Introducción a la economía de la información y de las instituciones

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XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
XXVII. INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA DE LA INFORMACIÓN Y DE LAS INSTITUCIONES 1
La información privada es la información que tiene un agente que es desconocida o no verificable
por otros. Un ejemplo claro es la relación de preferencias de una persona. Dada su naturaleza, un
agente se convierte en un monopolista de su información privada, lo cual puede conducir a ciertos
tipos de ineficiencia.
1. Información privada: negociación bilateral del precio Tomemos el problema de comerciar un
objeto discreto. Inicialmente, el vendedor posee el objeto que lo valúa en el monto s. El comprador
lo valúa en b. Estos valores son desconocidos para la contraparte. Si el valor del comprador
excede al del vendedor, b>s, entonces podrán negociar a un precio intermedio p y ambos
quedarán en mejor situación. Un mecanismo de negociación debe determinar si habrá comercio y
si lo hay, a qué precio. Además puede descansar solamente en información proporcionada (tal vez
de forma indirecta) por el comprador y el vendedor.
Un método útil de modelizar estos mecanismos fue propuesto por John Harsanyi 2 . Su enfoque es
denominado modelo de juegos bayesianos. En semejante modelo, el comprador y el vendedor
actúan como si la naturaleza hiciera la primera jugada y asigna al comprador y al vendedor los
valores extraídos de una distribución de probabilidad conocida. Para cada negociador, entonces,
una estrategia es una función de su propia información (su valor) a una acción, según sean las
reglas del intercambio. Piensen como ejemplo una tirada de un mazo de cartas; los negociadores
deben estar preparados a actuar cualquiera sea la mano que les toque. Un equilibrio de BayesNash es en tal caso un equilibrio de Nash del juego bayesiano. Nos vamos a referir a las acciones
o jugadas de este juego llamándolas funciones de cotización, que son estrategias del juego. Voy a
usar la siguiente notación: β(b) es la cotización de un comprador que tiene asignado un valor b y
σ(s) será la cotización de un vendedor con valor asignado s.
Este modelo no deja de plantear problemas de interpretación. ¿Por qué un comprador que conoce
su valor formularía un plan de lo que haría si tuviera un valor diferente? Vamos a ignorar este tipo
de cuestiones, sobre las que ha sido escrito mucho. Para ser más concretos, supondremos que el
comprador cree que la naturaleza elige s de una función de distribución acumulada G, y que el
vendedor elige b de una distribución F. Es decir, el comprador cree que Prob[s≤t]=G(t) y el
vendedor que Prob [b≤t]=F(t). A fin de simplificar, supongamos que las distribuciones F y G tienen
un dominio común [0,1] y que son diferenciables continuamente; esto garantiza que se pueden
calcular las funciones de densidad. También supondremos que ambos, comprador y vendedor,
son neutros al riesgo, que precios y valores con comparables, y que b y s son independientes en
sentido estocástico 3 .
Comenzaremos analizando un mecanismo de precios particular de negociación, a saber la
cotización con sobre cerrado. En este mecanismo, cada comerciante somete una cotización por
escrito. Si la cotización del comprador β es más elevada que la del vendedor, σ, se realiza la
1
V. KC Border, “Private Information and Trade: An Introduction”, California Institute of Technology, Spring
2002; Ray Rees, “The Theory of Principal-Agent: Part 1”, Discussion Paper, Oct. 1984; Hal R. Varian,
Microeconomic Analysis, 3rd ed., Norton, 1978; Andreu Mas-Colell, Michael D. Whinston, & Jerry R. Green,
Microeconomic Theory, Oxford University Press, 1995; Oliver E. Williamson, “The New Institutional
Economics: Taking Stock, Looking Ahead”, Journal of Economic Literature, Vol. XXXVIII (September 2000).
2
Harsanyi, J. C. 1967-68 “Games of incomplete information played by “Bayesian” players”, Parts (I, II, and
III). Management Science 14.
3
Es decir, que Prob[s≤t∩b≤t] = Prob[s≤t]∩Prob[b≤t].
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negociación a un precio p=( β+ σ)/2 4 . En caso contrario, ambos se van y no retornan a comerciar
(es clave que ambos se vayan, porque en caso contrario la información revelada en sus
cotizaciones puede inducirlos a negociar, lo cual afectaría sus cotizaciones). Nos interesa
caracterizar a ambas funciones β y σ, siendo β(b) la cotización de un comprador con valor b y σ(s)
la de un vendedor con cotización s.
El pago de un comprador con valor b que no adquiere el objeto y por consiguiente no lo paga es
cero, en tanto que si lo adquiere al precio p, su pago será b-p. Otro tanto para el vendedor, si
retiene el objeto y no recibe ningún pago, en cuyo caso su pago es s, mientras que si vende el
objeto a un precio p su pago es simplemente p. Desde el punto de vista del comprador, que tiene
un valor b y ha realizado una cotización, su pago esperado será
β
[1]
π (b,β)= 0xProb[σ>β] + ∫0 (b – (β+σ)/2) x (densidad de σ) dσ
B
El pago esperado del vendedor cuando cotiza σ y tiene un valor s será:
∞
[2]
π (s,σ)= sx Prob[σ>β] + ∫σ (β+σ)/2 x (densidad de β) dβ
S
2. Funciones de densidad de las cotizaciones
Nuestro cometido es analizar ahora las funciones de densidad de β y σ. Supongan que el
vendedor usa una función de cotización σ creciente diferenciable 5 . Luego, para todo t, la
probabilidad de que σ≤t es exactamente G(σ-1(t)). Vamos a usar la función φ=σ-1 por comodidad.
Se tiene entonces que
[3]
Prob[σ≤t] = Prob[σ(s) ≤t] = Prob[s≤ σ-1(t)] = G(σ-1(t)) = G(φ(t)).
En consecuencia, la densidad de la cotización σ del vendedor es
[4]
d/dt Prob [σ≤t] = F[β-1(t)) = F(ψ(t)),
donde se definió a ψ=β-1 (suponiendo que β es creciente). Este problema tiene la función de
densidad F’(ψ(t)) ψ’(t).
3. Problemas de optimización del comprador y el vendedor
Llegamos así a la conclusión de que el pago esperado del comprador cuando cotiza β es:
β
[5]
∫0 (b -
β+σ
───) G’(φ(σ)) φ’(σ) dσ.
2
Un comprador inteligente elegirá β de forma de maximizar su pago. La condición de 1º orden es:
[6]
4
(b- β) G’(φ(σ)) φ’(σ) + ∫0β (-½) G’(φ(σ)) φ’(σ) dσ = 0
A este mecanismo de precios se lo conoce como partir la diferencia.
Esta hipótesis es razonable, y como verán hallaremos un equilibrio en el cual tanto σ como β son
funciones crecientes diferenciables, pero pueden existir equilibrios “patológicos”.
5
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Esta ecuación puede ser escrita así:
[7]
(b- β) G’(φ(σ)) φ’(σ) - ½ G(φ(β))= 0.
Pasemos ahora al problema de optimización del vendedor, que trata de elegir σ a fin de maximizar
su pago. Recordemos que se quedará con el bien si β< σ, por lo tanto cotizará y tendrá un pago
esperado igual a
[8]
sF(ψ(σ)) + ∫σ1 (β+σ)/2 F’(ψ(β)) ψ ‘ (β) dβ.
Es condición de 1º orden para un máximo con respecto a σ:
[9]
sF’(ψ(σ)) ψ’(σ) – σ F’(ψ(σ)) ψ’(σ) +
∫σ1 ½ F’(ψ(β)) ψ’(β) dβ = 0
o su equivalente,
[10]
(s-σ) F’(ψ(σ)) ψ’(σ) + ½ [1 – F(ψ(σ))] = 0.
4. Equilibrio
Ahora imponemos la condición de equilibrio, en el sentido de Bayes-Nash 6 . En la ecuación [7]
imponemos b= ψ(β), mientras que en la ecuación [10] hacemos s=φ(σ). Es decir que las funciones
de cotización son óptimas, dadas las funciones de cotización de los demás. En tal caso las
ecuaciones de 1º orden pueden escribirse de la forma siguiente:
[11]
(ψ(β) – β)G’(φ(β))φ’(β) - ½ G(φ(β)) = 0
(φ(σ) – σ)F’(ψ(σ))ψ’(σ) - ½ F(ψ(σ)) = - ½
Como estas ecuaciones deben ser válidas para todo β y todo σ se obtienen en definitiva dos
ecuaciones diferenciales que caracterizan al equilibrio. Se trata de un sistema de difícil resolución,
y tanto Border como yo ignoramos cómo hacerlo. Pero hay alternativas que nos pueden sacar del
atolladero, como suponer ciertas formas de la distribución, como el caso de la distribución
uniforme F(t)=G(t)=t en el segmento cerrado [0,1]. Llamando x a la variable muda,
(ψ(x) – x) φ’(x) - ½ φ(x) = 0
(φ(x) – x) ψ’(x) - ½ ψ(x) = - ½
Como este sistema debe ser válido para todo x, una simple inspección sugiere que las funciones
φ y ψ tienen que ser lineales 7 .
Luego vamos a escribir
[12]
6
ψ(x) = αx + δ,
φ(x) = γx + η
α>0
γ>0.
Un equilibrio de Nash bayesiano se define como un perfil de estrategias y de creencias de cada jugador
sobre cuál es el tipo a que pertenecen los otros jugadores, que maximiza el pago esperado de cada jugador
dadas sus creencias sobre los demás y las estrategias jugadas por los restantes jugadores. Si no se
imponen restricciones adicionales sobre las creencias de los jugadores, este tipo de soluciones tiende a
exhibir una gran abundancia de equilibrios en los juegos dinámicos, lo que hace del equilibrio de BayesNash una herramienta incompleta como para analizar los juegos dinámicos de información incompleta.
7
Otra alternativa consiste en probarlo mediante una expansión en serie de Taylor.
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Por consiguiente, se tiene que cumplir
(αx + δ – x)γ - ½ (γx +η) = 0
(γx + η – x)α - ½ (αx +δ) = - ½.
Reagrupando,
(αγ – 3/2 γ)x + (δγ - ½ η) = 0
(αγ - 3/2 α)x + (αη - ½ δ + ½) = 0.
Como este par de ecuaciones debe cumplirse para todo x, los cuatro coeficientes deben ser nulos.
Ello nos proporciona cuatro ecuaciones lineales en cuatro incógnitas α, γ, δ, η. La solución es la
siguiente:
b
α = 3/2
δ = - 1/8
γ = 3/2
η = - 3/8.
Recuerden que φ=σ-1 y que ψ=β-1. Por lo tanto,
b=3/2β – 1/8, luego β(b)=2/3b +1/12
s=3/2σ – 3/8, luego σ(s)=2/3s +1/4.
Cabe preguntarse: ¿da lugar este mecanismo a un
resultado eficiente? La eficiencia requiere que haya
comercio siempre que b>s. El comercio tiene lugar
siempre que β(b)>σ(s), es decir que
⅔b + 1/12>⅔s + ¼
s
Figura 1: s<b≤¼
es decir b>s+¼. Por consiguiente, el resultado es ineficiente siempre que s<b≤s+¼, como se
muestra en la zona intermedia de la Figura 1. La probabilidad de que ello suceda es 7/32.
5. El principio de revelación
Un mecanismo de negociación comienza estableciendo un juego bayesiano que especifica un
conjunto de acciones para cada negociador y una función de resultados. Llamemos B al conjunto
de acciones del comprador (en el juego de “partir la diferencia” B es el conjunto de cotizaciones
posibles.) Con S denotaré al conjunto de acciones del vendedor. El mecanismo especifica dos
funciones:
1
si el comprador consigue el bien
t(β,σ) = {
0
si el vendedor conserva el bien
p(β,σ) = pago del comprador al vendedor
con las restricciones de que β∈B es la acción elegida por el comprador, y σ∈S es la acción
elegida por el vendedor. Ahora definimos β*:b→β*(b) como la estrategia de equilibrio Bayes-Nash
del comprador. O sea que un comprador con valor b elige la acción β*(b) en equilibrio, y en forma
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similar σ*: s→σ*(s) como la estrategia de equilibrio del vendedor. Cuando los valores son b y s, el
comprador adquiere el bien si y solamente si t(β*(b),σ*(s))=1 y paga p(β*(b),σ*(s)). Ahora
consideren cualquier otro mecanismo donde B’ es el conjunto de valores del comprador y S’ el
conjunto de valores del vendedor. Las funciones de resultado las defino así:
t’(b,s) = g(β*(b),σ*(s))
p’(b,s)= p(β*(b),σ*(s)).
Como resulta de la definición de un equilibrio, una estrategia de equilibrio del comprador será
elegir la acción b si su valor es b, y para el vendedor será elegir s cuando su valor sea s. En otras
palabras, el primer mecanismo es equivalente a un mecanismo en el cual las acciones
corresponden a los valores y la elección de acciones de equilibrio consiste en elegir los valores
verdaderos. Esta observación es el famoso principio de revelación.
6. Un ejemplo
Supongan que Silvia tiene un automóvil que desearía vender a un posible comprador que
llamaremos Jorge. Silvia y Jorge valoran el automóvil. Silvia le asigna un valor x y Jorge un valor
y. (Es decir, Silvia estaría conforme con venderlo a un precio por encima de x pero preferiría
retenerlo a un precio por debajo de x, y a la inversa en el caso de Jorge.) Pueden ponerse de
acuerdo a un precio con el cual ambos ganen con la transacción, pero únicamente si el automóvil
es más valioso para Jorge que para Silvia (es decir, sólo si y>x). Para cada cual, la ganancia de
utilidad de la transacción es igual a la diferencia entre el precio acordado y el valor que cada cual
le asigna al automóvil. Si el precio acordado es p, la ganancia de utilidad de Silvia es p-x y la de
Jorge es y-p. La ganancia total del comercio es p-x+y-p=y-x. Si no hay comercio, ninguno obtiene
una ganancia de utilidad. Luego, trataremos de hallar un mecanismo con comercio si y solamente
si la valoración de Jorge es mayor que la de Silvia.
