Lección VI - Taller de Escritores

CURSO DE GUION DE CORTOMETRAJE
Lección VI
LAS VARIANTES DE LA
TRAMA
Arquitrama, Minitrama y
Antitrama
En esta clase descansaremos un poco en cuanto a la escritura del
guion y echaremos un vistazo a los diferentes tipos de trama que existen.
Hasta ahora hemos visto la estructura dramática clásica, el
paradigma que Syd Field estudió, en el que se basan la mayoría de las
películas y del que parten los otros tipos de diseños narrativos. Porque,
como podrás observar, muchas películas no responden precisamente a
este paradigma de estructura, pero repito, siempre éste es su punto de
partida.
La trama o estructura dramática es la manera en que organizamos
los elementos de la historia con el fin de crear la mayor expectativa
posible en el público. El paradigma de Syd Field plantea cómo se
desarrolla una línea de acción dramática, que sólo puede tener un
protagonista, que transita un recorrido a través de un conflicto llegando a
una crisis que lo hace cambiar o evolucionar. Muy bien. Pero hay muchas
películas que tienen más de una línea de acción dramática, o que esa línea
de acción dramática no es tan clara, y a veces, directamente pareciera
que no hay. Aquí es donde empezamos a clasificar los diferentes tipos de
tramas, en base la cantidad y la forma de las líneas de acción dramática
que forman la trama de un largometraje. Luego veremos qué variantes
podemos encontrar en el cortometraje.
Para esta clasificación nos basaremos en es triángulo narrativo que
propone Robert McKee, en el cual plantea estos tres tipos de diseño
narrativo: Arquitrama, Minitrama y Antitrama.
“Aunque las variaciones del diseño de los acontecimientos son
innumerables, no carecen de limitaciones. Los extremos
artísticos crean un triángulo de posibilidades formales que
conforman el mapa del universo narrativo. Dentro de ese
triángulo se encuentran todas las cosmologías de los
escritores, sus múltiples visiones de la realidad y de cómo se
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vive la vida en ellas. Para comprender que lugar ocupa
nuestra narración dentro de ese universo debemos estudiar
las coordenadas de ese mapa, compararlas con el trabajo que
estemos realizando y dejar que nos guíen hasta el punto que
compartimos con otros escritores que tienen visiones
similares.”
Robert McKee
El triángulo narrativo es el siguiente:
ARQUITRAMA
En la parte de arriba del triángulo tenemos el diseño clásico, la
arquitrama, el diseño del que derivan todos demás y que es tan antiguo
como lo es el arte de contar historias. Este tipo de estructura es el que
hemos estudiado hasta ahora. Una película dentro de este diseño sólo
puede tener un protagonista, sólo una línea de acción dramática principal,
aunque sí que puede tener alguna que otra línea de acción secundaria, o
sea, otros personajes que también transiten un camino a lo largo de la
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película que los transforme. Pero esas líneas de acción secundaria están
mucho menos desarrolladas que la del protagonista, apenas delineadas.
En el diseño clásico la línea de acción dramática tiene un final
cerrado, porque el protagonista después del clímax resuelve, para bien o
para mal, su situación dramática. La línea de acción se desarrolla en un
tiempo lineal, desde el principio hasta el final es ese orden. El
protagonista suele tener un conflicto externo (aunque puede estar
combinado con uno interno, como hemos visto en la clase de conflicto), es
activo ante ese conflicto, su necesidad dramática lo mueve a querer
resolverlo. Y, por último, el diseño clásico plantea una realidad coherente,
aunque plantee una sociedad en Neptuno, ésta será una sociedad con
criterio y coherencia interna.
McKee lo dice así:
“El diseño clásico implica una historia construida
alrededor de un protagonista activo que lucha
principalmente
contra
fuerza
externas
antagonistas en la persecución de su deseo, a
través de un tiempo continuo, dentro de una
realidad ficticia coherente y casualmente
relacionada, hasta un final cerrado de cambio
absoluto e irreversible.”
Los otros, Una historia verdadera, Chinatown son ejemplos de
arquitrama que hemos visto en el curso. Otros ejemplos pueden ser Hijos
de los hombres, de Alfonso Cuarón, David Arata, Timothy J. Sexton, Hawk
Ostby y Mark Fergus; el Cuervo, de David J. Schow y John Shirley;
Psicosis, de Alfred Hitchcock; o La lengua de las mariposas, de Rafael
Azcona, José Luis Cuerda y Manuel Rivas (casualmente las tres películas
que están escritas por varios autores son una adaptación de obras
literarias o cómics).
Cuando la película tiene más de una línea de acción dramática y no
hay una principal, sino que todas están desarrolladas a un mismo nivel de
importancia, entonces el diseño narrativo se corresponde con el de la
minitrama.
MINITRAMA
Minitrama viene de minimalismo, porque en este tipo de diseño
narrativo el autor trabaja las líneas de acción dramática igual que en el
diseño clásico para luego reducirlas, comprimirlas, recortarlas, y limar los
rasgos más prominentes de la arquitrama.
