El secreto del buscador de perlas Juan Pedro Molina Cañabate Un poco sobre el autor Naciò en Madrid en 1969, es periodista y ha trabajado en diversos medios de comunicaciòn y gabinetes de prensa. Actualmente es director de Comunicaciòn de la Feria del libro de Madrid. Esta es su primera novela publicada. Nos cuenta apasionadamente el relato de los buscadores de perlas, el libro se sitùa en la època de la conquista cuanod los españoles esclavizan a Amèrica. Recientemente le preguntaron al autor :"¿Por qué eres del Atleti?". Que es una mezcla de romanticismo e ilusión. Y de saber que un equipo que siempre se ha caracterizado por ser perdedor puede, algún día, lograr hazañas increíbles, fantásticas, como alzarse con la Copa Intercontinental sin haber ganado la Copa de Europa o, sin ir más lejos, conseguir un Doblete después de años al borde del descenso. Ser del Atleti es querer llevar un poquito la contraria al resto del mundo. Ser independiente. Amar algo cuando sabes que no es lo mejor en el aspecto deportivo, pero sí en el humano. Y quien no se lo crea, que mire el número de abonos de esta temporada, la 2000−2001, con el equipo en Segunda. Y ahí reside la grandeza de ser colchonero. Cuando veo al Atleti tengo las mismas ilusiones que sentía cuando era un chaval. Es recuperar, quizá, una ilusión o un tiempo perdido. Introducciòn Este libro nos cuenta una historia comùn, pero de forma especial, ya que cuenta la historia desde la perspectiva de un español que los mismos militares españoles lo volvieron esclavo, realmente viviò la desdicha de los Indios. Dadose cuenta de que los esclavos eran los que realmente riquezas, eran los màs ricos de la isla, y no por tener perlas y plata, sino por que eran libres de corazòn, cunque los españoles los tuvieran encerrados en celdas toda su vida, ellos soñaban con salir y algùn dìa volver a correr por las playas libres y felices. La libertad es un concepto que se puede confundir con libertinaje en èste caso los españoles que esclavizaban a los Indios, no vivìan relamente, nos podemos hacer la pregunta ¿Quièn en su sano juicio quisiera hacer sufrir a otros, obligandolos a creer en sus creencias, y dìa a dìa golpearlos y verlos morir? Nadie. Yo no encuentro razòn alguna para que alguien quiera hacer eso, yo creo que realmante estaban esclavizados a no acpetar a gente mejor que ellos. Por otra parte existe la libertad interna, la que ninguna persona nos puede quitar, la que podemos conservar hasta el dìa en que acabe nuestra vida; los indios y los españoles esclavizados conservaban èsta libertad, aunque algunos se dejaban morir por falta de esperanza. Ya que una persona sabe lo que es la libertad fìsica, y la vive en carne y hueso, puede realmente explorar y controlar la libertad mental. Asì es como la gente que ha sido prisionera sobrevive, como lo es en los campos de concentraciòn, en las guerras, y en las conquistas. En el mundo de hoy en dìa no encarcelan a la gente es muy canìval hacer eso, lo que la gente hace en el mundo moderno es saturarnos con ideas que nos hacen sentir un vacìo, que nos hacen sentir que nuestra vida no tiene sentido; y en realidad es porque nosotros mismos no encontramos ese sentido de vivir, y es muy comùn, aquí es donde entra la libertad mental, saber librarse de todas esas influencias externas que nos dominan. 1 Desarrollo La historia es cuando Felipe II era Rey, naturalmente mandaba a comandantes de su ejècito a que gobernaran en su lugar. El general màs importante que tenìa en ese momento era Pedro de Ureña y decìan los rumores que sus tropas eran muy crueles y trataban con desdicha a los Indios, y si los Indios realmente tenìan alma. Juan Bautista Beniel fue el elegido por el rey para investigar esos asuntos, y es mandado a Venzuela para traerle el informe. El rey tambièn querìa saber porque a todos los hombres que eran enviados en esa misma misiòn nuca regresaban, ni se sabìa nada de ellos desde que pisaban aquella tierra, que por cierto la nombraron bella venecia lo que resultò ser Venezuela, en la isla de Cubaga donde las ostras perlìferas eran muy comunes. Y asì es como Juan Beniel cuenta su relato: Llegò en un barco a Venezuela escondiendo el motivo de su visita, buscando a un tal Pedro de Ureña que era el