PONENT: PONÈNCIA: Miguel Pajares Alonso LA INSERCIÓ LABORAL DE LES PERSONES IMMIGRADES A CATALUNYA RESUM La inserció laboral de les persones immigrades és, sens dubte, una dimensió de vital importància, ja que condiciona tots els altres aspectes del seu procés d'integració social. L'objectiu d'aquesta ponència és conèixer com s'estan produint aquests processos d'inserció laboral de la població immigrada a Catalunya. Es tracta d'un col.lectiu que constitueix el 5% del total de la població i molts dels seus integrants han iniciat la seva vida laboral en els darrers dos anys, tal com ho demostren les estadístiques d'afiliació a la Seguretat Social. La ponència s'aproxima a les seves taxes d'activitat i d'ocupació i fa un recorregut a través dels sectors laborals on majorment es concentren (servei domèstic, construcció, agricultura, comerç, indústries càrniques…), tots ells caracteritzats per l'escassa qualificació requerida i per unes pèssimes condicions laborals (absència de contracte, salaris per sota del que estipula el conveni, no cobrament hores extres, llargues jornades laborals…). La ponència es basa en dades de diverses fonts estadístiques i en la informació obtinguda a partir d'entrevistes qualitatives a sindicalistes. LA INSERCIÓN LABORAL DE LAS PERSONAS INMIGRADAS EN CATALUÑA ESTUDIO INTRODUCTORIO Realizado por Dirigido por Miguel Pajares Responsable de l’Àmbit d’Immigració del CERES - Diciembre 2002 - 2 INDICE I. II. III. IV. V. INTRODUCCIÓN. Objetivos del estudio. Aspectos metodológicos. LA INMIGRACIÓN QUE SE ESTÁ PRODUCIENDO EN ESPAÑA Y CATALUÑA. Población inmigrada en España. Población Inmigrada en Cataluña. EL MARCO SOCIO-LABORAL Y POLÍTICO EN EL QUE SE PRODUCE LA INMIGRACIÓN. Algunos aspectos acerca del mercado laboral español. Los aspectos demográficos. Dualismo y segmentación en el mercado de trabajo. Convivencia entre el desempleo y la escasez de mano de obra. Marco jurídico-político de la inserción laboral de las personas inmigradas. LA INSERCIÓN LABORAL DE LAS PERSONAS INMIGRADAS. TASA DE OCUPACIÓN POR ORIGEN, SEXO Y EDAD. Las tasas de actividad y de ocupación laboral de los inmigrantes. Tasa de ocupación de los inmigrantes, según sexo y edad. Tasa de desempleo. EL PROCESO DE CONCENTRACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRADAS EN ALGUNOS SECTORES LABORALES. La concentración observada por distintos estudios. Lo que nos indican los datos de alta en la Seguridad Social. El tipo de ocupación de los inmigrantes, de acuerdo con los datos de Seguridad Social y de la Encuesta de Población Activa. LOS SECTORES LABORALES EN LOS QUE SE INSERTAN LAS PERSONAS INMIGRADAS EN CATALUÑA. Servicio doméstico y trabajos de atención a las personas. Construcción. Hostelería. Sector agrícola. Sector de la alimentación. Químicas y metal. Otros (comercio, limpieza, textil) Relación entre el origen de los inmigrantes y los espacios laborales en los que se concentran. VI. ACERCA DEL ACCESO AL EMPLEO DE LAS PERSONAS INMIGRADAS Las vías utilizadas por los inmigrantes para el acceso al empleo. El papel de las ETT. Discriminación en el acceso al empleo. VII. ACERCA DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO DE LAS PERSONAS INMIGRADAS Los inmigrantes en situación irregular. Trabajo sin contrato. Las condiciones salariales. Horarios y turnos. Otros aspectos. VIII. IX. RELACIÓN ENTRE EL NIVEL FORMATIVO Y LA OCUPACIÓN. LA TRAYECTORIA LABORAL DE LAS PERSONAS INMIGRADAS. Formación y titulaciones que traen los inmigrantes. Correspondencia entre nivel de cualificación y empleo. Trayectoria laboral: la inestabilidad y la búsqueda de mejores empleos. LOS EFECTOS DE LA INMIGRACIÓN EN LA TASA DE OCUPACIÓN Y LAS CONDICIONES LABORALES. La competencia por los puestos de trabajo. Los efectos de la inmigración sobre la tasa de ocupación. La incidencia de la inmigración sobre las condiciones laborales. X. ALGUNAS CONCLUSIONES Y PROPUESTAS DE INVESTIGACIÓN. Conclusiones provisionales. Algunas propuestas de análisis e investigación. BIBLIOGRAFÍA. INTRODUCCIÓN. Objetivos del estudio. La inserción laboral de las personas inmigradas en nuestra sociedad es, sin duda, uno de los aspectos de mayor importancia, ya que condiciona todos los demás aspectos de su proceso de integración social. Las características de la integración social de estas personas están muy vinculadas a las posibilidades que tienen de encontrar empleo, al tipo de empleo que encuentran, a las condiciones de regularidad o irregularidad en las que se insertan en el empleo y del trato que en él reciben. Conocer con profundidad cómo se están produciendo esos procesos de inserción laboral es muy importante para definir las actuaciones que deben desarrollarse dirigidas a corregir las tendencias perversas que pueden estarse produciendo. Por otra parte, la inmigración laboral afecta de distintas formas a la sociedad receptora, y más concretamente a los mercados de trabajo, lo que también requiere ser conocido, tanto para tratar de corregir los aspectos negativos, como para combatir los prejuicios y estereotipos que en torno a la inmigración se han ido construyendo. El estudio que aquí presentamos tiene, como su título indica, un carácter introductorio, ya que lo que hemos tratado de hacer es ver qué estudios hay ya hechos sobre el tema, qué es lo que ya se sabe al respecto, y qué es lo que necesita ser estudiado con mayor profundidad. Es decir, más que llegar a grandes conclusiones, lo que aquí tratamos de hacer es dibujar nuestras reflexiones y conclusiones provisionales sobre el tema, y señalar aquellos aspectos sobre los que vamos a tratar de profundizar con futuros estudios. De este estudio introductorio hemos excluido algunos temas al acotar lo que queríamos abarcar. Pero ello no indica que no los consideremos importantes y merecedores de futuros estudios. Por ejemplo, no hemos entrado en lo que se refiere al papel que están jugando los sindicatos respecto al fenómeno de la inmigración, y a cómo se está produciendo la inserción sindical de las personas inmigradas. Sin embargo, éste es claramente un asunto que merece ser estudiado de forma continuada. En el apartado de conclusiones hemos señalado un conjunto de propuestas de estudio que definen lo que será el trabajo de investigación ha desarrollar en los próximos años por el ámbito de Inmigración del CERES, así como por el Observatorio de la inserción laboral de las personas inmigradas, cuya creación se ha promovido por parte de CCOO. 5 Aspectos metodológicos. Para este estudio, además de diversas referencias bibliográficas, hemos utilizado los datos que nos aportan algunas fuentes, que enseguida comentaremos, y la información obtenida de un conjunto de entrevistas cualitativas hechas a sindicalistas y otras personas. Los sindicalistas entrevistados aparecen, a lo largo del texto, en las notas a pié de página, y son personas que se hallan en contacto con el hecho de la inmigración en sus empresas, ramos o territorios. Se ha entrevistado también a otras personas, como se ve en las mencionadas notas, pero el grueso de las entrevistas son las hechas a sindicalistas. Todos los sindicalistas entrevistados son de CCOO. Por lo que se refiere a las fuentes de datos queremos aclarar lo siguiente. Los datos sobre residentes extranjeros en Cataluña y en España son los que aporta el Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio del Interior; son datos muy actualizados y actualmente muy fiables, pero obviamente se refieren sólo a las personas inmigradas con residencia legal, lo que deja fuera a quienes se hallan en situación de estancia irregular, es decir, residiendo sin permiso de residencia. Los datos sobre trabajadores los hemos obtenido de las altas de extranjeros en la Seguridad Social. Muchos de los estudios hechos anteriormente sobre inserción laboral de las personas inmigradas se han estado basando en los datos sobre permisos de trabajo otorgados a residentes extranjeros. Nosotros, en cambio, no hemos incluido datos sobre premisos de trabajo, y ello por dos motivos: primero, porque no hay datos actualizados del año 2002 ni de 2001; y segundo, porque aún cuando los hubiese resultarían poco útiles, ya que buena parte de la población inmigrada queda fuera de la estadística de permisos de trabajo, concretamente quienes tienen residencia comunitaria y quienes tienen residencia permanente. En la medida en la que el número de permisos permanentes va creciendo, pierde utilidad la estadística de los permisos de trabajo para distinguir la parte de población inmigrada que es trabajadora, ya que no hay forma de saber cuantos permisos de residencia permanente corresponden a población activa y cuantos no. También aquí hemos de señalar que los datos sobre trabajadores de alta en la Seguridad Social dejan fuera a todos los que trabajan sin haber sido dados de alta. En el caso de las personas inmigradas éstos pueden constituir un porcentaje significativo, tanto por los que se hallan en situación de estancia irregular, como por los que no han sido dados de alta por sus empleadores a pesar de contar con permiso de trabajo y residencia. Algunas pistas sobre este fenómeno las aportamos a partir de los datos del anuario de las oficinas de CITE en Cataluña, que ha sido otra de nuestras fuentes de datos. Sobre trabajadores extranjeros también hemos utilizado los datos que aporta la Encuesta de Población Activa; pero lo hemos hecho con muchas precauciones, ya que las proyecciones de la EPA sobre trabajadores extranjeros dan cifras 6 que se quedan muy lejos de la realidad. Por tal motivo, en las tablas que hemos elaborado a partir de los datos de la EPA sólo damos porcentajes, ya que consideramos que, si bien los datos absolutos no son útiles, sí pueden serlo las proporciones que señalan. 7 I. LA INMIGRACIÓN QUE SE ESTÁ PRODUCIENDO EN ESPAÑA Y CATALUÑA. Población inmigrada en España. España se ha convertido en país de inmigración en las dos últimas décadas y, de manera más clara, en la última década. Ha sido en los años noventa cuando se han conjugado un conjunto de condiciones que han hecho que éste sea, de manera ya definitiva, un país de inmigración, lo que supone que la inmigración será ya un componente estructural de nuestro desarrollo demográfico, socioeconómico y cultural. Aún así, nuestro volumen de población inmigrada es todavía inferior al de otros países de nuestro entorno europeo, aunque ha crecido de forma rápida en los últimos años. En este apartado vamos a comentar los datos de población inmigrada que tenemos en estos momentos; pero queremos hacer mención, de entrada, al mayor incremento que se ha producido en las fechas más recientes. Como vemos en la tabla 1 los residentes se han triplicado desde 1994, pero el mayor incremento ha sido el producido en los años 2001 y 2002. TABLA 1. EXTRANJEROS CON PERMISOS DE RESIDENCIA EN ESPAÑA (datos de residentes en miles) Año 1994 1996 1998 2000 2002* Residentes 461,4 539,0 719,6 803,1 1.301,3 Fuente: elaboración propia, a partir de datos de Eurostat y del Observatorio Permanente para la Inmigración del Ministerio del Interior. * Los datos de 2002 se refieren a 30 de junio. Conviene remarcar que no es previsible que se mantenga el ritmo de crecimiento de este último año y medio, ya que en buena medida está reflejando los procesos de regularización del año 2001: Ello lo corrobora el hecho de que en los tres meses anteriores a la fecha señalada en la tabla 1 (30 de junio de 2002) el número de residentes creció ya a un ritmo más lento (a 31 de marzo eran 1.243.919).En cualquier caso, para el estudio sobre la inserción laboral de las personas inmigradas, no podemos perder de vista en ningún momento que una buena parte de la población inmigrada es muy reciente. 9 TABLA 2. PERMISOS DE RESIDENCIA EN VIGOR EN ESPAÑA A 30 DE JUNIO DE 2002. CC.AA./PROVINCIA TOTAL ANDALUCÍA Almería Cádiz Córdoba Granada Huelva Jaén Málaga Sevilla ARAGÓN Huesca Teruel Zaragoza ASTURIAS BALEARES CANARIAS Las Palmas Sta.Cruz de Tenerife CANTABRIA CASTILLA - LA MANCHA Albacete Ciudad Real Cuenca Guadalajara Toledo CASTILLA Y LEÓN Ávila Burgos León Palencia Salamanca Segovia Soria Valladolid Zamora CATALUÑA Barcelona Girona Lleida Tarragona COM. VALENCIANA Alicante Castellón Valencia EXTREMADURA Badajoz Cáceres GALICIA A Coruña Lugo Ourense Pontevedra MADRID MURCIA NAVARRA PAÍS VASCO TOTAL 1,301,342 169,727 39,788 12,062 4,704 13,942 7,331 6,231 72,417 13,252 27,973 5,206 3,228 19,539 11,887 59,187 93,442 54,245 39,197 7,593 27,064 5,231 4,401 3,121 4,495 9,816 35,484 1,199 5,812 8,334 1,397 4,184 3,983 2,532 6,316 1,727 316,150 235,188 43,585 12,925 24,452 121,481 71,680 11,810 37,991 13,041 5,405 7,636 29,106 8,484 3,768 5,582 11,272 291,866 43,399 16,144 22,461 CONTINENTE E.E.E. RESTO DE ÁFRICA IBEROAMÉRI AMÉRICA EUROPA CA DEL NORTE 337,308 115,124 342,875 388,125 15,460 65,761 12,619 54,252 24,499 2,969 5,292 4,756 24,345 4,599 137 5,338 401 3,329 1,507 697 777 345 1,389 1,667 87 4,844 1,031 4,096 2,758 262 1,472 846 3,640 1,173 23 453 293 3,380 1,186 39 44,080 4,117 10,966 7,612 1,086 3,505 830 3,107 3,997 638 3,273 4,981 10,427 7,605 299 594 793 2,614 1,021 34 283 637 1,185 903 6 2,396 3,551 6,628 5,681 259 3,855 1,340 1,000 4,989 277 34,381 2,827 8,965 10,402 493 44,131 3,081 13,114 24,030 544 21,902 1,750 10,546 14,289 325 22,229 1,331 2,568 9,741 219 1,625 878 857 3,572 186 2,358 5,502 8,350 9,514 187 399 379 185 580 815 9,289 254 1,526 3,496 288 1,389 312 285 1,073 666 54,577 37,417 10,623 867 5,670 44,890 34,801 2,841 7,248 2,632 1,647 985 12,091 2,373 1,538 3,429 4,751 41,965 4,873 2,924 7,044 1,004 941 726 856 1,975 5,695 182 861 498 168 326 1,627 310 1,521 202 17,843 9,601 2,846 2,362 3,034 16,792 8,144 2,386 6,262 365 234 131 895 415 88 106 286 35,805 2,708 1,320 1,216 1,282 1,110 918 1,457 3,583 6,238 159 898 1,426 276 819 883 793 762 222 121,685 80,219 23,640 7,215 10,611 22,569 11,298 4,319 6,952 7,227 1,725 5,502 2,988 834 446 236 1,472 50,246 18,509 3,979 4,339 2,348 1,741 1,188 1,376 2,861 11,381 535 2,256 2,312 524 1,190 995 1,070 1,943 556 79,997 69,396 4,621 2,071 3,909 29,934 14,220 1,751 13,963 2,187 1,406 781 11,461 4,050 1,485 1,656 4,270 134,403 16,272 7,378 7,784 18 30 9 66 64 456 19 50 81 26 123 41 8 91 17 2,585 2,257 187 21 120 964 489 70 405 81 39 42 770 408 80 71 211 4,789 124 165 496 ASIA OCEANÍ A 100,343 9,258 630 756 419 929 165 875 4,378 1,106 1,368 145 213 1,010 393 2,040 8,371 5,328 3,043 464 1,127 1,012 199 20 18 12 17 4 4 100 24 11 3 176 195 93 149 514 2,368 48 208 512 115 324 119 65 924 53 39,092 35,986 1,630 382 1,094 6,189 2,640 433 3,116 546 353 193 839 387 111 78 263 24,026 891 364 1,511 1 2 1 5 3 9 8 17 65 35 23 12 11 12 5 1 1 1 1 234 203 24 7 79 44 4 31 2 1 1 53 15 20 5 13 207 8 12 56 10 Álava Guipúzcoa Vizcaya LA RIOJA CEUTA MELILLA NO CONSTA TOTAL 5,872 1,432 374 1,657 1,970 61 368 5 5,603 2,403 346 848 1,661 96 230 14 10,986 3,209 496 1,834 4,153 339 913 37 9,512 1,105 1,225 3,311 2,650 40 1,176 1 1,987 133 12 1,669 32 13 121 3,696 290 13 3,134 32 20 196 1 142 111 7 16 3 2 3 1,301,342 337,308 115,124 342,875 388,125 15,460 100,343 1,012 Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior (Hemos eliminados dos columnas: la de “apátridas” y la de “no consta”. La primera da una cifra en España de 451 personas y la segunda de 644) Pasamos a analizar brevemente los últimos datos disponibles sobre residentes extranjeros que, como ya hemos señalado, son datos a 30 de junio de 2002 y dan la cifra de 1.301.342 residentes. Ha habido un aumento en los dos primeros trimestres del año que ha sido considerablemente menor en el segundo,1 lo que nos indica que la cifra de residentes no seguirá subiendo de la manera que lo hizo en 2001 e inicios de 2002. La distribución de los residentes por Comunidades Autónomas nos dice que casi la mitad están entre Madrid y Cataluña, y que ésta última es la primera en cuanto a número de residentes extranjeros. En el conjunto del Estado español, la población inmigrada constituye el 3,19 % del total de población. Entre la población inmigrada, podemos distinguir la comunitaria, procedente de países de la Unión Europea, de la extracomunitaria. Los datos sobre comunitarios que vamos a utilizar son, en realidad, datos sobre personas procedentes del E.E.E. (Espacio Económico Europeo) que incluye los países de la UE y 3 más (Noruega, Islandia y Liechtenstein). De acuerdo con la tabla 2, la población comunitaria (EEE, en realidad) era en esa fecha de 337.308 personas y la extracomunitaria era de 964.034 personas. TABLA 3. PERMISOS DE RESIDENCIA EN VIGOR EN ESPAÑA EN LAS DOS FECHAS INDICADAS. TOTAL ESP.EC. RESTO DE ÁFRICA LATINOAM AM. DEL EUROP. EUROPA ÉRICA NORTE ASIA OCEANÍA Apátr. y no consta 31 diciembre 2001 1.109.060 331.352 81.170 304.149 283.778 15.020 91.552 944 629 31 marzo 2002 1.243.919 336.833 106.576 323.705 364.045 15.341 95.188 996 1.235 30 de junio 2002 1.301.342 337.308 115.124 342.875 388.125 15.460 100.343 1.012 1.095 Fuente: Elaboración propia, a partir de datos del OPI, Ministerio del Interior Por continente de origen, vemos que entre la población extracomunitaria destaca la procedente de Latinoamérica, ocupando el primer lugar, seguida de la procedente de África. Cabe señalar que el mayor ritmo de crecimiento, en los primeros meses de 2002, lo aportó la población procedente de Latinoamérica y 1 A 31 de diciembre de 2001 eran 1.109.060. en el primer trimestre se produjo un aumento de 134.859 residentes, mientras que en el segundo el aumento fue de 57.423. Cabe suponer que han concluido, por lo que se refiere a número de residentes, los efectos de las regularizaciones de 2001. 11 la procedente de los países agrupados bajo el epígrafe “resto de Europa” (que básicamente se refiere a los países de la Europa del Este), lo que se aprecia con la comparación de datos que hemos hecho en la tabla 3. Es decir, estamos ante una cierta tendencia de predominio de los flujos de inmigración procedentes de Latinoamérica y de la Europa del Este. Para analizar otros aspectos relativos a la población inmigrada, como su distribución por sexo y edades, vamos a recurrir a los datos de residentes a 31 de diciembre de 2001, cuando eran 1.109.060 personas, dado que esos son los que utiliza el Anuario Estadístico de Extranjería 2001, texto del que también vamos a ir extrayendo una parte de la información que vamos a manejar en otros apartados. La distribución por sexo de la población residente, de acuerdo con los datos del Anuario Estadístico de Extranjería 2001, a 31 de diciembre de 2001, era del 44,95 % de mujeres y el 55,05 % de hombres. Estos porcentajes varían mucho cuando se refieren a los distintos continentes de origen; así, el porcentaje de mujeres entre los africanos es el más pequeño, siendo del 30,85 %, mientras que el de los latinoamericanos es el más grande, siendo del 57,68 %. Aún se producen variaciones mayores cuando nos referimos a los países de procedencia. Los que mayor proporción de hombres aportan son Paquistán (91,62 %), Senegal (82,91 %), Argelia (80,13 %), Marruecos (67,80 %) y Rumania (64,82 %). Por el contrario, la mayor proporción de mujeres correspondía a Brasil (71,79 %), República Dominicana (70,72 %), Colombia (61,56 %) y Filipinas (60,25 %) (Anuario… 2001: 31, 59, 60). Por edades, los menores de 16 años eran 115.386 (el 10,40 % del total), entre 16 y 64 años había 921.057 (el 83,05 %) y los mayores de 65 años eran 72.617 (el 6,55 %). Esos porcentajes variaban al referirse a los distintos países, y en los extremos tenemos a Ecuador, que es el origen que menos personas menores de 16 años aporta (un 4,68 %), y a Marruecos, que tiene el porcentaje más alto de población menor de 16 años (el 19,25 %) (Anuario… 2001: 32, 60, 61). Por lo que se refiere a los 72.617 residentes de más de 64 años, cabe decir que la mayor parte de ellos (54.068) provienen del EEE, destacando los británicos (19.316). Las cifras son ya muy pequeñas cuando se refieren a orígenes no europeos, siendo las más altas las siguientes: marroquíes (2.156), argentinos (1.831) y peruanos (1.232) (Anuario… 2001: 60). Población Inmigrada en Cataluña. En Cataluña la cifra de residentes extranjeros era de 316.150 a 30 de junio de 2002, como vimos en la tabla 2, lo que supone el 24,3 % del total de residentes extranjeros que hay en España. Respecto al conjunto de la población catalana, los residentes extranjeros son el 4,98 % del total, porcentaje que es muy superior al del Estado español (este es, como vimos más atrás, el 3,19 %). Nos interesa también ver las diferencias que hay, en función de los orígenes, entre la población inmigrada en Cataluña y la del conjunto del Estado, pero para ello 12 recurriremos a los datos que da el Anuario Estadístico de Extranjería 2001 que, como hemos señalado, son a 31 de diciembre de 2001, fecha en la que los residentes extranjeros en Cataluña eran 280.167, el 25,2 % de la población inmigrada con residencia legal que hay en España. La tabla 4 nos da los datos por continentes y por aquellos países que en cada continente aportan el mayor número de residentes. Cabe destacar algunos aspectos a la vista de los datos de la tabla 4, por lo que se refiere a la disparidad entre Cataluña y España en relación con el origen de los residentes. Los comunitarios, o procedentes del EEE, están en Cataluña en una proporción mucho menor de la que tienen en el conjunto del Estado español: en Cataluña son el 18,4 % de los residentes extranjeros, mientras que en el Estado son el 29,9 %. TABLA 4. RESIDENTES EXTRANJEROS EN CATALUÑA A 31 DE DICIEMBRE DE 2001 Barcelona 35.435 Girona 9.929 Lleida 837 Tarragona 5.329 Cataluña 51.530 España 331.352 Resto Europa Rumania Ucrania Rusia 7.063 1.524 773 1.191 2.552 329 423 610 2.039 749 665 51 2.578 712 263 242 14.232 3.314 2.124 2.094 81.170 24.856 9.104 7.543 África Marruecos Gambia Argelia Senegal 73.476 61.638 2.663 2.322 2.007 21.735 14.958 4.755 216 755 6.769 3.901 506 720 508 9.126 8.145 34 429 352 111.106 88.642 7.958 3.687 3.622 304.149 234.937 9.318 15.240 11.553 Latinoamérica Ecuador Perú Rep Dominic 54.757 13.594 11.940 7.138 4.400 613 218 403 1.921 313 91 309 3.344 653 125 377 64.422 15.173 12.374 8.272 283.778 84.699 33.758 29.314 Asia 33.181 10.527 10.339 5.222 1.493 486 68 176 379 289 11 9 959 610 77 95 36.012 11.912 10.495 5.502 91.552 36.143 14.322 14.716 206.359 40.322 11.984 21.466 280.167 Fuente: elaboración propia, a partir de los datos del Anuario Estadístico de Extranjería 2001, pp. 65-77 1.109.060 EEE China Paquistán Filipinas Total Entre los no comunitarios, las proporciones, según el origen, son también diferentes en Cataluña respecto al conjunto del Estado español. Es, por ejemplo, importante la diferencia que existe acerca de los residentes de origen marroquí: éstos son el 31,6 % de los residentes que hay en Cataluña, mientras que en España son el 21,2 %. Por el contrario, los latinoamericanos y los procedentes de la Europa del Este están, en Cataluña, en proporciones inferiores de las que tienen en España. Otras diferencias de interés son las que se producen respecto a los gambianos y a los paquistaníes. Los gambianos están fuertemente concentrados en Cataluña, donde reside el 85,4 % de todos 13 los que hay en España; y algo parecido ocurre con los paquistaníes, los cuales, por otra parte, se concentran principalmente en Barcelona. Por sexo, la población inmigrada en Cataluña cuenta con un 40,90 % de mujeres, porcentaje que es inferior al del conjunto de España (éste es del 44,95 % como vimos); en ello influye el hecho de que el porcentaje de africanos en Cataluña está por encima de la media, mientras que el de latinoamericanos y europeos está por debajo. El crecimiento de población inmigrada en Cataluña a lo largo del año 2001 fue importante: los residentes pasaron de ser 214.996 a ser 280.167, es decir, hubo un crecimiento del 30,3 %, lo que en buena medida se explica por los procesos de regularización de ese año. La actualización de la cifra de residentes derivada de aquellos procesos de regularización ha continuado en el año 2002, lo que nos lleva a la cantidad de 316.484 a 30 de junio de 2002. 