Estudio introductorio sobre la insercion laboral de las personas

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PONENT:
PONÈNCIA:
Miguel Pajares Alonso
LA INSERCIÓ LABORAL DE LES PERSONES IMMIGRADES A CATALUNYA
RESUM
La inserció laboral de les persones immigrades és, sens dubte, una dimensió
de vital importància, ja que condiciona tots els altres aspectes del seu procés
d'integració social. L'objectiu d'aquesta ponència és conèixer com s'estan
produint aquests processos d'inserció laboral de la població immigrada a
Catalunya. Es tracta d'un col.lectiu que constitueix el 5% del total de la població
i molts dels seus integrants han iniciat la seva vida laboral en els darrers dos
anys, tal com ho demostren les estadístiques d'afiliació a la Seguretat Social.
La ponència s'aproxima a les seves taxes d'activitat i d'ocupació i fa un
recorregut a través dels sectors laborals on majorment es concentren (servei
domèstic, construcció, agricultura, comerç, indústries càrniques…), tots ells
caracteritzats per l'escassa qualificació requerida i per unes pèssimes
condicions laborals (absència de contracte, salaris per sota del que estipula el
conveni, no cobrament hores extres, llargues jornades laborals…). La ponència
es basa en dades de diverses fonts estadístiques i en la informació obtinguda a
partir d'entrevistes qualitatives a sindicalistes.
LA INSERCIÓN LABORAL DE LAS
PERSONAS INMIGRADAS EN
CATALUÑA
ESTUDIO INTRODUCTORIO
Realizado por
Dirigido por
Miguel Pajares
Responsable de l’Àmbit d’Immigració del CERES
- Diciembre 2002 -
2
INDICE


I.


II.





III.



IV.



V.








INTRODUCCIÓN.
Objetivos del estudio.
Aspectos metodológicos.
LA INMIGRACIÓN QUE SE ESTÁ PRODUCIENDO EN ESPAÑA Y
CATALUÑA.
Población inmigrada en España.
Población Inmigrada en Cataluña.
EL MARCO SOCIO-LABORAL Y POLÍTICO EN EL QUE SE
PRODUCE LA INMIGRACIÓN.
Algunos aspectos acerca del mercado laboral español.
Los aspectos demográficos.
Dualismo y segmentación en el mercado de trabajo.
Convivencia entre el desempleo y la escasez de mano de obra.
Marco jurídico-político de la inserción laboral de las personas inmigradas.
LA INSERCIÓN LABORAL DE LAS PERSONAS INMIGRADAS. TASA
DE OCUPACIÓN POR ORIGEN, SEXO Y EDAD.
Las tasas de actividad y de ocupación laboral de los inmigrantes.
Tasa de ocupación de los inmigrantes, según sexo y edad.
Tasa de desempleo.
EL PROCESO DE CONCENTRACIÓN DE LAS PERSONAS
INMIGRADAS EN ALGUNOS SECTORES LABORALES.
La concentración observada por distintos estudios.
Lo que nos indican los datos de alta en la Seguridad Social.
El tipo de ocupación de los inmigrantes, de acuerdo con los datos de
Seguridad Social y de la Encuesta de Población Activa.
LOS SECTORES LABORALES EN LOS QUE SE INSERTAN LAS
PERSONAS INMIGRADAS EN CATALUÑA.
Servicio doméstico y trabajos de atención a las personas.
Construcción.
Hostelería.
Sector agrícola.
Sector de la alimentación.
Químicas y metal.
Otros (comercio, limpieza, textil)
Relación entre el origen de los inmigrantes y los espacios laborales en los
que se concentran.
VI.



ACERCA DEL ACCESO AL EMPLEO DE LAS PERSONAS
INMIGRADAS
Las vías utilizadas por los inmigrantes para el acceso al empleo.
El papel de las ETT.
Discriminación en el acceso al empleo.
VII.





ACERCA DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO DE LAS PERSONAS
INMIGRADAS
Los inmigrantes en situación irregular.
Trabajo sin contrato.
Las condiciones salariales.
Horarios y turnos.
Otros aspectos.
VIII.



IX.



