As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA DE DOMINIO / BIENES RURALES: Se presumen de propiedad privada si son explotados económicamente / No le corresponde al demandante probar que son baldíos. Por lo que, en principio, deba asumirse en un debate litigioso, que acreditado los supuestos de hecho que exige el artículo 1 citado; al actor le asiste el beneficio derivado de la presunción ilustrada; de allí, que no pueda exigírsele prueba de la calidad de no baldío y que sólo en el evento en que exista los suficientes elementos de juicio para resquebrajar tal ficción jurídica, es posible hacer una declaración en contrario. Debe entonces examinarse, ¿qué mérito probatorio puede tener el certificado de tradición y libertad de un inmueble y una escritura pública respecto del supuesto de hecho “tenerse como bien baldío”?, para la Sala ninguno, en tanto el primero, tiene por objeto fijar la competencia territorial, o informar el sujeto pasivo que conformará el contradictorio y que es titular de derechos reales sobre el bien objeto de usucapión, mientras que el segundo, se encarga de protocolizar declaraciones de las personas intervinientes en un acto o contrato, por lo que ambos documentos, escapan a la exigencia probatoria necesaria para acreditar la calidad de baldío de un bien inmueble, más aún, cuando el Juez de instancia no se detuvo en analizar si el bien se encontraba o no explotado económicamente por el actor, pudiendo considerar que era beneficiario la presunción del artículo 1 de la ley 200 de 1936. Juicio simétrico que la Corte ha expuesto en los siguientes términos: (…) en manera alguna el actor, tratándose de la usucapión sobre bienes rurales, tiene la carga de demostrar que el bien no es baldío, es decir, que salió del patrimonio del Estado y que ingresó en el de los particulares, "pues esa exigencia no la impone el legislador". Antes, por el contrario, dice la Corte, presume el dominio y la propiedad privada a favor del actor, cuando éste presenta una explotación económica del suelo en los términos del art. 1º. de la ley 200 de 1936, que precisamente es la norma que reconoce la citada presunción. (…) Mayor es el desacierto, agrega la Corte en la misma sentencia, si el juzgador niega la declaración de pertenencia apoyándose en la presunción de baldío establecida en el artículo 2º de la ley 200 de 1936, "pues la aplicación de esa norma es únicamente viable cuando el actor no ejerce posesión económica sobre el predio". De ahí que los artículos 1º, 2º, y 3º de la ley 200 de 1936, consagren dos presunciones legales, cuya eficacia difiere en consideración a los casos: se presume que no son baldíos sino de propiedad privada los fundos poseídos o explotados económicamente y se presume que son baldíos los predios rústicos no poseídos en la forma indicada. La primera presunción rige en casos como el presente, según se dejó dicho; la segunda, cobra vigencia cuando el Estado disputa el dominio a los particulares y puede desvirtuarse con la aducción del título originario expedido por el Estado (…). PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA DE DOMINIO / Individualización del bien. Por lo que ex ante a la verificación de los presupuestos enlistados, sea en el laborío analítico una cuestión inaplazable, la de tener certeza cualitativa y cuantitativa del objeto sobre el que se ejerce la posesión, porque de esta individualización depende que la relación poseedor-bien se convalide a la de propietario-bien, situación que excluye por contera, la posibilidad de que se llegue al máximo estadio que representa el derecho real por excelencia, sin saber cual es bien subordinado. Exigencia sobre la que según la Jurisprudencia del alto Tribunal debe considerarse in generali: “No sobra añadir que para la identificación de los predios con el propósito de acceder a una pretensión de pertenencia “no es de rigor que los linderos se puntualicen de modo absoluto sobre el terreno... basta que razonablemente se trate del mismo predio según sus características fundamentales”, por lo tanto, no 1 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 incurre en yerro colosal el juzgador que limita el reconocimiento del derecho del usucapiente a aquel terreno sobre el cual se tiene certeza