensando Extremadura podía denominarse.
Un frente que nos sitúe en un escenario con muchos más actores que los habituales.
No es hacer de menos a los políticos. Es simplemente recuperar para el conjunto de la
sociedad el protagonismo. Vamos a poner en marcha un proceso que marque un
camino de colaboración, de cooperación y de participación ciudadana. Sé que no será
fácil porque no tenemos costumbre, pero la sociedad cambió y tenemos que
responder a esos cambios.
Deberíamos hacer posible que todo el mundo se sintiera parte del presente y del
futuro de esta querida tierra nuestra. Que todos supieran que tiene un papel que
desempeñar y que ese papel es muy importante, tan importante que solo lo podemos
desempeñar cada uno de nosotros. No hay actores secundarios, Extremadura es una
obra coral y debemos conseguir que todos se sientan partícipes y responsables de su
presente y de su futuro.
Esa es la clave de REPENSAR EXTREMADURA. Ser lo suficientemente sabios para
dudar, reflexionar y rectificar tantas veces como sea necesario.
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La gente no espera de nosotros milagros. Sí espera de nosotros que hagamos que las
cosas funcionen y que la administración sea y esté para ayudarles en sus vidas.
Extremadura es una tierra emprendedora y no debemos consentir que ningún
proyecto se quede en el camino sin una respuesta. Ese reto es el gran reto.
Hemos cometido errores. Yo y el gobierno que presidí los primeros, pero podemos
positivar el error reconociéndolo, identificándolo para no confundirnos más. ¿Por qué
cuesta tanto reconocer que no somos infalibles?
El día que convirtamos en normal lo que a nivel de calle es normal, como dijo Adolfo
Suárez, nos acostumbraremos a reconocer en las ruedas de prensa los errores. No soy
un revolucionario, ya se sabe, pero creo necesaria la revolución hacia la normalidad.
Querida Extremadura, te convoco en nuestro día a que escribamos juntos un capítulo
esperanzador de nuestra vida y nuestro futuro. Tenemos la oportunidad,
aprovechémosla.
Un recuerdo muy especial para la Sierra de Gata, para sus habitantes y para la
solidaridad mostrada por todos.
Mi felicitación para quienes esta noche recibirán la Medalla de Extremadura: Base de
Talavera la Real, Elena Ayuso, Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País
de Badajoz, Asociaciones oncológicas y de lucha contra el Cáncer, Cáritas y Banco de
Alimentos.
Reivindico el trabajo solidario de los voluntarios que desde cualquier parte y de
manera anónima, trabajan por los demás. En el incendio de la Sierra de Gata hubo
muchos héroes anónimos que lo dieron todo, sin esperar a cambio ni una palmada en
la espalda. Desde aquí y en nombre de todos yo les envío un abrazo agradecido.
Destaco el protagonismo callado de quienes de manera anónima hacen bien su trabajo
y con él nos hacen mejores a todos.
Nuestro recuerdo desde Extremadura a los refugiados, a los que huyen buscando la
vida y se encuentran con la muerte, a los que han perdido la esperanza. Trabajemos
también por construir un mundo más humano, sostenible y habitable.
Feliz día para todos. Mañana desde Guadalupe, el corazón de Extremadura, diremos
todos juntos…
¡VIVA EXTREMADURA!
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