Ahora supongan que ni Jorge ni Silvia saben en cuánto el otro valora el automóvil, por lo cual sólo
disponen de información privada sobre su propia valoración. ¿Qué tipo de mecanismo podrían
utilizar para comerciar entre sí? Una posibilidad es que Silvia le haga a Jorge una oferta del tipo
“tómalo o déjalo”. Otra posibilidad es que tal oferta sea hecha por Jorge. Una tercera posibilidad
es lo que se llama una doble subasta, mecanismo por el cual ambas partes anuncian en forma
simultánea un precio al que están dispuestas a realizar la transacción, con la condición de que si
la oferta de Jorge excede a la de Silvia, comerciarán a un precio intermedio entre ambos precios
propuestos (o con arreglo a alguna otra regla pre-establecida).
Empero, ninguno de estos tres mecanismos tiene la propiedad de que siempre habrá comercio si
la valoración del comprador es mayor que la del vendedor. Por ejemplo, si Silvia hace una oferta
de tómalo o déjalo, estará en su interés fijar el precio por encima del valor que asigna al automóvil.
Si fija un precio exactamente igual a su propia valoración, no le importará si Jorge lo compra o no.
Si fija un precio levemente superior, obtendrá un mejor resultado – ganará algo si Jorge lo compra,
y no perderá nada si no lo hace. Por otra parte, Jorge aceptará su oferta sólo si el precio
propuesto es igual o menor al que él asigna al automóvil. Luego, aunque Silvia valore al automóvil
menos que Jorge, puede terminar proponiendo un precio mayor que el que Jorge está dispuesto a
pagar. Naturalmente, el argumento es análogo si es Jorge el que hace la oferta.
La subasta doble permitiría realizar todas las ganancias del intercambio si los comerciantes
cotizaran sinceramente con arreglo a su propia valoración privada, es decir si Silvia anunciara la
oferta p=x y Jorge la oferta p’=y, ya que entonces el comercio tendría lugar si y solamente si y
excede a x. Empero, Silvia y Jorge no cotizarán con arreglo a sus propias valoraciones, porque
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Silvia se beneficia cotizando por encima de su valoración (a fin de obtener un mejor precio) y
Jorge se beneficiará cotizando por debajo de su valoración (a fin de obtener un menor precio).
Para verificarlo, veamos el problema de Silvia. Si cotiza levemente por arriba de su valoración,
Silvia sabe que deja de lado la oportunidad de comerciar en caso de que su valoración sea
justamente igual a la cotización de Jorge. Pero Silvia no pierde virtualmente nada a causa del
comercio no realizado, porque (i) la pérdida en la probabilidad de comerciar es pequeña, y (ii) el
precio es virtualmente el mismo que la valoración de Silvia. Por otra parte, cuando la oferta de
Jorge excede sustancialmente a la de Silvia, la cotización más alta de Silvia queda por debajo de
la de Jorge. En estos casos aún hay transacción, y Silvia recibe un precio más elevado que si
hubiera cotizado en forma sincera. Esta ganancia (de primer orden) compensa la pérdida (de
segundo orden) del comercio no realizado.
El resultado se visualiza en el diagrama siguiente, siendo x la valoración de Silvia e y la de Jorge.
Idealmente, cuando y>x debería tener lugar el comercio, es decir en los puntos por encima de la
diagonal. Empero, en equilibrio el comercio tendrá lugar en un subconjunto de ese triángulo. Por
ejemplo, si Silvia y Jorge son extracciones aleatorias de una población que valora a los
automóviles de forma uniformemente distribuída entre cero y uno, y Silvia y Jorge utilizan
estrategias de cotización lineales (o sea, si sus cotizaciones son funciones lineales de sus
valoraciones), luego el mejor resultado posible en equilibrio es el comercio que tiene lugar en el
triángulo más pequeño. En otras palabras, hay comercio si y solamente si la valoración y de Jorge
excede a la valoración x de Silvia por una cierta cantidad positiva. (En el ejemplo, hay comercio si
y sólo si la valoración de Jorge excede a la de Silvia en un 20%).
y
1.0
0.8
0.6
Δ
0.4
0.2
0.0
x
0.0
0.2
0.4
0.6
0.8
1.0
La doble subasta descripta es formalmente idéntica a un mecanismo directo; a saber, un
mecanismo en que se le pregunta a cada agente que informe de su valoración del objeto a un
“centro”, y en el que hay transacción si y solamente si la valoración del vendedor excede a la del
comprador a un precio que se encuentra en el punto medio (o en otro punto pre-especificado)
entre las valoraciones anunciadas. Este mecanismo directo realizaría todas las ventajas del
comercio, y por consiguiente sería eficiente en sentido de Pareto (es decir, no existe ninguna otra
asignación que deje en mejor situación a ambos) si los agentes anunciaran sus valoraciones en
forma sincera. Sin embargo, debido a los motivos enunciados para la subasta doble, este
resultado no es incentivo compatible: el vendedor tiene un incentivo a inflar su valoración y el
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comprador un incentivo para bajarla. El reporte sincero de información privada es incompatible
con el equilibrio.
Este resultado es general. Laffont y Maskin en 1979 y Myerson y Satterthwaite en 1983 muestran
que no existen mecanismos directos incentivo compatibles con participación voluntaria que tengan
la propiedad de que hay comercio siempre que haya ganancias derivadas del mismo, o sea, y>x
en el ejemplo anterior. Por el principio de revelación, podemos inferir que ningún mecanismo
puede realizar todas las ventajas del comercio. En otros términos, en este ejemplo la eficiencia
clásica en sentido de Pareto es incompatible con la participación voluntaria y el comercio libre.
El ejemplo muestra por qué los mercados en general, y las subastas en particular, pueden ser
instituciones eficientes para la asignación de bienes privados. Empero, la eficiencia no implica que
una institución será elegida por aquellos que tengan el poder de hacerlo. En su lugar, esperamos
que la elección refleje los intereses del diseñador. Por fortuna, la teoría del diseño de mecanismos
puede ser utilizada también para analizar esas situaciones explicando qué mecanismos serán
preferidos por vendedores y compradores (menúes de ofertas de precios, paquetes de productos,
subastas, etc.) facilitando así una teoría de por qué emergen ciertas instituciones de mercado.
Myerson en 1981 y Maskin y Riley en 1984 produjeron trabajos en esta dirección.
El estudio de las instituciones óptimas de comercio es una aplicación importante, pero la teoría del
diseño de mecanismos tiene un ámbito mucho más amplio, y ha sido utilizada para agudizar el
análisis de muchas otras cuestiones de las ciencias económica y política. Por ejemplo, la teoría
abarca un análisis sofisticado de instituciones para la provisión de bienes públicos, de
modalidades de regulación óptimas, y de esquemas de votación.
7. El concepto de mecanismo
Leonid Hurwicz (1960) definió un “mecanismo” como un juego en el cual los participantes se
envían mensajes entre sí y/o a un “centro de mensajes”, y una regla preestablecida fija un
resultado (por ejemplo una asignación de bienes y servicios) según sea la colección de mensajes
recibidos. Para supuestos dados sobre las preferencias y creencias de los participantes, cada
regla induce uno o más resultados predichos – o equilibrios. Así, los equilibrios asociados con los
mercados e instituciones semejantes pueden ser comparados con los de una gran colección de
instituciones comerciales alternativas. En 1972, Hurwicz introdujo otra noción clave que resultó
desempeñar un papel central en desarrollos posteriores, la de compatibilidad con los incentivos
(ver punto 10).
En los años ’70, la formulación del principio de revelación y el desarrollo de la teoría de la
implementación condujeron a grandes avances en la teoría del diseño de mecanismos. El primero
plantea que el investigador, al buscar el mejor mecanismo posible para resolver un problema
dado, puede limitarse a considerar sólo un pequeño subconjunto de mecanismos, los llamados
mecanismos directos que satisfacen la condición de Hurwicz de compatibilidad con los incentivos.
Los mecanismos directos no están pensados como descripciones de instituciones del mundo real,
pero su estructura matemática los torna de análisis más sencillo. A menudo, es sencillo hallar cuál
es el mejor mecanismo directo para un problema dado. Una vez logrado esto, el investigador
puede “traducir en reverso” ese mecanismo en uno más realista. Por medio de este procedimiento
indirecto, los investigadores han sido capaces de resolver problemas de diseño institucional que
hubieran sido intratables de otro modo. Myerson desarrolló el principio en su máxima generalidad
y fue uno de los pioneros en aplicarlo a problemas económicos específicos, tales como las
subastas y la regulación.
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El principio de revelación ha transformado el análisis de los mecanismos económicos, pero
subsiste un problema. En muchos casos, un mecanismo admite varios equilibrios diferentes 8 .
Aún si el mejor resultado es alcanzado en un equilibrio, pueden existir otros equilibrios inferiores.
Por ejemplo, las subastas dobles usuales suelen tener varios equilibrios, algunos de los cuales
tienen asociados niveles muy reducidos de transacciones. ¿Puede diseñarse un mecanismo tal
que todos sus equilibrios sean óptimos? Eric Maskin obtuvo la primera solución general a este
problema en 1977, dando lugar a la teoría de la implementación, concepto clave de la teoría del
diseño de mecanismos.
8. Selección adversa
Este término es utilizado en economía, la teoría del seguro, la estadística y en la administración de
riesgo como un sinónimo de anti-selección, o de selección negativa. A un nivel abstracto, se
refiere a un proceso de mercado en el que tienen lugar resultados “malos” cuando compradores y
vendedores tienen información asimétrica: es más probable que los compradores elijan los
“malos” productos. Las dos maneras de modelizar la selección adversa son mediante los juegos
de señalización y los juegos de exploración. El término “selección adversa” tuvo origen en la
actividad aseguradora. Describe una situación en la cual como consecuencia de tener información
privada, es más probable que el asegurado sufra una pérdida que el no asegurado.
Un ejemplo típico es el de una población con dos grupos, los fumadores y los no fumadores. Un
asegurador que vende pólizas de sefuro de vida no puede establecer una diferencia entre cuál es
cuál, de manera que todos terminan pagando la misma prima por la póliza. En promedio, es
probable que los no fumadores vivan más tiempo que los fumadores, que en promedio morirán a
una edad más temprana. Luego la póliza de vida es un mejor negocio para los fumadores. Como
la compañía de seguros anticipa o descubre una tasa de mortalidad de los tenedores de póliza del
grupo combinado que resulta superior a la de la población en general, fijará las primas de los
seguros teniendo en cuenta esta información. De lo cual resulta que los no fumadores tienen una
tendencia a no asegurarse (ya que las primas son justas). Empero, sí lo harían bajo condiciones
que fueran justas en términos actuariales, dadas sus características. Luego hay presente un
“fracaso del mercado”. Más aún, como resultado de las primas más altas, no solamente
cancelarán sus pólizas algunos no fumadores que no desean pagar las primas más elevadas y
quedarán sin seguro, sino también algunos fumadores que no pueden pagar las primas elevadas
también. Como la compañía de seguros tiene costos fijos, deberá distribuirlos entre un número
inferior de productos. Lo que resultará en una reducción de los beneficios o en pérdidas reales
que obligarán a la compañía de seguros a elevar una vez más las primas.
Esto conducirá a que haya más no fumadores y fumadores que no puedan pagarlas y decidan
cancelar los seguros. Este círculo vicioso continuará hasta que la compañía se vaya del mercado
y ninguno pueda obtener un seguro. En los primeros tiempos de los seguros de vida, la selección
adversa obligó a muchas compañías de seguros a abandonar el mercado, hasta que los actuarios
de seguros de vida aprendieron a compensar la selección adversa y fueron creados
procedimientos de underwriting 9 para minimizar la selección adversa.
8
El equilibrio es alcanzado cuando todos los participantes en el mecanismo envían un mensaje que resulta
de su propio mejor interés. Más precisamente, un equilibrio es un conjunto de mensajes, uno por cada
participante, tales que cada participante envía un mensaje que maximiza su propia función objetivo, dados
los mensajes de los restantes agentes.
9
El underwriting es el proceso usado por un gran proveedor de servicios financieros (un banco, una
aseguradora, un banco hipotecario) mediante el cual se evalúa si un cliente es elegible para recibir un
producto (ya sea capital accionario, un seguro, una hipoteca o un crédito). Tuvo origen en el mercado de
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833
Es una cuestión abierta si hay ejemplos de este tipo. Los fumadores tienden a exhibir en general
una conducta temeraria, y muestran escasa inclinación a asegurarse. O también tienden a negar
los riesgos sin reconocer su mortalidad incremental. Si el asegurado tiene una situación de menor
riesgo que el no asegurado, se habla de selección ventajosa.
8.1 Información asimétrica
El seguro no es rentable cuando el comprador tiene un mejor conocimiento de su riesgo que el
vendedor. Primas fijadas de acuerdo con el riesgo promedio no serán suficientes para cubrir los
reclamos, dado que los compradores serán seleccionados por su riesgo elevado (será improbable
que los compradores de bajo riesgo adquieran seguro.) 10 . El caso típico para que exista selección
adversa es una asimetría de información – la gente que compra seguro sabe si son o no
fumadores, mientras que la compañía de seguros lo ignora. Si la compañía lo supiera, lo que
podría hacer es fijar un costo diferente para cada grupo y entonces no habría selección adversa.
Empero, hay otras situaciones que pueden dar lugar a selección adversa aunque no exista
asimetría de información. Por ejemplo, en algunos estados de EE.UU. se obliga a que las
compañías aseguradoras provean seguros de salud a todo el que lo requiera al mismo costo. En
este caso puede no existir una asimetría de información: la compañía puede llegar a saber quién
es y quién no es un fumador, pero como a la aseguradora no se le permite tomar en cuenta esta
información existe una asimetría “virtual” de información.
El Mercado Bursátil En este caso, el riesgo de selección adversa radica en hacer un negocio con
gente que no se conoce. Éste es uno de los “fracasos de mercado” asociados con las acciones (El
otro es el riesgo moral.) Puede haber un problema de selección adversa cuando hay ínformación
asimétrica entre el comprador y el vendedor, si un agente bursátil tiene mejor información o más
seguros de Lloyd’s de Londres. Los banqueros financistas, que aceptaban soportar parte del riesgo de un
emprendimiento (históricamente, un viaje marítimo con riesgo de naufragar) a cambio de una prima,
escribían literalmente sus nombres por debajo de la información del riesgo en un papelito del Lloyd’s. En
Argentina ha sido una práctica común desde la década de 1990 la emisión de deuda (títulos públicos
nacionales) con la actuación del underwriter, que es una entidad financiera, banco de inversión o agente
bursátil, que a través de un contrato de "underwriter" celebrado con el emisor coloca los títulos valores
mediante oferta pública o privada. En el caso de oferta pública el underwriter suscribe los títulos para
revenderlos o bien conservarlos en su cartera, en tanto que mediante oferta privada actúa como
intermediario. La actuación del underwriter presupone de su parte un conocimiento especializado que le
permitirá realizar una ingeniería financiera, a partir de un estudio del mercado que favorezca la colocación
de los títulos.