de estar individualizado durante el trámite del proceso, a partir de las probanzas apreciadas sin contraevidencia”. Corolario de lo anterior, y efectuado el rastreo probatorio, no es posible acceder a la pretensión de la alzada, de declarase la operatividad de la prescripción sobre la parte del globo denominado “AUYAMAL”, en tanto el bien sobre el que solicitó inicialmente la prescripción difiere sustancialmente del que ahora sugiere pueda ser objeto de prescripción. TRIBUNAL SUPERIOR DEL DISTRITO JUDICIAL DE NEIVA SALA CIVIL FAMILIA SALA TERCERA DE DECISIÓN M.P. Dr. EDGAR ROBLES RAMÍREZ Proceso: PERTENENCIA Demandante: HUMBERTO LEAL TOVAR Demandados: MARÍA DEL ROSARIO CÁRDENAS Y OTROS Radicación: 41001 31 03 004 2010 00051 01 Asunto: APELACIÓN DE SENTENCIA Procedencia: JUZGADO CUARTO CIVIL DEL CIRCUITO DE NEIVA Neiva veinte (20) de octubre de dos mil once (2011) 1. ASUNTO 2 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 Resuelve la Sala Tercera de Decisión Civil Familia del Tribunal Superior de Neiva, la apelación de la sentencia proferida por el Juzgado Cuarto Civil del Circuito de Neiva el 04 de abril de 2011 en el asunto de la referencia. 2. ANTECEDENTES 2.1. LA DEMANDA Mediante escrito presentado a la jurisdicción, el señor HUMBERTO LEAL TOVAR, convocó a juicio a los señores MARÍA DEL ROSARIO CÁRDENAS y ESTEBAN POLANÍA., y a las personas inciertas e indeterminadas que se crean con derecho sobre el bien inmueble objeto de usucapión, para que previo el trámite del proceso ordinario se declare que por vía de prescripción adquisitiva extraordinaria, el actor adquirió el dominio pleno y absoluto del bien rural denominado “LOS PISCOS”, ubicado en al vereda “San Bartolo” de la Ciudad de Neiva, de aproximadamente 230 hectáreas, con cédula catastral No 0002-0015-0003-000, identificado de la forma establecida en la Escritura Pública No 1162 del 16 de septiembre de 1960 de la Notaría Primera del Círculo de Neiva y, en consecuencia, que se ordene la respectiva inscripción en el folio de matrícula inmobiliaria No. 200-46370 de la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos de esta ciudad. 2.2. HECHOS Como fundamentos fácticos de sus pretensiones señaló que el señor OLIVERIO ZEA RUBIO, adquirió de los señores MARÍA DEL ROSARIO CÁRDENAS y ESTEBAN POLANÍA, unos derechos sucesorales sobre el predio rural denominado “LOS PISCOS” ubicado en la vereda “San Bartolo” de la ciudad de Neiva, de aproximadamente 230 hectáreas, según Escritura Pública No 1162 del 16 de septiembre de 1960 otorgada ene la Notaría 3 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 Primera del Círculo de Neiva; que a su vez el señor OLIVERIO ZEA RUBIO transfirió estos derechos al señor EUGENIO LEAL MALUCHE, según reza en la Escritura Pública No 218 del 02 de marzo de 1967, otorgada en la Notaría Segunda del Círculo de Neiva; que el señor LEAL MALUCHE dio en venta dichos derechos al señor HUGO LEAL TOVAR, según consta en la Escritura Pública No 2072 del 19 de octubre de 1994 y que el aquí demandante adquirió del señor HUGO LEAL TOVAR estos derechos mediante adjudicación por sucesión, según consta en la Escritura pública No 2049 del 06 de noviembre de 2002 OTORGADA EN LA Notaría Primera del Círculo de Neiva. Que por lo anterior, indica el demandante, es el único dueño y poseedor de los derechos radicados en el predio “LOS PISCOS”, ubicado en la vereda “San Bartolo” de la ciudad de Neiva. Que al efectuar la suma de posesiones, desde el señor OLIVERIO ZEA RUBIO en el año de 1960 hasta llegar a la que ejerce el señor HUMBERTO LEAL TOVAR, la cual ha sido quieta, ininterrumpida, tranquila y pacífica, se supera un tiempo de cincuenta años. Afirma además, que la posesión que se invoca se ha hecho de buena fe, teniendo derecho a que le sumen las posesiones, aunado a que la transmisión de los derechos se ha realizado con fundamento en títulos regulares. Aduce, que ha ejercido actos de señor y dueño, consistentes en la explotación económica del bien, que ha destinado a la actividad de cría y levante de ganado vacuno, actividades agrícolas, arreglo permanente de los cercos de alambre etc, por lo que solicita el saneamiento del título a través de esta acción. 