14 II. EL MARCO SOCIO-LABORAL Y POLÍTICO EN EL QUE SE PRODUCE LA INMIGRACIÓN. Algunos aspectos acerca del mercado laboral español. Comentamos aquí algunas características del mercado laboral español que deben ser destacadas con relación a la inserción laboral de las personas inmigradas. La economía española ha tenido un crecimiento importante a partir de la recuperación económica que se produce en torno a 1985. Ésta dura hasta 1990, año en el que se inicia una etapa de recesión económica que llegaría hasta 1994, para dar paso a un nuevo ciclo de crecimiento iniciado en 1995. Entre 1995 y 2001 se han producido cambios importantes: hemos pasado de una población ocupada de 12.042.000 personas en 1995 a otra de 14.768.400 en 2001, y de un tasa de paro del 22,9 % en 1995 a otra del 13,0 % en 2001 (aunque con la nueva metodología aplicada para la EPA se da una tasa del 10,5 % para ese año). El crecimiento producido desde 1985 ha tenido algunas características que tienen mucho que ver con la demanda de mano de obra inmigrada que se ha generado en los últimos años. En primer lugar hay que destacar que, aunque en estos años ha crecido también la industria y la construcción, lo que más ha crecido es el sector servicios. “Entre 1985 y 1995… por cada cien empleados, los trabajadores en la agricultura disminuyeron de 23 a 9, los de la industria de 27 a 21, mientras los de los servicios pasaron de 40 a 60… Las nuevas colocaciones se producen principalmente en el sector servicios, en el que crecen simultáneamente las ocupaciones que exigen mayor (titulados en general) y menor cualificación (hostelería, servicios domésticos, limpiezas, etc.), con mayor fuerza que las que se sitúan en el escalón intermedio (administrativos, sector financiero, etc.)” (Colectivo Ioé, 1999-b: 102). El fuerte crecimiento del sector servicios viene acompañado, como vemos, de una demanda de mano de obra poco cualificada que ya no se produce en la misma proporción en el sector industrial (en el que el desarrollo tecnológico ejerce una acción más restrictiva sobre la demanda de mano de obra). Así pues, la demanda de mano de obra inmigrada está muy relacionada con el crecimiento del sector servicios. Varios autores, en un análisis más amplio sobre la relación entre globalización e inmigración, lo dicen así: “la administración de una economía global engendra una gran demanda de peritos 15 en electrónica, telecomunicaciones, banca, finanzas, seguros, derecho, gobierno y ciencia, y los trabajadores con niveles superiores de educación migran a las ciudades globales a satisfacer esa demanda. La reunión, en las ciudades globales, de trabajadores de ingresos altos y de capitalistas ricos crea una demanda de trabajadores de servicios en restaurantes, hoteles, construcción, mantenimiento y servicios personales. Puesto que los nativos son reacios a aceptar empleos pesados y mal pagados, y puesto que los empleos del sector servicios no pueden ser fácilmente cubiertos a distancia, los captores reclutan inmigrantes para ocupar esas posiciones” (Massey y otros, 1998: 221). Una parte de la demanda reciente de mano de obra se relaciona con otro aspecto: el incremento, experimentado en las últimas décadas, de la inserción de la mujer (europea) al mercado laboral. Ello, unido a la carencia, en países como España, de prestaciones públicas suficientes para favorecer esa incorporación, ha generado una demanda laboral de trabajadoras domésticas en condiciones de mano de obra barata que ha sido satisfecha por mujeres inmigradas. Cabe añadir en este punto, que el envejecimiento de nuestra población ha contribuido también a aumentar esa demanda de trabajadoras domésticas para la atención a personas mayores. El aumento de la demanda en los niveles laborales más bajos en el escalafón en cuanto a las condiciones laborales se ha producido paralelamente a una fuerte ofensiva, protagonizada por empresarios y gobiernos, para la desregulación del mercado laboral. La estabilidad en el empleo ha sido cercenada y se ha producido un importante desarrollo del trabajo temporal. La Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2002 señalaba que uno de cada tres contratos es temporal.2 Esta temporalidad es un factor de precarización del trabajo que se da más en los sectores que más están demandando mano de obra inmigrada. “Las ramas con mayor incidencia de la contratación temporal son la construcción (57,2 % del total de los ocupados), los servicios de saneamiento y limpiezas, los personales y domésticos y los de restauración-hostelería (entre el 46-49 %)” (Colectivo Ioé, 1999-b: 103). También es importante el avance que se ha producido en descentralización y subcontratación, con particular incidencia en el sector de la construcción, que está conduciendo a que los trabajadores dependan de empresas cada vez más pequeñas y con menor control sindical. Esto no se da sólo en la construcción, sino que está afectando a todos los sectores generando un nuevo tipo de “empresas de servicios”, que hacen cualquier cosa que se les subcontrate por parte de otras empresas. Lo que antes podía estarse haciendo por una gran empresa, ahora lo puede hacer por un conjunto de pequeñas empresas, en las que el control sindical es más difícil, y en las que aparece un conjunto de puestos de trabajo de condiciones laborales inferiores a las de antes. Pero quizás el factor más importante, relacionado, no sólo con la demanda de mano de obra inmigrada, sino también con la forma como esa mano de obra se inserta en el mercado laboral, es la elevada proporción de economía sumergida 2 Sobre una cifra de asalariados de 13.263.000, la cifra de trabajadores con contrato indefinido es de 9.151.800 y la de trabajadores con contrato temporal es de 4.111.200, según la EPA, tercer trimestre de 2002. 16 que tenemos en España. Una estimación del año 2000 señalaba que la economía sumergida en España comportaba el 23 % del PIB. Algunos autores han relacionado directamente los niveles de inmigración que tenemos en países como Italia y España con los de su economía sumergida. “Desde los años setenta en adelante, la persistente y creciente inmigración ilegal a Europa occidental y particularmente a Europa meridional llamó la atención a varios autores sobre el peso de la economía sumergida, informal, negra o secundaria como factor de atracción de un segmento de mano de obra que se inserta con las características de infraclase” (Malgenisi, 1998: 18). “Los trabajadores inmigrantes que llegan a Grecia, Italia, Portugal y España se encuentran con una enorme economía sumergida que les ofrece un amplio abanico de empleos que no requieren ninguna documentación, ni para trabajar ni para residir” (Baganha y Reyneri, 2001: 140) La inserción de las personas inmigradas en la economía sumergida tiene una conexión directa con el hecho de que la mayor parte de ellas se vean obligadas a inmigrar de forma irregular, lo que les lleva a pasar cierto período de tiempo sin permiso de trabajo y residencia. Pero su participación en la economía sumergida no se reduce a esa etapa en la que no disponen de residencia legal, las encuestas del CITE muestran que hay, como también ha señalado Baganha y Reyneri (2001: 148), gran número de inmigrantes que continúan trabajando en empleos informales a pesar de haber obtenido un permiso de residencia. También conviene resaltar, como característica de nuestro mercado laboral, que aún cuando mantenemos tasas de desempleo altas, éste se distribuye de forma desigual para los distintos grupos de la población, de la misma forma que se producen grandes diferencias regionales en cuanto a población activa, tasas de paro y ocupación, lo que viene acompañado de cierta segmentación en pequeños mercados regionales entre los cuales no hay movilidad (Carrasco, 1999: 57). Sobre diferencias regionales cabe decir que la tasa de paro en Cataluña es del 8,8 en 2001 (8,4, de acuerdo con la nueva metodología de la EPA), frente al 13,0 del conjunto del Estado. Volveremos sobre esto en el apartado en el que comentamos la convivencia que se da entre tasas de paro elevadas y escasez de mano de obra en algunos sectores. Los aspectos demográficos. Algunos informes (de la ONU, de la OCDE, del Consejo de Europa y de la Comisión Europea) han advertido en los últimos años sobre ciertos problemas demográficos que se nos vienen encima en Europa, relacionados con la disminución de la tasa de natalidad de las últimas décadas y la disminución (derivada de la primera) de la tasa de población activa en los años venideros. Hay cierto alarmismo en algunos de los informes, lo que nos obliga a tener ciertas reservas hacia los mismos (Pajares, 2000: 44-49), pero ello no impide que debamos tener también en cuenta los aspectos demográficos en el tema que estamos tratando. Ciertamente, los índices de fecundidad en España (1,2 hijos por mujer) son de los más bajos del mundo, aunque últimamente se haya producido un ligero aumento de la fecundidad y es previsible que pueda llegar 17 a alcanzar el nivel de otros países próximos (de 1,4 a 1,5 hijos por mujer) (Fernández Cordón, 2001: 47). Respecto al envejecimiento demográfico en España, Anna Cabré y Julio Pérez han señalado que la proporción de personas mayores de 65 años no ha dejado de crecer a lo largo del siglo XX, y que será en torno al 2006 cuando “la llegada a los 65 años de las generaciones más llenas aumentará de nuevo el ritmo de crecimiento del grupo” (Cabré, 1995). Por su parte, Fernández Cordón (2001: 47-49) nos dice que la proporción de personas de 65 años o más, que ahora es del 17 %, alcanzaría el 18,2 % en 2010, el 20,2 % en 2020 y el 31,5 % en 2050. Paralelamente a este envejecimiento, se produce un descenso de población, de forma que ésta puede estar entre los 31,3 millones, si no aumenta la fecundidad, y los 39,3, si aumenta al nivel de reemplazo, según Fernández Cordón. Éstas hipótesis están hechas contando con una inmigración laboral anual de 50.000 trabajadores, que, añadiendo las personas dependientes que los acompañan, supone una inmigración anual de 63.000 personas. Este autor señala que los efectos de la inmigración son limitados: “Vemos que, a pesar de incluir la llegada de aproximadamente 63.000 personas anuales durante los próximos cincuenta años, sólo si la fecundidad alcanza el nivel de reemplazo (un objetivo que puede parecer hoy muy lejano) se podrá mantener a largo plazo el volumen actual de la población española”. Por lo que se refiere al descenso de la población activa, este autor señala que la población española comprendida entre los 20 y los 64 años (el segmento que potencialmente ofrece empleo, ya que los de menos de 20 o más de 65 apenas lo ofrecen) es de 24,5 millones. Disminuirá previsiblemente a partir de 2020, pudiendo llegar a situarse en 18 millones en 2050 (Fernández Cordón, 2001: 52). Estamos pues ante una perspectiva clara de disminución de los activos que puede generar una demanda de mano de obra inmigrada mayor de la que se ha producido hasta el momento, aunque la inmigración no será suficiente para corregir esas tendencias demográficas. En estudio hecho por Mañé y Oliver (2001) para el caso de Cataluña señala que entre 2000 y 2010 habrá un descenso de población entre los 16 y los 24 años de más de 220.000 personas. Este número de personas corresponde al 30 % de las que ahora hay en Cataluña entre las edades mencionadas. Es decir, el volumen de gente que se incorporará al mercado laboral al acabar su etapa estudiantil será muy inferior al que ahora se incorpora. Dualismo y segmentación en el mercado de trabajo. Frente a las teorías económicas neoclásicas, que veían el mercado laboral bajo las estrictas reglas de la competencia en la oferta y en la demanda, en los años setenta surgió la idea de la segmentación del mismo. El planteamiento (ahora ya tradicional y discutido parcialmente) de la segmentación nos habla, en primer lugar, de un dualismo entre un mercado primario y otro secundario. En el mercado primario encontraremos salarios altos, buenas condiciones laborales, estabilidad, posibilidades de promoción…, mientras que en el secundario lo que habrá son salarios bajos, trabajos duros, malas condiciones 18 laborales, inestabilidad, pocas posibilidades de promoción… La teoría de la segmentación lo que nos dice es que los trabajadores que compiten dentro del mercado primario apenas se comunican con el secundario, es decir, no acuden al secundario en búsqueda de empleo; mientras que los que compiten en el secundario tienen también muy pocas posibilidades de saltar al primario. La segmentación va más allá dando lugar a varios segmentos, más o menos estancos, del mercado laboral, tanto dentro del mercado primario como dentro del secundario. Algunos autores han advertido sobre esta realidad al estudiar la inserción laboral de los inmigrantes, señalando que estamos ante “un mercado segmentado, dividido en una serie limitada de esferas o segmentos no competitivos entre sí” (Solé y Parella, 2001: 31), y que, incluso, cabe hablar de la aparición de nuevos segmentos en los últimos tiempos, en la medida en la que han aparecido “sectores de trabajo precario al servicio de la más moderna economía capitalista (producto de la descentralización productiva bajo un control crecientemente centralizado)” (Colectivo Ioé, 1999-b: 99). Lo importante a remarcar es que, cuando se ha producido la segmentación, las fronteras que se generan dentro del mercado laboral, por la especialización y la división del trabajo, “significan que los trabajadores no son intercambiables entre sí y que, por tanto, no podemos hablar genéricamente de un mercado de trabajo en el que se observe una competencia entre todos los trabajadores por los puestos disponibles” (González Ferrer, 2002: 139). Por otra parte, si se acepta que quienes forman parte de uno de los segmentos no compiten con los de otros, cabrá concluir que la abundancia o escasez de trabajadores en un segmento no afecta a los del otro, y que, en consecuencia, los salarios de determinado segmento no se ven afectados por esa abundancia o escasez de trabajadores en otros segmentos, es decir, no se produce nivelación competitiva de los salarios. (Herranz, 2000: 133) La realidad, no obstante, puede no ser ni como había sido definida por el enfoque neoclásico, según el cual los trabajadores compiten entre sí dentro de un mismo mercado laboral, ni exactamente como fue definida en los años setenta por quienes formularon la hipótesis de la segmentación del mercado laboral. La segmentación parece un hecho evidente, pero no es una segmentación perfecta, produciéndose ciertos niveles de movilidad entre los distintos segmentos. Por otra parte, al detenerse en el análisis de un determinado tipo de trabajo, no siempre es fácil decir si forma parte del mercado primario o del secundario. El dualismo del mercado de trabajo llevaría, en general, a afirmar que determinados trabajos ocupados por los inmigrantes se hallan en el secundario, sin embargo, ello no es tan sencillo, ya que el dualismo que se aprecia respecto a los salarios no puede aplicarse igual respecto a la estabilidad. En el servicio doméstico interno, la estabilidad es muy alta (aunque sea cambiando de empleador), lo que lo situaría en el mercado primario, sin embargo los salarios y condiciones de trabajo lo sitúan en el secundario (Martínez Veiga, 1997: 180). 19 Así mismo, muchos de los trabajos situados en el mercado primario no pueden ser calificados como “de buenas condiciones laborales”, ya que están cada vez más afectados por un empeoramiento de éstas, en aspectos como el aumento del estrés y otros problemas de salud, la prolongación de la jornada laboral, la temporalidad, la invasión de la vida privada del trabajador, etc. (Rojo Torrecillas, 2001). En realidad, la división entre mercado primario y secundario no es sólo una cuestión de trabajos más duros y menos duros, o buenas y malas condiciones laborales, sino que intervienen también aspectos de status y de prestigio social que son los que acaban definiendo los trabajos por los que las personas están predispuestas a competir (Abad Márquez, 2001). Pero aún cuando la segmentación no sea perfecta, y aunque no sea fácil clasificar los trabajos entre primarios y secundarios, de lo que no cabe duda es de que la segmentación existe, y que constituye un importante factor a la hora de explicar la abundancia de la demanda de mano de obra inmigrada que se está produciendo. Convivencia entre el desempleo y la escasez de mano de obra. La segmentación del mercado laboral explica ya, en parte, el que pueda darse una tasa elevada de desempleo entre la población autóctona, la que aspira a colocarse en el mercado primario, al tiempo que se produce escasez de mano de obra en sectores concretos del mercado secundario. Esto se refiere, claro está, a los trabajos sometidos a peores condiciones laborales que se están ofreciendo a los inmigrantes. Pero hay también otros desajustes en el mercado laboral que acentúan la dificultad de encontrar mano de obra para algunos trabajos a pesar del desempleo. En el caso de Cataluña, Mañé y Oliver (2001) han explicado el importante desajuste que hay por lo que se refiere al nivel medio de formación entre el capital humano disponible y el que requiere el sistema productivo, lo que “permite explicar que en nuestra economía convivan niveles de paro relativamente elevados (cabe recordar que hoy en Cataluña todavía hay más de 200.000 parados) y, simultáneamente, tensiones intensas en determinados mercados (torneros, fresadores, ebanistas, cocineros, camareros u operarios especializados de la construcción)”. Es decir, además de trabajos a los que la población autóctona no se presta a acudir, hay otros a los que, por falta de formación, no acude en suficiente proporción. Ello tiene que ver con las deficiencias de nuestros sistemas formativos y, especialmente, de la formación profesional, que da lugar a una incorporación de jóvenes formados al mercado laboral, que no se ajusta del todo a las necesidades del sistema productivo: parte de estos jóvenes se mantiene en paro, al tiempo que se producen ciertas dificultades para cubrir determinados puestos de trabajo. Por lo que se refiere a la población desempleada, en Cataluña podría aplicarse, en cierto modo, lo que Baganha y Reyneri dicen respecto a los países del sur de Europa: los parados son, en parte, jóvenes con estudios con grandes 20 aspiraciones profesiones y sociales que no acudirán a determinados trabajos; otra parte son jóvenes o mujeres de familias en las que el cabeza de familia tiene un trabajo que le permite mantenerlos hasta que encuentren un buen empleo; otra parte son hombres ya mayores que tienen las necesidades básicas cubiertas, por otros miembros de la familia o por el Estado, y que además tienen escasa preparación (Baganha y Reyneri, 2001: 128). Evidentemente, la realidad es más amplia, y junto a los parados que pueden aguantar en la situación de desempleo hasta que encuentran un buen trabajo, hay otros en situaciones desesperadas; pero lo cierto es que, en términos globales, hay un importante desajuste entre la demanda de mano de obra que se está produciendo y la oferta que procede de la población autóctona desempleada. Por lo que se refiere a la población inactiva, las posibilidades de aumentar las tasas de actividad son escasas. En Cataluña, las tasas de actividad inferiores se dan en hombres de más de 54 años y en mujeres de más de 44. “En cambio, las elevadas tasas de actividad del resto de la población (tasas superiores al 93 % de media para los hombres entre los 25 y 54 años y del 83 % para las mujeres entre 25 y 34 años) apuntan a que las políticas de fomento de la actividad pueden tener resultados poco positivos en estos colectivos, sobretodo en el masculino puesto que en el femenino aún queda un cierto margen” (Mañé y Oliver, 2001). Si es posible que estén conviviendo tasas altas de desempleo con escasez de mano de obra en algunos sectores, este fenómeno será aún mayor en la medida en la que la tasa de desempleo se reduzca. Por lo que se refiere a las perspectivas futuras de escasez de mano de obra en Cataluña, seguiremos comentando el estudio hecho por Mañé y Oliver (2001). Estos autores han hecho previsiones que hablan de que, entre 2000 y 2010, en Cataluña se crearán 594.000 nuevos puestos de trabajo. El sector que más puestos de trabajo creará en la presente década, de acuerdo con las dinámicas actuales de terciarización, es el sector servicios. “El sector servicios generará 425.000 nuevos puestos de trabajo (el 71 % de la nueva ocupación)” (Mañé y Oliver, 2001). También se creará empleo en otros sectores: “el empleo que se generará en Cataluña durante la próxima década será también industrial, con 100.000 nuevos ocupados, y del sector de la construcción (con un total de 75.000 nuevos empleos entre 2000 y 2010)” (Mañé y Oliver, 2001). Analizando las posibilidades existentes en Cataluña de incrementar la población activa, así como las posibilidades de aumento de la población ocupada por reducción de la tasa de paro, Mañé y Oliver llegan a la conclusión de que hasta 2010 se obtendría un máximo hipotético de 370.000 personas que se incorporarían al mercado de trabajo, cifra muy inferior a los 594.000 nuevos puesto de trabajo que, según sus previsiones, creará el sistema productivo (Mañé y Oliver, 2001). Estos autores señalan, además, que el déficit se agrava si se tiene en cuenta el nivel de cualificación necesario de los nuevos puestos de trabajo. Teniendo esto en cuenta, cifran el déficit en unos 400.000 trabajadores cualificados o muy cualificados. 