10
The Economist define la selección adversa así: “Hay dos tipos de fracasos del mercado asociados con el
seguro. Uno es negociar con gente que sería mejor evitar. El otro es el riesgo moral [ver página 834]. La
selección adversa puede ser un problema cuando hay asimetría de información entre el comprador del
seguro y el vendedor; en particular, el seguro no será rentable si los compradores están mejor informados
sobre su riesgo de reclamo que los vendedores. Idealmente las primas deberían ser fijadas de tal manera
que cubran el riesgo de una persona elegida al azar de la porción asegurada de la población (p.ej. los
hombres fumadores mayores de 55 años). En la práctica, esto significa el riesgo promedio de ese grupo.
Con selección adversa, los que saben que tienen un mayor riesgo de reclamo que el promedio del grupo
adquirirán el seguro, en tanto que los que tengan un riesgo inferior no serán suficientes como para cubrir los
pagos reclamados que surgirán eventualmente, porque entre los que compraron la póliza habrá un mayor
número de quienes tienen riesgos superiores que los demás. Subir la prima tampoco resuelve el problema,
porque a medida que suba, la política de asegurarse resultará menos atrayente para más gente que sabe
que tiene menor riesgo de reclamar un pago monetario. Una forma de reducir el problema de selección
adversa es obligar a la adquisición de seguros obligatorios, de modo que todos aquellos cuyos seguros
tienen un costo según el riesgo promedio sean incapaces de exceptuarse.”
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
834
completa (sobre lo que están haciendo otros agentes, sobre el libro completo de negociaciones de
una acción, etc.) que el promedio, lo que dará como resultado una prima asimétrica para el
comprador o el vendedor. Si el comprador tiene mejor información que el vendedor (o a la
inversa), la negociación puede tener lugar a un precio más bajo (alto) que el que tendría lugar en
otra situación.
Con selección adversa, la gente que sabe que hay una probabilidad superior a la media de que un
precio determinado cambie (con respecto al inversor promedio del grupo) hará el negocio,
mientras que los que saben que hay una probabilidad inferior a la media de que el precio cambie
pueden decidir que les resultará demasiado costoso negociar, y no lo harán. Por consiguiente, los
inversores “mejor informados” obtendrán una ventaja de negociación (o sea, una prima) sobre los
demás. Una fuente habitual de selección adversa del mercado bursátil es la negociación
confidencial, donde una persona o un agente que pertenece a una empresa o un director, o una
persona vinculada, negocia basándose en información material que no es pública obtenida cuando
esta persona actuó dentro de la empresa, o que también malversó. En muchos casos este
problema se trata de resolver ilegalizando este tipo de prácticas.
9. Riesgo moral y teoría del principal-agente
El riesgo moral es la expectativa de que una parte aislada del riesgo se comporte de forma distinta
de lo que lo haría si estuviera plenamente expuesta al riesgo 11 . El riesgo moral surge porque un
individuo o institución no está expuesta a las plenas consecuencias de sus acciones, y por
consiguiente tiene una tendencia a actuar de modo menos cuidadoso, sometiendo a la otra parte a
soportar alguna responsabilidad por las consecuencias de sus acciones. Por ejemplo, un individuo
con seguro de robo de su automóvil puede ser menos vigilante en cerrar su auto, porque las
consecuencias negativas del robo de su automóvil son (parcialmente) soportadas por una
compañía de seguros. El riesgo moral está vinculado con la asimetría de la información – situación
en la que una parte de una transacción tiene más información que la otra parte. La parte aislada
del riesgo en general tiene más información sobre sus acciones e intenciones que la parte que
paga por las consecuencias negativas del riesgo. Más generalmente, el riesgo moral se produce
cuando la parte que tiene más información sobre sus acciones o intenciones tiene una tendencia o
incentivo a comportarse en forma no apropiada desde el punto de vista de la parte peor informada.
Un caso especial de riesgo moral es el llamado problema del principal-agente, cuando una parte
(el agente) actúa por cuenta de otra (el principal). Habitualmente el agente tiene más información
sobre sus acciones o intenciones que la que tiene el principal, porque este último no puede vigilar
sino de manera imperfecta al agente. El agente puede tener un incentivo a actuar en forma no
apropiada (desde el punto de vista del principal) si los intereses del agente y del principal no están
alineados.
Aplicaciones en Finanzas El rescate financiero de instituciones de préstamo por los gobiernos, los
bancos centrales u otras instituciones puede alentar a realizar préstamos riesgosos en el futuro, si
11
De acuerdo con Dembe, Allard E. and Boden, Leslie I. (2000). "Moral Hazard: A Question of Morality?"
New Solutions, 2000 10(3), este término se remonta a los 1600, y fue utilizado por las compañías de
seguros inglesas hacia fnes de 1800. Antiguamente el término tenía connotaciones negativas, que
implicaban una conducta fraudulenta o inmoral, habitualmente de una parte no asegurada. Dembe y Boden
subrayan, empero, que eminentes matemáticos que estudiaron la toma de decisiones en los 1700 utilizaron
el término “moral” en lugar de “subjetivo” y desde entonces quedó oculto el verdadero significado ético del
término. A partir de los años 1960 el conceto de riesgo moral fue re-estudiado y a partir de ese momento
quedó vacío de cualquier implicancia de conducta inmoral o fraude; los economistas lo utilizan para describir
las ineficiencias que pueden ocurrir cuando los riesgos son transferidos – no la ética o la moral.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
835
los que asumen estos riesgos llegan a creer que no deberán enfrentar el costo pleno de sus
pérdidas. Las instituciones de préstamo asumen riesgos al hacer préstamos, y habitualmente los
préstamos más riesgosos tienen un elevado potencial de retorno. Surge el riesgo moral si las
instituciones prestamistas creen que pueden otorgar préstamos riesgosos generosamente si la
inversión tiene un buen resultado, pero que alguien vendrá a rescatarlas si las inversiones son
malas. A menudo, contribuyentes, depositantes y otros acreedores han tenido que echarse al
hombro parte del costo de decisiones financieras riesgosas hechas por las instituciones de
préstamo 12 .
El riesgo moral también sucede con los prestatarios, que pueden actuar imprudentemente (según
la opinión del prestamista) cuando invierten o gastan los fondos imprudentemente. Por ejemplo,
las empresas de tarjetas de crédito fijan un límite al monto que puede ser gastado por sus
prestatarios al usar las tarjetas, porque de no existir tales límites estos prestatarios podrían gastar
los fondos de manera imprudente, llegando al default.
Hay gente que piensa que los estándares hipotecarios en EE.UU. se hicieron poco estrictos a
causa de un riesgo moral – en el que cada eslabón de la cadena hipotecaria tenía beneficios
creyendo que no había riesgos – y que todo esto contribuyó a la crisis hipotecaria subprime de
2007-2008 13 . Los corredores y agentes, que no prestaban su propio dinero, empujaron el riesgo
del lado de los prestamistas. Éstos, que vendieron hipotecas luego de hacer su underwriting,
empujaron el riesgo hacia los inversores. Los bancos de inversión compraron hipotecas y cortaron
en pedacitos obligaciones respaldadas por hipotecas, algunas más riesgosas que otras. Los
inversores compraron las obligaciones y se cubrieron contra el riesgo de default y de prepago,
empujando estos riesgos todavía más lejos. En un escenario puramente capitalista, el último que
se queda con el riesgo – como en un juego de “sillas musicales” – es el que enfrenta las pérdidas
potenciales. Empero, en la crisis 2007-2008 subprime, fueron las autoridades de crédito
nacionales – en EE.UU, el FED – las que asumieron los riesgos últimos en nombre de toda la
ciudadanía. Esto condujo a una honda preocupación sobre el crecimiento del bienestar de las
empresas, o fascismo económico (corporativismo), dadas las grandes transferencias potenciales
de riqueza a inversores en términos de obligaciones respaldadas por hipotecas 14 .
En los mercados de seguros, el riesgo moral se produce cuando la conducta de la parte
asegurada cambia de manera de elevar los costos al asegurador, dado que la parte asegurada ya
no soporta los costos plenos de esa conducta.
Aquí hay dos tipos de conducta que pueden cambiar. Una es el comportamiento riesgoso
propiamente dicho, que da como resultado lo que se llama riesgo moral ex ante. En este caso, las
partes aseguradas se conducen de manera más arriesgada, lo que da como resultado más
consecuencias negativas que las que el asegurador puede pagar. Por ejemplo, imaginen que
después de comprar un seguro por un automóvil, algunos manifiestan una tendencia a ser menos
cuidadosos en cerrar bien el automóvil o a manejar por más tiempo, aumentando el riesgo de robo
o de un accidente para el asegurador. Después de comprar seguro contra incendios, a veces la
gente es menos cuidadosa en impedir los incendios (por ejemplo, fumando en la cama o no
cambiando las baterías gastadas de su alarma contra incendios).
Otra conducta que puede cambiar es la reacción a las consecuencias negativas del riesgo una vez
que éste ha sido incurrido y el seguro provisto para cubrir sus costos, llamado riesgo moral ex
12
V. Summers, Lawrence (2007-09-23). "Beware moral hazard fundamentalists". Financial Times.
Holden Lewis (2007-04-18). "'Moral hazard' helps shape mortgage mess". Bankrate.com.
14
"Bailout of Wall Street is Economic Fascism". reuters.com (2008-09-24).
13
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
836
post. En tal caso, la parte asegurada no se conduce de modo más arriesgado resultante en más
consecuencias negativas, pero demanda al asegurador que le pague más que las consecuencias
negativas del riesgo a medida que se amplía la cobertura del seguro. Por ejemplo, sin seguro
médico, alguien puede evitar el tratamiento médico debido a su costo y conformarse simplemente
con un nivel subestándar de salud. Pero luego de comprar el seguro médico, podría reclamar al
proveedor del seguro que pague el costo del tratamiento médico que no hubiera tenido lugar sin el
seguro.
Hay veces en que el riesgo moral es tan agudo que torna imposible asegurarse. Los deportistas
querrían asegurarse en contra de perder un partido, y a los estudiantes les gustaría que les
paguen si sus exámenes son malos. Pero en presencia del seguro, los jugadores no pondrían
“todo lo que hay que poner para ganar el partido” - ¿por qué arriesgarse a tener una lesión? – y
los estudiantes tendrían un gran incentivo a estudiar menos.
La presencia de deducciones, el copago y el coseguro 15 reducen la incidencia del riesgo moral ya
que el asegurado tiene un incentivo financiero a evitar realizar un reclamo 16 .
10. Teoría fundamental de las instituciones: compatibilidad con los incentivos
Hacia principios del siglo veinte, teóricos de la economía tanto de la izquierda como de la derecha
(Barone en 1908, von Mises en 1920, Lange en 1938, von Hayek en 1935) discutieron si una
reforma de las instituciones económicas es posible sin que haya pérdidas de eficiencia
económica. Su debate sin conclusiones indiscutibles demostró que la estructura del análisis
económico existente por entonces no resultaba adecuada para formalizar los fuertes convicciones
que había de cada lado sobre este argumento vital. A fin de efectuar una comparación analítica de
formas fundamentalmente diferentes de organización económica, se requería una estructura
teórica nueva más general. Hayek 17 sostuvo que la clave para esta nueva teoría económica
debería ser el reconocimiento de que toda institución económica debe estar al servicio de
comunicar información dispersa a lo largo y a lo ancho de todo el sistema sobre los deseos y los
recursos de los diferentes individuos de la sociedad. Con esta perspectiva, las distintas
instituciones económicas no serían ni más ni menos que mecanismos de comunicación.
Hayek sostuvo también que en su tiempo los economistas matemáticos habían sido culpables de
subestimar la importancia de la comunicación en los sistemas de mercado. Mas en este punto
podemos discrepar, porque las reformas sociales fundamentales requieren de una teoría social
fundamental, y para ello la generalidad abstracta de las matemáticas debería ser particularmente
útil. El fracaso que percibió Hayek no debe ser atribuído a los modelos matemáticos per se, sino
que es una evidencia de que se requieren modelos matemáticos fundamentalmente diferentes.
Fue Leo Hurwicz uno de los economistas matemáticos que aceptó este desafío en un campo en el
que fue un líder.
Leonid Hurwicz a través de sus trabajos ha demostrado cómo los modelos de la economía
matemática pueden facilitar una estructura general para analizar distintas instituciones
económicas, como el capitalismo y el socialismo, en términos de mecanismos para coordinar a los
15
El copago es la diferencia entre el valor cobrado por las prestaciones cubiertas por el plan de salud
pactado y la bonificación efectiva que otorga dicho plan. El coseguro es el monto que le corresponde pagar
al afiliado. Corresponde al porcentaje aplicado, sobre un valor máximo establecido por el asegurador, a una
determinada prestación. Éste queda a cargo del afiliado.
16
Para un tratamiento más profundo desde el punto de vista académico, v. Arrow, Kenneth (1963).
"Uncertainty and the Welfare Economics of Medical Care". American Economic Review 53 (5).
17
Friedrich A. Hayek, (1945), “The Use of Knowledge in Society”, American Economic Review 35.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
837
individuos de una sociedad. Hurwicz señaló en 1973 que, hacia fines del siglo XIX, los
institucionalistas eran renuentes a utilizar los métodos matemáticos. Esto hoy ha cambiado, a
partir de que Hurwicz fijara un estándar para los economistas matemáticos de estudiar las
instituciones como mecanismos de coordinación.