4 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 2.3. TRÁMITE PROCESAL Y RESPUESTA DEL DEMANDADO Admitida la demanda, se dispuso el emplazamiento de los demandados determinados y las personas inciertas e indeterminadas, quienes fueron representadas en juicio mediante curador ad-litem, contestando en término la demanda e indicando que se opone a cada una de las pretensiones, al no existir jurisdicción y competencia de este Juzgado para declarar lo peticionado y no existir legitimo contradictor. Sobre los hechos manifiesta que se atiene a lo probado, al no constarle, proponiendo como excepción la que denominó FALTA DE LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA PASIVA, que sustentó en que los demandados MARÍA DEL ROSARIO CÁRDENAS y ESTEBAN POLANÍA, no tienen derechos reales sobre el inmueble objeto de la prescripción, por lo que no deben considerarse legítimos contradictores. 2.4. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA El juez de primer grado denegó las pretensiones de la demanda, y como fundamento de su decisión estimó in general, que son tres los presupuestos generales para al procedencia de este modo de adquirir el dominio, a saber: bien susceptible de prescripción adquisitiva de dominio; posesión previa y plazo señalado en al ley. Que en ese orden de ideas determinó, que de las pruebas obrantes se infiere que el bien objeto de prescripción es un bien baldío, perteneciente 5 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 a la Nación, y que por mandato del numeral 4 del artículo 407 del C.P.C., es un bien imprescriptible. 3. EL RECURSO Inconforme con la decisión, la parte demandante interpuso recurso de apelación, manifestando que no la comparte, por que si bien, el predio denominado “LOS PISCOS”, tiene partes baldías, lo cierto es que también posee una parte que integró el globo llamado AUYAMAL, de acuerdo a lo que reza la escritura 218 del 02 de marzo de 1967 otorgada en al Notaría Segunda del Círculo de Neiva: “Que por la presente escritura transfiere a título de venta a favor del señor EUGENIO LEAL MALUCHE, el derecho de dominio y posesión que el exponente tiene sobre la finca denominada “LOS PISCOS”, que posee en terrenos baldíos de la Nación y un lote de terreno denominado “AUYAMAL” que hizo parte del lote comunero del mismo nombre...” De donde solicita que se revoque la decisión, por existir dentro de las 230 hectáreas de extensión del predio “LOS PISCOS”, 80 hectáreas que son del predio “AUYAMAL”, que si puede ser objeto de este modo de adquirir el dominio. 4. CONSIDERACIONES DE LA SALA 4.1. PROBLEMA JURÍDICO Corresponde a la Sala determinar ¿Sí el juez de instancia, erró, al no declarar la prescripción adquisitiva sobre aquella parte del bien inmueble 6 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 “LOS PISCOS” denominada “AUYAMAL” que según el demandante no era considerada un bien baldío?. 4.2 MARCO NORMATIVO Artículos 762, 764, 770, 775, 2512, 2518 del Código Civil, CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR., cuatro (4) de diciembre de dos mil nueve (2009), Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. M. P. William Namén Vargas. Sentencia del 19 de septiembre de 2009. Referencia: Expediente 170013103-005-2003-00318-01; CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL Magistrado Ponente: Dr. JOSE FERNANDO RAMIREZ GOMEZ, veintiocho (28) de agosto de dos mil (2000) Referencia: Expediente No. 5448; CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente EDGARDO VILLAMIL PORTILLA, sentencia diecinueve de diciembre de dos mil cinco Ref. Exp. No. 11001-3103-024-1983-9396-01 4.2. RESPUESTA AL PROBLEMA JURÍDICO Considerando la estructura argumentativa de la decisión objeto de recurso y antes de dar solución al problema jurídico planteado, la Sala estima acertado aclarar, que en nada comparte el razonamiento lógico jurídico realizado por el a quo y que le permitió concluir, que el bien objeto de prescripción era baldío, razonamiento fundado en la indicación que en ese sentido hacía el Certificado de Matrícula Inmobiliaria No 200-46370, la Escritura Pública No 1.162 del 16 de septiembre de 1960 de la Notaría Primera del Círculo de Neiva y la Escritura Pública No 218 del 02 de marzo de 1967 de la Notaría Segunda del Círculo de Neiva: 7 