PEREIRA DOMÍNGUEZ, C. y VALERO IGLESIAS, L. F. Cine y educación social. Reflexiones de la película Babel en un mundo globalizado. En CID, X. M. y PERES, A. (Eds.) (2007). Educación Social, Animación Sociocultural y Desarrollo Comunitario. Universidade de Vigo. Universidade de Tras-osMontes e Alto Douro Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social. Imprime Gráficas Galegas. pp. 793-801. ISBN- 978-848158-349-6 _________________________________________________ Resumen CINE Y EDUCACIÓN SOCIAL. REFLEXIONES DE LA PELÍCULA BABEL EN UN MUNDO GLOBALIZADO Carmen Pereira Domínguez. Universidad de Vigo Luis Fernando Valero Iglesias. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona La película Babel cuestiona, una vez más, nuestra existencia en un mundo global en donde todo está interrelacionado. Evoca el viejo concepto de la torre de Babel y sus implicaciones actuales: las identificaciones erróneas, los malentendidos y las oportunidades fallidas, esas manos invisibles que guían nuestras vidas, en definitiva, el destino de una existencia cuyo destino principal queda lejos de nuestras manos mientras perseguimos pequeñas y limitadas metas. Se narra de forma sabia y exquisita la realidad de nuestra aldea global y cómo es preciso aceptar un nuevo paradigma que interprete la sociedad actual en donde el conocimiento es esencial y el cine, séptimo arte, una expresión inequívoca de la realidad de la globalización. Que favorezca la vuelta al ser humano, fundamental, social y solidario. Que no nos sintamos atrapados por una falsa civilización basada exclusivamente en lo tecnológico. Babel, de Alejandro González Iñárritu (USA-México, 2006), nos induce a sumergirnos, dentro de un contexto de educación social, por las tramas que ofrece la globalidad, en especial, a reflexionar si vivimos con las reliquias de un mundo condenado o con los presagios de un mundo por nacer. Así como a buscar y aceptar al otro, estar abierto a él, comprender que el sentido de nuestra vida depende más de lo humano que del poder de la tecnología. 1 / 10 CINE Y EDUCACIÓN SOCIAL. REFLEXIONES DE LA PELÍCULA BABEL EN UN MUNDO GLOBALIZADO Carmen Pereira Domínguez. Universidad de Vigo Luis Fernando Valero Iglesias. Universidad Rovira i Virgili. Tarragona Lo mejor de Babel fue que empecé rodando una película acerca de las diferencias que separan a los seres humanos, las barreras físicas y el idioma, pero en el camino me di cuenta de que estaba haciendo una película acerca de lo que nos une, el amor y el dolor. Es muy posible que lo que hace feliz a un marroquí y a un japonés sea muy diferente, pero lo que nos hace sentir mal es lo mismo para todos. (González Inárritu, 2007) 1. A modo de introducción. Ahondar en nuestra forma de ser humanos Nuestra respuesta quizás se acerque a nuestro habitual trabajo de reflexión e investigación sobre la animación sociocultural y a nuestra dedicación a la formación de futuros educadores sociales. (Ortega, 1999; Pérez Serrano, 2003; Caride, 2005 y Sáez y García Molina, 2006) En esa formación es fundamental profundizar en lo que es una determinada cultura y en la globalización como un aspecto y dimensión que está definiendo y mediatizando, cada vez con más fuerza, todo cuanto acontece. Por supuesto, la economía, el comercio, el poder político-militar…, pero también la cultura, con la amenaza de imponer las de las sociedades materialmente más ricas y poderosas y anular las otras, a pesar de toda su riqueza humana, que no está en relación directa con su situación material-tecnológica. Y también, en un aspecto fundamental, en la formación del educador o de la educadora social: toda persona, incluso la aparentemente más pobre y necesitada, nos puede aportar y enriquecer con su relación. Y tiene derecho a ser aceptada y comprendida a partir de su cultura. Con la posibilidad que nos ofrece este Congreso de Pedagogía Social (SIPS), de tratar “Animación sociocultural y globalización”, era casi inevitable elegir la película Babel y plasmar nuestras reflexiones sobre ella. Parecía estar cantado. Difícilmente podíamos dejar pasar la ocasión de volcarnos en un filme reciente y magnífico que profundiza -constituyendo una aparente paradoja- en el crecimiento de la incomunicación en un mundo