FORO ANALÍTICO DEL RÍO DE LA PLATA Material de Circulación Interna - Biblioteca El psicoanálisis y la coyuntura política actual Cristina Toro Lunes del FARP 4 de mayo de 2015 El psicoanálisis y la coyuntura política actual Cristina Toro Lacan vaticinó que el capitalismo, en su impulso al consumismo, se consumiría a sí mismo, y Marx postuló que éste sería superado por un nuevo modo de organización social. Sin embargo, en la actualidad nos encontramos con que el capitalismo como sistema se impone, se recicla constantemente, ahora bajo su modalidad financiera, implicando este régimen nuevas estrategias de colonización subjetiva. El psicoanálisis, desde Freud, y aún más con Lacan, señaló que no hay época sin malestar, y que la dirección de una cura guarda relación con la irreductibilidad del síntoma en el que cada cual se sostiene. ¿Podremos pensar alguna articulación ética, lo que implica una política, entre esa singularidad propia del inconsciente, que el psicoanálisis trata uno por uno, y lo colectivo que implica el lazo social? * * * Antes que nada quiero comentarles que esta presentación de hoy está causada por un trabajo de cartel, por lo que les advierto que lo que intentaré trasmitir es más bien un trabajo en progreso, más bien, para no resultar pedante, lo llamaré un trabajo inconcluso, así que hoy hablaré sólo de una de las aristas en las que estoy trabajando el tema. Si nos queda tiempo brevemente comentaré al final algunas cuestiones sobre “lógica colectiva”. Porque hay varios caminos que podemos tomar para pensar la relación del psicoanálisis con el campo de lo político, lo que implica pensar 2 El psicoanálisis y la coyuntura política actual la política del psicoanálisis, pero algo que no podemos evitar es considerar ese gran impasse que Lacan nombró “discurso capitalista”. Cuando hablo de coyuntura política actual me refiero al capitalismo tal como se presenta hoy, que creo, es la verdadera definición del malestar en la civilización actual. Pensar hoy al capitalismo no es nada sencillo, tengo en mente el libro de Th. Piketty El capital en el siglo XXI que estimo me ayudará bastante, pero debo confesar que aunque pienso que es una referencia insoslayable, cuestiones de tiempo no me han permitido leerlo aún y, por lo tanto, incorporarlo como referencia. Bien, ahora que les mencioné lo que dejaré de lado, trataré de arrancar a partir de la pregunta con la que cierro el adelanto de esta presentación, pero para poder intentar balbucear algo sobre ella, necesito introducir algunas referencias para orientar esta cuestión seguramente polémica, pero no por ello menos interesante, por lo menos para mí, y quizá productiva para el conjunto. Hablar del capitalismo no es nada sencillo, intenté resumirlo definiendo su modo actual como financiero, ya que la concentración y dominación ahora se ejerce de manera virtual y la comanda el sistema de bancos, locaciones off shore, etc. Como nos recordaba Colette Soler en su reciente visita a Buenos Aires para dominar los cuerpos no hacen falta las guerras, digamos que relativamente. Sí ya no las guerras cuerpo a cuerpo de principio del siglo pasado, pero bueno… los sistemas de colonización se han perfeccionado, hasta el punto de que incluso han calculado los desenlaces necesarios para establecer esta dominación. Y a ello sumemos la astucia con la que este capitalismo financiero se presenta: como un poder acéfalo, ya que Marx en sus elaboraciones no había pensado en la desaparición de la propiedad individual de los medios de producción, el señor capitalista mismo, o sea hoy esta modalidad del capitalismo se produce a nivel del sistema financiero globalizado. También nos recordó Colette que Lacan en su “Proposición para el analista de la Escuela” señala que son los efectos de la civilización misma –lo que incluye fundamentalmente a la ciencia– lo que ha causado efectos disruptivos sobre la realidad social. También otra cuestión que ella planteó, y que me dejó pensando, es el fracaso de los derechos humanos allí donde triunfan, cuestión que solo puede explicarse por las redes siniestras que tiende el discurso dominante. 