RELACIÓN DE DAVID HUME CON OTROS FILÓSOFOS

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RELACIÓN DE DAVID HUME CON OTROS FILÓSOFOS
TOMÁS DE AQUINO: Hume pone en cuestión la validez de las vías tomistas para la
demostración de la existencia de Dios ya que éstas utilizan como fundamento la validez
del principio de causalidad (recordemos que en la estructura de las vías tomistas la
segunda parte consistía en la aplicación del principio de causalidad al hecho del que se
parte) y según Hume no tenemos base empírica alguna para afirmar que en la realidad
haya relaciones causales que permitan afirmar que un hecho es inevitablemente efecto
de la existencia de una causa (su crítica al principio de causalidad choca con la
aceptación del mismo por parte de la mayoría de los filósofos anteriores a él como un
principio natural y objetivo. Kant admitirá también su existencia, pero como un
concepto a priori del entendimiento). Además de todo esto, Hume estaba en contra de
la terminología filosófica tomista, compuesta en gran parte de conceptos metafísicos y
abstractos con escasa o nula base empírica.
Como comentario final en relación con el tema de la demostración de la existencia de
Dios, cabe decir que David Hume trató con cierto detalle en su obra Diálogos sobre la
Religión Natural la cuestión de la existencia de Dios y su posible demostración racional y
defendió una posición agnóstica: el ser humano es incapaz de demostrar la existencia
de Dios pero también es incapaz de demostrar su no existencia.
DESCARTES: CORRIENTE RACIONALISTA. Debido a su defensa de unos principios
empiristas Hume se sitúa en las antípodas de la filosofía platónica, y aunque está más
cerca de la posición de Aristóteles, éste no acabó defendiendo las posiciones escéptica y
fenomenista de Hume.
Hume y Descartes son dos importantes representantes de la filosofía moderna y
comparten, como señalamos más arriba, la defensa de la autonomía de la razón, la
valoración de las ciencias como modelos para la filosofía (para Descartes, las
matemáticas; para Hume, las ciencias empíricas) y su preocupación por el método
filosófico y científico.
Tanto Descartes como Hume coinciden en que nuestro conocimiento es un conocimiento
de ideas (idealismo), es decir, de lo que la realidad nos muestra en nuestra relación con
ella. Para Descartes, solo Dios nos garantiza la concordancia de nuestras ideas con la
realidad, siempre que hagamos un buen uso de nuestra razón. Hume, sin embargo señala
que nos tenemos que aferrar a la creencia para afirmar que nuestras impresiones se
derivan de una realidad exterior.
El enfoque racionalista del conocimiento que tiene Descartes (desconfianza de los
sentidos, sobrevaloración de la razón, existencia de conocimientos o ideas innatas en la
razón...) es muy distinto del enfoque empirista del conocimiento que tiene Hume. Éste
admite que la experiencia, tanto externa (información de los sentidos) como interna, es
la base del conocimiento humano y constituye una fuente fiable de conocimiento de la
realidad; además, para Hume, no hay ideas innatas en la mente ya que todas las ideas
proceden de impresiones (datos de experiencia); de hecho, para Hume, antes de toda
experiencia, nuestra mente es un papel en blanco.
Además, Hume discrepa con Descartes en el tratamiento del problema de la sustancia:
para Descartes existen tres sustancias (res cogitans, res extensa y res infinita) ya que la
razón tiene una idea representativa de cada una de ellas; para Hume no estamos
justificados a hablar de la existencia de sustancias pues no tenemos una impresión (dato
de experiencia) de la que se pueda derivar la idea de una sustancia, ya sea pensante,
extensa o infinita.
KANT: La filosofía empirista de Hume tuvo una enorme influencia en la explicación
kantiana del conocimiento humano. La lectura de las obras de Hume sacó a Kant de su
racionalismo dogmático y le convenció de que el conocimiento humano siempre empieza
por los datos de experiencia, aunque el propio Kant estableció que en el proceso
cognoscitivo humano intervienen elementos trascendentales que no proceden de la
experiencia sino que forman parte de la estructura cognoscitiva humana y que son, en
este sentido innatos, a priori, y entre las cuales se encuentran los conceptos apriori de
sustancia y causa. Por otra parte, y esto es a lo que a nosotros más nos interesa, a pesar
de la enorme influencia que tuvo Hume en Kant, en el terreno de la ética Hume y Kant
discrepan claramente. Kant defiende una ética exclusivamente racional basada en la
aplicación de una ley moral que la razón humana descubre por sí misma (imperativo
categórico), mientras que Hume defiende una ética emotivista. En la defensa del
emotivismo moral no solo se contrapondrá a Kant, sino a casi toda la tradición anterior
encuadrada en el racionalismo moral: el intelectualismo moral socrático, la ética
platónica, aristotélica y de Tomás de Aquino.
ORTEGA: Ortega critica el idealismo de los filósofos modernos (el primero de ellos fue
Descartes, pero también incluimos a Hume.) Estos idealistas modernos consideraron que
la realidad primordial y radical es la existencia del sujeto como sujeto pensante y que
las cosas tienen existencia en la medida en que son representadas por un sujeto. Ortega
critica y supera el idealismo proponiendo como realidad primordial y radical la vida
entendida como coexistencia del sujeto con las cosas.
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