21 Utilizando supuestos probables sobre crecimiento del empleo y evolución demográfica, Fernández Cordón señala que en 2014 la oferta global de trabajo (población activa) puede pasar a ser menor que la demanda (Fernández Cordón, 2001: 63). Esta se refiere a oferta global, pero teniendo en cuenta la segmentación del mercado laboral, los sectores (y regiones) en los que la oferta será insuficiente, que ya existen ahora, irán aumentando progresivamente. Todo parece indicar que las necesidades de mano de obra inmigrada van a incrementarse en el futuro. Hay previsiones que apuntan, como hemos visto, a que el incremento mayor va a producirse respecto a la mano de obra cualificada o muy cualificada. Pero, si tenemos en cuenta que esa situación puede provocar, en los trabajadores autóctonos, una aspiración, aún mayor que la que hoy existe, por los trabajos de mayor cualificación y status social, cabe prever que también va a incrementarse la demanda de mano de obra inmigrada para los trabajos de menor cualificación. Marco jurídico-político de la inserción laboral de las personas inmigradas. Después de haber señalado la existencia de un marco socio-laboral que está generando demanda de mano de obra inmigrada, conviene también analizar el marco legislativo y político en el que se produce la inmigración. No obstante, aquí no pretendemos abordar con profundidad lo relativo a la legislación y la política de inmigración que tenemos en España, ya que éste no es el objetivo de este texto, sino solamente señalar aquellos aspectos que condicionan de forma más importante la inserción laboral de las personas inmigradas. Sin duda alguna, el principal condicionante es la forma como se produce la entrada en territorio español y el status legal que de ahí se desprende. Cuando la persona inmigrada se halla en una situación de estancia irregular, su inserción laboral sólo puede producirse en la economía sumergida, sus derechos están severamente mermados y su vulnerabilidad frente a quienes la quieran explotar es muy grande. Además, el paso prolongado por esa situación de irregularidad condicionará su proceso posterior de inserción, incluso después de haber obtenido la residencia legal. La normativa de extranjería que hay en España desde 1985 ha hecho difícil la entrada legal de los inmigrantes. La ley de extranjería que aquel año entró en vigor, y que lo estuvo durante 15 años, estableció que para venir a trabajar a España debía contarse con una oferta de empleo antes de salir del país de origen. Pero esto, que a primera vista parece tan razonable, ha hecho inaccesible la entrada legal, porque ha tropezado con al menos tres grandes obstáculos. El primero es que no se han existido en absoluto (y siguen sin existir) los mecanismos que permitan casar las demandas de trabajo que aquí se hacen con las ofertas hechas desde los países de origen. El segundo lo establece la propia ley, al decir que sólo se darán permisos de entrada cuando las ofertas de empleo no puedan ser satisfechas por el mercado nacional, lo que las limita a aquellos sectores para los que es difícil encontrar trabajadores españoles. Y el tercero es que el tipo de trabajos que, a partir de lo señalado 22 antes, se pueden ofrecer a los extranjeros corresponden de forma muy amplia con empleadores individuales (servicio doméstico) o con pequeñas empresas (peonaje en el campo o en la construcción) y ello plantea una dificultad intrínseca para la contratación en origen (es decir, para buscar el trabajador en su país de origen) muy difícil de salvar. Las personas que han ido inmigrando desde 1985 han utilizado, de forma muy generalizada, vías irregulares de inmigración y han podido acceder a la residencia legal a través de procesos especiales de regularización3 o de los llamados contingentes (que, hasta el producido en 2002, del que hablaremos luego, han sido también procesos de regularización).4 Ello quiere decir que la mayor parte de las personas inmigradas en España han pasado por un período más o menos largo de estancia irregular. La ley de extranjería 4/2000, que estuvo vigente durante el año 2000, y su versión reformada 8/2000, que está vigente desde el 23 de enero de 2001, no modificaron el sistema de entrada para la inmigración laboral, es decir, no han hecho más accesible la entrada legal. Por su parte, el reglamento de aplicación de la ley, vigente desde el 1 de agosto de 2001, lo que ha hecho ha sido introducir nuevas dificultades. Es un reglamento cuyo mayor desarrollo y concreción se da a la hora de señalar las causas para la denegación de la entrada y de los permisos y, en cambio, resulta ambiguo y discrecional a la hora de conceder el derecho de entrada y residencia;5 parece más pensado para denegar el máximo de solicitudes que para regular, en base a derecho, las vías de entrada y acceso a la residencia legal. Además de no haber mejorado las vías de entrada, con la ley 8/2000 y su reglamento de aplicación, se han restringido las posibilidades de regularización (para quienes se hallan en situación de estancia irregular) que había introducido la 4/2000. Lo que el reglamento vigente señala es que la regularización puede producirse por tres motivos. El primero es tener una irregularidad sobrevenida (quienes tuvieron residencia legal y la perdieron) y haber pasado ya dos años en situación irregular. El segundo es llevar cinco años en situación irregular, como único condicionante. Y el tercero es tener una situación de arraigo cuando ya se llevan tres años en situación irregular; el arraigo, en este caso, queda definido por dos condicionantes: disponer de empleo y tener familiares de primer grado con residencia legal. Se trata de unas vías muy restrictivas, que expresan, como ha dicho Roig Molés, “una concepción francamente excepcional de los mecanismos de regularización”; concepción que parece indicar que no se quiere utilizar esos mecanismos, porque “en lo que se confía es en la eficacia y capacidad de los controles de entrada, de las vías de entrada legal y de los mecanismos de salida obligatoria 3 Los procesos de regularización anteriores al año 2000 se produjeron en 1991 y en 1996. Los contingentes se iniciaron en 1993 con el propósito de determinar el número de personas a las que se daría entrada legal como inmigrantes laborales, pero, en la práctica, se utilizaron para regularizar a personas que ya estaban aquí en situación de estancia irregular. 5 Una expresión de lo que decimos es que a la hora de señalar condiciones por las que se deben denegar las solicitudes se hace con afirmaciones concluyentes, mientras que cuando se habla de la concesión siempre se dice “se podrá conceder”, con lo que, en última instancia, deja a la voluntad del funcionario responsable la decisión sobre conceder o no. 4 23 y de expulsión para conseguir evitar la existencia de una considerable bolsa de extranjeros en situación irregular” (Roig Molés, 2002: 37). Como también señala este autor, esta confianza no se corresponde en absoluto con los hechos: los inmigrantes siguen entrando por vías irregulares, las expulsiones sólo alcanzan a una pequeña parte de ellos y la bolsa de personas es situación de estancia irregular sigue creciendo. Las modificaciones legislativas de 2000 y 2001 vinieron acompañadas de varios procesos de regularización. El primero se produjo entre marzo y julio de 2000 y sus requisitos eran haber presentado previamente una solicitud de residencia y estar en España desde antes del 1 de julio de 1999. A este proceso se presentaron unas 244.000 solicitudes. El elevado porcentaje de denegaciones de las solicitudes presentadas (más de 90.000) llevó a un segundo proceso de repesca, al que podían acudir los denegados del proceso anterior siempre que la causa de denegación hubiese sido no haber demostrado estar en España desde antes del 1 de julio de 1999. Después, como resultado de las importantes movilizaciones que se produjeron en el primer trimestre de 2001, se desarrolló otro proceso de regularización, denominado de arraigo, que concluyó el 1 de agosto de ese año, con la entrada en vigor del reglamento de extranjería. En Cataluña hubo, entre tanto, otro proceso no reconocido, entre abril y junio de 2001, por el que se podía regularizar la situación si se contaba con una oferta de empleo. La política de inmigración ha quedado definida por el reglamento de extranjería y las actuaciones posteriores del gobierno en esta materia. Las actuaciones más remarcables son las dirigidas a la gestión de los flujos de entrada, y como veremos enseguida, no han dado resultados positivos. Como actuaciones en este terreno hay que mencionar dos: los convenios firmados con terceros países para el reclutamiento de trabajadores y el contingente de 2002. Los convenios han sido firmados con Colombia, Ecuador, Marruecos, República Dominicana, Rumania y Polonia. Su contenido común dice que las autoridades españolas señalarán, basándose en las necesidades de nuestro mercado laboral, contingentes de trabajadores que deben ser allí reclutados. El reclutamiento lo hacen las autoridades del otro país y la selección posterior pueden hacerla también ellas, o las autoridades españolas, o a través de comisiones conjuntas (la fórmula es distinta en cada convenio). Son convenios muy dirigidos (aunque literalmente no en todos sea así) a organizar flujos de trabajadores temporeros, y tienen cláusulas bastante específicas sobre el retorno cuando el trabajo se concluye. Después de más de un año de vigencia en la mayoría de estos convenios, podemos decir que de momento no han tenido utilidad. Tal y como están planteados son de muy dudosa eficacia, pero, además, no se han puesto los mecanismos necesarios para que empiecen a funcionar. El convenio con Ecuador era del que más resultados se esperaban y sólo ha permitido la migración de varias decenas de personas en todo este tiempo, cuando son muchos más los que cada día entran en una forma irregular de inmigración. La prueba más clara de la hasta ahora inutilidad de los convenios es que, de los seis países con los que se han firmado, el mayor contingente de trabajadores 24 ha sido el de las mujeres polacas que vinieron, a principios de 2002, para la campaña de la fresa de Huelva; pero precisamente vinieron antes de que el convenio con su país estuviese en vigor, el cual fue firmado el 21 de mayo de 2002. El contingente 2002 ha sido otra muestra de que no se está haciendo la política adecuada para la canalización legal de los flujos de inmigración. Después de un proceso muy deficiente para la determinación del número de plazas que debía contener, en el que quedaron fijadas en 32.079 (dos terceras partes para temporeros), debían producirse las solicitudes concretas por parte de las organizaciones empresariales. Pero tales solicitudes no podían ser nominativas, ya que la selección de los trabajadores iba a hacerse en los países de origen, y los empresarios debían adaptarse a la selección que allí se hiciese; lo que, unido a la perspectiva de una larga espera hasta que el trabajador estuviese aquí, hizo que apenas se formularan solicitudes. El establecimiento de este contingente vino acompañado, desde principios de 2002, del cierre del régimen general de extranjería, que es el procedimiento por el que las personas cuya estancia es irregular podían ir regularizando su situación; procedimiento que ha sido siempre muy restrictivo, pero que ha permitido cierto flujo de regularizaciones. Si el reglamento de extranjería ya era restrictivo en cuanto a vías de regularización, esta acción, recurrida ante los tribunales por CCOO, acabó por cerrarlas todas. En síntesis, lo que tenemos es una legislación y una política de inmigración que han venido canalizando los flujos de inmigración por vías irregulares y todo indica que, en buena medida, van a seguir haciéndolo. Se mantendrá, por tanto, una bolsa de personas en situación de estancia irregular que va a seguir siendo un factor muy negativo para los procesos de inserción laboral. El marco jurídico-político es, en definitiva, poco favorable para una inserción laboral no discriminatoria de la población inmigrada. 25 III. LA INSERCIÓN LABORAL DE LAS PERSONAS INMIGRADAS. TASA DE OCUPACIÓN POR ORIGEN, SEXO Y EDAD. Las tasas de actividad y de ocupación laboral de los inmigrantes. Entramos ya al análisis de la inserción laboral, comenzando por hacer algunas consideraciones respecto a los datos disponibles sobre trabajadores extranjeros y lo que nos indican acerca de la tasa de ocupación de la población inmigrada. Al concluir el primer semestre de 2002 en España había 1.301.342 extranjeros con residencia legal y, dentro de esta población, había 820.662 trabajadores de alta en la Seguridad Social.6 Los trabajadores extranjeros eran, en esa fecha, el 5,04 % del total de trabajadores en España. Por continentes se repartían de la forma que se ve en la tabla 5. TABLA 5. EXTRANJEROS RESIDENTES Y EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA. Residentes extranjeros a 30 de junio de 2002 Trabajadores extr. de alta en SS a 10 de julio de 2002 EEE 337.342 190.281 Resto de Europa 115.124 85.318 Africa 342.875 209.716 Latinoamérica 388.125 271.846 Am. del Norte 15.460 4.992 Asia 100.343 57.465 Oceanía 1.012 571 TOTAL 1.301.342 820.662 Fuente: elaboración propia, a partir de los datos de residentes dados por el Observatorio Permanente de la Inmigración de Ministerio del Interior y de altas en la Seguridad Social dadas por la Tesorería. 6 Puede aceptarse, en términos generales, que los extranjeros de alta en Seguridad Social están entre los que tienen residencia legal, ya que, aunque sabemos que se producen altas de personas que no tienen residencia legal ni permiso de trabajo, damos por sentado que eso no se da en cifras muy elevadas. 27 Para hablar sobre la tasa de actividad7 y la tasa de ocupación8 de los residentes extranjeros en España, comenzaremos señalando que, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2002, el porcentaje de población mayor de 16 años entre los extranjeros era muy similar al del conjunto de la población (84 %)9. Otra fuente, la de residentes extranjeros del Ministerio del Interior, nos dice que en el caso de éstos, la población mayor de 16 años es el 89,9 %.10 Como ésta es más fiable nos creemos ésta. Pero, en cualquier caso, la diferencia en las proporciones por edades que se produce entre extranjeros y autóctonos, no es suficiente para explicar las diferencias en las tasas de actividad y de ocupación, ya que éstas son mucho mayores. O dicho de otra forma, el hecho de que la tasa de actividad y en la tasa de ocupación de la población inmigrada sea muy superior a la de la autóctona, como vamos a ver enseguida, no es achacable a que la población inmigrada tenga una proporción menor de menores de 16 años. Por lo que se refiere a la población activa, las tasas que se dan para toda la población y las que se dan para la población extranjera cambian significativamente: como vemos en la tabla 6, la tasa de actividad para la población española es del 53,8 %, mientras que para los residentes extranjeros es del 74,2 % y si nos referimos a los no comunitarios es del 78,9 %. Tales diferencias se dan tanto en hombres como en mujeres, pero, como también se ve en la tabla, quienes marcan las diferencias son los no comunitarios, ya que los porcentajes de los comunitarios son bastante similares a los de la población española. En realidad es la inmigración extracomunitaria la que está dando elevadas tasas de actividad, hasta el punto de que en hombres alcanza el porcentaje del 90 %. TABLA 6. TASAS DE ACTIVIDAD Total población en España Total residentes extranjeros Residentes de la Unión Europea Residentes de fuera de la U E Total (ambos sexos) Hombres 53,8 % 74,2 % 58,6 % 78,9 % 66,7 % 85,6 % 72,6 % 90,1 % Mujeres 41,7 % 63,5 % 43,1 % 69,0 % Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas sobre población y activos de la EPA segundo trimestre 2002. Por lo que se refiere a las tasas de ocupación, como vemos en la tabla 7, éstas también son significativamente superiores en el caso de los residentes extranjeros no comunitarios. 7 Tasa de actividad: proporción de activos (ocupados + parados) entre la población mayor de 16 años. 8 Tasa de ocupación: proporción de ocupados entre la población mayor de 16 años. 9 Para el conjunto de la población ese porcentaje es del 84,2%, mientras que para los residentes extranjeros es del 83,2 %. 10 A fecha 30 de junio de 2002. 28 TABLA 7. TASAS DE OCUPACIÓN Total (ambos sexos) Hobres Mujeres Total población en España 47,9 % Total residentes extranjeros 63,6 % Residentes de la Unión Europea 53,9 % Residentes de fuera de la U E 66,6 % 61,6 % 75,7 % 67,7 % 78,4 % 34,9 % 52,3 % 38,6 % 56,1 % Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas sobre población y ocupados de la EPA segundo trimestre 2002. Esos son los datos que nos ofrece la EPA, pero, como ya hemos dicho, no son muy fiables cuando se refieren a la población extranjera. Recurriendo a los datos sobre altas en la Seguridad Social, podemos compararlos con los datos de residentes mayores de 16 años, y ello no da, a 30 de junio de 2002, una tasa de ocupación de la población inmigrada del 70,2 %. Éste sí es un porcentaje fiable (y muy superior al 63,6 % que nos da la EPA), pero no lo tenemos desglosado entre comunitarios y no comunitarios.11 Convendría obtener la tasa de ocupación para los distintos colectivos de personas inmigradas en función de su origen. Algunos estudios ya han señalado diferencias apreciables entre los distintos colectivos. La encuesta realizada en 1998 por el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones, en base a una muestra de 1.703 cuestionarios procesados, señala que en la población inmigrada la proporción de activos, tanto en hombres como en mujeres, supera el 74,6 %, con excepción de las mujeres marroquíes que es del 67,9. Pero en el caso de los peruanos y ecuatorianos, la población activa está por encima del 90 % tanto en hombres como en mujeres (Anguiano Téllez, 2001: 123). A la vista de los datos de la tabla 5 puede señalarse que las tasas más altas de ocupación las están dando los procedentes de la Europa del Este, seguidos de los africanos y los latinoamericanos. Hay que volver a insistir, para concluir este apartado, en que al utilizar los datos de alta en la Seguridad Social para ver cuantos inmigrantes están trabajando quedan fuera, no sólo los que se hallan en situación irregular, sino también aquellos que teniendo residencia legal trabajan sin contrato y sin alta en la Seguridad Social, que, como iremos viendo en este estudio, son muchos. Sin embargo, no tenemos más remedio que basar el análisis en los datos oficiales, 11 La fiabilidad de la tasa de ocupación que nos expresan los datos de la Seguridad Social está limitada por el hecho de que el pluriempleo, es decir, la realización simultanea de más de una actividad laboral, comporta más de un alta para la misma persona y, por tanto, el mismo trabajador se cuenta más de una vez (Anuario… 2001: 23). Pero dado que tal situación sólo afecta a una reducida minoría (en 2001, afectaba al 2,59 % del total de trabajadores en España y suponemos que de los extranjeros el porcentaje no será muy distinto), confiamos en que ese aspecto no nos distanciará mucho de la realidad. 