3 FARP | Cristina Toro Para comenzar, antes de ir al comentario del discurso capitalista (DC), que nos permitirá argumentar sobre las condiciones del lazo social, diremos que el tema del lazo social es un tema común a la política y al psicoanálisis. Tanto Freud como Lacan se ocuparon del tema del lazo social motivados por los sucesos de la época que les tocó vivir, llegaron a transformar el tema en un problema teórico del psicoanálisis. No está de más señalar que ambos se interesaron por el tema no desde la participación política sino desde la clínica, desde el encuentro con lo que el sujeto les acercaba a su clínica. Podemos decir, para ponernos en perspectiva a nuestro próximo encuentro internacional en Medellín, que fue en la estructura del dispositivo analítico que pudieron pensar las cuestiones de los enlaces como de los desenlaces de los seres hablantes. Con lo que quiero decir que se aproximan a la elaboración de una teoría del lazo social, a partir de lo que escuchan en los análisis de los sujetos, y no de la observación de las conductas de los individuos. ¿Dónde habla Lacan de capitalismo? Ordenado cronológicamente, desde al año 1972, finales del seminario “…o peor”, es invitado a dar una conferencia en Milán, Italia; a continuación, en 1973, hace un despliegue enigmático pero fundamental en Televisión, que culmina con la argumentación que encontramos en “La Tercera” (conferencia de 1974). También en 1973 en una intervención llamada “Sobre la experiencia del Pase” (3/11/73) encontramos otra referencia. Para argumentar con el DC, tenemos que decir algo sobre la teoría del lazo social en Lacan expresada a través de los cuatro discursos, que en este momento es motivo de trabajo de nuestro seminario de Ética y Política, entonces voy a aprovechar, porque es un modo de tratar de acercarme a la cuestión que hoy trataremos de abordar. Los discursos tienen un orden que gira en determinada orientación, Lacan lo señala con una flecha. Son estos discursos los que ordenan el goce. Y son establecidos por Lacan armando cuatro parejas, como dice Colette, para suplir la pareja que falta que sería la pareja de la proporción sexual, del Uno con el Otro. O sea: los discursos ordenan el goce. Esto no pasa en el llamado DC, en él la relación con el goce no se ordena. El discurso del amo es el que 4 El psicoanálisis y la coyuntura política actual nos permite ubicar la inversión, como dijimos el pequeño cambio es que el vector que sale del lugar de la verdad se invierte. Si el sujeto pasa al lugar de semblante y el significante amo al lugar de la verdad, indiquemos que se trata de una verdad perversa porque ha perdido su característica de definición en los discursos y además está comandado por el significante que desaloja que es el del sujeto. Nos encontramos con que la estructura admite una circularidad infernal que ahora comentaremos. Del DC diré, en primer lugar, que no es verdaderamente un discurso sino un intento de Lacan de elaborar con el instrumento discursivo una hipótesis respecto al capitalismo. Con sus cuatro discursos Lacan elabora una teoría de los lazos sociales, los piensa ordenados en una estructura giratoria y con una sola orientación del movimiento de giro. Por el contrario en lo que conocemos como DC se produce una pequeña inversión sobre el esquema del DA (ver esquema). Pequeña… pero que altera totalmente el funcionamiento de los vectores, ya que al haber invertido el sentido del vector que conecta a la verdad con el lugar del semblante, el agente del discurso rechaza la determinación de la verdad para pasar a dirigirla. Es el sujeto en el lugar del agente quien opera sobre el significante amo colocado en el lugar de la verdad. Esta manipulación introduce una circularidad que grafica lo que Lacan denomina: rechazo de la castración. Este discurso es circular y continuo, funciona sin interrupciones, con la peculiaridad de que el sujeto es Amo. El DC tal como lo grafica Lacan, no responde a lo que se había dado como objetivo al construir los discursos, cuando dijo que era mostrar en una distribución de lugares dispares la matriz del lazo social, en las diferentes relaciones en que se establecen entre S1, S2, $ y a, y que, lo que es fundamental, permiten la experiencia del inconsciente en cada uno de los discursos. 