La Escuela y la política del psicoanálisis en nuestro tiempo. Silvia Migdalek - 30 de Marzo de 2015

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FORO ANALÍTICO DEL RÍO DE LA PLATA
Material de Circulación Interna - Biblioteca
La Escuela y la política
del psicoanálisis en nuestro tiempo
Silvia Migdalek
Espacio Escuela
30 de marzo de 2015
La Escuela y la política
del psicoanálisis en nuestro tiempo
Silvia Migdalek
Tal como había anunciado en el envío que hice al conjunto de los
miembros del FARP con respecto del Espacio Escuela durante estos dos
años, me anima el deseo de transmitir las enseñanzas de mi participación en los dispositivos de la Escuela y los invito a formar parte activamente de estos encuentros.
La Escuela es la modalidad de lazo institucional que se hace cargo de
transmitir las consecuencias del acto analítico, la institución analítica
no es agente de ese acto, pero lo transmite. Lacan inventó un dispositivo al que llamó “Pase”, que es el que recoge el testimonio de aquel que
habiendo llegado en su experiencia a un más allá de la transferencia, es
decir, al final del análisis, momento intenso, pleno de afectos, en el que
algún horror ha sido atravesado, y el Pase, justamente como el lugar en
donde algo de eso tiene la ocasión escribirse y volverse audible de modo
singular y contingente, “con otros”.
Mi experiencia reciente como integrante de uno de los carteles de
Pase de nuestra Escuela, me ha dejado muchas enseñanzas, la primera
y más fecunda de ellas, es que la Escuela, contrariamente a lo que a
veces se ha transmitido “dogmáticamente”, es lo que nos ubica bien
cerca de lo más vivo del psicoanálisis, es decir, del poder de invención (siempre liberador) que deja como saldo una experiencia de
análisis llevada hasta su fin. Como política apunta a la supervivencia
del psicoanálisis como uno de los discursos del “malestar en la civilización” de nuestro tiempo.
He podido registrar, junto a otros colegas que integramos el CIG
2013-14 (Comisión Internacional de la Garantía) un fuerte espíritu de
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La Escuela y la política
resistencia al dogma y a la burocratización en nuestro funcionamiento
institucional y en nuestra transmisión y elaboración de la experiencia.
Mi deseo es continuar trabajando con ese espíritu de “desmistificación”
de la idea de Escuela, y volver a poner el acento que Lacan le confiere,
cuando crea sus bases y sitúa su centro más candente en la experiencia
analizante. Es decir que pienso que tenemos que reinstalar el prestigio de la política del psicoanálisis y volver a pensar si efectivamente la apuesta de
un colectivo de analistas sigue vigente y cómo se sostiene, sin eludir
la dimensión estructural de sus impasses y haciendo también con eso
transmisión. Es destacable el hecho de que al inicio de nuestro joven
siglo XXI, algunos analistas que formaban parte de una misma comunidad, se confrontaron nuevamente con uno de esos impasses, que hoy
ya forma parte de la historia del psicoanálisis. Esa crisis que llevó a una
nueva la escisión del grupo analítico, ha quedado registrada en el libro
publicado en el 2000 y cuyo título es “El psicoanálisis frente al pensamiento único”. Como resultado de esa crisis, se funda la Internacional
de los Foros del Campo Lacaniano, y al cabo de un tiempo de debate,
vuelven a elegir fundar otra vez Escuela. En vez de las “Razones de un
Fracaso” podríamos pensar más bien en las Razones de una insistencia
que encore en cuerpo-aún resiste…
¿Cuál es la particularidad de la Escuela en relación a los modos de
agrupamientos analíticos existentes al momento de la primera fundación de la Escuela en 1967, llamada Escuela Freudiana de París? (EFP)
Recomiendo la lectura de Colette Soler en ese punto haciendo un poco
de historia en el texto “El psicoanalista y su institución”.
En el 64 se produce lo que lacan dio en llamar una “excomunión” de
la que es objeto por parte de la sociedad analítica francesa. Todos conocemos esa interesantísima introducción al Seminario XI dedicada a ese
tema. Lo que no pudo ser tolerado por el grupo analítico tal como nos
lo sugiere Lacan es la apertura de la interrogación acerca del Padre y del
seminario que “no fue” acerca de Los nombres del Padre.