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En la minitrama hay trama, sólo que más simplificada, ya que la
minitrama busca la simplicidad y la sencillez del relato, manteniendo los
suficientes aspectos clásicos como para que la película sea satisfactoria
para el espectador. En la minitrama, al haber varias líneas de acción
dramática, no da tiempo a profundizar demasiado en ninguna, por eso no
se plantean conflictos muy complicados ni se ponen muchos obstáculos a
la necesidad dramática del personaje, de hecho, el conflicto en la
minitrama suele ser interno, el protagonista ser pasivo, y el final quedar
abierto.
Un buen ejemplo de minitrama puede ser Amores perros, de
Guillermo Arriaga Jordán, dirigida por Alejandro Gonzáles Iñárritu.
En Amores perros hay tres historias que se cruzan en un punto, un
accidente de coche: Octavio, un chico que quiere fugarse con la mujer de
su hermano pero todo le sale mal; Valeria, una modelo que se acaba de
oficializar la relación con su amante y termina con una pierna amputada,
y el Chivo, un exguerrillero comunista que se dedica a asesinar a sueldo y
termina reconciliándose consigo mismo y cambiando de vida. Todas las
historias presentan una arquitrama reducida, todos los personajes
cambian, para bien o para mal, pero no se profundiza demasiado en
ninguno de ellos.
Otros ejemplos de minitrama pueden ser Historias mínimas, de
Pablo Solars, Sin City, de Frank Miller, Fresas salvajes, de Ingmar
Bergman, o Paris, Texas, de Sam Shepard.
ANTITRAMA
La antitrama es la contrapartida cinematográfica de la antinovela, o
del teatro del absurdo. Este tipo de diseño narrativo le da la vuelta a
diseño clásico. La antitrama es justamente la ruptura de la estructura
dramática, es romper con las reglas una vez que se conocen y jugar con
ellas con un criterio propio. Se crea así el cine experimental, donde se
plantean realidades incoherentes, donde el tiempo no es lineal, o sea, que
se puede empezar por el futuro, ir al pasado y terminar en el presente
probablemente sin saber en qué momento de la película estamos, o
simplemente ser atemporal, y donde las acciones no se suceden por
causalidad sino más bien por casualidad. La antitrama es un viaje sin ruta,
un paseo que recorre el personaje y al que te invita a participar si no
intentas “entender” lógicamente lo que sucede. La antitrama es
claramente lo opuesto a la trama.
En su forma más pura, la antitrama puede llegar a aburrir si uno no
se entrega a esa propuesta “incoherente” que hace el autor y se deja
llevar sin más. Uno de los exponentes principales de este tipo de cine es
David Lynch. Desde Carretera Perdida, pasando por Mulholland drive, y
hasta Inland Empire, Lynch ha planteado mundos extraños, incoherentes
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y sin un tiempo claro, en donde los personajes experimentan todo tipo de
situaciones descabelladas y extravagantes, que son “metáforas
dramáticas”. Este tipo de películas no pueden analizarse desde la
estructura, obviamente, aunque el propio David Lynch asegura que toda la
información de la historia está ahí, sólo que él la pone de manera
desordenada.
Pero Lynch no es el primero ni el único en hacer este tipo de cine:
esta el 8 ½ de Fellini, Chungking Express de Wong Kar-wai, o Persona de
Ingmar Bergman, entre muchas otras.
Lo interesante de conocer los diferentes tipos de diseño narrativo es
poder observar que hay películas que no están ni en un extremo del
triángulo ni del otro, si no mas bien que quedan a mitad de camino entre
ambos, ya que se puede dar el caso de una antitrama pero estructurada
como Eternal sunshine of the spotless mind (Olvídate de mi), que si bien
se la puede considerar antitrama porque rompe la línea de tiempo,
también podemos observar que la historia esta planteada en tres actos,
articulados por los puntos de quiebre y hasta un punto medio, con los cual
se la puede analizar desde la arquitrama también. A partir de aquí,
podemos tener un millón de combinaciones diferentes, según donde de
sitúe la película en el diagrama de McKee. Veámoslo:
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Ahora que conocemos el abanico de posibilidades que nos ofrece el
triángulo de diseños narrativos podemos analizar cualquier tipo de
película. Pero, ¡ojo!, en este curso, que es donde escribirás tu primer
guion, no nos saldremos del paradigma, porque el objetivo que nos
proponemos aquí es aprender a utilizar bien el diseño clásico. Esta clase
es sólo teórica, para que puedas ver dónde estás parado, por eso no
plantearé en esta clase ningún ejercicio (y así además te doy tiempo a
ponerte al día si llevas el guion retrasado).
Ahora vamos a repasar un poquito más las diferencias que
encontramos dentro de este triángulo narrativo:
Para empezar observemos qué pasa con los finales cerrados de la
arquitrama frente a los finales abiertos de la minitrama. Los finales
cerrados son los que dejan al espectador más satisfecho, ya que en este
tipo finales se responden a todas las preguntas planteadas a lo largo de la
trama, con lo cual se satisfacen todas las emociones evocadas en el film.