RELACIÓN ENTRE EL NIVEL FORMATIVO Y LA OCUPACIÓN. LA
TRAYECTORIA LABORAL DE LAS PERSONAS INMIGRADAS.
Formación y titulaciones que traen los inmigrantes.
Correspondencia entre nivel de cualificación y empleo.
Trayectoria laboral: la inestabilidad y la búsqueda de mejores empleos.
LOS EFECTOS DE LA INMIGRACIÓN EN LA TASA DE OCUPACIÓN
Y LAS CONDICIONES LABORALES.
La competencia por los puestos de trabajo.
Los efectos de la inmigración sobre la tasa de ocupación.
La incidencia de la inmigración sobre las condiciones laborales.
X.
ALGUNAS CONCLUSIONES Y PROPUESTAS DE INVESTIGACIÓN.
 Conclusiones provisionales.
 Algunas propuestas de análisis e investigación.
BIBLIOGRAFÍA.
INTRODUCCIÓN.
Objetivos del estudio.
La inserción laboral de las personas inmigradas en nuestra sociedad es, sin
duda, uno de los aspectos de mayor importancia, ya que condiciona todos los
demás aspectos de su proceso de integración social. Las características de la
integración social de estas personas están muy vinculadas a las posibilidades
que tienen de encontrar empleo, al tipo de empleo que encuentran, a las
condiciones de regularidad o irregularidad en las que se insertan en el empleo
y del trato que en él reciben. Conocer con profundidad cómo se están
produciendo esos procesos de inserción laboral es muy importante para definir
las actuaciones que deben desarrollarse dirigidas a corregir las tendencias
perversas que pueden estarse produciendo.
Por otra parte, la inmigración laboral afecta de distintas formas a la sociedad
receptora, y más concretamente a los mercados de trabajo, lo que también
requiere ser conocido, tanto para tratar de corregir los aspectos negativos,
como para combatir los prejuicios y estereotipos que en torno a la inmigración
se han ido construyendo.
El estudio que aquí presentamos tiene, como su título indica, un carácter
introductorio, ya que lo que hemos tratado de hacer es ver qué estudios hay ya
hechos sobre el tema, qué es lo que ya se sabe al respecto, y qué es lo que
necesita ser estudiado con mayor profundidad. Es decir, más que llegar a
grandes conclusiones, lo que aquí tratamos de hacer es dibujar nuestras
reflexiones y conclusiones provisionales sobre el tema, y señalar aquellos
aspectos sobre los que vamos a tratar de profundizar con futuros estudios.
De este estudio introductorio hemos excluido algunos temas al acotar lo que
queríamos abarcar. Pero ello no indica que no los consideremos importantes y
merecedores de futuros estudios. Por ejemplo, no hemos entrado en lo que se
refiere al papel que están jugando los sindicatos respecto al fenómeno de la
inmigración, y a cómo se está produciendo la inserción sindical de las personas
inmigradas. Sin embargo, éste es claramente un asunto que merece ser
estudiado de forma continuada.
En el apartado de conclusiones hemos señalado un conjunto de propuestas de
estudio que definen lo que será el trabajo de investigación ha desarrollar en los
próximos años por el ámbito de Inmigración del CERES, así como por el
Observatorio de la inserción laboral de las personas inmigradas, cuya creación
se ha promovido por parte de CCOO.
5
Aspectos metodológicos.
Para este estudio, además de diversas referencias bibliográficas, hemos
utilizado los datos que nos aportan algunas fuentes, que enseguida
comentaremos, y la información obtenida de un conjunto de entrevistas
cualitativas hechas a sindicalistas y otras personas.
Los sindicalistas entrevistados aparecen, a lo largo del texto, en las notas a pié
de página, y son personas que se hallan en contacto con el hecho de la
inmigración en sus empresas, ramos o territorios. Se ha entrevistado también a
otras personas, como se ve en las mencionadas notas, pero el grueso de las
entrevistas son las hechas a sindicalistas. Todos los sindicalistas entrevistados
son de CCOO.
Por lo que se refiere a las fuentes de datos queremos aclarar lo siguiente. Los
datos sobre residentes extranjeros en Cataluña y en España son los que aporta
el Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio del Interior; son
datos muy actualizados y actualmente muy fiables, pero obviamente se refieren
sólo a las personas inmigradas con residencia legal, lo que deja fuera a
quienes se hallan en situación de estancia irregular, es decir, residiendo sin
permiso de residencia.
Los datos sobre trabajadores los hemos obtenido de las altas de extranjeros en
la Seguridad Social. Muchos de los estudios hechos anteriormente sobre
inserción laboral de las personas inmigradas se han estado basando en los
datos sobre permisos de trabajo otorgados a residentes extranjeros. Nosotros,
en cambio, no hemos incluido datos sobre premisos de trabajo, y ello por dos
motivos: primero, porque no hay datos actualizados del año 2002 ni de 2001; y
segundo, porque aún cuando los hubiese resultarían poco útiles, ya que buena
parte de la población inmigrada queda fuera de la estadística de permisos de
trabajo, concretamente quienes tienen residencia comunitaria y quienes tienen
residencia permanente. En la medida en la que el número de permisos
permanentes va creciendo, pierde utilidad la estadística de los permisos de
trabajo para distinguir la parte de población inmigrada que es trabajadora, ya
que no hay forma de saber cuantos permisos de residencia permanente
corresponden a población activa y cuantos no.
También aquí hemos de señalar que los datos sobre trabajadores de alta en la
Seguridad Social dejan fuera a todos los que trabajan sin haber sido dados de
alta. En el caso de las personas inmigradas éstos pueden constituir un
porcentaje significativo, tanto por los que se hallan en situación de estancia
irregular, como por los que no han sido dados de alta por sus empleadores a
pesar de contar con permiso de trabajo y residencia. Algunas pistas sobre este
fenómeno las aportamos a partir de los datos del anuario de las oficinas de
CITE en Cataluña, que ha sido otra de nuestras fuentes de datos.
Sobre trabajadores extranjeros también hemos utilizado los datos que aporta la
Encuesta de Población Activa; pero lo hemos hecho con muchas precauciones,
ya que las proyecciones de la EPA sobre trabajadores extranjeros dan cifras
6
que se quedan muy lejos de la realidad. Por tal motivo, en las tablas que
hemos elaborado a partir de los datos de la EPA sólo damos porcentajes, ya
que consideramos que, si bien los datos absolutos no son útiles, sí pueden
serlo las proporciones que señalan.
7
I.
LA INMIGRACIÓN QUE SE ESTÁ PRODUCIENDO
EN ESPAÑA Y CATALUÑA.
Población inmigrada en España.
España se ha convertido en país de inmigración en las dos últimas décadas y,
de manera más clara, en la última década. Ha sido en los años noventa cuando
se han conjugado un conjunto de condiciones que han hecho que éste sea, de
manera ya definitiva, un país de inmigración, lo que supone que la inmigración
será ya un componente estructural de nuestro desarrollo demográfico, socioeconómico y cultural. Aún así, nuestro volumen de población inmigrada es
todavía inferior al de otros países de nuestro entorno europeo, aunque ha
crecido de forma rápida en los últimos años.
En este apartado vamos a comentar los datos de población inmigrada que
tenemos en estos momentos; pero queremos hacer mención, de entrada, al
mayor incremento que se ha producido en las fechas más recientes. Como
vemos en la tabla 1 los residentes se han triplicado desde 1994, pero el mayor
incremento ha sido el producido en los años 2001 y 2002.
TABLA 1. EXTRANJEROS CON PERMISOS DE RESIDENCIA EN ESPAÑA
(datos de residentes en miles)
Año
1994
1996
1998
2000
2002*
Residentes
461,4
539,0
719,6
803,1
1.301,3
Fuente: elaboración propia, a partir de datos de Eurostat y del Observatorio Permanente para la
Inmigración del Ministerio del Interior.
* Los datos de 2002 se refieren a 30 de junio.
Conviene remarcar que no es previsible que se mantenga el ritmo de
crecimiento de este último año y medio, ya que en buena medida está
reflejando los procesos de regularización del año 2001: Ello lo corrobora el
hecho de que en los tres meses anteriores a la fecha señalada en la tabla 1 (30
de junio de 2002) el número de residentes creció ya a un ritmo más lento (a 31
de marzo eran 1.243.919).En cualquier caso, para el estudio sobre la inserción
laboral de las personas inmigradas, no podemos perder de vista en ningún
momento que una buena parte de la población inmigrada es muy reciente.
9
TABLA 2. PERMISOS DE RESIDENCIA EN VIGOR EN ESPAÑA A 30 DE JUNIO DE 2002.
CC.AA./PROVINCIA
TOTAL
ANDALUCÍA
Almería
Cádiz
Córdoba
Granada
Huelva
Jaén
Málaga
Sevilla
ARAGÓN
Huesca
Teruel
Zaragoza
ASTURIAS
BALEARES
CANARIAS
Las Palmas
Sta.Cruz de Tenerife
CANTABRIA
CASTILLA - LA
MANCHA
Albacete
Ciudad Real
Cuenca
Guadalajara
Toledo
CASTILLA Y LEÓN
Ávila
Burgos
León
Palencia
Salamanca
Segovia
Soria
Valladolid
Zamora
CATALUÑA
Barcelona
Girona
Lleida
Tarragona
COM. VALENCIANA
Alicante
Castellón
Valencia
EXTREMADURA
Badajoz
Cáceres
GALICIA
A Coruña
Lugo
Ourense
Pontevedra
MADRID
MURCIA
NAVARRA
PAÍS VASCO
TOTAL
1,301,342
169,727
39,788
12,062
4,704
13,942
7,331
6,231
72,417
13,252
27,973
5,206
3,228
19,539
11,887
59,187
93,442
54,245
39,197
7,593
27,064
5,231
4,401
3,121
4,495
9,816
35,484
1,199
5,812
8,334
1,397
4,184
3,983
2,532
6,316
1,727
316,150
235,188
43,585
12,925
24,452
121,481
71,680
11,810
37,991
13,041
5,405
7,636
29,106
8,484
3,768
5,582
11,272
291,866
43,399
16,144
22,461
CONTINENTE
E.E.E. RESTO DE ÁFRICA IBEROAMÉRI AMÉRICA
EUROPA
CA
DEL
NORTE
337,308 115,124 342,875
388,125
15,460
65,761
12,619
54,252
24,499
2,969
5,292
4,756
24,345
4,599
137
5,338
401
3,329
1,507
697
777
345
1,389
1,667
87
4,844
1,031
4,096
2,758
262
1,472
846
3,640
1,173
23
453
293
3,380
1,186
39
44,080
4,117
10,966
7,612
1,086
3,505
830
3,107
3,997
638
3,273
4,981
10,427
7,605
299
594
793
2,614
1,021
34
283
637
1,185
903
6
2,396
3,551
6,628
5,681
259
3,855
1,340
1,000
4,989
277
34,381
2,827
8,965
10,402
493
44,131
3,081
13,114
24,030
544
21,902
1,750
10,546
14,289
325
22,229
1,331
2,568
9,741
219
1,625
878
857
3,572
186
2,358
5,502
8,350
9,514
187
399
379
185
580
815
9,289
254
1,526
3,496
288
1,389
312
285
1,073
666
54,577
37,417
10,623
867
5,670
44,890
34,801
2,841
7,248
2,632
1,647
985
12,091
2,373
1,538
3,429
4,751
41,965
4,873
2,924
7,044
1,004
941
726
856
1,975
5,695
182
861
498
168
326
1,627
310
1,521
202
17,843
9,601
2,846
2,362
3,034
16,792
8,144
2,386
6,262
365
234
131
895
415
88
106
286
35,805
2,708
1,320
1,216
1,282
1,110
918
1,457
3,583
6,238
159
898
1,426
276
819
883
793
762
222
121,685
80,219
23,640
7,215
10,611
22,569
11,298
4,319
6,952
7,227
1,725
5,502
2,988
834
446
236
1,472
50,246
18,509
3,979
4,339
2,348
1,741
1,188
1,376
2,861
11,381
535
2,256
2,312
524
1,190
995
1,070
1,943
556
79,997
69,396
4,621
2,071
3,909
29,934
14,220
1,751
13,963
2,187
1,406
781
11,461
4,050
1,485
1,656
4,270
134,403
16,272
7,378
7,784
18
30
9
66
64
456
19
50
81
26
123
41
8
91
17
2,585
2,257
187
21
120
964
489
70
405
81
39
42
770
408
80
71
211
4,789
124
165
496
ASIA
OCEANÍ
A
100,343
9,258
630
756
419
929
165
875
4,378
1,106
1,368
145
213
1,010
393
2,040
8,371
5,328
3,043
464
1,127
1,012
199
20
18
12
17
4
4
100
24
11
3
176
195
93
149
514
2,368
48
208
512
115
324
119
65
924
53
39,092
35,986
1,630
382
1,094
6,189
2,640
433
3,116
546
353
193
839
387
111
78
263
24,026
891
364
1,511
1
2
1
5
3
9
8
17
65
35
23
12
11
12
5
1
1
1
1
234
203
24
7
79
44
4
31
2
1
1
53
15
20
5
13
207
8
12
56
10
Álava
Guipúzcoa
Vizcaya
LA RIOJA
CEUTA
MELILLA
NO CONSTA
TOTAL
5,872
1,432
374
1,657
1,970
61
368
5
5,603
2,403
346
848
1,661
96
230
14
10,986
3,209
496
1,834
4,153
339
913
37
9,512
1,105
1,225
3,311
2,650
40
1,176
1
1,987
133
12
1,669
32
13
121
3,696
290
13
3,134
32
20
196
1
142
111
7
16
3
2
3
1,301,342 337,308 115,124 342,875
388,125
15,460 100,343
1,012
Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior
(Hemos eliminados dos columnas: la de “apátridas” y la de “no consta”. La primera da una cifra en España de 451
personas y la segunda de 644)
Pasamos a analizar brevemente los últimos datos disponibles sobre residentes
extranjeros que, como ya hemos señalado, son datos a 30 de junio de 2002 y
dan la cifra de 1.301.342 residentes. Ha habido un aumento en los dos
primeros trimestres del año que ha sido considerablemente menor en el
segundo,1 lo que nos indica que la cifra de residentes no seguirá subiendo de
la manera que lo hizo en 2001 e inicios de 2002. La distribución de los
residentes por Comunidades Autónomas nos dice que casi la mitad están entre
Madrid y Cataluña, y que ésta última es la primera en cuanto a número de
residentes extranjeros. En el conjunto del Estado español, la población
inmigrada constituye el 3,19 % del total de población.
Entre la población inmigrada, podemos distinguir la comunitaria, procedente de
países de la Unión Europea, de la extracomunitaria. Los datos sobre
comunitarios que vamos a utilizar son, en realidad, datos sobre personas
procedentes del E.E.E. (Espacio Económico Europeo) que incluye los países
de la UE y 3 más (Noruega, Islandia y Liechtenstein). De acuerdo con la tabla
2, la población comunitaria (EEE, en realidad) era en esa fecha de 337.308
personas y la extracomunitaria era de 964.034 personas.
TABLA 3. PERMISOS DE RESIDENCIA EN VIGOR EN ESPAÑA EN LAS DOS FECHAS INDICADAS.
TOTAL
ESP.EC. RESTO DE ÁFRICA LATINOAM AM. DEL
EUROP. EUROPA
ÉRICA
NORTE
ASIA
OCEANÍA Apátr. y no
consta
31 diciembre
2001
1.109.060
331.352
81.170 304.149
283.778
15.020 91.552
944
629
31 marzo 2002
1.243.919
336.833
106.576 323.705
364.045
15.341 95.188
996
1.235
30 de junio
2002
1.301.342
337.308
115.124 342.875
388.125
15.460 100.343
1.012
1.095
Fuente: Elaboración propia, a partir de datos del OPI, Ministerio del Interior
Por continente de origen, vemos que entre la población extracomunitaria
destaca la procedente de Latinoamérica, ocupando el primer lugar, seguida de
la procedente de África. Cabe señalar que el mayor ritmo de crecimiento, en los
primeros meses de 2002, lo aportó la población procedente de Latinoamérica y
1
A 31 de diciembre de 2001 eran 1.109.060. en el primer trimestre se produjo un aumento de
134.859 residentes, mientras que en el segundo el aumento fue de 57.423. Cabe suponer que
han concluido, por lo que se refiere a número de residentes, los efectos de las regularizaciones
de 2001.
11
la procedente de los países agrupados bajo el epígrafe “resto de Europa” (que
básicamente se refiere a los países de la Europa del Este), lo que se aprecia
con la comparación de datos que hemos hecho en la tabla 3. Es decir, estamos
ante una cierta tendencia de predominio de los flujos de inmigración
procedentes de Latinoamérica y de la Europa del Este.
Para analizar otros aspectos relativos a la población inmigrada, como su
distribución por sexo y edades, vamos a recurrir a los datos de residentes a 31
de diciembre de 2001, cuando eran 1.109.060 personas, dado que esos son los
que utiliza el Anuario Estadístico de Extranjería 2001, texto del que también
vamos a ir extrayendo una parte de la información que vamos a manejar en
otros apartados.
La distribución por sexo de la población residente, de acuerdo con los datos del
Anuario Estadístico de Extranjería 2001, a 31 de diciembre de 2001, era del
44,95 % de mujeres y el 55,05 % de hombres. Estos porcentajes varían mucho
cuando se refieren a los distintos continentes de origen; así, el porcentaje de
mujeres entre los africanos es el más pequeño, siendo del 30,85 %, mientras
que el de los latinoamericanos es el más grande, siendo del 57,68 %. Aún se
producen variaciones mayores cuando nos referimos a los países de
procedencia. Los que mayor proporción de hombres aportan son Paquistán
(91,62 %), Senegal (82,91 %), Argelia (80,13 %), Marruecos (67,80 %) y
Rumania (64,82 %). Por el contrario, la mayor proporción de mujeres
correspondía a Brasil (71,79 %), República Dominicana (70,72 %), Colombia
(61,56 %) y Filipinas (60,25 %) (Anuario… 2001: 31, 59, 60).
Por edades, los menores de 16 años eran 115.386 (el 10,40 % del total), entre
16 y 64 años había 921.057 (el 83,05 %) y los mayores de 65 años eran 72.617
(el 6,55 %). Esos porcentajes variaban al referirse a los distintos países, y en
los extremos tenemos a Ecuador, que es el origen que menos personas
menores de 16 años aporta (un 4,68 %), y a Marruecos, que tiene el porcentaje
más alto de población menor de 16 años (el 19,25 %) (Anuario… 2001: 32, 60,
61).
Por lo que se refiere a los 72.617 residentes de más de 64 años, cabe decir
que la mayor parte de ellos (54.068) provienen del EEE, destacando los
británicos (19.316). Las cifras son ya muy pequeñas cuando se refieren a
orígenes no europeos, siendo las más altas las siguientes: marroquíes (2.156),
argentinos (1.831) y peruanos (1.232) (Anuario… 2001: 60).
Población Inmigrada en Cataluña.
En Cataluña la cifra de residentes extranjeros era de 316.150 a 30 de junio de
2002, como vimos en la tabla 2, lo que supone el 24,3 % del total de residentes
extranjeros que hay en España. Respecto al conjunto de la población catalana,
los residentes extranjeros son el 4,98 % del total, porcentaje que es muy
superior al del Estado español (este es, como vimos más atrás, el 3,19 %). Nos
interesa también ver las diferencias que hay, en función de los orígenes, entre
la población inmigrada en Cataluña y la del conjunto del Estado, pero para ello
12
recurriremos a los datos que da el Anuario Estadístico de Extranjería 2001 que,
como hemos señalado, son a 31 de diciembre de 2001, fecha en la que los
residentes extranjeros en Cataluña eran 280.167, el 25,2 % de la población
inmigrada con residencia legal que hay en España. La tabla 4 nos da los datos
por continentes y por aquellos países que en cada continente aportan el mayor
número de residentes.
Cabe destacar algunos aspectos a la vista de los datos de la tabla 4, por lo que
se refiere a la disparidad entre Cataluña y España en relación con el origen de
los residentes. Los comunitarios, o procedentes del EEE, están en Cataluña en
una proporción mucho menor de la que tienen en el conjunto del Estado
español: en Cataluña son el 18,4 % de los residentes extranjeros, mientras que
en el Estado son el 29,9 %.
TABLA 4. RESIDENTES EXTRANJEROS EN CATALUÑA A 31 DE DICIEMBRE DE 2001
Barcelona
35.435
Girona
9.929
Lleida
837
Tarragona
5.329
Cataluña
51.530
España
331.352
Resto Europa
Rumania
Ucrania
Rusia
7.063
1.524
773
1.191
2.552
329
423
610
2.039
749
665
51
2.578
712
263
242
14.232
3.314
2.124
2.094
81.170
24.856
9.104
7.543
África
Marruecos
Gambia
Argelia
Senegal
73.476
61.638
2.663
2.322
2.007
21.735
14.958
4.755
216
755
6.769
3.901
506
720
508
9.126
8.145
34
429
352
111.106
88.642
7.958
3.687
3.622
304.149
234.937
9.318
15.240
11.553
Latinoamérica
Ecuador
Perú
Rep Dominic
54.757
13.594
11.940
7.138
4.400
613
218
403
1.921
313
91
309
3.344
653
125
377
64.422
15.173
12.374
8.272
283.778
84.699
33.758
29.314
Asia
33.181
10.527
10.339
5.222
1.493
486
68
176
379
289
11
9
959
610
77
95
36.012
11.912
10.495
5.502
91.552
36.143
14.322
14.716
206.359
40.322
11.984
21.466
280.167
Fuente: elaboración propia, a partir de los datos del
Anuario Estadístico de Extranjería 2001, pp. 65-77
1.109.060
EEE
China
Paquistán
Filipinas
Total
Entre los no comunitarios, las proporciones, según el origen, son también
diferentes en Cataluña respecto al conjunto del Estado español. Es, por
ejemplo, importante la diferencia que existe acerca de los residentes de origen
marroquí: éstos son el 31,6 % de los residentes que hay en Cataluña, mientras
que en España son el 21,2 %. Por el contrario, los latinoamericanos y los
procedentes de la Europa del Este están, en Cataluña, en proporciones
inferiores de las que tienen en España. Otras diferencias de interés son las que
se producen respecto a los gambianos y a los paquistaníes. Los gambianos
están fuertemente concentrados en Cataluña, donde reside el 85,4 % de todos
13
los que hay en España; y algo parecido ocurre con los paquistaníes, los cuales,
por otra parte, se concentran principalmente en Barcelona.
Por sexo, la población inmigrada en Cataluña cuenta con un 40,90 % de
mujeres, porcentaje que es inferior al del conjunto de España (éste es del 44,95
% como vimos); en ello influye el hecho de que el porcentaje de africanos en
Cataluña está por encima de la media, mientras que el de latinoamericanos y
europeos está por debajo.
El crecimiento de población inmigrada en Cataluña a lo largo del año 2001 fue
importante: los residentes pasaron de ser 214.996 a ser 280.167, es decir,
hubo un crecimiento del 30,3 %, lo que en buena medida se explica por los
procesos de regularización de ese año. La actualización de la cifra de
residentes derivada de aquellos procesos de regularización ha continuado en el
año 2002, lo que nos lleva a la cantidad de 316.484 a 30 de junio de 2002.
14
II.
EL MARCO SOCIO-LABORAL Y POLÍTICO EN EL
QUE SE PRODUCE LA INMIGRACIÓN.
Algunos aspectos acerca del mercado laboral español.
Comentamos aquí algunas características del mercado laboral español que
deben ser destacadas con relación a la inserción laboral de las personas
inmigradas.
La economía española ha tenido un crecimiento importante a partir de la
recuperación económica que se produce en torno a 1985. Ésta dura hasta
1990, año en el que se inicia una etapa de recesión económica que llegaría
hasta 1994, para dar paso a un nuevo ciclo de crecimiento iniciado en 1995.
Entre 1995 y 2001 se han producido cambios importantes: hemos pasado de
una población ocupada de 12.042.000 personas en 1995 a otra de 14.768.400
en 2001, y de un tasa de paro del 22,9 % en 1995 a otra del 13,0 % en 2001
(aunque con la nueva metodología aplicada para la EPA se da una tasa del
10,5 % para ese año).
El crecimiento producido desde 1985 ha tenido algunas características que
tienen mucho que ver con la demanda de mano de obra inmigrada que se ha
generado en los últimos años. En primer lugar hay que destacar que, aunque
en estos años ha crecido también la industria y la construcción, lo que más ha
crecido es el sector servicios. “Entre 1985 y 1995… por cada cien empleados,
los trabajadores en la agricultura disminuyeron de 23 a 9, los de la industria de
27 a 21, mientras los de los servicios pasaron de 40 a 60… Las nuevas
colocaciones se producen principalmente en el sector servicios, en el que
crecen simultáneamente las ocupaciones que exigen mayor (titulados en
general) y menor cualificación (hostelería, servicios domésticos, limpiezas,
etc.), con mayor fuerza que las que se sitúan en el escalón intermedio
(administrativos, sector financiero, etc.)” (Colectivo Ioé, 1999-b: 102). El fuerte
crecimiento del sector servicios viene acompañado, como vemos, de una
demanda de mano de obra poco cualificada que ya no se produce en la misma
proporción en el sector industrial (en el que el desarrollo tecnológico ejerce una
acción más restrictiva sobre la demanda de mano de obra).
Así pues, la demanda de mano de obra inmigrada está muy relacionada con el
crecimiento del sector servicios. Varios autores, en un análisis más amplio
sobre la relación entre globalización e inmigración, lo dicen así: “la
administración de una economía global engendra una gran demanda de peritos
15
en electrónica, telecomunicaciones, banca, finanzas, seguros, derecho,
gobierno y ciencia, y los trabajadores con niveles superiores de educación
migran a las ciudades globales a satisfacer esa demanda. La reunión, en las
ciudades globales, de trabajadores de ingresos altos y de capitalistas ricos crea
una demanda de trabajadores de servicios en restaurantes, hoteles,
construcción, mantenimiento y servicios personales. Puesto que los nativos son
reacios a aceptar empleos pesados y mal pagados, y puesto que los empleos
del sector servicios no pueden ser fácilmente cubiertos a distancia, los captores
reclutan inmigrantes para ocupar esas posiciones” (Massey y otros, 1998: 221).
Una parte de la demanda reciente de mano de obra se relaciona con otro
aspecto: el incremento, experimentado en las últimas décadas, de la inserción
de la mujer (europea) al mercado laboral. Ello, unido a la carencia, en países
como España, de prestaciones públicas suficientes para favorecer esa
incorporación, ha generado una demanda laboral de trabajadoras domésticas
en condiciones de mano de obra barata que ha sido satisfecha por mujeres
inmigradas. Cabe añadir en este punto, que el envejecimiento de nuestra
población ha contribuido también a aumentar esa demanda de trabajadoras
domésticas para la atención a personas mayores.
El aumento de la demanda en los niveles laborales más bajos en el escalafón
en cuanto a las condiciones laborales se ha producido paralelamente a una
fuerte ofensiva, protagonizada por empresarios y gobiernos, para la
desregulación del mercado laboral. La estabilidad en el empleo ha sido
cercenada y se ha producido un importante desarrollo del trabajo temporal. La
Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2002 señalaba que uno de
cada tres contratos es temporal.2 Esta temporalidad es un factor de
precarización del trabajo que se da más en los sectores que más están
demandando mano de obra inmigrada. “Las ramas con mayor incidencia de la
contratación temporal son la construcción (57,2 % del total de los ocupados),
los servicios de saneamiento y limpiezas, los personales y domésticos y los de
restauración-hostelería (entre el 46-49 %)” (Colectivo Ioé, 1999-b: 103).
También es importante el avance que se ha producido en descentralización y
subcontratación, con particular incidencia en el sector de la construcción, que
está conduciendo a que los trabajadores dependan de empresas cada vez más
pequeñas y con menor control sindical. Esto no se da sólo en la construcción,
sino que está afectando a todos los sectores generando un nuevo tipo de
“empresas de servicios”, que hacen cualquier cosa que se les subcontrate por
parte de otras empresas. Lo que antes podía estarse haciendo por una gran
empresa, ahora lo puede hacer por un conjunto de pequeñas empresas, en las
que el control sindical es más difícil, y en las que aparece un conjunto de
puestos de trabajo de condiciones laborales inferiores a las de antes.
Pero quizás el factor más importante, relacionado, no sólo con la demanda de
mano de obra inmigrada, sino también con la forma como esa mano de obra se
inserta en el mercado laboral, es la elevada proporción de economía sumergida
2
Sobre una cifra de asalariados de 13.263.000, la cifra de trabajadores con contrato indefinido
es de 9.151.800 y la de trabajadores con contrato temporal es de 4.111.200, según la EPA,
tercer trimestre de 2002.
16
que tenemos en España. Una estimación del año 2000 señalaba que la
economía sumergida en España comportaba el 23 % del PIB.
Algunos autores han relacionado directamente los niveles de inmigración que
tenemos en países como Italia y España con los de su economía sumergida.
“Desde los años setenta en adelante, la persistente y creciente inmigración
ilegal a Europa occidental y particularmente a Europa meridional llamó la
atención a varios autores sobre el peso de la economía sumergida, informal,
negra o secundaria como factor de atracción de un segmento de mano de obra
que se inserta con las características de infraclase” (Malgenisi, 1998: 18). “Los
trabajadores inmigrantes que llegan a Grecia, Italia, Portugal y España se
encuentran con una enorme economía sumergida que les ofrece un amplio
abanico de empleos que no requieren ninguna documentación, ni para trabajar
ni para residir” (Baganha y Reyneri, 2001: 140)
La inserción de las personas inmigradas en la economía sumergida tiene una
conexión directa con el hecho de que la mayor parte de ellas se vean obligadas
a inmigrar de forma irregular, lo que les lleva a pasar cierto período de tiempo
sin permiso de trabajo y residencia. Pero su participación en la economía
sumergida no se reduce a esa etapa en la que no disponen de residencia legal,
las encuestas del CITE muestran que hay, como también ha señalado Baganha
y Reyneri (2001: 148), gran número de inmigrantes que continúan trabajando
en empleos informales a pesar de haber obtenido un permiso de residencia.
También conviene resaltar, como característica de nuestro mercado laboral,
que aún cuando mantenemos tasas de desempleo altas, éste se distribuye de
forma desigual para los distintos grupos de la población, de la misma forma que
se producen grandes diferencias regionales en cuanto a población activa, tasas
de paro y ocupación, lo que viene acompañado de cierta segmentación en
pequeños mercados regionales entre los cuales no hay movilidad (Carrasco,
1999: 57). Sobre diferencias regionales cabe decir que la tasa de paro en
Cataluña es del 8,8 en 2001 (8,4, de acuerdo con la nueva metodología de la
EPA), frente al 13,0 del conjunto del Estado. Volveremos sobre esto en el
apartado en el que comentamos la convivencia que se da entre tasas de paro
elevadas y escasez de mano de obra en algunos sectores.
Los aspectos demográficos.
Algunos informes (de la ONU, de la OCDE, del Consejo de Europa y de la
Comisión Europea) han advertido en los últimos años sobre ciertos problemas
demográficos que se nos vienen encima en Europa, relacionados con la
disminución de la tasa de natalidad de las últimas décadas y la disminución
(derivada de la primera) de la tasa de población activa en los años venideros.
Hay cierto alarmismo en algunos de los informes, lo que nos obliga a tener
ciertas reservas hacia los mismos (Pajares, 2000: 44-49), pero ello no impide
que debamos tener también en cuenta los aspectos demográficos en el tema
que estamos tratando. Ciertamente, los índices de fecundidad en España (1,2
hijos por mujer) son de los más bajos del mundo, aunque últimamente se haya
producido un ligero aumento de la fecundidad y es previsible que pueda llegar
17
a alcanzar el nivel de otros países próximos (de 1,4 a 1,5 hijos por mujer)
(Fernández Cordón, 2001: 47).
Respecto al envejecimiento demográfico en España, Anna Cabré y Julio Pérez
han señalado que la proporción de personas mayores de 65 años no ha dejado
de crecer a lo largo del siglo XX, y que será en torno al 2006 cuando “la llegada
a los 65 años de las generaciones más llenas aumentará de nuevo el ritmo de
crecimiento del grupo” (Cabré, 1995). Por su parte, Fernández Cordón (2001:
47-49) nos dice que la proporción de personas de 65 años o más, que ahora es
del 17 %, alcanzaría el 18,2 % en 2010, el 20,2 % en 2020 y el 31,5 % en 2050.
Paralelamente a este envejecimiento, se produce un descenso de población,
de forma que ésta puede estar entre los 31,3 millones, si no aumenta la
fecundidad, y los 39,3, si aumenta al nivel de reemplazo, según Fernández
Cordón. Éstas hipótesis están hechas contando con una inmigración laboral
anual de 50.000 trabajadores, que, añadiendo las personas dependientes que
los acompañan, supone una inmigración anual de 63.000 personas. Este autor
señala que los efectos de la inmigración son limitados: “Vemos que, a pesar de
incluir la llegada de aproximadamente 63.000 personas anuales durante los
próximos cincuenta años, sólo si la fecundidad alcanza el nivel de reemplazo
(un objetivo que puede parecer hoy muy lejano) se podrá mantener a largo
plazo el volumen actual de la población española”.
Por lo que se refiere al descenso de la población activa, este autor señala que
la población española comprendida entre los 20 y los 64 años (el segmento que
potencialmente ofrece empleo, ya que los de menos de 20 o más de 65 apenas
lo ofrecen) es de 24,5 millones. Disminuirá previsiblemente a partir de 2020,
pudiendo llegar a situarse en 18 millones en 2050 (Fernández Cordón, 2001:
52). Estamos pues ante una perspectiva clara de disminución de los activos
que puede generar una demanda de mano de obra inmigrada mayor de la que
se ha producido hasta el momento, aunque la inmigración no será suficiente
para corregir esas tendencias demográficas.
En estudio hecho por Mañé y Oliver (2001) para el caso de Cataluña señala
que entre 2000 y 2010 habrá un descenso de población entre los 16 y los 24
años de más de 220.000 personas. Este número de personas corresponde al
30 % de las que ahora hay en Cataluña entre las edades mencionadas. Es
decir, el volumen de gente que se incorporará al mercado laboral al acabar su
etapa estudiantil será muy inferior al que ahora se incorpora.
Dualismo y segmentación en el mercado de trabajo.
Frente a las teorías económicas neoclásicas, que veían el mercado laboral bajo
las estrictas reglas de la competencia en la oferta y en la demanda, en los años
setenta surgió la idea de la segmentación del mismo. El planteamiento (ahora
ya tradicional y discutido parcialmente) de la segmentación nos habla, en
primer lugar, de un dualismo entre un mercado primario y otro secundario. En
el mercado primario encontraremos salarios altos, buenas condiciones
laborales, estabilidad, posibilidades de promoción…, mientras que en el
secundario lo que habrá son salarios bajos, trabajos duros, malas condiciones
18
laborales, inestabilidad, pocas posibilidades de promoción… La teoría de la
segmentación lo que nos dice es que los trabajadores que compiten dentro del
mercado primario apenas se comunican con el secundario, es decir, no acuden
al secundario en búsqueda de empleo; mientras que los que compiten en el
secundario tienen también muy pocas posibilidades de saltar al primario. La
segmentación va más allá dando lugar a varios segmentos, más o menos
estancos, del mercado laboral, tanto dentro del mercado primario como dentro
del secundario.
Algunos autores han advertido sobre esta realidad al estudiar la inserción
laboral de los inmigrantes, señalando que estamos ante “un mercado
segmentado, dividido en una serie limitada de esferas o segmentos no
competitivos entre sí” (Solé y Parella, 2001: 31), y que, incluso, cabe hablar de
la aparición de nuevos segmentos en los últimos tiempos, en la medida en la
que han aparecido “sectores de trabajo precario al servicio de la más moderna
economía capitalista (producto de la descentralización productiva bajo un
control crecientemente centralizado)” (Colectivo Ioé, 1999-b: 99).
Lo importante a remarcar es que, cuando se ha producido la segmentación, las
fronteras que se generan dentro del mercado laboral, por la especialización y la
división del trabajo, “significan que los trabajadores no son intercambiables
entre sí y que, por tanto, no podemos hablar genéricamente de un mercado de
trabajo en el que se observe una competencia entre todos los trabajadores por
los puestos disponibles” (González Ferrer, 2002: 139).
Por otra parte, si se acepta que quienes forman parte de uno de los segmentos
no compiten con los de otros, cabrá concluir que la abundancia o escasez de
trabajadores en un segmento no afecta a los del otro, y que, en consecuencia,
los salarios de determinado segmento no se ven afectados por esa abundancia
o escasez de trabajadores en otros segmentos, es decir, no se produce
nivelación competitiva de los salarios. (Herranz, 2000: 133)
La realidad, no obstante, puede no ser ni como había sido definida por el
enfoque neoclásico, según el cual los trabajadores compiten entre sí dentro de
un mismo mercado laboral, ni exactamente como fue definida en los años
setenta por quienes formularon la hipótesis de la segmentación del mercado
laboral. La segmentación parece un hecho evidente, pero no es una
segmentación perfecta, produciéndose ciertos niveles de movilidad entre los
distintos segmentos.
Por otra parte, al detenerse en el análisis de un determinado tipo de trabajo, no
siempre es fácil decir si forma parte del mercado primario o del secundario. El
dualismo del mercado de trabajo llevaría, en general, a afirmar que
determinados trabajos ocupados por los inmigrantes se hallan en el secundario,
sin embargo, ello no es tan sencillo, ya que el dualismo que se aprecia
respecto a los salarios no puede aplicarse igual respecto a la estabilidad. En el
servicio doméstico interno, la estabilidad es muy alta (aunque sea cambiando
de empleador), lo que lo situaría en el mercado primario, sin embargo los
salarios y condiciones de trabajo lo sitúan en el secundario (Martínez Veiga,
1997: 180).
19
Así mismo, muchos de los trabajos situados en el mercado primario no pueden
ser calificados como “de buenas condiciones laborales”, ya que están cada vez
más afectados por un empeoramiento de éstas, en aspectos como el aumento
del estrés y otros problemas de salud, la prolongación de la jornada laboral, la
temporalidad, la invasión de la vida privada del trabajador, etc. (Rojo
Torrecillas, 2001). En realidad, la división entre mercado primario y secundario
no es sólo una cuestión de trabajos más duros y menos duros, o buenas y
malas condiciones laborales, sino que intervienen también aspectos de status y
de prestigio social que son los que acaban definiendo los trabajos por los que
las personas están predispuestas a competir (Abad Márquez, 2001).
Pero aún cuando la segmentación no sea perfecta, y aunque no sea fácil
clasificar los trabajos entre primarios y secundarios, de lo que no cabe duda es
de que la segmentación existe, y que constituye un importante factor a la hora
de explicar la abundancia de la demanda de mano de obra inmigrada que se
está produciendo.
Convivencia entre el desempleo y la escasez de mano de obra.
La segmentación del mercado laboral explica ya, en parte, el que pueda darse
una tasa elevada de desempleo entre la población autóctona, la que aspira a
colocarse en el mercado primario, al tiempo que se produce escasez de mano
de obra en sectores concretos del mercado secundario. Esto se refiere, claro
está, a los trabajos sometidos a peores condiciones laborales que se están
ofreciendo a los inmigrantes.
Pero hay también otros desajustes en el mercado laboral que acentúan la
dificultad de encontrar mano de obra para algunos trabajos a pesar del
desempleo. En el caso de Cataluña, Mañé y Oliver (2001) han explicado el
importante desajuste que hay por lo que se refiere al nivel medio de formación
entre el capital humano disponible y el que requiere el sistema productivo, lo
que “permite explicar que en nuestra economía convivan niveles de paro
relativamente elevados (cabe recordar que hoy en Cataluña todavía hay más
de 200.000 parados) y, simultáneamente, tensiones intensas en determinados
mercados (torneros, fresadores, ebanistas, cocineros, camareros u operarios
especializados de la construcción)”.
Es decir, además de trabajos a los que la población autóctona no se presta a
acudir, hay otros a los que, por falta de formación, no acude en suficiente
proporción. Ello tiene que ver con las deficiencias de nuestros sistemas
formativos y, especialmente, de la formación profesional, que da lugar a una
incorporación de jóvenes formados al mercado laboral, que no se ajusta del
todo a las necesidades del sistema productivo: parte de estos jóvenes se
mantiene en paro, al tiempo que se producen ciertas dificultades para cubrir
determinados puestos de trabajo.
Por lo que se refiere a la población desempleada, en Cataluña podría aplicarse,
en cierto modo, lo que Baganha y Reyneri dicen respecto a los países del sur
de Europa: los parados son, en parte, jóvenes con estudios con grandes
20
aspiraciones profesiones y sociales que no acudirán a determinados trabajos;
otra parte son jóvenes o mujeres de familias en las que el cabeza de familia
tiene un trabajo que le permite mantenerlos hasta que encuentren un buen
empleo; otra parte son hombres ya mayores que tienen las necesidades
básicas cubiertas, por otros miembros de la familia o por el Estado, y que
además tienen escasa preparación (Baganha y Reyneri, 2001: 128).
Evidentemente, la realidad es más amplia, y junto a los parados que pueden
aguantar en la situación de desempleo hasta que encuentran un buen trabajo,
hay otros en situaciones desesperadas; pero lo cierto es que, en términos
globales, hay un importante desajuste entre la demanda de mano de obra que
se está produciendo y la oferta que procede de la población autóctona
desempleada.
Por lo que se refiere a la población inactiva, las posibilidades de aumentar las
tasas de actividad son escasas. En Cataluña, las tasas de actividad inferiores
se dan en hombres de más de 54 años y en mujeres de más de 44. “En
cambio, las elevadas tasas de actividad del resto de la población (tasas
superiores al 93 % de media para los hombres entre los 25 y 54 años y del 83
% para las mujeres entre 25 y 34 años) apuntan a que las políticas de fomento
de la actividad pueden tener resultados poco positivos en estos colectivos,
sobretodo en el masculino puesto que en el femenino aún queda un cierto
margen” (Mañé y Oliver, 2001).
Si es posible que estén conviviendo tasas altas de desempleo con escasez de
mano de obra en algunos sectores, este fenómeno será aún mayor en la
medida en la que la tasa de desempleo se reduzca. Por lo que se refiere a las
perspectivas futuras de escasez de mano de obra en Cataluña, seguiremos
comentando el estudio hecho por Mañé y Oliver (2001). Estos autores han
hecho previsiones que hablan de que, entre 2000 y 2010, en Cataluña se
crearán 594.000 nuevos puestos de trabajo. El sector que más puestos de
trabajo creará en la presente década, de acuerdo con las dinámicas actuales
de terciarización, es el sector servicios. “El sector servicios generará 425.000
nuevos puestos de trabajo (el 71 % de la nueva ocupación)” (Mañé y Oliver,
2001). También se creará empleo en otros sectores: “el empleo que se
generará en Cataluña durante la próxima década será también industrial, con
100.000 nuevos ocupados, y del sector de la construcción (con un total de
75.000 nuevos empleos entre 2000 y 2010)” (Mañé y Oliver, 2001).
Analizando las posibilidades existentes en Cataluña de incrementar la
población activa, así como las posibilidades de aumento de la población
ocupada por reducción de la tasa de paro, Mañé y Oliver llegan a la conclusión
de que hasta 2010 se obtendría un máximo hipotético de 370.000 personas
que se incorporarían al mercado de trabajo, cifra muy inferior a los 594.000
nuevos puesto de trabajo que, según sus previsiones, creará el sistema
productivo (Mañé y Oliver, 2001). Estos autores señalan, además, que el déficit
se agrava si se tiene en cuenta el nivel de cualificación necesario de los nuevos
puestos de trabajo. Teniendo esto en cuenta, cifran el déficit en unos 400.000
trabajadores cualificados o muy cualificados.
21
Utilizando supuestos probables sobre crecimiento del empleo y evolución
demográfica, Fernández Cordón señala que en 2014 la oferta global de trabajo
(población activa) puede pasar a ser menor que la demanda (Fernández
Cordón, 2001: 63). Esta se refiere a oferta global, pero teniendo en cuenta la
segmentación del mercado laboral, los sectores (y regiones) en los que la
oferta será insuficiente, que ya existen ahora, irán aumentando
progresivamente.
Todo parece indicar que las necesidades de mano de obra inmigrada van a
incrementarse en el futuro. Hay previsiones que apuntan, como hemos visto, a
que el incremento mayor va a producirse respecto a la mano de obra
cualificada o muy cualificada. Pero, si tenemos en cuenta que esa situación
puede provocar, en los trabajadores autóctonos, una aspiración, aún mayor
que la que hoy existe, por los trabajos de mayor cualificación y status social,
cabe prever que también va a incrementarse la demanda de mano de obra
inmigrada para los trabajos de menor cualificación.
Marco jurídico-político de la inserción laboral de las personas inmigradas.
Después de haber señalado la existencia de un marco socio-laboral que está
generando demanda de mano de obra inmigrada, conviene también analizar el
marco legislativo y político en el que se produce la inmigración. No obstante,
aquí no pretendemos abordar con profundidad lo relativo a la legislación y la
política de inmigración que tenemos en España, ya que éste no es el objetivo
de este texto, sino solamente señalar aquellos aspectos que condicionan de
forma más importante la inserción laboral de las personas inmigradas.
Sin duda alguna, el principal condicionante es la forma como se produce la
entrada en territorio español y el status legal que de ahí se desprende. Cuando
la persona inmigrada se halla en una situación de estancia irregular, su
inserción laboral sólo puede producirse en la economía sumergida, sus
derechos están severamente mermados y su vulnerabilidad frente a quienes la
quieran explotar es muy grande. Además, el paso prolongado por esa situación
de irregularidad condicionará su proceso posterior de inserción, incluso
después de haber obtenido la residencia legal.
La normativa de extranjería que hay en España desde 1985 ha hecho difícil la
entrada legal de los inmigrantes. La ley de extranjería que aquel año entró en
vigor, y que lo estuvo durante 15 años, estableció que para venir a trabajar a
España debía contarse con una oferta de empleo antes de salir del país de
origen. Pero esto, que a primera vista parece tan razonable, ha hecho
inaccesible la entrada legal, porque ha tropezado con al menos tres grandes
obstáculos. El primero es que no se han existido en absoluto (y siguen sin
existir) los mecanismos que permitan casar las demandas de trabajo que aquí
se hacen con las ofertas hechas desde los países de origen. El segundo lo
establece la propia ley, al decir que sólo se darán permisos de entrada cuando
las ofertas de empleo no puedan ser satisfechas por el mercado nacional, lo
que las limita a aquellos sectores para los que es difícil encontrar trabajadores
españoles. Y el tercero es que el tipo de trabajos que, a partir de lo señalado
22
antes, se pueden ofrecer a los extranjeros corresponden de forma muy amplia
con empleadores individuales (servicio doméstico) o con pequeñas empresas
(peonaje en el campo o en la construcción) y ello plantea una dificultad
intrínseca para la contratación en origen (es decir, para buscar el trabajador en
su país de origen) muy difícil de salvar.
Las personas que han ido inmigrando desde 1985 han utilizado, de forma muy
generalizada, vías irregulares de inmigración y han podido acceder a la
residencia legal a través de procesos especiales de regularización3 o de los
llamados contingentes (que, hasta el producido en 2002, del que hablaremos
luego, han sido también procesos de regularización).4 Ello quiere decir que la
mayor parte de las personas inmigradas en España han pasado por un período
más o menos largo de estancia irregular.
La ley de extranjería 4/2000, que estuvo vigente durante el año 2000, y su
versión reformada 8/2000, que está vigente desde el 23 de enero de 2001, no
modificaron el sistema de entrada para la inmigración laboral, es decir, no han
hecho más accesible la entrada legal. Por su parte, el reglamento de aplicación
de la ley, vigente desde el 1 de agosto de 2001, lo que ha hecho ha sido
introducir nuevas dificultades. Es un reglamento cuyo mayor desarrollo y
concreción se da a la hora de señalar las causas para la denegación de la
entrada y de los permisos y, en cambio, resulta ambiguo y discrecional a la
hora de conceder el derecho de entrada y residencia;5 parece más pensado
para denegar el máximo de solicitudes que para regular, en base a derecho, las
vías de entrada y acceso a la residencia legal.
Además de no haber mejorado las vías de entrada, con la ley 8/2000 y su
reglamento de aplicación, se han restringido las posibilidades de regularización
(para quienes se hallan en situación de estancia irregular) que había
introducido la 4/2000. Lo que el reglamento vigente señala es que la
regularización puede producirse por tres motivos. El primero es tener una
irregularidad sobrevenida (quienes tuvieron residencia legal y la perdieron) y
haber pasado ya dos años en situación irregular. El segundo es llevar cinco
años en situación irregular, como único condicionante. Y el tercero es tener una
situación de arraigo cuando ya se llevan tres años en situación irregular; el
arraigo, en este caso, queda definido por dos condicionantes: disponer de
empleo y tener familiares de primer grado con residencia legal. Se trata de
unas vías muy restrictivas, que expresan, como ha dicho Roig Molés, “una
concepción francamente excepcional de los mecanismos de regularización”;
concepción que parece indicar que no se quiere utilizar esos mecanismos,
porque “en lo que se confía es en la eficacia y capacidad de los controles de
entrada, de las vías de entrada legal y de los mecanismos de salida obligatoria
3
Los procesos de regularización anteriores al año 2000 se produjeron en 1991 y en 1996.
Los contingentes se iniciaron en 1993 con el propósito de determinar el número de personas
a las que se daría entrada legal como inmigrantes laborales, pero, en la práctica, se utilizaron
para regularizar a personas que ya estaban aquí en situación de estancia irregular.
5 Una expresión de lo que decimos es que a la hora de señalar condiciones por las que se
deben denegar las solicitudes se hace con afirmaciones concluyentes, mientras que cuando se
habla de la concesión siempre se dice “se podrá conceder”, con lo que, en última instancia,
deja a la voluntad del funcionario responsable la decisión sobre conceder o no.
4
23
y de expulsión para conseguir evitar la existencia de una considerable bolsa de
extranjeros en situación irregular” (Roig Molés, 2002: 37). Como también
señala este autor, esta confianza no se corresponde en absoluto con los
hechos: los inmigrantes siguen entrando por vías irregulares, las expulsiones
sólo alcanzan a una pequeña parte de ellos y la bolsa de personas es situación
de estancia irregular sigue creciendo.
Las modificaciones legislativas de 2000 y 2001 vinieron acompañadas de
varios procesos de regularización. El primero se produjo entre marzo y julio de
2000 y sus requisitos eran haber presentado previamente una solicitud de
residencia y estar en España desde antes del 1 de julio de 1999. A este
proceso se presentaron unas 244.000 solicitudes. El elevado porcentaje de
denegaciones de las solicitudes presentadas (más de 90.000) llevó a un