29 puesto que son los únicos que hay, a sabiendas de que con ello sólo logramos cierta aproximación a la realidad. Tasa de ocupación de los inmigrantes, según sexo y edad. Seguiremos utilizando los datos de Seguridad Social para ver las proporciones entre hombres y mujeres inmigradas que se hallan de alta, pero, en este caso, utilizaremos los de 10 de abril de 2002 en lugar de los de principios de julio, ya que de la última fecha no tenemos datos desglosados por sexo. En la tabla 8 vemos que, en el conjunto de la población inmigrada, el porcentaje de mujeres de alta en la Seguridad Social es del 34,3 % respecto al total de hombres y mujeres. En el conjunto de la población española este porcentaje es del 37,5 % (de acuerdo con la EPA tercer trimestre 2002). También vemos que hay importantes desequilibrios en función del continente de origen: el grupo en el que la proporción de hombres es mayor es el procedente de África (85,4 % de hombres), mientras que el de menor proporción de hombres es el procedente de Latinoamérica (51,8 % de hombres). TABLA 8. EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA A 10 DE ABRIL DE 2002. Hombres Mujeres Total EEE 108.720 68.897 177.620 Resto de Europa 43.107 23.974 67.084 Africa 164.513 28.162 192.677 Latinoamérica 111.245 103.676 214.928 Am. del Norte 2.917 2.360 5.277 Asia 35.128 16.306 51.435 Oceanía 1.236 737 1.973 TOTAL 467.224 244.192 711.432 Fuente: elaboración propia, a partir de los datos de residentes dados por el Ministerio del Interior y de altas en la Seguridad Social dadas por la Tesorería. La evolución de la proporción entre hombres y mujeres podemos verla comparando los datos de abril de 2002 con los de dos años antes (concretamente datos de enero de 2000) y cuatro años antes (enero de 1998), lo que hemos hecho en la tabla 9. Lo más destacado que ahí se observa es, primero, que entre la población latinoamericana, cuya proporción de mujeres era muy alta, ésta ha comenzado a descender, tendiendo a la “normalidad”, pero en cambio no hay tendencia a la normalidad entre la africana, que mantiene de forma constante una proporción de mujeres extremadamente baja. Esta anormalidad ya nace del hecho de que la proporción de mujeres africanas entre el total de hombres y mujeres del mismo origen es la más baja (el 30,89 %), por lo que necesariamente tiene que dar una proporción de trabajadoras de 30 alta en la Seguridad Social también baja. Sin embargo, se aprecia que es excesivamente baja por lo siguiente: mientras la proporción de mujeres entre el total de la población inmigrada es del 45 % y la proporción mujeres entre el total de trabajadores desciende al 35 %, en el caso de las africanas esos porcentajes son del 30,89 y del 14,62, es decir, proporcionalmente desciende mucho más la tasa de ocupación de las mujeres cuando nos referimos a las africanas. TABLA 9. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA Y PROPORCIÓN DE MUJERES Enero 1998 Enero 2000 Abril 2002 Total % de Total % de Total % de mujeres mujeres mujeres EEE 104.352 40,48 126.267 39,08 177.620 38,79 Resto Europa 9.628 39,00 14.915 38,34 67.084 35,74 Africa 59.244 15,76 104.706 15,14 192.677 14,62 Iberoamérica 37.261 59,39 63.065 60,14 214.928 48,10 Asia 17.879 36,96 28.933 37,09 51.435 31,70 TOTAL 303.954 39,23 342.657 35,49 711.432 34,32 Fuente: Elaboración propia, a partir de los datos de enero-1998 y de enero-2000 de los boletines del OPI “Indicadores de la inmigración y el asilo en España” núm. 3 de noviembre de 1998 y núm. 9 de abril de 2000. Si estos datos los vemos por países, comprobamos que es Marruecos el país de origen que determina esos porcentajes del continente africano. De acuerdo con el Anuario de Extranjería 2001, de los 234.937 residentes marroquíes que había a 31 de diciembre de 2001, el 30,20 % eran mujeres, mientras que de los 131.331 trabajadores marroquíes de alta en la Seguridad Social las mujeres eran el 14,97 % (Anuario… 2001: 60, 152). O dicho de otra forma, las mujeres marroquíes residentes eran 75.151, mientras las trabajadoras eran 19.660; el porcentaje de las mujeres que trabajan es del 26,1 %. Al comparar eso con el conjunto de las mujeres inmigradas, vemos que en esa fecha éstas eran 494.843 y que el número de trabajadoras era de 214.517, lo que supone que el porcentaje de mujeres inmigradas ocupadas era del 43,3 %. Es decir las mujeres marroquíes tienen un nivel de ocupación laboral que apenas supera la mitad del que tienen las demás mujeres inmigradas en su conjunto. Esta afirmación, no obstante, debe matizarse por el hecho de que Marruecos también aporta la tasa más alta de población menor de 16 años, como vimos más atrás. Cabe añadir que esa disparidad es aún mayor en el caso de las personas procedentes de Gambia, en el que la proporción de mujeres residentes es del 31,08 %, mientras que la proporción de trabajadoras es del 6,69 %. En cambio, Guinea Ecuatorial aporta datos completamente opuestos, ya que la proporción de mujeres entre sus residentes es del 66,59 % y la proporción de mujeres entre sus trabajadores es del 59,33 % (Anuario… 2001: 80, 152).. De la inmigración latinoamericana podemos señalar que las mujeres ecuatorianas son el 49,7 % de los residentes de ese origen y que las 31 trabajadoras son el 42,42 % del total de trabajadores de ese origen. Las dominicanas son el 70,72 % de los residentes de ese origen y las trabajadoras son el 72,83 %. Esta tónica es general respecto a todos los países latinoamericanos, indicando altos niveles de ocupación femenina. (Anuario… 2001: 81, 153). Los porcentajes de mujeres de alta en la Seguridad Social pueden verse también en función de la edad. Contamos con los datos de los 3 últimos años que se exponen en la tabla 10. Vemos que, en los distintos tramos de edad, apenas hay diferencias sobre la media del 35 % de mujeres de alta en la Seguridad Social sobre el total de extranjeros de alta. Además, la proporción de mujeres es muy similar en las tres fechas comparadas. TABLA 10. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA POR TRAMOS DE EDAD Y PROPORCIÓN DE MUJERES Enero 2000 Enero 2001 Abril 2002 Total % mujeres Total % mujeres Total % mujeres De 16 a 24 39.846 37,66 60.673 35,62 90.306 35,46 De 25 a 34 132.305 35,47 183.673 34,11 293.349 33,84 De 35 a 44 100.135 34,43 131.600 34,43 209.908 33,89 De 45 a 54 45.973 36,90 58.304 37,35 89.362 36,39 De 55 a 64 14.977 31,81 18.263 32,25 25.506 33,18 65 y más 1.534 26,21 1.856 26,13 2.617 25,87 TOTAL 334.976 35,41 454.571 34,71 711.432 34,32 Fuente: elaboración propia, a partir de los datos de la Tesoresría GeneraL DE LA Seguridad Social. De la tabla 10 podemos desprender otra, la tabla 11, en la que centramos ahora la atención en los tramos de edad para ver como evoluciona la población inmigrada de alta en la Seguridad Social en cuanto a su pirámide de edad. TABLA 11. EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA POR TRAMOS DE EDAD Enero 2000 Enero 2001 Abril 2002 Total % Total % Total % De 16 a 24 39.846 11,90 60.673 13,35 90.306 12,69 De 25 a 34 132.305 39,50 183.673 40,41 293.349 41,23 De 35 a 44 100.135 29,89 131.600 28,95 209.908 29,50 De 45 a 54 45.973 13,72 58.304 12,83 89.362 12,56 De 55 a 64 14.977 4,47 18.263 4,02 25.506 3,59 65 y más 1.534 0,46 1.856 0,41 2.617 0,37 TOTAL 334.976 100 454.571 100 711.432 100 Fuente: elaboración propia, a partir de los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social. Vemos que la población inmigrada trabajadora es joven, siendo el tramo entre los 25 y los 34 años el de mayor volumen de altas en la Seguridad Social. Pero 32 lo significativo es que de momento esa realidad se ha mantenido invariable en los 3 últimos años. No hay por ahora tendencia a la “normalización”. Un dato a resaltar es que la población inmigrada entre los 55 y los 64 años es el 3,59 %, y de más de 64 años el 0,37 %, lo que indica que la población inmigrada ocupada cercana a la jubilación es el 3,96 % del total de población inmigrada ocupada. Comparando este dato con el de población autóctona, se aprecia una notable diferencia ya que ese porcentaje sube al 10,6 % para el total de la población ocupada en España. La diferencia aún es más notable en el caso de Cataluña, ya que el porcentaje de población ocupada de más de 54 años es el 3.32 % (Anuario… 2001: 160), mientras que el porcentaje para el conjunto de la población ocupada catalana es el 10,8 %.12 Tasa de desempleo. Comentaremos, para concluir este capítulo algún dato sobre el desempleo que sufre la población inmigrada. A 30 de junio de 2002 el número de demandantes de empleo con permiso de residencia era de 103.484,13 es decir, el 8 % del total de residentes extranjeros. El dato es elevado, pero es parecido al del conjunto de la población española. Los extranjeros demandantes de empleo son el 3,3 % del total de demandantes de empleo que hay en España, porcentaje también muy parecido al de la población inmigrada respecto a la total (recordemos que los extranjeros son el 3,2 % de la población total española). Llama la atención que la proporción de extranjeros demandantes de empleo sea parecida a la del resto de la población, cuando sabemos que su tasa de ocupación es mucho más elevada. Ello se debe a que la proporción de inmigrantes que quieren trabajar es mayor que la de los autóctonos, es decir, componen una población activa de mayor proporción, como ya hemos visto. Ya en 1997 Carrasco observó a través de una encuesta realizada entonces que “la mayor parte de los entrevistados manifiestan su deseo de trabajar… [y que] este hecho hace que la tasa de paro sea muy elevada, pero también la tasa de ocupación” (Carrasco, 1999: 109). Efectivamente, ya hemos visto que la tasa de ocupación de los residentes extranjeros en España es, ahora, del 70,2 %, mientras que la del conjunto de la población es del 54,3 %. Es decir, en el caso de las personas inmigradas, pueden convivir tasas superiores a la media española, tanto en ocupación como en desempleo. Cabe resaltar que el número de residentes extranjeros demandantes de empleo ha crecido notablemente en este año 2002. “A 31 de diciembre de 2001 había 87.420 extranjeros inscritos como demandantes de empleo en las oficinas del INEM, lo que supone el 2,92 % del total de demandantes de empleo en España en esa fecha” (Anuario… 2001: 42). A 30 de junio, el número de demandantes de empleo había crecido en un 18,4 %. Ello puede Institut d’Estadística de Catalunya. Encuesta de Población Activa, 2º trimestre 2002. www.idescat.es 13 Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior. 12 33 tener que ver con el crecimiento que ha habido en este período de personas con residencia legal fruto de los procesos de regularización últimos. También debe señalarse que el 78 % de los demandantes de empleo extranjeros no perciben ningún tipo de prestación ni subsidio de desempleo. 14 Este porcentaje ha crecido desde el 1 de enero, cuando era del 72,94 %. En esa fecha “los extranjeros perceptores de prestación o subsidio eran un total de 23.655 personas, lo cual suponía el 2,06 % del total de perceptores de prestación o subsidio en España, cuyo número total ascendía a 1.148.600“ (Anuario… 2001: 45, 46). 14 Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior. 34 IV. EL PROCESO DE CONCENTRACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRADAS EN ALGUNOS SECTORES LABORALES. La concentración observada por distintos estudios. La inserción laboral de las personas inmigradas se produce tanto en la condición de asalariados, como en la de autónomos (o trabajadores por cuenta propia), pero queremos aclarar de entrada que en esta ocasión dejaremos fuera del marco de nuestro análisis a los trabajadores autónomos. Tampoco vamos a entrar en lo que se ha dado en llamar “enclaves étnicos”, que es una forma de inserción laboral de relativa importancia para la inmigración, en la que se combina tanto el trabajo autónomo como el asalariado. Sabemos que los “enclaves étnicos”, o de “economía étnica” son un sector que, además de su relativa importancia por el número de inmigrantes que participan en él, tiene importancia por ser una forma de inserción que a menudo comporta una situación privilegiada frente a otras formas de inserción de las personas inmigradas. Herranz señala que hay numerosos estudios, hechos en Estados Unidos en los años 80, que coinciden en considerar a los inmigrantes que participan en los negocios de la “economía de enclave”, como una clase media ascendente y, en general, tales estudios indican que el enclave favorece la inserción laboral y permite cierto progreso económico a los inmigrantes; si bien también hay críticas a la teoría del enclave étnico que cuestionan la supuesta solidaridad étnica, sobre la base de que sólo beneficia a los empleadores, mientras que los empleados sufren condiciones de trabajo inferiores a las ordinarias (Herranz, 2000: 137). En cualquier caso, este asunto lo dejamos fuera del análisis de nuestro estudio. A través de los estudios y observaciones que, sobre inserción laboral de los inmigrantes en España, se han venido haciendo en los últimos años, se ha visto que son claramente distinguibles los sectores en los que se produce su entrada al mercado laboral, es decir, aquellos a los que acuden los inmigrantes en la primera etapa de su llegada. El Colectivo Ioé señalaba que en 1997 destacaban ya 5 ramas de actividad donde se concentraban los permisos de trabajo de los extranjeros no comunitarios: servicio doméstico (27,2 %), agroganadería (16,9 %), hostelería (12,4 %), construcción (8,9 %) y comercio minorísta (8,5 %), remarcando que la importancia de estas actividades había crecido entre 1992 y 1997. En el año 35 1997 estas 5 ramas concentraban el 74 % de los permisos de trabajo (Colectivo Ioé, 1999-b: 117). La encuesta de Carrasco, hecha entre 1996 y 1997, señala los siguientes sectores: servicios, para los inmigrantes procedentes de Asia y Latinoamérica; agrario, para los procedentes de África, y construcción, para los procedentes del este europeo. Esta autora añade que “más del 50% de los inmigrantes más recientes, es decir, aquellos que llevan menos de 5 años en España, trabajan en el servicio doméstico” (Carrasco, 1999: 111-112). La encuesta realizada en 1998 por el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones, basándose en una muestra de 1.703 cuestionarios procesados, indicó que la construcción es el principal sector de inserción para ecuatorianos, peruanos y dominicanos, mientras la agricultura los es para marroquíes y subsaharianos. (Anguiano Téllez, 2001: 125). Esa encuesta comparaba empleo actual y empleo anterior de los encuestados, dando información sobre la trayectoria en el empleo en cuanto a variación del sector de actividad. Para los peruanos el principal sector de inserción inicial es la construcción pero en el empleo posterior pasan en proporción alta al sector servicios. Los dominicanos muestran menor variación: sus sectores iniciales son construcción y hostelería y lo siguen siendo después. Los marroquíes, que se insertan principalmente en agricultura y construcción, tienen una movilidad muy baja. Es también muy baja la de los subsaharianos, cuyos sectores de inserción también son agricultura y construcción. (Anguiano Téllez, 2001: 125). Podría considerarse que la mayor movilidad de los peruanos tiene que ver con que son los de mayor nivel de estudios, aunque esta regla no se cumple en el caso de los subsaharianos, cuyo nivel de estudios también es alto (aunque no tanto con el de los peruanos). Por lo que se refiere a las mujeres, la encuesta realizada en 1998 por el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones indica que las dos terceras partes se insertan en el servicio doméstico, y que la variación posterior de sector de actividad es escasa; en el trabajo posterior el servicio doméstico disminuye, aumentando hostelería, comercio y servicios, pero estas variaciones son pequeñas. Cabe resaltar el caso de las peruanas, que teniendo una proporción muy alta de estudios universitarios, al igual que los hombres peruanos, no cambian tan fácilmente de actividad como éstos (aunque sí se produce cierto descenso del servicio doméstico en beneficio de la hostelería y servicios) (Anguiano Téllez, 2001: 129). También el Colectivo Ioé (1999-b: 120) a través del análisis de los permisos de trabajo, había observado en 1997 que las mujeres se concentran en 5 ramas de actividad (servicio doméstico, hostelería, agricultura, comercio y otros servicios) en las que se da el 90 % de sus permisos de trabajo. De acuerdo con la encuesta de Martínez Veiga, el 82 % de las dominicanas y el 61 % de las filipinas trabajan en el servicio doméstico. De los marroquíes, un 48 % trabaja en la agricultura. En general, servicio doméstico, agricultura, construcción y venta ambulante, ocupan a la mayoría de los inmigrantes (Martínez Veiga, 1997: 169). 36 Como vemos, se produce cierta especialización de las personas de determinados orígenes para determinados trabajos. Ello se debe en parte al efecto de red, es decir a que la búsqueda de empleo se produce a través de los conocidos del mismo origen. “Lo que fluye a través de las relaciones y las conexiones es una gran cantidad de información sobre salarios, calidad y puestos de trabajo disponibles” (Martínez Veiga, 1997: 173). Como ha señalado el autor de la anterior cita, la concentración tiende a reproducirse por ese efecto de red, dando lugar a lo que él llama un mercado pseudointerno de trabajo. La política de inmigración refuerza las tendencias a la concentración. “Además del funcionamiento del mercado en la ubicación de los inmigrantes en estas ramas de actividad, algunas normas de lo que hemos llamado el marco institucional de la discriminación vienen a ser el bucle que cierra la lógica del mercado. Si en un momento es el marco institucional el que fija (por exclusión o por preferencia) el campo de la no-circulación de los inmigrantes (por ejemplo, a través de las referencias a la situación nacional de empleo), en otros casos el Estado viene a ratificar lo que el mercado ya ha fijado previamente como campo de posibilidades. Es muy claro el contingente de 1995 que establecía que podían acogerse al mismo sólo inmigrantes de aquellos países que el mercado ya había seleccionado preferentemente para determinadas ramas de actividad, y así las preferencias del mercado se transforman en requisitos o prescripciones de la norma jurídica: se aceptaban (varones) marroquíes para la construcción y (mujeres) dominicanas, peruanas o filipinas para el servicio doméstico” (Cachón, 1999: 52). La política de contingentes iniciada en 1993 ha sido, efectivamente, un mecanismo favorecedor de este proceso de concentración en la medida en que los nuevos permisos sólo se daban para determinados sectores, precisamente aquellos en los que hemos visto que se produce la concentración (Pajares, 1999: 241-243) A la vista del proceso de concentración que viven los inmigrantes en su inserción laboral, algunos autores han indagado sobre sus posibilidades para saltar después a otros sectores. Muchos inmigrantes no ven el primer trabajo al que han accedido como algo definitivo, pero ha podido observarse que el salto a otros sectores les resulta después difícil. Solé y Parella lo dicen así: “en la práctica, la movilidad ocurre en raras ocasiones y resulta especialmente difícil para los trabajadores de color” (Solé y Parella, 2001: 34). Los prejuicios sociales son un importante factor en el mantenimiento de la concentración: “una vez los trabajadores inmigrantes penetran en una ocupación en una proporción considerable, ésta pasa a ser etiquetada como ocupación de inmigrantes, de manera que aumenta su visibilidad y es cada vez más difícil que los trabajadores autóctonos se ocupen de ellas” (Solé y Parella, 2001: 46). Estas autoras también han señalado que las mujeres inmigrantes sufren mayor concentración que los hombres (especialmente en el servicio doméstico) y que esa concentración está apoyada por los prejuicios sociales: “su condición de mujeres explica que se las reciba en la sociedad receptora con el prejuicio de que sólo están capacitadas para realizar estas tareas” (Solé y Parella, 2001: 43). 