EFECTOS PATRIMONIALES DEL MATRIMONIO 1

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ORGANIZACIÓN ECONOMICA DE LA
SOCIEDAD CONYUGAL; EFECTOS
PATRIMONIALES
Para el cumplimiento de sus fines el matrimonio requiere un soporte
económico, una estructura y organización del mismo. Por ello, junto
a los efectos personales del matrimonio, regulados en los artículos
67 a 70 del C.C., la ley regula unos "efectos patrimoniales" y al
conjunto de normas que regulan tales efectos patrimoniales que se
les llama "régimen económico conyugal".
Podemos definir, por tanto, el régimen económico matrimonial
como el conjunto de reglas que delimitan los intereses pecuniarios
que se derivan del matrimonio, ya en las relaciones de los cónyuges
entre sí, ya en sus relaciones con terceros.
En cuanto al sistema del C.C., su normativa vigente se debe a
la Ley de 13 de Mayo de 1.981, Y SIGUE EL SIGUIENTE
ESQUEMA:
1º.- REGIMEN PREFERENTE: Da preferencia el Código al
sistema convencional, de libertad de estipulación. Así, dice el art.
1.315 que "El régimen económico del matrimonio será el que los
cónyuges estipulen en capitulaciones matrimoniales, sin otras
limitaciones que las establecidas en este Código.
Tales limitaciones, además de las generales derivadas del art.
1255 C.C., encuentran su especificación en el art. 1328 del C.C.,
cuando señala que "será nula cualquier estipulación contraria a las
leyes o a las buenas costumbres o limitativas de la igualdad de
derechos que correspondan a cada cónyuge".
2º.- REGIMEN SUPLETORIO DE PRIMER GRADO: Como
régimen legal supletorio de primer grado establece el C.C. el de
gananciales. En efecto, dice el art. 1.316 que “ A falta de
capitulaciones o cuando éstas sean ineficaces, el régimen será el de
la sociedad de gananciales”.
3º.- REGIMEN SUPLETORIO DE SEGUNDO GRADO: Prevé
además el Código como régimen supletorio de segundo grado el de
separación de bienes, al disponer el art. 1.435 en su número 2º que
existirá entre los cónyuges separación de bienes “Cuando los
cónyuges hubieren pactado en capitulaciones matrimoniales que no
regirá entre ellos la sociedad de gananciales, sin expresar las reglas
porque hayan de regirse ssus bienes”.
También es supletorio el régimen de separación de bienes en
el supuesto del art. 1.373
Este
sistema
de
Código
civil
(derecho
común)
sufre
alteraciones en relación con los regímenes forales, sin profundizar
mucho diremos que en Cataluña, Baleares y recientemente en
Valencia, en régimen supletorio de primer grado es el de separación
de bienes.
Con independencia del régimen adoptado, existen una serie de
normas que podiamos definir como "transversales", en el sentido
que se aplican a todos los matrimonios con independencia del
régimen que adopten, a este conjunto normativo se le conoce como
RÉGIMEN MATRIMONIAL PRIMARIO y se encuentra regulado en
los arts. 1.315 a 1.324 Cc, puendiéndolo definir como el conjunto de
aquellas normas imperativas que, refiriéndose a la economía del
matrimonio, se aplican a todos y cada uno de los celebrados bajo la
disciplina del CC, con independencia de si se rigen por un estatuto
de comunidad o con uno de separación.
De estas normas interesa destacar las siguientes:
1.- LA POTESTAD DOMÉSTICA, recogida en el art 1319 que
establece que "cualquiera de los cónyuges podrá realizar los actos
encaminados a atender las necesidades ordinarias de la familia,
encomendadas a su cuidado, conforme al uso del lugar y a las
circunstancias de la misma.
De las deudas contraídas en el ejercicio de esta potestad
responderán solidariamente los bienes comunes y los del cónyuge
que contraiga la deuda y, subsidiariamente, los del otro cónyuge.
El que hubiere aportado caudales propios para satisfacción de tales
necesidades tendrá derecho a ser reintegrado de conformidad con
su régimen matrimonial".
Tradicionalmente la gestión del hogar le ha correspondido a la
mujer pero tras la reforma del Cc del año 1975, le corresponde por
igual a ambos esposos , por lo que esta norma es aplicable
a
ambos.
El presupuesto de aplicación del 1319 es la existencia de una
familia, aunque no es preciso un domicilio fijo, ni menos una casa.
El poder que confiere este artículo a cada cónyuge parece
indisponible no sólo por voluntad de uno de los partícipes, que no
podrá unilateralmente extinguir la potestad doméstica de su consorte
ni renunciar a la propia, sino, en lo esencial, tampoco por acuerdo de
ambos.