segundo proceso de repesca, al que podían acudir los denegados del proceso
anterior siempre que la causa de denegación hubiese sido no haber
demostrado estar en España desde antes del 1 de julio de 1999. Después,
como resultado de las importantes movilizaciones que se produjeron en el
primer trimestre de 2001, se desarrolló otro proceso de regularización,
denominado de arraigo, que concluyó el 1 de agosto de ese año, con la entrada
en vigor del reglamento de extranjería. En Cataluña hubo, entre tanto, otro
proceso no reconocido, entre abril y junio de 2001, por el que se podía
regularizar la situación si se contaba con una oferta de empleo.
La política de inmigración ha quedado definida por el reglamento de extranjería
y las actuaciones posteriores del gobierno en esta materia. Las actuaciones
más remarcables son las dirigidas a la gestión de los flujos de entrada, y como
veremos enseguida, no han dado resultados positivos. Como actuaciones en
este terreno hay que mencionar dos: los convenios firmados con terceros
países para el reclutamiento de trabajadores y el contingente de 2002.
Los convenios han sido firmados con Colombia, Ecuador, Marruecos,
República Dominicana, Rumania y Polonia. Su contenido común dice que las
autoridades españolas señalarán, basándose en las necesidades de nuestro
mercado laboral, contingentes de trabajadores que deben ser allí reclutados. El
reclutamiento lo hacen las autoridades del otro país y la selección posterior
pueden hacerla también ellas, o las autoridades españolas, o a través de
comisiones conjuntas (la fórmula es distinta en cada convenio). Son convenios
muy dirigidos (aunque literalmente no en todos sea así) a organizar flujos de
trabajadores temporeros, y tienen cláusulas bastante específicas sobre el
retorno cuando el trabajo se concluye.
Después de más de un año de vigencia en la mayoría de estos convenios,
podemos decir que de momento no han tenido utilidad. Tal y como están
planteados son de muy dudosa eficacia, pero, además, no se han puesto los
mecanismos necesarios para que empiecen a funcionar. El convenio con
Ecuador era del que más resultados se esperaban y sólo ha permitido la
migración de varias decenas de personas en todo este tiempo, cuando son
muchos más los que cada día entran en una forma irregular de inmigración. La
prueba más clara de la hasta ahora inutilidad de los convenios es que, de los
seis países con los que se han firmado, el mayor contingente de trabajadores
24
ha sido el de las mujeres polacas que vinieron, a principios de 2002, para la
campaña de la fresa de Huelva; pero precisamente vinieron antes de que el
convenio con su país estuviese en vigor, el cual fue firmado el 21 de mayo de
2002.
El contingente 2002 ha sido otra muestra de que no se está haciendo la política
adecuada para la canalización legal de los flujos de inmigración. Después de
un proceso muy deficiente para la determinación del número de plazas que
debía contener, en el que quedaron fijadas en 32.079 (dos terceras partes para
temporeros), debían producirse las solicitudes concretas por parte de las
organizaciones empresariales. Pero tales solicitudes no podían ser
nominativas, ya que la selección de los trabajadores iba a hacerse en los
países de origen, y los empresarios debían adaptarse a la selección que allí se
hiciese; lo que, unido a la perspectiva de una larga espera hasta que el
trabajador estuviese aquí, hizo que apenas se formularan solicitudes.
El establecimiento de este contingente vino acompañado, desde principios de
2002, del cierre del régimen general de extranjería, que es el procedimiento por
el que las personas cuya estancia es irregular podían ir regularizando su
situación; procedimiento que ha sido siempre muy restrictivo, pero que ha
permitido cierto flujo de regularizaciones. Si el reglamento de extranjería ya era
restrictivo en cuanto a vías de regularización, esta acción, recurrida ante los
tribunales por CCOO, acabó por cerrarlas todas.
En síntesis, lo que tenemos es una legislación y una política de inmigración que
han venido canalizando los flujos de inmigración por vías irregulares y todo
indica que, en buena medida, van a seguir haciéndolo. Se mantendrá, por
tanto, una bolsa de personas en situación de estancia irregular que va a seguir
siendo un factor muy negativo para los procesos de inserción laboral. El marco
jurídico-político es, en definitiva, poco favorable para una inserción laboral no
discriminatoria de la población inmigrada.
25
III.
LA INSERCIÓN LABORAL DE LAS PERSONAS
INMIGRADAS. TASA DE OCUPACIÓN POR
ORIGEN, SEXO Y EDAD.
Las tasas de actividad y de ocupación laboral de los inmigrantes.
Entramos ya al análisis de la inserción laboral, comenzando por hacer algunas
consideraciones respecto a los datos disponibles sobre trabajadores
extranjeros y lo que nos indican acerca de la tasa de ocupación de la población
inmigrada. Al concluir el primer semestre de 2002 en España había 1.301.342
extranjeros con residencia legal y, dentro de esta población, había 820.662
trabajadores de alta en la Seguridad Social.6 Los trabajadores extranjeros eran,
en esa fecha, el 5,04 % del total de trabajadores en España. Por continentes se
repartían de la forma que se ve en la tabla 5.
TABLA 5. EXTRANJEROS RESIDENTES Y EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD
SOCIAL EN ESPAÑA.
Residentes extranjeros a 30 de junio de 2002
Trabajadores extr. de alta en SS a 10 de julio de 2002
EEE
337.342
190.281
Resto de Europa
115.124
85.318
Africa
342.875
209.716
Latinoamérica
388.125
271.846
Am. del Norte
15.460
4.992
Asia
100.343
57.465
Oceanía
1.012
571
TOTAL
1.301.342
820.662
Fuente: elaboración propia, a partir de los datos de residentes dados por el Observatorio
Permanente de la Inmigración de Ministerio del Interior y de altas en la Seguridad Social dadas
por la Tesorería.
6
Puede aceptarse, en términos generales, que los extranjeros de alta en Seguridad Social
están entre los que tienen residencia legal, ya que, aunque sabemos que se producen altas de
personas que no tienen residencia legal ni permiso de trabajo, damos por sentado que eso no
se da en cifras muy elevadas.
27
Para hablar sobre la tasa de actividad7 y la tasa de ocupación8 de los
residentes extranjeros en España, comenzaremos señalando que, de acuerdo
con la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2002, el
porcentaje de población mayor de 16 años entre los extranjeros era muy similar
al del conjunto de la población (84 %)9. Otra fuente, la de residentes
extranjeros del Ministerio del Interior, nos dice que en el caso de éstos, la
población mayor de 16 años es el 89,9 %.10 Como ésta es más fiable nos
creemos ésta. Pero, en cualquier caso, la diferencia en las proporciones por
edades que se produce entre extranjeros y autóctonos, no es suficiente para
explicar las diferencias en las tasas de actividad y de ocupación, ya que éstas
son mucho mayores. O dicho de otra forma, el hecho de que la tasa de
actividad y en la tasa de ocupación de la población inmigrada sea muy superior
a la de la autóctona, como vamos a ver enseguida, no es achacable a que la
población inmigrada tenga una proporción menor de menores de 16 años.
Por lo que se refiere a la población activa, las tasas que se dan para toda la
población y las que se dan para la población extranjera cambian
significativamente: como vemos en la tabla 6, la tasa de actividad para la
población española es del 53,8 %, mientras que para los residentes extranjeros
es del 74,2 % y si nos referimos a los no comunitarios es del 78,9 %. Tales
diferencias se dan tanto en hombres como en mujeres, pero, como también se
ve en la tabla, quienes marcan las diferencias son los no comunitarios, ya que
los porcentajes de los comunitarios son bastante similares a los de la población
española. En realidad es la inmigración extracomunitaria la que está dando
elevadas tasas de actividad, hasta el punto de que en hombres alcanza el
porcentaje del 90 %.
TABLA 6. TASAS DE ACTIVIDAD
Total población
en España
Total residentes
extranjeros
Residentes de la
Unión Europea
Residentes de
fuera de la U E
Total (ambos
sexos)
Hombres
53,8 %
74,2 %
58,6 %
78,9 %
66,7 %
85,6 %
72,6 %
90,1 %
Mujeres
41,7 %
63,5 %
43,1 %
69,0 %
Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas sobre población y activos de la EPA segundo
trimestre 2002.
Por lo que se refiere a las tasas de ocupación, como vemos en la tabla 7, éstas
también son significativamente superiores en el caso de los residentes
extranjeros no comunitarios.
7
Tasa de actividad: proporción de activos (ocupados + parados) entre la población mayor de
16 años.
8 Tasa de ocupación: proporción de ocupados entre la población mayor de 16 años.
9 Para el conjunto de la población ese porcentaje es del 84,2%, mientras que para los
residentes extranjeros es del 83,2 %.
10 A fecha 30 de junio de 2002.
28
TABLA 7. TASAS DE OCUPACIÓN
Total
(ambos sexos)
Hobres
Mujeres
Total población
en España
47,9 %
Total residentes
extranjeros
63,6 %
Residentes de la
Unión Europea
53,9 %
Residentes de
fuera de la U E
66,6 %
61,6 %
75,7 %
67,7 %
78,4 %
34,9 %
52,3 %
38,6 %
56,1 %
Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas sobre población y ocupados de la EPA
segundo trimestre 2002.
Esos son los datos que nos ofrece la EPA, pero, como ya hemos dicho, no son
muy fiables cuando se refieren a la población extranjera. Recurriendo a los
datos sobre altas en la Seguridad Social, podemos compararlos con los datos
de residentes mayores de 16 años, y ello no da, a 30 de junio de 2002, una
tasa de ocupación de la población inmigrada del 70,2 %. Éste sí es un
porcentaje fiable (y muy superior al 63,6 % que nos da la EPA), pero no lo
tenemos desglosado entre comunitarios y no comunitarios.11
Convendría obtener la tasa de ocupación para los distintos colectivos de
personas inmigradas en función de su origen. Algunos estudios ya han
señalado diferencias apreciables entre los distintos colectivos. La encuesta
realizada en 1998 por el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones,
en base a una muestra de 1.703 cuestionarios procesados, señala que en la
población inmigrada la proporción de activos, tanto en hombres como en
mujeres, supera el 74,6 %, con excepción de las mujeres marroquíes que es
del 67,9. Pero en el caso de los peruanos y ecuatorianos, la población activa
está por encima del 90 % tanto en hombres como en mujeres (Anguiano Téllez,
2001: 123).
A la vista de los datos de la tabla 5 puede señalarse que las tasas más altas de
ocupación las están dando los procedentes de la Europa del Este, seguidos de
los africanos y los latinoamericanos.
Hay que volver a insistir, para concluir este apartado, en que al utilizar los datos
de alta en la Seguridad Social para ver cuantos inmigrantes están trabajando
quedan fuera, no sólo los que se hallan en situación irregular, sino también
aquellos que teniendo residencia legal trabajan sin contrato y sin alta en la
Seguridad Social, que, como iremos viendo en este estudio, son muchos. Sin
embargo, no tenemos más remedio que basar el análisis en los datos oficiales,
11
La fiabilidad de la tasa de ocupación que nos expresan los datos de la Seguridad Social está
limitada por el hecho de que el pluriempleo, es decir, la realización simultanea de más de una
actividad laboral, comporta más de un alta para la misma persona y, por tanto, el mismo
trabajador se cuenta más de una vez (Anuario… 2001: 23). Pero dado que tal situación sólo
afecta a una reducida minoría (en 2001, afectaba al 2,59 % del total de trabajadores en España
y suponemos que de los extranjeros el porcentaje no será muy distinto), confiamos en que ese
aspecto no nos distanciará mucho de la realidad.
29
puesto que son los únicos que hay, a sabiendas de que con ello sólo logramos
cierta aproximación a la realidad.
Tasa de ocupación de los inmigrantes, según sexo y edad.
Seguiremos utilizando los datos de Seguridad Social para ver las proporciones
entre hombres y mujeres inmigradas que se hallan de alta, pero, en este caso,
utilizaremos los de 10 de abril de 2002 en lugar de los de principios de julio, ya
que de la última fecha no tenemos datos desglosados por sexo. En la tabla 8
vemos que, en el conjunto de la población inmigrada, el porcentaje de mujeres
de alta en la Seguridad Social es del 34,3 % respecto al total de hombres y
mujeres. En el conjunto de la población española este porcentaje es del 37,5 %
(de acuerdo con la EPA tercer trimestre 2002).
También vemos que hay importantes desequilibrios en función del continente
de origen: el grupo en el que la proporción de hombres es mayor es el
procedente de África (85,4 % de hombres), mientras que el de menor
proporción de hombres es el procedente de Latinoamérica (51,8 % de
hombres).
TABLA 8. EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA A 10 DE
ABRIL DE 2002.
Hombres
Mujeres
Total
EEE
108.720
68.897
177.620
Resto de Europa
43.107
23.974
67.084
Africa
164.513
28.162
192.677
Latinoamérica
111.245
103.676
214.928
Am. del Norte
2.917
2.360
5.277
Asia
35.128
16.306
51.435
Oceanía
1.236
737
1.973
TOTAL
467.224
244.192
711.432
Fuente: elaboración propia, a partir de los datos de residentes dados por el Ministerio del
Interior y de altas en la Seguridad Social dadas por la Tesorería.
La evolución de la proporción entre hombres y mujeres podemos verla
comparando los datos de abril de 2002 con los de dos años antes
(concretamente datos de enero de 2000) y cuatro años antes (enero de 1998),
lo que hemos hecho en la tabla 9. Lo más destacado que ahí se observa es,
primero, que entre la población latinoamericana, cuya proporción de mujeres
era muy alta, ésta ha comenzado a descender, tendiendo a la “normalidad”,
pero en cambio no hay tendencia a la normalidad entre la africana, que
mantiene de forma constante una proporción de mujeres extremadamente baja.
Esta anormalidad ya nace del hecho de que la proporción de mujeres africanas
entre el total de hombres y mujeres del mismo origen es la más baja (el 30,89
%), por lo que necesariamente tiene que dar una proporción de trabajadoras de
30
alta en la Seguridad Social también baja. Sin embargo, se aprecia que es
excesivamente baja por lo siguiente: mientras la proporción de mujeres entre el
total de la población inmigrada es del 45 % y la proporción mujeres entre el
total de trabajadores desciende al 35 %, en el caso de las africanas esos
porcentajes son del 30,89 y del 14,62, es decir, proporcionalmente desciende
mucho más la tasa de ocupación de las mujeres cuando nos referimos a las
africanas.
TABLA 9. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN
ESPAÑA Y PROPORCIÓN DE MUJERES
Enero 1998
Enero 2000
Abril 2002
Total
% de
Total
% de
Total
% de
mujeres
mujeres
mujeres
EEE
104.352
40,48
126.267
39,08
177.620
38,79
Resto Europa
9.628
39,00
14.915
38,34
67.084
35,74
Africa
59.244
15,76
104.706
15,14
192.677
14,62
Iberoamérica
37.261
59,39
63.065
60,14
214.928
48,10
Asia
17.879
36,96
28.933
37,09
51.435
31,70
TOTAL
303.954
39,23
342.657
35,49
711.432
34,32
Fuente: Elaboración propia, a partir de los datos de enero-1998 y de enero-2000 de los
boletines del OPI “Indicadores de la inmigración y el asilo en España” núm. 3 de noviembre de
1998 y núm. 9 de abril de 2000.
Si estos datos los vemos por países, comprobamos que es Marruecos el país
de origen que determina esos porcentajes del continente africano. De acuerdo
con el Anuario de Extranjería 2001, de los 234.937 residentes marroquíes que
había a 31 de diciembre de 2001, el 30,20 % eran mujeres, mientras que de los
131.331 trabajadores marroquíes de alta en la Seguridad Social las mujeres
eran el 14,97 % (Anuario… 2001: 60, 152). O dicho de otra forma, las mujeres
marroquíes residentes eran 75.151, mientras las trabajadoras eran 19.660; el
porcentaje de las mujeres que trabajan es del 26,1 %. Al comparar eso con el
conjunto de las mujeres inmigradas, vemos que en esa fecha éstas eran
494.843 y que el número de trabajadoras era de 214.517, lo que supone que el
porcentaje de mujeres inmigradas ocupadas era del 43,3 %. Es decir las
mujeres marroquíes tienen un nivel de ocupación laboral que apenas supera la
mitad del que tienen las demás mujeres inmigradas en su conjunto. Esta
afirmación, no obstante, debe matizarse por el hecho de que Marruecos
también aporta la tasa más alta de población menor de 16 años, como vimos
más atrás.
Cabe añadir que esa disparidad es aún mayor en el caso de las personas
procedentes de Gambia, en el que la proporción de mujeres residentes es del
31,08 %, mientras que la proporción de trabajadoras es del 6,69 %. En cambio,
Guinea Ecuatorial aporta datos completamente opuestos, ya que la proporción
de mujeres entre sus residentes es del 66,59 % y la proporción de mujeres
entre sus trabajadores es del 59,33 % (Anuario… 2001: 80, 152)..
De la inmigración latinoamericana podemos señalar que las mujeres
ecuatorianas son el 49,7 % de los residentes de ese origen y que las
31
trabajadoras son el 42,42 % del total de trabajadores de ese origen. Las
dominicanas son el 70,72 % de los residentes de ese origen y las trabajadoras
son el 72,83 %. Esta tónica es general respecto a todos los países
latinoamericanos, indicando altos niveles de ocupación femenina. (Anuario…
2001: 81, 153).
Los porcentajes de mujeres de alta en la Seguridad Social pueden verse
también en función de la edad. Contamos con los datos de los 3 últimos años
que se exponen en la tabla 10. Vemos que, en los distintos tramos de edad,
apenas hay diferencias sobre la media del 35 % de mujeres de alta en la
Seguridad Social sobre el total de extranjeros de alta. Además, la proporción de
mujeres es muy similar en las tres fechas comparadas.
TABLA 10. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN
ESPAÑA POR TRAMOS DE EDAD Y PROPORCIÓN DE MUJERES
Enero 2000
Enero 2001
Abril 2002
Total % mujeres
Total % mujeres
Total % mujeres
De 16 a 24
39.846
37,66
60.673
35,62
90.306
35,46
De 25 a 34
132.305
35,47
183.673
34,11
293.349
33,84
De 35 a 44
100.135
34,43
131.600
34,43
209.908
33,89
De 45 a 54
45.973
36,90
58.304
37,35
89.362
36,39
De 55 a 64
14.977
31,81
18.263
32,25
25.506
33,18
65 y más
1.534
26,21
1.856
26,13
2.617
25,87
TOTAL
334.976
35,41
454.571
34,71
711.432
34,32
Fuente: elaboración propia, a partir de los datos de la Tesoresría GeneraL DE LA Seguridad
Social.
De la tabla 10 podemos desprender otra, la tabla 11, en la que centramos
ahora la atención en los tramos de edad para ver como evoluciona la población
inmigrada de alta en la Seguridad Social en cuanto a su pirámide de edad.
TABLA 11. EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA POR
TRAMOS DE EDAD
Enero 2000
Enero 2001
Abril 2002
Total
%
Total
%
Total
%
De 16 a 24
39.846
11,90
60.673
13,35
90.306
12,69
De 25 a 34
132.305
39,50
183.673
40,41
293.349
41,23
De 35 a 44
100.135
29,89
131.600
28,95
209.908
29,50
De 45 a 54
45.973
13,72
58.304
12,83
89.362
12,56
De 55 a 64
14.977
4,47
18.263
4,02
25.506
3,59
65 y más
1.534
0,46
1.856
0,41
2.617
0,37
TOTAL
334.976
100
454.571
100
711.432
100
Fuente: elaboración propia, a partir de los datos de la Tesorería General de la Seguridad
Social.
Vemos que la población inmigrada trabajadora es joven, siendo el tramo entre
los 25 y los 34 años el de mayor volumen de altas en la Seguridad Social. Pero
32
lo significativo es que de momento esa realidad se ha mantenido invariable en
los 3 últimos años. No hay por ahora tendencia a la “normalización”.
Un dato a resaltar es que la población inmigrada entre los 55 y los 64 años es
el 3,59 %, y de más de 64 años el 0,37 %, lo que indica que la población
inmigrada ocupada cercana a la jubilación es el 3,96 % del total de población
inmigrada ocupada. Comparando este dato con el de población autóctona, se
aprecia una notable diferencia ya que ese porcentaje sube al 10,6 % para el
total de la población ocupada en España. La diferencia aún es más notable en
el caso de Cataluña, ya que el porcentaje de población ocupada de más de 54
años es el 3.32 % (Anuario… 2001: 160), mientras que el porcentaje para el
conjunto de la población ocupada catalana es el 10,8 %.12
Tasa de desempleo.
Comentaremos, para concluir este capítulo algún dato sobre el desempleo que
sufre la población inmigrada. A 30 de junio de 2002 el número de demandantes
de empleo con permiso de residencia era de 103.484,13 es decir, el 8 % del
total de residentes extranjeros. El dato es elevado, pero es parecido al del
conjunto de la población española. Los extranjeros demandantes de empleo
son el 3,3 % del total de demandantes de empleo que hay en España,
porcentaje también muy parecido al de la población inmigrada respecto a la
total (recordemos que los extranjeros son el 3,2 % de la población total
española).
Llama la atención que la proporción de extranjeros demandantes de empleo
sea parecida a la del resto de la población, cuando sabemos que su tasa de
ocupación es mucho más elevada. Ello se debe a que la proporción de
inmigrantes que quieren trabajar es mayor que la de los autóctonos, es decir,
componen una población activa de mayor proporción, como ya hemos visto. Ya
en 1997 Carrasco observó a través de una encuesta realizada entonces que “la
mayor parte de los entrevistados manifiestan su deseo de trabajar… [y que]
este hecho hace que la tasa de paro sea muy elevada, pero también la tasa de
ocupación” (Carrasco, 1999: 109). Efectivamente, ya hemos visto que la tasa
de ocupación de los residentes extranjeros en España es, ahora, del 70,2 %,
mientras que la del conjunto de la población es del 54,3 %. Es decir, en el caso
de las personas inmigradas, pueden convivir tasas superiores a la media
española, tanto en ocupación como en desempleo.
Cabe resaltar que el número de residentes extranjeros demandantes de
empleo ha crecido notablemente en este año 2002. “A 31 de diciembre de 2001
había 87.420 extranjeros inscritos como demandantes de empleo en las
oficinas del INEM, lo que supone el 2,92 % del total de demandantes de
empleo en España en esa fecha” (Anuario… 2001: 42). A 30 de junio, el
número de demandantes de empleo había crecido en un 18,4 %. Ello puede
Institut d’Estadística de Catalunya. Encuesta de Población Activa, 2º trimestre 2002.
www.idescat.es
13 Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior.
12
33
tener que ver con el crecimiento que ha habido en este período de personas
con residencia legal fruto de los procesos de regularización últimos.
También debe señalarse que el 78 % de los demandantes de empleo
extranjeros no perciben ningún tipo de prestación ni subsidio de desempleo. 14
Este porcentaje ha crecido desde el 1 de enero, cuando era del 72,94 %. En
esa fecha “los extranjeros perceptores de prestación o subsidio eran un total de
23.655 personas, lo cual suponía el 2,06 % del total de perceptores de
prestación o subsidio en España, cuyo número total ascendía a 1.148.600“
(Anuario… 2001: 45, 46).
14
Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior.
34
IV.
EL PROCESO DE CONCENTRACIÓN DE LAS
PERSONAS INMIGRADAS EN ALGUNOS
SECTORES LABORALES.
La concentración observada por distintos estudios.
La inserción laboral de las personas inmigradas se produce tanto en la
condición de asalariados, como en la de autónomos (o trabajadores por cuenta
propia), pero queremos aclarar de entrada que en esta ocasión dejaremos
fuera del marco de nuestro análisis a los trabajadores autónomos.
Tampoco vamos a entrar en lo que se ha dado en llamar “enclaves étnicos”,
que es una forma de inserción laboral de relativa importancia para la
inmigración, en la que se combina tanto el trabajo autónomo como el
asalariado. Sabemos que los “enclaves étnicos”, o de “economía étnica” son un
sector que, además de su relativa importancia por el número de inmigrantes
que participan en él, tiene importancia por ser una forma de inserción que a
menudo comporta una situación privilegiada frente a otras formas de inserción
de las personas inmigradas. Herranz señala que hay numerosos estudios,
hechos en Estados Unidos en los años 80, que coinciden en considerar a los
inmigrantes que participan en los negocios de la “economía de enclave”, como
una clase media ascendente y, en general, tales estudios indican que el
enclave favorece la inserción laboral y permite cierto progreso económico a los
inmigrantes; si bien también hay críticas a la teoría del enclave étnico que
cuestionan la supuesta solidaridad étnica, sobre la base de que sólo beneficia a
los empleadores, mientras que los empleados sufren condiciones de trabajo
inferiores a las ordinarias (Herranz, 2000: 137). En cualquier caso, este asunto
lo dejamos fuera del análisis de nuestro estudio.
A través de los estudios y observaciones que, sobre inserción laboral de los
inmigrantes en España, se han venido haciendo en los últimos años, se ha
visto que son claramente distinguibles los sectores en los que se produce su
entrada al mercado laboral, es decir, aquellos a los que acuden los inmigrantes
en la primera etapa de su llegada.
El Colectivo Ioé señalaba que en 1997 destacaban ya 5 ramas de actividad
donde se concentraban los permisos de trabajo de los extranjeros no
comunitarios: servicio doméstico (27,2 %), agroganadería (16,9 %), hostelería
(12,4 %), construcción (8,9 %) y comercio minorísta (8,5 %), remarcando que la
importancia de estas actividades había crecido entre 1992 y 1997. En el año
35
1997 estas 5 ramas concentraban el 74 % de los permisos de trabajo
(Colectivo Ioé, 1999-b: 117).
La encuesta de Carrasco, hecha entre 1996 y 1997, señala los siguientes
sectores: servicios, para los inmigrantes procedentes de Asia y Latinoamérica;
agrario, para los procedentes de África, y construcción, para los procedentes
del este europeo. Esta autora añade que “más del 50% de los inmigrantes más
recientes, es decir, aquellos que llevan menos de 5 años en España, trabajan
en el servicio doméstico” (Carrasco, 1999: 111-112).
La encuesta realizada en 1998 por el Instituto Universitario de Estudios sobre
Migraciones, basándose en una muestra de 1.703 cuestionarios procesados,
indicó que la construcción es el principal sector de inserción para ecuatorianos,
peruanos y dominicanos, mientras la agricultura los es para marroquíes y
subsaharianos. (Anguiano Téllez, 2001: 125).
Esa encuesta comparaba empleo actual y empleo anterior de los encuestados,
dando información sobre la trayectoria en el empleo en cuanto a variación del
sector de actividad. Para los peruanos el principal sector de inserción inicial es
la construcción pero en el empleo posterior pasan en proporción alta al sector
servicios. Los dominicanos muestran menor variación: sus sectores iniciales
son construcción y hostelería y lo siguen siendo después. Los marroquíes, que
se insertan principalmente en agricultura y construcción, tienen una movilidad
muy baja. Es también muy baja la de los subsaharianos, cuyos sectores de
inserción también son agricultura y construcción. (Anguiano Téllez, 2001: 125).
Podría considerarse que la mayor movilidad de los peruanos tiene que ver con
que son los de mayor nivel de estudios, aunque esta regla no se cumple en el
caso de los subsaharianos, cuyo nivel de estudios también es alto (aunque no
tanto con el de los peruanos).
Por lo que se refiere a las mujeres, la encuesta realizada en 1998 por el
Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones indica que las dos
terceras partes se insertan en el servicio doméstico, y que la variación posterior
de sector de actividad es escasa; en el trabajo posterior el servicio doméstico
disminuye, aumentando hostelería, comercio y servicios, pero estas variaciones
son pequeñas. Cabe resaltar el caso de las peruanas, que teniendo una
proporción muy alta de estudios universitarios, al igual que los hombres
peruanos, no cambian tan fácilmente de actividad como éstos (aunque sí se
produce cierto descenso del servicio doméstico en beneficio de la hostelería y
servicios) (Anguiano Téllez, 2001: 129). También el Colectivo Ioé (1999-b: 120)
a través del análisis de los permisos de trabajo, había observado en 1997 que
las mujeres se concentran en 5 ramas de actividad (servicio doméstico,
hostelería, agricultura, comercio y otros servicios) en las que se da el 90 % de
sus permisos de trabajo.
De acuerdo con la encuesta de Martínez Veiga, el 82 % de las dominicanas y el
61 % de las filipinas trabajan en el servicio doméstico. De los marroquíes, un
48 % trabaja en la agricultura. En general, servicio doméstico, agricultura,
construcción y venta ambulante, ocupan a la mayoría de los inmigrantes
(Martínez Veiga, 1997: 169).
36
Como vemos, se produce cierta especialización de las personas de
determinados orígenes para determinados trabajos. Ello se debe en parte al
efecto de red, es decir a que la búsqueda de empleo se produce a través de los
conocidos del mismo origen. “Lo que fluye a través de las relaciones y las
conexiones es una gran cantidad de información sobre salarios, calidad y
puestos de trabajo disponibles” (Martínez Veiga, 1997: 173). Como ha
señalado el autor de la anterior cita, la concentración tiende a reproducirse por
ese efecto de red, dando lugar a lo que él llama un mercado pseudointerno de
trabajo.
La política de inmigración refuerza las tendencias a la concentración. “Además
del funcionamiento del mercado en la ubicación de los inmigrantes en estas
ramas de actividad, algunas normas de lo que hemos llamado el marco
institucional de la discriminación vienen a ser el bucle que cierra la lógica del
mercado. Si en un momento es el marco institucional el que fija (por exclusión o
por preferencia) el campo de la no-circulación de los inmigrantes (por ejemplo,
a través de las referencias a la situación nacional de empleo), en otros casos el
Estado viene a ratificar lo que el mercado ya ha fijado previamente como
campo de posibilidades. Es muy claro el contingente de 1995 que establecía
que podían acogerse al mismo sólo inmigrantes de aquellos países que el
mercado ya había seleccionado preferentemente para determinadas ramas de
actividad, y así las preferencias del mercado se transforman en requisitos o
prescripciones de la norma jurídica: se aceptaban (varones) marroquíes para la
construcción y (mujeres) dominicanas, peruanas o filipinas para el servicio
doméstico” (Cachón, 1999: 52). La política de contingentes iniciada en 1993 ha
sido, efectivamente, un mecanismo favorecedor de este proceso de
concentración en la medida en que los nuevos permisos sólo se daban para
determinados sectores, precisamente aquellos en los que hemos visto que se
produce la concentración (Pajares, 1999: 241-243)
A la vista del proceso de concentración que viven los inmigrantes en su
inserción laboral, algunos autores han indagado sobre sus posibilidades para
saltar después a otros sectores. Muchos inmigrantes no ven el primer trabajo al
que han accedido como algo definitivo, pero ha podido observarse que el salto
a otros sectores les resulta después difícil. Solé y Parella lo dicen así: “en la
práctica, la movilidad ocurre en raras ocasiones y resulta especialmente difícil
para los trabajadores de color” (Solé y Parella, 2001: 34). Los prejuicios
sociales son un importante factor en el mantenimiento de la concentración:
“una vez los trabajadores inmigrantes penetran en una ocupación en una
proporción considerable, ésta pasa a ser etiquetada como ocupación de
inmigrantes, de manera que aumenta su visibilidad y es cada vez más difícil
que los trabajadores autóctonos se ocupen de ellas” (Solé y Parella, 2001: 46).
Estas autoras también han señalado que las mujeres inmigrantes sufren mayor
concentración que los hombres (especialmente en el servicio doméstico) y que
esa concentración está apoyada por los prejuicios sociales: “su condición de
mujeres explica que se las reciba en la sociedad receptora con el prejuicio de
que sólo están capacitadas para realizar estas tareas” (Solé y Parella, 2001:
43).
37
Lo que nos indican los datos de alta en la Seguridad Social.
Después de ver cómo la concentración de las personas inmigradas en
determinados sectores de la producción ha sido analizada por distintas
investigaciones, nos centraremos ahora en lo que nos indican los datos
actuales al respecto. Un primer acercamiento a este asunto nos los dan los
datos de alta en la Seguridad Social según los regímenes de alta. En la tabla
12 vemos estos datos referidos a los trabajadores extranjeros, subdivididos
entre comunitarios y no comunitarios, y al conjunto de los trabajadores que hay
en España.
TABLA 12. TRABAJADORES EXTRANJEROS EN ESPAÑA EN ALTA EN LA SEGURIDAD
SOCIAL A 10 DE JULIO DE 2002, POR RÉGIMEN DE SEGURIDAD SOCIAL
Total
trabajadores en
España
Trabajadores
Extranjeros
Trabajadores
comunitarios
Trabajadores no
comunitarios
Total
Rég.
General
R.E.
Autónomos
R.E. Agrario
R.E.
Empl Hogar
R.E.
Mar
R.E. Miner.
del Carbón
(100%)
(73,7%)
(17,0%)
(7,5%)
(1,0%)
(0,5%)
(0,1%)
820.662
560.072
89.060
92.206
74.873
3.515
936
(100%)
(68,2%)
(10,9%)
(11,2%)
(9,1%)
(0,4%)
(0,1%)
190.281
130.433
51.807
5.068
1.388
1.048
537
(100%)
(68,5%)
(27,2%)
(2,7%)
(0,7%)
(0,5%)
(0,3%)
630.381
429.630
37.253
87.138
73.485
2.467
399
(100%)
(68,1%)
(5,9%)
(13,8%)
(11,7%) (0,4%)
(0,1%)
Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas del Observatorio Permanente de la
Inmigración del Ministerio del Interior. Los porcentajes de la primera fila corresponden a datos a
31 de diciembre de 2000, pero los consideramos útiles ya que las variaciones que habrán
sufrido serán pequeñas.
Al comparar los porcentajes que aparecen en la tabla, vemos que hay
importantes diferencias entre la población autóctona (o, más bien, entre el total
trabajadores en España) y población inmigrada. Pero éstas son aún mayores
cuando separamos comunitarios y no comunitarios, y centramos nuestra
atención en estos últimos. Así, vemos que los trabajos agrícolas y de servicio
doméstico está en manos de los no comunitarios, ya que, aunque
mayoritariamente éstos están en el Régimen General, son muy importantes sus
porcentajes en Agrícola (el 13,8 %) y más aún en Empleados de Hogar (el 11,7
%).
Si esto lo vemos en relación a los países de origen, podemos señalar que de
los 74.873 inmigrantes que trabajan como empleados de hogar, el colectivo
más numeroso son los ecuatorianos (22.133), seguido de los colombianos
38
(10.478), los peruanos (6.747), los marroquíes (6.712), los dominicanos (5.367)
y los filipinos (5.108).15
Acerca de los 92.206 inmigrantes que trabajan en el sector agrícola, cabe
señalar que el colectivo más importante, con gran diferencia, es el marroquí
(46.676), seguido de los ecuatorianos (16.422), rumanos (3.986) y portugueses
(3.468).16 Una vez más, hemos de decir que estos datos se refieren sólo a
quienes están trabajando con alta en la Seguridad Social y dejan fuera a todos
los que trabajan sin ella, lo que resulta importante tanto en el caso de
empleados de hogar como en el sector agrícola.
Por lo que se refiere a Cataluña, el 10 de julio de 2002 había 180.158
extranjeros de alta en la Seguridad Social, lo que representa el 22 % del total
de extranjeros de alta que había en España. Este porcentaje es mayor que el
referido al total de trabajadores de alta en la Seguridad Social, que en Cataluña
es el 18,17 % respecto al total que hay en España.17
TABLA 13. TRABAJADORES EXTRANJEROS EN CATALUÑA Y ESPAÑA EN ALTA EN LA
SEGURIDAD SOCIAL A 10 DE JULIO DE 2002, POR RÉGIMEN DE SEGURIDAD SOCIAL
Total
Rég General
%
Autónomos
%
Agrario
%
Emp. Hogar
%
Mar
%
España
820.662 560.072
68.2
89.060
10,9
92.206
11,2
74.873
9,1
3.515
0,4
Cataluña
180.158 144.628
80,3
15.004
8,3
7.698
4,3
12.317
6,8
501
0,3
Elaboración propia, a partir de las tablas del Observatorio Permanente de la Inmigración del
Ministerio del Interior.
En la tabla 13 vemos que, en Cataluña, el porcentaje de trabajadores de alta en
el Régimen General es mayor, mientras que el significativamente menor es el
de trabajadores de alta en el Régimen Agrario y es también menor el de
empleados de hogar. Si esto lo relacionamos con esos mismos porcentajes
referidos a la población autóctona (tabla 12), lo que podemos concluir es que
en Cataluña se produce una mayor similitud entre la población inmigrada y la
autóctona que en el conjunto de España, es decir, hay una mayor
normalización en este terreno.
El tipo de ocupación de los inmigrantes, de acuerdo con los datos de
Seguridad Social y de la Encuesta de Población Activa.
Otra aproximación al tipo de trabajos que están haciendo las personas
inmigradas nos la aportan los datos de Seguridad Social cuando incorporamos
en el análisis el grupo de cotización. Las altas en Seguridad Social distinguen
el régimen de alta con los apartados siguientes: Régimen general, Autónomos,
Agrícola (cuenta ajena y cuenta propia), Empleados de hogar (fijos y
15
Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior.
Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior.
17 El 31 de diciembre de 2001 había en Cataluña hay 2.862.296 de trabajadores de alta en la
Seguridad Social, y en España 15.748.752 (Anuario… 2001: 156)
16
39
discontinuos), Mar y Carbón. Y también distinguen los grupos de cotización
haciendo la siguiente clasificación: Ingenieros y licenciados; Ingenieros
técnicos y ayudantes; Jefes administrativos; Ayudantes no titulados; Oficiales
administrativos; Subalternos; Auxiliares administrativos; Oficiales 1 y 2;
Oficiales 3 y especialistas; y por último, Peones y asimilados
Utilizando la tabla que cruza ambos conceptos y que da los datos por
continentes de origen, hemos hecho una agrupación de datos que nos parece
útil para situar, a grandes rasgos, el tipo de trabajos que hacen los trabajadores
extranjeros, lo que puede verse en la tabla 14. En este caso los datos son de
abril de 2002, y no de julio como los que veíamos en el apartado anterior, ya
que no hemos dispuesto de los datos sobre grupo de cotización de julio.
TABLA 14. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN
ESPAÑA, EN ABRIL DE 2002, POR CONTINENTES Y TIPO DE TRABAJO
E.E.E.
177.620
Resto
Europa
67.084
192.677
Latinoamérica
214.928
51.435
Autónomos
48.920
3.352
10.716
9.692
9.793
Ingenieros, licenciados, jefes
29.165
2.372
1.243
6.635
1.493
Ayudantes, oficiales, subalternos
78.999
29.015
56.387
86.142
23.215
Peones y
asimilados
“
14.545
17.341
62.711
55.819
8.937
3.817
8.615
53.344
16.682
1.821
1.344
6.285
7.592
39.629
6.126
TOTAL (de alta en la S.S.)
Régimen General
Agrícola
Empleados de Hogar
Africa
Asia
Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas de la Tesorería General de la Seguridad
Social.
En la tabla 14 se aprecian importantes diferencias entre los comunitarios (EEE,
en realidad) y los no comunitarios. Una primera diferencia a resaltar es que un
27,5 % de los comunitarios son trabajadores autónomos, mientras que entre los
no comunitarios, el porcentaje más alto de autónomos lo da Asia con un 19 %
(hay que suponer que en este porcentaje tienen gran importancia los
restaurantes chinos y los comercios paquistaníes, indios, chinos…), y después
África con un 5,6 % (donde tiene importancia la venta ambulante). Otra
diferencia remarcable es que el 16,4 % de los comunitarios (EEE) son
ingenieros-licenciados-jefes, mientras que entre los no comunitarios, el mayor
porcentaje de ingenieros-licenciados-jefes lo da Resto de Europa con un 3,5 %.
Esa tabla nos aporta nuevos datos sobre el grado de concentración en ciertos
tipos de trabajos que tienen los no comunitarios. Los de la Europa del Este
están más concentrados en trabajos de nivel intermedio, el 43,3 %, aunque el
porcentaje de quienes hacen trabajos de peonaje es también muy alto, el 38,7
%. Se aprecia, por otra parte, que es muy bajo el porcentaje de quienes
40
trabajan como ingenieros-licenciados-jefes, el 3,5 %, lo que indica que aunque
muchos cuenten con titulaciones de ese nivel los trabajos que realizan no se
corresponden con ellas, o bien, el contrato que tienen no se corresponde con el
tipo de trabajo que realizan.
Vemos también que un 60,3 % de los africanos hacen trabajos de peonaje o
similares, distribuyéndose así: un 32,5 % en el Régimen General de la SS y un
27,7 % en Agrícola. África da, con gran diferencia, el porcentaje más alto de
peonaje, con ese 60,3 %; le siguen Resto de Europa con un 38,7 % e
Iberoamérica con un 33,7 %. En los trabajos agrícolas hay una diferencia
importante entre los africanos y los demás grupos.
Los latinoamericanos se concentran en trabajos de nivel intermedio, el 40,1 %,
aunque es muy alto el porcentaje de peonaje (entre Régimen General y
Agrícola), el 33,7 %, y el servicio doméstico, el 18,4 %. La diferencia de
porcentajes en el servicio doméstico es importante, siendo en este caso los
latinoamericanos quienes destacan con ese 18,4 % de trabajadores en esta
actividad.
TABLA 15. TIPO DE OCUPACIONES
Total trabajadores
en España
Trabajadores
extranjeros (en
España) de la
Unión Europea
Trabajadores
extranjeros (en
España) de fuera
de la U. Europea
(100%)
(100%)
(100%)
Dirección de las empresas y de la
Administración Pública
7,6 %
15,5 %
2,9 %
Técnicos y profesionales científicos e
intelectuales
12,3 %
20,8 %
3,0 %
Técnicos y profesionales de apoyo
10,3 %
13,0 %
4,1 %
Empleados de tipo administrativo
9,4 %
8,5 %
3,7 %
Trab. de servicios de restauración,
personales, protección y vendedores
14,6 %
11,5 %
21,8 %
Trabajadores cualificados en
agricultura y pesca
3,9 %
0,7 %
2,3 %
Artesanos y trab. cualificados en
industria man., construcción y minería
17,5 %
15,3 %
15,2 %
Operadores de instalaciones y
maquinaria. Montadores
10,1 %
4,8 %
5,5 %
Trabajadores no cualificados
13,9 %
9,7 %
41,5 %
41
Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas sobre ocupados de la EPA segundo trimestre
2002.
En la tabla 15 se observan las importantes diferencias existentes respecto al
tipo de trabajos que hacen los no comunitarios y las que hacen los autóctonos
y comunitarios. Al haberse obtenido con datos de la EPA, sólo hemos puesto
porcentajes, ya que los valores absolutos sobre trabajadores extranjeros que
da la EPA están muy alejados de la realidad. Vemos, en la tabla, que en las
categorías altas hay una infrarepresentación de los no comunitarios, mientras
que en los trabajos no cualificados están en elevada proporción.
42
V.
LOS SECTORES LABORALES EN LOS QUE SE
INSERTAN LAS PERSONAS INMIGRADAS EN
CATALUÑA.
Servicio doméstico y trabajos de atención a las personas.
De acuerdo con los datos de la Seguridad Social en Cataluña, a 10 de julio de
2002, había 12.317 extranjeros de alta en régimen de empleados de hogar, lo
que constituye el 6,8 % del total de trabajadores extranjeros de alta en esta
comunidad. Sin embargo, sabemos que la realidad es bien distinta, ya que el
servicio doméstico es uno de los sectores de mayor concentración de personas
inmigradas, especialmente mujeres, pero ello no se refleja en las cifras oficiales
porque también es uno de los sectores en los que el volumen de economía
sumergida es mayor.
Las memorias de CITE en Cataluña, que dan los datos recogidos en 28
oficinas, señalan que el 21 % de las personas atendidas en 2001 que se
hallaban trabajando (y el 22 % en 2000), lo hacían en el servicio doméstico
(Memoria CITE 2001).
Los inmigrantes que se hallan en este sector están repartidos por toda
Cataluña, aunque lógicamente son más numerosos en Barcelona y los
principales núcleos urbanos. Inicialmente la presencia de inmigrantes estuvo
protagonizada por mujeres filipinas y, en menor grado, por mujeres marroquíes;
actualmente tienen también una presencia destacada las ecuatorianas, las
dominicanas y las peruanas. Hay también hombres, principalmente filipinos.18
Se trata de un sector en continuo crecimiento. De hecho, el servicio doméstico
y los trabajos relacionados con el cuidado de las personas (ancianos,
enfermos…) es uno de los sectores laborales que, en las sociedades
occidentales, mayor expansión han experimentado en las últimas décadas, lo
que está relacionado con la incorporación femenina al mercado laboral en
estas sociedades, así como con el envejecimiento de la población. Los
servicios de proximidad tienen, como ha señalado Sònia Parella, una tasa de
crecimiento anual en Europa que se sitúa entre el 4 % y el 7 % (datos de la
Comisión Europea de 1995), lo que los convierte en “uno de los ámbitos de
18
-
Observaciones de:
Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades
Diversas de la CONC. Octubre 2002.
43
crecimiento de empleo más activos dentro de los denominados nuevos
yacimientos de empleo” (Parella, 2000: 276).
Por lo que se refiere a las condiciones laborales cabe comentar, como punto de
partida, la muy escasa valoración social de tienen estos trabajos. Carlota Solé
ha señalado que existe una inferiorización previa, tanto del trabajo doméstico
en la familia como del empleo en el servicio doméstico, porque tales trabajos
no se consideran imprescindibles sino subsidiarios del trabajo masculino (Solé,
2000: 223). Lo cierto es que junto a la escasa valoración social del trabajo, se
produce baja remuneración, horarios largos e indefensión por la fuerte
presencia de trabajadoras en situación irregular. Se trata, además, de un
trabajo duro, si se tienen en cuenta el conjunto de las condiciones en las que
se ejerce, como así lo señaló Martínez Veiga (1997: 44) tras hacer un repaso
de las mismas: “el servicio doméstico es el trabajo más duro de todos aquellos
a los que se dedican los inmigrantes”.
Se trata de un trabajo que puede hacerse habitando en la casa del empleador
(servicio doméstico interno) o no (servicio doméstico externo), y, en el segundo
caso, puede ser como externo fijo o por horas. Los datos de una encuesta del
Colectivo Ioé señalan que casi la mitad de los inmigrantes trabajan como
internos, y que esta proporción es mayor en el caso de los ecuatorianos: un
60,6 % (seguido de filipinos, dominicanos y peruanos), y menor en el caso de
los marroquíes: un 27,2 % (Colectivo Ioé, 2001: 306).
Siendo el servicio doméstico la principal vía de entrada al mercado laboral de
las mujeres inmigradas, conviene conocer las posibilidades que después tienen
de saltar a otro tipo de trabajos. De entrada, sabemos que un primer cambio
que experimentan muchas mujeres inmigradas es el paso del servicio
doméstico interno al externo. “El servicio doméstico externo significa una
promoción laboral y personal para las mujeres inmigrantes, aunque no una
mejora económica, debido a los nuevos gastos que se generan” (Solé y
Parella, 2001: 40). Ciertamente, el compromiso asumido por muchas mujeres
inmigradas de envío de dinero a los familiares que han dejado en el país de
origen refuerza sus dificultades para salir del servicio doméstico interno o para
promocionarse laboralmente. Se ha visto, en el caso de las dominicanas, que
“se ven obligadas a mantener su trabajo como domésticas internas, con el
objeto de ahorrar costes de manutención en España y poder enviar
periódicamente una parte del salario” (Gregorio Gil y Ramírez Fernández,
2000: 267).
El salto a otro tipo de trabajos resulta difícil, incluso para las mujeres
inmigradas con formación académica, pero se está produciendo. En el análisis
hecho por el Colectivo Ioé de los datos de principios de 1999, acerca de las
variaciones que se producen entre las altas a la Seguridad Social en relación
con el régimen de alta, constatan que no son muchas las personas inmigradas
que habiendo comenzado en el régimen de empleados de hogar hayan
cambiado a otro régimen, concretamente el 23 % (Colectivo Ioé, 2001: 256).
Sin embargo, el análisis de los datos de Seguridad Social a 11 de enero de
2002 que nos da el Anuario Estadístico de Extranjería nos permite ver una
movilidad que es ya bastante mayor: del total de personas que habían
44
comenzado dándose de alta en Seguridad Social en el régimen de empleados
de hogar, el abandono de este régimen es del 41,7 %.19 No disponemos de
datos sobre los sectores a los que acuden las mujeres inmigradas que
abandonan el servicio doméstico, aunque desde la asesoría laboral de CCOO
se ha podido observar que, en Cataluña, lo que más se da es el paso hacia la
hostelería y las empresas de servicios (limpieza, etc.).
Construcción.
El sector de la construcción se caracteriza por la proliferación de pequeñas
empresas que han ido surgiendo fruto de la enorme dimensión que ha
adquirido el fenómeno de la subcontratación. Las empresas grandes mantienen
en sus manos los proyectos, la planificación, la programación, el diseño y la
financiación de las obras, pero han ido reduciendo su número de empleados a
medida que ha avanzado la subcontratación de los trabajos. La subcontratación
tiene diversas formas: el trabajo se da a otras empresas, el que se da a
autónomos (que a menudo trabajan a destajo) o el que se da a proveedores de
mano de obra. Al final, nos hallamos ante un sector en el que, como ha
señalado el Colectivo Ioé (1998: 82), el 90 % de las empresas tienen menos de
diez empleados.
Este proceso afecta tanto a las grandes obras como a la realización de
pequeños trabajos aislados. Las pequeñas empresas abundan en el terreno de
la rehabilitación y mantenimiento, pero también en las obras más grandes, en
las que comparten el mismo espacio un conjunto de empresas distintas. “Una
obra ya casi nunca es una unidad de relaciones laborales, pues coexisten
trabajadores de distintas empresas, circunstancia que incrementa la
fragmentación del colectivo laboral” (Colectivo Ioé, 1998: 86).
En este contexto laboral, se produce también un mayor riesgo de accidentes
laborales. La subcontratación provoca desorganización en el trabajo. “Cada
una de las tareas se hace absolutamente independiente de las otras sin que
haya una organización entre ellas y por ello, con frecuencia, actividades que
son incompatibles desde el punto de vista de la seguridad del trabajador se
ejecutan a la vez” (Martínez Veiga, 1997: 188).
Se trata, además, de un sector muy afectado por la inestabilidad en la actividad
económica, lo que las empresas traducen en inestabilidad en el empleo. La
19