37 Lo que nos indican los datos de alta en la Seguridad Social. Después de ver cómo la concentración de las personas inmigradas en determinados sectores de la producción ha sido analizada por distintas investigaciones, nos centraremos ahora en lo que nos indican los datos actuales al respecto. Un primer acercamiento a este asunto nos los dan los datos de alta en la Seguridad Social según los regímenes de alta. En la tabla 12 vemos estos datos referidos a los trabajadores extranjeros, subdivididos entre comunitarios y no comunitarios, y al conjunto de los trabajadores que hay en España. TABLA 12. TRABAJADORES EXTRANJEROS EN ESPAÑA EN ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL A 10 DE JULIO DE 2002, POR RÉGIMEN DE SEGURIDAD SOCIAL Total trabajadores en España Trabajadores Extranjeros Trabajadores comunitarios Trabajadores no comunitarios Total Rég. General R.E. Autónomos R.E. Agrario R.E. Empl Hogar R.E. Mar R.E. Miner. del Carbón (100%) (73,7%) (17,0%) (7,5%) (1,0%) (0,5%) (0,1%) 820.662 560.072 89.060 92.206 74.873 3.515 936 (100%) (68,2%) (10,9%) (11,2%) (9,1%) (0,4%) (0,1%) 190.281 130.433 51.807 5.068 1.388 1.048 537 (100%) (68,5%) (27,2%) (2,7%) (0,7%) (0,5%) (0,3%) 630.381 429.630 37.253 87.138 73.485 2.467 399 (100%) (68,1%) (5,9%) (13,8%) (11,7%) (0,4%) (0,1%) Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas del Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio del Interior. Los porcentajes de la primera fila corresponden a datos a 31 de diciembre de 2000, pero los consideramos útiles ya que las variaciones que habrán sufrido serán pequeñas. Al comparar los porcentajes que aparecen en la tabla, vemos que hay importantes diferencias entre la población autóctona (o, más bien, entre el total trabajadores en España) y población inmigrada. Pero éstas son aún mayores cuando separamos comunitarios y no comunitarios, y centramos nuestra atención en estos últimos. Así, vemos que los trabajos agrícolas y de servicio doméstico está en manos de los no comunitarios, ya que, aunque mayoritariamente éstos están en el Régimen General, son muy importantes sus porcentajes en Agrícola (el 13,8 %) y más aún en Empleados de Hogar (el 11,7 %). Si esto lo vemos en relación a los países de origen, podemos señalar que de los 74.873 inmigrantes que trabajan como empleados de hogar, el colectivo más numeroso son los ecuatorianos (22.133), seguido de los colombianos 38 (10.478), los peruanos (6.747), los marroquíes (6.712), los dominicanos (5.367) y los filipinos (5.108).15 Acerca de los 92.206 inmigrantes que trabajan en el sector agrícola, cabe señalar que el colectivo más importante, con gran diferencia, es el marroquí (46.676), seguido de los ecuatorianos (16.422), rumanos (3.986) y portugueses (3.468).16 Una vez más, hemos de decir que estos datos se refieren sólo a quienes están trabajando con alta en la Seguridad Social y dejan fuera a todos los que trabajan sin ella, lo que resulta importante tanto en el caso de empleados de hogar como en el sector agrícola. Por lo que se refiere a Cataluña, el 10 de julio de 2002 había 180.158 extranjeros de alta en la Seguridad Social, lo que representa el 22 % del total de extranjeros de alta que había en España. Este porcentaje es mayor que el referido al total de trabajadores de alta en la Seguridad Social, que en Cataluña es el 18,17 % respecto al total que hay en España.17 TABLA 13. TRABAJADORES EXTRANJEROS EN CATALUÑA Y ESPAÑA EN ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL A 10 DE JULIO DE 2002, POR RÉGIMEN DE SEGURIDAD SOCIAL Total Rég General % Autónomos % Agrario % Emp. Hogar % Mar % España 820.662 560.072 68.2 89.060 10,9 92.206 11,2 74.873 9,1 3.515 0,4 Cataluña 180.158 144.628 80,3 15.004 8,3 7.698 4,3 12.317 6,8 501 0,3 Elaboración propia, a partir de las tablas del Observatorio Permanente de la Inmigración del Ministerio del Interior. En la tabla 13 vemos que, en Cataluña, el porcentaje de trabajadores de alta en el Régimen General es mayor, mientras que el significativamente menor es el de trabajadores de alta en el Régimen Agrario y es también menor el de empleados de hogar. Si esto lo relacionamos con esos mismos porcentajes referidos a la población autóctona (tabla 12), lo que podemos concluir es que en Cataluña se produce una mayor similitud entre la población inmigrada y la autóctona que en el conjunto de España, es decir, hay una mayor normalización en este terreno. El tipo de ocupación de los inmigrantes, de acuerdo con los datos de Seguridad Social y de la Encuesta de Población Activa. Otra aproximación al tipo de trabajos que están haciendo las personas inmigradas nos la aportan los datos de Seguridad Social cuando incorporamos en el análisis el grupo de cotización. Las altas en Seguridad Social distinguen el régimen de alta con los apartados siguientes: Régimen general, Autónomos, Agrícola (cuenta ajena y cuenta propia), Empleados de hogar (fijos y 15 Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior. Fuente: Observatorio Permanente de la Inmigración. Ministerio del Interior. 17 El 31 de diciembre de 2001 había en Cataluña hay 2.862.296 de trabajadores de alta en la Seguridad Social, y en España 15.748.752 (Anuario… 2001: 156) 16 39 discontinuos), Mar y Carbón. Y también distinguen los grupos de cotización haciendo la siguiente clasificación: Ingenieros y licenciados; Ingenieros técnicos y ayudantes; Jefes administrativos; Ayudantes no titulados; Oficiales administrativos; Subalternos; Auxiliares administrativos; Oficiales 1 y 2; Oficiales 3 y especialistas; y por último, Peones y asimilados Utilizando la tabla que cruza ambos conceptos y que da los datos por continentes de origen, hemos hecho una agrupación de datos que nos parece útil para situar, a grandes rasgos, el tipo de trabajos que hacen los trabajadores extranjeros, lo que puede verse en la tabla 14. En este caso los datos son de abril de 2002, y no de julio como los que veíamos en el apartado anterior, ya que no hemos dispuesto de los datos sobre grupo de cotización de julio. TABLA 14. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SEGURIDAD SOCIAL EN ESPAÑA, EN ABRIL DE 2002, POR CONTINENTES Y TIPO DE TRABAJO E.E.E. 177.620 Resto Europa 67.084 192.677 Latinoamérica 214.928 51.435 Autónomos 48.920 3.352 10.716 9.692 9.793 Ingenieros, licenciados, jefes 29.165 2.372 1.243 6.635 1.493 Ayudantes, oficiales, subalternos 78.999 29.015 56.387 86.142 23.215 Peones y asimilados “ 14.545 17.341 62.711 55.819 8.937 3.817 8.615 53.344 16.682 1.821 1.344 6.285 7.592 39.629 6.126 TOTAL (de alta en la S.S.) Régimen General Agrícola Empleados de Hogar Africa Asia Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas de la Tesorería General de la Seguridad Social. En la tabla 14 se aprecian importantes diferencias entre los comunitarios (EEE, en realidad) y los no comunitarios. Una primera diferencia a resaltar es que un 27,5 % de los comunitarios son trabajadores autónomos, mientras que entre los no comunitarios, el porcentaje más alto de autónomos lo da Asia con un 19 % (hay que suponer que en este porcentaje tienen gran importancia los restaurantes chinos y los comercios paquistaníes, indios, chinos…), y después África con un 5,6 % (donde tiene importancia la venta ambulante). Otra diferencia remarcable es que el 16,4 % de los comunitarios (EEE) son ingenieros-licenciados-jefes, mientras que entre los no comunitarios, el mayor porcentaje de ingenieros-licenciados-jefes lo da Resto de Europa con un 3,5 %. Esa tabla nos aporta nuevos datos sobre el grado de concentración en ciertos tipos de trabajos que tienen los no comunitarios. Los de la Europa del Este están más concentrados en trabajos de nivel intermedio, el 43,3 %, aunque el porcentaje de quienes hacen trabajos de peonaje es también muy alto, el 38,7 %. Se aprecia, por otra parte, que es muy bajo el porcentaje de quienes 40 trabajan como ingenieros-licenciados-jefes, el 3,5 %, lo que indica que aunque muchos cuenten con titulaciones de ese nivel los trabajos que realizan no se corresponden con ellas, o bien, el contrato que tienen no se corresponde con el tipo de trabajo que realizan. Vemos también que un 60,3 % de los africanos hacen trabajos de peonaje o similares, distribuyéndose así: un 32,5 % en el Régimen General de la SS y un 27,7 % en Agrícola. África da, con gran diferencia, el porcentaje más alto de peonaje, con ese 60,3 %; le siguen Resto de Europa con un 38,7 % e Iberoamérica con un 33,7 %. En los trabajos agrícolas hay una diferencia importante entre los africanos y los demás grupos. Los latinoamericanos se concentran en trabajos de nivel intermedio, el 40,1 %, aunque es muy alto el porcentaje de peonaje (entre Régimen General y Agrícola), el 33,7 %, y el servicio doméstico, el 18,4 %. La diferencia de porcentajes en el servicio doméstico es importante, siendo en este caso los latinoamericanos quienes destacan con ese 18,4 % de trabajadores en esta actividad. TABLA 15. TIPO DE OCUPACIONES Total trabajadores en España Trabajadores extranjeros (en España) de la Unión Europea Trabajadores extranjeros (en España) de fuera de la U. Europea (100%) (100%) (100%) Dirección de las empresas y de la Administración Pública 7,6 % 15,5 % 2,9 % Técnicos y profesionales científicos e intelectuales 12,3 % 20,8 % 3,0 % Técnicos y profesionales de apoyo 10,3 % 13,0 % 4,1 % Empleados de tipo administrativo 9,4 % 8,5 % 3,7 % Trab. de servicios de restauración, personales, protección y vendedores 14,6 % 11,5 % 21,8 % Trabajadores cualificados en agricultura y pesca 3,9 % 0,7 % 2,3 % Artesanos y trab. cualificados en industria man., construcción y minería 17,5 % 15,3 % 15,2 % Operadores de instalaciones y maquinaria. Montadores 10,1 % 4,8 % 5,5 % Trabajadores no cualificados 13,9 % 9,7 % 41,5 % 41 Fuente: elaboración propia, a partir de las tablas sobre ocupados de la EPA segundo trimestre 2002. En la tabla 15 se observan las importantes diferencias existentes respecto al tipo de trabajos que hacen los no comunitarios y las que hacen los autóctonos y comunitarios. Al haberse obtenido con datos de la EPA, sólo hemos puesto porcentajes, ya que los valores absolutos sobre trabajadores extranjeros que da la EPA están muy alejados de la realidad. Vemos, en la tabla, que en las categorías altas hay una infrarepresentación de los no comunitarios, mientras que en los trabajos no cualificados están en elevada proporción. 42 V. LOS SECTORES LABORALES EN LOS QUE SE INSERTAN LAS PERSONAS INMIGRADAS EN CATALUÑA. Servicio doméstico y trabajos de atención a las personas. De acuerdo con los datos de la Seguridad Social en Cataluña, a 10 de julio de 2002, había 12.317 extranjeros de alta en régimen de empleados de hogar, lo que constituye el 6,8 % del total de trabajadores extranjeros de alta en esta comunidad. Sin embargo, sabemos que la realidad es bien distinta, ya que el servicio doméstico es uno de los sectores de mayor concentración de personas inmigradas, especialmente mujeres, pero ello no se refleja en las cifras oficiales porque también es uno de los sectores en los que el volumen de economía sumergida es mayor. Las memorias de CITE en Cataluña, que dan los datos recogidos en 28 oficinas, señalan que el 21 % de las personas atendidas en 2001 que se hallaban trabajando (y el 22 % en 2000), lo hacían en el servicio doméstico (Memoria CITE 2001). Los inmigrantes que se hallan en este sector están repartidos por toda Cataluña, aunque lógicamente son más numerosos en Barcelona y los principales núcleos urbanos. Inicialmente la presencia de inmigrantes estuvo protagonizada por mujeres filipinas y, en menor grado, por mujeres marroquíes; actualmente tienen también una presencia destacada las ecuatorianas, las dominicanas y las peruanas. Hay también hombres, principalmente filipinos.18 Se trata de un sector en continuo crecimiento. De hecho, el servicio doméstico y los trabajos relacionados con el cuidado de las personas (ancianos, enfermos…) es uno de los sectores laborales que, en las sociedades occidentales, mayor expansión han experimentado en las últimas décadas, lo que está relacionado con la incorporación femenina al mercado laboral en estas sociedades, así como con el envejecimiento de la población. Los servicios de proximidad tienen, como ha señalado Sònia Parella, una tasa de crecimiento anual en Europa que se sitúa entre el 4 % y el 7 % (datos de la Comisión Europea de 1995), lo que los convierte en “uno de los ámbitos de 18 - Observaciones de: Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades Diversas de la CONC. Octubre 2002. 43 crecimiento de empleo más activos dentro de los denominados nuevos yacimientos de empleo” (Parella, 2000: 276). Por lo que se refiere a las condiciones laborales cabe comentar, como punto de partida, la muy escasa valoración social de tienen estos trabajos. Carlota Solé ha señalado que existe una inferiorización previa, tanto del trabajo doméstico en la familia como del empleo en el servicio doméstico, porque tales trabajos no se consideran imprescindibles sino subsidiarios del trabajo masculino (Solé, 2000: 223). Lo cierto es que junto a la escasa valoración social del trabajo, se produce baja remuneración, horarios largos e indefensión por la fuerte presencia de trabajadoras en situación irregular. Se trata, además, de un trabajo duro, si se tienen en cuenta el conjunto de las condiciones en las que se ejerce, como así lo señaló Martínez Veiga (1997: 44) tras hacer un repaso de las mismas: “el servicio doméstico es el trabajo más duro de todos aquellos a los que se dedican los inmigrantes”. Se trata de un trabajo que puede hacerse habitando en la casa del empleador (servicio doméstico interno) o no (servicio doméstico externo), y, en el segundo caso, puede ser como externo fijo o por horas. Los datos de una encuesta del Colectivo Ioé señalan que casi la mitad de los inmigrantes trabajan como internos, y que esta proporción es mayor en el caso de los ecuatorianos: un 60,6 % (seguido de filipinos, dominicanos y peruanos), y menor en el caso de los marroquíes: un 27,2 % (Colectivo Ioé, 2001: 306). Siendo el servicio doméstico la principal vía de entrada al mercado laboral de las mujeres inmigradas, conviene conocer las posibilidades que después tienen de saltar a otro tipo de trabajos. De entrada, sabemos que un primer cambio que experimentan muchas mujeres inmigradas es el paso del servicio doméstico interno al externo. “El servicio doméstico externo significa una promoción laboral y personal para las mujeres inmigrantes, aunque no una mejora económica, debido a los nuevos gastos que se generan” (Solé y Parella, 2001: 40). Ciertamente, el compromiso asumido por muchas mujeres inmigradas de envío de dinero a los familiares que han dejado en el país de origen refuerza sus dificultades para salir del servicio doméstico interno o para promocionarse laboralmente. Se ha visto, en el caso de las dominicanas, que “se ven obligadas a mantener su trabajo como domésticas internas, con el objeto de ahorrar costes de manutención en España y poder enviar periódicamente una parte del salario” (Gregorio Gil y Ramírez Fernández, 2000: 267). El salto a otro tipo de trabajos resulta difícil, incluso para las mujeres inmigradas con formación académica, pero se está produciendo. En el análisis hecho por el Colectivo Ioé de los datos de principios de 1999, acerca de las variaciones que se producen entre las altas a la Seguridad Social en relación con el régimen de alta, constatan que no son muchas las personas inmigradas que habiendo comenzado en el régimen de empleados de hogar hayan cambiado a otro régimen, concretamente el 23 % (Colectivo Ioé, 2001: 256). Sin embargo, el análisis de los datos de Seguridad Social a 11 de enero de 2002 que nos da el Anuario Estadístico de Extranjería nos permite ver una movilidad que es ya bastante mayor: del total de personas que habían 44 comenzado dándose de alta en Seguridad Social en el régimen de empleados de hogar, el abandono de este régimen es del 41,7 %.19 No disponemos de datos sobre los sectores a los que acuden las mujeres inmigradas que abandonan el servicio doméstico, aunque desde la asesoría laboral de CCOO se ha podido observar que, en Cataluña, lo que más se da es el paso hacia la hostelería y las empresas de servicios (limpieza, etc.). Construcción. El sector de la construcción se caracteriza por la proliferación de pequeñas empresas que han ido surgiendo fruto de la enorme dimensión que ha adquirido el fenómeno de la subcontratación. Las empresas grandes mantienen en sus manos los proyectos, la planificación, la programación, el diseño y la financiación de las obras, pero han ido reduciendo su número de empleados a medida que ha avanzado la subcontratación de los trabajos. La subcontratación tiene diversas formas: el trabajo se da a otras empresas, el que se da a autónomos (que a menudo trabajan a destajo) o el que se da a proveedores de mano de obra. Al final, nos hallamos ante un sector en el que, como ha señalado el Colectivo Ioé (1998: 82), el 90 % de las empresas tienen menos de diez empleados. Este proceso afecta tanto a las grandes obras como a la realización de pequeños trabajos aislados. Las pequeñas empresas abundan en el terreno de la rehabilitación y mantenimiento, pero también en las obras más grandes, en las que comparten el mismo espacio un conjunto de empresas distintas. “Una obra ya casi nunca es una unidad de relaciones laborales, pues coexisten trabajadores de distintas empresas, circunstancia que incrementa la fragmentación del colectivo laboral” (Colectivo Ioé, 1998: 86). En este contexto laboral, se produce también un mayor riesgo de accidentes laborales. La subcontratación provoca desorganización en el trabajo. “Cada una de las tareas se hace absolutamente independiente de las otras sin que haya una organización entre ellas y por ello, con frecuencia, actividades que son incompatibles desde el punto de vista de la seguridad del trabajador se ejecutan a la vez” (Martínez Veiga, 1997: 188). Se trata, además, de un sector muy afectado por la inestabilidad en la actividad económica, lo que las empresas traducen en inestabilidad en el empleo. La 19 Ese porcentaje lo extraemos del siguiente cálculo: Personas con más de un alta en S.S. (a 11 de enero de 2002) que comenzaron como empleadas de hogar: 52.744 (Anuario… 2001: p.167, tabla IV.14). Personas con sólo un alta en S.S. como empleadas de hogar: 28.665, que resulta de restar las personas que se hallan de alta en ese régimen, 53.788 (Anuario… 2001: p.165), menos las que han tenido más de un alta, 25.123 (Anuario… 2001: p.167, tabla IV.14). Total de personas que comenzaron como empleadas de hogar: 81.409 (la suma de los datos anteriores) De éstas, la que siguen como empleadas de hogar son: 47.459, que resulta de sumar las 18.794 habiendo tenido más de un alta siguen como empleadas (Anuario… 2001: p.167, tabla IV.14), más las 28.665 que comenzaron como empleadas de hogar. En consecuencia, los abandonos son: 81.409 menos 47.459, es decir, 33.950, el 41,7 % 45 plantilla fija siempre ha sido reducida en las empresas de la construcción, pero ello se ha agravado con el proceso de atomización provocado por la subcontratación. Este incremento de la eventualidad ha conducido, incluso, a que disminuya el número de trabajadores que tiene la condición de “fijo de obra”, en beneficio de los contratos eventuales. Los trabajadores inmigrados están, básicamente, en las subcontratas, tanto en las que trabajan aisladamente, en arreglo de fachadas y otros trabajos, como las que lo hacen en obras mayores. Las subcontratas son, como decimos, empresas pequeñas, en general, pero también las hay grandes, y en éstas la proporción de trabajadores inmigrados es también muy alta actualmente. En Cataluña contamos con ejemplos como el de Equipsadiez, empresa de unos 300 trabajadores, en la que la mitad de la plantilla son trabajadores inmigrados, o Galaico Catalana de Construcciones, empresa de unos 200 trabajadores en la que la mayoría son inmigrados. Sus contratos son siempre eventuales (cuando tienen contrato).20 El porcentaje de trabajadores inmigrados en las plantillas es ya muy elevado y ello es un fenómeno que se extiende por toda Cataluña. En la comarca del Maresme, encontramos empresas de la construcción en las que más de la mitad de los trabajadores son extranjeros. Se conoce alguna empresa (García Cano, por ejemplo) de hasta 40 trabajadores en la que casi toda la plantilla está compuesta por marroquíes. También en el Vallès Occidental la presencia de inmigrantes en la construcción es generalizada, siendo principalmente marroquíes, aunque también subsaharianos y otros orígenes. En Osona los marroquíes aparecen en la construcción desde principios de los noventa y actualmente su presencia en el sector es muy importante: la proporción de inmigrantes está entre el 20 y el 30 % en muchas empresas (casi todos están en peonaje, aunque hay algunos albañiles). En el Baix Llobregat la presencia de inmigrantes en la construcción es también muy destacada, básicamente en las subcontratas, en las que las que pueden llegar a ser hasta el 90 % de la plantilla. Inicialmente eran marroquíes, pero en los últimos años ha crecido mucho más el colectivo latinoamericano (ecuatorianos principalmente). En Lleida la construcción ha ocupado a marroquíes y subsaharianos desde la década pasada y ahora está ocupando mayoritariamente a latinoamericanos (ecuatorianos y colombianos) y a trabajadores procedentes de la Europa del Este.21 20 Observaciones de: Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. 21 Observaciones de: - Jaume Roig, Secretario General de la Unión Comarcal de CCOO del Maresme. Octubre 2002. - Alex Toledo, Secretario de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. - Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - Antonio Pérez, miembro de la Comisión Ejecutiva de FITEQA y trabajador de Puigneró. Septiembre 2002. - Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. - 46 En la asesoría laboral de la Federación de la Construcción los inmigrantes que se atienden son mayoritariamente marroquíes, peruanos, ecuatorianos, paquistaníes y procedentes de los países del Este.22 No entramos aquí en las condiciones laborales que tienen los trabajadores inmigrados, ni en el tipo de quejas que se reciben en la asesoría del sindicato, porque ello lo vamos a ver en el capítulo VII sobre condiciones laborales. Hostelería. Resaltamos, de entrada, algunas de las características del sector de la hostelería en España, siguiendo el análisis hecho por el Colectivo Ioé (1999-a: 23-68). Es un sector con más de 300.000 empresas en España en el que domina ampliamente la pequeña empresa: el 53 % de las empresas no tienen asalariados, y otro 30 % tienen sólo uno o dos asalariados. “Estamos ante un sector caracterizado por el minifundismo empresarial, muy especialmente en los subsectores de restauración, bares y catering” (1999-a: 29). El tamaño medio de las empresas es de seis trabajadores asalariados. Es un sector que ha estado en crecimiento continuo a lo largo de las dos últimas décadas, y el número total de puestos de trabajo del mismo, en España, estimado para 1997, era de 900.000. Cataluña es la primera Comunidad del Estado español en cuanto a oferta hotelera (el 18 % de la que hay en España). La provincia catalana con mayor dependencia de la hostelería es Girona, donde este sector comporta entre el 15 y el 20 % del PIB (1999-a: 32, 38). Por lo que se refiere a las condiciones laborales, la hostelería es uno de los sectores en los que los ingresos salariales son menores, algo que, de entrada, no tiene nada que ver con la inmigración recibida en los últimos años ya que esta realidad es anterior a la misma. En la clasificación por niveles salariales de los distintos sectores de la producción, la hostelería queda en penúltimo lugar, sólo seguida del sector de actividades agrarias, ganaderas y pesqueras (1999a: 49). Otra característica del sector es la estacionalidad, especialmente en el subsector del alojamiento,23 lo que se traduce en una elevada tasa de temporalidad en los trabajos. El número de contratos temporales estaba en torno al 50 % en 1998, “muy por encima del promedio existente en el conjunto de la economía” (1999-a: 51). José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. - Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 22 Observaciones de: - María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002. 