El marrano es un ser desdoblado católico sin fe y judío sin doctrina,
radicalmente Exilado en relación al Otro. A Lacan lo excomulgan porque
hubiese querido tocar algo del nombre del padre.
Insisto en la coordenada temporal ya que la invención de la Escuela
y sus dispositivos, se produce en un momento, en que así como oportu3
FARP | Silvia Migdalek
namente se le jugara a Freud, lo que está en cuestión es la sobrevivencia
del psicoanálisis como práctica y como discurso de la cultura. Podríamos
preguntarnos si en este estadio de los lazos sociales en nuestro capitalismo mercantilista, para no usar la categoría de capitalismo salvaje, constituye un momento de cambio de paradigmas en lo que denominamos
la subjetividad de la época.
Freud con el régimen del padre y del Edipo sostiene el prestigio de
un padre que la cultura ha hecho decaer y se detiene en el más allá del
Edipo aunque hay ciertas líneas muy interesantes sobre el final de su
obra, en la que deja indicios de ciertos bordes de la estructura del padre
(“Moisés y la religión monoteísta”) de la que no nos ocuparemos ahora.
Como afirmaba al comienzo, pienso que tenemos que reinstalar el
prestigio de la política del psicoanálisis, y empezar a hacer algunas precisiones para circunscribir hoy nuestro campo de trabajo en este primer
lunes del año del Espacio Escuela. Por ejemplo, precisar: ¿qué decimos
en el marco del psicoanálisis (más precisamente en el discurso analítico) de qué política hablamos?
Se trata sin duda de una política determinada inicialmente por el
malestar en la civilización, por allí empezamos, eso continúa, pero es
solo el comienzo. Para mí es un texto de lectura indispensable para cualquier aproximación a la cuestión del lazo social y de los avatares a los
que está expuesto el grupo.
Freud en ese texto llega a plantear al superyó como lo verdaderamente
incurable, sosteniendo la “paradoja económica” a la que Lacan ilustró
como la “gula del superyó”, y que Freud llega a plantear que habría que
pensar la existencia de una suerte de superyó cultural es decir relativo
a una época.
Para avanzar podemos convenir en algunos postulados mínimos: el
discurso es un modo de lazo social, y los diferentes discursos están hechos
para dar tratamiento a alguna imposibilidad que se pone en juego de un
modo particular en cada uno de ellos.
Tal como Colette Soler sugiere, no nos embrollemos demasiado con la
enormidad de las definiciones de la política, alcanza con una bien general
y precisa: “la política es el arte de los fines, el arte de fijarlos y realizarlos
pero siempre en el seno de un discurso previo”. Es decir que cada discurso
tiene sus finalidades que están anudadas a sus dispositivos de regulación
y a sus recursos. La política es una función de los discursos. Cito:
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La Escuela y la política
“Cada discurso conlleva su propia finalidad anudada a sus dispositivos de
regulación. Digámoslo claro. Para el discurso del amo: que todos marquen
el mismo paso para para que las cosas giren con fluidez; para el de la
universidad: que el saber acumulado reine en amo; para el de la histeria:
que la cuestión del deseo permanezca abierta; para el del psicoanalista:
que el sujeto se someta al interrogante de su goce. En este sentido, la política es función de los diversos discursos. Pero ¿hasta dónde los discursos
determinan las políticas?” (Incidencias políticas del psicoanálisis, 2)
El discurso analítico no es lo que prevalece en el grupo analítico
porque el discurso analítico, tal como decíamos al comienzo es efecto
del acto analítico, y la institución transmite las consecuencias de ese
acto, si es que no procede a su desmentida. Este es uno de los peligros a los que está expuesta muchas veces la transmisión del psicoanálisis, la desmentida.
Propongo algunas preguntas para poner a trabajar. La política del
psicoanálisis arraiga en la clínica analítica. Punto de juntura entre una
ética muy sólida que guía nuestra práctica, pero siempre a la altura
de su tiempo. ¿Es más decisivo hoy (en nuestro tiempo) ese modo de
lazo social entre analistas que representa La Escuela con sus dispositivos, que en el siglo pasado cuando Lacan sentó sus bases? ¿De qué modo se articula el enlace y el desenlace del análisis con la institución Escuela como un lazo social posible, que además aloja un deseo
de “diferencia absoluta”?