Ese porcentaje lo extraemos del siguiente cálculo:
Personas con más de un alta en S.S. (a 11 de enero de 2002) que comenzaron como
empleadas de hogar: 52.744 (Anuario… 2001: p.167, tabla IV.14).
Personas con sólo un alta en S.S. como empleadas de hogar: 28.665, que resulta de restar
las personas que se hallan de alta en ese régimen, 53.788 (Anuario… 2001: p.165), menos
las que han tenido más de un alta, 25.123 (Anuario… 2001: p.167, tabla IV.14).
Total de personas que comenzaron como empleadas de hogar: 81.409 (la suma de los
datos anteriores)
De éstas, la que siguen como empleadas de hogar son: 47.459, que resulta de sumar las
18.794 habiendo tenido más de un alta siguen como empleadas (Anuario… 2001: p.167,
tabla IV.14), más las 28.665 que comenzaron como empleadas de hogar.
En consecuencia, los abandonos son: 81.409 menos 47.459, es decir, 33.950, el 41,7 %
45
plantilla fija siempre ha sido reducida en las empresas de la construcción, pero
ello se ha agravado con el proceso de atomización provocado por la
subcontratación. Este incremento de la eventualidad ha conducido, incluso, a
que disminuya el número de trabajadores que tiene la condición de “fijo de
obra”, en beneficio de los contratos eventuales.
Los trabajadores inmigrados están, básicamente, en las subcontratas, tanto en
las que trabajan aisladamente, en arreglo de fachadas y otros trabajos, como
las que lo hacen en obras mayores. Las subcontratas son, como decimos,
empresas pequeñas, en general, pero también las hay grandes, y en éstas la
proporción de trabajadores inmigrados es también muy alta actualmente. En
Cataluña contamos con ejemplos como el de Equipsadiez, empresa de unos
300 trabajadores, en la que la mitad de la plantilla son trabajadores inmigrados,
o Galaico Catalana de Construcciones, empresa de unos 200 trabajadores en
la que la mayoría son inmigrados. Sus contratos son siempre eventuales
(cuando tienen contrato).20
El porcentaje de trabajadores inmigrados en las plantillas es ya muy elevado y
ello es un fenómeno que se extiende por toda Cataluña. En la comarca del
Maresme, encontramos empresas de la construcción en las que más de la
mitad de los trabajadores son extranjeros. Se conoce alguna empresa (García
Cano, por ejemplo) de hasta 40 trabajadores en la que casi toda la plantilla está
compuesta por marroquíes. También en el Vallès Occidental la presencia de
inmigrantes en la construcción es generalizada, siendo principalmente
marroquíes, aunque también subsaharianos y otros orígenes. En Osona los
marroquíes aparecen en la construcción desde principios de los noventa y
actualmente su presencia en el sector es muy importante: la proporción de
inmigrantes está entre el 20 y el 30 % en muchas empresas (casi todos están
en peonaje, aunque hay algunos albañiles). En el Baix Llobregat la presencia
de inmigrantes en la construcción es también muy destacada, básicamente en
las subcontratas, en las que las que pueden llegar a ser hasta el 90 % de la
plantilla. Inicialmente eran marroquíes, pero en los últimos años ha crecido
mucho más el colectivo latinoamericano (ecuatorianos principalmente). En
Lleida la construcción ha ocupado a marroquíes y subsaharianos desde la
década pasada y ahora está ocupando mayoritariamente a latinoamericanos
(ecuatorianos y colombianos) y a trabajadores procedentes de la Europa del
Este.21
20
Observaciones de:
Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
21 Observaciones de:
- Jaume Roig, Secretario General de la Unión Comarcal de CCOO del Maresme. Octubre
2002.
- Alex Toledo, Secretario de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental.
Octubre 2002.
- Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
- Antonio Pérez, miembro de la Comisión Ejecutiva de FITEQA y trabajador de Puigneró.
Septiembre 2002.
- Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
-
46
En la asesoría laboral de la Federación de la Construcción los inmigrantes que
se atienden son mayoritariamente marroquíes, peruanos, ecuatorianos,
paquistaníes y procedentes de los países del Este.22 No entramos aquí en las
condiciones laborales que tienen los trabajadores inmigrados, ni en el tipo de
quejas que se reciben en la asesoría del sindicato, porque ello lo vamos a ver
en el capítulo VII sobre condiciones laborales.
Hostelería.
Resaltamos, de entrada, algunas de las características del sector de la
hostelería en España, siguiendo el análisis hecho por el Colectivo Ioé (1999-a:
23-68). Es un sector con más de 300.000 empresas en España en el que
domina ampliamente la pequeña empresa: el 53 % de las empresas no tienen
asalariados, y otro 30 % tienen sólo uno o dos asalariados. “Estamos ante un
sector caracterizado por el minifundismo empresarial, muy especialmente en
los subsectores de restauración, bares y catering” (1999-a: 29). El tamaño
medio de las empresas es de seis trabajadores asalariados. Es un sector que
ha estado en crecimiento continuo a lo largo de las dos últimas décadas, y el
número total de puestos de trabajo del mismo, en España, estimado para 1997,
era de 900.000.
Cataluña es la primera Comunidad del Estado español en cuanto a oferta
hotelera (el 18 % de la que hay en España). La provincia catalana con mayor
dependencia de la hostelería es Girona, donde este sector comporta entre el 15
y el 20 % del PIB (1999-a: 32, 38).
Por lo que se refiere a las condiciones laborales, la hostelería es uno de los
sectores en los que los ingresos salariales son menores, algo que, de entrada,
no tiene nada que ver con la inmigración recibida en los últimos años ya que
esta realidad es anterior a la misma. En la clasificación por niveles salariales de
los distintos sectores de la producción, la hostelería queda en penúltimo lugar,
sólo seguida del sector de actividades agrarias, ganaderas y pesqueras (1999a: 49).
Otra característica del sector es la estacionalidad, especialmente en el
subsector del alojamiento,23 lo que se traduce en una elevada tasa de
temporalidad en los trabajos. El número de contratos temporales estaba en
torno al 50 % en 1998, “muy por encima del promedio existente en el conjunto
de la economía” (1999-a: 51).
José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
- Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
22 Observaciones de:
- María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002.
23 La estacionalidad afecta más a Cataluña que a otras Comunidades: por lo que se refiere al
subsector alojamiento, sólo el 40 % está abierto todo el año en Cataluña (Colectivo Ioé, 1999-a:
89).
-
47
En Cataluña, la inserción de inmigrantes en la hostelería comienza, de forma
significativa, a mediados de los noventa, cuando la carencia de mano de obra
autóctona para ciertos trabajos empieza a ser apreciable. El grupo más
numeroso inicialmente son los magrebíes. Esta inserción comienza a hacerse
en los lugares menos visibles para el público, especialmente las cocinas de los
restaurantes (en los hoteles también pero menos), y para los trabajos de menor
cualificación (limpieza, friegaplatos, pinches…).24
En la hostelería existe una clara distinción entre los trabajos que se hacen de
cara al público y los que no. En la encuesta hecha en 1999 por el Colectivo Ioé
en el sector de la hostelería de Madrid y Barcelona se vio que la mayoría de los
extranjeros se hallaban en trabajos ocultos, es decir, que no están de cara al
público. Sólo los chinos ocupaban mayoritariamente trabajos de cara al público,
mientras que los que mostraban una menor proporción en la ocupación de este
tipo de trabajos eran los marroquíes (Colectivo Ioé, 1999-a: 143).
La inserción de inmigrantes en la hostelería catalana da un salto entre 1997 y
1998, y otro aún mayor a partir de 2000. Son saltos cuantitativos, por cuanto
crece el número de inmigrantes trabajando en el sector, y cualitativos, por
cuanto éstos comienzan a hacerse visibles al ocupar trabajos de cara la público
(camareros, etc.). Hay además una diversificación de los orígenes de la
inmigración, creciendo en los últimos años el colectivo de latinoamericanos.25
La presencia de inmigrantes ha crecido en aquellas zonas en las que también
ha crecido el negocio en los últimos años. Así, puede señalarse que esa
presencia es alta en las provincias de Barcelona y Tarragona, donde el
volumen de negocio ha crecido mucho en las últimos 5 años, pero no lo es
tanto en Girona, donde no ha crecido tanto y las plantillas son más fijas. 26
Hay empresas de hostelería con gran número de inmigrantes en su plantilla
(Moncho’s, con una plantilla de más de 300 trabajadores, los inmigrantes
pueden ser las tres cuartas partes de la misma; El Cangrejo Loco tiene una
plantilla de unas 70 personas y la mayoría son latinoamericanos y magrebíes).
Las cadenas nuevas de bares y restaurantes, que abren varios centros en poco
tiempo, están empleando muchos inmigrantes.27 Mención aparte debe hacerse
de los restaurantes chinos que, de momento, dejamos fuera de este análisis.
La inmigración es también importante en los grandes hoteles. Así, en el Juan
Carlos I (Barcelona) puede haber un 10 % de plantilla inmigrada en pisos, y en
el Princesa Sofía (también Barcelona) habrá más de un 15 % de extranjeros en
24
Observaciones de:
Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
25 Observaciones de:
- Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
26 Observaciones de:
- Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002.
27 Observaciones de:
- Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002.
- Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
-
48
la plantilla, si bien, en este caso, buena parte de esos extranjeros son
comunitarios.28
En zonas hoteleras importantes, como el Maresme, se ha apreciado un
crecimiento fuerte, en los últimos 4 años, de presencia de inmigrantes, tanto en
cocinas, como en limpieza y servicio de habitaciones, y más recientemente,
aunque todavía en menor grado, en las labores de cara al público. No obstante,
siguen siendo las pequeñas empresas las que proporcionalmente cuentan con
mayor número de inmigrantes; son muchas las que ya tienen un mayor número
de inmigrantes que de autóctonos. Esto mismo se está observando en otras
zonas; por ejemplo, en el Vallès Occidental se están concentrando los
inmigrantes, principalmente latinoamericanos, en trabajos de cocina y
camareros; en la hostelería de los Pirineos relacionada con el esquí hay ya
buen número de inmigrantes de muy variados orígenes (la mayoría son
latinoamericanos y procedentes de la Europa del Este); en la costa de Girona
se aprecia también una importante presencia de inmigrantes, sobre todo en los
establecimientos de horario nocturno.29
Sector agrícola.
El sector agrícola es, junto con los que ya hemos visto en los apartados
anteriores, otro de los sectores más afectados por la temporalidad y las malas
condiciones laborales. Sus convenios provinciales contienen condiciones más
bajas que las de otros sectores y, además, tiene un régimen de Seguridad
Social inferior al general. Es un sector que también está siendo ampliamente
ocupado por la inmigración.
Las concentraciones de inmigrantes en este sector son muy altas en
determinadas zonas de Cataluña. En el Maresme la casi totalidad de la mano
de obra (quizás el 90 %) es inmigrada. En la campaña agrícola de Lleida los
inmigrantes constituyen, actualmente, entre el 70 y el 80 % del total de
trabajadores que hacen la campaña, que en 2002 han sido unos 6.400.30
En la campaña de la fruta de Lleida los inmigrantes comienzan a incorporarse
en los años ochenta. Inicialmente son subsaharianos, pero a finales de los
ochenta protagonizan un importante conflicto laboral reivindicando ciertas
28
Observaciones de:
Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002.
29 Observaciones de:
- Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002.
- Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
- Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
- Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
30 Observaciones de:
- Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Ocubre 2002.
- Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
-
49
mejoras y, a partir de ahí, los empresarios optan por los magrebíes que, en
poco tiempo, se convierten en el grupo mayoritario. Los subsaharianos se
mantuvieron como grupo importante en Alcarrás (Baix Segre), donde hay unas
50 familias subsaharianas muy integradas socialmente, pero en el resto del
Baix Segre y de las demás comarcas, el grupo casi exclusivo hasta 1999 fue el
magrebí. A partir de 1999 comenzaron a venir colombianos, traídos para la
campaña por la Unió de Pagesos desde el país de origen; después vinieron por
el mismo sistema los ecuatorianos y de otros orígenes; y finalmente han sido
los trabajadores procedentes del Este de Europa los que se han convertido en
el grupo mayoritario. De los 4.300 inmigrantes que trabajaron en la campaña de
2002, 1.230 procedían de los países del Este.31
La contratación en origen, gestionada por la Unió de Pagesos, adquirió mayor
importancia en 2001, abarcando a un total de 767 personas: 241 de Marruecos,
487 de Colombia y 39 de Ecuador. Esto coincidió con el hecho de que en ese
año, en la campaña de la fruta de Lleida, acudieron a esa provincia casi tres
veces más de trabajadores que otros años, quedando muchas sin posibilidad
de empleo.
La presencia de inmigrantes es igualmente importante en otras campañas
agrícolas de Cataluña. Así es en las campañas de Tarragona (fruta, vendimia,
aceituna, cítricos, arroz), y en las de Girona (fruta, aceituna, vendimia). Los
colectivos mayoritarios han sido el magrebí, el subsahariano y el colombiano.
Sector de la alimentación.
En el sector de la alimentación, las empresas en las que se está produciendo
concentración de inmigrantes en Cataluña son las industrias cárnicas. Hay
importantes concentraciones en La Garrotxa (Girona), en Guissona (Lleida) y
en Osona (Barcelona). Dentro de las cárnicas, son los mataderos los que
concentran las mayores proporciones de inmigrantes. En estas empresas se
dan los trabajos más duros para los que no hay oferta de empleo entre la
población autóctona.
La industria cárnica es un sector importante en Cataluña, que ha crecido
considerablemente en los últimos 10 años. A este crecimiento ha contribuido de
forma clara la aportación de mano de obra inmigrada. Actualmente, la
concentración de inmigrantes es muy importante en este sector, y encontramos
muchas empresas en las que más de la mitad de los trabajadores son
inmigrados: Frigoríficos la Garrotxa; Escurxador de La Garrotxa; ToniJosep
(200 trabajadores aproximadamente: más de la mitad de los trabajadores son
subsaharianos); Matadero Esfosa (unos 150 trabajadores de plantilla en la que
la mitad son subsaharianos); etc. En la comarca de Osona los inmigrantes se
introducen en las cárnicas desde principios de los noventa y entre 1995 y 1997
hubo una fuerte contratación de inmigrantes en situación de estancia irregular;
31
-
Observaciones de:
Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Octubre 2002.
50
son los años en los que los autóctonos abandonan el sector. En la Garrotxa es
remarcable la importante inserción de mujeres inmigradas en este sector de las
cárnicas; empresas como Espuña y Nöel tienen gran número de mujeres (de
Cuba, Eslovaquia, Malí…).32
Una de las mayores concentraciones de inmigrantes se ha producido en la
empresa cárnica Corporación Alimentaria de Guissona, en la que a principios
de los noventa, teniendo la empresa unos 2.000 trabajadores, contaba ya con
un centenar de inmigrantes (magrebíes). Estos estaban principalmente en la
sección de matadero (la empresa, además de matadero, tiene secciones de
embutidos y de comercialización), haciendo los trabajos más duros, por lo que
muchos se han ido marchando en la medida en la que encontraban otras cosas
y la empresa los ha ido reponiendo por otros inmigrantes. Entre 1993 y 1994
hay, junto con los magrebíes, un grupo importante de subsaharianos; en torno
a 1999 aparece un grupo de inmigración nacional (de Castilla y Galicia) que
desaparece pronto; y por esas fechas comienzan a ser contratados inmigrantes
procedentes de los países del Este, concretamente de Ucrania, que ahora son
el grupo mayoritario. Actualmente las personas inmigradas constituyen la
cuarta parte de la plantilla; el colectivo ucraniano en esta empresa ha pasado,
en poco tiempo, de estar formado por los primeros 9 trabajadores a ser más de
300.33
Hay otras muchas empresas cárnicas, repartidas por Cataluña en las que se
están concentrando los trabajadores inmigrados. En los mataderos de aves del
Baix Llobregat hay una importante concentración de inmigrantes (marroquíes
principalmente), como también sucede en los mataderos de Manresa.34
Las empresas del sector de la alimentación, en las que se incorporan los
trabajadores inmigrados, no son sólo las cárnicas. Hay otras empresas del
sector que también han comenzado a emplear inmigrantes de forma
significativa, tal es el caso de Bimbo, en el Vallès Oriental, o de Mercadona, en
el Penedés. Merecen también mención las industrias del pan, que en Girona,
por ejemplo, están insertando a gran número de trabajadores inmigrados: la
empresa Bellsolà, con varios centros de trabajo en la demarcación de Girona,
tiene una importante proporción de latinoamericanos en su plantilla, y la
32
Observaciones de:
Antonio Córcoles, responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria
de la CONC. Septiembre 2002.
- Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
- Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
33 Observaciones de:
- Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
34 Observaciones de:
- Mohamed El Youssoufi, Asesor de CITE. Noviembre 2002.
- José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
-
51
empresa Pafren, de Empuriabrava, tiene también una proporción muy alta de
marroquíes.35
Químicas y metal.
En los apartados anteriores nos hemos ido refiriendo a sectores laborales
sobre los que, desde hace ya algunos años, es sabido que concentran a los
trabajadores inmigrados. Sin embargo, lo cierto es que en estos momentos la
población inmigrada se está insertando también en sectores que ya no son los
clásicos que se le atribuyen. Las químicas y el metal nos dan buen ejemplo de
lo que estamos diciendo.
La industria química es importante en el Vallès Oriental, y ahí se aprecian
situaciones de concentración de inmigrantes (magrebíes, subsaharianos y
últimamente ecuatorianos) en distintas empresas. Su concentración es aún
mayor en las empresas cuya producción no puede detenerse durante las 24
horas del día y se trabaja por turnos; los inmigrantes se están concentrando en
el turno de noche. En este sector ya no se trata de empresas muy pequeñas,
como ocurre en la construcción y en la hostelería, sino medianas; por ejemplo,
Proflex, una empresa de unos 130 trabajadores, tiene la mitad de la plantilla
compuesta por inmigrantes (la mayoría subsaharianos y procedentes de países
del Este). Mención aparte merece el nuevo centro de Bayer, ubicado en
Cornellá, que ha hecho una selección de especialistas de los más variados
países del mundo para componer su plantilla.36
Otra zona en la que la industria química es importante es la petroquímica de
Tarragona, y en ésta también se está produciendo inserción de inmigrantes, lo
que se hace con la intermediación de las ETT.
En este sector de la química se produce, además, una de las situaciones más
visibles de concentración de inmigrantes: el reparto del butano. En Barcelona
este trabajo lo están haciendo los paquistaníes, subiendo las bombonas a los
pisos sólo por las propinas. CCOO denunció esta situación ante la Inspección
de Trabajo, pero aún no ha habido ninguna actuación dada la dificultad legal
para actuar. El problema es que la empresa, Repsol, contrata el reparto con
otras empresas que son las que tienen los camiones; los empleados que
35
Observaciones de:
Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de
CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002.
- Mohamed El Youssoufi, Asesor de CITE. Noviembre 2002.
- Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
36 Observaciones de:
- Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de
CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002.
- Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
- Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002.
-
52
transportan las bombonas no están obligados a subirlas a los pisos y éste es el
trabajo que ceden a los paquistaníes.37
También en el metal la presencia de inmigrantes es ya importante. En el Baix
Llobregat se concentran en las empresas pequeñas y medianas,
principalmente en aquellas empresas auxiliares que trabajan para la Seat, en
Martorell, Abrera, Sant Andreu de la Barca, etc. Los inmigrantes se encuentran
en las empresas en las que hay trabajos muy duros, como las de fundición o
las de pulido; en los turnos de noche de esas y otras empresas; en algunas de
mantenimiento (que trabajan para las grandes empresas de locomoción) en las
que se hacen trabajos por horas y con muchos desplazamientos; etc. Se hallan
marroquíes, latinoamericanos y procedentes de la Europa del Este
(principalmente rumanos con cierta cualificación, aunque los trabajos que
hagan no sean cualificados).38
En el metal del Vallès Occidental también hay una presencia creciente de
inmigrantes. Aquí se plantearon, por parte de la patronal, ciertas operaciones
de reclutamiento de trabajadores de los países del Este, en función de ciertas
necesidades de trabajadores cualificados que las empresas manifestaban.
Pero tales operaciones apenas han tenido resultados y lo cierto es que hay
mayor inserción de inmigrantes en trabajos de poca cualificación que en los de
mayor cualificación. El reclutamiento de especialistas en el Este ha fracasado
en parte por dificultades burocráticas, en parte por la dificultad de ofrecerles
vivienda, etc. En cambio, se están insertando rumanos que encuentran el
trabajo cuando ya están aquí y trabajan con condiciones laborales muy
deficientes.39
En el metal de Lleida se está haciendo visible la presencia de trabajadores
procedentes de la Europa del Este. En el encofrado (empresas del metal que
trabajan para la construcción) los marroquíes son mayoritarios en casi todas las
cuadrillas de trabajo.40
Otros (limpieza, textil, comercio).
En el sector de la limpieza hay ya empresas en Cataluña en las que la mayoría
en la plantilla son inmigrantes. Puede citarse una empresa mediana, Mimain,
de unos 100 trabajadores, en la que los inmigrantes pueden alcanzar el 80 %
de la plantilla. En las empresas grandes (Eulen, Selmarsa…) también se
encuentran porcentajes de inmigrantes ente el 10 o el 20 % de la plantilla. Ésta
es una realidad que se ha manifestado en los últimos 3 ó 4 años. En el Baix
37
Observaciones de:
Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002.
38 Observaciones de:
- José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
39 Observaciones de:
- Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
40 Observaciones de:
- Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
-
53
Llobregat hay empresas de limpieza industrial en las que la mitad de la plantilla
son inmigrantes. En el Vallès Occidental también se observa una importante
presencia de inmigrantes (sobre todo mujeres latinoamericanas) en este tipo de
empresas.41
En el textil aparecen realidades muy diferenciadas que van desde la empresa
H.T. Puigneró, pionera en la contratación de inmigrantes, hasta el importante
fenómeno de los talleres clandestinos con mano de obra de nacionalidad china
que ha proliferado en el Maresme (particularmente en Mataró), pasando por
otras situaciones ya estabilizadas, como la fuerte presencia de gambianos (que
llevan en Cataluña muchos años) en el textil de la Garrotxa. No obstante, el
textil no ha sido un sector en el que haya crecido el empleo, por lo que la
inserción de trabajadores inmigrantes ha sido limitada.42
La concentración más importante de inmigrantes en el textil es quizás la de los
mencionados talleres clandestinos, dedicados a la confección “pronto-moda”.
Los talleres de confección, incluso los no clandestinos, tienen niveles de
precariedad muy grandes, y los tenían ya antes de la llegada de los
inmigrantes; mucha gente trabaja sin contrato, otros tienen contratos de 4
horas y realizan más de 10 diarias, etc. Se trata de talleres que trabajan para
las grandes firmas (Zara es la primera de ellas). Éste es el contexto en el que
se ha producido la inserción de los inmigrantes, sobre todo los chinos,
engrosando el sector clandestino de la producción. Los talleres de chinos, en
las dimensiones que ahora tienen, son un fenómeno de los últimos 3 años. 43
También está habiendo una creciente inserción de paquistaníes en este tipo de
talleres.
H.T. Puigneró (empresa textil ubicada en la comarca de Osona) empieza a
contratar inmigrantes (principalmente marroquíes) en los años ochenta, cuando
la empresa tenía más de 2.000 trabajadores, y llega a haber hasta unos 300
inmigrantes a principios de los noventa, la mayoría en situación irregular.
Actualmente la plantilla de la empresa se ha reducido a la cuarta parte de la de
entonces y el número de trabajadores inmigrados también. En los años en los
que la mayor parte de los inmigrantes se hallaban en situación irregular la
empresa hizo intentos de regularizarlos y no se benefició especialmente de su
situación de irregularidad.44
41
Observaciones de:
María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de
la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002.
- José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
- Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
42 Observaciones de:
- Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002.
- Montse Morales, Secretaria General de FITEQA en el Maresme. Octubre 2002.
43 Observaciones de:
- Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002.
- Montse Morales, Secretaria General de FITEQA en el Maresme. Octubre 2002.
44 Observaciones de:
- Antonio Pérez, miembro de la Comisión Ejecutiva de FITEQA y trabajador de Puigneró.
Septiembre 2002.
-
54
En otros sectores, como el del caucho encontramos, concretamente en el
Maresme, trabajadores del Este, cualificados, pero trabajando en muy malas
condiciones. En el vidrio, podemos mencionar una empresa, Ramón Clemente,
ubicada en Masnou, que tiene unos 140 trabajadores y la tercera parte de la
plantilla son inmigrantes.45
En el comercio se está produciendo también una inserción remarcable de
inmigrantes. Debe tenerse en cuenta que una parte de la inmigración insertada
en este sector lo está con negocios propios, es decir, son autónomos. Aún así,
la mayor parte de los inmigrantes que se hallan en el comercio son asalariados.
Están en los almacenes de distribución y en las grandes superficies, sobre todo
en sus almacenes. También están, aunque menos, en trabajos de cara al
público. Los orígenes de los inmigrantes son variados (hay, por ejemplo, chinos
en algunos almacenes), aunque los que están de cara al público suelen ser
latinoamericanos. No hay que olvidar que el personal de cara al público es
siempre femenino (también en el caso de los autóctonos) y por tanto se
encuentra más fácilmente entre la inmigración latinoamericana.46
Queremos concluir este apartado señalando que la inserción laboral de las
personas inmigradas se produce en muchos sectores laborales, como hemos
podido ver, y cada vez se diversifica más. Pero no debe perderse de vista que
siguen siendo unos pocos los que concentran a la mayor parte de estas
personas: el servicio doméstico, la construcción, la hostelería y la agricultura
siguen siendo los más importantes. En realidad, lo que está ocurriendo es que
paralelamente a la expansión de la inserción laboral en nuevos sectores, se
produce un fuerte incremento de la inserción en los sectores tradicionales
mencionados, por lo que éstos siguen siendo los que concentran a la mayor
parte de los trabajadores inmigrados.
Tampoco debe obviarse que siguen siendo los trabajos de menor cualificación
los que se ofrecen mayoritariamente a los inmigrantes, aún cuando se esté
hablando cada vez más de la necesidad de trabajadores cualificados. A los
inmigrantes se les sigue empleando en los trabajos poco cualificados
independiente del nivel formativo que éstos tengan, que, como veremos en el
capítulo VIII, es muy superior al que corresponde a los trabajos que realizan.
Relación entre el origen de los inmigrantes y los espacios laborales en los
que se concentran.
A menudo se ha hablado de la especialización de los inmigrantes de
determinados orígenes concentrándose en determinados sectores laborales. La
especialización se explica por motivos diversos: en el siguiente capítulo
comentaremos la importancia de las redes sociales que construyen los
45
Observaciones de:
Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002.
Montse Morales, Secretaria General de FITEQA en el Maresme. Octubre 2002.
46 Observaciones de:
- Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
-
55
colectivos inmigrados, redes a través de las cuales circula la información sobre
el empleo y las ofertas; también son importantes las condiciones laborales, los
prejuicios sociales, etc. Nosotros hemos observado que esta especialización
existe, en cierto modo, pero está muy lejos de llegar a ser estanca, salvo en
algunos casos muy específicos (como el de los repartidores de butano en
Barcelona).
En el servicio doméstico no hay especialización de un origen concreto. Lo que
ha habido es cierta evolución en función de las mujeres que han venido
inmigrando. Cuando la mayor parte de ellas eran filipinas, éstas eran también el
grupo mayoritario en el servicio doméstico; después lo fueron las dominicanas
y las peruanas, y ahora lo son las ecuatorianas.
En el sector de la construcción han sido los marroquíes los que inicialmente lo
han ocupado y en algunas comarcas casi de forma exclusiva (por lo que se
refiere a trabajadores inmigrados); pero en otras, ya desde hace años, hay
subsaharianos y latinoamericanos (como en el Maresme). Además, en los
últimos tiempos se está empleando, de forma creciente, a latinoamericanos
(ecuatorianos y colombianos) y a personas de la Europa del Este. 47
En la hostelería comenzaron a trabajar los magrebíes, cuando los inmigrantes
sólo se hallaban en los trabajos que no se hacen de cara al público, pero
cuando han empezado a ocupar ampliamente trabajos de cara al público (lo
que ha ocurrido en los últimos dos años), quienes lo han hecho han sido
principalmente los latinoamericanos y los procedentes de los países del Este.48
Observando esto en comarcas concretas, encontramos ciertas concentraciones
de los trabajadores de unos orígenes en unos sectores determinados, pero no
una especialización estanca. Por ejemplo, en Osona comienzan
concentrándose los marroquíes a principios de los noventa (construcción, textil
y cárnicas), siendo aún hoy las ¾ partes de la población inmigrada, pero ahora
es también importante la concentración de latinoamericanos (ecuatorianos),
seguida de la de subsaharianos y procedentes de los países del Este; los
marroquíes siguen concentrados en la construcción y las cárnicas, los
ecuatorianos están en las cárnicas y la hostelería y los subsaharianos en las
cárnicas, el campo y las pieles. En el sector de cárnicas de La Garrotxa han
destacado los inmigrantes procedentes de Gambia y Mali, pero en los últimos
años crecen notablemente los latinoamericanos. En Guissona ha crecido sobre
todo el grupo procedente de países del Este de Europa, pero recientemente se
ha detectado el interés de las empresas por ofrecer trabajo a los argentinos,
cuya posibilidad de regularizar su situación de residencia es mayor que la de
otros grupos.49 En la industria del Baix Llobregat hay cierta preferencia de las
47
Observaciones de:
Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
48 Observaciones de:
- Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002.
49 Observaciones de:
- Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
-
56
empresas por los inmigrantes procedentes de la Europa del Este, pero los
orígenes son variados.
Se aprecia cierta tendencia a que los inmigrantes concentrados en una misma
empresa sean del mismo origen, de manera que encontramos en el mismo
sector (por ejemplo en las cárnicas) empresas en las que todos son marroquíes
junto a empresas en las que todos son subsaharianos. Ello parece deberse
tanto a la preferencia de los empresarios por esta situación, como al efecto red
con el que los trabajadores transmiten las ofertas de empleo.50
En definitiva, podemos decir que hay cierta concentración de personas de
orígenes determinados en sectores determinados, pero eso es algo en
constante evolución, que no nos permite hablar de sectores copados por las
personas de orígenes concretos. Sin duda, éste es un tema que hay que seguir
estudiando y ver como evoluciona, pero, de momento, parece que la realidad
no se corresponde del todo con lo que a veces se ha llamado “división étnica
del mercado laboral”.
Sin embargo, lo que sí cabe señalar es otro efecto que está teniendo cierta
importancia: el desplazamiento, que se produce en algunos sectores, de los
trabajadores de cierto origen por los de otro distinto. Este tema lo
comentaremos en el capítulo próximo, en el apartado sobre discriminación en
el acceso al empleo.
Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
50Observaciones de:
- Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
-
57
VI.
ACERCA DEL ACCESO AL EMPLEO DE LAS
PERSONAS INMIGRADAS
Las vías utilizadas por los inmigrantes para el acceso al empleo.
Las personas inmigradas están utilizando, en Cataluña y en España, distintas
vías para la búsqueda y acceso al empleo, que, en parte, no son muy
diferentes a las utilizadas por los autóctonos, pero también tienen algunas
particularidades que deben ser comentadas. La vía más formal, es decir, la de
apuntarse en los servicios de empleo y esperar a recibir alguna demanda, no
es la más utilizada por los inmigrantes como tampoco lo es por los autóctonos
(de hecho, está muy lejos de serlo ya que sólo un 14 % de los empleos se
adquieren por esa vía). La vía del boca a boca, la de las demandas de empleo
y contactos con empleadores que se transmiten a través de familiares y
conocidos es mucho más importante, lo es para los autóctonos y aún más para
los inmigrantes; pero en el caso de éstos tiene una componente relacionada
con las redes sociales que vamos a comentar enseguida. Otra vía, cuya
importancia ha sido grande en algunos momentos y lugares, es la de la
contratación callejera, la de esperar en un punto concreto la llegada de alguien
que proporcionará una jornada de trabajo. Y, por último, comentaremos
también la importancia que están teniendo las ETT en la contratación de
personas inmigradas.
Las redes sociales tienen, en el caso de la población inmigrada, enorme
importancia para el acceso al empleo. Se trata de las redes que forman las
personas con un mismo origen, que proceden a menudo de una misma
localidad o región de su país de origen y han inmigrado también a una misma
región, localidad o barrio del país de destino; son redes que mantienen el
contacto entre quienes están aquí (país receptor) y quienes están allí (país de
origen) y facilitan, primero la migración, y después el acceso al empleo.
Martínez Veiga señala una definición de Grasmuck y Pessar según la cual, las
redes son “las relaciones sociales que organizan y dirigen la circulación del
trabajo, capital, bienes, servicios, información e ideologías entre las
comunidades que envían migrantes y las que los reciben” (Martínez Veiga,
1997: 62). Su importancia como vehículo por excelencia en la búsqueda de
empleo se debe a la información que se transmite por la red sobre ofertas de
empleo, a la transmisión de habilidades, a las ayudas mutuas para el
mantenimiento de ciertos negocios, etc. (Herranz, 2000: 149-154).
59
La importancia de la red social para la búsqueda de empleo, en el caso de los
inmigrantes, está también relacionada con su desconocimiento de las vías
habituales. “En la medida en que estos trabajadores desconozcan las vías
habituales de acceso al empleo, especialmente las más formalizadas (agencias
de colocación públicas o privadas, anuncios, servicios de selección de
personal, etc.) tenderán a desarrollar mecanismos informales que, en principio,
se basan en la información y contactos ofrecidos por miembros de la propia red
étnica” (Colectivo Ioé, 1998: 27).
Las redes no tienen la misma importancia dependiendo del origen de las
personas inmigradas. Diversos autores coinciden en señalar que, en el caso de
los marroquíes, la red social no es tan importante como para otros colectivos
en la búsqueda de empleo. La encuesta hecha en 1997 por el Colectivo Ioé en
el sector de la construcción señaló que los marroquíes utilizan vías informales
para buscar empleo muy parecidas a las de los españoles, mientras que otros
colectivos se sirven más de las relaciones de apoyo mutuo o de red (Colectivo
Ioé, 1998: 151). También Martínez Veiga (1997: 156) ha señalado que “en el
caso marroquí llama la atención el escaso papel que la red parece jugar en el
proceso migratorio”.
El estudio del papel de las redes sociales de la inmigración, tanto para la
migración como para el acceso al empleo, es realmente necesario ya que su
desconocimiento está siendo un factor más de criminalización de la
inmigración, por el hecho de que en la sociedad receptora se tienen a
denominar como mafias a lo que muchas veces son redes sociales. “Queremos
salir al paso de una utilización negativa del concepto de red migratoria. En
nuestro país se ha propuesto a veces una especie de identificación entre red
migratoria y red mafiosa que es muy peligrosa desde el punto de vista teórico y
empírico” (Martínez Veiga, 1997: 58)
No hemos incluido, en este estudio introductorio, un análisis de las redes que
se dan en Cataluña y, por tanto, esto es algo que queda pendiente, pero
podemos citar como ejemplo la expansión reticular del colectivo gambiano
hacia diversas zonas y diversos trabajos. Tiene su inicio en el Maresme, donde
es uno de los colectivos de mayor antigüedad en Cataluña, y de ahí se
expande a varias comarcas de Girona, como la Garrotxa, donde llega a tener
una presencia importante en el sector de cárnicas y mayoritaria en el textil, o el
Gironés, donde también tiene una presencia significativa en el textil. Ese
itinerario continúa después hacia el Vallès Oriental y, más recientemente, hacia
otras zonas industriales de la provincia de Barcelona, donde la atracción de
salarios más altos en determinante. Se trata de una expansión que se produce
por una acumulación de información sobre ofertas de empleo y contactos que
va generando ese desplazamiento lento, pero progresivo, hacia las zonas
señaladas.51
Otra forma de acceso al empleo de los inmigrantes es, como decíamos, la
contratación callejera (por contratación entendemos aquí dar empleo, aunque
51
-
Observaciones de:
Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
60
sea sin contrato formal). Es bien conocido que esta forma de contratación ha
tenido gran importancia en algunas zonas agrícolas de España, especialmente
en las campañas agrícolas estacionales.
Conviene, de entrada, hacer mención a lo que Martínez Veiga (1997: 168) nos
recuerda, que ésta es una forma de contratación que en España había tenido
mucha importancia (para los nacionales) hasta fechas no muy lejanas: “en los
pueblos del sur de la península existe una larga tradición de contratación en
alguna de las plazas del pueblo y en Barcelona durante los años setenta y
principios de los ochenta existía en la plaza Urquinaona, donde se juntaban los
trabajadores andaluces para ofrecer sus servicios a quienes quisieran
contratarlos”
En Cataluña, la contratación callejera de inmigrantes ha tenido mayor
importancia en las campañas agrícolas, y sobre todo en las de Lleida. Pero no
sólo en las campañas agrícolas: en Hospitalet ha habido un punto importante
de contratación callejera en la parada de metro de Can Buxeras. Actualmente
sigue teniendo importancia en Lleida: en la campaña de la fruta de 2002 ha
habido, en casi todos los municipios afectados por la campaña, plazas o puntos
concretos en los que se ha visto inmigrantes a la espera de ser recogidos para
trabajos diarios. Se ha podido observar que en esos puntos se hallaban tanto
inmigrantes con permiso de trabajo como inmigrantes en situación de estancia
irregular, aunque el resultado ha sido muy parecido para ambos grupos en el
sentido de que la mayoría han trabajado sin contrato legal.52
En otras zonas agrícolas esta forma de contratación ha perdido importancia,
aunque hay indicios de que se mantiene en algunos puntos de Gerona, del
Baix Llobregat, etc. En el Baix Llobregat ha habido contratación en la calle en
algunos municipios como Viladecans y Sant Andreu de la Barca, para el
campo, y en Martorell para la construcción; y no está claro que esta forma de
contratación esté del todo erradicada.53
El papel de las ETT.
Se ha producido una coincidencia entre la aparición de las empresas de trabajo
temporal (ETT), que fueron legalizadas en 1994, y el momento en el que la
inmigración ha adquirido mayor importancia en Cataluña y en España. Ello ha
llevado a que las ETT estén jugando un papel de cierta importancia en el
acceso de las personas inmigradas al empleo, si bien es muy desigual entre los
distintos sectores laborales.
52
Observaciones de:
José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
- Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Ocubre 2002.
53 Observaciones de:
- Antonio Córcoles, Responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria
de la CONC. Octubre 2002.
- José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
-
61
Hay sectores en los que apenas tiene importancia el papel de las ETT. En el
servicio doméstico no están prácticamente introducidas; lo que hay son algunas
agencias de colocación cuya labor se reduce a ser intermediarias para la
colocación inicial; pero lo que más funciona es el boca a boca que se desarrolla
a través de las propias redes de los inmigrantes. En el comercio tampoco
parece que de momento tengan juego las ETT. Tampoco están muy
introducidas en las empresas de limpieza, en las que el contacto con el
empleador se da más a través de las redes de inmigrantes. Y no lo están
tampoco en el sector de la construcción, en el que el trabajo se sigue buscando
a pié de obra.54
Los sectores industriales son los que más están haciendo servir las ETT para la
contratación de inmigrantes. En la química y en el metal están jugando un
papel cada vez más importante en este sentido. Esto se está observando
claramente en algunas comarcas. En el Vallès Oriental y en el Vallès
Occidental las ETT están actuando en la contratación de inmigrantes para las
industrias grandes o medianas. En Osona la mayor parte de las contrataciones
se están haciendo a través de las ETT; así es también en la Garrotxa, como
ocurre en el caso de Espuña, una de las mayores empresas del sector cárnico.
En la industria del Baix Llobregat tienen importancia para la contratación,
aunque inicialmente se han centrado en la contratación en origen de personas
de la Europa del Este (también hay empresarios que contratan directamente en
origen).55
La ETT han proliferado en Lleida y están teniendo importancia para la
contratación de inmigrantes en la industria, sobre todo en la cárnica. En
Guissona están gestionando la contratación en las empresas donde se están
concentrando los inmigrantes. Es significativo el caso de los ucranianos
proveídos por las ETT a la empresa Corporación Alimentaria de Guissona, que
tiene una cuarta parte de su plantilla compuesta por personas inmigradas, la
54
Observaciones de:
Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades
Diversas de la CONC. Octubre 2002.
- Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
- María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de
la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002.
- Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
55 Observaciones de:
- Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002.
- Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
- Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de
CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002.
- Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona.
Septiembre 2002.
- Antonio Córcoles, Responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria
de la CONC. Octubre 2002.
- Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
- José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
-
62
mayoría ucranianas. Las ETT están trayendo trabajadores de países del Este
también para otras empresas en otros municipios de Lleida. Puede decirse que
la proliferación de las ETT (desde 1999) se ha producido principalmente para
proveer de inmigrantes a las empresas. Sólo en Tárrega hay 7 ETT, en una
zona en la que el paro está en torno al 3 % y por tanto no hay mano de obra
nacional para ser movida por las ETT.56
Hay que hacer mención al efecto que algunas actuaciones van a tener sobre
los flujos migratorios, y concretamente al caso de los ucranianos de Guissona.
Por interés de las empresas, que prefieren a los ucranianos por ser poco
reivindicativos (al menos inicialmente), muy disciplinados y muy trabajadores, y
por la acción de las ETT que proveen de estos trabajadores a las empresas
trayéndolos de su país de origen, lo que probablemente se está haciendo es
abrir un nuevo canal migratorio entre Ucrania y España, canal que no existía
con antelación. Se sabe que las migraciones funcionan por canales
preestablecidos, y que adquieren importancia cuando el canal ya está abierto
(por el efecto de las redes migratorias), por tanto, si la política migratoria
española está buscando reducir los flujos, debería ser más vigilante con
actuaciones que provocan la apertura de nuevos canales migratorios.
Discriminación en el acceso al empleo.
Hemos visto, en los capítulos anteriores, los sectores laborales en los que los
inmigrantes se están insertando y la existencia de ciertos niveles de
concentración en los mismos. Conviene conocer todas las razones de estos
procesos de concentración. Algunas ya las hemos comentado: una política de
inmigración que ya los conduce a sectores laborales concretos; la existencia de
malas condiciones laborales en los mismos; el abandono de tales sectores por
los autóctonos y, por último, la importancia de las redes sociales de los
inmigrantes para canalizar las ofertas de empleo en los sectores en los que
comienzan a concentrarse. Aquí queremos detenernos sobre la posibilidad de
que exista otro factor más: la discriminación en el acceso a los demás sectores
laborales, es decir, a los que no son típicamente “de inmigrantes”.
Hablamos aquí de lo que se conoce como discriminación racial. Si los factores
que habíamos comentado hasta ahora afectaban, sobre todo, a las personas
inmigradas en la primera fase de su establecimiento, la discriminación racial las
afectará toda la vida. Es la discriminación que sufre una persona a la que se la
rechaza en un trabajo por ser negra o de determinado origen o aspecto físico,
independientemente del tiempo que lleve en el país receptor y de la formación
que tenga o haya adquirido.
La discriminación racial ha sido demostrada en países con inmigración mucho
más antigua que la que hay en España. A través de encuestas hechas en
56
Observaciones de:
Antonio Córcoles, Responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria
de la CONC. Octubre 2002.
- Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
-
63
Noruega, Dinamarca, Francia y Gran Bretaña se ha visto que las vías de la
discriminación son múltiples y en muchos casos bastante sofisticadas; pueden
ponerse condiciones para el acceso al trabajo innecesarias, pero útiles para
apartar a las personas inmigradas (nivel en el idioma, residir en ciertas zonas,
etc.); puede ofrecerse el trabajo sólo a los familiares de los empleados; etc.
(Wrench 1996: 48-49-50).
El Colectivo Ioé hizo, en Madrid, Barcelona y Málaga, un estudio sobre
discriminación en 1995, en el que participó un grupo de marroquíes jóvenes,
varones, de primera generación y con un nivel de "semicualificación". Los
sectores laborales elegidos fueron: servicios, construcción e industria, y en
todos ellos se demostró la existencia de un importante nivel de discriminación
de los marroquíes respecto a los españoles en el acceso al empleo. El estudio
se realizó comparando los resultados en la solicitud de empleo entre los
marroquíes y los españoles (ofreciendo en ambos casos las mismas
características y conocimientos) sobre 385 pruebas útiles realizadas; el
resultado fue que en 137 casos el trabajador autóctono fue preferido al
marroquí, frente a 18 casos en los que ocurrió lo contrario. Visto el proceso de
selección en las tres etapas en las que se fijó el estudio: la conversación
telefónica, la invitación para una entrevista personal y la propia entrevista
personal, en cada una de ellas fue produciéndose discriminación, llegando a
una discriminación acumulada de un 35,6%. (Colectivo Ioé, 1995: 32).
La discriminación es empíricamente observable a poco que se escarbe en los
procesos de contratación, pero no se detecta si no hay formación para
detectarla. El asunto es parecido a lo que ha ocurrido respecto a la
discriminación de la mujer, ¿cuánto tiempo no se ha estado diciendo que la
mujer no estaba discriminada, que “la que valía ya subía”, hasta que se ha
creado una cultura antidiscriminatoria que permite detectar ahora la
discriminación mejor antes? La cultura anti-dicriminación-racial está menos
desarrollada y se requiere el análisis de los casos concretos para detectar la
discriminación. Por ejemplo, se ha observado que los inmigrantes, y más
concretamente los magrebíes, que pasan por cursos de formación ocupacional
en Manlleu tienen dificultad para acceder a trabajos para los que salen bien
preparados (nos referimos a trabajos que no son de los típicos que actualmente
están ocupando los inmigrantes) y, a menudo, se requiere que sean
acompañados por miembros de la Oficina de Promoción Económica del
Ayuntamiento para dar confianza al empresario sobre la capacidad del
trabajador.57 Es un caso de discriminación racial que sólo detectan quienes
están trabajando para promover la inserción laboral de esas personas.
Los prejuicios de los empleadores sobre la capacidad de los trabajadores
inmigrados son uno de los principales motivos de la discriminación. “Los
empleadores no tienen información perfecta acerca de la futura productividad
de los demandantes de empleo, por tanto esa falta de información es sustituida
por las referencias que posee el empresario del demandante de empleo en
cuanto que pertenece a un grupo determinado (mujeres, inmigrantes
57
-
Observaciones de:
Gaietà Serrat, Insertor laboral de la Oficina de Promoción Económica del Ayuntamiento de
Manlleu. Septiembre 2002.
64
marroquíes…)” (Carrasco, 1999: 33). El resultado es que acaba
considerándose que las personas de determinado origen son aptas para
determinados trabajos y no para otros. Esto afecta de forma mayor a las
mujeres que a los hombres.
Existe una forma de discriminación, observada por los sindicalistas de CCOO,
que en estos momentos ha adquirido cierta importancia, es la discriminación de
los inmigrantes de un origen determinado a favor de los de otros orígenes, y
que está suponiendo el desplazamiento de unos por otros. Es, dicho de otra
manera, la opción de las empresas a favor de unos grupos de inmigrantes en
detrimento de otros.
Uno de los primeros sectores en los que se apreció el desplazamiento de los
trabajadores de determinado origen por trabajadores de otros orígenes, en
función del interés de las empresas, fue el sector agrícola de Lleida. Los
primeros en trabajar en la campaña agrícola de Lleida fueron los subsaharianos
en los años ochenta, pero al final de esta década fueron sustituidos casi por
completo por los magrebíes después de que los subsaharianos protagonizasen
una huelga por la mejora de sus condiciones laborales. En los noventa el grupo
mayoritario en las campañas agrícolas fue el magrebí, pero en 2000 hubo un
conflicto laboral importante en el Baix Segre, protagonizado por los
trabajadores magrebíes y en poco tiempo fueron ampliamente sustituidos por
latinoamericanos (ecuatorianos y colombianos) e inmigrantes procedentes de la
Europa del Este. Actualmente la tendencia es a primar ampliamente la
contratación de los procedentes del Este.58
La sustitución de trabajadores que comienzan a reivindicar mejoras laborales
se ha visto también en el hecho de que los colombianos, traídos por la Unió de
Pagesos a Lleida en 2001, que tuvieron actitudes reivindicativas, no volvieron a
ser contratados para la campaña de 2002, y ello a pesar de que uno de los
criterios manejados en el contingente de trabajadores de temporada es que
podrán ir viniendo a las sucesivas campañas.59
Otro sector en el que se observa ese desplazamiento de trabajadores de unos
orígenes por otros es el de la industria cárnica. En la empresa cárnica de
Lleida, Corporación Alimentaria de Guissona, que, como hemos visto, ha tenido
un porcentaje importante de inmigrantes en su plantilla desde principios de los
noventa, los ucranianos han desplazado a los magrebíes y a los
subsaharianos. Ello se ha producido en parte porque los inmigrantes se van
marchando de los trabajos duros que allí hacen, en la medida en que
encuentran otros trabajos, pero, principalmente, porque la empresa ha hecho la
opción a favor de los ucranianos, a los que considera trabajadores duros y
disciplinados.60
58
Observaciones de:
Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Ocubre 2002.
59 Observaciones de:
- Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
60 Observaciones de:
-
65
Esta preferencia de las empresas por los trabajadores del Este, con el
consiguiente desplazamiento de los marroquíes, de los que las empresas
manifiestan claramente rechazo, se ha ido extendiendo en las comarcas de
Lleida. El sector cárnico, que en Lleida tiene unos 4.000 trabajadores, cuenta
con una quinta parte de trabajadores inmigrantes y el grupo mayoritario es ya el
procedente de países del Este. Algo parecido está ocurriendo también en las
empresas del metal y en otras.61
En el sector de cárnicas de La Garrotxa los empresarios están manifestando
rechazo hacia los musulmanes, dando el argumento de que su rendimiento es
bajo tanto durante el mes del Ramadán como todos los viernes. En Osona,
también en el sector de las cárnicas y en otros sectores, existe cierta tendencia
a rechazar a los marroquíes cuando los empresarios pueden disponer de
trabajadores de otros orígenes. En El Maresme, tanto en construcción como en
hostelería, los subsaharianos están siendo desplazados por latinoamericanos y
procedentes de los países del Este. Los subsaharianos se quejan de que ello
les está creando dificultades para encontrar empleo y buena parte de ellos se
están yendo hacia otras zonas (Andalucía, sobre todo).62
En la construcción también se observa en algunas zonas cierto desplazamiento
de los marroquíes por los latinoamericanos (ecuatorianos principalmente). En el
Baix Llobregat los marroquíes manifiestan algunas dificultades para encontrar
trabajo por ese motivo. Lo mismo ocurre en el Vallès Occidental, donde los
ecuatorianos también están teniendo mayores facilidades que los marroquíes.
También en la construcción de Lleida los marroquíes están siendo desplazados
por los ecuatorianos y colombianos, lo que está generando problemas a los
primeros para encontrar empleo; no obstante se sigue viendo a los marroquíes
y a los subsaharianos en los trabajos más duros (cavado de zanjas, etc.).63
El rechazo de los empresarios a contratar marroquíes, ahora que pueden
disponer de latinoamericanos o trabajadores procedentes de la Europa del
Este, también se aprecia en la industria del Vallès Occidental. Esta opción de
Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
61 Observaciones de:
- Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
62 Observaciones de:
- Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
- Gaietà Serrat, Insertor laboral de la Oficina de Promoción Económica del Ayuntamiento de
Manlleu. Septiembre 2002.
- Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
63 Observaciones de:
- Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
- Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
- José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
-
66
los empresarios puede tener que ver con el hecho de que los ecuatorianos son
una inmigración más reciente y con mayores necesidades de ganar dinero para
resolver situaciones graves de endeudamiento, lo que los conduce a aceptar
condiciones que los marroquíes ya no aceptan tan fácilmente. También en
otros sectores, como el de las empresas de limpieza y servicios, está creciendo
el número de ecuatorianos y paquistaníes (también indios), produciéndose el
desplazamiento de los marroquíes.64
Visto lo que ocurre en el conjunto de sectores, parece que el rechazo hacia la
contratación de los marroquíes ha adquirido ya cierta importancia y tiene visos
de agravarse mucho más en el futuro. No cabe duda de que el contexto postonce-de-septiembre ha resultado nefasto para este colectivo, y por tanto, la
evolución de sus dificultades para la inserción laboral merecerá un análisis
continuado, como también será necesario el desarrollo de las actuaciones
institucionales convenientes para afrontar esa situación discriminatoria.
64
Observaciones de:
Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
- María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de
la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002.
-
67
VII. ACERCA DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO DE
LAS PERSONAS INMIGRADAS
Los inmigrantes en situación de estancia irregular.
El primer aspecto a tener en cuenta para abordar el asunto de las condiciones
laborales en las que trabajan las personas inmigradas es su situación legal de
residencia. Quienes se hallan aquí trabajando sin permiso de trabajo y
residencia sufren una indefensión y vulnerabilidad que hace de su irregularidad
el aspecto más determinante de su inserción social y laboral. Son personas que
no pueden tener un contrato de trabajo, ni ser dadas de alta en la Seguridad
Social y sobre ellas pesa el estigma de que deben aceptar cualquier condición
impuesta por sus empleadores.
Cuando son muchos los inmigrantes en situación de estancia irregular a los
que se les está dando trabajo en un determinado sector, ello afecta a las
condiciones laborales, porque quiere decir que está habiendo un
aprovechamiento de esa situación por parte de los empresarios o empleadores.
Así, hemos visto como en algunos sectores se ha generalizado, al menos en
determinados momentos, la utilización de mano de obra en esa situación. En
este sentido, destaca el servicio doméstico, el sector agrícola y la construcción;
pero esto no es exclusivo de esos sectores, también se da en la hostelería e
incluso en la industria. Por ejemplo, en el Baix Llobregat hay empresas de
pulidos o de fundición donde la presencia de inmigrantes en situación de
estancia irregular es destacada.65
Quienes ahora están padeciendo más la situación irregular son los que han
inmigrado de forma más reciente, lo que quiere decir que su proporción es
mayor entre ecuatorianos, colombianos, argentinos y procedentes de la Europa
del Este.66 Los datos que nos da la memoria de CITE hablan de que un 66 %
de las personas atendidas en las 28 oficinas que CITE tiene en Cataluña, en el
año 2001, se halla en situación de estancia irregular (Memoria CITE 2001).
Obviamente no existen datos sobre el número de personas que en Cataluña se
encuentran en situación de estancia irregular, aunque algunas fuentes hablan
65
Observaciones de:
José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
66 Observaciones de:
- Ghassan Saliba. Responsable del Departamento de Migraciones de la CONC.
-
69
de unas 100.000, lo que significaría que una de cada cuatro personas
inmigradas está en esa situación. Pero aunque no pueda disponerse de una
cifra concreta, de lo que no cabe duda es de que se trata de un fenómeno de
gran importancia y que va a seguir incrementándose mientras se mantenga el
cierre actual de las vías de regularización.
Trabajo sin contrato.
Abordamos aquí un fenómeno de mayores dimensiones que el visto en el
apartado anterior, que es el de los trabajadores inmigrados que están
trabajando sin contrato de trabajo y sin alta en la Seguridad Social. Decimos de
mayores dimensiones porque engloba al anterior, es decir, aquí hablamos de
quienes trabajan sin contrato, tanto en el caso de que su situación de estancia
sea irregular como si no lo es (no hay que perder de vista que muchas de las
personas inmigradas que trabajan sin contrato disponen de permiso de trabajo
y residencia). El trabajo sin contrato es economía sumergida, pero ésta no se
limita eso, sino que abarca otros aspectos, como la realización de jornadas
más largas que las declaradas, las horas extras no declaradas, etc.
La memoria de CITE dice que de todas las personas inmigradas, atendidas en
2001 en Cataluña, que se hallaban trabajando, el 49,7 % lo estaban haciendo
sin contrato. Este dato no debe tomarse como un porcentaje aplicable a toda la
población inmigrada, ya que las personas que acuden a las oficinas de CITE
tienen más problemas o dificultades que el conjunto de esa población, pero,
aún así, es indicativo de que el trabajo sin contrato es, en el caso de las
personas inmigradas, un fenómeno de gran importancia. Hay que decir,
además, que había crecido respecto al año anterior, cuando el porcentaje
había sido del 39,5 % (Memoria CITE 2001).
Las mujeres están más afectadas por la contratación irregular. En el servicio
doméstico la economía sumergida es muy importante y ya lo era cuando el
sector estaba ocupado por mujeres autóctonas. En el caso de las inmigradas,
afecta tanto a las que se hallan en situación irregular como a las que tienen
residencia legal y permiso de trabajo. Incluso las inmigrantes que trabajan
como fijas en un domicilio lo hacen, de forma muy generalizada, sin ser dadas
de alta en la Seguridad Social. Esto está aún más generalizado en el caso de
las que trabajan por horas, que al pasar de 72 horas al mes los empleadores
están obligados a darlas de alta y, sin embargo, o no están de alta o pagan
ellas las cuotas.67 Conviene señalar aquí que, a pesar de esa realidad, el
trabajo sin contrato en el servicio doméstico es mayor en el caso de las
mujeres autóctonas que en el de las inmigradas, probablemente porque las
inmigradas no tienen la cobertura de Seguridad Social que tienen las
autóctonas, y porque necesitan el contrato para renovar el permiso de
residencia. Una encuesta del Colectivo Ioé indicó que el trabajo sin contrato de
los españoles en este sector era del 87,2 %, mientras que el siguiente grupo
67
-
Observaciones de:
Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades
Diversas de la CONC. Octubre 2002.
70
era el de ecuatorianos, con un 61,0 %, y el siguiente el de peruanos, con un
55,3 % (Colectivo Ioé, 2001: 319).
La construcción es quizás, junto con el servicio doméstico, el sector en el que
las irregularidades son más importantes. Hay muchos inmigrantes en situación
irregular; y también hay muchos que aún estando en situación legal están
trabajando sin contrato. El trabajo sin contrato es muy importante en las
reformas (de pisos, de fachadas…), pero se da en todos los sectores del ramo.
Además, las irregularidades que los empresarios cometen con las personas
inmigradas son muy abundantes, y muchas tienen que ver con la economía
sumergida, particularmente por la enorme cantidad de horas extras que ni se
pagan ni se declaran. 68
En la hostelería la economía sumergida es también importante, y son muchas
las personas inmigradas afectadas por ella. Una encuesta del Colectivo Ioé,
hecha en 1999 en el sector de la hostelería en Madrid y Barcelona, mostró que
el trabajo sin contrato afecta a todos los colectivos de trabajadores, incluidos
los españoles, pero tiene mayor importancia entre los inmigrantes. Los
peruanos, los dominicanos y los chinos eran, en aquel momento, los que
mostraban mayor proporción de trabajadores sin contrato. En el caso de los
peruanos, la falta de contrato coincidía con la falta de “papeles”, pero no era así
en el caso de los dominicanos y los chinos: la cuarta parte de los trabajadores
de cada uno de estos dos últimos grupos carecía de contrato, a pesar de tener
residencia legal o de haber adquirido la nacionalidad española (Colectivo Ioé,
1999-a: 153).
En la hostelería de Cataluña no se puede hablar de una situación uniforme por
lo que se refiere al empleo de inmigrantes sin contrato, pero hay zonas en las
que este hecho es importante. En el Maresme, una de las comarcas en las que
la hostelería tiene gran importancia y que ya destacaba por tener condiciones
laborales inferiores al resto del sector, encontramos una proporción muy
elevada de inmigrantes trabajando sin contrato, incluso muchos que disponen
de permiso de trabajo y residencia. Parte de ellos disponen de precontratos u
ofertas de empleo para el trámite de sus “papeles” y, en algunos casos, son
despedidos si logran regularizar su situación administrativa. Es decir, se ha
comprobado que una parte de las empresas que emplean a inmigrantes en
situación de estancia irregular realmente los prefieren a éstos frente a los
nacionales o a los inmigrantes “con papeles” (esta preferencia, no obstante, no
es generalizable; también se ha comprobado la existencia de empresas que
emplean a inmigrantes “sin papeles” y hacen lo posible por regularizar su
situación).69
68
Observaciones de:
Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
- Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
- Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
69 Observaciones de:
- Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002.
- Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
-
71
En la hostelería de Girona hay un importante volumen de inmigrantes que
trabajan sin contrato y se hallan en situación de estancia irregular,
particularmente en los establecimientos de horario nocturno. La corta duración
de las temporadas vacacionales favorece la opción empresarial por ese tipo de
contratación. En el Alt Empordà hay una creciente presencia de rusos
trabajando en la mencionada situación, sobre todo en trabajos que no son de
cara al público.70
También hay sectores en Cataluña que hasta hace unos años habían dado
trabajo a inmigrantes en situación de estancia irregular y ahora ya no lo están
haciendo, o lo hacen de forma muy residual. En el sector de cárnicas de la
Garrotxa, así como en Osona y en Guissona, por citar lugares en los ha sido
conocida la abundancia de inmigrantes en esa situación, la gran mayoría ellos
está actualmente en situación legal y con contrato de trabajo.71
La economía sumergida, como decíamos, se extiende también a los sectores
industriales. En el Baix Llobregat, además de ser importante en la construcción,
lo es también en el metal, en las empresas de limpieza y en otras empresas de
servicios. Se basa en el trabajo sin contrato de los inmigrantes (tanto de los
que están en situación legal como de los que no) y en las horas extras no
declaradas. El sindicato ha intervenido a partir de que los trabajadores se han
encontrado con el despido o porque llevan meses sin cobrar. La Inspección de
Trabajo ha hecho varias decenas de denuncias en esta comarca.72
Como muestra de las dimensiones que ha adquirido el empleo de inmigrantes
sin contrato de trabajo cabe señalar que las denuncias hechas por CCOO han
crecido notablemente. Y se trata de empresas de muy variados sectores: hay
empresas de seguridad, empresas de transporte (donde personas “sin papeles”
están conduciendo camiones), empresas del metal, empresas de servicios,
etc.73
Las condiciones salariales.
Distintos estudios hechos en los últimos años han concluido que, en términos
generales, los trabajadores inmigrados cobran menos que los autóctonos por el
mismo tipo de trabajo. Una encuesta, hecha en 1999 por Rosa Aparicio y
70
Observaciones de:
Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
71 Observaciones de:
- Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
- Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
72 Observaciones de:
- José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
73 Información aportada por Ghassan Saliba, Responsable del Departamento de Migraciones
de la CONC.
-
72
Andrés Tornos, entre más de 400 inmigrantes peruanos y marroquíes en
Madrid, señalaba que sus ingresos medios por trabajo eran inferiores a los de
los autóctonos (Aparicio y Tornos, 2000: 108). A través de esa encuesta
también se constató que el porcentaje de inmigrantes que opinan que cobran
un salario inferior al de los autóctonos, por el mismo tipo de trabajo, es del 56
%, mientras que los que opinan que su salario es similar es del 37 % (Aparicio
y Tornos, 2000: 113).
El estudio hecho por el Colectivo Ioé en el sector de la construcción señalaba
que “aunque se cuente con un contrato en regla, las prácticas empresariales
suelen saltarse la legalidad en algunos aspectos, recurriendo a la práctica del
pago “todo incluido” (la paga mensual incluiría la parte correspondiente a pagas
extras, vacaciones, finiquito, etc.) prohibida por el convenio colectivo. Así, el 70
% de los marroquíes y el 80 % de los polacos no percibe pagas extras, o el 35
% de los primeros y el 77 % de los segundos no cuentan con vacaciones
pagadas, en cambio, menos del 25 % de los autóctonos se ven afectados por
estas situaciones” (Colectivo Ioé, 1999-b: 130).
Las condiciones de trabajo de los inmigrantes en la construcción eran
definidas, ya en 1995, de esta forma por Lorenzo Cachón, refiriéndose a las
empresas de la construcción de Madrid: “Las condiciones de trabajo de estos
inmigrantes son calificadas por los sindicalistas entrevistados como “leoninas”:
sin contrato de trabajo ni Seguridad Social, con salarios que no superan el
salario mínimo interprofesional (algunos son despedidos sin cobrar sus
jornadas y sin posibilidad de denunciarlo), a veces viviendo en chamizos
construidos en la misma obra a cambio de un alquiler deducible de su salario...”
(Cachón 1995: 22).
En la actualidad, en Cataluña, los sindicalistas de CCOO han observado que
en la construcción se dan muchas situaciones en las que los inmigrantes
cobran menos que los autóctonos por el mismo tipo de trabajo. Una práctica
muy habitual que se hace con inmigrantes es la de apalabrar el salario, y
normalmente se apalabran cantidades inferiores a las de convenio. Las
prácticas más abusivas se producen en las subcontratas pequeñas. El abuso,
con frecuencia, alcanza el hecho de no pagar los salarios o parte de ellos. En la
asesoría laboral de CCOO se atienen muchas reclamaciones de impagos de
salarios de varios meses, particularmente en el caso de inmigrantes en
situación de estancia irregular.74
Hay sectores en los que la discriminación salarial es más sutil. En el sector de
cárnicas de la Garrotxa, en las mismas categorías no hay diferencias entre las
condiciones laborales de los inmigrantes y los autóctonos. Lo mismo podemos
decir de las cárnicas de Osona. Pero a los autóctonos se les da mayor
categoría, aunque hagan un trabajo muy parecido al que hacen los inmigrantes,
y es así como se materializa la diferencia salarial entre ambos grupos. Puede
decirse que por trabajos similares los inmigrantes están cobrando menos. Ésta
74
Observaciones de:
Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
- María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002.
-
73
es una situación muy generalizada pero no sin excepciones: en la empresa
Corporación Alimentaria de Guissona no se aprecia discriminación de los
inmigrantes en cuanto a los salarios; tampoco hacen los peores trabajos y la
mejora en cuanto a categoría está al mismo nivel que para los autóctonos.75
En el campo la discriminación es muy clara. En la campaña agrícola de Lleida
de 2002, muchos de los colombianos, traídos con permisos de temporada
desde su país de origen, han cobrado la hora a 457 pts., mientras que lo fijado
en el convenio son 756 pts. Las horas extras no se pagan.76
En la hostelería hay irregularidades por cuanto no se respetan las condiciones
laborales del convenio, pero esto es algo que no sólo afecta a los inmigrantes
sino también a los autóctonos, aunque con los inmigrantes las irregularidades
son mayores. En relación con el salario, una de las irregularidades por la que
los inmigrantes acuden a quejarse a la asesoría laboral de CCOO es que los
empresarios les hacen pagar a ellos la cuota patronal de la Seguridad Social.77
La mayor precariedad y las peores condiciones salariales en hostelería se dan
en el Maresme. El convenio de hostelería de la provincia de Barcelona tiene
una tabla salarial específica (y más baja) para el Maresme. En esta comarca,
se producen, además, mayores irregularidades: junto a la ya conocida de hacer
pagar al trabajador la cuota de la Seguridad Social, encontramos casos en los
que también se le hace pagar una cantidad determinada por renovarle el
contrato. La situación es distinta en la hostelería de la Costa Brava (Blanes,
Lloret), donde las empresas hoteleras son mayores y hay más implantación
sindical. Ahí el empleo de inmigrantes tiene menores dimensiones, pero
además, no sufren el volumen de abusos o discriminación que se produce en el
Maresme. En la costa de Girona, por encima de la Costa Brava, las
irregularidades vuelven a ser importantes.78
Para concluir, volvemos aquí a señalar que la discriminación en el salario o en
otras condiciones laborales puede existir sin que sea detectada, tanto por los
75
Observaciones de:
Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
- Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
- Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona.
Septiembre 2002.
- Antonio Córcoles, Responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria
de la CONC. Octubre 2002.
- Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
76 Observaciones de:
- Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Ocubre 2002.
77 Observaciones de:
- Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002.
- Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
78 Observaciones de:
- Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002.
- Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002.
-
74
sindicalistas como por los propios afectados. Con frecuencia, la detección de la
discriminación es, incluso, difícil para los propios discriminados. Se ha
observado que al preguntar a los inmigrantes (concretamente subsaharianos,
pero seguro que valdría para otros colectivos) sobre las diferencias entre sus
salarios y los de los autóctonos, responden atribuyéndolas a la antigüedad o a
otras razones (que en nuestra normativa laboral no son válidas para
justificarlas); pero, en cualquier caso, las encuentran normales, pues cobran lo
que han pactado y entienden que así ocurre con el resto de trabajadores.79
Horarios y turnos.
Las peores condiciones sufridas por los inmigrantes, por lo que se refiere a
horarios de trabajo, se producen en el servicio doméstico. “No se respeta el
volumen de trabajo pactado (con la llegada de invitados, por ejemplo, aumenta
la cantidad de trabajo y las horas necesarias para realizarlo y no se compensa
económicamente), ni el horario laboral convenido (todo el día se está a
disposición del empleador)” (Solé y Parella, 2001: 39).
Martínez Veiga, a partir de un estudio publicado en 1997, hecho sobre más de
1000 encuestas a trabajadores extranjeros de diversos sectores laborales, dice
que en el servicio doméstico interno las trabajadoras dominicanas hacen más
horas que las demás. “Mientras que todos los grupos afirman que trabajan
alrededor de las 8 horas diarias, la media de horas de trabajo por parte de las
dominicanas es de más de 11 horas diarias” (Martínez Veiga, 1997: 44). La
encuesta posterior del Colectivo Ioé indica que las ecuatorianas son quienes
hacen las jornadas más largas: más de la mitad de las ecuatorianas
encuestadas que trabajan en el servicio doméstico hacen más de 60 horas
semanales (Colectivo Ioé, 2001: 315).
En el sector de la construcción los inmigrantes están haciendo más horas que
los demás, dándose la circunstancia agravante de que en muchos casos no las
cobran o las cobran por debajo de lo establecido. El asunto tiene ya tal
dimensión que puede decirse que el trabajo sin horarios se está generalizando
con los inmigrantes.80
En la hostelería se está generalizando la realización de un solo día de
descanso, en lugar de los dos que marca el convenio, pero además, en la zona
del Maresme encontramos a muchos inmigrantes cuyo descanso semanal se
reduce a unas horas o no existe. Este tipo de irregularidades se dan también
con autóctonos, pero en la asesoría laboral de CCOO se ha observado que son
79
Observaciones de:
Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
80 Observaciones de:
- Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
- María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002.
-
75
mayores con los inmigrantes y que éstos están haciendo jornadas más largas y
pero pagadas.81
La discriminación en cuestión de horarios y turnos se extienda a otros sectores
laborales. En muchas empresas de limpieza y servicios, sobre todo en las
pequeñas, los inmigrantes hacen más horas extras (que muchas veces no
cobran) y los peores turnos. Esto también es así en algunos sectores
industriales: en las empresas grandes del Vallès Oriental la discriminación más
visible está en que los inmigrantes realizan los peores turnos. Esto es
importante en algunas empresas químicas, como las de extrusión e inyección
(que hacen la materia prima y las piezas de plástico), donde los turnos de
noche y los festivos están copados por los inmigrantes, así como en las
empresas de derivados del cemento y yesos. En las cárnicas están haciendo
jornadas muy largas, habiéndose detectado en alguna empresa de la Garrotxa
jornadas de hasta diecinueve horas.82
Otros aspectos.
Las dificultades de los trabajadores inmigrados para promocionarse en el
interior de las empresas son otro aspecto en el que la discriminación se
manifiesta. Los sindicalistas de CCOO han observado que hay muchas
empresas, sobre todo aquellas en las que la presencia sindical es mayor, en
las que la promoción de las personas inmigradas se está produciendo con
normalidad, pero también hay muchas otras en las que eso no es así. En las
industrias del Vallès Oriental, tanto en las químicas como en las demás
empresas, no se aprecia promoción ninguna de los inmigrantes en el interior de
las mismas. En Osona, la promoción (en cárnicas, construcción…) es
prácticamente nula para los inmigrantes; el ascenso de categoría está
reservado casi exclusivamente para los autóctonos. Tampoco se observa
promoción alguna en el Maresme, donde se aprecia que, con la misma
experiencia y formación, los inmigrantes tienen más dificultad para acceder a
categorías superiores que los autóctonos en todos los ramos. En el sector de la
construcción es muy habitual que los inmigrantes estén haciendo trabajos de
categoría superior al contrato que tienen o al salario que perciben. 83
81
Observaciones de:
Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002.
82 Observaciones de:
- María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de
la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002.
- Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de
CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002.
- Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
83 Observaciones de:
- Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de
CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002.
- Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
- Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
- María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002.
-
76
Volveremos sobre este tema en el capítulo próximo, al hablar de la trayectoria
laboral de los inmigrantes.
El engaño es otro fenómeno a considerar cuando se estudian las condiciones
laborales de las personas inmigradas. En el sector de la construcción una de
las expresiones de la discriminación de los inmigrantes es que padecen más el
engaño de determinados patronos. En la asesoría laboral de CCOO se ha
comprobado que abundan los casos en los que firman nóminas y finiquitos que
no han cobrado. Otra forma de engaño la sufren en relación con la tramitación
de sus “papeles”: muchas veces se les ofrece trabajo a cambio de tramitarles la
solicitud del permiso de residencia y trabajo (lo que comporta, claro está, que
están varios meses trabajando sin contrato y sin alta en la Seguridad Social),
pero tales trámites a veces no llegan a hacerse, o no conducen a buen puerto.
Otras veces los trámites se hacen, con resultados positivos, y en tales casos
ocurre con frecuencia que el trabajador es despedido cuando está a punto de
ver resuelta su situación administrativa.84
En la asesoría laboral de CCOO para el sector de la construcción se ha
observado que los inmigrantes aguantan niveles de engaño y de explotación
que a veces son muy fuertes; en muchos casos acuden al sindicato cuando ya
han sido engañados del todo, es decir, cuando han sido despedidos sin haber
cobrado los salarios adeudados durante meses.85
En el sector de hostelería, especialmente en el Maresme, encontramos muchos
casos en los que el inmigrante, “con papeles” o sin ellos, no cuenta con ningún
tipo de documento probatorio de haber trabajado en una determinada empresa.
Ello es detectado cuando acuden a la asesoría laboral de CCOO por incobro de
salarios u otras quejas y se observa que no disponen de ninguna prueba de la
relación laboral.86
Otro aspecto a tener en cuenta es el de la vivienda, concretamente cuando va
unida a la contratación laboral. El informe de CCOO sobre las campañas
agrícolas del año 2000 da cuenta de un conjunto de irregularidades en la
campaña de la fruta de Lleida, señalando que se incumplió ampliamente el
convenio, que una parte de las viviendas que se ofrecieron a los trabajadores
estaba en mal estado y que se dio trabajo a muchos inmigrantes sin permiso de
trabajo. Hubo, por parte de los empresarios, advertencias excesivas de falta de
mano de obra, lo que actuó como reclamo para la venida de más inmigrantes
de los que podían trabajar y, a su vez, contribuyó a la desregulación de la
campaña (Informe… 2000: 159-161). En la campaña agrícola de Lleida la
patronal ha de proveer de vivienda a los inmigrantes de temporada que trae,
cosa que hace la Unió de Pagesos., pero se ha observado que los inmigrantes
84
Observaciones de:
María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002.
85 Observaciones de:
- María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002.
86 Observaciones de:
- Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002.
-
77
están pagando el alquiler, aún cuando la Generalitat da subvenciones a la
patronal por este concepto.87
87
-
Observaciones de:
Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Ocubre 2002.
78
VIII. RELACIÓN ENTRE EL NIVEL FORMATIVO Y LA
OCUPACIÓN. LA TRAYECTORIA LABORAL DE
LAS PERSONAS INMIGRADAS.
Formación y titulaciones que traen los inmigrantes.
Distintos estudios, hechos sobre la base de encuestas a los inmigrantes,
afirman que su nivel formativo medio no es muy distinto del nivel medio de la
población autóctona. Los datos que aportan esas encuestas tienen ciertas
discrepancias, lo que debe tenerse en cuenta en la valoración de sus
resultados. Como también debe tenerse en cuenta que las personas
inmigradas pueden responder a la pregunta sobre su nivel de estudios
basándose en parámetros distintos de los que maneja la sociedad receptora.
Pero, aunque adoptemos cierta distancia acerca de los resultados de las
encuestas en este aspecto, lo que parece concluyente, como veremos
enseguida, es que el nivel medio de estudios de las personas inmigradas es
más alto de lo que en esta sociedad se supone.
La encuesta realizada en 1998 por el Instituto Universitario de Estudios sobre
Migraciones, basándose en una muestra de 1.703 cuestionarios procesados,
concluyó que “con excepción del colectivo marroquí y de los varones
subsaharianos, son muy reducidas las proporciones de quienes no tuvieron
escolarización alguna. En general, se trata de una población alfabetizada que
realizó estudios básicos en su país de origen y de una proporción significativa
que tuvo acceso a educación superior; destacando la amplia proporción de
peruanos y subsaharianos con estudios universitarios” (Anguiano Téllez, 2001:
123). Según esa encuesta, el 57 % de los peruanos (tanto hombres como
mujeres) tiene o ha iniciado estudios de nivel universitario, y ese porcentaje en
subsaharianos es del 37,5 % en hombres y del 42,3 % en mujeres. Otra
encuesta también indicó que el 53,8% de los peruanos y el 41,3 % de los
filipinos tienen o han iniciado estudios universitarios (Martínez Veiga, 1997:
215).
La encuesta hecha por Rosa Aparicio y Andrés Tornos en 1999 entre
marroquíes y peruanos en Madrid indica que un 20 % de los marroquíes tiene
estudios universitarios (completos o sin acabar) y que ese porcentaje para los
peruanos es del 22 %. Estos autores resaltan el hecho de que los estudios
medios de los peruanos sean superiores a los de los españoles; mientras que
los de los marroquíes son inferiores, pero no muy distantes de los de los
españoles (Aparicio y Tornos, 2000: 142-143).
79
Otras encuestas dan, como decíamos, resultados distintos. Una hecha en
Sabadell en enero de 2001, indicó que los latinoamericanos con estudios
superiores eran el 18,1 %. Ese porcentaje para los asiáticos era del 4,7 y para
los africanos del 2,7. En el conjunto de la población inmigrada en Sabadell, el
50 % tiene estudios bajos o no los tiene; pero, a pesar de ello, la proporción
que la población inmigrada tiene de personas con estudios superiores y
universitarios es mayor que la de la población local (Fundació CIREM, 2001).
La encuesta hecha, en 1997, por el Colectivo Ioé en el sector de la
construcción, en Madrid y Barcelona, revela que los polacos que trabajan en la
construcción tienen estudios medios muy superiores a los de los trabajadores
españoles del mismo sector, y que los marroquíes presentan una composición
muy polarizada. Éstos tienen un porcentaje de gente sin estudios muy superior
al de los españoles (entre los marroquíes, los que no tienen estudios son el
41,8 %, mientras que entre los españoles son el 22,2 %), pero también es
superior el porcentaje de gente con estudios superiores (entre los marroquíes,
los que tienen estudios superiores son el 11,6 %, mientras que entre los
españoles son el 2,4 %) (Colectivo Ioé, 1998: 140).
Otra encuesta hecha, en 1999, por el Colectivo Ioé, también en Madrid y
Barcelona, pero en el sector de la hostelería, mostró que, por nacionalidades,
era el colectivo de trabajadores españoles el que tenía menor nivel de estudios,
seguido de los marroquíes y los dominicanos; mientras que los de mayor nivel
eran los peruanos, seguidos de los filipinos y los chinos. Incluso los
trabajadores extranjeros de menor nivel de estudios, es decir los marroquíes y
los dominicanos, duplicaban a los españoles en cuanto a porcentaje de
trabajadores con estudios superiores. (Colectivo Ioé, 1999-a: 115).
Antonio Izquierdo hizo otra encuesta entre inmigrantes en situación de estancia
irregular. Su universo fueron las personas que se presentaron a la
regularización de 1996, y, por lo que se refiere a su nivel de estudios, encontró
que, entre los hombres, un 12 % tenía estudios superiores, un 31 % medios, un
25 % primarios y un 32 % no tenía estudios. Las mujeres, por su parte,
mostraban un nivel más alto de estudios: el 17 % tenía título universitario y el
41 % estudios de grado medio (Izquierdo, 2000: 231)
Acerca del nivel formativo de las personas inmigradas, convendría también
saber la experiencia laboral o profesional que traen de su país de origen. Sobre
este aspecto hay menos encuestas, pero podemos mencionar una de Martínez
Veiga (1997: 169) que nos indica que entre las ocupaciones o profesiones que
los inmigrantes dicen haber tenido en su país de origen y las que aquí tienen,
hay gran diferencia, produciéndose lo que este autor llama estrechamiento del
nicho laboral. “Este estrechamiento del nicho laboral representa un proceso de
descualificación de la fuerza de trabajo inmigrante en cuanto que gran parte de
las habilidades de trabajo adquiridas no se utilizan y por tanto se pierden”
(Martínez Veiga, 1997: 170).
En Cataluña, los sindicalistas de CCOO han observado que los niveles más
altos de formación que actualmente se dan entre personas inmigradas son los
80
de los latinoamericanos, los procedentes de los países del Este y los
subsaharianos. Los subsaharianos que han venido últimamente tienen niveles
de formación más altos que los anteriores. También se ha observado que
muchas de las mujeres que están en el servicio doméstico traen titulación
sanitaria o de otro tipo, lo que es particularmente importante entre las
ecuatorianas y colombianas, aunque se da entre las mujeres de todos los
orígenes.88
La encuesta que se hace en las oficinas del CITE de Cataluña y que se refleja
en la memoria 2001 dice que los analfabetos o sin estudios son pocos (el 6 %),
y que los porcentajes altos se dan en los que tienen estudios básicos (el 35 %)
y los que tienen estudios medios (el 37 %). Además, en esta encuesta también
encontramos un alto porcentaje de personas con estudios superiores (el 18 %)
(Memoria CITE 2001).
La Encuesta de Población Activa aporta datos que nos permiten comparar el
nivel de formación de los españoles con el de los residentes extranjeros, como
puede verse en la tabla 16. Llama la atención que el nivel de analfabetos de los
extranjeros, incluso el de los no comunitarios, sea inferior al de los españoles, y
que el porcentaje de no comunitarios con enseñanza superior sea superior al
de los españoles.
TABLA 16. PORCENTAJES DE POBLACIÓN (DE MÁS DE 16 AÑOS) SEGÚN NIVEL DE
FORMACIÓN.
Total población en
España
(100%)
3,1 %
Residentes de la
Unión Europea
(100%)
0,9 %
Residentes de fuera
de la unión Europa
(100%)
2,8 %
Educación primaria
37,6 %
15,1 %
26,6 %
Educación Secundaria
40,3 %
43,0 %
49,2 %
Educación superior
18,9 %
40,9 %
21,3 %
Analfabetos
Fuente: elaboración propia, a partir de la tabla de población de más de 16 años, por nivel de
formación alcanzado, de la EPA primer trimestre 2002.
Parece claro que estos datos de la EPA y los resultados de todas las encuestas
comentadas en este apartado dan al traste con la idea, ampliamente extendida,
de que los inmigrantes o son analfabetos o tienen niveles de formación muy
bajos.
88
Observaciones de:
Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
- Antonio García, Asesor del CITE en el Baix Llobregat.
- Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades
Diversas de la CONC. Octubre 2002.
-
81
Correspondencia entre nivel de cualificación y empleo.
En este apartado queremos simplemente señalar que algunas investigaciones
realizadas demuestran la existencia de un profundo desajuste entre el nivel
formativo de la población inmigrada y el tipo de trabajos que están haciendo.
Pero también muestran que cuando su formación se ajusta a las necesidades
de la producción logran mejores condiciones laborales.
La encuesta hecha en 1999 por Rosa Aparicio y Andrés Tornos entre más de
400 peruanos y marroquíes en Madrid indicó que en el caso de los marroquíes,
“no se ajustan las hipótesis de que unos niveles más altos de escolarización,
por aportar mayor capacitación para el trabajo, tienden a corresponder con
mejores puestos ocupacionales y mejores salarios”. Los marroquíes que
mejores salarios obtenían eran los que tenían formación profesional, pero no
los que tenían formación universitaria. Después de los que contaban con
formación profesional, los que obtenían mejores salarios eran los que sólo
tenían estudios primarios; mientras que aquellos que no tenían estudios de
ningún tipo conseguían salarios peores. Estos autores concluían que los
marroquíes lograban mejores condiciones laborales, no en función de su nivel
de estudios, sino en la medida en que su formación “se adapta a las demandas
del mercado laboral al que acceden los inmigrantes”. Por otra parte, el caso de
los peruanos era distinto, en la medida en que los que contaban con formación
universitaria sí obtenían, como media, las mejores condiciones laborales.
(Aparicio y Tornos, 2000: 131).
El desajuste entre nivel formativo y tipo de trabajo o condiciones laborales es
mucho mayor en el caso de las mujeres que en el de los hombres.
“Particularmente flagrante resulta la infrautilización del capital humano aportado
por las mujeres, pues sólo el 18,2 % de las marroquíes se ocupan en trabajos
que suponen superación del nivel de estudios primarios (recordemos que un
51,4 % ha sobrepasado ese nivel). Y las cifras son aún más llamativas entre las
peruanas: si un 87 % había sobrepasado el nivel de los estudios primarios,
solamente un 12,5 % se ocupa en trabajos que requieren haber estudiado algo
más que la primaria” (Aparicio y Tornos, 2000: 144).
Por otra parte, en el caso de las mujeres ocupadas en el servicio doméstico, se
produce también un desajuste entre lo que ellas consideran su profesión y el
trabajo que están haciendo. En las encuestas hechas a trabajadoras
domésticas por Martínez Veiga (1997: 44), no hay “ni siquiera una de ellas que
afirme que su profesión es el servicio doméstico”, y además subrayan que “en
su país de origen nunca trabajaron en esa ocupación”. Este desajuste no es tan
grave en el caso de los hombres pues, aunque éstos estén haciendo trabajos
duros y mal pagados, pueden considerar, al menos una parte de ellos, que esa
es su profesión y que su aspiración a mejores trabajos se da dentro de esa
profesión (por ejemplo, muchos de los que trabajan en la construcción).
Lo que sí se mantiene, también en el caso de los hombres, es el desajuste
entre su formación y su categoría laboral. Entre los trabajadores marroquíes
que trabajan en el sector de la construcción, de acuerdo con la encuesta hecha
82
por el Colectivo Ioé en 1997 en Madrid y Barcelona, encontramos que un 13 %
de los que trabajan como peones tiene estudios superiores (Colectivo Ioé,
1998: 158)
Esta situación, observada por investigaciones hechas hace unos años, se
mantiene íntegramente en la actualidad. En el sector de la construcción, los
sindicalistas de CCOO detectan la existencia de inmigrantes que vienen con un
nivel de formación de albañiles y que, sin embargo, aquí están trabajado con la
categoría de peón. A veces, el desajuste entre la categoría y el nivel formativo
del trabajador se justifica, por parte de los empresarios, señalando que la
formación de esos trabajadores es poco adecuada para las tecnologías
actuales de las empresas, lo que se dice sobre todo de los procedentes del
Este de Europa.89
Los inmigrantes que vienen con formación acceden inicialmente a los mismos
trabajos que los que no la tienen. Pero convendría estudiar mejor en qué
medida los más formados tardan menos en acceder a mejores trabajos,
quiénes dan mejor ese salto y qué tipo de formación es más apta para ello. Es
decir, convendría conocer mejor la trayectoria laboral que están recorriendo los
inmigrantes en función de la formación que tienen. En algunos sitios se detecta
que la facilidad con la que los que están más formados pasan a hacer trabajos
mejores no es la misma dependiendo del origen: los latinoamericanos,
particularmente los argentinos, acceden pronto a trabajos mejores, pero este
no es el caso de los procedentes de otros orígenes, incluidos los del Este de
Europa.90
Trayectoria laboral: la inestabilidad y la búsqueda de mejores empleos.
El desajuste observado entre el nivel formativo y la ocupación de las personas
inmigradas induce a pensar que, pasada la primera etapa de la inserción
laboral, condicionada por lo que ya hemos visto –inmigración irregular,
inserción en la economía sumergida, aceptación de espacios laborales que
están siendo abandonados por los autóctonos, etc.-, deberá producirse una
mejora de la ocupación. De no ser así, indicará que la discriminación racial lo
está impidiendo, y ello debe ser estudiado y conocido para definir las
actuaciones públicas y sindicales al respecto.
Pero, de entrada, queremos detenernos sobre algo que se nos presenta como
un handicap para el estudio de la trayectoria laboral de las personas
inmigradas en el momento actual: el carácter muy reciente de la inmigración.
Sabemos que ésta es de las dos últimas décadas y más aún de la última, pero,
89
Observaciones de:
Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
- Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona.
Septiembre 2002.
90 Observaciones de:
- Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
-
83
como vamos a ver enseguida, buena parte de la población inmigrada que
tenemos (a finales de 2002) es aún mucho más reciente.
Los datos de la EPA sobre población extranjera, según el tiempo de residencia
que lleva en España, dan porcentajes altos de población que lleva aquí menos
de 3 años, son altos para la población procedente de países de la Unión
Europea, pero, como vemos en la tabla 17, son aún mucho más altos para la
que procede de fuera de la Unión Europea: más del 50 % de los residentes no
comunitarios que hay en España llevan aquí menos de dos años. El mismo
resultado se observa al obtener los porcentajes de población extranjera
ocupada: los datos de la EPA dicen que el 53 % de los no comunitarios que se
encuentran trabajando en España llevan aquí menos de 2 años (tabla 18).
TABLA 17. PORCENTAJES DE POBLACIÓN INMIGRADA SEGÚN EL TIEMPO DE
RESIDENCIA EN ESPAÑA.
Residentes de la Unión Europea
(100 %)
Residentes de fuera de la Unión Europea
(100 %)
Menos de 1 año
10,8 %
25,2 %
De 1 a 2 años
17,9 %
30,2 %
De 3 a 6 años
19,6 %
26,1 %
Más de 6 años
51,6 %
18,5 %
Fuente: elaboración propia, a partir de la tabla sobre población extranjera por tiempo de
residencia en España de la EPA segundo trimestre 2002.
TABLA 18. PORCENTAJES DE POBLACIÓN INMIGRADA OCUPADA SEGÚN EL TIEMPO
DE RESIDENCIA EN ESPAÑA.
Ocupados de la Unión Europea
(100 %)
Ocupados de fuera de la Unión Europea
(100 %)
Menos de 1 año
12,0 %
20,3 %
De 1 a 2 años
15,5 %
33,4 %
De 3 a 6 años
17,4 %
26,8 %
Más de 6 años
55,0 %
19,5 %
Fuente: elaboración propia, a partir de la tabla sobre ocupados por tiempo de residencia en
España de la EPA segundo trimestre 2002.
Podemos acudir también a los datos de Seguridad Social, ya que éstos indican
la fecha de alta inicial de un trabajador, refiriéndose a la fecha en la que se dio
de alta por primera vez, y la fecha de alta actual, que se refiere a la fecha en la
que se dio de alta por el trabajo que mantiene en la actualidad. El Anuario de
Estadístico Extranjería 2001 ha comparado ambas fechas para el caso de los
84
trabajadores extranjeros extrayendo las observaciones que señalamos a
continuación.
A la vista de la fecha de alta inicial de los extranjeros, se observa que, de todos
los que se hallaban de alta en enero de 2002, el 30 % se habían incorporado
por primera vez al mercado de trabajo en 2001, y otro 21 % lo habían hecho en
el año 2000, es decir, se trata de una población trabajadora cuya incorporación
al mercado laboral es muy reciente (el 50 % en los dos últimos años)
(Anuario… 2001: 40, 166).
A la vista de la fecha de alta actual de los extranjeros, puede obtenerse otro
dato, que es la antigüedad que tienen en los empleos en los que ahora se
hallan. Pues bien, lo que se observa en las tablas del Anuario es que más del
65 % tiene menos de un año de antigüedad en su actual empleo (Anuario…
2001: 40, 166).
Otro aspecto que permiten conocer los datos de Seguridad Social es el número
de altas por trabajador. Con ello se ha podido observar que “a pesar de lo que
se ha señalado anteriormente respecto a la reciente incorporación de gran
parte de los trabajadores extranjeros al mercado formal de trabajo, el 66,91 %
de los trabajadores extranjeros tenía ya en enero de 2002 más de un
movimiento de alta (había tenido ya más de un empleo, en definitiva) en
España” (Anuario… 2001: 40).
En los casos en los que los trabajadores extranjeros han tenido más de un alta
en la Seguridad Social puede compararse el régimen de alta inicial con el
actual. Ello nos permite ver en qué proporciones están pasando de unos
regímenes a otros, lo que supone cambios de sector laboral. En las tablas del
Anuario (Anuario… 2001: 167) vemos que en el régimen agrario y en el de
empleados de hogar son en los que se producen porcentajes mayores de
abandono. De los 42.906 que habían tenido más de un empleo habiendo
comenzado en el régimen agrario, sólo 15.872 se mantenían en este régimen.
Y de los 52.744 que habían tenido más de un empleo habiendo comenzado en
el régimen de empleados de hogar, sólo 18.794 se mantenían en este régimen.
El primer caso afectaba principalmente a los hombres y el segundo a las
mujeres, como también se observa en las mencionadas tablas. Ello indica que
la movilidad es alta, con tendencia a engrosar el régimen general.
En la tabla 19, vemos de dónde proceden las actuales (a 11 de enero de 2002,
que es la fecha que estamos manejando por ser la que utiliza el Anuario
Estadístico de Extranjería 2001) 80.251 altas en régimen agrario: 15.872
tuvieron otra alta anterior (otro trabajo) en el mismo régimen y otros 16.782
proceden de otro trabajo en otro régimen; el resto, 47.597, son trabajadores
que han sido dados de alta por primera vez en el trabajo actual.
TABLA 19. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SS EN EL RÉGIMEN
AGRARIO, A 11 DE ENERO DE 2002
En alta actual
Es su primer trabajo
80.251
47.597
85
Han tenido otro (u otros) trabajo en el sector agrícola
15.872
Han tenido otro (u otros) trabajo en otro sector
16.782
Fuente: elaboración propia, a partir de datos del Anuario de Extranjería 2001, pp. 163, 167
El mismo ejercicio lo hemos hecho respecto a los empleados de hogar, viendo
que para más de la mitad de los dados de alta actual ése es su primer trabajo,
y que los que proceden de otro tipo de trabajo son el 11,7 % (tabla 20).
Advertimos de nuevo que estas tablas se refieren a datos a 11 de enero de
2002 y, por tanto, sus datos no deben confundirse con los de otras, aportadas
en este texto, referidas a julio de 2002 (mientras en enero los extranjeros de
alta en régimen de empleados de hogar eran 53.788, en julio eran 74.873; y
también había aumentado el número de los de alta en el régimen agrario: de
80.252 en enero a 92.206 en julio).
TABLA 20. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SS EN EL RÉGIMEN DE
EMPLEADOS DE HOGAR, A 11 DE ENERO DE 2002
En alta actual
53.788
Es su primer trabajo
28.665
Han tenido otro (u otros) trabajo como empleado de hogar
18.794
Han tenido otro (u otros) trabajo en otro sector
6.329
Fuente: elaboración propia, a partir de datos del Anuario de Extranjería 2001, pp. 163, 167
Estamos, por tanto, ante una inserción laboral muy reciente, en términos
generales, pero en la que se produce un alto índice de rotación. La rotación es
mayor dentro del propio sector, pero también se produce pasando de unos
sectores a otros. Con los datos de Seguridad Social sólo podemos ver los
cambios entre sector agrario, empleados de hogar y régimen general, es decir,
no podemos ver los cambios entre los sectores que se agrupan en el régimen
general. Pero disponemos de otras informaciones, como vemos a continuación.
Los índices altos de rotación en los trabajos habían sido observados ya por
distintos estudios. En el sector de la construcción, de acuerdo con la encuesta
realizada por el Colectivo Ioé en Madrid y Barcelona en 1997, más de la mitad
de los marroquíes encuestados había tenido ya 4 ó más empleos en el sector.
Este porcentaje no es muy diferente del correspondiente a los españoles, pero
si tenemos en cuenta que la trayectoria laboral de los marroquíes en mucho
más breve que la de los españoles en el sector, cabe deducir que su índice de
rotación es mucho mayor (Colectivo Ioé, 1998: 150).
Esa misma encuesta mostraba que más de la mitad de los marroquíes llevaba
menos de un año en el empleo en el que se hallaba en el momento de la
encuesta (en el caso de los españoles, quienes llevaban menos de un año eran
la cuarta parte de los encuestados) (Colectivo Ioé, 1998: 161).
En el sector de la hostelería, de acuerdo con la encuesta hecha por el Colectivo
Ioé en 1999 entre Madrid y Barcelona, el porcentaje de extranjeros que
acceden al sector habiendo trabajado antes en otro sector (también en España)
es muy elevado. Sólo los de origen chino han iniciado mayoritariamente su vida
laboral en España en el mismo sector de la hostelería, pero en el caso de todos
86
los demás orígenes, son mayoría los que empezaron a trabajar en otro sector
(servicio doméstico, construcción, agricultura…) (Colectivo Ioé, 1999-a: 129).
En el servicio doméstico la rotación dentro del sector es muy elevada. Los
sindicalistas de CCOO han observado que si bien las mujeres inmigradas
trabajan prácticamente de forma continuada, con escasos períodos de falta de
empleo, la inestabilidad en importante por la frecuencia con la que se producen
los cambios de empleo. Una práctica habitual es que la trabajadora sea
despedida cuando llega el período de vacaciones (con lo que el empleador se
ahorra el pagárselas); también hay muchos despidos motivados porque la
trabajadora reclama pagos a los que tiene derecho.91
En el servicio doméstico la mejora que puede producirse, tras los trabajos
iniciales, está en el hecho de pasar del servicio doméstico interno al externo, y
en el hecho de cambiar de sector, como ya comentábamos en otro capítulo.
Uno de los principales cambios que se aprecian es el de pasar del servicio
doméstico al sector de la limpieza. También están pasando a la hostelería, a
las clínicas, etc. Hay que señalar, no obstante, que estos cambios no son
igualmente accesibles para todas las mujeres inmigradas, y que hay muchas
que se pasan muchos años en el servicio doméstico interno, y otras muchas
que no salen del servicio doméstico (sea interno o externo).92
Otra forma de rotación observada es la que protagonizan los trabajadores que
hacen la campaña agrícola de Lleida. En los meses en los que no hay
campaña, se insertan en otros trabajos diseminándose por la provincia. Muchos
de los que comenzaron haciendo la campaña de la fruta después acceden a
trabajos en granjas porcinas, cuadrillas de recogida de pollos para los
mataderos, hornos de las panaderías, etc.93
Cabe indagar sobre si estos cambios de trabajo comportan mejora, tanto si son
cambios dentro del mismo sector como cuando se pasa de unos sectores a
otros. Lo observado nos indica que alguna mejora se produce pero no es muy
grande y no es igual para los distintos sectores. En la hostelería hay poca
promoción y poca mejora en los cambios de trabajo; la mejora la logran
saltando a otros sectores: hay cierto paso a la construcción, lo que puede
considerarse mejora por los horarios de trabajo. En las empresas de limpieza y
servicios apenas se produce mejora en el empleo para los inmigrantes que
llevan tiempo trabajando, ni siquiera para los que están más formados de
