HC_Verbitsky_Lefevbre

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HORACIO CALDERON
Analista Internacional
Experto en Medio Oriente y Africa del Norte
Especialista en Contraterrorismo
www.horaciocalderon.com
http://terrorismo-contraterrorismo.blogspot.com
[email protected] [email protected]
54-9-11-5937-7694 (011) 15-5937-7694
Buenos Aires - Argentina
Buenos Aires, 9 de febrero de 2009
LA DIALECTICA PERVERSA DE HORACIO VERBITSKY
Con el título “Gente enojada” el ex terrorista convertido en periodista de investigación, Horacio
Verbitsky, ha intentado enmendar en la edición de ayer domingo 8 de febrero de 2009, los
gruesos errores históricos y conceptuales cometidos en el número del 1º de febrero próximo
pasado. Se trata de hechos que en realidad nunca existieron y que hacen nuevamente referencia
a supuestas actividades mías con motivo de la visita realizada en julio de 1977 a la Argentina
por S.E.R., Monseñor Marcel Lefebvre.
En la edición citada de Página 12 del 1º de febrero pasado y en una extensa nota que lleva como
título “La única verdad”, acerca de lo que considera “las opciones estratégicas del Papa alemán”
(en referencia a S.S. Benedicto XVI), Horacio Verbitsky insiste en sus dichos remitiéndose a un
parte de inteligencia elaborado por la Policía de la Provincia de Buenos Aires en julio de 1977,
con motivo de la llegada a la Argentina de Monseñor Marcel Lefebvre. Resulta asombroso que
quien desarrollaba por ese entonces actividades terroristas que costaron la vida de numerosos
inocentes, tome como infalible un parte policial que queda en sí descalificado por la pésima
información que contiene. Además, en consecuencia, es imposible encontrar -por ejemploregistros fotográficos o fonográficos de tal supuesta intervención.
Según cita el autor del artículo de marras, su fuente de información “fueron los partes de la
Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, cuya custodia fue
entregada por la justicia a la Comisión Provincial por la Memoria, uno de los cuales se
reproduce aquí”. E insiste en reiterar afirmaciones que ya fueron por mí refutadas en un
comunicado y varios reportajes radiales de días pasados, agregando ahora nuevas inexactitudes
que podrían ser tomadas como datos históricos por otros colegas o incluso historiadores.
Por ello y frente al parte policial tomado como “infalible” por Horacio Verbitsky, deseo
reafirmar lo siguiente, descartando otras refutaciones que conciernen a terceros y que tampoco
hacen honor a la verdad histórica:
1) No asistí a la recepción en Ezeiza de monseñor Marcel Lefebvre, que el parte policial afirma
fue el 20 de julio de 1977 y, en consecuencia, jamás pude pronunciar ningún discurso de
bienvenida. El documento policial contiene en este caso una seria inexactitud.
2) No tuve oportunidad de asistir a ninguna de las Misas celebradas por el arzobispo francés, ya
que como expresé en su momento se realizaron en casas y departamentos particulares a los
cuáles solamente podía ingresarse con invitación. La verdad es que no recibí ninguna, más allá
de que hubiera deseado o no asistir a alguna de ellas.
2
3) No mantuve ninguna entrevista ni personal ni colectiva con el monseñor Marcel Lefebvre
durante su permanencia en Buenos Aires.
Resulta importante aclarar que de haber realizado alguna de dichas actividades no tendría
problema alguno en admitirlo, dada la admiración que sentía por Monseñor Marcel Lefebvre, en
tiempos previos al cisma producido años después. De hecho, había realizado declaraciones
señalando tiempo antes de su arribo mis plácemes por tal acontecimiento.
4) Posteriormente al cisma provocado por hechos que son de público conocimiento, permanecí
fiel a la Santa Sede, más allá de disidencias profundas a las que tiene derecho todo laico católico
apostólico romano, salvo cuando el Vicario de Cristo hace uso explícito de su Magisterio
Infalible.
El despiste de Verbitsky continúa en la introducción del artículo “gente enojada” del día de
ayer, haciendo referencia a mi persona como “ex secretario de prensa de la misión Ottalagano
en la Universidad de Buenos Aires”, cuando en realidad fui asesor en el área de Planeamiento
durante la totalidad de esa etapa de la Intervención en la alta casa de estudios.
Luego de una larga parrafada finaliza diciendo: “Horacio Calderón, autor del panfleto
antisemita La Argentina Judía, quien al asumir su cargo en la UBA denunció la infiltración
judía en la Iglesia Católica”.
Nuevamente y en honor a la verdad:
5) Nunca pronuncié ningún discurso al asumir los diferentes cargos que desempeñé en la
Universidad de Buenos Aires, designaciones que constan en mis antecedentes curriculares:
Asesor de la Intervención en el Area de Planeamiento (1974), Secretario de Prensa y Difusión
de la Facultad de Filosofía y Letras (1974-1975) y Director de Prensa y Difusión de la
Universidad de Buenos Aires (1975-1976). Con respecto a la última función mencionada, la
designación fue efectuada por el Dr. Eduardo Mangiante y permanecí a cargo de dicha
Dirección hasta el golpe de Estado militar del 24 de marzo de 1976. Luego de denunciar que
había una conspiración contra el Gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón
(como consta en mi renuncia presentada dos días antes del golpe), presenté mi dimisión a
efectos de no entregar el cargo a las nuevas autoridades militares, por lealtad a quien era
entonces todavía Presidente de la Nación.
6) El único discurso oficial pronunciado en la UBA fue con motivo de la fundación en 1976
-bajo mi personal auspicio e idea-, de la primera sala de prensa de la Universidad de Buenos
Aires; una de la más modernas de esa época, en la que numerosos colegas periodistas e incluso
principiantes de esa profesión encontraron siempre la más cálida de las acogidas; más allá de la
orientación de los diferentes medios con respecto a la gestión de las autoridades de turno, o a la
mía personal.
7) El discurso al que hace referencia Horacio Verbitsky sobre “infiltración judía en la Iglesia
Católica” tuvo lugar en diciembre de 1976 (no en 1974 cuando asumí el primer cargo de la
UBA) y no se realizó en la sede o local alguno de la casa de estudios sino en una unidad básica
justicialista, como consta en los diarios de la época. Durante el Concilio Vaticano II y como
consta en muchos documentos históricos que pueden obtenerse en cualquier buscador,
pensadores e historiadores judíos como Jules Isaac, lograron imponer sus ideas en numerosos
documentos no dogmáticos del tal concilio pastoral. El seguimiento y estudios de tales
actividades y presiones fueron el detonante de las durísimas críticas por mí lanzadas en esa
época, algunas de las cuales fueron por su tono -cabe admitirlo- una grave falla de mi parte a la
más mínima caridad cristiana.
3
Ambos artículos publicados en Página 12 contienen otras mentiras, falacias e intrigas propias de
la dialéctica perversa contra las instituciones fundacionales de la Nación Argentina, que
caracteriza la persistente prédica de Horacio Verbitsky, vinculadas a varias instituciones y
personalidades aludidas, especialmente de la Iglesia Católica. Refutar todo ello podría ser sin
duda parte de un futuro documento, digno de una mayor elaboración.
HORACIO CALDERON
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