GUIÓN Tema 1. As sociedades prehistóricas: métodos de estudo

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GUIÓN
Tema 1. As sociedades prehistóricas: métodos de estudo
- método básico: método arqueológico
- disciplinas múltiples: métodos químicos de análisis, traceología y huellas de
uso
- paleoantropología
Todos estos resultados: información sobre las sociedades prehistóricas con
modelos a partir de primatología y la etología por un lado, y de la antropología, la
sociología y la historia, por otro, que se unen en lo que se llama habitualmente
etnoarqueología
1. Primatología y etología
Dos razones para estudiar a los primates (actuales) a la hora de abordar el
estudio de la evolución humana:
1. son las especies vivas más parecidas a los humanos; las especies
estrechamente relacionadas mantiene y comparten rasgos adquiridos desde un
antepasado común
2. la diversidad dentro del orden de los primates ayuda a entender cómo la
selección natural modela el comportamiento, es decir, cómo los organismos responden a
las distintas presiones selectivas. El tamaño, peso, hábitat, régimen alimenticio de los
primates es muy variado: animales tan relacionados filogenéticamente tienden a ser muy
parecidos morfológica, fisiológicamente y en su comportamiento, así que toda esta
variedad representaría la respuesta adaptativa a condiciones ecológicas concretas.
La etología (o estudio del comportamiento de las especies como especies)
también se ha utilizado en el estudio de las primeras etapas de la humanidad:
adaptaciones filogenéticas de la especie humano, los comportamientos de los humanos
como especie: patrones fijos de conducta que en los animales son activados por
determinados estímulos exteriores. La etología comparada sería el instrumento más útil:
si en las culturas más diversas hay comportamientos semejantes, podemos admitir que
tienen una base filogenética. Ejemplos: cómo se reacciona ante una agresión, cómo se
hace un saludo, cómo se coquetea.
Problema: cuándo se comienza la comparación, si es entre especies humanas y
no humanas, entre primates con humanos propiamente dichos…
2. Etnoarqueología
El asunto de la utilización o no de analogías etnográficas ha sido bastante
importante en la Prehistoria y la Arqueología, pero: se ha dejado un poco a la elección
de los autores utilizarlas o no, de qué forma hacerlo, el valor que pueden tener.
Primeros tiempos de la disciplina (evolucionistas): uso directo de los los datos
de los famosos “primitivos actuales”. En realidad, para ellos la Prehistoria humana
todavía estaba presente en el mundo en aquellas sociedades tecnológicamente atrasadas.
La analogía, por lo tanto, no planteaba el más mínimo problema, y podía utilizarse
material australiano para aclarar la vida humana en el Paleolítico.
Difusionistas: lo mismo, la pertenencia a un mismo círculo cultural hacía
comparables datos procedentes de pueblos distanciados en el tiempo y en el espacio sin
tener en cuenta estas diferencias.
Funcionalistas: separación entre Antropología y Prehistoria. El estudio
sincrónico de las sociedades, el rechazo de la historia por parte de los antropólogos
funcionalistas y la insistencia en las tipologías por parte de los prehistoriadores y
arqueólogos produjo un abandono de las comparaciones etnográficas directas, pero no
un abandono del uso de la analogía: se utilizan ya no comparaciones de culturas
prehistóricas con pueblos etnográficos, sino que se introducen en el discurso
arqueológico términos tomados de la Antropología (como el de cultura, por ejemplo),
así como la idea de que las comparaciones deben utilizarse con precaución (aunque no
se formula el marco teórico de la comparación). Ejemplo: Grahame Clark (1980): “los
pueblos actuales pueden utilizarse como fuentes para reconstruir las vidas de las gentes
prehistóricas sólo si los utilizamos con un cuidado extremo y dentro de unos límites
bien definidos”; para reconstruir las sociedades remotas “necesitamos de toda la ayuda
que podamos obtener del estudio de los modos de vida y de pensar de los pueblos
primitivos actuales, que son bastante difrentes de los nuestros y están mucho más cerca
de los de los pueblos prehistóricos, sujetos en algunos casos a limitaciones similares”.
