CELULA DE DISCIPULADO Ap. Juan Ballistreri

CELULA DE DISCIPULADO
Lección 8
SERIE: “GENTE TRANSFORMADA PARA CONQUISTAR Y POSEER”
Tema: “El progreso y el crecimiento de la oración”
Ap. Juan Ballistreri
www.ccnven.org/discipulado/
Efesios 1:1-23: “Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso: gracia y
paz a vosotros de parte de dios, nuestro padre, y del señor Jesucristo. Bendito sea el Dios y Padre de nuestro señor Jesucristo, que nos
bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo,
para que fuéramos santos y sin mancha delante de él”.
“Por su amor, nos predestinó para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para
alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el amado. En él tenemos redención por su sangre, el perdón de
pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia”.
“Él nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las
cosas en crista, en el cumplimiento de los tiempos establecidos, así las que están en los cielos como las que están en la tierra. En él
asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su
voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”.
“En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis
sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para
alabanza de su gloria”.
“Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el señor Jesús y de vuestro amor para con todos los santos, no ceso de
dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro señor Jesucristo, el padre de
gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él; que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento,
para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos y cuál la
extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la acción de su fuerza poderosa”.
“Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los lugares celestiales, sobre todo
principado y autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero. Y
sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su cuerpo, la plenitud de
aquel que todo lo llena en todo”. (Rvr 95)
En la carta a los Efesios, el apóstol Pablo lo que pretende es dar a conocer y entender la iglesia. A él le interesaba ver a la
iglesia reinante sobre los poderes del mundo y sobre todas las cosas. Es la misma iglesia que estamos seguros vamos a ver en
nuestros días. A él le interesa que los hijos nacidos bajo una visión apostólica vean la iglesia y no es que subestime la tierra sino
que la toma como algo superado. Cap. 1: 6.
Evolución de la oración
Hay tres tipos de situaciones en la Biblia que nos hacen entender que la oración es algo cambiante y progresivo. Los hombres del
Antiguo Testamento oraban por cosas visibles y concretas; oraban por ganado, oraban por el clima, oraban por provisión, oraban
por batallas. La oración tenía que ver con algo que debía darse en el mundo exterior, dentro del plan eterno de Dios. Los
hombres, y aun los reyes oraban para que sucedieran cosas y les fuera bien. Todo era un asunto exterior, porque así funcionaba
el ser humano. Se trata de la sombra de lo que había de venir.
Al llegar Jesús los discípulos se dan cuenta del progreso de la oración con él, y le piden “enséñanos a orar”, porque se
habían dado cuenta de que la oración había cambiado. Jesús vino y estableció otro nivel de oración. Él se movía en un nivel
superior a todo lo que ellos habían visto, porque él no oraba por algo puntual, sino para que el cielo viniera a la tierra. La oración
fue migrando, fue creciendo, fue progresando.
Si ya alguien oró por lo puntual, para poseer tierras, para ganar la batalla, para que los enemigos fuesen puestos bajo sus
pies, y luego viene Jesús y gradúa a la gente de fe, porque lo puntual era ya superado. Ahora él pide que como ya lo visible y lo
puntual habían sido obtenido, que ahora se exprese la voluntad de Dios: “Como es en el cielo así también en la tierra”.
Ahora en la iglesia con la reimplantación de lo apostólico, la oración ha cambiado y emigrado. Ya no está enfocada en la
primera etapa que vimos, ni en la segunda, sino que ahora, en al menos dos asuntos más. Tu logro máximo del 2011 debe ser la
plataforma de lanzamiento, la cota cero para el 2012. Ese es un código espiritual, es una versión taquigráfica que debe ser
decodificada. NOTA: La taquigrafía es un antiguo sistema de escritura mediante símbolos, cada uno de los cuales servía para
abreviar cinco o seis palabras, esto permitía resumir grandemente lo escrito y tomar dictados rápidamente, pero su estudio requería
y requiere años de práctica.
Lo taquigráfico en el ser humano es como el llanto del bebé; Él, con un lloro, que para nosotros es igual en todo momento,
dice: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, y el espíritu de la madre lo va descifrando y desarrollando con los días y lo va
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entendiendo cada vez más claro. Igual, como la capacidad para descifrar el sistema de la taquigrafía, es el espíritu humano, el no
oye discursos, oye unas pocas palabras y luego las traduce y desarrolla por el Espíritu de Dios.
Todo lo que hemos conocido y sabemos acerca de la oración está siendo movido, porque el espíritu va a traer una
revelación en estos días, porque la oración va a producir algo que vamos a establecer en nuestro tiempo. Todo lo que sabemos
sobre oración hasta hoy es la base para arrancar lo nuevo que va a venir.
