III SESION DE LA PLATAFORMA REGIONAL PARA LA REDUCCION DEL RIESGO DESASTRES EN LAS AMERICAS Convocatoria para la identificación y sistematización de experiencias significativas sobre reducción del riesgo en las Américas Anexo 1: Formato para la PRESENTACION de la Experiencia1 1. Título o nombre de la experiencia: Sistemas de Alerta Temprana: Experiencias en México para su desarrollo, implementación y coordinación de acciones, como herramientas efectivas que salvan vidas y que contribuyen a la reducción de riesgos en el marco de una gestión integral. México, con 112.3 millones de habitantes y una extensión territorial cercana a los dos millones de kilómetros cuadrados, se encuentra situado en una región afectada por diversos fenómenos naturales y generados por el hombre, que anualmente causan daños, pérdidas económicas y lamentablemente pérdida de vidas humanas. El país se encuentra situado en una zona de alta actividad sísmica y volcánica provocada por el movimiento de 5 placas tectónicas. Es por ello que dos terceras partes del territorio se encuentran en zonas de alto y muy alto peligro sísmico, lo que representa más del 30% de la población total. Asociado a los sismos, el país cuenta con extensos litorales, particularmente en la costa del Océano Pacífico, que están expuestos al impacto de un tsunami, sea local o lejano. Asimismo del gran número de volcanes que existen, 15 de ellos se les consideran activos ya que han tenido actividad eruptiva en tiempos históricos. Particularmente sobre sale el volcán Popocatépetl, que en un radio de 100 km alrededor de él se concentra una cuarta parte de la población. Asimismo, la ubicación del país y sus características geográficas favorecen también la presencia de fenómenos hidrometeorológicos, como los 25 huracanes que en promedio se generan anualmente afectando principalmente las zonas costeras en ambos litorales. Asociadas a estos fenómenos también se presentan lluvias torrenciales que provocan inundaciones y deslaves. Por el contrario, algunas regiones del país se ven afectadas por escasez de agua durante tiempos prolongados dando lugar a sequías. Algunas otras regiones se ven afectadas por sistemas invernales. Adicionalmente existen fenómenos como los incendios forestales, marea roja, y las actividades humanas relacionadas con la industria y el manejo de materiales peligrosos, que igualmente afectan año con año al país. Aunado a lo anterior, el acelerado crecimiento y las condiciones sociodemográficas, económicas, las condiciones de pobreza de sectores amplios de la sociedad, hace de México un país con un alto riesgo asociado a diferentes fenómenos naturales. Los desastres en México han tenido consecuencias importantes en el ámbito económico y social, y lamentablemente también la pérdida de vidas humanas. De 1980 a 1990 los desastres significaron, en promedio anual, pérdidas de 500 vidas humanas y daños por 700 millones de dólares. Algunos eventos catastróficos como los sismos de 1985, cobraron por sí solos cerca de 6000 muertes y otros fenómenos como los ciclones tropicales representan cuantiosas pérdidas en años recientes y lamentablemente también la pérdida de vidas humanas. A lo largo de los años, en México como en el mundo, se observa una tendencia a incrementar el número de desastres, debido entre otros factores, al crecimiento de la población y de la infraestructura, la degradación ambiental, las condiciones de vulnerabilidad, etc. Lo anterior, hizo necesario un cambio en la visión y en el quehacer de la protección civil, buscando mejores esquemas orientados a prever reducir y controlar los riesgos, es decir una gestión integral de los riesgos. Como parte de estas estrategias y en congruencia con lo establecido en Marco de Acción de Hyogo, en su Prioridad 2: Identificar, evaluar y seguir de cerca el riesgo de desastres y potenciar la alerta temprana, así como lo establecido en su prioridad 5: fortalecer la preparación ante los desastres para lograr una respuesta eficaz a todo nivel, el Programa Nacional de Protección Civil establece entre sus líneas de acción: “Fortalecer y desarrollar tecnologías para el monitoreo y alertamiento de fenómenos perturbadores con el propósito de contar con más y mejores sistemas que permitan salvaguardar a la población y sus instituciones ante la presencia de un fenómeno perturbador. En este sentido, en México se han considerado a los Sistemas de Alerta Temprana como elementos vitales en las estrategias de reducción de riesgos, y para que realmente cumplan su objetivo es necesario considerar que las amenazas naturales, afectan de manera diferente a los diferentes sectores de la sociedad y que dependen de su nivel de vulnerabilidad, por lo que es necesario considerar, además de los aspectos tecnológicos, aspectos sociales y humanos La efectividad de los sistemas de alerta no sólo depende de la tecnología utilizada, sino también, de la capacidad de las autoridades para comunicarse entre sí y con la población, para que cada parte comprenda y actúe oportuna y eficazmente. La participación social que exige la cultura de la prevención, es determinante para evitar las pérdidas de vidas y reducir