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 Sobre el particular se tiene, que el artículo 1 de la ley 200 de 1936, modificado pro el artículo 2° de la le 4 de 1973 establece: “Se presume que no son baldíos, sino de propiedad privada, los fundos poseídos por particulares, entendiéndose que dicha posesión consiste en la explotación económica del suelo por medio de hechos positivos propios de dueño, como las plantaciones o sementeras, la ocupación con ganados y otros de igual significación económica. El cerramiento y la construcción de edificios no constituyen por sí solos pruebas de explotación económica pero sí pueden considerarse como elementos complementarios de ella. La presunción que establece este Artículo se extiende también a las porciones incultas cuya existencia se demuestre como necesaria para la explotación económica del predio, o como complemento para el mejor aprovechamiento de este, aunque en los terrenos de que se trate no haya continuidad o para el ensanche de la misma explotación. Tales porciones pueden ser conjuntamente hasta una extensión igual a la mitad de la explotada y se reputan poseídas conforme a este Artículo.” Por lo que, en principio, deba asumirse en un debate litigioso, que acreditado los supuestos de hecho que exige el artículo 1 citado; al actor le asiste el beneficio derivado de la presunción ilustrada; de allí, que no pueda exigírsele prueba de la calidad de no baldío y que sólo en el evento en que exista los suficientes elementos de juicio para resquebrajar tal ficción jurídica, es posible hacer una declaración en contrario. 8 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 Debe entonces examinarse, ¿qué mérito probatorio puede tener el certificado de tradición y libertad de un inmueble y una escritura pública respecto del supuesto de hecho “tenerse como bien baldío”?, para la Sala ninguno, en tanto el primero, tiene por objeto fijar la competencia territorial, o informar el sujeto pasivo que conformará el contradictorio y que es titular de derechos reales sobre el bien objeto de usucapión, mientras que el segundo, se encarga de protocolizar declaraciones de las personas intervinientes en un acto o contrato, por lo que ambos documentos, escapan a la exigencia probatoria necesaria para acreditar la calidad de baldío de un bien inmueble, más aún, cuando el Juez de instancia no se detuvo en analizar si el bien se encontraba o no explotado económicamente por el actor, pudiendo considerar que era beneficiario la presunción del artículo 1 de la ley 200 de 1936. Juicio simétrico que la Corte ha expuesto en los siguientes términos: “Planteado así el problema, pertinente resulta invocar con ocasión de este caso, la doctrina de la Corporación sobre el tema en discusión, definido con claridad en la sentencia de casación civil de 31 de octubre de 1994 (expediente No. 4306), donde la Corte dejó sentado, contrariamente a lo expresado por el ad quem, que "... no es válido sostener que, ante la ausencia de titulares de derechos reales en el certificado de registro inmobiliario correspondiente, éste tenga que considerarse como baldío, ni tampoco que si la ley autoriza en esas condiciones el inicio del proceso de pertenencia es para que en él se acredite por el actor que se dan las condiciones de los artículos 3o. y 4o. de la Ley 200 de 1936. Como se sabe, con ese certificado se persigue únicamente la integración del litis consorcio necesario, pero 9 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 jamás que sirva de prueba de la calidad de propiedad privada que tiene el inmueble". En esta misma sentencia la Corte precisó sobre el elemento que echó de menos el Tribunal, que en manera alguna el actor, tratándose de la usucapión sobre bienes rurales, tiene la carga de demostrar que el bien no es baldío, es decir, que salió del patrimonio del Estado y que ingresó en el de los particulares, "pues esa exigencia no la impone el legislador". Antes, por el contrario, dice la Corte, presume el dominio y la propiedad privada a favor del actor, cuando éste presenta una explotación económica del suelo en los términos del art. 1º. de la ley 200 de 1936, que precisamente es la norma que reconoce la citada presunción. "De manera –predica la Corporación- que si el actor ejerce