La oración maltratada
La oración de la iglesia no ha podido impactar al mundo, porque ha sido maltratada y mal enseñada, porque ha habido un
permanente retorno a lo ya aprendido y practicado, sin graduarnos de nada, entrampada en los términos religiosos y legalistas. La
base del Antiguo Testamento es la arrancada, es el punto cero, es el punto de partida.
Jesús dijo: Ya los hombres del Antiguo Testamento nos han demostrado que orando se pueden hacer cambios de situaciones en
la tierra, ejércitos huyen, el día se detiene, las situaciones cambian, los mares y los ríos se abren, pero ahora vamos a otra dimensión,
y es la de pedirle al padre que su voluntad sea ejercida en la tierra.
Pablo dice dos cosas más, dándonos a entender que hay otra dimensión que lo encierra y lo gobierna todo. La oración
creció en las escrituras y los apóstoles no solo oran sino que suplican. Suplicar es una expresión de carácter legal. Pablo en
Efesios 1 dice súplica, porque oración es como el trámite legal necesario que va armando un legajo o carpeta, para traer una
situación en un juicio. Oración constituye cada una de las hojas que lleva ese expediente de una persona que presenta una causa
justa, una causa conforme a la ley, que él sabe que ya está ganada porque cumple con los requisitos conforme a la palabra. Pero la
súplica es la última hoja donde se pide el pronunciamiento y donde se producirá la decisión favorable del supremo juez.
Oración y súplica
Oración y súplica no es lo mismo, y cuando un apóstol dice he suplicado, es porque la respuesta ya tiene que venir; y donde un
expediente ha sido bien sustentado con la oración, no hay diablo ni demonio que pueda detener el pronunciamiento a nuestro
favor. Por eso no nos cansemos de orar.
La victoria del antiguo testamento era por cosas externas, la oración de Jesús en la transición de las dos épocas, era para
que el cielo bajara y el padre hiciera su voluntad. Pero luego las oraciones de los apóstoles aprovechan esa plataforma para ir a un
nivel mayor. No es que no se ora por lo material en el nuevo testamento, eso es parte del expediente, que ya está hecho desde
antiguo. Tampoco es que no se ora para que se haga la voluntad del padre, pero eso ya lo hizo Jesús en su tiempo en la tierra.
Ahora, a nosotros, en este tiempo, nos enseñan los apóstoles a suplicar para que en nuestros días todo eso que ha sido acumulado,
tenga una clara expresión y manifestación.
La oración creció, por eso no necesitamos animar a cada uno a orar, porque eso sería leche espiritual, y en lo espiritual,
aunque nunca uno termina de crecer, ya hay comida sólida en lo que respecta a la oración. Ya sobre la necesidad de orar no se
puede seguir insistiendo, porque eso debe ser tan natural en un cristiano como respirar.
Debemos pasar a la nueva dimensión: a creer, porque el máximo nivel de la escritura, es la base de lanzamiento de donde
nosotros arrancamos. Lo máximo de la escritura es lo mínimo para caminar en revelación. Así nuestras oraciones van a ser más
efectivas a partir de una palabra que se revele a nuestro espíritu. De esta forma, el máximo de lo que hemos logrado en el 2011
debe ser la base de lanzamiento desde la que arrancaremos en el 2012. Igualmente sucede con la escritura, lo máximo de ella debe
ser la base mínima para caminar en revelación.
Dios es taquigráfico, él habla cinco o seis palabras y no las repite más. Solo una vez dice hágase la luz, solo una vez escribió
con su dedo las tablas de la ley. El te dice amarás al señor tu Dios y luego te queda toda una vida, todas tus generaciones, para
entender esas cortas palabras.
Oración asunto de memoria
La oración es un asunto de memoria, como lo establece Pablo en Efesios 1:16 (se le llama la carta de la iglesia, y ese es su único
objetivo, entender la iglesia, verla reinar, verla desplegar su poder sobre todas las cosas; es la iglesia que nosotros creemos vamos
a ver en nuestros días. A Pablo le interesa que los hijos que han nacido de nuevo vean la iglesia, ese es su único objetivo) de
manera que cuando oramos debemos tener por delante Las Escrituras, para tener una idea cierta del expediente, de lo que se ha
venido haciendo, sabiendo cómo esas oraciones se han venido acumulando, aun desde nuestros antecesores que hayan conocido
al Señor, porque esas oraciones han ido creando un expediente a nuestro favor. Es erróneo orar solamente por los asuntos
puntuales de cada día, porque desaprovechamos lo que se ha venido juntando en oración hasta que eso se convierte en una
súplica para que se cumpla. Pablo oró:
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“Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento
de él; que él alumbre los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, cuáles las
riquezas de la gloria de su herencia en los santos y cuál la extraordinaria grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,
según la acción de su fuerza poderosa. Esta fuerza operó en Cristo, resucitándolo de los muertos y sentándolo a su derecha en los
lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad, poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino
también en el venidero. Y sometió todas las cosas debajo de sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es su
cuerpo, la plenitud de aquel que todo lo llena en todo”.