En los finales abiertos en cambio, se responden la mayoría de las
preguntas pero pueden quedar algunas sin responder, se satisfacen casi
todas las emociones aunque puede quedar algún residuo emocional que
deba satisfacer el público. En Amores Perros, la historia de la modelo con
su pareja acaba sin saber que sucederá entre ellos, pasada la crisis y con
el resultado de la amputación de la pierna de Valeria, el autor nos deja a
los espectadores que pensemos, después de haber visto la película, qué
pasará con esta pareja.
En cuanto al tipo de conflicto, en la arquitrama se acentúa más el
conflicto externo, resaltan más las luchas en sus relaciones personales,
con problemas sociales o naturales. En la minitrama es al revés, los
conflictos más importantes, los que guían la historia, son los internos, las
batallas que se producen dentro de los pensamientos y sentimientos del
personaje.
En la arquitrama el protagonista es activo, persigue con toda su
voluntad un deseo, una necesidad dramática, llevando a cabo acciones
que entran en conflicto con las personas y el mundo que les rodea. En la
minitrama en cambio, los personajes son reactivos y pasivos, ya que
suelen mostrarse inactivos mientras persiguen un deseo interior que está
en conflicto con otros aspectos de su propia naturaleza.
En la arquitrama el tiempo es lineal, la historia se mueve de forma
elíptica a lo largo un tiempo más o menos continuo y termina en una
fecha posterior a la que empezó. Se pueden utilizar flashbacks, pero de tal
manera que el espectador pueda ubicar esos hechos en la historia sin
perder el hilo temporal. La contrapartida de esto es la antitrama, que se
desarrolla en un tiempo no lineal, donde se mezcla o fragmenta el tiempo
para que resulte difícil saber qué ocurrió en qué momento. Godard dijo
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una vez que dentro de su concepto estético, toda película debía contar con
un principio un desarrollo y un final... aunque no necesariamente en ese
orden.
También hay una diferencia en cuanto a la correlación de los
acontecimientos que es muy interesante de observar: la casualidad frente
a la causalidad. La causalidad de la arquitrama refleja cómo suceden las
cosas en este mundo. Una causa produce un efecto, que pasa a ser la
causa de otro efecto más, así los acontecimientos son el resultado de una
red de causalidades encadenadas que una vez que se comprenden le dan
sentido a la vida. En la antitrama en cambio, se plantean las situaciones
como resultado de la casualidad, las redes son aleatorias, las cosas
suceden, pero no se las justifican como efecto de una causa, sino que son
más bien fragmentaciones absurdas.
La CAUSALIDAD guía a las películas en las que hay una
serie de acciones que tienen sus propias motivaciones y
que producen unos efectos que a su vez se convierten en
las causa de otros efectos adicionales, relacionando así los
distintos niveles de conflicto de los episodios con el clímax
narrativo dentro de una reacción en cadena, que expresa
las conexiones internas de la realidad.
La CASUALIDAD guía a un mundo ficticio en el que hay una
serie de acciones sin motivaciones aparentes que precipitan
acontecimientos que no producen ningún efecto ulterior, y
que, por consiguiente, fragmentan la historia en episodios
divergentes y en un final abierto que expresa lo inconexo
de la existencia.
Robert Mckee
Y, por último, tenemos las realidades incoherentes de la antitrama
frente a las realidades coherentes de la arquitrama. En las dos el autor
propone un mundo ficticio en cual se desarrollará la historia. Ese mundo
será probablemente una metáfora de la vida. Pero en el caso de la
arquitrama ese mundo que se propone obedece a sus propias leyes
internas de causalidad. Cada realidad ficticia establece de manera única
cómo se producen las cosas en su interior. En la antitrama, en cambio, se
proponen realidades incoherentes, donde los episodios de la historia
saltan de una realidad a otra para crear una sensación de lo absurdo.
En el cortometraje también se puede elegir el lugar dentro del
triángulo narrativo en el que queremos situar nuestra historia, pero dentro
de la arquitrama, al ser un metraje de corta duración, podemos encontrar
algunas variantes en cuanto a la duración de cada acto, incluso se puede
prescindir de alguno de ellos.
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No es raro ver cortometrajes que sólo tengan dos actos,
planteamiento y desarrollo del conflicto, por ejemplo, sin la resolución. O
se puede empezar por el desarrollo del conflicto y resolverlo sin hacer el
planteamiento. También se puede dar el caso, aunque es más raro, de
hacer un planteamiento y luego saltar directamente al clímax y resolver. O
tener los tres actos, pero que uno sea tan corto como una acción. Esto lo
verás mucho en el mundo del cortometraje. Pero repito que en este curso
la idea es aprender a utilizar la estructura dramática de manera
estrictamente correcta, estructurar la historia con el paradigma del diseño
clásico, de la arquitrama, que es de donde nacen el resto de posibilidades.
Ahora
mismo
acabas
de
terminar
tu
diseño
narrativo
correspondiente a la arquitrama. Tal vez pensar un poco lo que hemos
visto hoy te ayude a comprender un poco más lo que acabas de trabajar.
En la próxima lección empezaremos a darle forma al guion. Si aún
no has terminado la estructura aprovecha esta semana para ponerte al
día.
Un saludo
Julia Morando
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