El giro lo introdujo al formular el concepto de compatibilidad con los incentivos en 1972. La Teoría
de la Compatibilidad de Incentivos que desarrolló cambió el modo de pensar de los economistas
sobre los resultados, explicando por qué las economías de planificación central pueden fallar y
cómo los incentivos individuales pueden constituir una gran diferencia a la hora de tomar
decisiones. Este concepto de compatibilidad de incentivos alude a un proceso en el que todos los
participantes salen beneficiados cuando revelan de forma honesta las informaciones privadas que
se les solicita. Ha sido de especial utilidad para comprender las situaciones de información
asimétrica y para diseñar mecanismos (como las stock options) que permitan compatibilizar los
intereses de los propietarios y de los gerentes de las empresas.
10.1 Un antiguo debate y una nueva estructura teórica
Von Mises (1920) en la polémica en contra de los sueños ingenuos sobre un paraíso socialista,
había argumentado que los precios de un equilibrio de mercados competitivos son necesarios
para la eficiente asignación de los recursos. En contra de esta argumentación, Barone (1908) y
Lange (1938) no veían ningún motivo por el cual los administradores socialistas no pudieran ser
igualmente coordinados mediante índices de valor fijados por un Ministro socialista de
Planeamiento. Mises (1920) y Hayek (1935) expresaron un profundo escepticismo sobre la
factibilidad de un planeamiento central de este tipo sin precios competitivos libres, pero su
argumentación permaneció en gran medida informal, concentrándose en la cuestión de que el
problema de asignación de recursos era extremadamente complejo y, por consiguiente, intratable.
Es difícil ser convincente argumentando que un problema es intratable. Después de todo, si la
economía es demasiado compleja para ser analizada, ¿cómo podemos estar seguros de que el
mercado competitivo hallará una solución eficiente, o de que un planificador socialista no lo hará?
Para tener un argumento convincente, se requería tener un modelo simplificado en el que el
socialismo (definido en forma apropiada) resultara menos eficiente que el capitalismo.
Por supuesto, en el siglo XX se percibió una evidencia creciente del éxito económico del
capitalismo y del fracaso económico del socialismo, pero a la hora de formular una teoría no
debería dejarse de lado una buena pregunta simplemente porque parece existir evidencia para
responderla de manera empírica. Si nuestras teorías no proporcionan una respuesta adecuada,
deberíamos continuar trabajando para desarrollar teorías que sí lo hagan, porque siempre se
pueden proponer nuevas estructuras institucionales que no se corresponden exactamente con
aquellas para las cuales sí disponemos de datos. Si carecemos de una teoría general sobre por
qué razones el socialismo debería fracasar, luego no tendremos forma de decir que un éxito
mayor no podría ser alcanzado por un nuevo tipo de socialismo distinto de los socialismos que
hemos visto en el pasado.
Hoy tenemos una idea bastante poderosa de lo que faltaba en los antiguos debates. Los antiguos
economistas podían hacer modelos de las restricciones de recursos, pero no de las restricciones
de incentivos. Hayek y otros dieron argumentos verbales que demuestran que eran conscientes
de los problemas de incentivos, pero sus argumentos eran retóricos y sin un fuerte soporte lógico
al carecer de una estructura general para el análisis de los incentivos.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
838
En particular, en 1954 Samuelson había mostrado que no existe mecanismo factible que garantice
una asignación eficiente de los bienes públicos, porque pedirle a alguien que pague por los bienes
públicos según los beneficios que él recibe da lugar a un incentivo para tergiversar sus beneficios.
Esta observación pareció consistente con la opinión general de que la eficiencia sólo puede ser
hallada en los mercados competitivos de los bienes privados. Pero al formalizar este argumento,
Hurwicz 18 encontró que el mismo problema surge en la asignación de bienes privados, una vez
que se dejan de lado los supuestos requeridos para la competencia perfecta. Lo que demostró fue
que, con un número finito de individuos, no hay mecanismo que resulte compatible con los
incentivos que garantice una asignación Pareto-óptima al menos tan buena como la autarquía (es
decir, la ausencia total de comercio) para cualquier combinación de preferencias individuales de
una clase muy amplia. Entonces introdujo el concepto de compatibilidad con los incentivos.
Este concepto tuvo un rápido desarrollo a partir de Hurwicz. Se ha llegado a entender que hay dos
tipos de restricciones de incentivos en todo problema general de coordinación social: las
restricciones de incentivos de información que dan cabida a los problemas de selección adversa
de juntar la información dispersa, y las restricciones estratégicas de incentivos que formalizan los
problemas de riesgo moral de controlar la actividad descentralizada. Tal como Hayek había
enfatizado en The Use of Knowledge in Society un plan económico debe hacer uso de información
descentralizada que los diferentes individuos tienen sobre sus recursos y preferencias. Porque si
un individuo tuviera que revelar información que podría ser usada en contra de sus intereses no lo
haría, y este tipo de problemas de selección adversa son formalizados en los modelos
económicos por medio de restricciones de incentivos de información. Pero los planes deben ser
implementados mediante acciones descentralizadas de muchos individuos distintos, y surge el
problema de lograr que los individuos acepten una guía y una dirección adecuadas cuando tienen
incentivos estratégicos en conflicto. No puede esperarse que un individuo evite tener una
conducta oportunista que le permitiría tener más (el error de muchos partidos políticos es ignorar
este dato de la realidad), y éstos son problemas de riesgo moral formalizados en los modelos
económicos mediante restricciones estratégicas de incentivos.
Luego tenemos que, mientras que los antiguos debates sobre el socialismo tenían lugar en una
época en que los modelos económicos sólo tomaban en cuenta las restricciones de recursos,
ahora se ha ampliado el alcance del análisis económico de forma de considerar también las
restricciones de incentivos de información y las estratégicas de incentivos. Si los argumentos
intuitivos de Hayek y Mises tenían alguna validez, ahora somos capaces de proporcionar una
mejor formulación en términos de un enfoque “incentivista”. Mises consideraba que el problema
esencial radicaba en la asignación socialista del capital, ya que la propiedad estatal de los medios
de producción implica la carencia de mercados de capital. Este tipo de cuestiones sobre los
mecanismos de asignar el capital constituyen un tópico de las finanzas corporativas. Por ejemplo,
Jean Tirole ha desarrollado en Theory of Finance (2006) toda una gama de modelos que tratan la
aplicación del diseño de mecanismos a las finanzas corporativas. Estos modelos contemplan el
riesgo moral y la selección adversa, cuya comparación sugiere que, al investigar los fundamentos
lógicos de las instituciones sociales, los primeros pueden ser más fundamentales que los de
selección adversa. Los problemas de motivar acciones ocultas de los agentes pueden explicar por
qué las instituciones eficientes otorgan a los individuos derechos de propiedad, dado que como
propietarios de estos derechos estarán más motivados a mantenerlos. Pero los derechos de
propiedad también otorgan a la gente distintos intereses creados, lo que puede complicar que
compartan su información con otros individuos. Por ese motivo, la selección adversa podría no
llegar a ser tan problemática si no existiera el riesgo moral. El socialismo difiere del capitalismo en
permitir menores derechos de propiedad a los individuos, pero el riesgo moral proporciona la
18
En “On Informationally decentralized systems”, 1972, op. cit.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
839
racionalidad de que algunos derechos de propiedad estén vigentes aún bajo el socialismo. Los
problemas de selección adversa pueden ser importantes tanto en el socialismo como en el
capitalismo.
En términos más generales, aún en caso de que el análisis de incentivos y de otros modelos de
selección adversa no develen una desventaja real del socialismo, pueden ayudar a apreciar que
sus supuestas ventajas pueden ser menores que lo sostenido por sus defensores al fallar en
reconocer la posibilidad de una distorsión oportunista en otros sistemas distintos al capitalismo. El
análisis del diseño de mecanismos con restricciones de incentivos de información nos ha
enseñado que a los individuos que tienen información privada única debe permitírseles tener
rentas de información en un mecanismo eficiente. Pero como marco conceptual, el diseño de
mecanismos puede aplicarse tanto a instituciones capitalistas como socialistas, y por consiguiente
nos puede ayudar a apreciar al administrador de un monopolio socialista con información privada
sobre sus costos de producción (y que puede desviar los beneficios no auditados) extrayendo
rentas de su información semejantes en lo esencial a los beneficios del monopolio en el
capitalismo. Recíprocamente, los beneficios de un monopolio capitalista podrían ser regulados si
sus costos fueran públicamente conocidos, y puede que sea la información privada del
monopolista sobre sus costos lo que le permite esquivar esa regulación. Luego, el diseño de
mecanismos nos enseña que disponer de múltiples fuentes de oferta puede resultar tan
importante bajo el socialismo como lo es bajo el capitalismo. La planificación soviética puede
haber sufrido al fallar en reconocer estos beneficios de descentralización de la información.
10.2 Una teoría general de las instituciones en juegos más amplios
Remedando a Juvenal (“Sed quis custodiet ipsos custodes?”, Liber secundus, Satura VI, líneas
347–8, p. 325, in D. Junii Juvenalis Saturarum Libri V) Hurwicz se preguntó But Who Will Guard
the Guardians (1998) y señala que Juvenal, en realidad, no trataba un asunto de política o de
estado, sino que buscaba convencer a un amigo de que casarse no es cometer una locura, de que
uno no debe confiar en las mujeres, y de que mantenerlas encerradas bajo guardia no es una
solución – porque tampoco se puede confiar en los guardias. Recuerda que Platón, en La
República, también había discutido los estándares técnicos apropiados que debían tener los
guardias de la ciudad-estado, de entre los cuales sería elegido el mejor para actuar como
conductor, dentro del contexto de la estructura ideal de gobierno. Llevado a tiempos
contemporáneos, tenemos las cuestiones de cómo deben ser construídas las instituciones y de
cómo deben ser aplicadas las reglas institucionales. Nos encontramos aquí en el corazón de un
problema estratégico con restricciones estratégicas de incentivos. Utilizando teoría de los juegos,
sea N el conjunto de jugadores, Ci el conjunto de estrategias del jugador i, y Ui(c) el pago de
utilidad recibido por el jugador i si es jugado el perfil estratégico cЄC = XjЄN Cj. Es usual que para
un teórico de los juegos las instituciones sean juegos. Pero las instituciones (o arreglos
institucionales) no contemplan una especificación de las preferencias individuales. Gibbard
especificó una forma de juego que puede en este caso ser aplicada a una institución, dado que
sólo requiere especificar el número de jugadores N, los conjuntos de estrategias Ci para cada
jugador i, y una función de resultado Θ: C→Y, que define cómo dependen los resultados en algún
conjunto Y de las estrategias jugadas. Estas formas de juego son los mecanismos en el sentido de
Hurwicz. A fin de analizarlas, sin embargo, necesitamos especificar las preferencias de cada
jugador i sobre los resultados mediante una función de utilidad ui: Y→R definida sobre el conjunto
de resultados Y. Por medio de estas funciones de utilidad basadas en los resultados, podremos
definir las funciones de utilidad basadas en las estrategias Ui(c)=ui(Θ(c)) que completan la
estructura de la forma de juego estratégica correspondiente a la institución una vez que están
dadas las preferencias.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
840
Cuando nos preguntamos acerca de cómo se establece una institución, nos vemos obligados a
alojarla en algún juego más amplio. Por ejemplo, si dos personas juegan al ajedrez, cada una
podría tomar físicamente al rey del contrario en cualquier momento, pero es disuadido de hacerlo
por medio de jugadas ilegales que le podrían causar daño a su reputación en el juego más amplio
de la vida. Por consiguiente, el juego de ajedrez está inmerso dentro de un equilibrio de reputación
en un juego fundamental más amplio. Pero si decimos que “los juegos son equilibrios de juegos
más amplios” no estaremos en lo cierto, porque si el ajedrez estuviera inmerso como equilibrio en
el juego de la vida, ese equilibrio debería especificar cada estrategia de cada jugador dentro del
juego de ajedrez.
Siguiendo a Hurwicz, en ese artículo explica que, si nuestro juego legal G=(N,(Ci)iЄN, (Ui)iЄN) fuera
inmerso dentro de algún juego verdadero H, la relación estructural debería ser tal que H=(N,(Di)iЄN,
(Ui)iЄN) con un espacio de estrategias más amplio
Di ⊃Ci
∀iЄN
con funciones de utilidad que hacen extensivas las del juego legal G al dominio más amplio
D=XjЄN Dj. Se sugiere que una formulación fuerte del cumplimiento exitoso podría exigir que, en el
caso de cada jugador i, toda estrategia ilegal por fuera de Ci debería estar dominada por alguna
estrategia legal en Ci, con lo que la mejor respuesta de cada jugador lo llevaría a jugar dentro del
juego legal, aunque otros se desvíen.
Hurwicz señala, no obstante, que podría suceder que un jugador que normalmente acata las leyes
no quisiera acatarlas si hay otros que actúan de forma ilegal, por cuyo motivo podría ser adecuado
introducir un concepto más débil de cumplimiento de la ley. Myerson ha sugerido que esta
definición más débil de aplicación de la ley podría ser definir a G como cumplible en H cuando
∀iЄN, ∀c-iЄXjЄN-I Cj, ∀diЄDi∖Ci, ∃ciЄCi tal que Ui(c-i,ci)>Ui(c-i,di),
de tal manera que las acciones óptimas de cada jugador en su conjunto de estrategias legales se
toman cuando se espera que las acciones de todos los demás estén situadas en sus conjuntos
legales 19 . Luego, G es aplicable cuando sus conjuntos de estrategias forman un conjunto cerrado
en H (es decir, cerrados bajo la conducta racional, o CBCR) 20 . Esta definición más débil de
aplicabilidad admite muchas instituciones aplicables dado el entorno, porque un gran juego H
puede contener varios conjuntos mínimos CBCR. Tal multiplicidad va en contra del sentido común
del economista, pero Myerson ha argumentado que un correcto modelo de las instituciones debe
admitir la multiplicidad de soluciones, a raíz de que las instituciones reales están influídas por
normas culturales y conceptos tradicionales de legitimidad, que no tendrían sentido si la estructura
económica del juego verdadero H sólo admitiera una solución dominante. Por ejemplo, las reglas
legales de una constitución política están a menudo escritas en un trozo de pergamino colgado en
la pared de un museo; ¿pueden ser aplicadas en un juego verdadero que involucra a millones de
personas en un amplio territorio? ¿Qué impediría a cualquiera escribir otro conjunto de reglas (en
un trozo de pergamino más grande) y actuar con arreglo a las mismas en su lugar? Bajo la
vigencia de cualquier constitución política, un acto semejante sería castigado como sedición o
traición por otros que aceptan esas reglas constitucionales. Pero aunque la traición no prospere, la
definición de lo que constituye una traición depende de un consenso social arbitrario. Bien
sabemos que un fracaso amplio en ponerse de acuerdo en las reglas constitucionales y la
autoridad puede dar paso a un estado de anarquía sufrido por todo el mundo. Luego, el proceso
19
20
La notación c-i refleja que el perfil estratégico no incluye a la estrategia del jugador i.