La oración de Pablo era que los hijos de Dios podamos ver esta realidad, que la iglesia es la cabeza de todas las cosas y que
todo lo creado le está sujeto. La oración va dirigida para que veamos que la iglesia ya es la cabeza de todas las cosas, pero se nos tiene
que revelar.
Hay que orar sobre Hebreos 4. Es donde el escritor toca el asunto del reposo. Si el día de reposo de Josué hubiese sido lo
suficiente, el Señor no hubiese hecho otro día, que es el día del Señor. Quiere decir que hay un día del Señor, y que se
manifestará si nosotros permanecemos en la oración y en la palabra. Lo que él hará en nuestros días va a traer reposo y no carga,
porque antes se conseguían las cosas con oración prácticamente dándolas a luz, pero ahora, en Cristo y en la palabra, va a ser en
reposo. Vamos a aprender a disfrutar. Habrá reposo en Cristo.
Pablo dice en Efesios 1: Oro para que Dios les dé espíritu de revelación y sabiduría, pero luego, en la misma carta, madura y
tiene una mayor revelación y en el capítulo 3 dice: “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro señor Jesucristo (de
quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra), para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos
con poder en el hombre interior por su Espíritu; que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos, cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y
la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a aquel
que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa
en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén”. (3:14-21 rvr95).
En el capítulo 1, Pablo, mientras está orando, nos dice que él ora para que Dios les dé un espíritu, pero luego, mientras va
avanzando, en el capítulo 3, ora por un hombre, ya no lo ve como un espíritu sino que ahora lo ve como un hombre, el hombre
interior. Luego habla de la importancia de orar juntos, al decir que seáis capaces de comprender con todos los santos. Porque hay
cosas que están dadas para ser reveladas en la oración corporativa; ya que la oración personal no es negociable, porque es
extraordinaria y necesaria; pero Dios se reserva revelaciones que solo se imparten cuando la congregación ora en su conjunto.
Cuando la iglesia es capaz de unirse y creer, Dios traerá palabras de revelación y sabiduría como no se han visto hasta el tiempo
presente.
La revelación de la iglesia
Dos notas importantes acerca de esta oración de Pablo:
1.- La oración de Pablo va dirigida para que los cristianos en Éfeso pudieran ver la iglesia. Todo lo que hacemos es para que la
iglesia se manifieste sobre la tierra. El apóstol Pablo entiende que ella es el misterio más grande sobre la tierra, y que Dios no la va
a dar a conocer de manera deliberada a todo el que tenga una Biblia o una religión. Y esa es la característica, por el mismo hecho
de que es un misterio, y Dios no la va a revelar a todo el que sepa que la hay, porque no la vas a ver con el alma ni con el cuerpo
sino con el espíritu. No se toca ni se ve, porque solo le concierne al espíritu.
En la iglesia está el misterio del gobierno de Dios sobre las naciones de la tierra. Por eso es que debemos orar, para que
Dios nos revele la iglesia. No es el entendimiento de la mente el que nos va a llevar a comprender. Cuando Pablo pide espíritu de
revelación, sabiduría y entendimiento, es porque no es algo mental lo que Dios va a hacer con la iglesia. Por eso Pablo dice que la
iglesia es un asunto difícil de entender y que solo puede ser revelada al espíritu porque es un asunto espiritual.
2.- La primera oración de Pablo es que recibiéramos un espíritu de revelación para poder ver la iglesia. Es una revelación, es decir,
una acción unilateral de Dios hacia una persona. Si tu idea es entender y comprender todo como un asunto de piel y de
sensaciones, Dios te retira la revelación. Pero cuando lo disciernes como un asunto espiritual, entenderás que todo lo que Dios
creó lo puso debajo de la iglesia. Jesucristo es cabeza de la iglesia y la iglesia está sobre todas las cosas.