5 FARP | Cristina Toro Por el contrario, en el DC la experiencia del inconsciente no encuentra lugar ya que queda cancelada la imposibilidad, porque por el movimiento circular todos los lugares quedan conectados y al no hacerse lugar a la hiancia, al corte, la experiencia misma del inconsciente es lo que se vuelve imposible. Entonces se puede deducir: hay rechazo del inconsciente. Clínicamente hablando, un sujeto en esa situación queda expuesto a un goce que no incluye el lazo amoroso, lo que quiere decir: se vincula sólo al objeto fetiche y lo hace tras las marcas del consumo que tienen las características de falta y exceso a la vez. Porque es virtud del capitalismo relanzar el exceso como falta insaciable, lo que lleva al individuo a exigirse un rendimiento en la producción o promoción de sí mismo, sin pasar por la experiencia del vacío, de lo que en psicoanálisis llamamos: castración. El DC ataca los pilares freudianos de amor y trabajo, ambos quedan sin inscripción que los sostenga, por ello tenemos el resultado de: amores precarios, trabajos precarios, en un discurso que se dirige a tornar todo posible, a enmascarar en vez de construir la respuesta de la imposibilidad que porta la fractura constitutiva del sujeto, y el resto que no puede ser simbolizado. El DC rechaza lo incurable, ese incurable con el que nombramos la singularidad irreductible del parlêtre, su diferencia absoluta, o esa contingencia singular que un sujeto inventa para sostenerse justamente frente a lo real incurable. Digamos que cuando Lacan está pensando su teoría de los discursos y arranca por el discurso del Amo, cabe señalar que en este momento en que emerge, Lacan está muy intervenido por los acontecimientos de mayo del ’68, y allí casi a modo de presentación están evocadas inmediatamente las tres imposibilidades freudianas. Señalemos que en el discurso, Amo y esclavo no están tomados en el sentido de Hegel, Lacan invierte lo que podría deducirse de Hegel, dejando al goce no del lado del Amo sino del lado del esclavo. El discurso del Amo tiene la mala prensa que le da esa palabra, pero no es así, porque Lacan dice que es necesario para la constitución de la sociedad y que no hay una sociedad toda una, asimilable en un discurso único sino que se presenta con la estructura de los cuatro discursos. Tengamos en cuenta que al discurso del Amo, por otra parte, lo hace homólogo a la estructura del inconsciente. 6 El psicoanálisis y la coyuntura política actual En primer lugar pone en juego los cuatro términos con un principio de ley ya que es el significante amo el que posibilita la legibilidad del resto. El S1 hace legible al resto y sitúa al sujeto, lo localiza. Hace de brújula para situar el encadenamiento de los significantes. Por otro lado, digamos que deja asentado que en todo discurso hay una imposibilidad, que se organiza en cuatro términos y cuatro lugares, y esto es tan así que llamamos discurso al modo de tratar lo imposible mediante cuatro términos. Para que haya lazo social siempre tiene que estar en juego la producción de la imposibilidad, que es lo que señalamos que el DC cancela. La imposibilidad, en el discurso del Amo, es lo que impide la recuperación del plus de gozar por el propio sujeto, quien sólo puede acceder al goce bajo la modalidad de la estructura fantasmática, el sujeto se articula al objeto bajo esa modalidad, en la parte de abajo de este discurso están los elementos del fantasma. Una de las disidencias de Lacan con Marx es que este último había pensado al