Comentario resuelto Ese chico

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Comentario de texto
Rosa Montero - Ese chico
Resumen
La noticia de la agresión a la inmigrante en el tren está removiendo conciencias. Y no
sólo por el racista que golpeó a la chica de Ecuador, sino por el hombre que lo observó
sin inmutarse. Se trata de otro inmigrante, y quizá sea por eso por lo que actúo así.
Además no es el primer suceso de maltrato a estas personas, lo que puede reforzar la
decisión. Sin quitar lo violento que se veía el hombre al que se podría haber enfrentado.
Y dejando estas cuestiones aparte, también está la dignidad. Se cita otro hombre,
Oliver, que con sólo 23 años, hizo lo contrario, ayudar a una mujer. Esto le costó la
vida. La autora plantea, mediante preguntas, si en un caso similar, se actuaría como
Oliver, o como el chico del tren. Deseando que la vida no ponga en el aprieto de tener
que elegir, por que tal vez, hiciéramos como el expatriado.
Temas
El tema más profundo del texto es la duda de si merece la dignidad pagar un precio
tan alto como el de la propia vida. Y como otro tema, también muy importante, el
maltrato a los inmigrantes. Rosa no está de acuerdo con esto. Y en general con la
violencia, comunicando que no entiende por qué un juez no encarcela a una persona así.
En cuanto a la dignidad, no deja claro su punto de vista, si no hace preguntas, para qué
seamos nosotros los que nos planteemos la cuestión.
Organización de las ideas
Lo podemos dividir en tres partes de extensión desigual. En primer lugar, todo el
primer párrafo. En él se contextualiza el texto, ya que la autora lo sitúa en una situación
muy concreta: la agresión que se produjo a una adolescente inmigrante en un tren, por
parte de un nazi. Además, ya aquí introduce una pregunta indirecta, planteando que
hubiésemos hecho nosotros en su lugar. Después, en las ochos primeras líneas del
siguiente párrafo, se encuentra la segunda parte. Aquí, da una especie de argumentos de
por qué el inmigrante que observó la escena, sin actuar, así lo hizo. También alaba a las
personas que son capaces de oponerse a la violencia,citando a un joven que sí lo hizo, y
murió por ello. Se introduce otra pregunta, sugiriendo si hubiésemos hecho lo mismo
que él. En las restantes líneas se encuentra la tesis de la autora. En ella introduce una
series de preguntas. En las que intenta hacernos pensar en qué bando nos situaríamos. Y
si la dignidad, puede estar por encima del miedo. También dice que ojalá no nos veamos
en una situación de maltrato ajeno, por qué podríamos hacer lo que el hombre del tren,
y quizás, no perdonarnos.
Teniendo en cuenta esta organización de las ideas, nos encontramos ante un texto con
una estructura sintética, ya que primero se expone la noticia, se dan argumentos y
ejemplos, y al final aparece la tesis.
Representadas de una manera más sintética, las ideas serían las siguientes:
1 – Contextualización: Maltrato inmigrante en un tren
2 – Argumentos y ejemplos
3 – Tesis de la autora : ¿ Dignidad, o miedo ?
Comentario crítico
Identificación del texto
Nos encontramos ante una columna literaria, ya que se cumplen todas sus
características. Está firmado por una autora de prestigio, que expone su opinión ante un
tema algo filosófico. Esto lo hace a partir de una noticia de la actualidad. También
abunda el cambio de personas gramaticales ( 1ª persona del singular, 1ª persona del
plural, 2ª persona del singular, 3º persona del singular ). El estilo es sencillo, con la
intención de implicar al lector.
Análisis del texto
La autora escribe este texto con la idea de plantear si consideramos más importante el
miedo o la dignidad. Para ello introduce un argumento por analogía. Utiliza el ejemplo
del nazi que maltrataba a una adolescente inmigrante, a ojos de otro, además tampoco
de nuestro país, que se mostraba tranquilo, sin hacer nada al respecto. Como contraste
utiliza al joven de 23 años que murió por intentar ayudar a una mujer que estaba siendo
maltratada por el novio, que fue quien cometió el crimen. Entonces, lo que intentar
hacernos pensar, es si nosotros tendríamos el valor de enfrentarnos contra un
maltratador, aún sabiendo que esto nos puede costar la vida, y además por otra persona.
Si la humanidad, le da más importancia al sobrevivir, o a la autoestima, orgullo, amor
propio, dignidad, incluso, se podría decir, al amor al prójimo. Para ello introduce otras
preguntas, cómo qué haríamos si tuviésemos que ayudar a un judío en la Alemania
Hitler. Y esta pregunta la hace con fundamentos. Ya que al fin y al cabo, es lo mismo,
pero en grandes extensiones. El hombre maltrataba a la mujer, por ser inmigrante,
además era nazi. Los seguidores de Hitler, mataban a los judíos, por la misma razón.
En el estilo, además, podemos destacar las abundantes personas gramaticales.
