Dictamen de la Procuración General:

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Dictamen de la Procuración General:
En lo que resulta materia de
agravios,
el
Tribunal
del
Trabajo
Nº
2
de
Avellaneda
rechazó la demanda de indemnización por despido indirecto y
otros rubros de índole laboral, promovida por Carlos Hoyo
contra Héctor Emilio Regueiro (demandado ausente, v. fs.
89),
acogiendo
vacaciones
período
solamente
proporcionales
laborado
y
a
la
la
acción
vinculada
correspondientes
entrega
de
los
con
al
las
último
certificados
previstos en el art. 80 de la LCT (v. fs. 130/137).
Para
sentenciante
de
mérito
concluyó,
así
en
el
resolver,
fallo
sobre
el
los
hechos, que el distracto alegado en el escrito postulatorio
no había sido demostrado.
Consideró acreditado, en cambio,
que el contrato de trabajo había quedado disuelto en los
términos del art. 241 de la LCT, esto es, por voluntad
concurrente de las partes exteriorizada mediante la falta
de reclamos durante un lapso de dos años, demostrativo del
desinterés en la prosecución del vínculo (v. fs. 131 y
vta.).
Sobre dicha base fáctica, en
la ulterior etapa sentencia el a quo juzgó improcedentes
los reclamos en concepto de indemnización por antigüedad,
sustitutiva de preaviso, integración del mes de despido y
los agravamientos indemnizatorios contemplados en los art.
1 y 2 de la ley 25.323 y 16 de la ley 25.561, toda vez que
el
despido
indirecto
con
justa
causa
que
constituía
su
fundamento –sostiene el fallo- no había sido demostrado (v.
fs. 133 vta./134).
Contra
dicho
modo
de
resolver, la parte actora vencida –por apoderada- interpuso
recurso extraordinario de inaplicabilidad (v. fs. 146/154
vta.), cuya vista a esta Jefatura de Ministerio Público es
conferida en fs. 182.
I. Con denuncia de infracción
a los arts. 14, 14 bis, 16, 17, 18, 19, 28 y 33 de la
Constitución nacional; 9, 10, 15, 27, 39, 159 y 171 de la
Carta local; 9, 10, 11, 12, 15, 55, 57, 58, 63, 74, 78, 79,
80, 103, 121, 123, 138, 155, 231, 232, 233, 241 y 245 de la
ley
20.744,
que
el
apelante
endilga
a
la
sentencia
en
crisis, el recurso en estudio se apoya –sumariamente- en
los siguientes argumentos:
Se agravia el apelante de lo
resuelto por los jueces de mérito en relación al modo en
que
sucedió
el
distracto
laboral,
pues
entiende
que
no
existe en autos un sólo elemento que permita sostener que
el mismo se produjo por voluntad concurrente de las partes.
Afirma
que
dicha
presunción
no
encuentra
aval
en
la
legislación vigente, por lo que la sentencia en crisis es
contraria a lo preceptuado en los arts. 9, 10, 11, 12 y 241
de la LCT.
Añade que los hechos han sido
apreciados en forma absurda y contraria a los preceptos
legales citados, toda vez que en materia laboral rige el
principio de continuidad del contrato, de manera que para
considerar la disolución del vínculo por mutuo acuerdo la
ley 20.744 en su art. 241 especifica las formas que deben
observarse a los fines de su eficacia jurídica, y en el
caso
de
autos
no
existe
escritura
pública
alguna,
ni
expediente judicial o administrativo del que surja que se
ha producido el distracto laboral de común acuerdo.
Alega
que
la
extinción
del
contrato de trabajo como resultado del comportamiento de
las partes se da cuando en grado concluyente se demuestra
el desinterés en la continuación del vínculo, para lo cual
el
silencio
del
trabajador
debe
estar
rodeado
de
otros
hechos que, apreciados en conjunto, permitan concluir que
existe voluntad de abandonar el contrato, como por ejemplo
el paso del tiempo y la prestación de servicios para otro
empleador, presupuestos no conjugados en la especie.
Denuncia violación al art. 12
de la LCT, así como a la doctrina legal elaborada en torno
al mismo.
Se
determinación
de
la
fecha
agravia,
asimismo,
del distracto.
Afirma
de
en
la
tal
sentido que ante la duda generada en autos respecto de
dicha
pauta
temporal
el
a
quo
decidió
en
contra
del
trabajador, en violación al art. 9 de la LCT.
II. En mi opinión, el recurso
es infundado.