Kaushik Basu and Jorgen Weibull, “Strategy subsets closed under rational behavior”, Economic Letters 36
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
841
social de identificar cuáles son las reglas constitucionales de la política y quiénes son los líderes
legítimos de nuestra sociedad desempeña el rol de un juego de coordinación con equilibrios
múltiples, en el cual el resultado depende de la cultura y las tradiciones siguiendo el efecto del
punto focal de Schelling (1960), sobre el cual volveremos en un próximo capítulo.
Pasemos ahora de estos temas abstractos a la cuestión más básica de quién es la guarda de
estos guardianes, esto es, quién obliga a los guardianes a hacer cumplir las leyes. Considérese de
nuevo el problema de aplicar la institución política fundamental de una nación, como la
Constitución de la República Argentina. Una constitución sólo será efectiva si hay agentes que
uno espera sean remunerados por implementar sus reglas. En particular, debe nombrar a los
funcionarios a los que se espera remunerar por implementar sus reglas. En particular, perseguir la
sedición y otras violaciones de la constitución, a fin de impedir que el resto de la población haga
tales jugadas ilegales. En particular, el art. 119 (“Atribuciones del Poder Judicial”) determina que
“la traición contra la Nación consistirá únicamente en tomar las armas contra ella, o en unirse a
sus enemigos prestándoles ayuda y socorro. El Congreso fijará por una ley especial la pena de
este delito; pero ella no pasará de la persona del delincuente, ni la infamia del reo se transmitirá a
sus parientes de cualquier grado.” El art. 120 (“Del Ministerio Público”, integrado por el Procurador
general de la Nación y un Defensor General de la Nación) establece que “el Ministerio Público es
un órgano independiente con autonomía funcional y autarquía financiera, que tiene por función
promover la actuación de la justicia en defensa de la legalidad, de los intereses generales de la
sociedad, en coordinación con las demás autoridades de la República.” Pero ¿qué obliga a estos
guardianes a cumplir con sus funciones? El problema que llamamos riesgo moral es,
precisamente, lograr que la gente haga lo que se supone que tiene que hacer. Por consiguiente, el
problema básico de los funcionarios de un gobierno de aplicar las reglas constitucionales es un
problema de riesgo moral al más alto nivel de gobierno.
Becker y Stigler 21 estudiaron este tipo de problemas de agencia. Reconocieron que los
funcionarios poderosos tienen oportunidades regulares de aprovecharse mediante el abuso del
poder, y que este abuso de poder puede resultar difícil de ser detectado por otros. Para disuadir
del abuso de poder, el funcionario debe esperar que hará mejor aplicando las reglas
correctamente, y de esa manera esperar una remuneración sustancial que perdería si se
descubriera que hubo abuso de poder. Supongamos que es neutro al riesgo. Luego la magnitud
de la remuneración debería ser por lo menos igual al beneficio que el funcionario podría ganar
abusando del poder dividido por la probabilidad de que semejante abuso sea descubierto. Si la
tentación es muy grande y la probabilidad es baja, no es necesario remunerar muy bien a los
funcionarios poderosos. En este caso se espera que los líderes de las instituciones políticas
fundamentales sean una elite muy bien retribuída, con elevada motivación dada la necesidad de
preservar sus privilegios, como ha sido observado aún en partidos políticos socialistas (v. Robert
Michels 22 ). Por consiguiente nuestro concepto de constitución es incompleto si ignoramos el papel
esencial de aquellos que esperan gozar de los privilegios de encumbrarse en el poder por medio
de la constitución y por lo tanto están motivados a sostenerla. Desde un punto de vista meramente
estructuralista, pareciera que una constitución política puede ser completamente definida por (1)
un conjunto de funcionarios políticos, (2) los poderes, privilegios y responsabilidades de estas
oficinas, y (3) los procedimientos para elegir a los futuros habitantes de estas oficinas. Pero a fin
de caracterizar plenamente una constitución política también deberíamos especificar (4) a los
individuos que ocupan actualmente esos despachos en algún momento inicial.
21
Gary Becker and George Stigler (1974), “Law enforcement, malfeasance, and compensation of enforcers”,
Journal of Legal Studies 3.
22
Political Parties: A Sociological Study of Oligarchic Tendencies in Modern Democracy, NY, 1915.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
842
Si es cierto que las oportunidades de riesgo moral implican que los funcionarios responsables
deben ser bien remunerados, la gente debería estar dispuesta a pagar por ser promovida a sus
despachos. Según Becker y Stigler, una organización eficiente trasladaría el costo de la
retribución a un funcionario hacia el funcionario ex ante, cobrándole una comisión por ser
promovido al despacho. En efecto, a un candidato a un cargo se le pediría que destine un bono,
que le sería devuelto al funcionario al jubilarse si no hay indicios de “actus reus” por parte del
funcionario. Este plan aparece como una simple solución eficiente al problema fundamental de
agencia en el gobierno. Pero crea un problema de riesgo moral al nivel más elevado, porque
implica que el líder que controla los nombramientos en las altas esferas tendrá un incentivo a
condenar a los funcionarios por “actus reus” y a revender sus despachos. Por supuesto, todo
depende de la promesa de que los altos funcionarios serán debidamente juzgados, de manera
que esperen ser recompensados por sus servicios y castigados por abuso del poder, pero es
posible que no haya nadie capaz de hacer tales juicios. Todo funcionario estará siempre
preocupado por la posibilidad de que otros miembros de la estructura de poder sean tentados a
condenarlo por “actus reus” y a vender sus oficinas a otra persona.
Luego, el problema organizativo de medir las recompensas, ya considerado por Alchian y
Demsetz 23 en el caso de los productores económicos, se plantea de modo aún más fuerte para
las organizaciones políticas. Inclusive es en éstas donde puede acentuarse, cuando no hay ningún
tribunal superior de adjudicación de las relaciones contractuales. En el artículo de 1998, Hurwicz
reconoció que los funcionarios de guardia de una institución política soberana deben organizarse
de alguna forma en un círculo de vigilancia y juicio mutuos, dentro del cual las acciones de cada
individuo sean vigiladas y juzgadas por otros miembros del círculo. Pero al apelar a un individuo i
a que vigile las acciones de otro individuo j, las acciones monitoreadas de j pueden implicar la
vigilancia de muchos otros individuos, lo que amplía el espectro de actividades que el individuo i
debe estar preparado para observar. Por consiguiente, parece inevitable considerar el aspecto
colectivo del proceso fundamental de adjudicación. Dentro de una facción política que no admite
ninguna corte de apelación, la pertenencia de un individuo a esa facción puede exigir encuentros
regulares de la facción (o informales a fin de ponerse al corriente de los chismes).
Por lo tanto, la supervivencia de una institución política dependerá de ser conducida por alguna
facción o núcleo de poder de funcionarios poderosos (un “gabinete”) que comparten una confianza
básica en el juicio de los demás miembros de la facción. Los miembros de este grupo pueden
constituir una corte donde tienen el derecho a ser escuchados antes de ser castigados o de perder
algún privilegio. En una corte semejante, la evidencia de “actus reus” contra cualquiera de ellos
será oída en común, por lo que todos sus miembros deberían evaluar si se llega en forma
apropiada al juicio resultante. La sanción colectiva en contra de los juicios injustos de la corte
podría ser que los miembros de la facción dominante pierdan confianza entre sí, de modo que
habrá una traslación a un equilibrio en el cual cada funcionario abusa de su poder individual en
forma oportunista. Se puede asumir que en un mundo competitivo, una facción no podrá detentar
el poder sobre una sociedad amplia si los miembros de la facción no pueden resolver sus
problemas de free-rider en acciones colectivas a efectos de defenderse de los desafíos de
facciones potenciales. Bajo este supuesto, cualquier miembro de una facción encaramada al
poder podría sentirse protegido por la expectativa de que sus colegas no lo maltratarán sin poner
en riesgo una pérdida general de confianza mutua dentro de la facción, lo que pondría en peligro
todas sus posiciones privilegiadas.
23
Armen A. Alchian and Harold Demsetz (1972), “Production, information costs, and economic organization”,
American Economic Review 62.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
843
11. Liderazgo y riesgo moral en el centro
Siendo más específicos acerca de cómo se forman esas facciones, debe reconocerse el papel
desempeñado por los líderes como empresarios de las instituciones. A través de la historia, los
gobiernos han sido formados por líderes políticos cuyo camino hacia el poder comenzó juntando
un grupo confiable de seguidores activos. Si la facción se organiza de esta manera, el privilegio de
pertenecer a esa facción es asignado por el líder. Entonces el círculo de vigilancia puede cerrarse
mediante una simple regla faccional – a saber, que el líder nunca quitará los privilegios de
pertenencia sin un debido juicio teniendo como testigos a los otros miembros de la facción. En
efecto, los dirigentes a lo largo de la historia han mantenido en general cortes o consejos,
mediante los cuales altos funcionarios y otra gente cercana al líder son acercados en forma
regular, y en los que el tratamiento de cualquiera por el líder pueda ser atestiguado e
inspeccionado por los restantes miembros del consejo. Entonces, cada miembro del consejo
puede tener confianza en obtener una recompensa apropiada de manos del líder, porque el líder
necesita mantener una reputación general de recompensar en forma apropiada a todos los
consejeros, que son los agentes primarios de su poder.
Hay miles de libros escritos sobre los líderes, pero en general su descripción del liderazgo está
concentrada en el liderazgo como una toma de decisiones estratégica visionaria. Naturalmente, si
la gente necesita coordinarse, pueden estar en búsqueda de un líder para tomar decisiones
estratégicas acerca de si, por ejemplo, conviene atacar al amanecer, o al anochecer, o nunca.
Pero si uno se hace la pregunta de cuál es la función esencial del líder, es necesario revalorizar el
punto de vista mencionado de Alchian y Demsetz, no tanto como planificador estratégico sino más
bien en el papel más modesto de un encargado honesto de la vigilancia y de pagador general. Un
líder convierte a un grupo en un equipo efectivo por su reputación de practicar un monitoreo activo
de las contribuciones de los individuos del grupo y de recompensar en forma apropiada sus
esfuerzos. El activo esencial que define a un líder es esa reputación con un grupo de seguidores,
lo suficientemente escasos como para una vigilancia individual pero lo suficientemente numerosos
como para lograr éxito por medio de su acción colectiva. Si un líder pierde su reputación de dar
recompensas a los miembros del grupo, será reemplazado o el grupo perderá su capacidad de
competir con otros equipos con mejor liderazgo.
Esta idea se remonta a Jenofonte, cuya “Educación de Ciro” (alrededor de 360 A.C.) describe a un
gran líder que establece un gran imperio cultivando una reputación de honestidad y
recompensando en forma generosa a los capitanes que participan en el campo de batalla.
Mientras que otros líderes piensan que su poder depende de los activos en su tesoro, Ciro
comprende que este poder proviene del crédito que le tienen sus capitanes, por lo que es mejor
pagar en forma generosa que quedarse con algo para sí. Un empresario económico debe ser
capaz de prometer en forma creíble pagos futuros a los inversores que hicieron la inversión inicial
y a los administradores cuyas oportunidades de riesgo moral requieren el pago de amplias sumas
en el futuro. En forma similar, un líder político debe ser capaz de prometer en forma creíble
recompensas futuras tanto a quienes lo sostienen o a quienes lo llevaron al poder, como a los
altos funcionarios o gobernadores sobre los cuales ejerce su poder. En un trabajo reciente,
Myerson utiliza un modelo formal análogo de la fundación de un estado por líderes cuya
capacidad de mantenerse en el poder depende de sus reputaciones en recompensar
confiablemente a los capitanes que lo sostienen en contra de otros rivales en su disputa por el
poder 24 .
24
La tentación de un líder político de renegar de sus deudas pasadas con sus sostenedores constituye un
problema central de riesgo moral en la política. El trabajo de Myerson desarrolla un modelo de teoría de los
juegos para explorar las consecuencias de este problema de riesgo moral sobre los líderes que compiten a
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
844
Para explorar las dificultades de mantener la reputación en remunerar de forma apropiada a los
agentes de las instituciones políticas, consideremos una extensión del modelo de Becker-Stigler
de riesgo moral de los altos funcionarios del gobierno. Tenemos un funcionario de elevada
jerarquía – un gobernador – en un estado dirigido por un único líder – el presidente. En cualquier
momento, el gobernador podría hacerlo bien (es decir, gobernar en forma adecuada), mal (en
forma corrupta) o rebelarse en forma abierta. El presidente no puede observar directamente si el
gobernador se conduce bien o mal, pero puede observar cualquier crisis costosa que se produzca
en la provincia del gobernador. Las crisis ocurren como un proceso de Poisson 25 con una baja
tasa esperada igual a α si el gobernador se conduce bien, pero a una tasa elevada β>α si se
conduce mal. Además de ello, la mala gobernación le proporciona beneficios ocultos que valen γ
por unidad de tiempo. El gobernador logra ver la crisis de su provincia brevemente antes que el
presidente, pero puede ser llamado a visitar brevemente la Presidencia para tener una reunión
durante la cual es imposible la rebelión. Sea D el pago esperado del gobernador si entra en
rebeldía (un hecho observable por el presidente). Las crisis y rebeliones son muy costosas para el
líder, de manera que desea que sus gobernadores siempre se conduzcan bien, esto es, que no
gobiernen mal ni entren en rebeldía (la Constitución argentina tiene previsto en el art. 31 que es
atribución del Congreso “Disponer la intervención federal a una provincia o a la ciudad de Buenos
Aires.”) Cada individuo es neutro al riesgo y tiene una tasa de descuento igual a δ.