Es como un fusible que une la electricidad del poste con la instalación interna de la casa. La iglesia te libra de explotar por
la sobrecarga de lo que puede venir en la revelación. Si la iglesia funciona bien, todo lo que está creado funciona bien. Si la tierra
no funciona bien la iglesia explota como un fusible, para que todo lo poderoso que viene del cielo no termine por destruir la
tierra. Lo que conecta la voluntad del cielo con la tierra es la iglesia. Es como el fusible que administra toda esa corriente de
revelación, que de no hacerlo podría consumir la tierra.
Cuando Dios se quiere comunicar contigo no lo puede hacer a través el cuerpo porque morirías; tampoco lo puede hacer a
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través del alma o tu mundo pensante. Pablo oraba que fuera fortalecido el fusible del hombre interior, el espíritu, porque es así
como se va a manifestar el poder de Dios en la tierra. La iglesia es espiritual, no la puedes medir por sensaciones de hombre. El
fusible es el espíritu, que ahora te sirve no solo para vivir sino para contener a Dios, y no por pensamientos. Aun cuando el
hombre calló en delitos y pecados, Dios se reservó el fusible del hombre para volver, a través de la redención y el nuevo nacimiento, a
insuflar vida en él.
El fusible funciona en forma automática y no optativa, el saltará automáticamente si se dan las condiciones. Pablo dice: yo
no voy a perder mí tiempo enseñándoles la iglesia, yo doblo mis rodillas y será Dios el que les revele el significado de la misma.
Dios no puede revelarnos la iglesia si tenemos un hombre interior débil, porque nos arrancaría de propósito y quedamos como el
religioso, alguien que tiene de un lado la revelación, del otro lado la imposibilidad de llevarla adelante, pero en el medio falta la
conexión, que es el fusible. Eso es una traducción del término frustración.
Hoy muchos de los que participamos en las reuniones no logramos conectarnos con todo lo que Dios quiere, porque este es
un asunto de todos los santos (La Iglesia). Los necesitamos a todos para crear un fusible que cuando Dios se exprese aguante la
alta temperatura que genera la revelación.
Administrando la revelación
Hemos visto muchas congregaciones que quedaron fundidas, porque no fueron capaces de administrar la revelación y se les
fundió el fusible (el espíritu). Pablo estaba pendiente de que las iglesias cuidaran el fusible, y en cada carta se los mencionó. A
los corintios se les fundió con el ejercicio de los dones, a los colosenses con el misticismo, a los gálatas con el legalismo, a los que
menos llamó a corrección fue a los filipenses. Por eso a estos últimos les dice que han generado un fusible tan fuerte que habían
creado una conciencia de generosidad y dadivosidad. El fusible era de tan alto amperaje que si Dios les entregara la tierra, no
pecarían de orgullosos por ello.
La gente que se vuelve loca en la iglesia, es porque conectó a Dios en la fase incorrecta de su sistema. El hombre es
trifásico, tiene espíritu, alma y cuerpo, y solo una de esas fases es poderosa y está adecuada para recibir la conexión con Dios.
Dios a cada uno le revelará sus propias flaquezas, y cómo lidiar con ellas. Pero la conexión en la iglesia no es a ese nivel, sino en
el espíritu, porque si cada uno conociera las flaquezas del otro, seríamos incapaces de respetarnos o aceptar la autoridad del otro,
que probablemente lucha con más debilidades que las que asumimos tener nosotros.
Si te unes a un débil en el espíritu, y lo quieres subir al nivel en el que estás tú, que por el ejercicio espiritual diario
aguantas más corriente, porque tienes un fusible de mayor resistencia, entonces al otro lo fundes. Pablo oraba: “Señor, yo les pido
que refuercen el fusible”.
Ser fortalecidos en el hombre interior.
Pablo oraba: Señor, revélanos la iglesia y permítenos experimentarla. No debemos confundir revelación con interpretación.
Revelación no se puede explicar, porque es un asunto de espíritu a espíritu, que viene con una profunda sed de experimentar lo
que Dios te reveló.
Pablo dice que Dios nos ayuda en nuestra debilidad, en la debilidad del hombre interior, que está acostumbrado a vivir en
un hombre que ha estado todo desordenado. Y él lo hace con gemidos indecibles. La fortaleza de la iglesia no se marca en recibir
mensajes, sino en el espíritu que se revela. Pablo les dice: Yo oro y doblo mis rodillas, porque Uds. no han visto la iglesia. El día
que la lleguen a ver, se van a dar cuenta que todo para suceder dependía de nosotros, porque Dios no dejó nada al azar, nada
pendiente, ni nada sin terminar.
La predicación del evangelio es locura. Cuando hablamos, la palabra es impartida a los espíritus de las personas; hay poder
de Dios para salvación en ellos. Primeramente al judío, para avergonzar la religión, y también al griego, para avergonzar la
filosofía.