general. Observando a los esclavos, a los buscadores de perlas, no pudo evitar ver que sus cuerpos estaban desechos, sus ropas ya eran trapos y se veìan desgastados de su piel y espìritus. Poco despuès es capturado y se convierte en un buscador de perlas. Entre muchos peligros que corrìan èstos buscadores uno era un bichito que se te metìa a la piel, y dejaba sus huevos, los que luchan por salir de tu cuerpo y si no lo sacan a tiempo, podrìa causar la pèrdida de una extremidad. Al entrar a la celda conociò a muchos españoles que tambièn habìan sido capturados por los militares por interferir con el trabajo sucio de Ureña, el general temido. Èstos españoles parecìan Indios por su aspecto sucio, y su pelos maltratado y largo; hizo uno que otro amigo, y cada dìa una hombre llamado Tremonde lo llamaba le daba de cenar y le preguntaba ¿Ya sabes el secreto de los buscadores de perlas? Y era evidente que no y asì paso mucho tiempo y Beniel todaìa no descubrìa el secreto. Despuès de vivir durante mucho tiempo con los buscadores de perlas, Beniel por fin entendiò el estilo de vida, el soñar con la vida fuera de las celdas, vivir con una esposa, tener una familia y poder respirar el viento puro; pero aùn asì no pudo hacer nada al respecto, sino esperar a tener una oportunidad de escape o que alguna persona con corazòn los sacara de ahì. Un mensaje le llegò al hermano de Beniel, que estaba preso y necesitaba ayuda, y de inmediato partiò hacia la bella Venecia al rescate de su querdio hermano. Al llegar a la isla, estaban todos los prisioneros tirados en el piso de tanta comida, y por fin conocieron al tal Ureña (que por cierto habìa ordenado que todos los prisioneros tuvieran una U en la frente). Hubo una batalla que hizo que todos los hombres de Ureña huyeran y se perdieran en la isla, o en lo profundo del mar. Y los buscadores de perlas fueron el nuevo consejo de Venezuela, cuando Juan Beniel decide regresar a España. Llega y le cuenta al Rey todo lo que ha visto y vivido, todas sus aventuras, sueños, desdichas, momentos felices, y cuando el rey le pregunta ¿Y cuàl es el secreto de los buscadores de perlas?... Juan beniel respondiò. No es un secreto que se enseña, es uno que se vive. Se trata de saber que no hay nada màs afuera de tu celda mas que lo que tienes y las personas con las que convives, que te dedicas a sacar de lo profundo del mar arriesgando tu vida por los españoles ambiciosos los tesoros màs preciosos: las perlas, y que ni siquiera son para ti. El rey se enojò mucho y empezò a blasfemar.. Juan Beniel continuò: el hecho de ser buscador de perlas, significa aprender a vivir el dìa, a sentirlo, a olvidarte de la deshonestidad, de la avaricia, de los celos, todos esos pensamientos que ensucian nuestra mente. Se trata de limpiar tu corazòn, de no ser egoista, de no creer que Dios tiene un destino para ti, sino que te pide permiso antes, te escucha. Nada es lo suficientemente grande como para desearlo o para conseguirlo. 2 Al siguiente dìa parecìa como un sueño.Esperanza estaba en España y querìa volver a sus tierras donde podìan ser felices y libres por el resto de sus vidas. Y beniel podìa formar parte del consejo de los buscadores de perlas junto con los pescadores. Conclusiòn El secreto de los buscadores de perlas es una historia que se puede interpretar de muchas maneras, la que yo decido es la de la libertad. Desde que naces tienes cierta libertad, mucho no saben apreciar que tanta libertad de pensamiento o fìsica tienen, pero la vida te enseña y con el paso del tiempo te das cuenta lo afortunado que eres por tener una vida libre de expresiòn, de pensamiento, de acciòn, de todo. En el libro nos describen como los buscadores de Perlas tienen libertad interna, la libertad que sòlo se aprende cuando uno esta atrapado, y no puede escapar, la que uno aprende cuando sabe lo que no puede tener, cuando lo ùnico que tiene es lo ùnico que vale la pena. Y te das cuenta que todo lo que antes tenìas era un lujo, un placer, y sin embargo te creaba un vacìo del cual no estabas consciente. Yo creo que la libertad es no sòlo un derecho sino que una lecciòn muy valiosa que aprender. Bibliografìa • El secreto de los buscadores de perlas/ Por Juan Pedro Molina Cañabate/Ediciones Siruela/ 2002 / pàginas 138 3