La cuestión de ese deseo del analista como deseo de obtener la
“diferencia absoluta” es crucial para pensar la especificidad propia
que tiene la política del psicoanálisis. El deseo del analista es un deseo
separador, e involucra una operación del tacahadura del Otro. El
discurso analítico se pone en barra respecto de otros discursos políticos, por ejemplo la idea de democracia, de la justicia distributiva,
de la igualdad de derechos, en el psicoanálisis debemos partir de que
el Otro falta y que en el goce nada nos hermana, no es colectivizable,
aunque desde los discursos dominantes se promueva cierta uniformización en los modos de gozar derivado de los objetos de consumo
con los que nos atesta el mercado de la producción capitalista provenientes de la ciencia y la tecnología. El Otro de nuestro tiempo se
parece menos al Otro que no existe que el Otro que existe bajo la
forma del superyó como mandato de consumo.
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FARP | Silvia Migdalek
El discurso analítico resiste a la universalización de los otros discursos,
el real alcanzado por la vía del análisis resiste toda universalización y no
es colectivizable, esto sin duda molesta al político que quiere gobernar
para todos y no lo dejan o al educador que quiere educar.
Para nosotros se trata de una política del síntoma en el sentido del
síntoma como un goce que no se deja regular por “los todos iguales
adaptados a la realidad”. Cada discurso es un modo de tratamiento de
ese déficit en el gozar y “el síntoma es fixión de goce que es como una
suplencia tipo que instaura un discurso en el lugar de la ausencia de la
relación sexual” (Ibid.).
Para concluir querría recordar una frase de Lacan que sería interesante
volver a repensar con las coordenadas de nuestro tiempo, en la clase del
10/5/67 de La lógica del fantasma, Lacan dice:
“Si Freud ha escrito en alguna parte que la anatomía es el destino, habrá
quizá un momento en que se volverá a una sana percepción de lo que
Freud ha descubierto, se dirá, no digo la política es el inconsciente, simplemente: EL INCONCIENTE ES LA POLÍTICA…”
Creo que un trabajo que quizá tenemos pendiente es interrogar
esta afirmación, ya que, en primer lugar, sería menester precisar a
qué definición del inconsciente nos remitimos para sustentarla, y
en segundo lugar sería interesante sobreimprimirla con la definición
del inconsciente que leemos en Encore o en el “Prefacio a la edición
inglesa del seminario XI”. Podemos preguntarnos, ¿se trata solamente del inconsciente estructurado como un lenguaje el que está
en juego o deberíamos incluir el efecto político que tiene la idea del
inconsciente como “unos” que no se enlazan entre sí, más allá del
Otro estructurado como un lenguaje?
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Secretaría del FARP
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Colegio Clínico del Río de La Plata
Formaciones Clínicas del Campo Lacaniano
Director: Gabriel Lombardi
Coordinadora: Cristina Toro
Coordinador adjunto: Luis Prieto
Ofrecemos una formación psicoanalítica de acercamiento sostenido
a los textos cardinales con un marcado sesgo clínico, tanto en los seminarios como en los talleres donde practicamos el ejercicio de escritura
y lectura de la casuística hasta extraer su lógica. Nuestra enseñanza se
integra a la Red Internacional de Foros y a la Escuela de Psicoanálisis del
Campo Lacaniano. En el seminario anual “Ética y Política del Campo
Lacaniano” nos proponemos situar los alcances de las diversas instancias que componen nuestra comunidad analítica, su sentido y sus usos
posibles: el Colegio Clínico, la Escuela Internacional, el Foro y nuestra
Red Asistencial.
Red Asistencial del FARP
Desde el año 2007 el FARP ofrece tratamiento psicoanalítico a niños,
adolescentes, adultos y parejas. Esta oferta toma los rasgos particulares
de una institución que, orientada por la Escuela, transmite y promueve
el Psicoanálisis.
Integrantes: Laura Salinas, Sebastián Fernández Mores, Natalia
Domínguez, Leonardo Itzik, Valeria Mercuri y Santiago Candia. Material de circulación interna -Biblioteca
Responsable de biblioteca: Eduardo Boyé
Coordinador de Publicaciones: Luciano Lutereau
Coordinador general del FARP: Pablo Peusner
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