23 La estacionalidad afecta más a Cataluña que a otras Comunidades: por lo que se refiere al subsector alojamiento, sólo el 40 % está abierto todo el año en Cataluña (Colectivo Ioé, 1999-a: 89). - 47 En Cataluña, la inserción de inmigrantes en la hostelería comienza, de forma significativa, a mediados de los noventa, cuando la carencia de mano de obra autóctona para ciertos trabajos empieza a ser apreciable. El grupo más numeroso inicialmente son los magrebíes. Esta inserción comienza a hacerse en los lugares menos visibles para el público, especialmente las cocinas de los restaurantes (en los hoteles también pero menos), y para los trabajos de menor cualificación (limpieza, friegaplatos, pinches…).24 En la hostelería existe una clara distinción entre los trabajos que se hacen de cara al público y los que no. En la encuesta hecha en 1999 por el Colectivo Ioé en el sector de la hostelería de Madrid y Barcelona se vio que la mayoría de los extranjeros se hallaban en trabajos ocultos, es decir, que no están de cara al público. Sólo los chinos ocupaban mayoritariamente trabajos de cara al público, mientras que los que mostraban una menor proporción en la ocupación de este tipo de trabajos eran los marroquíes (Colectivo Ioé, 1999-a: 143). La inserción de inmigrantes en la hostelería catalana da un salto entre 1997 y 1998, y otro aún mayor a partir de 2000. Son saltos cuantitativos, por cuanto crece el número de inmigrantes trabajando en el sector, y cualitativos, por cuanto éstos comienzan a hacerse visibles al ocupar trabajos de cara la público (camareros, etc.). Hay además una diversificación de los orígenes de la inmigración, creciendo en los últimos años el colectivo de latinoamericanos.25 La presencia de inmigrantes ha crecido en aquellas zonas en las que también ha crecido el negocio en los últimos años. Así, puede señalarse que esa presencia es alta en las provincias de Barcelona y Tarragona, donde el volumen de negocio ha crecido mucho en las últimos 5 años, pero no lo es tanto en Girona, donde no ha crecido tanto y las plantillas son más fijas. 26 Hay empresas de hostelería con gran número de inmigrantes en su plantilla (Moncho’s, con una plantilla de más de 300 trabajadores, los inmigrantes pueden ser las tres cuartas partes de la misma; El Cangrejo Loco tiene una plantilla de unas 70 personas y la mayoría son latinoamericanos y magrebíes). Las cadenas nuevas de bares y restaurantes, que abren varios centros en poco tiempo, están empleando muchos inmigrantes.27 Mención aparte debe hacerse de los restaurantes chinos que, de momento, dejamos fuera de este análisis. La inmigración es también importante en los grandes hoteles. Así, en el Juan Carlos I (Barcelona) puede haber un 10 % de plantilla inmigrada en pisos, y en el Princesa Sofía (también Barcelona) habrá más de un 15 % de extranjeros en 24 Observaciones de: Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. 25 Observaciones de: - Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. 26 Observaciones de: - Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002. 27 Observaciones de: - Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002. - Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. - 48 la plantilla, si bien, en este caso, buena parte de esos extranjeros son comunitarios.28 En zonas hoteleras importantes, como el Maresme, se ha apreciado un crecimiento fuerte, en los últimos 4 años, de presencia de inmigrantes, tanto en cocinas, como en limpieza y servicio de habitaciones, y más recientemente, aunque todavía en menor grado, en las labores de cara al público. No obstante, siguen siendo las pequeñas empresas las que proporcionalmente cuentan con mayor número de inmigrantes; son muchas las que ya tienen un mayor número de inmigrantes que de autóctonos. Esto mismo se está observando en otras zonas; por ejemplo, en el Vallès Occidental se están concentrando los inmigrantes, principalmente latinoamericanos, en trabajos de cocina y camareros; en la hostelería de los Pirineos relacionada con el esquí hay ya buen número de inmigrantes de muy variados orígenes (la mayoría son latinoamericanos y procedentes de la Europa del Este); en la costa de Girona se aprecia también una importante presencia de inmigrantes, sobre todo en los establecimientos de horario nocturno.29 Sector agrícola. El sector agrícola es, junto con los que ya hemos visto en los apartados anteriores, otro de los sectores más afectados por la temporalidad y las malas condiciones laborales. Sus convenios provinciales contienen condiciones más bajas que las de otros sectores y, además, tiene un régimen de Seguridad Social inferior al general. Es un sector que también está siendo ampliamente ocupado por la inmigración. Las concentraciones de inmigrantes en este sector son muy altas en determinadas zonas de Cataluña. En el Maresme la casi totalidad de la mano de obra (quizás el 90 %) es inmigrada. En la campaña agrícola de Lleida los inmigrantes constituyen, actualmente, entre el 70 y el 80 % del total de trabajadores que hacen la campaña, que en 2002 han sido unos 6.400.30 En la campaña de la fruta de Lleida los inmigrantes comienzan a incorporarse en los años ochenta. Inicialmente son subsaharianos, pero a finales de los ochenta protagonizan un importante conflicto laboral reivindicando ciertas 28 Observaciones de: Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002. 29 Observaciones de: - Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002. - Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. - Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. - Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 30 Observaciones de: - Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Ocubre 2002. - Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. - 49 mejoras y, a partir de ahí, los empresarios optan por los magrebíes que, en poco tiempo, se convierten en el grupo mayoritario. Los subsaharianos se mantuvieron como grupo importante en Alcarrás (Baix Segre), donde hay unas 50 familias subsaharianas muy integradas socialmente, pero en el resto del Baix Segre y de las demás comarcas, el grupo casi exclusivo hasta 1999 fue el magrebí. A partir de 1999 comenzaron a venir colombianos, traídos para la campaña por la Unió de Pagesos desde el país de origen; después vinieron por el mismo sistema los ecuatorianos y de otros orígenes; y finalmente han sido los trabajadores procedentes del Este de Europa los que se han convertido en el grupo mayoritario. De los 4.300 inmigrantes que trabajaron en la campaña de 2002, 1.230 procedían de los países del Este.31 La contratación en origen, gestionada por la Unió de Pagesos, adquirió mayor importancia en 2001, abarcando a un total de 767 personas: 241 de Marruecos, 487 de Colombia y 39 de Ecuador. Esto coincidió con el hecho de que en ese año, en la campaña de la fruta de Lleida, acudieron a esa provincia casi tres veces más de trabajadores que otros años, quedando muchas sin posibilidad de empleo. La presencia de inmigrantes es igualmente importante en otras campañas agrícolas de Cataluña. Así es en las campañas de Tarragona (fruta, vendimia, aceituna, cítricos, arroz), y en las de Girona (fruta, aceituna, vendimia). Los colectivos mayoritarios han sido el magrebí, el subsahariano y el colombiano. Sector de la alimentación. En el sector de la alimentación, las empresas en las que se está produciendo concentración de inmigrantes en Cataluña son las industrias cárnicas. Hay importantes concentraciones en La Garrotxa (Girona), en Guissona (Lleida) y en Osona (Barcelona). Dentro de las cárnicas, son los mataderos los que concentran las mayores proporciones de inmigrantes. En estas empresas se dan los trabajos más duros para los que no hay oferta de empleo entre la población autóctona. La industria cárnica es un sector importante en Cataluña, que ha crecido considerablemente en los últimos 10 años. A este crecimiento ha contribuido de forma clara la aportación de mano de obra inmigrada. Actualmente, la concentración de inmigrantes es muy importante en este sector, y encontramos muchas empresas en las que más de la mitad de los trabajadores son inmigrados: Frigoríficos la Garrotxa; Escurxador de La Garrotxa; ToniJosep (200 trabajadores aproximadamente: más de la mitad de los trabajadores son subsaharianos); Matadero Esfosa (unos 150 trabajadores de plantilla en la que la mitad son subsaharianos); etc. En la comarca de Osona los inmigrantes se introducen en las cárnicas desde principios de los noventa y entre 1995 y 1997 hubo una fuerte contratación de inmigrantes en situación de estancia irregular; 31 - Observaciones de: Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 50 son los años en los que los autóctonos abandonan el sector. En la Garrotxa es remarcable la importante inserción de mujeres inmigradas en este sector de las cárnicas; empresas como Espuña y Nöel tienen gran número de mujeres (de Cuba, Eslovaquia, Malí…).32 Una de las mayores concentraciones de inmigrantes se ha producido en la empresa cárnica Corporación Alimentaria de Guissona, en la que a principios de los noventa, teniendo la empresa unos 2.000 trabajadores, contaba ya con un centenar de inmigrantes (magrebíes). Estos estaban principalmente en la sección de matadero (la empresa, además de matadero, tiene secciones de embutidos y de comercialización), haciendo los trabajos más duros, por lo que muchos se han ido marchando en la medida en la que encontraban otras cosas y la empresa los ha ido reponiendo por otros inmigrantes. Entre 1993 y 1994 hay, junto con los magrebíes, un grupo importante de subsaharianos; en torno a 1999 aparece un grupo de inmigración nacional (de Castilla y Galicia) que desaparece pronto; y por esas fechas comienzan a ser contratados inmigrantes procedentes de los países del Este, concretamente de Ucrania, que ahora son el grupo mayoritario. Actualmente las personas inmigradas constituyen la cuarta parte de la plantilla; el colectivo ucraniano en esta empresa ha pasado, en poco tiempo, de estar formado por los primeros 9 trabajadores a ser más de 300.33 Hay otras muchas empresas cárnicas, repartidas por Cataluña en las que se están concentrando los trabajadores inmigrados. En los mataderos de aves del Baix Llobregat hay una importante concentración de inmigrantes (marroquíes principalmente), como también sucede en los mataderos de Manresa.34 Las empresas del sector de la alimentación, en las que se incorporan los trabajadores inmigrados, no son sólo las cárnicas. Hay otras empresas del sector que también han comenzado a emplear inmigrantes de forma significativa, tal es el caso de Bimbo, en el Vallès Oriental, o de Mercadona, en el Penedés. Merecen también mención las industrias del pan, que en Girona, por ejemplo, están insertando a gran número de trabajadores inmigrados: la empresa Bellsolà, con varios centros de trabajo en la demarcación de Girona, tiene una importante proporción de latinoamericanos en su plantilla, y la 32 Observaciones de: Antonio Córcoles, responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria de la CONC. Septiembre 2002. - Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. 33 Observaciones de: - Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 34 Observaciones de: - Mohamed El Youssoufi, Asesor de CITE. Noviembre 2002. - José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. - 51 empresa Pafren, de Empuriabrava, tiene también una proporción muy alta de marroquíes.35 Químicas y metal. En los apartados anteriores nos hemos ido refiriendo a sectores laborales sobre los que, desde hace ya algunos años, es sabido que concentran a los trabajadores inmigrados. Sin embargo, lo cierto es que en estos momentos la población inmigrada se está insertando también en sectores que ya no son los clásicos que se le atribuyen. Las químicas y el metal nos dan buen ejemplo de lo que estamos diciendo. La industria química es importante en el Vallès Oriental, y ahí se aprecian situaciones de concentración de inmigrantes (magrebíes, subsaharianos y últimamente ecuatorianos) en distintas empresas. Su concentración es aún mayor en las empresas cuya producción no puede detenerse durante las 24 horas del día y se trabaja por turnos; los inmigrantes se están concentrando en el turno de noche. En este sector ya no se trata de empresas muy pequeñas, como ocurre en la construcción y en la hostelería, sino medianas; por ejemplo, Proflex, una empresa de unos 130 trabajadores, tiene la mitad de la plantilla compuesta por inmigrantes (la mayoría subsaharianos y procedentes de países del Este). Mención aparte merece el nuevo centro de Bayer, ubicado en Cornellá, que ha hecho una selección de especialistas de los más variados países del mundo para componer su plantilla.36 Otra zona en la que la industria química es importante es la petroquímica de Tarragona, y en ésta también se está produciendo inserción de inmigrantes, lo que se hace con la intermediación de las ETT. En este sector de la química se produce, además, una de las situaciones más visibles de concentración de inmigrantes: el reparto del butano. En Barcelona este trabajo lo están haciendo los paquistaníes, subiendo las bombonas a los pisos sólo por las propinas. CCOO denunció esta situación ante la Inspección de Trabajo, pero aún no ha habido ninguna actuación dada la dificultad legal para actuar. El problema es que la empresa, Repsol, contrata el reparto con otras empresas que son las que tienen los camiones; los empleados que 35 Observaciones de: Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002. - Mohamed El Youssoufi, Asesor de CITE. Noviembre 2002. - Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. 36 Observaciones de: - Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002. - Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. - Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002. - 52 transportan las bombonas no están obligados a subirlas a los pisos y éste es el trabajo que ceden a los paquistaníes.37 También en el metal la presencia de inmigrantes es ya importante. En el Baix Llobregat se concentran en las empresas pequeñas y medianas, principalmente en aquellas empresas auxiliares que trabajan para la Seat, en Martorell, Abrera, Sant Andreu de la Barca, etc. Los inmigrantes se encuentran en las empresas en las que hay trabajos muy duros, como las de fundición o las de pulido; en los turnos de noche de esas y otras empresas; en algunas de mantenimiento (que trabajan para las grandes empresas de locomoción) en las que se hacen trabajos por horas y con muchos desplazamientos; etc. Se hallan marroquíes, latinoamericanos y procedentes de la Europa del Este (principalmente rumanos con cierta cualificación, aunque los trabajos que hagan no sean cualificados).38 En el metal del Vallès Occidental también hay una presencia creciente de inmigrantes. Aquí se plantearon, por parte de la patronal, ciertas operaciones de reclutamiento de trabajadores de los países del Este, en función de ciertas necesidades de trabajadores cualificados que las empresas manifestaban. Pero tales operaciones apenas han tenido resultados y lo cierto es que hay mayor inserción de inmigrantes en trabajos de poca cualificación que en los de mayor cualificación. El reclutamiento de especialistas en el Este ha fracasado en parte por dificultades burocráticas, en parte por la dificultad de ofrecerles vivienda, etc. En cambio, se están insertando rumanos que encuentran el trabajo cuando ya están aquí y trabajan con condiciones laborales muy deficientes.39 En el metal de Lleida se está haciendo visible la presencia de trabajadores procedentes de la Europa del Este. En el encofrado (empresas del metal que trabajan para la construcción) los marroquíes son mayoritarios en casi todas las cuadrillas de trabajo.40 Otros (limpieza, textil, comercio). En el sector de la limpieza hay ya empresas en Cataluña en las que la mayoría en la plantilla son inmigrantes. Puede citarse una empresa mediana, Mimain, de unos 100 trabajadores, en la que los inmigrantes pueden alcanzar el 80 % de la plantilla. En las empresas grandes (Eulen, Selmarsa…) también se encuentran porcentajes de inmigrantes ente el 10 o el 20 % de la plantilla. Ésta es una realidad que se ha manifestado en los últimos 3 ó 4 años. En el Baix 37 Observaciones de: Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002. 38 Observaciones de: - José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. 39 Observaciones de: - Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. 40 Observaciones de: - Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de Lleida. Octubre 2002. - 53 Llobregat hay empresas de limpieza industrial en las que la mitad de la plantilla son inmigrantes. En el Vallès Occidental también se observa una importante presencia de inmigrantes (sobre todo mujeres latinoamericanas) en este tipo de empresas.41 En el textil aparecen realidades muy diferenciadas que van desde la empresa H.T. Puigneró, pionera en la contratación de inmigrantes, hasta el importante fenómeno de los talleres clandestinos con mano de obra de nacionalidad china que ha proliferado en el Maresme (particularmente en Mataró), pasando por otras situaciones ya estabilizadas, como la fuerte presencia de gambianos (que llevan en Cataluña muchos años) en el textil de la Garrotxa. No obstante, el textil no ha sido un sector en el que haya crecido el empleo, por lo que la inserción de trabajadores inmigrantes ha sido limitada.42 La concentración más importante de inmigrantes en el textil es quizás la de los mencionados talleres clandestinos, dedicados a la confección “pronto-moda”. Los talleres de confección, incluso los no clandestinos, tienen niveles de precariedad muy grandes, y los tenían ya antes de la llegada de los inmigrantes; mucha gente trabaja sin contrato, otros tienen contratos de 4 horas y realizan más de 10 diarias, etc. Se trata de talleres que trabajan para las grandes firmas (Zara es la primera de ellas). Éste es el contexto en el que se ha producido la inserción de los inmigrantes, sobre todo los chinos, engrosando el sector clandestino de la producción. Los talleres de chinos, en las dimensiones que ahora tienen, son un fenómeno de los últimos 3 años. 43 También está habiendo una creciente inserción de paquistaníes en este tipo de talleres. H.T. Puigneró (empresa textil ubicada en la comarca de Osona) empieza a contratar inmigrantes (principalmente marroquíes) en los años ochenta, cuando la empresa tenía más de 2.000 trabajadores, y llega a haber hasta unos 300 inmigrantes a principios de los noventa, la mayoría en situación irregular. Actualmente la plantilla de la empresa se ha reducido a la cuarta parte de la de entonces y el número de trabajadores inmigrados también. En los años en los que la mayor parte de los inmigrantes se hallaban en situación irregular la empresa hizo intentos de regularizarlos y no se benefició especialmente de su situación de irregularidad.44 41 Observaciones de: María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002. - José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. - Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. 42 Observaciones de: - Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002. - Montse Morales, Secretaria General de FITEQA en el Maresme. Octubre 2002. 43 Observaciones de: - Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002. - Montse Morales, Secretaria General de FITEQA en el Maresme. Octubre 2002. 