El articulo al hablar de “necesidades ordinarias de la familia
encomendadas a su cuidado” presupone una diversidad de esferas
de competencia de marido y mujer en el ámbito doméstico: un poder
propio de cada uno para someter las deudas contraídas por él al
régimen especial de responsabilidad doméstica, pero también para
actuar disponiendo y gestionando en la esfera del hogar y la familia,
esta diversidad es interna y no puede limitar la posibilidad de
actuación erga omnes de cada uno de ellos.
En cuanto a la delimitación de la potestad doméstica, podemos
decir que comprende el precepto
cualesquiera actos, jurídicos o
materiales , que directa o mediatamente se encamine a atender las
necesidades de la familia; de otra, limitando el quantum y el quale a
la finalidad del poder doméstico a la finalidad del poder concedido,
ha de tratarse de necesidades ordinarias.
Por último los acreedores podrán repetir siempre, por los actos
domésticos de un cónyuge, indistintamente contra los bienes
gananciales, los propios de cónyuge que contrae la deuda y,
subsidiariamente, contra el patrimonio privativo del otro cónyuge.
2.- Otra norma destacable es el art. 1320. "Para disponer de los
derechos sobre la vivienda habitual y los muebles de uso ordinario
de la familia, aunque tales derechos pertenezcan a uno solo de los
cónyuges, se requerirá el consentimiento de ambos o, en su caso,
autorización judicial.
La manifestación errónea o falsa del disponente sobre el
carácter de la vivienda no perjudicará al adquirente de buena fe."
PRINCIPIO.- Parte la Ley del supuesto de hecho de la
existencia de bienes afectos a un destino especifico y singular, la
vivienda habitual de la familia y el ajuar y mobiliario doméstico.
La protección se manifiesta, a nivel legal, principalmente en
el articulo 1.320 C.c., pero también se observa en el articulo 90,B
C.c. (contenido del convenio) y el articulo 12 de la LAU. También a
nivel reglamentario, en los supuestos de los artículos 91,1 y 144,5
del R. Hip.
AMBITO.- Hay que distinguir:
I.- Elemento personal.- Se trata de proteger a la familia
(incluido el matrimonio sin hijos).
II.- Elemento objetivo.- a) Vivienda habitual; se admite la
posibilidad de ostentar varias viviendas que tengan la condición de
habituales. No ampara las fincas de recreo, apartamentos de
temporadas o viviendas a tiempo compartido. Si ampara la vivienda
arrendada, en la forma que contempla el articulo 12 de LAU.
b) Muebles de uso ordinario, lo que Lacruz denomina
“muebles de amueblamiento”.
III.- Elemento formal.- Quedan incluidos todo acto de
disposición, enajenación o gravamen real. No estaríamos ante este
supuesto en el caso de disposición de la nuda propiedad con reserva
de usufructo a favor del cónyuge.
En cuanto al consentimiento debe ser “ad hoc”, exigido
especialmente por la Ley para el supuesto fáctico del art. 1.320. Esto
es, aunque exista un consentimiento (poder) general para disponer
si no se contempla expresamente este caso, tal consentimiento será
insuficiente para la legitima disposición de la vivienda habitual.
EFECTOS.- La manifestación errónea o falsa del disponente
sobre el carácter de la vivienda no perjudica al adquirente de buena
fé (1.320,2 C.c.). El cónyuge podrá pedir la nulidad del negocio caso
de no darse la referida buena fé; en el caso contrario sólo le quedará
el derecho a solicitar una indemnización de daños y perjuicios.
3.- El Articulo 1322, Dice “Cuando la Ley requiera para un acto
de administración o disposición que uno de los cónyuges actúe con
el consentimiento del otro, los realizados sin él y que no hayan sido
expresa o tácitamente confirmados podrán ser anulados a instancia
del cónyuge cuyo consentimiento se haya omitido o de sus
herederos.
No obstante, serán nulos los actos a título gratuito sobre bienes
comunes si falta, en tales casos, el consentimiento del otro
cónyuge.”
LAS CAPITULACIONES MATRIMONIALES: NATURALEZA,
REQUISITOS Y LIMITACIONES
De acuerdo con los artículos 1315 y 1325 CC podemos definir
las capitulaciones
matrimoniales como el negocio jurídico de
Derecho de Familia a través del cual los cónyuges establecen las
reglas relativas a su régimen económico matrimonial o cualesquiera
otras disposiciones por razón del mismo.
Por lo que se refiere a los ELEMENTOS distingamos :
1. PERSONALES.
Los
sujetos
esenciales
son
los
cónyuges
o
futuros
contrayentes. Respecto de ellos las capitulaciones constituyen un
acto
personalísimo.
Los
sujetos
accidentales
son
los
no
contrayentes.
Nuestro CC contiene dos reglas especiales, tributarias de la
regla “habilis ad nuptia, habilis ad pacta nuptialia”:
Art 1329:El menor no emancipado que con arreglo a la
Ley
pueda
casarse
podrá
otorgar
capitulaciones,
pero
necesitará el concurso y consentimiento de sus padres o tutor,
salvo que se limite a pactar el régimen de separación o el de
participación.