globalizado, pues no hay duda que: - Somos personas amantes del cine, con el que disfrutamos y del que hacemos uno de nuestros principales nutrientes culturales, aquello que nos permite ahondar en nuestra forma y sentido de ser humanos. - Somos docentes, que utilizamos asiduamente el cine para hacer vibrar a nuestro alumnado, profunda y humanamente, en realidades sociales y, de ese modo, iniciarle 2 / 10 en su futuro profesional. (Pereira: 2005; Pereira y Valero: 2006 y Gutiérrez, Pereira y Valero, 2006) Aproximarnos a Babel nos ha llevado a: - Advertir y hacer ver en el estudiante cómo nuestras culturas nos inducen a percibir a los de otras como inferiores; menos personas, diferentes y alejadas de nosotros, cuando tenemos mucho en común. (Touriñán y Santos, 1999; García Canclini, 2004 y Cobo, 2005) - Destacar cómo la riqueza-pobreza material no está en relación directa con la calidad humana. - Reflexionar sobre la necesidad de no dejarnos dominar por una tecnología que nos encierra en nosotros mismos y nos vuelve débiles y frágiles, a pesar del aparente poder que nos proporciona. - Comprender que la globalización nos relaciona, pero también nos hace más dependientes, más vulnerables y más distantes. - Imponernos la obligación de humanizar nuestras sociedades, de modo que podamos encontrarnos con otras sin que esa relación se convierta en nociva… Volviendo a la frase del Director que inicia este escrito, que queremos convertir en el hilo conductor de toda esta comunicación, nos recuerda las palabras de El Mercader de Venecia y las que se leen en El Pianista (Polanski, Francia-Alemania, 2002), cuando toda la familia se encuentra en la estación de tren a punto de ser deportada, y también en To be or not to be, y que parecen estar llamadas a ser un alegato permanente contra el racismo y la discriminación: “¿No tiene ojos un judío? ¿No tiene un judío manos y órganos, medidas, sentidos, afectos y pasiones? ¿No se alimenta de la misma comida, o se hiere con las mismas armas? Si nos pincháis, ¿no sangramos? Si nos hacéis cosquillas, ¿no reímos? (...) Si somos como vosotros en lo demás, nos parecemos en esto también…”. Shakespeare, El Mercader de Venecia (Acto tercero, escena primera). Y es que el cine, en palabras de Fuentes (2007a), debe comunicar en un mundo incomunicado, Por eso me llaman la atención las obras cinematográficas que atentan contra su naturaleza comunicativa y de masas, para tratar el tema de la soledad y la ausencia de comunicación. De eso trata precisamente Babel, de las esencias del cine, como un medio donde el ser humano se refugia en él, para identificarse, a través de una historia, que le proyecta lo que acontece, pero que no es, en demasiadas ocasiones, consciente de ello, y viendo la película se descubre todo lo que trasciende a lo largo de una vida vicaria. Por ello, consideramos que no es casualidad que dos expertos mexicanos, el guionista Guillermo Arriaga y el director Alejandro González Iñárritu, hayan escrito y dirigido una película como Babel, incluida en los circuitos del cine mundial y candidata a los 3 / 10 Oscar como mejor película extranjera, (Rose, 2007: 14-20).1 Y que ambos realicen películas que proyectan una dimensión internacional, cuya temática se halle vinculada a la realidad de vidas ajenas cruzadas y entreveradas.2 La irrupción de los directores mexicanos en el espacio del celuloide de élite, la entrada de lo que podríamos denominar el mundo hispano, brinda una nueva perspectiva al cine desde ópticas globalizadas en su producción y en su ejecución. Obras de talante mundial, pero con batuta mexicana, pusieron en el punto de mira la realidad de un cine que lleva años mostrándole al mundo la solvencia de sus credenciales. (Jarne, 2006: 8) 2. El magisterio de la narrativa cinematográfica Un mundo tan interconectado, tan común hoy en día, nos lleva a vivenciar la crisis mundial desde el fenómeno de la globalización. Se palpa la inexistencia de cotos cerrados y la ausencia de exclusividad. En este sentido, nos los demuestra claramente Babel a modo de metáfora creativa.3 Narra de forma sabia y exquisita la realidad de nuestra aldea global y cómo es preciso aceptar un nuevo paradigma que interprete la sociedad actual en donde el conocimiento