44 Observaciones de: - Antonio Pérez, miembro de la Comisión Ejecutiva de FITEQA y trabajador de Puigneró. Septiembre 2002. - 54 En otros sectores, como el del caucho encontramos, concretamente en el Maresme, trabajadores del Este, cualificados, pero trabajando en muy malas condiciones. En el vidrio, podemos mencionar una empresa, Ramón Clemente, ubicada en Masnou, que tiene unos 140 trabajadores y la tercera parte de la plantilla son inmigrantes.45 En el comercio se está produciendo también una inserción remarcable de inmigrantes. Debe tenerse en cuenta que una parte de la inmigración insertada en este sector lo está con negocios propios, es decir, son autónomos. Aún así, la mayor parte de los inmigrantes que se hallan en el comercio son asalariados. Están en los almacenes de distribución y en las grandes superficies, sobre todo en sus almacenes. También están, aunque menos, en trabajos de cara al público. Los orígenes de los inmigrantes son variados (hay, por ejemplo, chinos en algunos almacenes), aunque los que están de cara al público suelen ser latinoamericanos. No hay que olvidar que el personal de cara al público es siempre femenino (también en el caso de los autóctonos) y por tanto se encuentra más fácilmente entre la inmigración latinoamericana.46 Queremos concluir este apartado señalando que la inserción laboral de las personas inmigradas se produce en muchos sectores laborales, como hemos podido ver, y cada vez se diversifica más. Pero no debe perderse de vista que siguen siendo unos pocos los que concentran a la mayor parte de estas personas: el servicio doméstico, la construcción, la hostelería y la agricultura siguen siendo los más importantes. En realidad, lo que está ocurriendo es que paralelamente a la expansión de la inserción laboral en nuevos sectores, se produce un fuerte incremento de la inserción en los sectores tradicionales mencionados, por lo que éstos siguen siendo los que concentran a la mayor parte de los trabajadores inmigrados. Tampoco debe obviarse que siguen siendo los trabajos de menor cualificación los que se ofrecen mayoritariamente a los inmigrantes, aún cuando se esté hablando cada vez más de la necesidad de trabajadores cualificados. A los inmigrantes se les sigue empleando en los trabajos poco cualificados independiente del nivel formativo que éstos tengan, que, como veremos en el capítulo VIII, es muy superior al que corresponde a los trabajos que realizan. Relación entre el origen de los inmigrantes y los espacios laborales en los que se concentran. A menudo se ha hablado de la especialización de los inmigrantes de determinados orígenes concentrándose en determinados sectores laborales. La especialización se explica por motivos diversos: en el siguiente capítulo comentaremos la importancia de las redes sociales que construyen los 45 Observaciones de: Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002. Montse Morales, Secretaria General de FITEQA en el Maresme. Octubre 2002. 46 Observaciones de: - Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. - 55 colectivos inmigrados, redes a través de las cuales circula la información sobre el empleo y las ofertas; también son importantes las condiciones laborales, los prejuicios sociales, etc. Nosotros hemos observado que esta especialización existe, en cierto modo, pero está muy lejos de llegar a ser estanca, salvo en algunos casos muy específicos (como el de los repartidores de butano en Barcelona). En el servicio doméstico no hay especialización de un origen concreto. Lo que ha habido es cierta evolución en función de las mujeres que han venido inmigrando. Cuando la mayor parte de ellas eran filipinas, éstas eran también el grupo mayoritario en el servicio doméstico; después lo fueron las dominicanas y las peruanas, y ahora lo son las ecuatorianas. En el sector de la construcción han sido los marroquíes los que inicialmente lo han ocupado y en algunas comarcas casi de forma exclusiva (por lo que se refiere a trabajadores inmigrados); pero en otras, ya desde hace años, hay subsaharianos y latinoamericanos (como en el Maresme). Además, en los últimos tiempos se está empleando, de forma creciente, a latinoamericanos (ecuatorianos y colombianos) y a personas de la Europa del Este. 47 En la hostelería comenzaron a trabajar los magrebíes, cuando los inmigrantes sólo se hallaban en los trabajos que no se hacen de cara al público, pero cuando han empezado a ocupar ampliamente trabajos de cara al público (lo que ha ocurrido en los últimos dos años), quienes lo han hecho han sido principalmente los latinoamericanos y los procedentes de los países del Este.48 Observando esto en comarcas concretas, encontramos ciertas concentraciones de los trabajadores de unos orígenes en unos sectores determinados, pero no una especialización estanca. Por ejemplo, en Osona comienzan concentrándose los marroquíes a principios de los noventa (construcción, textil y cárnicas), siendo aún hoy las ¾ partes de la población inmigrada, pero ahora es también importante la concentración de latinoamericanos (ecuatorianos), seguida de la de subsaharianos y procedentes de los países del Este; los marroquíes siguen concentrados en la construcción y las cárnicas, los ecuatorianos están en las cárnicas y la hostelería y los subsaharianos en las cárnicas, el campo y las pieles. En el sector de cárnicas de La Garrotxa han destacado los inmigrantes procedentes de Gambia y Mali, pero en los últimos años crecen notablemente los latinoamericanos. En Guissona ha crecido sobre todo el grupo procedente de países del Este de Europa, pero recientemente se ha detectado el interés de las empresas por ofrecer trabajo a los argentinos, cuya posibilidad de regularizar su situación de residencia es mayor que la de otros grupos.49 En la industria del Baix Llobregat hay cierta preferencia de las 47 Observaciones de: Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. 48 Observaciones de: - Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002. 49 Observaciones de: - Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - 56 empresas por los inmigrantes procedentes de la Europa del Este, pero los orígenes son variados. Se aprecia cierta tendencia a que los inmigrantes concentrados en una misma empresa sean del mismo origen, de manera que encontramos en el mismo sector (por ejemplo en las cárnicas) empresas en las que todos son marroquíes junto a empresas en las que todos son subsaharianos. Ello parece deberse tanto a la preferencia de los empresarios por esta situación, como al efecto red con el que los trabajadores transmiten las ofertas de empleo.50 En definitiva, podemos decir que hay cierta concentración de personas de orígenes determinados en sectores determinados, pero eso es algo en constante evolución, que no nos permite hablar de sectores copados por las personas de orígenes concretos. Sin duda, éste es un tema que hay que seguir estudiando y ver como evoluciona, pero, de momento, parece que la realidad no se corresponde del todo con lo que a veces se ha llamado “división étnica del mercado laboral”. Sin embargo, lo que sí cabe señalar es otro efecto que está teniendo cierta importancia: el desplazamiento, que se produce en algunos sectores, de los trabajadores de cierto origen por los de otro distinto. Este tema lo comentaremos en el capítulo próximo, en el apartado sobre discriminación en el acceso al empleo. Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 50Observaciones de: - Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - 57 VI. ACERCA DEL ACCESO AL EMPLEO DE LAS PERSONAS INMIGRADAS Las vías utilizadas por los inmigrantes para el acceso al empleo. Las personas inmigradas están utilizando, en Cataluña y en España, distintas vías para la búsqueda y acceso al empleo, que, en parte, no son muy diferentes a las utilizadas por los autóctonos, pero también tienen algunas particularidades que deben ser comentadas. La vía más formal, es decir, la de apuntarse en los servicios de empleo y esperar a recibir alguna demanda, no es la más utilizada por los inmigrantes como tampoco lo es por los autóctonos (de hecho, está muy lejos de serlo ya que sólo un 14 % de los empleos se adquieren por esa vía). La vía del boca a boca, la de las demandas de empleo y contactos con empleadores que se transmiten a través de familiares y conocidos es mucho más importante, lo es para los autóctonos y aún más para los inmigrantes; pero en el caso de éstos tiene una componente relacionada con las redes sociales que vamos a comentar enseguida. Otra vía, cuya importancia ha sido grande en algunos momentos y lugares, es la de la contratación callejera, la de esperar en un punto concreto la llegada de alguien que proporcionará una jornada de trabajo. Y, por último, comentaremos también la importancia que están teniendo las ETT en la contratación de personas inmigradas. Las redes sociales tienen, en el caso de la población inmigrada, enorme importancia para el acceso al empleo. Se trata de las redes que forman las personas con un mismo origen, que proceden a menudo de una misma localidad o región de su país de origen y han inmigrado también a una misma región, localidad o barrio del país de destino; son redes que mantienen el contacto entre quienes están aquí (país receptor) y quienes están allí (país de origen) y facilitan, primero la migración, y después el acceso al empleo. Martínez Veiga señala una definición de Grasmuck y Pessar según la cual, las redes son “las relaciones sociales que organizan y dirigen la circulación del trabajo, capital, bienes, servicios, información e ideologías entre las comunidades que envían migrantes y las que los reciben” (Martínez Veiga, 1997: 62). Su importancia como vehículo por excelencia en la búsqueda de empleo se debe a la información que se transmite por la red sobre ofertas de empleo, a la transmisión de habilidades, a las ayudas mutuas para el mantenimiento de ciertos negocios, etc. (Herranz, 2000: 149-154). 59 La importancia de la red social para la búsqueda de empleo, en el caso de los inmigrantes, está también relacionada con su desconocimiento de las vías habituales. “En la medida en que estos trabajadores desconozcan las vías habituales de acceso al empleo, especialmente las más formalizadas (agencias de colocación públicas o privadas, anuncios, servicios de selección de personal, etc.) tenderán a desarrollar mecanismos informales que, en principio, se basan en la información y contactos ofrecidos por miembros de la propia red étnica” (Colectivo Ioé, 1998: 27). Las redes no tienen la misma importancia dependiendo del origen de las personas inmigradas. Diversos autores coinciden en señalar que, en el caso de los marroquíes, la red social no es tan importante como para otros colectivos en la búsqueda de empleo. La encuesta hecha en 1997 por el Colectivo Ioé en el sector de la construcción señaló que los marroquíes utilizan vías informales para buscar empleo muy parecidas a las de los españoles, mientras que otros colectivos se sirven más de las relaciones de apoyo mutuo o de red (Colectivo Ioé, 1998: 151). También Martínez Veiga (1997: 156) ha señalado que “en el caso marroquí llama la atención el escaso papel que la red parece jugar en el proceso migratorio”. El estudio del papel de las redes sociales de la inmigración, tanto para la migración como para el acceso al empleo, es realmente necesario ya que su desconocimiento está siendo un factor más de criminalización de la inmigración, por el hecho de que en la sociedad receptora se tienen a denominar como mafias a lo que muchas veces son redes sociales. “Queremos salir al paso de una utilización negativa del concepto de red migratoria. En nuestro país se ha propuesto a veces una especie de identificación entre red migratoria y red mafiosa que es muy peligrosa desde el punto de vista teórico y empírico” (Martínez Veiga, 1997: 58) No hemos incluido, en este estudio introductorio, un análisis de las redes que se dan en Cataluña y, por tanto, esto es algo que queda pendiente, pero podemos citar como ejemplo la expansión reticular del colectivo gambiano hacia diversas zonas y diversos trabajos. Tiene su inicio en el Maresme, donde es uno de los colectivos de mayor antigüedad en Cataluña, y de ahí se expande a varias comarcas de Girona, como la Garrotxa, donde llega a tener una presencia importante en el sector de cárnicas y mayoritaria en el textil, o el Gironés, donde también tiene una presencia significativa en el textil. Ese itinerario continúa después hacia el Vallès Oriental y, más recientemente, hacia otras zonas industriales de la provincia de Barcelona, donde la atracción de salarios más altos en determinante. Se trata de una expansión que se produce por una acumulación de información sobre ofertas de empleo y contactos que va generando ese desplazamiento lento, pero progresivo, hacia las zonas señaladas.51 Otra forma de acceso al empleo de los inmigrantes es, como decíamos, la contratación callejera (por contratación entendemos aquí dar empleo, aunque 51 - Observaciones de: Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. 60 sea sin contrato formal). Es bien conocido que esta forma de contratación ha tenido gran importancia en algunas zonas agrícolas de España, especialmente en las campañas agrícolas estacionales. Conviene, de entrada, hacer mención a lo que Martínez Veiga (1997: 168) nos recuerda, que ésta es una forma de contratación que en España había tenido mucha importancia (para los nacionales) hasta fechas no muy lejanas: “en los pueblos del sur de la península existe una larga tradición de contratación en alguna de las plazas del pueblo y en Barcelona durante los años setenta y principios de los ochenta existía en la plaza Urquinaona, donde se juntaban los trabajadores andaluces para ofrecer sus servicios a quienes quisieran contratarlos” En Cataluña, la contratación callejera de inmigrantes ha tenido mayor importancia en las campañas agrícolas, y sobre todo en las de Lleida. Pero no sólo en las campañas agrícolas: en Hospitalet ha habido un punto importante de contratación callejera en la parada de metro de Can Buxeras. Actualmente sigue teniendo importancia en Lleida: en la campaña de la fruta de 2002 ha habido, en casi todos los municipios afectados por la campaña, plazas o puntos concretos en los que se ha visto inmigrantes a la espera de ser recogidos para trabajos diarios. Se ha podido observar que en esos puntos se hallaban tanto inmigrantes con permiso de trabajo como inmigrantes en situación de estancia irregular, aunque el resultado ha sido muy parecido para ambos grupos en el sentido de que la mayoría han trabajado sin contrato legal.52 En otras zonas agrícolas esta forma de contratación ha perdido importancia, aunque hay indicios de que se mantiene en algunos puntos de Gerona, del Baix Llobregat, etc. En el Baix Llobregat ha habido contratación en la calle en algunos municipios como Viladecans y Sant Andreu de la Barca, para el campo, y en Martorell para la construcción; y no está claro que esta forma de contratación esté del todo erradicada.53 El papel de las ETT. Se ha producido una coincidencia entre la aparición de las empresas de trabajo temporal (ETT), que fueron legalizadas en 1994, y el momento en el que la inmigración ha adquirido mayor importancia en Cataluña y en España. Ello ha llevado a que las ETT estén jugando un papel de cierta importancia en el acceso de las personas inmigradas al empleo, si bien es muy desigual entre los distintos sectores laborales. 52 Observaciones de: José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. - Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Ocubre 2002. 53 Observaciones de: - Antonio Córcoles, Responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria de la CONC. Octubre 2002. - José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. - 61 Hay sectores en los que apenas tiene importancia el papel de las ETT. En el servicio doméstico no están prácticamente introducidas; lo que hay son algunas agencias de colocación cuya labor se reduce a ser intermediarias para la colocación inicial; pero lo que más funciona es el boca a boca que se desarrolla a través de las propias redes de los inmigrantes. En el comercio tampoco parece que de momento tengan juego las ETT. Tampoco están muy introducidas en las empresas de limpieza, en las que el contacto con el empleador se da más a través de las redes de inmigrantes. Y no lo están tampoco en el sector de la construcción, en el que el trabajo se sigue buscando a pié de obra.54 Los sectores industriales son los que más están haciendo servir las ETT para la contratación de inmigrantes. En la química y en el metal están jugando un papel cada vez más importante en este sentido. Esto se está observando claramente en algunas comarcas. En el Vallès Oriental y en el Vallès Occidental las ETT están actuando en la contratación de inmigrantes para las industrias grandes o medianas. En Osona la mayor parte de las contrataciones se están haciendo a través de las ETT; así es también en la Garrotxa, como ocurre en el caso de Espuña, una de las mayores empresas del sector cárnico. En la industria del Baix Llobregat tienen importancia para la contratación, aunque inicialmente se han centrado en la contratación en origen de personas de la Europa del Este (también hay empresarios que contratan directamente en origen).55 La ETT han proliferado en Lleida y están teniendo importancia para la contratación de inmigrantes en la industria, sobre todo en la cárnica. En Guissona están gestionando la contratación en las empresas donde se están concentrando los inmigrantes. Es significativo el caso de los ucranianos proveídos por las ETT a la empresa Corporación Alimentaria de Guissona, que tiene una cuarta parte de su plantilla compuesta por personas inmigradas, la 54 Observaciones de: Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades Diversas de la CONC. Octubre 2002. - Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. - María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002. - Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. 55 Observaciones de: - Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002. - Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. - Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002. - Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - Antonio Córcoles, Responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria de la CONC. Octubre 2002. - Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. - 62 mayoría ucranianas. Las ETT están trayendo trabajadores de países del Este también para otras empresas en otros municipios de Lleida. Puede decirse que la proliferación de las ETT (desde 1999) se ha producido principalmente para proveer de inmigrantes a las empresas. Sólo en Tárrega hay 7 ETT, en una zona en la que el paro está en torno al 3 % y por tanto no hay mano de obra nacional para ser movida por las ETT.56 Hay que hacer mención al efecto que algunas actuaciones van a tener sobre los flujos migratorios, y concretamente al caso de los ucranianos de Guissona. Por interés de las empresas, que prefieren a los ucranianos por ser poco reivindicativos (al menos inicialmente), muy disciplinados y muy trabajadores, y por la acción de las ETT que proveen de estos trabajadores a las empresas trayéndolos de su país de origen, lo que probablemente se está haciendo es abrir un nuevo canal migratorio entre Ucrania y España, canal que no existía con antelación. Se sabe que las migraciones funcionan por canales preestablecidos, y que adquieren importancia cuando el canal ya está abierto (por el efecto de las redes migratorias), por tanto, si la política migratoria española está buscando reducir los flujos, debería ser más vigilante con actuaciones que provocan la apertura de nuevos canales migratorios. Discriminación en el acceso al empleo. Hemos visto, en los capítulos anteriores, los sectores laborales en los que los inmigrantes se están insertando y la existencia de ciertos niveles de concentración en los mismos. Conviene conocer todas las razones de estos procesos de concentración. Algunas ya las hemos comentado: una política de inmigración que ya los conduce a sectores laborales concretos; la existencia de malas condiciones laborales en los mismos; el abandono de tales sectores por los autóctonos y, por último, la importancia de las redes sociales de los inmigrantes para canalizar las ofertas de empleo en los sectores en los que comienzan a concentrarse. Aquí queremos detenernos sobre la posibilidad de que exista otro factor más: la discriminación en el acceso a los demás sectores laborales, es decir, a los que no son típicamente “de inmigrantes”. Hablamos aquí de lo que se conoce como discriminación racial. Si los factores que habíamos comentado hasta ahora afectaban, sobre todo, a las personas inmigradas en la primera fase de su establecimiento, la discriminación racial las afectará toda la vida. Es la discriminación que sufre una persona a la que se la rechaza en un trabajo por ser negra o de determinado origen o aspecto físico, independientemente del tiempo que lleve en el país receptor y de la formación que tenga o haya adquirido. La discriminación racial ha sido demostrada en países con inmigración mucho más antigua que la que hay en España. A través de encuestas hechas en 56 Observaciones de: Antonio Córcoles, Responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria de la CONC. Octubre 2002. - Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. - 63 Noruega, Dinamarca, Francia y Gran Bretaña se ha visto que las vías de la discriminación son múltiples y en muchos casos bastante sofisticadas; pueden ponerse condiciones para el acceso al trabajo innecesarias, pero útiles para apartar a las personas inmigradas (nivel en el idioma, residir en ciertas zonas, etc.); puede ofrecerse el trabajo sólo a los familiares de los empleados; etc. (Wrench 1996: 48-49-50). El Colectivo Ioé hizo, en Madrid, Barcelona y Málaga, un estudio sobre discriminación en 1995, en el que participó un grupo de marroquíes jóvenes, varones, de primera generación y con un nivel de "semicualificación". Los sectores laborales elegidos fueron: servicios, construcción e industria, y en todos ellos se demostró la existencia de un importante nivel de discriminación de los marroquíes respecto a los españoles en el acceso al empleo. El estudio se realizó comparando los resultados en la solicitud de empleo entre los marroquíes y los españoles (ofreciendo en ambos casos las mismas características y conocimientos) sobre 385 pruebas útiles realizadas; el resultado fue que en 137 casos el trabajador autóctono fue preferido al marroquí, frente a 18 casos en los que ocurrió lo contrario. Visto el proceso de selección en las tres etapas en las que se fijó el estudio: la conversación telefónica, la invitación para una entrevista personal y la propia entrevista personal, en cada una de ellas fue produciéndose discriminación, llegando a una discriminación acumulada de un 35,6%. (Colectivo Ioé, 1995: 32). La discriminación es empíricamente observable a poco que se escarbe en los procesos de contratación, pero no se detecta si no hay formación para detectarla. El asunto es parecido a lo que ha ocurrido respecto a la discriminación de la mujer, ¿cuánto tiempo no se ha estado diciendo que la mujer no estaba discriminada, que “la que valía ya subía”, hasta que se ha creado una cultura antidiscriminatoria que permite detectar ahora la discriminación mejor antes? La cultura anti-dicriminación-racial está menos desarrollada y se requiere el análisis de los casos concretos para detectar la discriminación. Por ejemplo, se ha observado que los inmigrantes, y más concretamente los magrebíes, que pasan por cursos de formación ocupacional en Manlleu tienen dificultad para acceder a trabajos para los que salen bien preparados (nos referimos a trabajos que no son de los típicos que actualmente están ocupando los inmigrantes) y, a menudo, se requiere que sean acompañados por miembros de la Oficina de Promoción Económica del Ayuntamiento para dar confianza al empresario sobre la capacidad del trabajador.57 Es un caso de discriminación racial que sólo detectan quienes están trabajando para promover la inserción laboral de esas personas. Los prejuicios de los empleadores sobre la capacidad de los trabajadores inmigrados son uno de los principales motivos de la discriminación. “Los empleadores no tienen información perfecta acerca de la futura productividad de los demandantes de empleo, por tanto esa falta de información es sustituida por las referencias que posee el empresario del demandante de empleo en cuanto que pertenece a un grupo determinado (mujeres, inmigrantes 57 - Observaciones de: Gaietà Serrat, Insertor laboral de la Oficina de Promoción Económica del Ayuntamiento de Manlleu. Septiembre 2002. 