Como sabemos pueden contraer matrimonio los menores
emancipados y aquellos que teniendo más de catorce años,
obtengan dispensa de edad otorgada por el Juez (ver arts. 46 y 48
CC)
Art 1330: El incapacitado judicialmente sólo podrá otorgar
capitulaciones matrimoniales con la asistencia de sus padres,
tutor o curador.
Ahora bien, habrá que analizar si la sentencia de
incapacitación permite ese otorgamiento pues conforme al art 760.1
LEC “la sentencia determinará la extensión y límites de la
incapacitación. Por otr lado, aunque habla de “asistencia” la
intervención tiene el mismo sentido que en el art 1329CC. E
idénticas son las consecuencias de su falta.
2. REALES :
Respecto al contenido dice el art 1325 En capitulaciones
matrimoniales podrán los otorgantes estipular, modificar o
sustituir el régimen económico de su matrimonio o cualesquiera
otras disposiciones por razón del mismo.
Como ya he señalado antes puede contener disposiciones
relativas al Régimen Económico Matrimonial (contenido típico) ya
sea manteniendo el régimen legal pero regulando aportaciones de
bienes y estableciendo pactos compatibles con el mismo; ya sea
eliminando el régimen legal supletorio, ya directamente o pactando
uno distinto, ya sea estableciendo un régimen peculiar combinando
elementos de regímenes diferentes.
Y también puede contener otras disposiciones por razón del
matrimonio entre las que hay que distinguir:

las disposiciones que solo pueden hacerse en
capitulaciones, como la promesa de mejorar o
no mejorar (art 826)

en general, todos los negocios jurídicos que
pueden
constar
en
escritura
pública
(ej
donacion por razón de matrimonio).

Otros actos, como reconocimiento de hijos, si
bien este no quedará afectado aunque el
matrimonio no se celebre en el plazo de un
año.

Según Lacruz tambien subsistirá en su caso el
nombramiento de tutor.
Finalmente hay que hacer una referencia a la inclusión en los
Capitulos Matrimoniales de los llamados “acuerdos preventivos de
crisis
matrimoniales”,
pactos
preventivos
de
la
crisis,
son
perfectamente conocidos por otros sistemas, el caso típico es
EE.UU, pero incluso en Alemania se contempla (paragrafo 1408 de l
BGB) la posibilidad de que en el contrato matrimonial “ Ehevertrag”
los cónyuges pacten acuerdos sobre el divorcio .
En nuestro Derecho su posibilidad ha sido consagrada
legislativamente por primera vez en el art 15 del Código de Familia
Catalán.
En el CC estos pactos no están previstos expresamente pero su
posibilidad teórica resultaría de los art.1255 , 1315 , 1323 1325.
Pero podemos llegar más lejos, por el referido influjo
anglosajón, se tratan de introducir en nuestro sistema el llamado
"libro de familia contractual", que versa sobre una serie de
cuestiones importantes para cada matrimonio, abarcando sectores
más allá del económico. En el ámbito notarial se ha calificado como
capitulaciones "cajón de sastre", así por ejemplo: decisiones sobre el
número de hijos a tener, calendario de nacimientos, decisiones
sobre su educación, los llamados "pactos de tratamiento" (incluimos
aquí los referidos al servicio doméstico mínimo, viajes anuales,
vacaciones, mínimo pecuniario para gastos corrientes; sin olvidar,
como antes apuntamos, las previsiones para el caso de separación
conyugal o divorcio (dinero o bienes a percibir, topes, limitaciones,
premios a la duración del matrimonio, penas por infidelidad etc).
Como podéis ver el cajón de sastre está abierto.
En cuanto a su contenido estos pactos deben respetar los
límites imperativos establecidos en el art 1328 del CC que luego
veremos.
3. FORMALES.
art 1327: Para su validez, las capitulaciones habrán de
constar en escritura pública.
La escritura tiene carácter constitutivo, “ad solemnitatem” o
forma de ser ; por tanto su falta determina la nulidad de las
capitulaciones matrimoniales, no produciendo efecto alguno ni inter
partes ni frente a terceros, al menos en cuanto al contenido típico.
También es requisito formal su publicidad a la que luego haré
referencia.
4. TEMPORALES
Art 1326: Las capitulaciones matrimoniales podrán
otorgarse antes o después de celebrado el matrimonio.
En caso de que se otorguen antes, dice el art. 1334CC: Todo
lo que se estipule en capitulaciones bajo el supuesto de futuro
matrimonio quedará sin efecto en el caso de no contraerse en el
plazo de un año.
El contenido de las CMs está sujeto a algunas limitaciones
art 1328 Será nula cualquier estipulación contraria a las
leyes o a las buenas costumbres o limitativa de la igualdad de
derechos que corresponda a cada cónyuge
Dentro de las estipulaciones contrarias a las leyes cabria
distinguir :
1- Las que supongan una vulneración del régimen
económico matrimonial primario. arts 1317 a 1324
2- Las que vulneren normas imperativas de los
regimenes legales .