DC como una versión moderna de la del Amo antiguo, y que se podría construir de manera similar una pareja capitalista-proletario, pensando en que estábamos en un mundo donde se enfrentaban dos cuerpos sociales: propietarios de los medios de producción vs propietarios de la fuerza de trabajo. Lacan dice: el capitalismo se define como una organización económica que tiene sólo una causa para todos: la plusvalía, lo que hace que no sean dos cuerpos sociales, sino que hay un “para todos igual”. A nivel de los fenómenos hay diferencias, hay ricos y pobres, pero no constituyen estructuralmente dos cuerpos sociales. Esto Lacan lo saca de lo que Marx llama la ideología de la lucha de clases, de este empuje a hacer la revolución, ¿para qué? Si es para recuperar la plusvalía, entonces resulta que es una única causa para todos. No son dos causas, sino una sola. Por otro lado, podríamos señalar a manera de hipótesis que el discurso del Amo es el equivalente a la democracia, porque toda democracia exige representación y además que la representación no sea total, sino que siempre haya un resto heterogéneo, que en el caso del DA es el objeto a. Lo dice Jorge Alemán y yo coincido, agrega además que toda democracia tiene en su estructura un elemento que la pone en causa. Lo tomé porque me parece interesante, que sirve en la argumentación 7 FARP | Cristina Toro para ubicar que la democracia que propone el DA no es la del DC sino que por el contrario el DC pone en cuestión a la democracia. Si el DC cancela la imposibilidad y la producción de un resto heterogéneo ya no funciona como resto, ya no podemos hablar de democracia. Es así que mientras los estudiantes lo acosaban, Lacan se dedicaba a pensar en qué consistía la verdadera potencia del capitalismo. Lacan nunca pensó que el capitalismo iba a colapsar, no es hegeliano por lo tanto; no adhiere al modelo de la lucha de clases, ni tampoco pensó lo que ya señalamos, que el DC era la herencia histórica de la dialéctica amo esclavo. Pero sí consideraba que el plus de goce era el equivalente de la plusvalía, o sea que no sólo ve en este término una definición de la explotación de la fuerza de trabajo como una mercancía, sino que toma ese significante para definir el plus de gozar. Entonces, como dije, con todo esto Lacan se dedica a pensar en qué consistiría el verdadero poder del capitalismo, ya que lo que Marx consideró como una contradicción, para Lacan no era una contradicción sino el verdadero motor del capitalismo, por eso dice en Radiofonía y Televisión que Marx no construyó un discurso. O sea que el escollo que Marx había aislado no sólo no iba a hacer colapsar al capitalismo sino que sería su verdadero motor. Lacan tuvo la intuición de que con El capital Marx había establecido los verdaderos fundamentos del capitalismo, y que no había podido establecer otro discurso, sino que lo que había logrado con su invención de la plusvalía, era dar el fundamento central del capitalismo. Con todo este arsenal se propone pensar la cuestión, y la expresa en lo que es llamado DC, que es en realidad un anti-discurso. Como dijimos, ese pequeño cambio produce una catástrofe porque surge algo que contraría el fundamento mismo de los discursos. Repito: es un antidiscurso porque rechaza la imposibilidad, generando un movimiento circular que hace que la imposibilidad no opere, además de que rechaza la verdad. Acá en esta escritura no ubicamos más al fantasma, y esto trae como consecuencia que nos quedamos sin los elementos para una clínica basada en el deseo y la insatisfacción. El sujeto es un individuo que ya no tiene relación con el inconsciente, sino que sus padecimientos se rigen por el ppio de la insaciabilidad del goce, que conjuga en una relación estrecha la falta de goce y el plus de gozar. 