es esencial y el cine, séptimo arte, una expresión inequívoca de la realidad de la globalización. Que favorezca la vuelta al ser humano, fundamental, social y solidario. Que no nos sintamos atrapados por una falsa civilización basada exclusivamente en lo tecnológico, (Castells, 1998 y Stiglitz, 2002). En la película se observa una tensión entre lo más cercano y personal y entre lo lejano social o global, todo ello insertado en la sociedad que conocemos. Hay países, civilizaciones en definitiva, que están preocupadas por su pérdida de identidad o de que su esencia se pueda diluir en esta globalización, (Moreno, 2004). Quizás por ello el director, González Iñárritu, ha señalado que la idea de rodar Babel es una causa directa de haber salido de su país natal y también de su estado anímico actual. Babel no responde a la pregunta, ¿de dónde soy?, sino, ¿adónde voy?: Creo que compartimos esa angustia que produce estar fuera del país, pero al mismo tiempo esa perspectiva que se obtiene de estar fuera y de verte a ti mismo a través de los demás. (Rose, 2007: 16) Hoy ya no se está en una situación de superioridad, aunque pueda parecerlo; todos dependemos del otro, ya sea de un ser superior, del trabajo o de la identificación social. Y eso se comprueba de nuevo en Richard, el protagonista de la película, cómo depende totalmente de la tradición del guía en el pueblo donde llevan a su esposa, depende de 1 El cine mexicano, además de Babel, de Alejandro González Iñárritu, USA_México, 2006, ha puesto en el candelero internacional, El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro, España-México-USA, 2006 e Hijos de los hombres, de Alfonso Cuarón, USA, 2006, películas realizadas fuera de México, con capital extranjero y dirigidas por tres sobresalientes directores de aquel país. 2 Amores perros, México, 2000; 21 gramos, USA, 2003, ambas de Alejandro González Iñárritu y Los tres entierros de Melquíades Estrada, de Tommy Lee Jones y guión de Guillermo Arriaga, USA, 2005. 3 Ficha técnica: Título original: Babel. Director: Alejandro González Inárritu. País: USA-México. Año: 2006. Género: Drama. Guionista: Guillermo Arriaga. Productores: Alejandro González Inárritu, Jon Kilik y Steve Golin. Fotografía: Rodrigo Prieto. Música: Gustavo Santaolalla. Interpretación: Brad Pitt (Richard), Cate Blanchett (Susan), Gael García Bernal (Santiago), Elle Fanning (Debbie), Kôji Yakusho (Yasujiro), Rinko Kikuchi (Chieco), Adriana Barraza (Amelia), Nathan Gambie (Mike), Mohamed Akhzam (Anwar), Peter Wight (Tom), Harriet Walter (Lilly), Trevor Martín (Douglas), Mónica del Carmen (Lucía). Producción: Paramount Pictures. Duración: 143 minutos. Distribuidora: VIP. 4 / 10 Amelia para que le cuide a sus hijos, y ésta, a su vez, depende de su sobrino. En Babel, dentro de globalización, hay un proyecto de convivencia, representado en la actitud del guía con Richard. Los problemas de la globalización actual, asociados a la incomunicación humana, en especial en la familia que esta película nos ofrece, son parejos a esa torre bíblica; se trata de cuatro historias íntimas acerca de padres e hijos. Todas tocan el tema de una relación muy compleja, pero que nos deben interesar por el bien de la humanidad. La película Babel plantea nuestra existencia en una aldea global donde todo está interrelacionado. Ha sido rodada en tres lugares de otros tantos continentes (África, Asia y América) y en cuatro idiomas (árabe-bereber, japonés e inglés), que cuando entran en contacto chocan y presentan las diferencias y conflictos entre culturas material y tecnológicamente desarrolladas y culturas más desfavorecidas, pero en las que también se perciben valores diferentes. En este caso, en las culturas "pobres" se vive de forma más “social”, más próxima y solidaria. Indaga en lo personal y en lo político; y describe con realismo las barreras que separan a los seres humanos. Expone la historia de dos niños hermanos, hijos de un campesino, en el desierto marroquí. Como de costumbre, salen a cuidar su rebaño de cabras y, para protegerlas de los chacales, llevan un rifle Winchester, proporcionado por su padre, que acababa de comprarlo por 500 dirhans y un cabrito. Deciden ver hasta dónde llega el arma, comprobar si es cierta la