Por otra parte, la limitación de que no sean contrarias a las
buenas costumbres afecta fundamentalmente a las estipulaciones
familiares y personales (tales como los que impongan un
determinado lugar de residencia después del divorcio, que limite la
libertad sexual o afectiva de los cónyuges, o incluso que establezcan
causas de divorcio distintas de las legales o prohíban la posibilidad
del acceso al divorcio) incurrirían en una violación de estos límites
más que a las patrimoniales.
Finalmente, la limitacion mas interesante y mas discutida es la
que impone la nulidad de los pactos limitativos de la igualdad de dºs
que corresponde a cada conyuge. En relación con ella se discute la
admisibilidad de algunos pactos:
-
El pacto dotal. Hay que distinguir dos supuestos:
La constitución de un régimen ecónomico dotal, que no es
admisible por contrariar la igualdad de los cónyuges y
La atribución a una donación o aportación concreta del
carácter dotal, si admisible.
b) pacto de administración y disposición de los bienes
gananciales por uno solo de los conyuges.
- algunos como Lacruz lo admiten en base al tenor literal del
art 1375CC
- otros como Alvarez Sala o Diez Picazo niegan su
admisibilidad como pacto capitular por no ser recíproco y vulnerar el
ppio de igualdad, pero lo admiten como poder revocable y recíproco
de administración de esos bienes.
c) La sujeción a un régimen de Derecho Foral o la posibilidad
de someter las estipulaciones capitulares a condición o a término
debe reputarse válidas.
El art 1328CC establece la nulidad absoluta del pacto
capitular que contraviene sus límites. Se trata de una nulidad parcial,
manteniéndose la validez de las estipulaciones restantes.
SU MODIFICACION
Como hemos advertido, la reforma de 1975 vino a admitir la
modificación del régimen económico matrimonial mediante el
otorgamiento de nuevos capítulos. Así resulta claramente del art.
1326 anteriormente expuesto .
La modificación exige los mismos requisitos de capacidad y
de forma que los vistos para el otorgamiento .
Dice el art 1331: Para que sea válida la modificación de
las capitulaciones matrimoniales deberá realizarse con la
asistencia
y
concurso
de
las
personas
que
en
éstas
intervinieron como otorgantes si vivieren y la modificación
afectare a derechos concedidos por tales personas.
Finalmente recordar que para salvaguardar los derechos de
terceros el art 1317 establece: La modificación del régimen
económico matrimonial realizada durante el matrimonio no
perjudicará en ningún caso los derechos ya adquiridos por
terceros.
EL RÉGIMEN DE COMUNIDAD DE GANANCIALES:
NATURALEZA Y NACIMIENTO
La sociedad de gananciales es el régimen económico
matrimonial supletorio de primer grado en el derecho común ( arts.
1315 y 1325 CC).
El concepto legal de sociedad de gananciales nos lo da el
art. 1344 al decir que “Mediante la sociedad de gananciales se
hacen comunes para los cónyuges las ganancias o beneficios
obtenidos indistintamente por cualquiera de ellos, que le serán
atribuidos por mitad al disolverse aquélla”.
NACIMIENTO:
El Código Civil establece en el art. 1345 que “La sociedad de
gananciales empezará en el momento de la celebración del
matrimonio
o,
posteriormente,
al
tiempo
de
pactarse
en
capitulaciones”. Por tanto, en Derecho Común, la sociedad de
gananciales comenzará a regir:
a. Al contraer matrimonio, si no se pactó lo contrario en
capitulaciones matrimoniales.
b. Cuando lo dispongan las capitulaciones matrimoniales,
en su caso.
c.
Si se pactó un régimen diferente, al volver a capitular
para pactar la sociedad de gananciales.
d. Y, como supuesto especial, el que resulta de los arts.
1373 y 1374. Según el primero de ellos, “Cada cónyuge
responde con su patrimonio personal de las deudas
propias y, si sus bienes privativos no fueran suficientes
para hacerlas efectivas, el acreedor podrá pedir el
embargo
de
bienes
gananciales,
que
será
inmediatamente notificado al otro cónyuge, y éste podrá
exigir que en la traba se sustituyan los bienes comunes
por la parte que ostenta el cónyuge deudor en la
sociedad conyugal, en cuyo caso el embargo llevará
consigo la disolución de aquélla”. Para este caso señala
el art. 1374 que “Tras la disolución a que se refiere el
artículo anterior se aplicará el régimen de separación de
bienes, salvo que, con el plazo de tres meses, el
cónyuge del deudor opte en documento público por el
comienzo de una nueva sociedad de gananciales”.
La doctrina y la jurisprudencia excluyen casi unanimemente que en
capítulos puede pactarse que la sociedad nazca antes de celebrarse
el matrimonio.