8 El psicoanálisis y la coyuntura política actual El individuo del capitalismo se considera un emprendedor de sí, pero a su vez es un deudor permanente por este relanzamiento constante desde el plus de goce a la falta en gozar. Lacan dice que hay un principio de extensión de la insaciabilidad del goce, permanentemente colmado por el plus de gozar, que el capitalismo hace extensivo a cualquier clase social, por lo tanto la clase obrera no queda al margen de las otras clases capitalistas respecto de este plus de gozar, un ejemplo es la libre circulación accesible de los objetos de la técnica, celulares, plasmas, etc. Que incluso ejercen, como objetos, una tiranía sobre el sujeto. Como decía Colette Soler, asistimos a una nivelación imaginaria de la paridad, que trae como consecuencia una crisis de la autoridad. El DC al proponer un movimiento circular no dispone de un punto de ruptura donde podamos decir, aquí está el capitalismo y aquí la lucha anticapitalista. No vemos el corte sino que por el contrario todos los lugares están interconectados. Marx pensaba algo de esto, ya que para él, el proletariado no era sólo aquel que en el aparato productivo vende su fuerza de trabajo, sino que era el que tenía que hacer un pase para saberse, tomar conciencia, de quien es la estructura. Lo que no le pasa a la burguesía ya que ella coincide con la estructura. Si realizaba ese pase que lo conduciría a saber eso, sólo así podría ser capaz de desconectar la estructura del capital. O sea cuando rompía con su propia identidad, ya que en ese mismo momento sería una clase que se anulaba a sí misma, carente ya de toda identidad, sería el universal pleno. Para esto, como podrán apreciar, el proletario tenía que hacer todo un trabajito, tenía que: encontrar su propia identidad; desconectar la estructura; conocer como la estructura lo determinaba; saber en qué lugar de la estructura estaba. Y además lo tenía que hacer sobre la ideología dominante, porque no hay ideología comunista, sólo hay ideología capitalista. Lacan advirtió que a esta desconexión el proletariado no la realizaba. Por ello intenta la escritura del discurso capitalista, sacando otras consecuencias al escribirlo como un orden que hace desaparecer lo que existe en cada discurso, lo que él llama la barrera entre la producción de goce y la verdad de goce. En cada discurso hay una hiancia entre lo colectivizable y lo singular y eso desaparece en el capitalismo donde lo que hay es un circuito cerrado 9 FARP | Cristina Toro que solo permite el lazo del sujeto barrado con sus más de goce o sea con sus objetos, y eso en realidad, no es un lazo, sino un fuera de lazo, que es lo que nos dice en “La Tercera”: que cada individuo (el sujeto y su cuerpo) es un proletario, y nos da su definición de proletario, que es el que no tiene nada para hacer lazo social. Porque para hacer lazo social hace falta la relación entre un semblante y su Otro, y que entonces el sujeto queda reducido a su cuerpo, desprovisto de lazo social. Con respecto a la problemática que encontramos presentada por Lacan en Televisión referida a la salida del capitalismo, resulta sumamente interesante el uso del término “salida” porque no se trata de ningún despliegue teórico que indique la superación histórica del capitalismo ni de su cancelación. Por ahora, si se produjera, aun no tiene nombre, ni sabemos cómo concebir a un nuevo tipo de producción. Lacan no dice nada de eso, no hace referencia a ninguna etapa posterior. Lacan habla de salida, pero no dice superación ni cancelación. Por eso estimo que Lacan enuncia su tesis diciendo que la salida del capitalismo, está todo el tiempo recomenzando. Y es así que les da este mensaje a los estudiantes de izquierda en el seminario del reverso, que es: para cambiar las relaciones en el capitalismo hay que cambiar la relación con el goce. Es una tesis enorme, no hay ejemplos históricos para fundamentarla, sólo tiene como base de fundamentación al Discurso Analítico. Esto me parece muy interesante y creo que voy aproximando en mis rodeos a lo que quiero plantear, porque veo que se presenta una relación entre la supuesta salida del capitalismo, y la relación entre el