Para disuadirlo de rebelarse, un gobernador siempre debe esperar un pago no inferior a D. A los
candidatos a gobernador se les puede pedir que pongan algo de su bolsillo para ser promovidos a
sus oficinas, pero la capacidad de pago de todo candidato está limitada por su riqueza,
representada como A. Supondremos que el beneficio potencial de rebelarse es mayor que la
riqueza privada de cualquier candidato a estar en funciones, A<D. Por otra parte, el presidente
puede estar tentado a librarse de sus compromisos con un gobernador, iniciándole juicio público
por el Congreso y haciéndolo echar, lo que origina un problema de riesgo moral al nivel más
elevado que resulta esencial para el problema del liderazgo político. A efectos de contemplarlo de
la forma más sencilla posible, establezcamos un límite superior H sobre la deuda que uno puede
confiar que el presidente tiene con el gobernador. Los parámetros {α,β,γ,D,δ,A,H} caracterizan al
modelo.
A fin de minimizar el costo esperado de pagar a los gobernadores, el plan de incentivos óptimo
puede ser caracterizado como el valor presente esperado descontado de todos los pagos al
fin de establecer un régimen político. En medio de la lucha por el poder, un líder absoluto que no esté
sometido al juicio de terceros sólo podrá recabar un apoyo limitado. Puede lograr mejores resultados si
organiza a sus sostenedores en torno a un consejo que podría causarle su caída. En equilibrios globales a
prueba de negociaciones, un líder no puede reclutar apoyos si no cuenta con tales controles
constitucionales. Las normas igualitarias hacen que el reclutamiento de seguidores sea más costoso en las
oligarquías, que terminan siendo más débiles que las monarquías. El poder y las limitaciones del dirigente
sobre la entrada de nuevos líderes surgen de los efectos de punto focal en juegos con equilibrios múltiples
(ver capítulo “Puntos de Schelling e Instituciones”). Las relaciones de confianza entre los líderes y sus
seguidores son constituciones personales que subyacen a todas las demás constituciones políticas. Cf.
Roger E. Myerson (2008), “The autocrat’s problem and foundations of the constitutional state”, American
Political Science Review 102(1).
25
Un Proceso de Poisson (también conocido como "Ley de los sucesos raros") es un proceso de sucesos
independientes donde:
El número de sucesos en dos intervalos disjuntos siempre es independiente.
La probabilidad de que un suceso ocurra en un intervalo es proporcional a la longitud del intervalo.
La probabilidad de que ocurra más de un suceso en un intervalo suficientemente pequeño es
despreciable (no se producirán sucesos simultáneos).
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
845
gobernador en funciones, que es lo que podría ser llamado su crédito. A efectos de disuadirlo de
una mala conducta oculta, toda crisis en la provincia debería causar una reducción del crédito del
gobernador mediante una penalidad con valor esperado 26
λ=γ/(β – α).
Normalmente, la sanción por tener una crisis debería reducir el crédito del gobernador en este
monto λ. Pero el gobernador se rebelará si su crédito cae por debajo de D después de una crisis,
por lo que el crédito del gobernador antes de cualquier crisis nunca podrá ser inferior que D+ λ. Si
se produce una crisis cuando el crédito del gobernador es menor que D+2 λ, el gobernador será
llamado a juicio público, del cual resultará que o bien el gobernador se le devuelve su crédito D+ λ
con probabilidad (U- λ)/(D+ λ), o será exonerado
(obteniendo el gobernador 0) y un nuevo
gobernador será designado con un mínimo crédito
factible D+ λ. Por consiguiente, a efectos de
disuadir la conducta oculta y la rebelión abierta el
presidente (y el Congreso) deberán randomizar sus
decisiones acerca de exonerarlo o perdonarle la
vida después de haber pasado una crisis. Pero le
líder no quedará indiferente entre ambas
situaciones, porque exonerar al gobernador
instalado le dará la oportunidad de revender su
oficina a un nuevo gobernador por un pago A>0.
Luego en tales casos, el proceso de decidir sobre
el destino de un gobernador en tales situaciones
deberá ser vigilado activamente por otros
(posiblemente por miembros del Congreso), porque
en caso contrario el incentivo ex post del presidente
siempre será la exoneración del gobernador. Lo
Roger B. Myerson (1951- )
que equivale a decir que el presidente necesita
Premio Nobel de economía 2007
institucionalizar un procedimiento de juicio político
formal en el que que otros – cuya confianza le es necesaria – puedan observar que concedió al
gobernador una oportunidad de rehabilitarse antes de ser exonerado.
El valor esperado descontado del costo del líder, en todo momento, será igual al crédito U que le
debe al gobernador, más el valor esperado descontado del costo neto del líder por las promesas
realizadas a otros gobernadores que serán promovidos en el futuro en lugar del que está instalado
(D+ λ-A en cada promoción). Luego el plan óptimo del líder-presidente sería minimizar la
frecuencia esperada de futuras exoneraciones, lo que puede lograr manteniendo en su cargo a los
gobernadores el mayor tiempo posible una vez que se produjo una exoneración. Por consiguiente,
en el plan óptimo de incentivos, al gobernador debería pagarle en crédito, no en efectivo, hasta
que se alcance el límite de crédito H. A fin de mantener sus promesas al gobernador, su crédito
debería incrementarse entre crisis sucesivas a la tasa U’=δH+αλ hasta que alcance el nivel límite
H que es cuando el líder puede ser creíble en sus deudas. Cuando el crédito adeudado es igual a
H, al gobernador debería pagársele δH+αλ hasta que la próxima crisis reduzca su crédito a H – λ.
En tal solución, un aumento del límite de confianza H provocaría una disminución estricta del
costo esperado descontado del líder, tal como fue evaluado ex ante al nombrar a un nuevo
gobernador. Pero si se tiene un H muy alto, el líder incurrirá en grandes deudas con los
gobernadores que quedarán afianzados en sus cargos.
26
Esta fórmula es derivada en Roger E. Myerson, “Leadership, trust, and power”, UChicago working paper.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
846
Es decir, aunque el presidente tenga la misma tasa de descuento que los altos funcionarios de su
gobierno, la necesidad de disuadirlos de abusar del poder genera una motivación del líder para
convertirse en deudor de sus funcionarios. El modelo exhibe cuán problemática puede ser la
relación de deuda, ya que, para eliminar la corrupción, el presidente a veces debe despedir a
funcionarios sin siquiera pagarles los precios acordados, pero las circunstancias bajo las cuales se
producirán estos despidos no son predecibles (a fin de evitar la corrupción) y sólo pueden ser
verificadas mediante una vigilancia activa del proceso de juicio público, en cuyo transcurso el
presidente tendrá un incentivo natural a despedir más que a re-instalar a los funcionarios – porque
no puede revender sus despachos. Por consiguiente, alguien tendrá que vigilar activamente los
juicios públicos del presidente contra sus funcionarios de mayor nivel, y obligarlo a desempeñarse
con arreglo a una regla óptima aleatoria. Pero, ¿quiénes tendrán ese poder sobre el líder de una
institución política soberana? Los restantes altos funcionarios de los cuales depende el régimen es
la respuesta, ya que tendrían un mal desempeño o se rebelarían si perdieran su confianza en las
promesas del líder sobre recompensas futuras. Por consiguiente, un líder político soberano
requerirá de una corte, gabinete o consejo en el que altos funcionarios sean testigo de que
practica un tratamiento adecuado a los demás altos funcionarios. Estos altos consejos de gobierno
son universales en los sistemas políticos. En estos consejos, la reputación del jefe de guardias de
recompensar a sus seguidores resulta vigilada por sus principales seguidores.
Por consiguiente, en una teoría fundamental de las instituciones, debemos reconocer que las
instituciones políticas son establecidas por los líderes políticos, y que éstos necesitan de
seguidores activos. La relación de confianza del líder
con su círculo íntimo de funcionarios de alto rango y
seguidores requiere que todos actúen de modo
colectivo a efectos de vigilar y verificar sus juicios en
contra de ellos. Esta relación con un grupo de
seguidores – que sea lo bastante reducido para que el
líder pueda vigilarlos, pero lo bastante grande como
para controlar de modo efectivo las instituciones más
grandes del gobierno – es el activo más valioso de un
líder político. Más aún, los miembros de este grupo
deben compartir un sentido de identidad, confiados en
que un error del líder en castigarlos por equivocación
significará la pérdida total de confianza en el líder. De
tal manera, la cimentación de instituciones
fundamentales por los líderes políticos debe descansar
en última instancia en un sentido de identidad entre los
miembros de un grupo suficientemente pequeño como
para reunirse en una corte de juicios comunes a todos
y oir los casos contra cualesquiera de ellos. Desde
esta perspectiva, se puede apreciar cómo a lo largo de
Eric S. Maskin (1950- )
la historia poderosas fuerzas políticas han sido
Premio Nobel de economía 2007
conducidas por pequeños grupos conectados por
formas estrechas de identidad, tales como relaciones
familiares, o antiguos colegas de estudio, o lazos de lealtad personal con su líder, aunque estas
conexiones personales no parezcan guardar una relación intrínseca con la posición de alguien en
grandes cuestiones de política nacional. Como los socialistas del siglo diecinueve, podemos soñar
con grandes reformas sociales utópicas, pero debe entenderse que las instituciones de un mundo
feliz semejante deben ser construídas en base a los cimientos de facciones más estrechas,
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
847
organizadas por líderes políticos cuyo imperativo primario es mantener su reputación
recompensando a sus seguidores leales.
Como en la canción de Iron Maiden, cita de “Brave New World” (1932) de Aldous Huxley 27 ,
Was many years ago that I left home and came this way
I was a young man, full of hope and dreams
But now it seems to me that all is lost and
nothing gained
Sometimes things ain't what they seem
No brave new world, no brave new world
No brave new world, no brave new world.
12. La Nueva Economía Institucional
Las instituciones plantean aún hoy incógnitas sobre su funcionalidad en una economía moderna.
Pero en los últimos treinta años hubo progresos considerables en su estudio. El economista Oliver
E. Williamson es uno de los economistas que en épocas contemporáneas más se ha concentrado
en su análisis y recomienda que, a la espera de que surja una teoría unificada, deberíamos
aceptar un enfoque plural de las mismas. En primer lugar, porque son muy complejas. La
economía neoclásica no les prestó gran atención, y la teoría de la organización ha carecido de
ambiciones científicas como para abordar su estudio.
En un discurso presidencial ante la Royal Economic
Society, R. C. O. Matthews declaró que “la economía de
las instituciones se ha transformado en una de las áreas
más activas de nuestra disciplina”. La nueva economía
de las instituciones (NEI) descansa sobre dos ideas: 1º)
Las instituciones son relevantes; 2º) Los factores que las
determinan pueden ser analizados mediante los
instrumentos de la teoría económica. Es la segunda
idea la que distingue a la NEI de los antiguos enfoques.
Kenneth Arrow, hablando del cambio de enfoque de la
economía institucional dijo: “Por qué la vieja escuela
institucionalista fracasó de una forma tan miserable,
aunque tenía pensadores tan capaces como Thorstein
Veblen, J.R. Commons y W.C. Mitchell? Una respuesta
se encuentra en la NEI, cuyo cometido no consiste en
responder a las cuestiones tradicionales de la economía
– como la asignación de recursos y su grado de
utilización. Más bien, su papel ha sido el de responder a
Oliver E. Williamson (1932- )
nuevas cuestiones, por ejemplo por qué las
instituciones económicas han surgido de esta manera y no de otra; se superpone con la historia
económica, pero tiene aparejado un razonamiento analítico más afilado que lo que era habitual.” 28
27
Huxley a su vez se hace eco de W. Shakespeare (“The Tempest”): "O wonder! / How many goodly
creatures are there here! / How beauteous mankind is! / O brave new world / That has such people in it!"
28
Kenneth J. Arrow, 1999, “Foreword”, in Firms, Markets and Hierarchies, Oxford University Press, New
York.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
848
A continuación se analizarán los cuatro niveles del análisis social y algunas propuestas que
surgen de la NEI. En la Figura 1 tenemos cuatro niveles (N1 a N4). Los niveles superiores se
conectan con los inferiores en el sentido de que cada nivel superior impone restricciones al nivel
que se encuentra inmediatamente abajo. También existen feedbacks en sentido inverso. Aunque a
lo largo del tiempo el sistema está completamente interconectado, vamos a ignorar estos
feedbacks. La NEI se ha concentrado especialmente en los niveles 2 y 3.
El nivel top es el nivel de incrustación social. Aquí es donde se localizan las normas, costumbres y
tradiciones. La religión desempeña un papel amplio en este nivel. Aunque el Nivel I ha sido
analizado por historiadores económicos y otros científicos sociales (como Samuel P. Huntington y
Robert Putnam) la mayoría de los economistas institucionales lo toma como un dato. En este
nivel las instituciones cambian en forma muy lenta – en el orden de centurias o de milenios – lo
que lleva a Douglass North a preguntarse “por qué un sendero se revierte (como el caso de
España en tiempos modernos) y qué es lo que hace que las restricciones informales tengan tanta
influencia sobre las características de las economías en el largo plazo” 29 . La noción de
incrustación ha sido estudiada por la sociología económica; algunos autores indican que se debe
distinguir entre distintos tipos de incrustación, como la cognitiva, la cultural, la estructural, y la
política. Williamson argumenta que el origen de varias de estas instituciones informales es
espontáneo. Su origen es evolutivo pues son “adoptadas” y presentan mucha inercia.
El nivel N2 se refiere al contexto institucional. Aquí las instituciones son en parte producto de
procesos evolutivos pero también plantean la posibilidad de ser diseñadas. Aquí se introducen
”reglas formales (constituciones, leyes, derechos de propiedad)” (North, ibid., p.97). Esto abre la
oportunidad para fijar las reglas del juego e introducir así a la teoría económica en un primer
plano.
Restringidos por las sombras del pasado, los instrumentos de
diseño del Nivel 2 incluyen al poder ejecutivo, al legislativo, al
judicial, y a las funciones burocráticas del gobierno así como
la distribución de autoridades entre distintos niveles de
gobierno (federalismo). Características importantes son la
definición e implementación de derechos de propiedad y de
las leyes contractuales.
Ronald Coase 30 y Douglass North 31 entre otros han
destacado que tales elecciones son sin lugar a dudas
importantes para la productividad económica de un país,
aunque resulta difícil planificar un cambio que resulte gradual.