En efecto, es sabido que la
determinación de la forma en que se produjo la extinción
del contrato de trabajo, en el caso el esclarecimiento, de
conformidad
con
la
prueba
obrante
en
la
causa
y
los
escritos constitutivos del proceso, de si dicha rescisión
se produjo o no por la voluntad concurrente de las partes,
constituyen cuestiones de índole fáctica que, por vía de
principio, se hallan marginadas de la casación, salvo cabal
y eficaz demostración de absurdo (conf. S.C.B.A., causas L.
50.458, sent. del 21/V/96; L. 60.515, sent. del 15/IV/97;
L. 74.014, sent. del 23/IV/03; 90.652, sent. del 7/XI/07;
L.
90.934,
sent.
del
11/II/09
y
L.
88.003,
sent.
del
17/VI/09, entre otras).
Se
ha
dicho
también
que
el
absurdo no queda configurado aún cuando el criterio del
juzgador
pueda
resultar
opinable
o
discutible,
habida
cuenta que lo que habilita la revisión casatoria no es
cualquier
equivoco
o
disentimiento.
Antes
bien,
es
necesario que se configure un desarreglo en la base de
pensamiento, una falla palmaria del raciocinio, es decir,
un error extremo (conf. S.C.B.A., causas L. 96.667, sent.
del 15/IV/09; L. 92.723, sent. del 13/V/09 y L. 94.481,
sent. del 15/VII/09, entre muchas más).
Ahora
bien,
no
obstante
que
el quejoso insinúa que el fallo en crisis es el resultado
del absurdo en la valoración de la prueba en que habría
incurrido
crítica
el
Tribunal
de
desarrollada
subjetivo
contrario
se
a
origen,
agota
la
lo
en
decisión
cierto
un
es
que
simple
adoptada;
la
enfoque
un
nuevo
análisis de los hechos y las constancias probatorias, según
su
propio
inapropiado
manifiesto
criterio
método
que
valorativo,
para
lo
demostrar
caracteriza
al
cual
el
vicio
trasunta
error
grave
alegado
un
y
(conf.
S.C.B.A., causas L. 94.441, sent. del 11/II/09; L. 95.493,
sent. del 15/IV/09; 95.979, sent. del 28/X/09; L. 94.108 y
L. 98.322, ambas sent. del 4/XI/09, entre otras).
Finalmente,
tampoco
merecen
atención los agravios vinculados con la presunta violación
de doctrina legal que, según el apelante, afecta al fallo
en crisis, toda vez dicha infracción se configura cuando el
Alto Tribunal provincial ha determinado la interpretación
de
las
debatida
normas
en
legales
una
que
rigen
determinada
la
relación
controversia
y
sustancial
el
fallo
impugnado la transgrede, precisamente, en un caso similar,
situación que, en mi modo de ver, no se presenta en estas
actuaciones (conf. S.C.B.A., causas L. 82.503, sent. del
9/VIII/06; L. 94.163, sent. del 13/V/09; L. 91.606, sent.
del 4/XI/09 y L. 94.287, sent. del 11/XI/09, entre otras).
Por
expuestas,
aconsejo
extraordinario
de
a
V.E.
las
el
inaplicabilidad
razones
rechazo
de
brevemente
del
ley
recurso
que
dejo
examinado.
Es mi dictamen.
La Plata, 26
de noviembre de
2009 - Juan Angel de Oliveira
A C U E R D O
En la ciudad de La Plata, a 31 de octubre de
2012,
habiéndose
establecido,
de
conformidad
con
lo
dispuesto en el Acuerdo 2078, que deberá observarse el
siguiente orden de votación: doctores Genoud, Kogan, de
Lázzari,
Suprema
Hitters,
Corte
se
de
reúnen
Justicia
los
en
señores
acuerdo
jueces
ordinario
de
la
para
pronunciar sentencia definitiva en la causa L. 108.688,
"Hoyo, Carlos contra Regueiro, Héctor Emilio. Despido".
A N T E C E D E N T E S
El Tribunal del Trabajo n° 2 del Departamento
Judicial
Lomas
de
Zamora,
con
asiento
en
la
ciudad
de
Avellaneda, hizo lugar parcialmente a la demanda deducida,
con costas en el modo que especificó (fs. 130/137).
La parte actora dedujo recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley (fs. 146/154), el que fue concedido
por el citado tribunal a fs. 155 y vta.
Oído
183/186),
el
dictada
señor
la
Subprocurador
providencia
de
General
autos
(fs.
(fs.
187)
y
hallándose la causa en estado de pronunciar sentencia, la
Suprema Corte decidió plantear y votar la siguiente
C U E S T I Ó N
¿Es
fundado
el
recurso
extraordinario
de
inaplicabilidad de ley?
V O T A C I Ó N
A la cuestión planteada, el señor Juez doctor
Genoud dijo:
I.