discurso psicoanalítico, los analistas, los analizantes y los lazos de escuela. Aunque el pase sea uno por uno, el mismo dispositivo ya conecta a una salida colectiva. Porque podríamos preguntarnos ¿de qué sirve una experiencia radical si no puede o no desea transformarse en colectiva? La tesis de Lacan es que la salida del capitalismo no es a través de un sujeto histórico, de una clase, sino a través de una subversión cuyo momento de inspiración para Lacan es el Discurso analítico mismo donde el lugar del agente es el semblante de a, el desecho, o plus de goce, según como se lo lea. El Discurso analítico es el único lugar en donde se lleva al extremo la transformación de las relaciones del sujeto con el goce. El Discurso analítico propone verdaderamente en una relación de imposibilidad que 10 El psicoanálisis y la coyuntura política actual el sujeto se logre separar de los significantes amo que lo han ligado a los del inconsciente, y cómo vaciar el tapón de goce que había intervenido sobre el fantasma. Pienso que inspirado en los discursos, en el seminario 17 sólo ha podido hablar de la salida del capitalismo metafóricamente a través del Discurso analítico. En Televisión es donde va a ser más explícito cuando dice que no está en contra de la denuncia que parece protestar y sólo sirve para colaborar, sino que ella debe realizarse desde un discurso serio. Jorge Alemán postula que el DC es un estado de excepción. En tanto es un real sin ley, el capitalismo es una excepción a los cuatro discursos que fundan los lazos sociales, es una excepción a la castración, y la verdad del inconsciente que allí ya no opera. Y para argumentar esta hipótesis dice que Lacan hace aparecer la figura del Santo, cita lo que dice Lacan en el punto 3 de Televisión (año ’73), página 99: “cuántos más santos hay, más nos reiremos, es mi principio, véase la salida del discurso capitalista –lo que no constituirá un progreso– si solamente es para algunos”. Más nos reiremos es la alusión a la risa del capitalista cuando advierte lo que le genera la plusvalía. Lo que advertimos es que aquí Lacan comienza a equiparar plusvalía con el plus de gozar, y que a partir de ese lugar de desecho ubica al santo. A partir de la idea de desecho como lugar del analista encuentra la similitud con el santo. No está hablando para nada de un santo de la Iglesia, sino que es el santo que “descarida”, se está refiriendo a un santo laico, santo en tanto ha podido sustraerse del circuito de la insaciabilidad del goce. Lacan tira una propuesta posible, que incluso incluye al colectivo, la salida del movimiento circular del capitalismo sólo se encontraría en esta figura enigmática del santo, que en el lugar de causa hace surgir la posición subjetiva deseante. El santo es la figura que al ocupar el lugar de la causa del deseo, rescata al sujeto de la posición de insaciabilidad. El santo es la contrafigura del DC, el santo descarida, se ofrece como desecho para causar el deseo, introduce de nuevo el discurso, introduce la castración. Volver a los discursos, por lo tanto, un movimiento hacia el discurso del Amo no sería una propuesta insensata, descabellada, porque sería restaurar al inconsciente, siempre que el S1 permita cierta hegemonía, 11 FARP | Cristina Toro y en este caso, que tampoco voy a desarrollar hoy, les digo que me estoy refiriendo a la propuesta de E. Laclau al respecto, quien define a la hegemonía como “la articulación inestable de relaciones de poder, marcos de sentido compartidos y voluntades colectivas”. Bajo la postura de que nunca una articulación hegemónica será definitiva, una sociedad nunca cancelará sus diferencias, pero esto no nos impide batallar políticamente por aquellas articulaciones que consideremos mejores, al contrario, es precisamente la condición para que podamos hacerlo. Como dice R. Cevasco, que psicoanálisis y política sean praxis diferentes no justifica en absoluto la indiferencia generalizada de los analistas hacia la política, cuando