antemano. En el sector de la construcción hay poca movilidad de los
inmigrantes hacia otros sectores laborales, y por lo que se refiere a la mejora
91
Observaciones de:
Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades
Diversas de la CONC. Octubre 2002.
92 Observaciones de:
- Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades
Diversas de la CONC. Octubre 2002.
93 Observaciones de:
- Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
-
87
de la categoría dentro del sector, no son muchos los que ascienden a oficiales
(albañiles), aunque sí los hay, como también hay bastantes que hacen el
trabajo de oficial y siguen con la categoría de peón.94
Un ejemplo de los límites con los que ahora se encuentran las personas
inmigradas en su promoción lo da la industria cárnica. En el sector de cárnicas
de La Garrotxa la movilidad es alta en el caso de los mataderos: los
inmigrantes se van en cuanto encuentran algo mejor, dejando espacio para
otros que llegan después. En cambio, en embutidos, donde los trabajos no son
tan duros, la movilidad es muy escasa. Ahí es donde está actualmente el tope,
en términos generales, de la mejora de trabajo que están logrando los
inmigrantes.95
Una forma de mejora a la que están accediendo en algunos sectores está en la
mayor duración de los contratos. Este es el caso de la agricultura, en la que los
contratos hechos después del inicial suelen ser más largos. También sucede
algo parecido en la hostelería, donde la mejora en los contratos se concreta en
el acceso a la condición de fijos discontinuos.96
Los latinoamericanos son quienes está mostrando mayores posibilidades de
promoción. En el Vallès Occidental se observa que aquellos latinoamericanos
que vienen con profesiones adquiridas en su país de origen, aunque sus
empleos iniciales son los no cualificados de hostelería, construcción, servicios,
etc., después están accediendo a empleos más cualificados (de la industria,
conductores, torneros, fresadores, etc.). En el Baix Llobregat quienes logran
mejoras laborales después de su primer o primeros empleos son los argentinos
que vienen con niveles profesionales altos. Algunos acceden a trabajos de su
profesión, cuando han homologado sus títulos, como médicos, sociólogos, etc.,
y otros montan negocios propios (ropa, restaurantes, informática, etc.).97
Lo que sí se está manifestando como una forma de promoción de ciertas
dimensiones es montar el propio negocio. En la construcción se está
observando que una vía de mejora para los inmigrantes es la de montar su
propia empresa; en el Vallès Oriental la mayoría de las empresas de
revestimiento de fachadas son ahora regentadas por marroquíes, y la misma
realidad se observa en el Vallès Occidental. Otra vía de mejora es establecer
94
Observaciones de:
Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de
la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002.
- Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
95 Observaciones de:
- Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
96 Observaciones de:
- Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
97 Observaciones de:
- Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
- Antonio García, Asesor del CITE en el Baix Llobregat.
-
88
un comercio; en el Vallès Oriental hay muchos establecimientos de los
mercados ambulantes que están en manos de inmigrantes, y en Osona los
inmigrantes están montando empresas de limpieza, de venta ambulante, etc.98
98
Observaciones de:
Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
- Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de
CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002.
- Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona.
Septiembre 2002.
-
89
IX.
LOS EFECTOS DE LA INMIGRACIÓN EN LA TASA
DE OCUPACIÓN Y LAS CONDICIONES
LABORALES.
La competencia por los puestos de trabajo.
Vimos más atrás algunas características del mercado laboral que están
permitiendo la convivencia entre una tasa elevada de desempleo y escasez de
mano de obra en algunos sectores laborales. La segmentación del mercado de
trabajo, que ya hemos comentado, es el punto de partida de cualquier análisis
que pretenda averiguar si se produce competencia, o qué tipo de competencia
se produce, entre los trabajadores autóctonos y los inmigrados.
En el debate público que se produce acerca de si los inmigrantes compiten o
no con los autóctonos por los puestos de trabajo, se han venido enfrentando
dos tópicos bien conocidos: uno es el de que se repite desde las posturas más
xenófobas: “los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los nacionales y, por
tanto, provocan incremento del paro”, y el otro el que se repite desde las
posturas solidarias: “los inmigrantes hacen los trabajos que los nacionales no
quieren hacer”. Lo que hemos visto en este estudio sobre el tipo de puestos de
trabajo que están ocupando las personas inmigradas nos obliga a revisar esos
tópicos, a pesar de que el segundo, el que dice que “hacen los trabajos que los
nacionales no quieren hacer”, siga siendo cierto en buena medida.
Vimos ya que se han ido dando determinadas condiciones que provocan el que
los trabajadores autóctonos no acudan a determinados tipos de trabajos, lo
cual reduce notablemente las posibilidades de competencia. Vimos que ello se
debe, entre otras cosas, a las características del sector de trabajadores en
paro, que genera desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo. Quienes
buscan trabajo, especialmente entre los jóvenes que se incorporan al mercado
laboral, lo hacen en los segmentos del mercado para los que se consideran
cualificados, y, dado que el trabajo, como ha señalado Abad (2002: 461), “no
es sólo el medio indirecto para la satisfacción de las necesidades básicas, sino
que es también un signo de status”, están poco dispuestos a descender en la
escala de prestigio construida al respecto en nuestra sociedad.
Sobre el primer tópico que señalábamos, el de que “nos quitan los puestos de
trabajo y provocan incremento del paro”, hay abundante literatura que lo
desmiente. Donde hay más estudios al respecto es, como en todos los temas
relacionados con las migraciones, en los Estados Unidos. Simon (1998: 268)
91
señala que “en la última década ha aparecido un volumen impresionante de
investigación empírica [en los Estados Unidos] que mostraba que la
inmigración no incrementa el desempleo ni siquiera entre los grupos
directamente competidores. Por ejemplo, los negros y las mujeres no
experimentaron un aumento del paro en California debido al desplazamiento de
inmigrantes”.
Las investigaciones hechas en España, unos años atrás, apuntaban en la
misma dirección. Con los resultados de su encuesta, realizada entre 1996 y
1997, Carrasco señala que, “realizando un análisis de conjunto de los
trabajadores inmigrantes extracomunitarios en la estructura del mercado laboral
español, podemos concluir que no entran en competencia con los trabajadores
autóctonos, ya que el propio colectivo de trabajadores inmigrantes
extracomunitarios forma un segmento propio del mercado de trabajo”
(Carrasco, 1999: 153). Otra investigación del Colectivo Ioé en el sector de la
construcción sugiere “que el contingente marroquí resulta más funcional para
ocupar los puestos de trabajo menos estables del mercado secundario. En
tanto se mantengan dichos empleos, y los sectores más débiles de la mano de
obra autóctona encuentren mecanismos de protección (comunitarios,
institucionales o de ambos tipos) suficientes como para rechazar tales
ocupaciones, su función será complementaria (ocuparán empleos en
condiciones no aceptables para los autóctonos)” (Colectivo Ioé, 1999-b: 131).
Las encuestas que hemos hecho en Cataluña a sindicalistas de distintos ramos
indican que, en líneas generales, se mantiene una situación de escasa
competencia. Hemos tratado de averiguar si en aquellos sectores que está
ocupando la inmigración existe oferta de trabajo por parte de los autóctonos.
En el sector de la construcción no se constata que haya españoles que
busquen empleo y no lo encuentren en las categorías de peonaje que
normalmente ocupan los inmigrantes. En la hostelería la escasez de mano de
obra es real (aunque no tanta como dice la patronal) y no se detecta, de forma
significativa, la existencia de autóctonos que busquen trabajo y no lo
encuentren por el hecho de la presencia de inmigración en el sector. En el
sector agrícola es también muy difícil encontrar autóctonos que quieran ocupar
los puestos de trabajo que están ocupando los inmigrantes.99
Por territorios hemos encontrado respuestas similares. En Osona, mucha gente
maneja el estereotipo de que los inmigrantes quitan puestos de trabajo, pero en
el sindicato apenas se conocen ejemplos concretos de personas que hayan
optado por un puesto de trabajo y no lo hayan conseguido por estar ocupado
por un inmigrante. La opinión de un insertor laboral municipal de Manlleu es
que en la comarca de Osona hay un conjunto de empresas, de cárnicas, pieles,
hostelería y construcción, que no podrían cubrir sus puestos de trabajo de
peonaje sin la inmigración, ni siquiera mejorando los salarios. El rechazo a
99
Observaciones de:
Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la
CONC. Octubre 2002.
- Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
- Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Octubre 2002.
-
92
esos puestos de trabajo ya no se da sólo entre los autóctonos, sino también
entre los hijos de los inmigrantes o entre aquellos inmigrantes que llevan cierto
tiempo aquí, lo que indica que sólo se cubren con inmigración reciente. En el
Baix Llobregat no se detectan casos de españoles que busquen trabajo en los
espacios ocupados por los inmigrantes y no lo encuentren. En el Vallès
Occidental no hay evidencia de que se dé competencia por los puestos de
trabajo; lo que se ha observado es que la gente que se queja de tal
competencia está trabajando y lo que hace es reproducir estereotipos; en
cambio, entre los parados que acuden a los cursos de CCOO (los de
CEPROM) esa opinión no se manifiesta, quizás porque el tipo de trabajo que
están buscando no se corresponde con el que ven hacer a los inmigrantes. En
el sector agrícola y en la hostelería del Maresme hubiese sido muy difícil cubrir
los puestos de trabajo sin la inmigración.100
Se ha documentado también que, en algunos sectores, los inmigrantes acuden
a espacios laborales abandonados, o en proceso de ser abandonados, por los
autóctonos, es decir, que el abandono por los autóctonos es previo a la
ocupación por los inmigrantes. Un ejemplo documentado por el Colectivo Ioé
de trabajos abandonados por los nativos previamente a la llegada de los
inmigrantes lo aporta el poniente almeriense. Los cultivos intensivos estuvieron
inicialmente trabajados por las familias propietarias y por temporeros de la
zona, pero “los cambios sociales de los 80 limitaron la disponibilidad de
trabajadores autóctonos: los temporeros encontraron ocupación en otros
sectores o se acogieron a diversas prestaciones sociales, y la mano de obra
familiar se reduzco drásticamente (se generalizó la escolarización de los niños,
los jóvenes adquirieron formación y prefieren ocuparse en los servicios y en
sectores auxiliares de la agricultura), entre la población local sin tierras las
mujeres tienden a emplearse en el manipulado de productos en cooperativas
agrícolas y los hombres en tareas de acarreo en las mismas o en el arreglo y
construcción de los invernaderos” (Colectivo Ioé, 1999-b: 123). Otro ejemplo
similar se da en la recogida de cítricos en la Comunidad Valenciana, donde el
envejecimiento de los agricultores, unido a la preferencia de los jóvenes por
otro tipo de trabajos, produce una carencia de mano de obra que atrae a la
mano de obra extranjera (Colectivo Ioé, 1999-b: 125).
En Cataluña hemos encontrado algunas evidencias de este proceso de previo
abandono por lo autóctonos. El sector de las cárnicas es un ejemplo claro de
que los inmigrantes acceden al sector cuando ya está siendo abandonado por
los autóctonos a partir de dos hechos determinantes: el envejecimiento de la
población (en comarcas como la Garrotxa y otras en las que destaca el sector
100
-
Observaciones de:
Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
Gaietà Serrat, Insertor laboral de la Oficina de Promoción Económica del Ayuntamiento de
Manlleu. Septiembre 2002.
José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix
Llobregat. Octubre 2002.
Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès
Occidental. Octubre 2002.
Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme.
Septiembre 2002.
93
cárnico) que ha ido reduciendo la mano de obra disponible, y el rechazo de los
jóvenes (los pocos que se han ido incorporando al mercado laboral) a hacer
ese tipo de trabajos. En las empresas de limpieza y servicios las dificultades
para encontrar oferta de empleo entre los autóctonos, en las condiciones en las
que éste se venía ofreciendo, fueron previas a que tales empleos comenzasen
a ser ampliamente ocupados por los inmigrantes.101
Una vez visto que, en términos generales, la competencia entre autóctonos e
inmigrantes es escasa, conviene señalar ahora que, a pesar de ello, sí hay
espacios en los que se produce competencia, y ello se da tanto en trabajos
cualificados como en no cualificados. En los trabajos poco cualificados o de
peores condiciones laborales, quienes compiten con los inmigrantes son
algunos sectores marginales de la fuerza de trabajo autóctona. Hemos
detectado, en Cataluña, este tipo de competencia en espacios laborales como
los que señalamos a continuación.
En empresas de limpieza y servicios, aunque es dudoso, como hemos
señalado, que los autóctonos compitan por muchos de los puestos de trabajo
que están ocupando los inmigrantes, sí existe competencia en algunos
espacios. Antes de la irrupción de los inmigrantes en las empresas de limpieza
había mujeres que trabajaban sólo dos o tres meses en verano (sobre todo en
la costa); actualmente algunas de esas mujeres se quejan de que ya no les dan
esos trabajos porque están ocupados por inmigrantes. La competencia en el
sector agrícola es también muy escasa, pero alguna competencia puede haber
en tanto que podría haber trabajadores dispuestos a venir desde Andalucía a
las campañas agrícolas de Cataluña pero ahora ya no se les llama; aunque
también hay que decir que no serían muchos, a juzgar por las dificultades que
había en años anteriores. Los nuevos talleres clandestinos del textil ocupados
por chinos en el Maresme, han generado cierta competencia frente a otros
talleres clandestinos (o no clandestinos) que había antes. Como consecuencia
de ello, se constata la existencia de mujeres autóctonas que antes trabajaban
en ese tipo de talleres y ahora no pueden hacerlo.102
El desplazamiento de los autóctonos, no querido por éstos, en algunos
sectores no se debe sólo a que los inmigrantes estén dispuestos a aceptar
condiciones peores, se debe también al efecto que tienen las redes sociales en
el acceso al empleo. Ya hemos hablado de que la concentración de personas
101
Observaciones de:
Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
- María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de
la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002.
102 Observaciones de:
- María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de
la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002.
- Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Octubre 2002.
- Jaume Roig, Secretario General de la Unión Comarcal de CCOO del Maresme. Octubre
2002.
- Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002.
- Montse Morales, Secretaria General de FITEQA en el Maresme. Octubre 2002.
-
94
de determinado origen en un sector concreto, provoca la creación de un
mercado pseudointerno de trabajo por el que se canaliza la información sobre
ofertas, condiciones laborales, etc., lo que provoca, en cierto modo, el efecto de
excluir de ciertos tipos de trabajo a la población nativa (Martínez Veiga, 1997:
175-176). A esto hay que añadir cierto efecto de discriminación positiva
concretado en la preferencia que manifiestan algunos empresarios por los
inmigrantes, dado que éstos aceptan con mayor estabilidad peores condiciones
de trabajo (Solé y Parella, 2001: 33).
Los efectos de la inmigración sobre la tasa de ocupación.
Queremos ahora resaltar que una cosa es la existencia, mayor o menor, de
competencia entre autóctonos e inmigrados por los puestos de trabajo y otra es
cómo afecta la inmigración a la tasa de ocupación. Es decir, podría haber
mucha más competencia de la que ahora hay y, sin embargo, encontrarnos con
que la inmigración tuviese un efecto positivo de mejora de la tasa de ocupación
de los autóctonos. Tal efecto positivo proviene del hecho de que al cubrir
puestos de trabajo que de otra forma sería difícil cubrir, la inmigración ayuda a
mantener otros puestos de trabajo y a mantener sectores de la producción que
sin ella estarían abocados a su desaparición. Además hay que tener en cuenta
el efecto dinamizador que provoca el aumento de población. “La explicación a
largo plazo de la ausencia de efecto de desplazamiento [aumento del paro
entre los autóctonos] es que los inmigrantes no sólo ocupan puestos de trabajo,
sino que también los crean de dos maneras: en primer lugar, porque su gasto
aumenta la demanda de mano de obra, lo que lleva a nuevos contratos; y en
segundo lugar, a menudo abren pequeñas empresas que constituyen
importantes fuentes de empleo” (Simon, 1998: 269).
Distintos investigadores han insistido en el hecho de que los puestos de trabajo
no son una cantidad fija e inmutable por la que compiten los trabajadores, sino
más bien algo que se modifica con facilidad a partir de determinados factores,
entre ellos la llegada de nueva población. “El proceso no es tanto que un
inmigrante ocupe un puesto de trabajo ya existente, sino, más bien, que
cuando un inmigrante induce la creación de un nuevo empleo, se producen una
serie de cambios en la demanda de trabajo en otros sectores de la economía.
Se trata, pues, de un análisis en términos de señales y expectativas, más que
de puestos de trabajo conectados con el capital físico” (González Ferrer, 2002:
139).
Carrasco (1999: 44) señala, en este sentido, que “el gran mito sobre la
inmigración y el empleo es que los inmigrantes roban empleos a los nacionales,
estereotipo que parte de una consideración económica, que de partida es falsa,
ya que considera el número de puestos de trabajo como algo fijo, como un
dato. Muchas investigaciones americanas echan por tierra este argumento”. En
la misma línea se pronuncia Martínez Veiga (1997:231) diciendo que “en
momentos de recesión económica frecuentemente se impone la idea de que el
trabajo es como una especie de magnitud finita y absolutamente inelástica,
algo así como una especie de tarta con porciones limitadas, en donde si
95
alguien obtiene un trabajo o una parte de esa magnitud se lo está quitando a
algún otro”.
En la medida en que la inmigración contribuye al desarrollo económico
contribuye también a la creación de empleo. En el sector agrícola, por ejemplo,
la inmigración contribuye a mantener, como ha señalado el Colectivo Ioé (1999b: 126), “franjas enteras de la agricultura familiar española, en buena medida
productora de alimentos de calidad dedicados a la exportación”, lo que sin duda
tiene repercusiones sobre el mantenimiento de otras actividades económicas
conectadas con ésa.
La aportación de la inmigración al desarrollo económico puede verse también
desde la perspectiva del consumo y del ahorro. Como ha señalado Carlota
Solé, "la sociedad receptora no solamente ahorra por no establecer subsidios
de paro para los trabajadores inmigrantes, sino que éstos presentan una
propensión de ahorro fuerte, ante la perspectiva, más o menos inmediata de
retorno al país de origen, propensión que repercute positivamente en el
crecimiento económico del país receptor" (Solé 1995: 103).
Un estudio de Rosa Aparicio y Andrés Tornos permite concluir que la
inmigración que se recibe en España es económicamente beneficiosa desde el
punto de vista de la hacienda pública: en 1998 los inmigrantes habían
ingresado en el Tesoro Público 335.065 millones de pesetas y habían supuesto
un gasto de 148.003 (Aparicio y Tornos, 2000: 59). Un análisis posterior, hecho
por Concha Carrasco, llegaba a la misma conclusión: en el año 2000 los
ingresos obtenidos por el Estado procedentes de los residentes extranjeros
eran más del doble de los gastos103 (Carrasco, 2001: 41).
Refiriéndose al período recesivo que hubo entre 1991 y 1994, Izquierdo señala
que el empleo de inmigrantes sirvió, aunque en las dimensiones escasas que
tenía en aquel momento, “como amortiguador de la crisis, contribuyendo a
mantener la producción en sectores y actividades que están en regresión o que
operan cíclicamente. Tal sería el caso de la agricultura y de la construcción,
pero también del textil y del servicio doméstico” (Izquierdo, 1996: 81).
En Cataluña tenemos claros ejemplos de situaciones en las que la inmigración
ha permitido el mantenimiento y desarrollo de ciertos sectores productivos. La
industria cárnica es un sector importante en esta Comunidad, que ha crecido
considerablemente en los últimos 10 años. A este crecimiento ha contribuido de
forma clara la aportación de mano de obra inmigrada. Sin ella podrían haber
ocurrido dos cosas: primera, que las condiciones laborales del sector se
hubiesen dignificado para mantener la mano de obra nacional, y segunda, que
el sector hubiese desaparecido o se hubiese reducido notablemente. La
primera opción no es muy probable ya que al tratarse de trabajos muy duros no
hubiese resultado fácil encontrar el equilibrio con las condiciones laborales
necesario para retener la mano de obra nacional, en cambio, el traslado del
sector a países terceros es perfectamente factible. Por otra parte, lo que más
ha crecido en el sector de cárnicas son precisamente los mataderos, donde se
103Los
gastos fueros 206.674 millones de pesetas, y los ingresos 472.847 millones de pesetas.
96
dan los trabajos más duros. Tal crecimiento hubiese sido muy improbable sin
inmigrantes. Otro sector del que puede afirmarse que sin la inmigración
recibida en los últimos años no tendría ninguna viabilidad es el textil de Girona,
sobre todo el del proceso algodonero.104
Constatamos pues que las personas inmigradas ayudan al sostenimiento de
ciertos sectores económicos, y con ello al empleo de los autóctonos; aunque
ello es así, precisamente por los bajos salarios y las malas condiciones
laborales a las que los primeros están siendo sometidos. Lo que hacemos, por
tanto, es constatar una realidad, pero, desde luego, no la valoramos
positivamente. Sostener sectores laborales sobre la base de la explotación de
una parte de sus trabajadores no es algo que sindicalmente pueda valorarse de
forma positiva, aunque sus efectos sobre la tasa de ocupación de los
trabajadores autóctonos sean positivos.
Como conclusión de este apartado y del anterior, cabe decir que los indicios
apuntan a que la competencia por los puestos de trabajo, entre autóctonos e
inmigrados, que ahora es escasa, puede ir aumentando; pero junto a esa
afirmación hay que hacer otra: que la inmigración no disminuye los puestos de
trabajo disponibles para los autóctonos sino que los incrementa. Es decir, la
competencia puede darse en espacios concretos y para puestos de trabajo
concretos, pero en una situación en la que la inmigración está provocando el
aumento, en términos generales, de los puestos de trabajo disponibles. O dicho
de otra forma: si mañana se fuesen todos los inmigrantes que han venido en
los últimos años, lo que se produciría sería un fuerte incremento del paro entre
los autóctonos; y si los que se fuesen son todos los que ahora se hallan en
situación de estancia irregular, probablemente pasaría lo mismo.
La incidencia de la inmigración sobre las condiciones laborales.
Comenzaremos, en este apartado, por hacer un repaso de lo que algunos
estudios indican acerca de la incidencia de la inmigración sobre las condiciones
laborales (también sobre las de los trabajadores autóctonos). El análisis que
González Ferrer hace de los estudios realizados en EEUU y en Europa sobre
competencia entre inmigrantes y autóctonos indica que la inmigración no ha
fomentado el desempleo en ninguno de los dos continentes, algo en lo que
parecen coincidir todos los estudios; pero, en cambio, las conclusiones son
más ambiguas al preguntarse sobre cómo incide la inmigración sobre los
niveles salariales y las condiciones laborales. A este respecto, parece que tal
influencia existe, si bien afecta básicamente a los trabajadores autóctonos
menos cualificados. (González Ferrer, 2002: 148).
104
-
Observaciones de:
Antonio Córcoles, responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria
de la CONC. Septiembre 2002.
Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de
Osona. Septiembre 2002.
Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona.
Septiembre 2002.
Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de
Girona. Julio 2002.
97
Un aspecto a tener en cuenta es la proporción de trabajadores inmigrantes, a la
hora de valorar su capacidad para modificar las condiciones del mercado
laboral. Con los datos de 1997 Carrasco señalaba que “la escasa entidad
numérica de los residentes extranjeros extracomunitarios en nuestro país no
nos permite hablar de modificación del mercado laboral español. Un 1, 01% de
población activa extranjera sobre la población activa total hace pensar que no
se producirán, por el momento, cambios en los niveles de empleo, en los
salarios o en la competencia por la adquisición de los beneficios de la
protección social; no obstante, la concentración geográfica, no tanto regional
como local, en algunos mercados de trabajo muy concretos podría tener algún
efecto de sustitución” (Carrasco, 1999: 170). A finales de 2002 los trabajadores
inmigrados (de alta en la Seguridad Social) son ya el 5 % del total y, sin duda,
en determinados espacios están en porcentajes muy superiores, lo que nos
indica que, si bien sigue siendo cierto que en términos generales su incidencia
sobre las condiciones laborales no puede ser muy grande, sí lo puede ser en
los espacios en los que están más concentrados.
Solé y Parella señalan que la competencia se produce con determinados
sectores de los trabajadores autóctonos y que para éstos puede haber
empeoramiento de las condiciones laborales por la presencia de los
inmigrantes: “la disponibilidad del trabajador inmigrante a aceptar condiciones
laborales inferiores genera condiciones especiales para los trabajadores
inmigrantes y un proceso de etnoestratificación dentro de una determinada
esfera de actividad; es ahí donde muchos trabajadores autóctonos se percatan
de la competencia, puesto que el empresario prefiere al trabajador inmigrante
porque le permite abaratar costes y le evita conflictos laborales por su escasa
capacidad reivindicativa, lo que conduce a una reducción de los salarios de los
trabajadores nativos y a un retroceso en las condiciones laborales y derechos
conquistados” (Solé y Parella, 2001: 47).
Otros autores se inclinan por la idea de que determinados sectores laborales,
haya o no inmigrantes, sólo ofrecerán bajas condiciones laborales, pues de otra
forma no serían competitivos, y en todo caso no existirán si no encuentran
mano de obra adaptable a esas condiciones. “Algunos trabajos existen siempre
y cuando lo puedan hacer en la economía sumergida, ya que su coste total
(esto es, incluyendo las cotizaciones a la Seguridad Social y los impuestos
sobre la renta) sería demasiado alto como para ser compensado por su
considerable baja productividad. En resumidas cuentas, en la economía formal,
y aún más en la sumergida, un considerable número de actividades están por
debajo del nivel aceptable por casi todos los trabajadores nacionales”
(Baganha y Reyneri, 2001: 199).
En esta línea, Lorenzo Cachón señala que los sectores en los que se concentra
la mano de obra inmigrada son aquellos en los que previamente hay ya peores
condiciones laborales. Este autor utiliza siete indicadores para la valoración de
las condiciones laborales de cada sector de actividad: el capital humano que el
sector emplea en cuanto a nivel de estudios; el volumen de los contratos
temporales; la calidad de las relaciones laborales en cuanto a presencia
sindical; la jornada laboral pactada en los convenios; la incidencia de
98
accidentes laborales, y los salarios medios. Utilizando estos indicadores,
señala que “las cinco ramas de actividad donde se concentran las tres cuartas
partes de los inmigrantes en España tienen unas condiciones de trabajo
notablemente peores que la media de los sectores” (Cachón, 1999: 54). Es
decir, esos sectores tenían ya las peores condiciones laborales antes de que
llegasen los inmigrantes. Por tanto, no se puede decir que la inmigración sea el
origen de tales condiciones laborales, aunque sí conviene analizar en qué
medida la inmigración contribuye después a hacer más difícil la mejora de las
mismas.
También hay que considerar la posibilidad de que la inmigración influya poco
en las condiciones laborales de los autóctonos en la medida en la que se estén
produciendo condiciones laborales específicas para los inmigrantes. Martínez
Veiga señala que en la agricultura del poniente almeriense se estaba, en 2001,
pagando a los inmigrantes una media de mil pesetas diarias menos de lo que
estaba estipulado por el convenio provincial del campo. “El salario estipulado
en el convenio negociado entre los sindicatos y la patronal es visto por los
inmigrantes como algo que está muy lejos de la realidad. Efectivamente, da la
impresión de que hay dos negociaciones: la que las organizaciones sindicales
llevan a cabo con los patronos, y que para los trabajadores inmigrantes tiene
una dimensión más ideológica que efectiva, y la que llevan a cabo los
inmigrantes con sus respectivos patronos” (Martínez Veiga, 2001: 106)
En Cataluña, a través de las encuestas hechas a sindicalistas de CCOO,
hemos podido deducir que la inmigración sí produce cierto efecto sobre las
condiciones laborales, si bien de forma desigual entre los distintos sectores,
como veremos a continuación.
Hemos vivido, en los últimos tiempos un proceso económico de flexibilización
de horarios y condiciones de trabajo coincidiendo con el aumento de la
inmigración. Las empresas han impuesto más fácilmente sus nuevas
condiciones al contar con la mano de obra inmigrada para los peores puestos
de trabajo. En muchas empresas del Vallès Oriental (químicas y otras) se ha
implantado el 4º y el 5º turno en condiciones muy ventajosas para los
empresarios gracias a que han contado con inmigrantes. Ello es también
responsabilidad de los sindicatos, ya que si esos turnos los hubiesen tenido
que hacer autóctonos probablemente hubiesen planteado más batalla por las
condiciones en las que se implantaban. Convendría analizar la posibilidad de
que haya habido dejadez sindical en la negociación de esas condiciones por el
hecho de que los inmigrantes hayan ocupado esos trabajos.105
Un caso interesante es el de la empresa Corporación Alimentaria de Guissona,
donde hay más de 500 inmigrantes (la cuarta parte de la plantilla) procedentes,
principalmente, de países del Este de Europa, los cuales venían con muy poco
espíritu reivindicativo y con un planteamiento claro de ceder en todo lo que
hiciese falta con tal de ingresar más dinero. Los efectos de esta inserción de
inmigrantes sobre las condiciones laborales del conjunto de los trabajadores
105
-
Observaciones de:
Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de
CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002.
99
podrían haber sido notables, sin embargo, la labor hecha por CCOO de
acercamiento y afiliación de trabajadores de este grupo está minimizando esos
efectos.106
En el sector agrícola, los empresarios hicieron la opción generalizada por el
empleo de inmigrantes a finales de los ochenta, cuando los sindicatos habían
empezado a imponer ciertas mejoras laborales. No está claro si hubiese sido
fácil continuar en esa línea de mejoras sin inmigrantes, pero lo que sí se
observa es que la población inmigrada está trabajando por debajo de las
condiciones laborales logradas, lo que facilita el inmovilismo de los
empresarios. En la campaña de la fruta de Lleida del año 2002 muchos de los
inmigrantes traídos desde su país de origen (concretamente los colombianos)
han trabajado, como hemos señalado más atrás, por 457 pts./hora, mientras
que lo fijado por el convenio son 756 pts./hora. En ésta y en anteriores
campañas se ha observado que los inmigrantes que reclaman son despedidos
inmediatamente.107
En hostelería no está nada claro que las condiciones laborales se hubiesen
dignificado mucho por la carencia de mano de obra si no hubiese habido
inmigración. Tampoco puede decirse que la presencia de inmigración haya
dificultado la mejora de los resultados de la negociación colectiva. El problema
mayor es que lo pactado en el convenio no se cumple por parte de las
empresas, pero ni para inmigrantes ni para autóctonos. Sin embargo, sí puede
decirse que la inmigración ha contribuido a consolidar las malas condiciones
laborales que se dan en el sector. Pueden señalarse algunos aspectos: a) se
ha institucionalizado la realización de un día de fiesta a la semana, cuando el
convenio dice dos; b) se han flexibilizado mucho los horarios; c) ahora los
camareros están haciendo más que antes labores que no corresponden a su
categoría, tales como limpieza, etc.; d) se está respetando menos la relación
entre la categoría del contrato y el trabajo que se realiza, con lo que casi está
desapareciendo la categoría de camarero, puesto que ese trabajo se realiza
por trabajadores que tienen contratos de inferior categoría. Puede decirse que
el nivel medio de las condiciones laborales ha bajado, lo que afecta también a
los autóctonos. 108
Como conclusión provisional diremos que la inmigración sí está generando
cierto efecto a la baja sobre las condiciones laborales, pero ello ocurre, sobre
todo, en sectores cuya estructura empresarial está más atomizada y donde la
incidencia sindical es menor. Allá donde la presencia sindical es mayor, la
progresiva incorporación de inmigrantes no está afectando a las condiciones
laborales del conjunto de los trabajadores.
106
Observaciones de:
Josep López, Responsable de Organización de la Federación Agroalimentaria de CCOO de
Lleida. Octubre 2002.
107 Observaciones de:
- Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida.
Ocubre 2002.
108 Observaciones de:
- Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002.
- Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002.
-
100
X.
ALGUNAS CONCLUSIONES Y PROPUESTAS DE
INVESTIGACIÓN.
Conclusiones provisionales.
A 30 de junio de 2002 la población inmigrada en Cataluña con residencia legal
era de 316.150 personas, lo que suponía el 24,3 % de la población inmigrada
en España. Esa población inmigrada constituye el 5 % del total de la población
catalana, mientras que en España la población inmigrada es el 3.2 % del total.
Cataluña tiene, con ese 5 %, una proporción de población inmigrada igual a la
media del conjunto de la Unión Europea, es decir, ya no podemos seguir
diciendo que nuestra inmigración es inferior a la de nuestro entorno europeo.
La composición de la población inmigrada, en función de sus orígenes de
procedencia, no es igual en Cataluña que en España. La proporción de
marroquíes es más alta en Cataluña, mientras que la de latinoamericanos y
procedentes de la Europa del Este es más baja.
En España la población inmigrada la componen, en la misma fecha, 1.301.342
personas, habiéndose producido un incremento de unas 500.000 en el último
año y medio. El mayor ritmo de crecimiento lo han tenido los latinoamericanos y
los procedentes de la Europa del Este.
Se trata, por tanto, de una inmigración que, en una proporción muy elevada, es
muy reciente, lo que constituye un condicionante muy importante por lo que se
refiere a su inserción laboral y al estudio de la misma. El carácter reciente de
buena parte de la inmigración comporta una inserción laboral también reciente.
Esto viene confirmado por los datos de la Encuesta de Población Activa
(segundo trimestre 2002) que dicen que más del 50 % de los trabajadores
extranjeros de alta en la Seguridad Social han iniciado su vida laboral en
España en los últimos dos años.
La inmigración recibida en España sigue teniendo ciertos desequilibrios en su
proporción entre hombres y mujeres. El más importante es que la marroquí
mantiene una elevada proporción de hombres (el 67,8 %), y aún es mayor en el
caso de otros colectivos, como los senegaleses (82,9 % de hombres) y los
paquistaníes (91,6 % de hombres). Estos desequilibrios son importantes en
Cataluña, donde la proporción de marroquíes es mayor y donde contamos con
la mayor parte de los paquistaníes que hay en España.
101
La inmigración se produce en un marco socio-laboral que ha comportado, en la
última década, la demanda creciente de mano de obra inmigrada. Cabe
destacar algunos factores en este sentido. El fuerte crecimiento del sector
servicios ha dado lugar a la aparición de un volumen importante de trabajos de
escasa cualificación. Paralelamente ha habido un proceso de precarización del
empleo cuya principal característica ha sido el incremento de la temporalidad,
hasta el punto de que hoy uno de cada tres contratos es temporal. Ha habido,
también, un importante crecimiento de pequeñas empresas, tanto en un sector
en auge como es la hostelería, como por la atomización de las empresas en el
sector de la construcción causada por el fenómeno de la subcontratación. Y,
por último, se ha producido un importante crecimiento de la demanda de mano
de obra para el servicio doméstico y los trabajos de atención a las personas,
causada, en buena medida, por la incorporación de la mujer (autóctona) al
mercado laboral y por el incremento en la proporción de las personas de
tercera edad.
La demanda de mano de obra inmigrada producida ha coexistido con altas
tasas de desempleo de la población autóctona, lo que se explica en buena
medida por ciertas características de ésta última. Los jóvenes que se
incorporan al mercado laboral, además de ser cada vez menos, están más
formados que antes, lo que les lleva a aspirar a empleos acordes con esa
formación. Por otra parte, la población desempleada, en buena proporción,
cuenta con recursos familiares o prestaciones sociales que le permiten
mantenerse a la espera de los empleos a los que aspiran sin acudir a aquellos
que resultan más precarios, duros o mal pagados.
A lo anterior hay que añadir que el porcentaje de economía sumergida que
sigue habiendo en España es muy elevado. Ello conforma un marco idóneo
para la inserción laboral de los inmigrantes, aún cuando éstos estén inmigrado
por vías irregulares, convirtiéndose, de hecho, en un importante polo de
atracción para la inmigración irregular.
Por otra parte, el marco jurídico-político es poco apto para facilitar una
inserción legal y no discriminatoria de la población inmigrada, ya que la
legislación y la política de extranjería que se viene haciendo están generado un
importante volumen de irregularidad. Las personas están inmigrando,
mayoritariamente, por vías irregulares, lo que las mantiene en situación de
estancia irregular por cierto período de tiempo, durante el que no pueden
trabajar legalmente y son muy vulnerables a la sobre-explotación laboral.
En este contexto, estamos recibiendo una inmigración cuya inserción laboral es
muy elevada. La tasa de actividad de la población extranjera no comunitaria
(procedente de fuera de la Unión Europea) es del 78,9 %, cuando la del
conjunto de la población española es del 53,8 %. Y la tasa de ocupación es del
70,2 %, mientras que la de la población española es del 47,9 %. Las tasas de
ocupación varían para los distintos colectivos de inmigrantes (por país de
origen) y varían también entre hombres y mujeres. Es remarcable la baja tasa
de ocupación de las mujeres africanas (y concretamente de las marroquíes):
sólo trabaja el 26,1 % de las mismas, mientras que del conjunto de las mujeres
102
inmigradas está trabajando el 43,3 %. Estos porcentajes, por otra parte, se han
mantenido invariables en los dos últimos años.
A la elevada tasa de ocupación que tiene la población inmigrada hay que
añadir que su edad media es muy inferior a la de la población española, y que,
por tanto, es muy inferior su porcentaje de personas que se hallan en edad
cercana a la jubilación. Entre la población inmigrada, quienes están en una
edad entre los 55 y los 64 años son el 3,6 %, mientras que entre la población
española son el 10,6 %. El primero de estos porcentajes incluye a los
comunitarios y no cabe duda de que será muy inferior para los no comunitarios.
Los sectores laborales que concentran mayor volumen de población inmigrada
son el servicio doméstico, la construcción, la hostelería y la agricultura (además
del comercio que hemos excluido de nuestro estudio). Los datos de Seguridad
Social informan claramente sobre la concentración en el servicio doméstico y
en el sector agrícola, ya que son sectores con regímenes especiales. El 13,8 %
de los no comunitarios está en el sector agrícola, cuando de los españoles109 lo
está el 7,5 %. La diferencia es mucho mayor en el servicio doméstico, en el que
se halla el 11,7 % de los no comunitarios, cuando de los españoles es el 1,0 %.
De los trabajadores inmigrados que se hallan en el sector agrícola la mitad son
marroquíes, y de los que se hallan en el servicio doméstico más de la mitad
son latinoamericanos.
Por lo que se refiere al tipo de trabajos que hacen las personas inmigradas, hay
que remarcar, en el caso de las no comunitarias, su fuerte concentración en
trabajos de poca cualificación. A modo de ejemplo puede señalarse que el 60,3
% de los africanos trabajan como peones (entre el sector agrícola y los demás).
Y, entre los latinoamericanos, el 33,7 % trabajan como peones y el 18,4 %
como empleados de hogar.
En Cataluña, las personas inmigradas de alta en seguridad social en los
regímenes agrícola y de servicio doméstico están en menor proporción que en
el conjunto de España, es decir, esas proporciones en Cataluña se acercan
más a las de los autóctonos. Pero los sectores laborales en los que se
concentra la población inmigrada son los mismos. En la construcción está
habiendo una inserción muy amplia de inmigrantes por toda Cataluña, sobre
todo en las pequeñas empresas, entre las que destacan las de restauración de
fachadas. En la hostelería es también generalizada esta inserción de
inmigrantes, especialmente desde el año 2000, cuando se produjo un salto que
fue tanto cuantitativo como cualitativo (por cuanto los inmigrantes comenzaron
a hacer también los trabajos de cara al público que antes no hacían). En el
sector agrícola el empleo de personas inmigradas ha sido también creciente en
todas las campañas agrícolas.
Aquí, además, hay otros sectores que deben ser mencionados. Las industrias
cárnicas constituyen un sector que, en Cataluña, ha crecido mucho en los
últimos diez años, lo que ha venido parejo al empleo creciente de inmigrantes.
109
Decimos siempre españoles refiriéndonos a la población española en su conjunto, que
incluye también a los residentes extranjeros.
103
Son muchas las empresas, pequeñas y medianas, en las que la mitad o más
de la mitad de la plantilla está compuesta por personas inmigradas. También es
muy importante la presencia de inmigrantes en las empresas de servicios, tanto
en las de limpieza como en otras.
Las personas inmigradas se están insertando, además, en sectores que ya no
son los que hasta hace poco se venían mencionando. Actualmente
encontramos una inserción significativa en las químicas y en el metal, si bien su
concentración es mayor en los turnos de noche de esas empresas y en los
trabajos más duros. Así ha podido observarse en las comarcas más
industriales como el Baix Llobregat, el Vallès Occidental o el Vallès Oriental.
Las vías de acceso al empleo que utilizan las personas inmigradas concuerdan
con las de los autóctonos en cuanto que las más formales, es decir, los
servicios públicos de empleo, no son muy utilizadas. En el caso de los
inmigrantes lo que tiene mayor importancia es la utilización de las redes
sociales construidas entre personas de un mismo origen. A través de las redes
se canaliza información, ofertas de empleo y contactos que, no sólo permiten el
acceso al empleo, sino que constituyen uno de los factores que explican el
hecho de que los inmigrantes de determinados orígenes se concentran más en
determinados espacios laborales.
Otra vía de acceso al empleo, que es la contratación callejera, y que ha tenido
mucha importancia para la inmigración, especialmente en las zonas agrícolas
de toda España, sigue existiendo en Cataluña. Sigue teniendo importancia en
la campaña agrícola de Lleida, y es más residual en el resto de Cataluña. Por
último, cabe señalar que la utilización de las ETT para el acceso al empleo
tiene también cierta importancia, concentrada, sobre todo, en los sectores
industriales.
Un fenómeno que se está produciendo en el acceso al trabajo es la
discriminación de unos colectivos en beneficio de otros. Concretamente, es
cada vez mayor la discriminación que sufren los marroquíes ante la preferencia
que los empresarios están manifestando por los latinoamericanos y los
procedentes de la Europa del Este. Esto lo hemos observado en las industrias
cárnicas, en la construcción y en la hostelería, y en menor medida también en
los demás sectores. Los marroquíes están teniendo problemas en algunas
zonas para encontrar trabajo a causa de este fenómeno.
Por lo que se refiere a las condiciones de trabajo, conviene conocer en qué
medida es cierto que las personas inmigradas están padeciendo condiciones
inferiores, cobrando menos por los mismos trabajos, etc. De entrada hemos
observado que el trabajo sin contrato legal (y sin alta en la Seguridad Social) es
un hecho de importantes dimensiones en el servicio doméstico, en la
construcción y en la hostelería, así como en algunas zonas agrícolas.
Las mayores irregularidades se dan en el servicio doméstico, como ya ocurría
antes de la llegada de las mujeres inmigradas, cuando ya estaba generalizado
el trabajo sin contrato y el impago de la Seguridad Social. Ahora, lo que se ha
agravado, con las mujeres inmigradas, es la falta de respeto a los horarios
104
laborales. Las vacaciones quedan con mucha frecuencia impagadas
produciéndose el despido de la trabajadora.
En la construcción, las irregularidades que se cometen con los inmigrantes en
cuanto a condiciones laborales son muy abundantes. En múltiples casos el
salario está apalabrado por debajo de lo que marca el convenio; las horas
extras no se pagan de forma muy generalizada; se trabaja sin horarios; se
producen despidos de inmigrantes dejando de pagar varios meses de sueldo,
y, por último, el engaño es un arma empresarial ampliamente utilizada: los
inmigrantes firman, a menudo, hojas de salario o finiquitos que no han cobrado.
Todas estas irregularidades se dan también con los trabajadores autóctonos,
pero son mucho más abundantes con los inmigrantes.
En la hostelería también hay muchas irregularidades, destacando las que se
producen en la zona del Maresme: trabajo sin contrato, impago de horas
extras, generalización de un día (o unas horas) de descanso a la semana en
lugar de los dos que marca el convenio, etc.
En las campañas agrícolas la explotación de las personas inmigradas es muy
importante. En la campaña de la fruta de Lleida de 2002 se ha estado pagando
a 457 pts./hora, cuando el convenio marca a 756. Además ha habido
problemas con la vivienda que deben proveer los agricultores: viviendas en
malas condiciones, cobro indebido de alquileres, etc.
En otros sectores la explotación es más sutil. Los inmigrantes cobran lo que
corresponde a la categoría de su contrato, pero el hecho es que, por los
mismos trabajos o muy parecidos, sus contratos son de categorías inferiores a
los de los autóctonos. Esto se ha observado en las cárnicas y en otras
empresas de los sectores industriales.
Otro aspecto que hemos analizado es la correspondencia existente entre el
nivel formativo que tienen las personas inmigradas y los trabajos que realizan,
comprobando que se produce un fuerte desajuste. Hemos repasado lo que
distintas investigaciones señalan sobre el nivel formativo de los inmigrantes, así
como lo que dice la EPA, observando que sus niveles medios son superiores a
los de los españoles. Estos niveles varían de acuerdo con el origen de las
personas inmigradas, siendo superiores en el caso de los latinoamericanos y
de los procedentes de la Europa del Este. En el caso de los marroquíes la
proporción de personas con pocos o escasos estudios es mayor que entre los
españoles, pero también es mayor la proporción de personas con estudios
superiores (aunque aquí cabe tener en cuenta que estamos comparando una
población joven, la inmigrada, con toda la población española con las
características que tiene su pirámide de edades).
Lo remarcable es que en la primera etapa de la inmigración casi todas las
personas inmigradas, las que tienen formación y las que no la tienen, ocupan
puestos de trabajo de escasa cualificación. Las mujeres son las que sufren el
desajuste mayor entre formación y ocupación, y además tardan más en ir
encontrando trabajos más cercanos a la formación que tienen. Por orígenes,
105
son los latinoamericanos los que están teniendo mayores facilidades, aunque
también escasas, para acceder a trabajos de mayor cualificación.
La movilidad en el trabajo es muy alta en el caso de las personas inmigradas,
pero es una movilidad “horizontal”, es decir, el ascenso a trabajos mejores o de
mayor cualificación es lento. Como datos de esta fuerte movilidad podemos
decir que el 66, 9 % de los extranjeros que se hallan de alta en la Seguridad
Social ha tenido más de un empleo, a pesar de su reciente incorporación al
mercado laboral (recordemos que más del 50 % se han incorporado en los
últimos dos años).
En el servicio doméstico la rotación en el empleo es muy elevada,
produciéndose también salto a otros sectores (hostelería, empresas de
limpieza, clínicas, etc.). La rotación en la hostelería también los es, y, por lo
que se refiere a salto a otros sectores, destaca el paso a la construcción, lo que
se considera mejora básicamente por los horarios de trabajo.
La forma de promoción laboral más importante que están utilizando las
personas inmigradas es la de montar su propio negocio. Están montando
comercios, puestos de venta ambulante, empresas de revestimiento y
reparación de fachadas, empresas de limpieza, etc. En la construcción son ya
muy numerosas en Cataluña las empresas de arreglo de fachadas que están
en manos de marroquíes.
Nos hemos preguntado por la competencia que se produce, entre autóctonos e
inmigrados por los puestos de trabajo. Nuestra primera conclusión es que el
tópico de que “los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los autóctonos y
provocan aumento del desempleo entre éstos” es del todo falso; pero ya
tampoco es del todo cierto el otro tópico de que “hacen los trabajos que los
españoles no quieren hacer”.
La competencia por los puestos de trabajo entre autóctonos e inmigrados es,
de acuerdo con nuestras observaciones muy escasa, aunque alguna
competencia existe. Estamos ante un mercado laboral segmentado que implica
la existencia de espacios diferenciados en los que compiten sectores
diferenciados de la población trabajadora. Esta segmentación no es estanca, lo
que indica que cierta competencia puede haber, y ésta se está dando
realmente con algunos sectores de trabajadores autóctonos que venían
haciendo los trabajos en los que hoy están concentrados los inmigrantes.
Pero aún cuando existe cierta competencia, de ahí no puede deducirse que la
inmigración genere desempleo entre los autóctonos. Todo parece indicar que lo
que ocurre es justamente lo contrario, es decir, que la inmigración está
teniendo el efecto de mantener y ampliar sectores productivos, lo que está
generando puestos de trabajo para los autóctonos. Es decir, la competencia
puede darse por puestos de trabajo concretos, pero los autóctonos se están
beneficiando de la inmigración porque facilita la creación de otros.
Cuando se analizan los efectos de la inmigración sobre las condiciones
laborales (las que también afectan a los autóctonos) las conclusiones no son ya
106
tan positivas. Cabe comenzar diciendo que las malas condiciones que sufren
algunos sectores laborales, como el servicio doméstico, la hostelería, la
agricultura, etc., son anteriores a la llegada de los inmigrantes y, por tanto, no
se pueden achacar a la inmigración. Pero de lo que sí tenemos indicios es de
que los empresarios se están aprovechando de la inmigración para acentuar su
inmovilismo en este terreno, e incluso para rebajar las condiciones laborales en
algunos aspectos y algunos lugares concretos. Lo observado es que esto se
da, sobre todo, en las zonas en las que la presencia sindical es escasa,
mientras que allá donde los sindicatos están más implantados no se aprecia
ninguna variación en las condiciones laborales por el hecho de que se esté
contratando a personas inmigradas.
Algunas propuestas de análisis e investigación.
Siendo éste un estudio introductorio, cuyo principal objetivo es servir de punto
de partida para definir el trabajo futuro de investigación a desarrollar por el
ámbito de inmigración del CERES, pasamos a definir algunos aspectos sobre
los que consideramos necesaria una mayor investigación.