BIENES
PRIVATIVOS
DE
LOS
CÓNYUGES
Y
BIENES
GANANCIALES
Hoy los principios informadores de la materia son los
siguientes:
1) El derivado de su propia naturaleza, de comunidad de
adquisiciones a título oneroso.
2) El principio de subrogación real.
3) La presunción de ganancialidad, que se encuentra en el
art. 1.361, según el cual “se presumen gananciales los bienes
existentes en el matrimonio mientras no se pruebe que pertenecen
privativamente al marido o a la mujer”.
BIENES
PRIVATIVOS:
Según
el
artículo
1346,
“Son
privativos de cada uno de los cónyuges:
1.
Los bienes y derechos que le pertenecieran al comenzar la
sociedad”.
2.
Los que adquiera después por título gratuito.
3.
Los adquiridos a costa o en sustitución de bienes privativos.
4.
Los adquiridos por derecho de retracto perteneciente a uno solo
de los cónyuges.
5.
Los bienes y derechos patrimoniales inherentes a la persona y
los no transmisibles inter vivos.
6.
El resarcimiento por daños inferidos a la persona de uno de los
cónyuges o a sus bienes privativos.
7.
Las ropas y objetos de uso personal que no sean de
extraordinario valor.
8.
Los instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión u
oficio, salvo cuando éstos sean parte integrante o pertenencias
de un establecimiento o explotación de carácter común.
“Los bienes mencionados en los apartados 4) y 8) no
perderán su carácter de privativos por el hecho de que su
adquisición se haya realizado con fondos comunes; pero en este
caso, la sociedad será acreedora del cónyuge propietario por el valor
satisfecho”.
BIENES GANANCIALES: Según el art.1347, son bienes
gananciales:
1.
Los obtenidos por el trabajo o la industria de cualquiera de los
cónyuges.
2.
Los frutos, rentas o intereses que produzcan tanto los bienes
privativos como los gananciales.
3.
Los adquiridos a título oneroso a costa del caudal común, bien
se haga la adquisición para la comunidad, bien para uno solo de
los esposos.
4)Los adquiridos por derecho de retracto de carácter ganancial,
aun cuando lo fueran con fondos privativos, en cuyo caso la
sociedad será deudora del cónyuge por el valor satisfecho
5) Las empresas y establecimientos fundados durante la vigencia de
la sociedad por uno cualquiera de los cónyuges a expensas de los
bienes comunes. Si a la formación de la empresa o establecimiento
concurren capital privativo y capital común, se aplicará lo dispuesto
en el artículo 1.354.
LA ALTERACIÓN DEL CARÁCTER PRIVATIVO O GANANCIAL
DE LOS BIENES
Existen tres vías en el Código Civil para alterar el carácter
privativo o ganancial de los bienes y son LA CONFESION, LA
ATRIBUCION DE GANANCIALIDAD Y LA TRANSMISION ENTRE
CONYUGES.
1.- La confesión de privatividad es un expediente que podríamos
denominar “de vía única” pues sólo se produce de ganancial a
privativo y no a la inversa y “de carácter parcial” ya que sólo es
suficiente para probar la privatividad entre los cónyuges pero no
frente a los acreedores y legitimarios del confesante. Señala el art.
1324 que “Para probar entre cónyuges que determinados bienes son
propios de uno de ellos, será bastante la confesión de uno de ellos,
pero tal confesión no perjudicará por sí sola a los herederos forzosos
del confesante ni a los acreedores, sean de la comunidad o de cada
uno de los cónyuges”.
2.- En segundo lugar, la atribución inicial de ganancialidad
viene contemplada en el art. 1355, que señala que “podrán los
cónyuges, de común acuerdo, atribuir la condición de gananciales a
los bienes que adquieran a título oneroso durante el matrimonio,
cualquiera que sea la procedencia del precio o contraprestación y la
forma y plazo en que se satisfaga. Si la adquisición se hiciere en
forma conjunta y sin atribución de cuotas, se presumirá su voluntad
favorable al carácter ganancial de tales bienes”. Este precepto
constituye una derogación voluntaria del principio de subrogación
real de los arts. 1346.3º y 1347.3º. Se habla de una atribución
inicial ya que si se tratara de una atribución a posteriori, ya no nos
encontraríamos en sede del art. 1355, sino ante una transmisión
entre cónyuges. Según la mayoría de la doctrina, mediante la
atribución
inicial
nace
a
favor
del
cónyuge
titular
de
la
contraprestación un derecho de crédito contra su consorte por la
mitad del bien comunicado. Cierto sector doctrinal, con CÁMARA al
frente admite también la hipótesis inversa, es decir, la privatización
inicial y directa de un bien adquirido con fondos comunes, pero así
como la atribución de ganancialidad puede ser tácita, como en el
caso de la adquisición conjunta y sin atribución de cuotas del art.