Empieza con la primera persona del singular, dándonos su opinión. Luego cambia a la
primera persona del plural, generalizando lo que dice. Al final del primer párrafo,
escoge la segunda persona del singular, como estrategia para implicarnos en lo que
estamos leyendo. Y por último, en el tercer párrafo, utiliza la tercera persona del
singular. Esta la usa porque intenta imaginarse lo que ocurre dentro de la cabeza del
chico inmigrante que estaba en el tren.
Los adjetivos del primer párrafo también cobran un papel importante. Son negativos,
como espeluznante, bochornosa, patética. Con ellos Rosa da su valoración personal, que
también es negativa.
También resaltar la cantidad de preguntas del texto. Con ellas la autora quiere
hacernos reflexionar sobre los temas que plantea.
En cuanto al lenguaje, es muy simple y coloquial. Esto sirve para implicar al lector,
ya que este tipo de lenguaje sólo se suele usar con familia y amigos. Un ejemplo
clarísimo, es la primera frase: “ Ese chico no se me va de la cabeza”. De lenguaje
figurado sólo se aprecia una metáfora: “ Picotearte las entrañas”.
Valoración personal
Condición humana. Dignidad. Miedo. Son las palabras que esconden la esencia del
texto. Yo creo que el ser humano, por naturaleza es malo. Que por naturaleza, la
mayoría actuaría como el chico del tren. Inmune. Por condición, pocos se jugarían la
vida para salvar la de otra persona, y mucho menos si no la conoces de nada. Estoy casi
segura, que casi nadie se hubiese atrevido a esconder a un judío en su casa. Tal vez, por
amor, incluso por amistad sí. Pero dudo que alguien ponga su vida en peligro por un
desconocido. Sólo un héroe, como bien describe Rosa a Daniel Oliver, sería capaz de
hacerlo. Y los héroes no son muy comunes en la vida real. Cómics, videojuegos,
películas, ahí sí. Pero creo que en nuestro mundo, pocos “Olivers” hay.
También creo que estamos hablando de casos extremos. Por que no siempre por
ayudar a una persona a la que están maltratando tenemos que perder la vida. Pero la
mayoría de las veces podríamos recibir algún que otro golpe. Pero creo que eso sí lo
podría aliviar el regocijo de nuestro acto. El orgullo que sentiríamos de haber hecho un
bien. La dignidad. Pero esa palabra ya está muy deteriorada en ésta, nuestra sociedad.
Incluso el dinero está por encima de la dignidad.
Mujeres que venden su cuerpo, y con ello su propia dignidad. Y así muchos casos más.
Y creo, que son casos que se pueden asimilar. Por que todo lo que hacemos lo hacemos
porque queremos. Por que imagina que te ponen el gatillo de una pistola en la mano,
apuntando a alguien , y otra, apuntándonos a nosotros. Uno de los dos tiene que ser
apretados. Pero nosotros sólo mandamos en el que le quitaría la vida a otra persona. ¿
Lo apretaríamos ? Quizá, si se trata de algún ser querido, muy querido diría yo, no lo
haríamos.
Sí, yo tengo muy mal concepto del ser humano. Somos salvajes, violentos. Como por
la sociedad. Si se junta todo este mal, la honestidad queda en un plano muy por debajo.
Y es que tendemos a quitar, y no a dar. A envidiar, y no a alegrarnos.
Podemos disimular esto, esconderlo, domesticarnos. Pero el instinto es fuerte. Si no
existiera la educación esto sería un auténtico caos. Y es fácil de imaginar, por que aún
con ella, lo sigue siendo. Los valores de las personas se están perdiendo. Bueno, yo diría
que sustituyendo. Dinero, poder, poco trabajo, sexo. Para muchas personas, esta sería
una buena descripción de una vida perfecta. Qué para ellos otros tiene que explotarse,
no importa. Morir, bueno tampoco.
Y es difícil explicar algo así, intentar generalizarlo tanto, cuando yo no pienso esto.
Yo pienso que hay cosas mucho más importantes que todo eso.
Yo, pienso que el hombre del vagón no es buena persona. Pero, tengo que admitir, sin
saberlo bien, por que nunca me he visto en el caso, que quizás hubiese hecho lo mismo.
Porque tenemos miedo del miedo. Y eso es lo peor. El miedo bloquea, hace hacer cosas
que no queremos. Y todos, alguna vez hemos sentido esto. Pánico.
Entonces, me parece bien que Rosa critique la posición de este hombre en esta
situación. Por que lo bueno, hubiese hecho que la ayudara, o al menos, haber mostrado
el mínimo interés por ella. Pero hace muy bien preguntándonos que hubiésemos hecho
nosotros al respecto. Porque, todos, o casi todos, lo vemos mal. Pero creo, que pocos
hubiésemos reaccionado de manera positiva. Y es que, al fin y al cabo, todos somos
seres humanos.
Míriam Bernal Rodríguez
1º Bach. A
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