Analizar periódicamente los datos sobre ocupación de la población
inmigrada, tratando de ver cómo evolucionan las tasas de ocupación en
todos sus aspectos posibles. Teniendo en cuenta las variables de origen,
sexo y edad, para ver cómo evolucionan las diferencias que hay al respecto.
Especial atención merece ver cómo evolucionan por sexo para ver si las
tasas de ocupación se van normalizando en los casos en los que ahora son
más dispares, como por ejemplo en el caso de las mujeres de origen
marroquí. Conviene ver también si las tasa de ocupación por edades se van
“normalizando”, acercándose a las tasas del conjunto de la población.

Estudiar la evolución de los procesos de concentración de las personas
inmigradas en determinados sectores laborales. Ver en qué medida los
sectores todavía dominantes, servicio doméstico, construcción, hostelería,
agricultura y comercio, van perdiendo peso en un proceso de diseminación
de la población inmigrada en todos los sectores de la producción.

Estudiar algunos procesos de desarrollo de economía de enclave (los
llamados “enclaves étnicos”), algo que no hemos abordado en este estudio,
pero que conviene hacer, ya que se trata de una forma de inserción laboral
que ya tiene cierta importancia y que conviene saber cómo va
evolucionando.

Indagar sobre las redes sociales existentes, construidas por las personas
inmigradas de un mismo origen, y estudiar el papel que juegan para la
búsqueda y acceso al empleo. Deconstruir, con estudios y datos concretos,
el mito, ampliamente extendido, de que todas las redes sociales son redes
mafiosas; o como mínimo, tratar de mostrar qué redes concretas no
merecen tal calificación, para aportar elementos que permitan distinguir
entre mafias y redes sociales.
107