1355.2, la atribución de privatividad habrá de ser siempre expresa y
si es gratuita no puede tener frente a terceros más alcance que la
confesión del art. 1324 C.C..
3.- En tercer lugar, la transmisión entre cónyuges es el
método de alteración más directo. Viene recogido en el art. 1323,
que establece que “el marido y la mujer podrán transmitirse por
cualquier título bienes y derechos y celebrar entre sí toda clase de
contratos”. Este precepto se refiere tanto a las transmisiones
onerosas como a las gratuitas, superando así la antigua prohibición
de donaciones entre cónyuges, tradicional en nuestro Derecho hasta
la reforma de 13 de mayo de 1981. Contempla tanto el trasiego de
bienes privativos entre consortes como la transmisión de un bien
ganancial a un patrimonio privativo o la hipótesis contraria de
ganancialización.
Se
ha
planteado
la
cuestión
de
si
la
ganancialización de un bien por esta vía es un negocio jurídico
autónomo o requiere la utilización de cualquiera de los negocios
traslativos típicos. La DGRN ha declarado en resoluciones de 1992 y
1993 que en estos supuestos de ganancialización de un bien
previamente privativo es imprescindible expresar la causa. Ello ha
llevado a algún autor como CHICO ORTIZ a entender que es
necesaria la utilización de alguno de los vehículos clásicos, tesis que
ha sido contradicha por GIMENEZ DUART, quien interpreta que lo
que lo que la DG exige es expresar el carácter gratuito u oneroso de
la ganancialización o privatización.
EL REGIMEN DE SEPARACION DE BIENES: DISTINTOS
SUPUESTOS.
Es aquél en que los esposos tienen el dominio, administración,
disposición y goce de sus bienes, tanto adquiridos antes como
durante el matrimonio, por título oneroso o lucrativo, y,
consiguientemente, la total responsabilidad por sus actos y bienes.
Es el régimen supletorio legal de PRIMER GRADO en Cataluña,
Baleares y Valencia tras la entrada en vigor de la Ley de la
Comunidad valenciana de 20 de marzo del 2007 como
consecuencia del auto del Tc de 12 de junio del 2008 y el régimen
supletorio de SEGUNDO GRADO en Derecho Común, según
tendremos ocasión de comprobar.
El régimen de separación defiende bien la independencia y libertad
de actuación de cada cónyuge, pero requiere una situación de
equilibrio entre los patrimonios de cada cónyuge y unos ingresos
similares. Además, es necesario un régimen sucesorio que proteja la
posición del cónyuge viudo. Por eso no es adecuado para los casos
en que uno de los cónyuges tiene menores ingresos o trabaja en la
casa. Pero sí es adecuado cuando uno de los cónyuges se dedica a
actividades empresariales o de riesgo, por la limitación de
responsabilidad.
Dice el art. 1435: "Existirá entre los cónyuges separación
de bienes:
1.º Cuando así lo hubiesen convenido. Es la separación
convencional, que se regula por los pactos capitulares de los
cónyuges y, en su defecto, por las normas de la separación de
bienes del Cc.
2.º Cuando los cónyuges hubieren pactado en capitulaciones
matrimoniales que no regirá entre ellos la sociedad de
gananciales, sin expresar las reglas por que hayan de regirse
sus bienes. Es la separación legal, que opera como régimen
supletorio de segundo grado.
3.º Cuando se extinga, constante matrimonio, la sociedad de
gananciales o el régimen de participación, salvo que por
voluntad de los interesados fuesen sustituidos por otro régimen
distinto." Es la separación judicial, ya que presupone disolución del
REM anterior por sentencia firme.
EFECTOS DE ESTE REGIMEN.
En general, los determina el art. 1437, cuando dice: "En el
régimen de separación pertenecerán a cada cónyuge los bienes
que tuviese en el momento inicial del mismo y los que después
adquiera por cualquier título.
Asimismo corresponderá a cada uno la administración,
goce y libre disposición de tales bienes."
El Cc sienta las dos reglas básicas y consustanciales al régimen de
separación: la existencia de titularidades separadas y la gestión
autónoma. En consecuencia, no hay entre los cónyuges ningún tipo
de comunidad, pero hay excepciones:
a) cuando la vivienda sea residencia habitual de la familia se exige
consentimiento del cónyuge no titular (art. 1.320 Cc).
b) es posible que el bien corresponda a ambos en proindiviso
ordinario, en cuyo caso se aplican las reglas generales del Cc, que
exigen unanimidad para actos de disposición (397 Cc) y mayoría
para actos de administración (398 Cc).
A) Sostenimiento de cargas: por el art. 1438: "Los cónyuges
contribuirán al sostenimiento de las cargas del matrimonio. A
falta de convenio, lo harán proporcionalmente a sus respectivos
recursos económicos.
El trabajo para la casa será computado como contribución
a las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el
Juez señalará, a falta de acuerdo, a la extinción del régimen de
separación."