Habrá ocasiones que establecerán una drástica ruptura con
Douglass North (1920- )
los patrones establecidos – como el descontento civil en una
Premio Nobel de economía 1993
guerra civil, ocupaciones (como las que siguieron a la 2a
Guerra Mundial), amenazas (Revolución Meiji), rupturas
(Europa Oriental y ex URSS), golpes militares (Chile, Argentina), o crisis financieras (Nueva
29
Douglass North, “Institutions”, The Journal of Economic Perspectives, Volume 5, Issue 1, Winter, 1991,
p.111.
30
R. Coase, “The Institutional Structure of Production”, The American Economic Review, Vol. 82, Iss. 4,
Sept. 1982. Coase fue distinguido con el Premio Nobel 1991.
31
D. North, “Economic Performance through Time: The Limits to Knowledge”, The American Economic
Review, 84:3, 1994. North obtuvo el Premio Nobel 1993.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
849
Zelandia, Argentina). Entonces se abrirán algunas ventanas de oportunidad para producir amplias
reformas. Estas situaciones serán más bien de carácter excepcional. Muchas veces nuestra
respuesta a tales oportunidades será considerarlas como un “fracaso”. Sin esas ventanas, tal vez
transcurran décadas o centurias antes de que cambien profundamente las reglas del juego.
La Teoría Positiva de la Política se ocupa del desarrollo de las ramificaciones económicas y
políticas en el Nivel 2. Esta teoría también proporciona lecciones para el diseño normativo de
mejores políticas, aunque es esencialmente un ejercicio de análisis positivo. La mayor parte de la
economía de los derechos de propiedad se ubica en este nivel. En los ’60 fructicó este tipo de
análisis, cuyo argumento fuerte era que “un sistema de empresas de propiedad privada no puede
funcionar en forma apropiada a menos que sean establecidos derechos de propiedad sobre los
recursos, y que alguien esté dispuesto a pagar al propietario de los mismos para utilizarlos. El
caos desaparece, y también el gobierno, con excepción de un sistema legal que defina los
derechos de propiedad y arbitre en las disputas que aparezcan, si es necesario” 32 . Una vez
asignados y ejecutados los derechos de propiedad, el gobierno puede dar un paso al costado: los
recursos son asignados con arreglo a las leyes del mercado.
Este enunciado contiene al mismo tiempo la fuerza y debilidad de la literatura sobre los derechos
de propiedad. Su gran fuerza es que pone a los derechos de propiedad al frente de las
explicaciones. Su debilidad es que lo hace en forma exagerada. Por ejemplo, el supuesto de que
el sistema legal eliminará el caos a partir de la definición y ejecución de los derechos de propiedad
asume que ello puede hacerse de manera fácil y sin costos. En The Problem of Social Cost
(Journal of Law and Economics, vol. III, october 1960) Coase aceptó que muchas actividades no
calificarían como tales. Es necesario ir más allá de las reglas del juego (la propiedad) para incluir
al juego en sí (los contratos). A partir de aquí se abre la perspectiva de entrar en la estructura de
gobernabilidad de la relación contractual que se produjo en los ’70.
Lo cual nos traslada al tercer nivel, que es donde se alojan las instituciones de gobernabilidad. La
necesidad de tratar las leyes de los contratos (en plural) en lugar de una única ley de contratos (en
singular) hace de la gobernabilidad (governance) de las relaciones contractuales el centro del
análisis. Lo que hace una estructura de gobernabilidad es dar una nueva forma a los incentivos.
Pero pretender que éstos estén completamente alineados exante es una forma truncada de
estudiar a una organización – en particular si todos los contratos complejos son inevitablemente
incompletos y adaptarse es el problema central de toda organización económica 33 . Ir más allá de
la teoría de la agencia hace que toda la atención se concentre en la etapa expost del contrato.
Ello implica: (1) identificar y explicar las dimensiones principales en que difieren las transacciones;
(2) identificar y explicar los principales atributos para describir a una estructura de gobernabilidad
(donde cada estructura es definida por un síndrome diferenciado de atributos, de aquí que los
mercados, las empresas, la regulación, las oficinas de gobierno, las organizaciones sin fines de
lucro, etc. difieran de manera estructural); (3) realizar una combinación discriminatoria, de acuerdo
con las transacciones alineadas con determinadas estructuras de gobernabilidad a efectos de
promover la adaptación de las clases autónomas y cooperativas; y (4) verificar que las
alineaciones predicadas sean corroboradas por los datos.
32
R. Coase, The Federal Communications Commission, Journal of Law and Economics, 2:2, 1959.
Friedrich Hayek, “The Use of Knowledge in Society”, The American Economic Review, XXXV. Nº 4,
September 1945.
33
850
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
El problema canónico de tratamiento de estos temas es el de la integración vertical, tema
planteado por Coase en su clásico artículo de 1937 sobre la naturaleza de la empresa 34 . Suele
suceder que un tema vinculado con una cuestión de contratos pueda ser reformulado con
beneficio en términos de economizar costos de transacción. Esto sucede en el Nivel 3, donde se
examina periódicamente la reorganización de transacciones entre distintas estructuras de
conducción estratégica, con frecuencia entre un año y una década, a menudo a propósito de la
renovación de contratos o intervalos de renovación del equipamiento. Este nivel debe ser
distinguido del Nivel 4, que es donde opera la teoría del análisis neoclásico. En él se utiliza el
aparato de optimalidad, a menudo consistente en análisis marginal, y la firma termina siendo
descripta como una función de producción. Los ajustes de precios y cantidades ocurren de
manera más o menos continua.
Capítulo 1 Nivel
Frecuencia (en años)
N1
102 a 103
Incrustación: instituciones
informales, costumbres,
Teoría social
tradiciones, normas
religiosas
N2
10 a 102
Contexto institucional;
Economía de los derechos de propiedad; teoría
reglas formales del juego – política positiva
especialmente la
propiedad (política, poder
judicial, burocracia)
N3
Gobernabilidad; desarrollo
1 a 10
del juego – en especial
Economía
de
los
costos
de transacción
contratos (alinear a las
estructuras de gobierno
con las transacciones)
N4
Asignación de recursos y
Continuo
Empleo (precios y
Economía neoclásica; teoría de la agencia 35
cantidades, alineación de
incentivos)
Capítulo 2 Propósito
Generalmente no implican
el cálculo; son
espontáneas (ver texto)
Tener
el
correcto
contexto institucional
Economía de 1er orden
Tener las estructuras
de
gobernabilidad
correctas
Economía de 2do orden
Tener las condiciones
marginales correctas
Economía de 3er orden
Figura 1 – Economía de las instituciones
Uno puede detectar un nivel más bajo (el nivel cero) en el que se desarrollan los procesos
mentales 36 de manera evolutiva. La aplicación de estas ideas en economía recién está tomando
forma. Finalmente, tenemos el nivel de la tecnología. En comparación con la innovación
tecnológica, el estudio de la innovación organizativa ha sufrido un gran descuido. La NEI ha
intentado resolver este problema – con la idea de que “entre las verdaderas innovaciones, el uso
de la organización para cumplir sus fines se encuentra entre uno de los pasos primitivos mayores
34
Ronald Coase, “The Nature of the Firm”, Economica, 4:6, 1937.
Esta teoría introduce a dos personajes: el principal y un agente que aquél contrata para realizar ciertas
tareas en condiciones de información asimétrica, y el problema es alinear los intereses del segundo con los
del primero (por ejemplo: empleador-empleado, accionista-ejecutivo principal, etc.).
36
Steven Pinker, 1997, How The Mind Works, NY: W.W.Norton. Parte importante del avance en esta
dirección lo constituye el estrechamiento de los vínculos entre la economía y las ciencias físicas. Un buen
ejemplo está provisto en J. Doyne Farmer, Martin Shubik and Eric Smith, “Economics: The Next Physical
Science?”, Cowles Foundation Discussion Paper, June 2005.
35
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
851
dados por el hombre” 37 . Empero, debe reconocerse la profunda importancia de las innovaciones
tecnológicas que, trabajando en tandem con las organizativas, deberían ser estudiadas de manera
combinada.
13. Ideas centrales de la NEI
Entre las ideas fructíferas introducidas por la NEI cabe destacar:
Racionalidad acotada La idea de que los seres humanos tienen una limitada competencia
cognitiva fue introducida por Herbert Simon, quien destacó además que como consecuencia de
que la mente es un recurso escaso limitado, la especialización del conocimiento tiene
consecuencias económicas. Esto lleva al campo de los contratos incompletos, pero en esta área
no existe unanimidad entre los economistas – aunque se reconoce que el establecimiento de
derechos completos contingentes es imposible. Una modelización de la teoría de los contratos
incompletos ha sido realizada dentro de la teoría de los juegos por Ariel Rubinstein 38 . Que los
contratos sean incompletos plantea problemas adicionales
cuando se agregan condiciones de comportamiento estratégico
como la selección adversa, el riesgo moral, la holgazanería
laboral, perseguir sub-objetivos, todos ellos encuadrados dentro
del concepto de oportunismo. En consecuencia, un contrato que
constituya una mera promesa y carezca de un compromiso
creíble no será automáticamente ejecutable.
Otro atributo de los humanos es su capacidad de previsión
consciente. Dawkins 39 observa que “la capacidad de simular el
futuro en nuestra imaginación es lo que nos ahorra las peores
consecuencias genéticas”.
Factibilidad Los estudiosos de la NEI han dejado de lado ideales
hipotéticos – como los de omnisciencia, benevolencia, costos de
transacción cero, plena credibilidad, etc. – y se han concentrado
más bien en organizaciones alternativas factibles con todos sus
defectos. Coase y Demsetz fueron de los primeros en oponerse
a la comparación asimétrica utilizada en la literatura de los
Herbert A. Simon
“fracasos del mercado” – según la cual los mercados presentan
(1916-2001)
fracasos mientras que los gobiernos “omniscientes, omnipotentes
y benevolentes” al decir de Dixit 40 son remedios eficaces que podrían ser administrados de
manera confiable.
14. Un documento sobre el gasto público de la Argentina
En nuestro país, en Noviembre de 1986 aparecía una colosal publicación de FIEL, GASTO
PUBLICO – Propuestas de Reforma del Sector Público Argentino, que comprendía seis tomos
cubriendo en forma exhaustiva las áreas de la administración pública y la actividad regulatoria del
37
Kenneth J. Arrow, 1971, Essays in the Theory of Risk-Bearing, Chicago: Markham.
Ariel Rubinstein, “Modeling Bounded Rationality”, MIT, 1998.
39
Richard Dawkins, The Selfish Gene, 1976, 1989.
40
Avinash Dixit, The Making of Economic Policy: A Transaction Cost Politics Perspective, Cambridge U.
Press, 1996.
38
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
852
estado, la educación, salud y seguridad social y los sectores energéticos, transporte,
comunicaciones, siderurgia, petroquímica, astilleros y empresas productoras de armamentos. Un
principio básico guiaba el documento – que más tarde debía ser ampliado con el análisis de los
sectores de telecomunicaciones, eléctrico y petroquímico: Muchas veces las propuestas de
reforma del Estado y la reducción del gasto público se han interpretado como una condena a la
institución que él representa, a los gobernantes que lo dirigen, o a los funcionarios y agentes que
sirven en su gestión. Por el contrario, ninguna de las reformas que aquí se sugieren se inspiran en
ese criterio, sino que buscan revalorizar la función pública y facilitar a los gobernantes el
cumplimiento de los objetivos de crecimiento y bienestar que todos anhelamos.
Bajo la coordinación de dos economistas (Enrique Szewach y Norberto Iarezza), el trabajo se
proponía un tema que hasta entonces había desafiado a las mentes más brillantes de nuestra
profesión por su carácter complejo: indagar los factores que constituían un obstáculo al
crecimiento dentro de la órbita del Sector Público y reformular sus funciones y estructura para
lograr esta correspondencia. Todo un equipo trabajó durante meses para lograr este objetivo 41 .
Poco tiempo después fueron incorporados los sectores faltantes y la publicación adquirió las
características de un libro bajo el título El Fracaso del Estatismo – Una propuesta para la reforma
del sector público argentino (FIEL, Sudamericana-Planeta, 1987).
Desde un principio el estudio establece el método a seguir: se identificaron objetivos y metas que
llevaron a la intervención del estado en cada sector bajo análisis; a partir de allí, se analizaron
críticamente los diversos medios utilizados para cumplir dichos objetivos; se extrajeron luego los
elementos que caracterizaron el fracaso de dichos instrumentos y, por último, sin perder de vista
los recursos y las restricciones existentes, se elaboraron las propuestas que se ofrecen en el
estudio, apuntando a los mejores resultados posibles.
El estudio constituye, por consiguiente, una aplicación del análisis costo-eficiencia, en el cual debe
decidirse por el mejor instrumento para alcanzar un fin pre-establecido, encuadrado dentro de un
diagnóstico referido al fracaso de algunos instrumentos en el pasado para acceder a dicho fin,
que, en última instancia, no descarta la realización de un análisis costo-beneficio para apuntar a
los mejores resultados posibles que no superen las restricciones existentes.
Todos estos elementos fueron recogidos en el Apéndice: Teoría Económica y Reforma del Estado.
El tema de este apéndice era: ¿Qué decía la teoría económica sobre el punto en cuestión?
14.1 Los elementos del diagnóstico
41
Bajo la dirección de Iarezza y Szewach, el equipo contó con la colaboración de un equipo de economistas
y "especialistas de las distintas áreas", integrado por María E. Aguilera, Fernando Aranovich, Daniel Artana,
Adalberto Zelmar Barboza, Juan Luis Bour, Enrique Bour (quien tuvo a su cargo el apéndice
correspondiente a teoría económica), Juan C. Casas, Juan Luis Catuogno, Miguel de Santiago, Roberto C.
Door, María Echart de Bianchi, Estudio Lanús de la Serna y Asociados, Ezequiel Holmberg, Julio A. Kelly,
Gustavo Roberto Kippes, Daniel Marcú, Alberto E. Mondet, Carlos Pérez Rovira, Jorge Oscar Sereno, Isidro
Soloaga, Luis Soto, Mario A. Wiegers, Luis Zemborain y Roberto Juan Zorgno, "además de otras
personalidades y expertos cuya plausible modestia de no ser mencionados aquí compromete nuestro
profundo respecto".
