EDAD CONTEMPORÁNEA: NIETZSCHE TEORÍA ANTROPOLÓGICA Nietzsche es un autor de la Edad Contemporánea (s. XIX) que desarrolla su teoría antropológica en la obra Así habló Zaratustra. 1. El superhombre. Nietzsche propone una nueva forma de entender al hombre que resulta de la muerte de Dios: el superhombre. El proceso que lleva hacia el superhombre Nietzsche lo describe metafóricamente con tres imágenes: El camello, para Nietzsche es la persona que ha generado la cultura occidental. Es la persona que está agobiada por el peso del cumplimiento de los deberes, normas que se le imponen. El camello es por lo tanto la imagen que responde a la moral de esclavos: la sumisión a la autoridad, el servilismo, etc. El león representa para Nietzsche la persona que se rebela contra las normas impuestas, contra la autoridad, que quiere ser libre y autónoma, pero que no es capaz de dar una forma concreta a esa libertad. Es una persona que está a la defensiva, intenta que nadie le imponga nada pero no alcanza a comprender como ejercer esa libertad para configurar otra forma nueva de ver al ser humano. Representa la ilustración, el pensamiento crítico que se refleja contra el autoritarismo de la Iglesia y de la sociedad tradicional. El niño es la figura que representa esta nueva forma de entender al hombre. Nietzsche asocia a la imagen del niño la del juego: -El juego es una actividad completamente libre. Lo característico del juego es que las personas no están sujetas a obligaciones, es algo lúdico; uno juega porque quiere y porque se encuentra en libertad. No tiene sentido jugar por obligación. - El juego es algo creativo; los juegos se crean igual que se destruyen, no son valores absolutos. - El tipo de hombre en el que Nietzsche piensa es aquel que toma la vida como un juego: se siente completamente libre y lucha por mantenerse libre, y ejerce esa libertad creando y destruyendo valores. El hombre practica, prueba distintas formas de vivir sin quedarse con ninguna de forma fija, porque todas son válidas en la medida en que el hombre las crea y ninguna es válida de forma absoluta. Por lo tanto el superhombre es la persona que ejercer su libertad ejerciendo sus instintos en la creación de nuevas formas de vida, sin permanecer en ninguna de ellas, sino buscando siempre superarse a sí mismo. El superhombre es el que ejerce de forma más radical la voluntad de poder. Para Nietzsche la voluntad de poder esta presente en toda la naturaleza. Las fuerzas que impulsan el cambio natural, los instintos de los seres vivos son expresión de esta voluntad de poder. En el hombre la voluntad de poder se expresa de múltiples formas: es sus instintos, deseos etc. Sin embargo en la sociedad occidental la voluntad de poder se ha expresado de una forma disfrazada: La búsqueda del conocimiento científico de la naturaleza es una expresión de la voluntad de poder, porque con la ciencia el hombre quiere dominar la naturaleza. La moral y la religión son una forma de dominar a las personas por lo tanto son expresión de la voluntad de poder. El superhombre ejerce la voluntad de poder de una forma directa, sin disfraces porque es el que actúa en coherencia con sus instintos naturales. 2. El eterno retorno El superhombre está vinculado según Nietzsche a una forma cíclica de entender la tiempo y la historia. El eterno retorno es por lo tanto una idea complementaria necesaria para que el proyecto de superhombre sea viable. Aunque según Nietzsche es una idea difícil de digerir es necesario asumirla. Nietzsche enfrenta dos formas de entender el tiempo: En la cultura occidental tenemos una concepción lineal del tiempo. Cada instante se sucede uno detrás de otro y ninguno se vuelve a repetir. A partir del instante presente se extienden dos cadenas de instantes: la de instantes de tiempo pasados y la de los futuros. Frente a esto, Nietzsche propone una concepción circular del tiempo. Todo lo que ha sucedido volverá a suceder nuevamente una vez que se complete el ciclo. Esta idea se sustenta en pensar que si la cadena de instantes pasados es infinita quiere decir que contiene todos los instantes posibles, por lo tanto también los futuros. Por lo tanto el pasado contiene el futuro. Y de igual modo en el otro sentido, por lo que el futuro contiene el pasado. Esto supone que pasado y futuro formar parte de una única cadena de instantes que se repite cíclicamente. Lo que Nietzsche quiere expresar es que cada instante es una eternidad que anuda el resto de los momentos hacia atrás y hacia el porvenir, formando un círculo mayor, que es la misma vida, que siempre comienza. Al igual que la rueda de la existencia gira eternamente para la naturaleza, pues todo muere y todo vuelve a florecer, lo cual entronca con los conceptos de fluir y devenir y con lo dionisiaco, la vida del hombre se mantiene permanentemente, y resulta tan valiosa que anhela eternidad. ¿Cómo podemos interpretar este idea del eterno retorno? Nietzsche intenta liberar plenamente al hombre la preocupación por el pasado y por el futuro. Esta preocupación es una de las causas de que el hombre no sea auténticamente libre. Porque está culpabilizado por lo que ha hecho mal en el pasado, por las equivocaciones que cometió, o está preocupado por el futuro, por elegir correctamente, por cumplir con su deber etc. La cultura occidental ha plateado la existencia de un futuro mejor para el hombre (vida eterna, paraíso comunista, etc.). Para alcanzar ese futuro mejor el hombre debe sacrificarse y cumplir sus obligaciones. Si en cambio el futuro ya está determinado, si ya ha sucedido y siempre sucede igual, nos libramos de la preocupación por actuar correctamente y por lo tanto podemos centrarnos en el presente y actuar libremente. El superhombre puede dedicarse a crear y destruir valores si está convencido de que su vida está ya determinada y por lo tanto que no tiene sentido preocuparse por el futuro.