El precepto supone una excepción a los principios separatistas
y viene impuesto por la comunidad de vida que supone el
matrimonio; por ello debe estimarse imperativo, siendo nulo el pacto
que excluyera a un cónyuge de toda participación en estas cargas o
la redujera al mínimo.
B) Gestión en interés del otro cónyuge: dice el art. 1439: "Si
uno de los cónyuges hubiese administrado o gestionado bienes
o intereses del otro, tendrá las mismas obligaciones y
responsabilidades que un mandatario, pero no tendrá
obligación de rendir cuentas de los frutos percibidos y
consumidos, salvo cuando se demuestre que los invirtió en
atenciones distintas del levantamiento de las cargas del
matrimonio."
C) Responsabilidad: dice el art. 1440: "Las obligaciones
contraídas por cada cónyuge serán de su exclusiva
responsabilidad.
En cuanto a las obligaciones contraídas en el ejercicio de
la potestad doméstica ordinaria responderán ambos cónyuges
en la forma determinada por los artículos 1319 y 1438 de este
Código."
En realidad, poniendo en conexión este precepto con el art. 1.438 Cc
y las normas del REM primario se habla de un doble aspecto: a) inter
partes, juega el deber de contribución del art. 1438 Cc, b) erga
omnes, responde con carácter principal el cónyuge contratante y
subsidiariamente el cónyuge no contratante cuando la deuda sea
doméstica.
D) Por último, como norma de protección a los acreedores,
dispone el art. 1442: “Declarado un cónyuge en quiebra o
concurso, se presumirá, salvo prueba en contrario, en beneficio
de los acreedores, que fueron en su mitad donados por él los
bienes adquiridos a título oneroso por el otro durante el año
anterior a la declaración o en el período a que alcance la
retroacción de la quiebra. Esta presunción no regirá si los
cónyuges están separados judicialmente o de hecho."
E) Extinción: Aunque el Cc no da norma especifica sobre el
particular, parece lógico que el régimen se extinga por pactar los
cónyuges un régimen distinto o por disolución del matrimonio.
En todos los casos se hace precisa una liquidación menos
compleja que en la sociedad de gananciales, pero que debe
comprender el pago de las contribuciones atrasadas a las cargas del
matrimonio y los reembolsos y reintegros entre los patrimonios de
los cónyuges.
REGIMEN DE PARTICIPACION: SU NATURALEZA Y REGIMEN
LEGAL.
CONCEPTO.
La Ley 11/1981, de 13 de mayo ha introducido en los arts.
1411 a 1434 un nuevo régimen económico matrimonial denominado
"régimen de participación", cuyos inmediatos precedentes se
encuentran en las legislaciones alemana y francesa, en la primera
de las cuales es régimen legal. Con ocasión de la reforma legal de
1981 se discutió acerca de su eventual establecimiento como
régimen legal supletorio de primer grado sin embargo tal postura no
prosperó entre otros motivos por la falta de tradición jurídica del
mismo en nuestro Derecho.
El Cc comienza la regulación disponiendo en el art. 1411 Cc,
que "En el régimen de participación cada uno de los cónyuges
adquiere derecho a participar en las ganancias obtenidas por su
consorte durante el tiempo en que dicho régimen haya estado
vigente"
Y en el 1412 Cc, dice que: "A cada cónyuge le corresponde
la administración, el disfrute y la libre disposición tanto de los
bienes que le pertenecían
en el momento de contraer
matrimonio como de los que pueda adquirir después por
cualquier título".
Puede, pues, definirse como el régimen económico
matrimonial por el que durante el matrimonio cada cónyuge conserva
su autonomía patrimonial haciendo suyos los bienes que adquiera
por cualquier título, para repartir, al tiempo de extinguirse el régimen,
las ganancias obtenidas por cada uno durante su vigencia en la
proporción convenida o por mitad a falta de pacto o si hubiera
descendientes no comunes.
Tiene lugar:
1º. Cuando se estipula en capitulaciones matrimoniales, sin
que el menor, en su caso, precise el consentimiento de sus padres
o tutor, conforme al art. 1329 Cc.
2º. Cuando opte por este régimen el cónyuge de buena fe en
caso de disolución de la sociedad de gananciales por nulidad del
matrimonio existiendo mala fe del otro cónyuge, quien no tendrá
derecho a participar en las ganancias obtenidas por su consorte. (95
Cc).
Se rige:
1º. Por las normas imperativas relativas a las capitulaciones
matrimoniales, cuando tenga este origen.
2º. Por las normas imperativas del régimen matrimonial
primario y de la propia regulación del régimen de participación.
3º. Por lo estipulado en capitulaciones matrimoniales.
4º. Por último, conforme al art. 1413, se dispone que: "En
todo lo no previsto en este capítulo se aplicarán durante la
vigencia del régimen de participación , las normas relativas al
de separación de bienes".