afirmación del vendedor, su alcance de tres kilómetros. Pero la bala va más lejos de lo que ellos se imaginan, ya que se introduce en un autobús de turistas hiriendo a una pasajera norteamericana. En un instante, colisionan las vidas de cuatro grupos de personas separadas por tres continentes: una pareja estadounidense, inmersa en la incomunicación, está atrapada en medio de un accidente que se escapa del control de todos; una adolescente japonesa sordomuda convive en su silencio interior y su padre, que acaba de perder a su mujer, buscan puntos de conexión para el diálogo en común; una niñera mexicana que, sin permiso, cruza la frontera con dos niños norteamericanos; y una familia marroquí anclada en una cultura ancestral. Ninguno de los grupos descritos se va a conocer, a pesar de la repentina e improbable interrelación entre ellos; siempre estarán aislados, debido a su propia incapacidad de comunicarse con su entorno. En toda la trama se hace presente el lenguaje en sus múltiples vertientes, como medio para acercarnos o alejarnos de los deseos de la vida. 4. El género humano necesita, esencialmente, comunicarse En un lado del planeta, Marruecos, una pareja, con la cual no tenemos ninguna comunicación, ni somos capaces de articular palabra, y si se cruza alguna es de reproche. Él, sigue sin poder expresarse para salvar a su mujer, herida gravemente, por estar en una sociedad rural, cerrada, medieval y por unos diplomáticos atenazados por el 5 / 10 pavor de desencadenar fuerzas insospechadas. La incomunicación de este matrimonio americano a quienes acabará uniendo un medio hostil y, sobre todo, el daño y el peligro físico que, incluso, les obligará a recurrir y a confiar en seres que, por su cultura y apariencia, les provocarían desconfianza y rechazo, pero que terminarán siendo su salvación; dándoles una verdadera lección de humanidad frente al egoísmo y la inhumanidad de los compañeros de autobús de su misma cultura. Es evidente que el matrimonio no desea otra cosa que recomponer su convivencia, reencontrarse; y esa es la grandeza de este filme. Hoy, la convivencia más íntima, la de siempre, la más cercana, está insertada en una comunión global que se interrelaciona. La sociedad marroquí rural neta, con unas estructuras ancladas, casi medievales, en donde llamar por teléfono o conseguir una ambulancia es una aventura, y cuyo gobierno se niega a colaborar con la turista herida de gravedad, ya que en esa zona no hay terrorismo. Asimismo, unos diplomáticos norteamericanos, histéricos en su trabajo desde lo ocurrido el 11 de Septiembre, usan las técnicas más rigurosas de vigilancia ciudadana: lectura del iris del ojo, custodia de las huellas dactilares a partir de 36 parámetros identificadores para todo aquel que llegue a su país. Es el control del terror, generando un miedo cerval. Cuestión de seguridad, quizás; pero se palpa un atentado a la libertad individual y a los derechos personales. En otro lado del planeta, Japón, se nos presenta como el país con la más alta y potente tecnología del mundo. Un japonés, empresario, vive su mundo acosado por el recuerdo de su mujer muerta y una hija adolescente sordomuda, Chieco, recluida en su propio mundo y sin entendimiento ninguno con su padre. Una sociedad tremendamente ruidosa, en donde se nos muestra una chica sordomuda, en su silencio interior, acosada, y viviendo como una joven francesa, inglesa, norteamericana o mexicana en esta globalidad, donde se pasa de la historia de cada país y de su tradición. Esta adolescente, casi un prototipo de soledad e incomunicación que, en su dificultad extrema para comunicarse, pretende mantener una relación sexual a toda costa, aunque quede reducida a su dimensión meramente corporal para salir de su aislamiento y sentirse adulta, unida a un hombre cualquiera. Los ofrecimientos de Chieko al dentista, a los jóvenes en la cafetería o al policía no son más que otro síntoma de una soledad inmensa, en este caso acentuada por la sordera y la mudez incomunicadora que esta persona desea romper, a través de su cuerpo, como elemento de expresión. Ella intenta salir de ese silencio omnipresente a través de la comunicación más primaria, el sexo y las drogas, como tantos adolescentes de este mundo globalizado, y