La generosidad y la dadivosidad no mueven a Dios, solo te hacen más fuerte para que no revientes cuando vengan las
riquezas de las naciones.
El detonante del poder de Dios
No hay poder en la oración, pero ella es el detonante de todo el poder de Dios. La oración no es lo más ni lo menos importante,
pero va primero. Todo lo que se edifica en la oración apostólica expone a todo lo que no fue edificado. Tienes que estar en la
oración congregacional, porque allí algo se edifica en el espíritu que te hace fuerte y te prepara para que cuando algo de Dios
venga sobre todos, te llegue a ti también, como sucedió en pentecostés.
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Oración es actividad de 24 horas, está a dónde estés; lo haces y estás siendo fortalecido en el hombre interior. El espíritu
es taquigráfico y se alimenta con una sola palabra. Agarras en el espíritu una sola palabra y tienes capacidad para gobernar. Se
fuerte en lo que quieres ser fuerte; se fuerte donde no quieres reventar.
Dios habla de adoradores que le adoren en espíritu, porque la adoración es un asunto de espíritu. No hay molestia que
pueda afectar al espíritu. El nacido de nuevo no se afecta por cosas pequeñas. Dios no midió a David por sus pequeñeces, porque
él estaba conectado en el espíritu.
Dios no ve el monto de tu ofrenda, él ve si lo diste desde el espíritu, porque algo en tu ofrenda es espiritual. Por eso las dos
blancas de la viuda fueron tan importantes. Cuando el espíritu está conectado con Dios, ni el alma ni el cuerpo pueden sufrir más
allá de lo que el espíritu puede soportar. Jesús pasó por los tres estadios en Getsemaní, pero cuando logró conectar su espíritu, ya
los clavos no eran un dolor.
Cada uno tiene una medida de Dios. Por eso Pablo dice: mi Dios suplirá, porque él sabía que tenía la capacidad de suplir.
Pablo dice que le dieron tres veces 39 latigazos, pedradas, etc., pero ellos no sabían que él no era fuerte en el cuerpo ni en el alma,
sino en el espíritu. Su apariencia física era deplorable, pero él era fuerte en el hombre interior.
La habilidad del hombre espiritual es conectarse con el espíritu, porque la iglesia de la que Pablo predicaba ni se toca ni se
siente. Ella es discernida por el hombre espiritual y este trabaja para edificarla. La oración en el espíritu te aísla de la vida
almática, y corporativa. Si hubo crisis emocionales o de salud, el hombre fuerte es el espiritual. El verdadero hombre fuerte, es el
que se formó fortalecido en el hombre interior.
¿Quién es el hombre fuerte?
El evangelio mal predicado ata al hombre fuerte; edificar una iglesia en la que se predica lo que le gusta a los ojos, lo que le gusta a
la carne, lo que le gusta al oído, atan al hombre interior y lo debilitan; saquean todo en la tierra porque el hombre fuerte es la
iglesia; el hombre interior fortalecido estaba atado, pero la palabra que viene no la vas a oír con tu oído, vas a tener un despertar
en tu hombre interior tan fuerte que vas a estar apenas a horas de ver al hombre interior gobernando.
El hombre interior ya está listo para entender todo lo que las escrituras dicen. Hay un tiempo en el que se cierra el tiempo
de tratar de entender y comprenderlo todo. El alma y el cuerpo condicionan la obediencia a algo que nunca ocurrirá; dicen
cuando yo entienda, cuando lo vea, cuando yo comprenda obedeceré y así llegarás a la tumba.
Si vamos a tener autoridad y poder es porque se la vamos a atribuir a la gracia del Espíritu Santo. Lo único que necesitamos
para calificar, para la revelación de la iglesia a nuestro espíritu, es tener un baño de gracia revelada a nuestras vidas. Así el
hombre interior puede contener a Dios sin estorbos. “Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y
cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la
altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”.
Cuando pablo dice andad en el espíritu no es por misticismo. El alma y el cuerpo atienden los asuntos de abajo, pero el
hombre interior atiende los asuntos de estado en el espíritu. Por eso los demonios tienen que salir, son echados fuera porque
entran a un lugar donde no pueden estar, ni permanecer (el espíritu), porque Dios se lo reservó para redimir al hombre y habitar
en él.
Por eso ni Satanás ni los ángeles pueden ser redimidos, porque pecaron en el espíritu, porque ellos son espíritus. En cambio el
hombre pecó en el alma; en el hombre Dios se reservó el espíritu como el lugar para su manifestación.
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