posesión económica sobre el predio rural pretendido en usucapión, en ningún caso podrá exigírsele acreditar que ese bien "no es baldío" por haber salido del dominio del Estado y haber pasado a ser de propiedad privada", pues constituye un error desconocer que, demostrándose por parte del usucapiente posesión económica sobre el bien, en principio él tiene la calidad de propietario, "no sólo cuando el proceso se adelanta sin la comparecencia personal del Estado, sino cuando éste interviene en esa forma discutiéndole dominio al actor". Mayor es el desacierto, agrega la Corte en la misma sentencia, si el juzgador niega la declaración de pertenencia apoyándose en la presunción de baldío establecida en el artículo 2º de la ley 200 de 1936, "pues la aplicación de esa norma es únicamente viable cuando el actor no ejerce posesión económica sobre el predio". De ahí que los artículos 1º, 2º, y 3º de la ley 200 de 1936, consagren dos presunciones legales, cuya eficacia 10 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 difiere en consideración a los casos: se presume que no son baldíos sino de propiedad privada los fundos poseídos o explotados económicamente y se presume que son baldíos los predios rústicos no poseídos en la forma indicada. La primera presunción rige en casos como el presente, según se dejó dicho; la segunda, cobra vigencia cuando el Estado disputa el dominio a los particulares y puede desvirtuarse con la aducción del título originario expedido por el Estado, "que no haya perdido su eficacia legal" o "títulos inscritos otorgados con anterioridad a la mencionada ley 200, en que consten tradiciones de dominio por un lapso no menor del término que señalan las leyes para la prescripción extraordinaria" (Sentencia de 9 de marzo de 1939, G.J. XLVII, pág. 798).”1 No obstante lo anterior, la naturaleza jurídica del recurso de apelación cierra la posibilidad a que alguna consideración de fondo en lo que a este punto atañe pueda hacer la Sala, al no haber sido objeto de discusión por el apelante, quien se limitó a censurar la calidad de privado de una parte del bien inmueble, sobre la que gravitará el análisis de la alzada. 1 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACION CIVIL Magistrado Ponente: Dr. JOSE FERNANDO RAMIREZ GOMEZ Bogotá, D. C., veintiocho (28) de agosto de dos mil (2000) Referencia: Expediente No. 5448 11 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 Transitando a la solución del problema jurídico planteado, la discusión se centra según el inconforme, en que el Juez de instancia debió declarar la prescripción adquisitiva sobre la parte del bien inmueble “LOS PISCOS”, que no era baldío y que corresponde al AUYAMAL con una extensión de 80 hectáreas, debiendo ser del caso verificar si en efecto esa parte del bien pudiera considerarse prescriptible, sino es porque esta Corporación encuentra, que existe un presupuesto consustancial que hace imposible una extensión del diámetro analítico en ese sentido, atendiendo a los argumentos que a continuación se expresan. El Código Civil establece como modos de adquirir el dominio la ocupación, la tradición, la accesión, sucesión por causa de muerte y la prescripción adquisitiva de dominio. La prescripción al tenor del artículo 2512 ibídem2 “es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir la acciones o derechos, por haberse poseído las cosas o no haberse ejercido acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo, concurriendo los demás requisitos legales”, de lo que se infiere que existen dos tipos de prescripción, una adquisitiva y una extintiva. 2 Código Civil 12 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 La prescripción adquisitiva de dominio —que es la que para el caso interesa— está regida por el artículo 2518 del Código Civil, el cual establece que se gana de esta manera el dominio de los bienes raíces o muebles que están en el comercio humano y que se han poseído en las condiciones legales. La Corte Suprema de Justicia se refirió a esta institución jurídica en los siguientes términos: "El artículo 2512 del Código Civil se ocupa de definir la prescripción, pues al efecto expresa que "es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones o derechos ajenos, por haberse poseído