En
lo
que
resulta
de
interés,
el
tribunal
interviniente rechazó la demanda promovida por Carlos Hoyo
contra Héctor Emilio Regueiro en cuanto procuraba el cobro
de haberes, integración del mes de despido, indemnizaciones
por antigüedad y sustitutiva del preaviso y las previstas
en los arts. 1 y 2 de la ley 25.323; 80 de la Ley de
Contrato de Trabajo y 16 de la ley 25.561.
Luego
contrato
de
de
trabajo
juzgar
acreditada
invocado
al
la
existencia
demandar,
resolvió
del
que
dicho vínculo se había extinguido en los términos del art.
241 de la Ley de Contrato de Trabajo.
II. Contra dicho pronunciamiento la parte actora
interpuso recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley
en el que denuncia absurdo y vulneración de los arts. 9,
10, 11, 12, 15, 55, 57, 58, 63, 74, 78, 79, 80, 103, 123,
138, 155, 231, 232, 233, 241 y 245 de la Ley de Contrato de
Trabajo;
14,
14
bis,
16,
17,
18,
19,
28
y
33
de
la
Constitución nacional y 9, 10, 15, 27, 39, 159 y 171 de la
Constitución provincial.
Alega
que
la
sentencia
de
origen
carece
de
razonabilidad, congruencia, equidad, y que se aparta de las
constancias del proceso (fs. 148 vta.).
En particular, impugna que se resolviera que la
extinción
del
vínculo
contractual
se
produjo
en
los
términos del art. 241 de la Ley de Contrato de Trabajo, es
decir por voluntad concurrente de las partes, exteriorizada
por un claro desinterés de éstas en la prosecución del
vínculo. Afirma que no existe un solo elemento incorporado
en autos que permita sostener tal tesitura (fs. 149).
Justifica
en
esos
términos
la
denuncia
de
violación de los arts. 9, 10, 11, 12 y 241 de la Ley de
Contrato de Trabajo, señalando que los hechos de la causa
fueron apreciados por los magistrados en forma absurda y
contraria a los principios protectorio, de continuidad e
irrenunciabilidad (fs. 149/150 vta.).
Sobre
comportamiento
el
particular,
concluyente
y
alega
la
recíproco
ausencia
que
de
un
tradujera
la
intención de hacer abandono de la relación laboral, o de un
acuerdo de desvinculación debidamente instrumentado; por el
contrario,
sostiene
que
la
ruptura
fue
impuesta
al
oportunidad
de
trabajador en forma arbitraria (fs. citada).
En
esa
línea,
relata
que
en
absolver posiciones el actor incurrió en un equívoco al
indicar las fechas de los hechos examinados, pues si bien
expresó que el cierre del establecimiento había acontecido
en el año 2000, en verdad quiso decir 2002.
Refiere
que
el
trabajador
no
consintió
el
distracto, ni renunció a los derechos derivados de la falta
de pago de salarios e indemnizaciones que le correspondían.
Invoca en su apoyo la previsión del art. 9 de la
Ley de Contrato de Trabajo, señalando que en ausencia de
elementos que permitiesen corroborar la finalización del
vínculo
(fs.
151
vta.),
el
tribunal
de
origen
debió
resolver a favor del trabajador y declarar procedente la
demanda instaurada.
Aduce que el fallo vulnera la doctrina legal de
esta Corte, la garantía de la tutela judicial continua y
efectiva, la inviolabilidad de la defensa de la persona
sometida
a
procedimiento
administrativo
o
judicial,
el
orden público laboral, los principios de irrenunciabilidad,
justicia
social,
primacía
de
la
realidad,
congruencia.
III. El recurso no prospera.
indemnidad
y
1. Luego de analizar la prueba adquirida durante
la
sustanciación
juzgó
acreditada
del
proceso,
el
la
existencia
tribunal
del
interviniente
contrato
de
trabajo
invocado por el actor, mas no que ese vínculo finalizara
del modo alegado en su demanda (art. 375 del C.P.C.C.).
Para así resolver, consideró que en oportunidad
de
absolver
posiciones,
el
actor
había
aceptado
que
el
establecimiento del demandado en el que prestaba servicios
cerró sus puertas en el año 2000 y que en ese momento no
había
formulado
reclamo
alguno.
También,
que
cursó
su
primera intimación al empleador luego de que transcurrieran
dos años sin trabajar por el aludido cierre.
Ante esas manifestaciones el a quo resolvió, en
uso de potestades privativas, que la relación laboral se
había extinguido en los términos previstos en el art. 241
de la Ley de Contrato de Trabajo, es decir por voluntad
concurrente de las partes, exteriorizada a través de la
falta
de
reclamos
durante
un
lapso
de
dos
años,
que
demuestra un claro desinterés de aquéllas en la prosecución
del vínculo.