C. REGIMEN LEGAL.
1. Durante la vigencia del régimen,
Constante matrimonio, cada cónyuge administra y dispone de
los bienes que le pertenecen y de los que adquiera por cualquier
título, así como de sus frutos, rendimientos y accesiones, con plena
independencia respecto del otro; por ello, el art. 1414 dice: "Si los
casados en régimen de participación adquirieran conjuntamente
algún bien o derecho, les pertenece en proindiviso ordinario", y
se inscribirán a nombre de ambos cónyuges en la proporción indivisa
en que adquieran (art. 90. 2 RH).
Pero esta independencia tiene limitaciones: de una parte, las
generales derivadas del sostenimiento de las cargas matrimoniales y
normas aplicables del régimen matrimonial primario; y de otra, la
específica de que la gestión ha de ser diligente, pues según el art.
1416: "Podrá pedir un cónyuge la terminación del régimen de
participación cuando la irregular administración del otro
comprometa gravemente sus intereses".
La disolución del régimen se produce, además de por el
supuesto unilateral del art. 1416 Cc antes mencionado, por las
mismas causas que las de la sociedad de gananciales, conforme a
los dispuesto en el art. 1415 Cc que dice: “el régimen de
participación se extingue en los casos prevenidos para la
sociedad de gananciales, aplicándose lo dispuesto en los
articulos 1394 y 1395.”
2. A la extinción del régimen
Dispone el art. 1417 Cc: "Producida la extinción se
determinarán las ganancias por las diferencias entre los
patrimonios inicial y final de cada cónyuge".
a) determinación del patrimonio inicial
• 1418: "Se estimará constituido el patrimonio inicial de cada
cónyuge:
1º. Por los bienes y derechos que le pertenecieran al
empezar el régimen.
2º. Por los adquiridos después a título de herencia,
donación o legado".
• 1419: "Se deducirán las obligaciones del cónyuge al empezar
el régimen y, en su caso, las sucesorias o las cargas inherentes
a la donación o legado, en cuanto no excedan de los bienes
heredados o donados".
•
1420: "Si el pasivo fuese superior al activo no habrá
patrimonio inicial".
• 1421: "Los bienes constitutivos del patrimonio inicial se
estimarán según el estado y valor que tuvieran al empezar el
régimen o, en su caso, al tiempo en que fueron adquiridos. El
importe de la estimación deberá actualizarse el día en que el
régimen haya cesado".
b) determinación del patrimonio final
• 1422: "El patrimonio final de cada cónyuge estará formado por
los bienes y derechos de que sea titular en el momento de la
terminación del régimen, con deducción de las obligaciones
todavía no satisfechas".
• 1423: "Se incluirá en el patrimonio final el valor de los bienes
de que uno de los cónyuges hubiese dispuesto a título gratuito
sin el consentimiento de su consorte, salvo si se tratase de
liberalidades de uso."
• 1424: "La misma regla se aplicará respecto de los actos
realizados por uno de los cónyuges en fraude de los derechos
del otro."
• 1425: "Los bienes constitutivos del patrimonio final se
estimarán según el estado y valor que tuvieren en el momento
de la terminación del régimen y los enajenados gratuita o
fraudulentamente, conforme al estado que tenían el día de la
enajenación y por el valor que hubieran tenido si se hubiesen
conservado hasta el día de la terminación. La misma regla se
aplicará respecto de los actos realizados por uno de los
cónyuges en fraude de los derechos del otro."
• 1426: "Los créditos que uno de los cónyuges tenga frente al
otro, por cualquier título, incluso por haber atendido o cumplido
obligaciones de aquél, se computarán también en el patrimonio
final del cónyuge acreedor y se deducirán del patrimonio del
cónyuge deudor."
c) reparto de ganancias:
• 1427: "Cuando la diferencia entre los patrimonios final e inicial
de uno y otro cónyuge arroje resultado positivo, el cónyuge
cuyo patrimonio haya experimentado menor incremento
percibirá la mitad de la diferencia entre su propio incremento y
el del otro cónyuge."
• 1428: "Cuando únicamente uno de los patrimonios arroje
resultado positivo, el derecho de la participación consistirá,
para el cónyuge no titular de dicho patrimonio, en la mitad de
aquel incremento."
• 1429: "Al constituirse el régimen podrá pactarse una
participación distinta de la que establecen los dos artículos
anteriores, pero deberá regir por igual y en la misma proporción
respecto de ambos patrimonios y en favor de ambos
cónyuges."
• 1430: "No podrá convenirse una participación que no sea por
mitad si existen descendientes no comunes."
El acto final de la liquidación es un pago si se hace en dinero
y una dación en pago caso de efectuarse en especie. La
participación que corresponda al cónyuge acreedor será
transmisible, inter vivos y mortis causa, y embargable, pues hecha la
liquidación es un crédito vencido y exigible.
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