los daños sociales y económicos, para ello la equidad de género e identificación de grupos en situación de vulnerabilidad ayuda a crear sociedades más fuertes, con mayor capacidad de respuesta en casos de emergencia y desastre. Por lo anterior, en el desarrollo de los sistemas de alerta se ha buscado que incluyan aspectos desde la identificación de los riesgos, los equipos para la detección y monitoreo de los fenómenos, los mecanismos de comunicación y una respuesta adecuada de la población. Asimismo se ha promovido, como un tema transversal de la protección civil en México, que se incorporen aspectos relacionados con equidad de género y aspectos culturales. Uno de los principios que se busca en la Protección Civil en México es la transversalidad y la corresponsabilidad entre los diferentes actores en la gestión de riesgos, por lo que para el desarrollo de estos sistemas, se ha buscado la colaboración y participación de numerosas dependencias del Gobierno Federal, Universidades y Centros de Investigación, Asociaciones Civiles y autoridades locales, entre otros se pueden mencionar: la Secretaría de Marina, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Mexicano de Tecnologías del Agua (IMTA), la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el Servicio Meteorológico Nacional, el Servicio Sismológico Nacional, el Centro de Investigaciones Científicas y Estudios Superiores de Ensenada (CICESE), la Comisión Nacional de la Biodiversidad (CONABIO), la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), etc. Una de los sistemas que mejor ha probado su efectividad es el Sistema de Alerta sobre Ciclones Tropicales (SIAT-CT), que desde su implementación en el año 2000 ha permitido reducir las víctimas asociadas a los efectos directos de estos fenómenos. Surge como una herramienta de coordinación en el alertamiento a la población y en la acción institucional ante la amenaza de estos fenómenos. Está estructurado de tal forma que el alertamiento oportuno y formal, detona actividades sistematizadas para cada uno de los integrantes del Sistema Nacional de Protección Civil, dependiendo de la intensidad, trayectoria y distancia a la que se encuentre el ciclón tropical. También se está desarrollando un Sistema de Alerta para Frentes Fríos y se ha trabajado en el desarrollo de sistemas de alerta contra inundaciones a nivel local. En cuanto al fenómeno sísmico, se está trabajando en la ampliación de la infraestructura de monitoreo sísmico y la ampliación del sistema de alerta. Actualmente, ciudades como la ciudad de México, reciben una señal de alerta, antes del arribo de las ondas sísmicas de temblores generados en las costas de Guerrero o en el estado de Oaxaca. Asimismo se está trabajando en diferentes mecanismos de alertamiento para lograr una mayor cobertura y que un mayor número de población reciba las alertas. Recientemente se inició la distribución de 38,000 receptores de la alerta sísmica en escuelas, hospitales y edificios públicos y se trabaja en un proyecto para sensibilizar y preparar a la población en el tema de sismos. Asociado también al fenómeno sísmico se creó el Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis y el Centro de Alerta de Tsunais, integrado por múltiples dependencias de gobierno y centros de investigación, con el objetivo de coordinar acciones para vigilar y alertar sobre la ocurrencia de tsunamis, así como llevar a acabo acciones para reducir el riesgo por tsunamis. Entre las acciones hasta ahora desarrolladas se encuentran el desarrollo de simuladores de los tiempos de propagación y estimación de alturas de tsunamis para sismos generados en las costas mexicanas. Asimismo, se han establecido los procedimientos para el alertamiento. En cuanto a volcanes activos destaca el sistema de monitoreo y alerta del Popocatépetl, que en el año 2000 permitió la evacuación preventiva de cerca de 40,000 personas ante el incremento de la actividad. Actualmente se está trabajando en un sistema de alerta y de comunicación para las poblaciones más cercanas al volcán. Adicionalmente en el tema de sistemas de alerta temprana hay diversas iniciativas para detectar y alertar sobre otros fenómenos como incendios forestales, marea roja y sistemas de alerta temprana contra inundaciones súbitas en ciudades. Por otro lado cabe mencionar que a través del Fondo para la Prevención de Desastres se han brindado apoyos a los estados y a dependencias de gobierno, para la implementación de sistemas de alerta temprana a nivel local para diferentes fenómenos. De la mano de los sistemas de alerta, se e trabaja en una campaña de difusión para sensibilizar a la población y prepararse para actuar adecuadamente ante las alertas, sin descuidar los aspectos preventivos y de reducción de riesgos. Esto como complemento de un proceso continuo de capacitación e inclusión de temas sobre riesgos en el Sistema Nacional de Educación Básica. Aún quedan retos que superar, en aspectos normativos, financieros, institucionales, técnicos, sociales y operativos en todos los niveles, desde lo comunitario hasta lo nacional. Sin embargo, los resultados hasta ahora alcanzados muestran su efectividad.