Evaluó
era
coincidente
demandado
en
el
además
con
que
las
el
apuntado
expresiones
intercambio
reconocimiento
vertidas
telegráfico
por
adunado
a
el
la
demanda.
2. Cabe recordar que la decisión que a través del
análisis
de
acreditada
voluntad
la
los
respectivos
extinción
concurrente
de
del
las
comportamientos
contrato
partes,
de
en
considera
trabajo
cuanto
por
remite
a
típicas cuestiones de índole fáctica, sólo es revisable por
vía del absurdo (conf. causas L. 98.724, "Gutiérrez", sent.
del 21-IV-2010; L. 90.934, "Quinteros", sent. del 11-II2009; L. 84.294, "Mangiantini", sent. del 13-IX-2006; L.
74.014, "Vigovich", sent. del 23-IV-2003) y en este aspecto
la queja resulta ineficaz para lograr la apertura de la
instancia
casatoria
a
la
revisión
de
los
hechos
y
las
pruebas (art. 279, C.P.C.C. y su doctrina).
En efecto, del relato de los antecedentes emerge
nítida la insuficiencia del embate, habida cuenta que el
interesado se limita a plantear su mera discrepancia con lo
decidido en el fallo, soslayando realizar una impugnación
concreta, frontal y eficaz de las conclusiones centrales
elaboradas por los magistrados, producto de una valoración
integral del caso.
En su discurrir, el interesado pretende aminorar
la entidad de los elementos de juicio valorados por el a
quo -más precisamente de los reconocimientos formulados por
el actor en la audiencia de vista de la causa- para esbozar
una crítica basada en su particular visión acerca del modo
en que debió ser resuelta la controversia.
Tal
método,
como
es
sabido,
es
impropio
para
demostrar la configuración del vicio de absurdo, que exige
la
verificación
del
error
grave,
grosero
y
manifiesto,
concretado en una conclusión incoherente y contradictoria
en
el
orden
constancias
104.154,
lógico
que
formal
resultan
"Reynoso",
de
sent.
o
la
del
incompatible
causa
(conf.
11-V-2011;
con
las
causas
L.
L.
105.051,
"Tusq", sent. del 5-X-2011, entre otras).
3. Tampoco resultan hábiles los reproches que,
enmarcados
en
el
evocado
desarrollo,
aluden
a
la
incongruencia del fallo y a la vulneración del art. 9 de la
Ley de Contrato de trabajo.
Respecto
del
primer
tópico,
la
formulación
es
portadora de un manifiesto déficit técnico (art. 279 del
C.P.C.C.). Ello, pues además de soslayar la mención de las
normas
de
rito
que
receptan
dicho
postulado
(art.
279,
C.P.C.C.; conf. causas L. 94.302, "Occhiuzzi", sent. del
18-II-2009; L. 80.421, "Ontiveros", sent. del 22-XI-2006;
L.
113.236,
"Cardozo",
resol.
del
22-XII-2010),
el
interesado no aporta argumentos que permitan corroborar la
denuncia
formulada
(conf.
causa
L.
101.352,
"Bonelli",
sent. del 30-XI-2011).
En lo que hace a la invocada infracción del art.
9 de la Ley de Contrato de Trabajo, cabe señalar que esta
Corte tiene dicho que no resulta de aplicación el principio
in dubio pro operari si los jueces manifestaron su plena
convicción,
sin
pronunciamiento
evidenciar
(conf.
ninguna
doct.
causas
duda
L.
en
el
102.609,
"Florencio", sent. del 11-V-2011; L. 97.658, "Moriñigo",
sent. del 9-VI-2010; L. 115.148, "Fazzari", resol. del 26X-2011).
IV. Por todo lo expuesto, corresponde rechazar el
recurso extraordinario de inaplicabilidad de ley deducido;
con costas (art. 289, C.P.C.C.).
Voto por la negativa.
Los señores jueces doctores Kogan, de Lázzari e
Hitters, por los mismos fundamentos del señor Juez doctor
Genoud, votaron también por la negativa.
Con
lo
que
terminó
el
acuerdo,
dictándose
la
siguiente
S E N T E N C I A
Por lo expuesto en el acuerdo que antecede, oído
el
señor
Subprocurador
General,
se
rechaza
el
recurso
extraordinario de inaplicabilidad de ley traído; con costas
(art. 289, C.P.C.C.).
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
EDUARDO NESTOR DE LAZZARI
JUAN CARLOS HITTERS
LUIS ESTEBAN GENOUD
HILDA KOGAN
GUILLERMO LUIS COMADIRA
Secretario
IG
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