tenemos por lo menos la responsabilidad de ubicar lo imposible, separándolo del imposible superyoico de la carrera a la imposible satisfacción, porque entre esa imposibilidad y el imposible estructural impuesto por el lenguaje hay un largo trecho. Si los analistas en nuestra clínica promovemos lo opuesto a la impotencia, la sujeción a cualquier concepción adaptativa, si promovemos actuar conforme al deseo que nos habita en nuestra experiencia finita, singular e intransferible, es porque estamos causados por lo imposible, por el real imposible que entraña el inconsciente, y no se entiende por qué deberíamos detenernos para pensar, reconociendo qué imposibles son los que no pueden ser cancelados. Más diría, tomando lo que dice José Ema en Políticas de lo Real que “nuestra garantía es el imposible” porque lo que se propone el DC bajo su forma actual neoliberal, es la cancelación de la impotencia con las consecuencias por todos observadas. Si la clínica psicoanalítica toma sustento en una práctica orientada a pasar de la impotencia a la imposibilidad (la referencia es de reseña de “…o peor” en Otros Escritos), en otras palabras reconocer la potencia de lo imposible, que nos lleva a inventar una forma de saber hacer con la vida de cada uno, saber hacer con lo que no encaja y que está determinado por el goce, con el resto incurable ¿por qué no habilitar esta fórmula para la política? En términos de Ema “podría tratarse de desplazar la impotencia hacia la construcción de un modo de hacer que permita manejarnos mejor con lo incurable de la vida en común”. Por supuesto sabiendo a priori que no hay solución definitiva, sino que las soluciones son siempre inacabadas e inacabables, pero para hacer esta experiencia se necesita no rechazar la política. 12 El psicoanálisis y la coyuntura política actual Para terminar, propongo para nuestro trabajo futuro que el psicoanálisis es una buena vía para pensar una práctica colectiva que no cancele la imposibilidad constitutiva que la vida en común, podría aspirar. No se trata de alcanzar una sociedad ideal sin conflictos y armoniosa, eso es absurdo, los conflictos no pueden cancelarse, la singularidad de la diferencia absoluta tampoco, pero esto no implica renunciar a pensar y a participar de una transformación social, que podrá tomar distintos nombres. Lacan lo dejo abierto… si hay signos de nuevos deseos en nuestra época, estos no deben ser desatendidos por el psicoanálisis. 13 Secretaría del FARP Horario de atención: de lunes a jueves de 18 a 22 hs. Teléfono: (011) 4964-5877 Dirección: Viamonte 2790 e-mail: [email protected] Colegio Clínico del Río de La Plata Formaciones Clínicas del Campo Lacaniano Director: Gabriel Lombardi Coordinadora: Cristina Toro Coordinador adjunto: Luis Prieto Ofrecemos una formación psicoanalítica de acercamiento sostenido a los textos cardinales con un marcado sesgo clínico, tanto en los seminarios como en los talleres donde practicamos el ejercicio de escritura y lectura de la casuística hasta extraer su lógica. Nuestra enseñanza se integra a la Red Internacional de Foros y a la Escuela de Psicoanálisis del Campo Lacaniano. En el seminario anual “Ética y Política del Campo Lacaniano” nos proponemos situar los alcances de las diversas instancias que componen nuestra comunidad analítica, su sentido y sus usos posibles: el Colegio Clínico, la Escuela Internacional, el Foro y nuestra Red Asistencial. Red Asistencial del FARP Desde el año 2007 el FARP ofrece tratamiento psicoanalítico a niños, adolescentes, adultos y parejas. Esta oferta toma los rasgos particulares de una institución que, orientada por la Escuela, transmite y promueve el Psicoanálisis. Integrantes: Laura Salinas, Sebastián Fernández Mores, Natalia Domínguez, Leonardo Itzik, Valeria Mercuri y Santiago Candia. Material de circulación interna -Biblioteca Responsable de biblioteca: Eduardo Boyé Coordinador de Publicaciones: Luciano Lutereau Coordinador general del FARP: Pablo Peusner