la cosa y no haberse ejercitado dichas acciones y derechos durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales". Del anterior precepto y de otros más se desprende que la prescripción, en su modalidad adquisitiva, puede ser ordinaria o extraordinaria. La segunda, que es la que interesa al caso sublite, se configura mediante el lleno de los presupuestos siguientes: a) posesión material en el demandante; b) que la posesión se prolongue por el tiempo de ley; c) que la posesión ocurra ininterrumpidamente; y, de que la cosa o derecho sobre la cual se ejerce la posesión sea susceptible de adquirirse por prescripción (C.C. arts. 981, 2518, 2519, 2521, 2529, 2531, 2532; CPC, art. 413; L. 50/36, art. 1º). Al prescribiente que ha invocado la usucapión extraordinaria le corresponde demostrar que en el bien que pretende ha ejecutado actos positivos o materiales que indudablemente exterioricen su señorío (C.C. arts. 762 y 981), pues la vieja querella 13 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 doctrinal de admitir la existencia de dos posesiones —la material y la inscrita—, perdió toda importancia y vigencia a partir del fallo de 27 de abril de 1955, mediante el cual la Corte cerró todo el empeño de considerar esas dos especies de posesión, para concluir que cuando el derecho positivo alude a posesión irremediablemente se está refiriendo a la material, que es la única y auténtica como quiera que "no existe en la legislación colombiana una posesión que consista en la inscripción de los títulos de los derechos reales inmuebles en el Registro Público, porque... la inscripción carece de contenido y alcance posesorios" (LXXX, 97). Según se vio, constituye otra exigencia para el buen suceso de toda pretensión de usucapión extraordinaria, la que el prescribiente haya poseído la cosa o derecho por el tiempo fijado por la ley, o sea, por un lapso de 20 años, sin que en el cómputo de este término tenga incidencia la clasificación de los bienes en muebles e inmuebles, como sí la tiene respecto de la prescripción ordinaria (C.C. art. 2532 y L. 50/36, art. 1º). Por otra parte, cuando el poseedor acomete sus actos posesorios, esta actividad debe mantenerse y prolongarse por el tiempo requerido por la ley, pues si fenómenos de índole natural o civil le hacen perder su contacto con la cosa o derecho, como cuando la pierde definitivamente por haber pasado a otras manos o por resultar vencido en una contienda litigiosa (C.C. arts. 2522, 2523 y CPC, arts. 90, 91), lo cual entraña cuando menos la pérdida del "corpus" la posesión deja entonces, de tener toda virtualidad jurídica para usucapir. 14 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 En materia de prescripción adquisitiva también se precisa que la cosa o derecho sea susceptible de adquirirse por este modo, pues si bien la ley sienta la regla general de que ‘se gana por prescripción el dominio de los bienes corporales, raíces o muebles, que estén en el comercio humano’, como también ‘se gana de la misma manera los otros derechos reales que no estén especialmente exceptuados’ (C.C. art. 2518), existen algunos derechos y bienes cuya adquisición no puede lograrse por este modo originario, como ocurre, respecto de derechos reales, de los de servidumbres discontinuas o inoperantes y del derecho de hipoteca, y respecto de bienes, de los que no están en el comercio, de los de uso público, de los bienes fiscales adjudicables (Código Fiscal, arts. 61, 2518 y 2519), ni ‘procede declaración de pertenencia si antes de consumarse la prescripción estaba en curso un proceso de división del bien común, ni respecto de bienes... de propiedad de las entidades de derecho público’ (CPC, art. 413-4)". 3 De lo anterior resulta claro que para la configuración de la prescripción adquisitiva 3 extraordinaria se requiere de la confluencia de tres Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil, Sentencia del 21 de agosto de 1978. 