así nos lo muestra el Director de la película, en la discoteca o en ese paseo sin banda sonora y con imágenes a gran velocidad de una noche en Tokio 4. Pero, aún así, estas situaciones no logran desbloquearla y, en el cierre del filme, se abre una puerta a la esperanza en la carta que le entrega al policía y que nunca sabremos su mensaje, aunque en la última escena la vemos mirando ese Tokio nocturno silente y, quizás, la salva la llegada de su padre, cuando estaba a punto de encontrarse con su 4 Por motivo de espacio no podemos detenernos en las técnicas fílmicas utilizadas en esta película y que dejaremos para otra ocasión dado que seguiremos investigando sobre ella: contrapunto, historias paralelas, rompecabezas, saltos en el tiempo, ritmo, color, planos, encuadres, imágenes superpuestas, movimientos de cámara en zig-zag, música, efectos sonoros,.....(García y Coello, 2007) 6 / 10 madre desaparecida. Ese broche final que nos ofrece un mundo de posibilidades a la historia y que nos permite dudar de todo lo que hemos visto. 5 Mientras, Yasujiro y Cheiko, el padre y su hija, vivían ignorantes de que unas vacaciones del primero, durante un safari en el Atlas marroquí, sea la causa de una catastrófica situación que está poniendo al borde de la muerte a varias personas. Muerte. Esa palabra que ellos conocen bien y que padecen en su desierto interior, pues han vivido en carne propia esa sensación, con el suicidio de su ser más querido. Y en otro tercer lugar del planeta, los hijos de la pareja son cuidados, en California, por una mexicana, ilegal, una mujer absolutamente buena, dispuesta a darlo todo por los niños. Lleva 16 años trabajando con ellos. Precisamente, ese día del fatal accidente, se casa su hijo. En su cultura, la madre no puede faltar a tal acontecimiento. Como no localiza a nadie que sustituya su cuidado, decide llevárselos a México, de paso que la recoge en coche su sobrino. En otras ocasiones se pasa la frontera sin demasiado problema, así lo exclama Santiago, el pariente de la sirvienta, Amelia, cuando ésta opta por llevarse a los niños a la boda descrita. Total es ahí al lado. La sociedad mexicana vive lindando con un país digitalizado, sensorizado con los mecanismos más sofisticados, con alambradas y muros inalcanzables; aún así, miles de personas pasan cada año, y demasiados dejan allí la vida para entrar. 5 La película cuenta con varios guiños en los que no vamos a entrar, tan sólo cabe mencionar, por encima: -Comienza la globalización y las irrealidades a las que estamos todos sometidos. La noticia se vende, en todas las televisiones y medios de comunicación del mundo, como que un grupo de terroristas ha asaltado un autobús de turistas en una zona de Marruecos y han matado a una norteamericana (en el filme se dan elementos sutiles para creer que son judíos) y consolidar así la relación, árabes-judíos-violenciaterrorismo. -Que dos niños marroquíes, cabreros del Sáhara, en posesión de un rifle, que es algo más que un juguete, para ellos lo es, y así se lo hace ver su padre, la defensa del rebaño de los chacales, va en ello la supervivencia de la familia y, a pesar de que el arma es mortal, no cae en la cuenta que en manos de niños tiene efectos imprevisibles. -Cuando controlan el coche de Santiago en la frontera, la mujer mexicana que lleva años en los Estados Unidos, ya se le ha olvidado que cruzar hacia su país con dos niños de tez blanca y de pelo rubio despierta todas las sospechas y, sobre todo, los temores atávicos de los guardias fronterizos que, para más desgracia, son de origen mexicano. Ahí se demuestra que la comunicación global se pierde en el día a día de la incomunicación local. -En el interrogatorio de Amelia, la nodriza hecha presa en el desierto norteamericano es una inmensa metáfora del mundo globalizado y éste se presenta como un desierto atrincherado por la discriminación, la sospecha, la arbitrariedad y la injusticia. Solamente se le ocurre decir, en su defensa, una auténtica verdad, hice una tontería. -O también como en los actos más primarios se rompe el silencio, la incomunicación, pues lo más importante es sobrevivir. Así ocurre cuando Susan, la protagonista herida por el disparo, desea poder orinar y entonces ocurre lo inesperado; o en el enfrentamiento soterrado de los turistas que iban con Susan y Richard, que desean salir huyendo de esa sociedad medieval que visitaban turísticamente, pero que cuando sienten de verdad esa sociedad de miseria, les aterra y se rompe la solidaridad de los civilizados, causalmente alemanes y franceses contra el norteamericano; o en esa policía marroquí, que cuenta con medios modernos, pero con interrogatorios basados en la tortura; o ese matrimonio marroquí, en donde el padre es el rey y en cambio los hijos se muestran cainitas, o el incesto y el deseo de explorar, algo harto patente en el hijo menor. 