Observar los procesos de rotación y movilidad en los trabajos que afectan a
las personas inmigradas, haciendo el seguimiento de los datos sobre
antigüedad en los empleos, temporalidad de los trabajos, etc.

Indagar sobre la existencia de especificidades en la contratación de las
personas inmigradas haciendo el análisis y seguimiento de los contratos de
trabajo, algo que tampoco hemos abordado en este texto. Concretamente
conviene analizar la temporalidad de los contratos, contratos en formación,
etc., para ver así si se están produciendo variaciones significativas respecto
a las tónicas generales.

Estudiar los procesos de promoción laboral de las personas inmigradas.
Observar, en sectores concretos, y con colectivos concretos, cómo se va
produciendo el acceso a mejores trabajos y de mayor cualificación. Esta
misma observación debe hacerse en el interior de cada sector laboral y en
el interior de las empresas, analizando cómo se produce en ellas la
promoción laboral. Por ejemplo, en qué medida están accediendo a
categorías de oficial aquellas personas que ya hacen trabajo de oficial pero
están con categorías inferiores; o en qué medida acceden a la categoría de
camareros quienes ya están haciendo ese trabajo, etc.

Observar los procesos de sustitución de unos trabajadores por otros que se
están produciendo. Tanto la sustitución de trabajadores autóctonos por
inmigrados, como la sustitución de trabajadores inmigrados de
determinados orígenes por otros de otros orígenes. Ver qué factores inciden
en tales procesos. Conviene hacer el seguimiento del que proceso que ya
hemos observado de sustitución de trabajadores marroquíes por
latinoamericanos y de la Europa del Este.

Analizar la evolución que va produciéndose en el desajuste entre el nivel de
formación y la ocupación de las personas inmigradas. Conviene estudiar
casos concretos para ver si hay un problema en la formación que traen esas
personas, por cuanto que no se ajuste a las necesidades del sistema
productivo, y si eso se podría corregir con acciones formativas. Conviene
ver también si hay otros factores, como la discriminación racial, que
generan mayores desajusten para personas procedentes de orígenes
concretos. Hay que prestar especial atención a cómo evolucionan estos
desajustes en el caso de las mujeres, que son las que ahora más los sufren.

Estudiar la discriminación laboral que se produce en el interior de las
empresas, tanto por lo que se refiere a menores salarios por los mismos
trabajos, como a jornadas más largas, peores turnos de trabajo, mayores
dificultades a la promoción, etc. Se necesita ir generando una cultura
antidiscriminatoria que permita detectar la discriminación allá donde se
produzca y plantear medidas para combatirla.

Buscar indicadores y referentes que nos vayan informando sobre la
incidencia de la inmigración sobre la economía y los índices de ocupación y
desempleo. Nuestra primera conclusión de que hasta ahora la inmigración
ha sido un factor favorable para la tasa de ocupación del conjunto de la
108
población trabajadora, debe ser continuamente revisada sobre la base de
indicadores generales y de análisis concretos de caso.

Estudiar cómo evoluciona la incidencia de la inmigración sobre las
condiciones laborales de los sectores concretos en los que se va
concentrando. Ver cuáles son los factores (presencia sindical, etc.) que
determinan el que esa incidencia sea mayor o menor.

Indagar sobre las formas de actuación sindical que favorecen la inserción
laboral de las personas inmigradas en condiciones no discriminatorias.
Analizar las “buenas prácticas” que están permitiendo mejorar la
comunicación con las personas inmigradas y la afiliación sindical de éstas.
109
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