15 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 presupuestos jurídicos a saber: la prescriptibilidad de la cosa, la posesión y el transcurso del tiempo. Que la cosa sea susceptible de adquirir por prescripción: Significa que el bien pretendido en usucapión no sea de aquellos que la ley ha determinado como imprescriptibles, vg, los de uso público. La posesión: El artículo 762 del Código Civil la define como “la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño, sea que el dueño o el que se da por tal, tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que la tenga en lugar y a nombre de él”. Aquí se distinguen dos elementos: el corpus, esto es, el ejercicio material del derecho y el animus, es decir, la voluntad de considerarse titular del derecho. Conforme a lo anterior, la posesión supone la ausencia de reconocimiento de dominio ajeno y la manifestación quieta, pública, pacífica e ininterrumpida del ánimo de señor o dueño frente a una cosa determinada, con el fin de que prospere la declaración de pertenencia a favor del poseedor y surja en su patrimonio el derecho de dominio o cualquier otro derecho real. Esta figura jurídica se opone a la mera tenencia porque esta última implica reconocimiento de dominio ajeno y por ende excluye la posibilidad de adquirir el dominio por vía de prescripción. El transcurso del tiempo: el tiempo requerido para la prescripción extraordinaria de dominio, de conformidad con el artículo 2532 del C.C., 16 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 modificado por el artículo 1 de la ley 50 de 1936 es de 20 años 4. Sin embargo, cuando el prescribiente, de manera personal, no haya poseído el tiempo legalmente necesario para adquirir la cosa, si su antecesor ejecutó actos posesorios, puede acudir, para completar el lapso requerido, a la institución jurídica de la suma o accesión de posesiones (accesio possessionem) de que tratan los artículos 778 y 2521 del C.C. Se observa, a analizar los presupuestos de este modo de adquirir el dominio, que todos encuentran paridad en un elemento consustancial o común denominador, y es el objeto sobre el que se materializan. En efecto, la prescripción adquisitiva de dominio tiene por cometido, tal como se refirió ut supra otorgar la propiedad sobre una cosa, previo el cumplimiento de los requisitos que la ley exige, de allí que la propiedad como derecho real de conformidad con lo establecido en el artículo 665 del Código Civil, implique la relación sujeto-cosa, o poder de subordinación que ejerce el titular sobre el bien. Por lo que ex ante a la verificación de los presupuestos enlistados, sea en el laborío analítico una cuestión inaplazable, la de tener certeza cualitativa y cuantitativa del objeto sobre el que se ejerce la posesión, porque de esta 4 Este término fue reducido a 10 años por el artículo 1 de la Ley 791 del 27 de diciembre de 2002. 17 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 individualización depende que la relación poseedor-bien se convalide a la de propietario-bien, situación que excluye por contera, la posibilidad de que se llegue al máximo estadio que representa el derecho real por excelencia, sin saber cual es bien subordinado. Exigencia sobre la que según la Jurisprudencia del alto Tribunal debe considerarse in generali: “No sobra añadir que para la identificación de los predios con el propósito de acceder a una pretensión de pertenencia “no es de rigor que los linderos se puntualicen de modo absoluto sobre el terreno... basta que razonablemente se trate del mismo predio según sus características fundamentales”5, por lo tanto, no incurre en yerro colosal el juzgador que limita el reconocimiento del derecho del usucapiente a aquel terreno sobre el cual se tiene certeza de estar individualizado durante el trámite del proceso, a partir de las probanzas apreciadas sin contraevidencia.”6 Sent. Cas. Civ. 11 de junio de 1965, en 5 de septiembre de 1985, G.J. t. CLXXX, Pág. 400; 25 de noviembre de 1993, G.J. t. CCXXV, Pág. 636; 11 de junio de 1995, G.J. t. CXI, Pág. 155; y 12 de diciembre de 2001, Exp. No. 5828. 