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
853
Y la respuesta era clara. Luego de una primera sección en la cual se revisaba la posibilidad
empírica de realizar una estimación de la ineficiencia 42 originada en el régimen económico
existente (por ejemplo en análisis de casos para estimar el efecto de las regulaciones sobre los
agentes económicos) y en la cual se concluía que el tema de la ineficiencia constituía un área de
trabajo accesible a la contrastación empírica, se analizaba en la siguiente sección el fracaso del
colectivo.
Se venía de un experimento extraordinario a nivel mundial (Scarf 43 ). Uno de los objetivos finales
de la reforma económica de la Unión Soviética había sido la introducción de mercados
competitivos para reemplazar los métodos de la planificación central vigentes en las últimas siete
décadas. Precios para todos los bienes y servicios en los mercados competitivos de la economía,
antes que fijados por agencias de planificación del gobierno, iban a ser determinados por el juego
conjunto de la oferta y la demanda, reflejando el valor económico subyacente. Fábricas,
maquinarias y otras formas del capital, así como la tierra, materias primas, stocks de productos
terminados y otros factores de producción iban a ser apropiados individual ó colectivamente a
través de alguna entidad colectiva. El papel de los incentivos privados en la elección de técnicas
productivas iba a ser expandido considerablemente, y las disparidades en la distribución del
ingreso iban a ser toleradas – y aún alentadas – si ellas resultaban de habilidades específicas,
empresariales o formas socialmente útiles de la actividad económica. Hubo muchas ejemplos en
el siglo XX en que los principales factores de producción de un país fueron abruptamente
nacionalizados y las técnicas de planificación económica reemplazaron formas más tempranas de
organización económica basadas en la propiedad privada. Pero en ningún caso se dio un intento
de dejar de lado los instrumentos de la política económica centralizada a favor de formas de
mercado, en un país del tamaño y diversidad de la Unión Soviética.
Empresas y Burocracias Como afirma Arrow en la introducción citada en su “Foreword” del libro
Firms, Markets and Hierarchies (1999) “cualquier teoría económica estándar, y no sólo neoclásica,
arranca a partir de la existencia de empresas. Habitualmente, la empresa no es más que un punto
o, en todo caso, una caja negra... Pero las empresas no son puntos, porque tienen una estructura
interna, que debe haber surgido por algún motivo.” Esto significa ir más allá de conceptualizar a la
empresa como una función de producción (que es una construcción tecnológica) para considerarla
como una estructura de gobernabilidad (que es una construcción organizativa) donde la estructura
interna tiene objetivos y efectos. Hay distintos modos alternativos de gobernabilidad– como los
mercados spot, los contratos a largo plazo incompletos, las empresas, las burocracias, etc. – con
características distintivas que los hacen apropiados según qué condiciones imperen.
En la Figura 2, vemos de manera heurística la elección de la estructura de gobernabilidad cuando
uno se mueve desde el mercado a la jerarquía (h representa los riesgos contractuales y s denota
las salvaguardias). Puede interpretarse como un desplazamiento desde lo más simple a lo más
complejo. Comenzamos con los contratos autónomos, que son consideradas las transacciones
ideales en derecho y economía: “afilados mediante un acuerdo claro; afilados mediante una
ejecución clara” 44 . Este paradigma entra en problemas cuando aparece el riesgo contractual. Si
un tribunal es incapaz de verificar si alguna circunstancia resulta de conocimiento común para
ambas partes en un intercambio, ello puede inducir a que ciertas operaciones sean desplazadas
hacia una operación intraempresaria en lugar de entre empresas diferentes. Otras fuentes de
42
El tema de la ineficiencia era por entonces dominante en la economía argentina; aunque buena parte de
las conclusiones no se verían afectadas si el tema dominante fuera uno de equidad.
43
Herbert Scarf, “Equilibrium Economics and Soviet Economic Reform”, Cowles Foundation Discussion
Paper, November 1990.
44
Ian Macneil, “The Many Futures of Contracts”, Southern California Law Review, 47:2, 1974.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
854
riesgo contractual son la existencia de derechos de propiedad débiles, calidad no revelada,
riesgos de salud y de seguridad, etc. Estos riesgos ponen en compromiso la integridad de los
contratos y dan lugar a puntos muertos contractuales, faltas de adaptación y distorsiones de la
inversión. Como en otras situaciones, la ineficiencia invita a utilizar sustitutos. De allí la aparición
de medidas a fin de mitigar los riesgos minimizando los costos introduciendo gobernabilidad
adicional.
Cuando las transacciones son excluídas del mercado y colocadas bajo una propiedad unificada (la
empresa) aparece el uso de la jerarquía para efectuar la coordinación y dirimir disputas mediante
fiat (directivas). Se utilizan formas más complejas de gobierno para transacciones cuyos riesgos
contractuales son particularmente difíciles de ser apreciados.
Dentro de este esquema, la oficina pública puede ser pensada como una forma organizativa de
último recurso. Cuando todo falla – los mercados spot, los contratos a largo plazo incompletos, las
empresas, las regulaciones – a uno siempre le queda la alternativa de la organización pública.
Según Williamson, la crítica a estas organizaciones basada en que tienen incentivos de menor
poder, más reglas y regulaciones y mayor seguridad en el empleo que una empresa privada es
errónea, porque estas características han sido injertadas en forma deliberada en las oficinas
públicas al efecto de que sean más aptas para manejar algunas transacciones especialmente
dificultosas. Sin embargo, también se requiere vigilarlas.
Operacionalización ¿Cuáles son los mecanismos por medio de los cuales opera la teoría
propuesta y cuáles sus implicancias refutables? La teoría de los “derechos de propiedad de la
firma” originada en el trabajo de Grossman y Hart 45 se preguntaba por las razones del grado de
integración de una empresa, enfatizando los beneficios del “control” cuando hay dificultades en
redactar contratos completos. La empresa era definida como compuesta por activos. La teoría
enfatizaba dos tipos de derechos contractuales: derechos específicos y derechos residuales. La
idea es que cuando resulta demasiado costoso hacer una lista de todos los derechos específicos
sobre activos en el contrato, puede resultar óptimo que una de las partes compre todos los
derechos residuales. La propiedad era definida como la compra de estos derechos residuales. El
aporte de Grossman-Hart-Moore constituyó una contribución significativa que permitió avanzar
hacia una teoría formal.
Aspectos empíricos Entre ellos debemos incluir a la predicción. Desde los ’80 se ha acumulado
una cuantiosa evidencia que ha dado lugar a trabajos bastante congruentes entre sí. Según
Joskow, “el trabajo empírico en esta área se encuentra en mejor situación que mucha
investigación aplicada de organización industrial en general.” 46
La NEI se concentra en forma predominante en dos de los cuatro niveles: N2 y N3, que son el del
contexto institucional y el de las instituciones de gobernabilidad. Entre ambos abarcan mucho
terreno. Las características formales del contexto institucional – leyes, sistema político, judicial y
burocracia – son cruciales para determinar el desarrollo de una nación y para establecer
comparaciones intertemporales dentro y entre las naciones. Muchas cuestiones vinculadas con la
política pública descansan en un razonamiento combinando ambos niveles. Por ejemplo, en el
45
Sanford Grossman and Oliver Hart, The Costs and Benefits of Ownership: A Theory of Vertical and Lateral
Integration, J. Polit. Econ., 94:4, 1986. Oliver Hart and John Moore, On the Design of Hierarchies, Harvard
U., unpublished paper, 1999.
46
Paul Joskow, 1991, The Role of Transaction Cost Economics in Antitrust and Public Policy Regulatory
Policies, Journal of Law and Econ. Org., 7: Special Issue.
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
855
área de la privatización de las telecomunicaciones, Levy y Spiller examinaron los arreglos
institucionales en cinco países poniendo la lupa sobre los contratos, de los cuales surgían
cuestiones como la de credibilidad contractual 47 . Un estudio de reforma del sistema urbano de
aguas de Claude Menard y Mary Shirley 48 encontró que, si bien la propiedad no es determinante,
debe ser examinada en forma conjunta con ayuda de los mecanismos de gobernabilidad. Lo
mismo obtuvieron John McMillan y Christopher Woodruff 49 cuando analizaron el caso de contratos
comerciales en Vietnam.
Sin embargo, los economistas de la NEI no han pretendido llegar a todos los rincones, como por
ejemplo las reformas económicas de Europa Oriental y de la ex-URSS. Esto está señalado por
Coase: “El valor de incluir a los factores institucionales en el cuerpo de la corriente dominante en
economía resulta claro a partir de los acontecimientos recientes en Europa Oriental. A estos
países ex-comunistas se les recomendó transformarse en economías de mercado, y sus líderes
querían lo mismo, pero sin instituciones apropiadas no hay economía de mercado que sea
posible. Si conociéramos más acerca de nuestra propia economía, habríamos estado en una
mejor posición como para dar consejos.” 50 Pero la realidad plantea muchas veces necesidades
de urgente respuesta, cuando hay que tomar decisiones difíciles. Por ejemplo, en el caso de
Rusia. El equipo de Maxim Boycko, Andrei Shleifer y Robert Vishny respondió a la necesidad de
realizar una reforma con la recomendación de que la economía rusa fuera privatizada rápida y
masivamente. Tanto consideraciones de “Realpolitik” como de teoría económica fueron invocadas
para apoyar esta recomendación. El principal objetivo fue despolitizar la vida económica; la
privatización lo hace posible porque les quita a los políticos su capacidad de asignar bienes. Los
dos actores estratégicos de este programa de reformas fueron la burocracia oficial, vista como el
“enemigo contra el que hay que luchar a cualquier precio”, y los interesados directos – gerentes,
empleados, y gobiernos provinciales. El equipo de Boycko reorganizó los derechos de los
interesados de modo consistente y generoso, y de esa manera se aseguró su apoyo al programa
de privatización. Un documento muy interesante sobre este proceso es el que produjeron estos
autores (Privatizing Russia, 1995).
La recomendación de una privatización masiva y rápida estaba apoyada por la teoría económica
de la empresa, en particular el mencionado documento de Grossman y Hart (1986) que visualiza a
la propiedad como un sistema de derechos de control. Después de la privatización de las
empresas estatales, seguiría presumiblemente una reestructuración efectiva por nuevos grupos de
interesados. Confiando en que el futuro se cuidaría a sí mismo, el programa de privatización
masivo comenzado en la primavera de 1992 habría alcanzado una terminación “triunfal” en junio
de 1994, para cuya fecha 2/3 de la industria rusa estaban bajo control privado.
Pero este veredicto resultó prematuro, porque como demostraron Bernard Black, Reinier
Kraakman y Anna Tarassova 51 , aunque la privatización fue exitosa para las empresas pequeñas,
fue profundamente problemática, y con elevados niveles de corrupción en otras. Estos riesgos
podrían haber sido anticipados, analizando hacia el futuro los riesgos asociados con la
implementación ex-post. Una mayor apreciación de los problemas del contexto institucional de
Rusia hubiera conducido a pronunciamientos más prudentes. Se podía discutir si un mayor
respeto por las reglas del juego (incluyendo la eficacia en la implementación de las leyes rusas)
47
Brian Levy and Pablo Spiller, 1994, The Institutional Foundations of Regulatory Commitment, J. Law Econ.
Org., 10:2, 1994.
48
Reforming Contractual Arrangements: Lessons from Urban Water Systems in Six Developing Countries,
1999, no publicado.
49
Dispute Prevention without Courts in Vietnam, J. Law Econ. Org., 15:3, 1999.
50
The Institutional Structure of Production, American Economic Review, 82:4, September 1992.
51
Russian Privatization and Corporate Governance: What Went Wrong, Stanford Law Review, vol. 52, 2000.
856
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
hubiera mejorado las reglas. Después de todo, el proceso de reforma hubiera tenido que avanzar
a un paso más modesto y lento, con mayores deliberaciones.
Williamson considera que los esfuerzos realizados por el equipo de Boycko fueron heroicos, y que
en todo caso la NEI debería ser incluída como una parte en cualquier cálculo de reformas.
15. Conclusiones
•
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•
•
•
•
•
Las instituciones del nivel N1 (incrustación) son una parte importante pero aún
subdesarrollada de la teoría.
La economía evolutiva, que abarca a la selección, a la ecología de la población y a la
ontogénesis está en marcha.
La dependencia del camino es una condición real e importante pero está sujeta a variadas
interpretaciones.
Los méritos de una privatización son reales pero no uniformes, y es necesario evaluarlos
con respecto a las reglas del juego y al desarrollo del mismo.
Una empresa puede ser descripta a varios niveles como el tecnológico, contractual y
según la perspectiva basada en la competencia de los conocimientos.
Cuál es la mejor perspectiva para describir a un ser humano es aún un debate abierto,
aunque la psicología evolutiva ofrece aquí ciertas promesas.
A la política se la juzga con referencia a un ideal según algunos 52 y en términos
institucionales comparativos según otros 53 .
Los argumentos de eficiencia han prevalecido sobre las interpretaciones de poder porque
las últimas son tautológicas, pero las cuestiones vinculadas al poder siempre están entre
las consideraciones.
A (mercado no asistido)
B (riesgos no aliviados)
C (compromiso creíble)
h=0
s=0
salvaguardia de mercado
h>0
s>0
administración
D (integración)
Figura 2 – Esquema simplificado de contratos
•
52
La burocracia sigue siendo una condición poco estudiada y comprendida, sea cual fuere la
aproximación utilizada.
Douglass North, A Transaction Cost Theory of Politics, J. Theor. Politics, 2:4, 1990.
Oliver Williamson, Public and Private Bureaucracies: A Transaction Cost Economics Perspective, J. Law
Econ. Org., 15:1, 1999
53
XXVII. Introducción a la economía de la información y de las instituciones
•
•
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857
Los enfoques sobre el ordenamiento privado de los contratos han sido cada vez más
frecuentes, pero las reglas legales siguen siendo importantes y su relación con el
ordenamiento privado todavía no está bien desarrollados.
La teoría positiva política realizó avances sustanciales, aunque una plena comprensión
todavía constituye un desafío.
En conclusión, queda un amplio campo de temas por abordar con el nuevo enfoque –
incluyendo refinamientos conceptuales, extensiones, nuevas aplicaciones, mejores
hipótesis, más pruebas empíricas y una teoría más formalizada.
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