La analogía etnográfica debe utilizarse con “precaución”, pero no se definen los límites
pertinentes para esta analogía. Las analogías aumentan a medida que disminuyen los
“datos”: escasa utilización en la reconstrucción de la relación con el medio, mayor
abundancia cuando se tratan aspectos como la vida social, y casi omnipresencia cuando
se habla de la vida religiosa o “ritual”.
No es posible evitar la analogía: no hubiéramos podido imaginar un pasado
diferente de nuestro presente si no fuera por la evidencia de un presente también
diferente; no hubiéramos atribuido funcionalidades o usos, y ni siquiera hubiéramos
podido clasificar determinados objetos.
de no ser por la analogía etnográfica”
(Hernando, 1995, p. 20).
Para evitar en parte los problemas de la analogía simple: la Etnoarquelogía. El
término Etnoarqueología se utiliza por primera vez en 1900 en los Estados Unidos, de
manera poco sistemática, respecto del intento de utilización de mitos hopi para localizar
determinados yacimientos.
Etnoarqueología con consistencia de disciplina, teórica y metodológicamente:
Nueva Arqueología. Se trataría de una teoría de alcance medio (MRT: Middle Range
Theory) que intenta conectar una realidad estática con la realidad dinámica que la
produjo. Se define como un intento de elaborar generalizaciones en forma de ley que
den cuenta de las condiciones en que puede aparecer un material. Las teorías de alcance
medio pretenden colmar la laguna que existe entre las interpretaciones de más alto nivel
y las observaciones empíricas sobre restos materiales.
Los objetivos de la Etnoarqueología varían dependiendo de la opción teórica que
la utilice, y pueden polarizarse en los objetivos que plantea la Arqueología procesual y
los que pretende con ella la Arqueología postprocesual.
El planteamiento procesual de la Etnoarqueología pretende establecer
regularidades en forma de ley para explicar la formación del registro arqueológico a
partir del comportamiento que lo ha creado. Pretenden formular hipótesis que se
contrastarían con la evidencia empírica. O exemplo clásico é o traballo de Binford entre
os esquimais nunamiut de Alaska.
Los arqueólogos postprocesuales pretenden comprender e interpretar los códigos
de significado que operan en una cultura a través del análisis de la cultura material. Se
centran las ideas, normas y representaciones de una determinada sociedad. Se cada
sociedade organiza a súa vida de forma diferente, os estudios dunha sociedade só terían
un valor moi limitado para a comprensión doutra cultura.
Ambas opciones: problema fundamental: ¿cuáles son los elementos de los que
partir para poder aplicar la información obtenida mediante la Etnoarqueología a un
registro puramente arqueológico?
Diapositiva 2
Posturas máis ou menos habituais na arqueoloxía respecto das analoxías:
- continuidade directa entre unha situación arqueolóxica e outra etnográfica (versión
cáseque exclusivamente americana): problema: hay que demostrar esa continuidad
- algo xeral baseado nunha ampla mostra transcultural. Problema: caer en excesivas
xeralizacións
- mostras comparativas, pero céntrase na tecnoloxía e nos niveis de
complexidade (cazadores-recolectores, sociedades de rango). Esta aproximación veuse
favorecida polo éxito das explicacións de tipo evolutivo ou funcional.
- mostras rexionais nas que haxa algunha evidencia de continuidade desde o
pasado
De tódolos xeitos, o problema segue a ser o mesmo: cómo conectar o
comportamento observado co rexistro arqueolóxico. De ahí que os aspectos máis
productivos da analoxía ou da etnoarqueoloxía estean relacionados cos aspectos
materiais ou “económicos” das culturas.
Ejemplos:
- Binford sobre el musteriense a partir de un estudio con esquimales Diapositiva
3-4
- Binford sobre la forma de las casas según la movilidad de los grupos
Diapositiva 5- 6
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