6 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA SALA DE CASACIÓN CIVIL Magistrado Ponente EDGARDO VILLAMIL PORTILLA Bogotá D. C., diecinueve de diciembre de dos mil cinco Ref. Exp. No. 11001-3103-024-1983-9396-01 18 5 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 Corolario de lo anterior, y efectuado el rastreo probatorio, no es posible acceder a la pretensión de la alzada, de declarase la operatividad de la prescripción sobre la parte del globo denominado “AUYAMAL”, en tanto el bien sobre el que solicitó inicialmente la prescripción difiere sustancialmente del que ahora sugiere pueda ser objeto de prescripción. Obsérvese como en el trámite procesal, la demanda individualiza el bien objeto de prescripción así: ”(...) el predio rural denominado “LOS PISCOS”, ubicado en al vereda San Bartolo de la ciudad de Neiva, de aproximadamente 230 hectáreas”7. La inspección judicial8 indica: “(...) predio denominado “Los Piscos”, ubicado en al vereda San Bartolo del municipio de Neiva, con una extensión aproximada de 218 hectáreas (...) La prueba pericial9 dicta: “Por lo anterior, el perito toma como dato cierto de la cabida superficial del predio “LOS PISCOS”, la cantidad de 238 hectáreas 1.250 metros cuadrados que corresponde a la medición indirecta de la cabida superficial del predio de acuerdo a los procedimientos establecidos por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi”. 7 Folio 23 del cuaderno principal 8 Folio 72 del cuaderno principal 9 Folio 87 del cuaderno principal 19 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 Medidas cuyas diferencias son tolerablemente razonables, pero que discuten drásticamente, con la extensión de 80 hectáreas, sobre las que solicita el apelante sea declarada la prescripción adquisitiva de dominio, estructurando así un escollo insalvable, ya que el proceder de la forma en que sugiere el recurrente, constituiría una afrenta al principio de congruencia soporte del orden jurídico colombiano, tal como así lo ha establecido la Corte: “El juzgador, por normas expresas e imperativas, está sujeto en su quehacer al principio de congruencia, sin poder actuar de oficio (ne procedat iudex ex officio) salvo autorización del ordenamiento jurídico, siéndole menester un pronunciamiento claro en coherente y simétrica correspondencia con el thema decidendum, esto es, “en consonancia con los hechos y las pretensiones aducidos en la demanda” y demás oportunidades procesales, así como “(…) con las excepciones que aparezcan probadas y hubieren sido alegadas”, salvo las que debe declarar así no sean invocadas(artículo 304, esjudem ). El petitum, la causa petendi, sus soportes fácticos y normativos, la contestación, excepciones interpuestas y las alegaciones, imponen los linderos de la actividad del juez “en el ejercicio de su función, con sujeción a la directriz ne aet judex ultra, extra o citra petita partium, y en cuanto omita o disminuya el tema a decidir (citra petita), decida lo no pedido (extra petita) o conceda más de lo pretendido (ultra petita), el fallo deviene incongruente incurriendo en un yerro in procedendo denunciable por la causal segunda de casación según dispone el numeral 2º del artículo 368 del Código de 20 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 Procedimiento Civil.” (Sent. Cas. Civ. No. 076 de treinta de julio de 2008).”10 Lo anterior por cuanto se reconocería al demandante el derecho de dominio sobre un bien, cuyas características son totalmente distintas a la que se solicitó en la demanda y que se identificaron durante todo el trámite procesal, constituyendo una decisión definitoria sorpresiva que, vulneraria el derecho de defensa de los demandados, que aún representados por curador ad litem, enfilaron su defensa en contra de los supuestos de hecho y el petitum del libelo introductorio, razón suficiente para confirmar en su integridad la sentencia apelada. 4.3. COSTAS De conformidad con el artículo 392 del C. de P. Civil, no se condenará en costas por no aparecer probada su causación. Sin más consideraciones, la Sala Civil Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Neiva, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Civil. M. P. William Namén Vargas. Sentencia del 19 de septiembre de 2009. Referencia: Expediente 17001-3103-005-200300318-01. 10 21 As. Ordinario Civil M.P. Edgar Robles Ramírez. Rad. 2010-00051-01 5. RESUELVE PRIMERO. CONFIRMAR la sentencia proferida por el Juzgado Cuarto Civil del Circuito de Neiva de fecha 04 de abril de 2011 dentro del presente proceso. SEGUNDO. No condenar en costas en esta instancia por no aparecer causadas. NOTIFÍQUESE EDGAR ROBLES RAMÍREZ ALBERTO MEDINA TOVAR ENASHEILLA POLANÍA GÓMEZ COP. FOLIO ______TOMO______SENTENCIAS CIVILES 22