7 / 10 Finalizada la boda, Santiago, el sobrino de Amelia, los lleva de regreso por la noche. Conduce bebido y desencadena una hecatombe, abandonando a su tía y a los niños en un entorno tan cruel y arriesgado como el desierto americano, tan duro como el marroquí, donde están atrapados los padres de los niños y donde malviven, día a día, los causantes primarios del suceso. Amelia será mal interpretada ante la policía por sus actos obligados y sólo recibirá incomprensión y un trato frío y deshumanizado, en las antípodas de su forma de ser y de comportarse. Tampoco es casualidad, como ya hemos señalado, que el desierto es otra inmensa metáfora del que ya existe, habitualmente, en el ser humano. El desierto del Sahara, el desierto norteamericano y el desierto de soledad de una sociedad del futuro ya presente: la incomunicación total de la ciudad de Tokio. 3. A modo de epílogo. La tragedia A la vista de lo todo lo expuesto anteriormente, podremos insistir en algunos aspectos esenciales: En la omnipresencia de la globalización que se nos impone y que hay que afrontar para que no nos intimide o nos destroce. En la misma línea estaría el dominar la tecnología, en lugar de dejarnos dominar por ella. Un rifle magnífico trae la desgracia y al mismo niño que se sentía feliz utilizándolo, lo acabará por traumatizar. O el mundo supermoderno y tecnificado, dotado de la mayor sofisticación, no impide la soledad y casi lleva al aislamiento. En la necesidad de comprender a toda cultura como una forma humana de encarnar unos valores y en toda la riqueza que pueden encerrar las que consideramos “culturas pobres”. En el valor de las personas que no han perdido su humanidad y sus buenos sentimientos hacia otro ser humano y que pueden ser, en un momento dado, nuestra salvación, a pesar de que su apariencia externa nos llevaría a despreciarlas e, incluso, a huir de ellas (como es el caso del veterinario y la curandera marroquíes). En la injusticia que supone admitir a emigrantes por el servicio que nos prestan con su trabajo, sin comprender su cultura, ni interesarnos por ellos como personas, y hasta tratarlos con el mayor rigor si han actuado de un modo que, desde nuestro punto de vista, no es el adecuado. (Carrera i Carrera, 2007: 18-24) Babel nos permite preguntarnos, dentro de un contexto de educación social, por las tramas que nos ofrece la globalidad, si vivimos con las reliquias de un mundo condenado o con los presagios de un mundo por nacer. (Fuentes, 2007 b) Descubrir cómo esta película, dentro de los estudios de Educación Social, juega un papel esencial en su formación. Babel nos describe, con un lenguaje cinematográfico, la situación del mundo de hoy, para comprender al ser humano. El cine no es más que un paso adelante en esa evolución sociocultural con elementos de la técnica más novedosa. Esta muestra cinematográfica ofrecida sirve para recrearnos y 8 / 10 aprender, para compartir conjuntamente vivencias que requieren miradas reflexivas que despierten cambios de actitud hacia un mundo de valores personales y sociales encaminados hacia una ciudadanía de convivencia pacífica. Referencias bibliográficas CARIDE, J. A. (2005): Las fronteras de la Pedagogía Social: perspectivas científica e histórica. Barcelona: Gedisa. CARRERA i CARRERA, J. (2007): “Identidades para el siglo XXI”. Cuadernos Cristianisme y Justicia, 147, mayo. CASTELLS, M. (1998): La era de la información. Madrid: Alianza editorial, Vol. 3. COBO, J. M. (2005): Otro mundo es posible. Propuesta de una utopía para el siglo XXI. Madrid: Biblioteca Nueva. FUENTES, C. 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