64 marroquíes…)” (Carrasco, 1999: 33). El resultado es que acaba considerándose que las personas de determinado origen son aptas para determinados trabajos y no para otros. Esto afecta de forma mayor a las mujeres que a los hombres. Existe una forma de discriminación, observada por los sindicalistas de CCOO, que en estos momentos ha adquirido cierta importancia, es la discriminación de los inmigrantes de un origen determinado a favor de los de otros orígenes, y que está suponiendo el desplazamiento de unos por otros. Es, dicho de otra manera, la opción de las empresas a favor de unos grupos de inmigrantes en detrimento de otros. Uno de los primeros sectores en los que se apreció el desplazamiento de los trabajadores de determinado origen por trabajadores de otros orígenes, en función del interés de las empresas, fue el sector agrícola de Lleida. Los primeros en trabajar en la campaña agrícola de Lleida fueron los subsaharianos en los años ochenta, pero al final de esta década fueron sustituidos casi por completo por los magrebíes después de que los subsaharianos protagonizasen una huelga por la mejora de sus condiciones laborales. En los noventa el grupo mayoritario en las campañas agrícolas fue el magrebí, pero en 2000 hubo un conflicto laboral importante en el Baix Segre, protagonizado por los trabajadores magrebíes y en poco tiempo fueron ampliamente sustituidos por latinoamericanos (ecuatorianos y colombianos) e inmigrantes procedentes de la Europa del Este. Actualmente la tendencia es a primar ampliamente la contratación de los procedentes del Este.58 La sustitución de trabajadores que comienzan a reivindicar mejoras laborales se ha visto también en el hecho de que los colombianos, traídos por la Unió de Pagesos a Lleida en 2001, que tuvieron actitudes reivindicativas, no volvieron a ser contratados para la campaña de 2002, y ello a pesar de que uno de los criterios manejados en el contingente de trabajadores de temporada es que podrán ir viniendo a las sucesivas campañas.59 Otro sector en el que se observa ese desplazamiento de trabajadores de unos orígenes por otros es el de la industria cárnica. En la empresa cárnica de Lleida, Corporación Alimentaria de Guissona, que, como hemos visto, ha tenido un porcentaje importante de inmigrantes en su plantilla desde principios de los noventa, los ucranianos han desplazado a los magrebíes y a los subsaharianos. Ello se ha producido en parte porque los inmigrantes se van marchando de los trabajos duros que allí hacen, en la medida en que encuentran otros trabajos, pero, principalmente, porque la empresa ha hecho la opción a favor de los ucranianos, a los que considera trabajadores duros y disciplinados.60 58 Observaciones de: Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Ocubre 2002. 59 Observaciones de: - Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 60 Observaciones de: - 65 Esta preferencia de las empresas por los trabajadores del Este, con el consiguiente desplazamiento de los marroquíes, de los que las empresas manifiestan claramente rechazo, se ha ido extendiendo en las comarcas de Lleida. El sector cárnico, que en Lleida tiene unos 4.000 trabajadores, cuenta con una quinta parte de trabajadores inmigrantes y el grupo mayoritario es ya el procedente de países del Este. Algo parecido está ocurriendo también en las empresas del metal y en otras.61 En el sector de cárnicas de La Garrotxa los empresarios están manifestando rechazo hacia los musulmanes, dando el argumento de que su rendimiento es bajo tanto durante el mes del Ramadán como todos los viernes. En Osona, también en el sector de las cárnicas y en otros sectores, existe cierta tendencia a rechazar a los marroquíes cuando los empresarios pueden disponer de trabajadores de otros orígenes. En El Maresme, tanto en construcción como en hostelería, los subsaharianos están siendo desplazados por latinoamericanos y procedentes de los países del Este. Los subsaharianos se quejan de que ello les está creando dificultades para encontrar empleo y buena parte de ellos se están yendo hacia otras zonas (Andalucía, sobre todo).62 En la construcción también se observa en algunas zonas cierto desplazamiento de los marroquíes por los latinoamericanos (ecuatorianos principalmente). En el Baix Llobregat los marroquíes manifiestan algunas dificultades para encontrar trabajo por ese motivo. Lo mismo ocurre en el Vallès Occidental, donde los ecuatorianos también están teniendo mayores facilidades que los marroquíes. También en la construcción de Lleida los marroquíes están siendo desplazados por los ecuatorianos y colombianos, lo que está generando problemas a los primeros para encontrar empleo; no obstante se sigue viendo a los marroquíes y a los subsaharianos en los trabajos más duros (cavado de zanjas, etc.).63 El rechazo de los empresarios a contratar marroquíes, ahora que pueden disponer de latinoamericanos o trabajadores procedentes de la Europa del Este, también se aprecia en la industria del Vallès Occidental. Esta opción de Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 61 Observaciones de: - Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 62 Observaciones de: - Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. - Gaietà Serrat, Insertor laboral de la Oficina de Promoción Económica del Ayuntamiento de Manlleu. Septiembre 2002. - Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. 63 Observaciones de: - Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de Lleida. Octubre 2002. - Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. - José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. - 66 los empresarios puede tener que ver con el hecho de que los ecuatorianos son una inmigración más reciente y con mayores necesidades de ganar dinero para resolver situaciones graves de endeudamiento, lo que los conduce a aceptar condiciones que los marroquíes ya no aceptan tan fácilmente. También en otros sectores, como el de las empresas de limpieza y servicios, está creciendo el número de ecuatorianos y paquistaníes (también indios), produciéndose el desplazamiento de los marroquíes.64 Visto lo que ocurre en el conjunto de sectores, parece que el rechazo hacia la contratación de los marroquíes ha adquirido ya cierta importancia y tiene visos de agravarse mucho más en el futuro. No cabe duda de que el contexto postonce-de-septiembre ha resultado nefasto para este colectivo, y por tanto, la evolución de sus dificultades para la inserción laboral merecerá un análisis continuado, como también será necesario el desarrollo de las actuaciones institucionales convenientes para afrontar esa situación discriminatoria. 64 Observaciones de: Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. - María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002. - 67 VII. ACERCA DE LAS CONDICIONES DE TRABAJO DE LAS PERSONAS INMIGRADAS Los inmigrantes en situación de estancia irregular. El primer aspecto a tener en cuenta para abordar el asunto de las condiciones laborales en las que trabajan las personas inmigradas es su situación legal de residencia. Quienes se hallan aquí trabajando sin permiso de trabajo y residencia sufren una indefensión y vulnerabilidad que hace de su irregularidad el aspecto más determinante de su inserción social y laboral. Son personas que no pueden tener un contrato de trabajo, ni ser dadas de alta en la Seguridad Social y sobre ellas pesa el estigma de que deben aceptar cualquier condición impuesta por sus empleadores. Cuando son muchos los inmigrantes en situación de estancia irregular a los que se les está dando trabajo en un determinado sector, ello afecta a las condiciones laborales, porque quiere decir que está habiendo un aprovechamiento de esa situación por parte de los empresarios o empleadores. Así, hemos visto como en algunos sectores se ha generalizado, al menos en determinados momentos, la utilización de mano de obra en esa situación. En este sentido, destaca el servicio doméstico, el sector agrícola y la construcción; pero esto no es exclusivo de esos sectores, también se da en la hostelería e incluso en la industria. Por ejemplo, en el Baix Llobregat hay empresas de pulidos o de fundición donde la presencia de inmigrantes en situación de estancia irregular es destacada.65 Quienes ahora están padeciendo más la situación irregular son los que han inmigrado de forma más reciente, lo que quiere decir que su proporción es mayor entre ecuatorianos, colombianos, argentinos y procedentes de la Europa del Este.66 Los datos que nos da la memoria de CITE hablan de que un 66 % de las personas atendidas en las 28 oficinas que CITE tiene en Cataluña, en el año 2001, se halla en situación de estancia irregular (Memoria CITE 2001). Obviamente no existen datos sobre el número de personas que en Cataluña se encuentran en situación de estancia irregular, aunque algunas fuentes hablan 65 Observaciones de: José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. 66 Observaciones de: - Ghassan Saliba. Responsable del Departamento de Migraciones de la CONC. - 69 de unas 100.000, lo que significaría que una de cada cuatro personas inmigradas está en esa situación. Pero aunque no pueda disponerse de una cifra concreta, de lo que no cabe duda es de que se trata de un fenómeno de gran importancia y que va a seguir incrementándose mientras se mantenga el cierre actual de las vías de regularización. Trabajo sin contrato. Abordamos aquí un fenómeno de mayores dimensiones que el visto en el apartado anterior, que es el de los trabajadores inmigrados que están trabajando sin contrato de trabajo y sin alta en la Seguridad Social. Decimos de mayores dimensiones porque engloba al anterior, es decir, aquí hablamos de quienes trabajan sin contrato, tanto en el caso de que su situación de estancia sea irregular como si no lo es (no hay que perder de vista que muchas de las personas inmigradas que trabajan sin contrato disponen de permiso de trabajo y residencia). El trabajo sin contrato es economía sumergida, pero ésta no se limita eso, sino que abarca otros aspectos, como la realización de jornadas más largas que las declaradas, las horas extras no declaradas, etc. La memoria de CITE dice que de todas las personas inmigradas, atendidas en 2001 en Cataluña, que se hallaban trabajando, el 49,7 % lo estaban haciendo sin contrato. Este dato no debe tomarse como un porcentaje aplicable a toda la población inmigrada, ya que las personas que acuden a las oficinas de CITE tienen más problemas o dificultades que el conjunto de esa población, pero, aún así, es indicativo de que el trabajo sin contrato es, en el caso de las personas inmigradas, un fenómeno de gran importancia. Hay que decir, además, que había crecido respecto al año anterior, cuando el porcentaje había sido del 39,5 % (Memoria CITE 2001). Las mujeres están más afectadas por la contratación irregular. En el servicio doméstico la economía sumergida es muy importante y ya lo era cuando el sector estaba ocupado por mujeres autóctonas. En el caso de las inmigradas, afecta tanto a las que se hallan en situación irregular como a las que tienen residencia legal y permiso de trabajo. Incluso las inmigrantes que trabajan como fijas en un domicilio lo hacen, de forma muy generalizada, sin ser dadas de alta en la Seguridad Social. Esto está aún más generalizado en el caso de las que trabajan por horas, que al pasar de 72 horas al mes los empleadores están obligados a darlas de alta y, sin embargo, o no están de alta o pagan ellas las cuotas.67 Conviene señalar aquí que, a pesar de esa realidad, el trabajo sin contrato en el servicio doméstico es mayor en el caso de las mujeres autóctonas que en el de las inmigradas, probablemente porque las inmigradas no tienen la cobertura de Seguridad Social que tienen las autóctonas, y porque necesitan el contrato para renovar el permiso de residencia. Una encuesta del Colectivo Ioé indicó que el trabajo sin contrato de los españoles en este sector era del 87,2 %, mientras que el siguiente grupo 67 - Observaciones de: Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades Diversas de la CONC. Octubre 2002. 70 era el de ecuatorianos, con un 61,0 %, y el siguiente el de peruanos, con un 55,3 % (Colectivo Ioé, 2001: 319). La construcción es quizás, junto con el servicio doméstico, el sector en el que las irregularidades son más importantes. Hay muchos inmigrantes en situación irregular; y también hay muchos que aún estando en situación legal están trabajando sin contrato. El trabajo sin contrato es muy importante en las reformas (de pisos, de fachadas…), pero se da en todos los sectores del ramo. Además, las irregularidades que los empresarios cometen con las personas inmigradas son muy abundantes, y muchas tienen que ver con la economía sumergida, particularmente por la enorme cantidad de horas extras que ni se pagan ni se declaran. 68 En la hostelería la economía sumergida es también importante, y son muchas las personas inmigradas afectadas por ella. Una encuesta del Colectivo Ioé, hecha en 1999 en el sector de la hostelería en Madrid y Barcelona, mostró que el trabajo sin contrato afecta a todos los colectivos de trabajadores, incluidos los españoles, pero tiene mayor importancia entre los inmigrantes. Los peruanos, los dominicanos y los chinos eran, en aquel momento, los que mostraban mayor proporción de trabajadores sin contrato. En el caso de los peruanos, la falta de contrato coincidía con la falta de “papeles”, pero no era así en el caso de los dominicanos y los chinos: la cuarta parte de los trabajadores de cada uno de estos dos últimos grupos carecía de contrato, a pesar de tener residencia legal o de haber adquirido la nacionalidad española (Colectivo Ioé, 1999-a: 153). En la hostelería de Cataluña no se puede hablar de una situación uniforme por lo que se refiere al empleo de inmigrantes sin contrato, pero hay zonas en las que este hecho es importante. En el Maresme, una de las comarcas en las que la hostelería tiene gran importancia y que ya destacaba por tener condiciones laborales inferiores al resto del sector, encontramos una proporción muy elevada de inmigrantes trabajando sin contrato, incluso muchos que disponen de permiso de trabajo y residencia. Parte de ellos disponen de precontratos u ofertas de empleo para el trámite de sus “papeles” y, en algunos casos, son despedidos si logran regularizar su situación administrativa. Es decir, se ha comprobado que una parte de las empresas que emplean a inmigrantes en situación de estancia irregular realmente los prefieren a éstos frente a los nacionales o a los inmigrantes “con papeles” (esta preferencia, no obstante, no es generalizable; también se ha comprobado la existencia de empresas que emplean a inmigrantes “sin papeles” y hacen lo posible por regularizar su situación).69 68 Observaciones de: Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. - Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. - Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 69 Observaciones de: - Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002. - Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. - 71 En la hostelería de Girona hay un importante volumen de inmigrantes que trabajan sin contrato y se hallan en situación de estancia irregular, particularmente en los establecimientos de horario nocturno. La corta duración de las temporadas vacacionales favorece la opción empresarial por ese tipo de contratación. En el Alt Empordà hay una creciente presencia de rusos trabajando en la mencionada situación, sobre todo en trabajos que no son de cara al público.70 También hay sectores en Cataluña que hasta hace unos años habían dado trabajo a inmigrantes en situación de estancia irregular y ahora ya no lo están haciendo, o lo hacen de forma muy residual. En el sector de cárnicas de la Garrotxa, así como en Osona y en Guissona, por citar lugares en los ha sido conocida la abundancia de inmigrantes en esa situación, la gran mayoría ellos está actualmente en situación legal y con contrato de trabajo.71 La economía sumergida, como decíamos, se extiende también a los sectores industriales. En el Baix Llobregat, además de ser importante en la construcción, lo es también en el metal, en las empresas de limpieza y en otras empresas de servicios. Se basa en el trabajo sin contrato de los inmigrantes (tanto de los que están en situación legal como de los que no) y en las horas extras no declaradas. El sindicato ha intervenido a partir de que los trabajadores se han encontrado con el despido o porque llevan meses sin cobrar. La Inspección de Trabajo ha hecho varias decenas de denuncias en esta comarca.72 Como muestra de las dimensiones que ha adquirido el empleo de inmigrantes sin contrato de trabajo cabe señalar que las denuncias hechas por CCOO han crecido notablemente. Y se trata de empresas de muy variados sectores: hay empresas de seguridad, empresas de transporte (donde personas “sin papeles” están conduciendo camiones), empresas del metal, empresas de servicios, etc.73 Las condiciones salariales. Distintos estudios hechos en los últimos años han concluido que, en términos generales, los trabajadores inmigrados cobran menos que los autóctonos por el mismo tipo de trabajo. Una encuesta, hecha en 1999 por Rosa Aparicio y 70 Observaciones de: Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. 71 Observaciones de: - Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. - Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 72 Observaciones de: - José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. 73 Información aportada por Ghassan Saliba, Responsable del Departamento de Migraciones de la CONC. - 72 Andrés Tornos, entre más de 400 inmigrantes peruanos y marroquíes en Madrid, señalaba que sus ingresos medios por trabajo eran inferiores a los de los autóctonos (Aparicio y Tornos, 2000: 108). A través de esa encuesta también se constató que el porcentaje de inmigrantes que opinan que cobran un salario inferior al de los autóctonos, por el mismo tipo de trabajo, es del 56 %, mientras que los que opinan que su salario es similar es del 37 % (Aparicio y Tornos, 2000: 113). El estudio hecho por el Colectivo Ioé en el sector de la construcción señalaba que “aunque se cuente con un contrato en regla, las prácticas empresariales suelen saltarse la legalidad en algunos aspectos, recurriendo a la práctica del pago “todo incluido” (la paga mensual incluiría la parte correspondiente a pagas extras, vacaciones, finiquito, etc.) prohibida por el convenio colectivo. Así, el 70 % de los marroquíes y el 80 % de los polacos no percibe pagas extras, o el 35 % de los primeros y el 77 % de los segundos no cuentan con vacaciones pagadas, en cambio, menos del 25 % de los autóctonos se ven afectados por estas situaciones” (Colectivo Ioé, 1999-b: 130). Las condiciones de trabajo de los inmigrantes en la construcción eran definidas, ya en 1995, de esta forma por Lorenzo Cachón, refiriéndose a las empresas de la construcción de Madrid: “Las condiciones de trabajo de estos inmigrantes son calificadas por los sindicalistas entrevistados como “leoninas”: sin contrato de trabajo ni Seguridad Social, con salarios que no superan el salario mínimo interprofesional (algunos son despedidos sin cobrar sus jornadas y sin posibilidad de denunciarlo), a veces viviendo en chamizos construidos en la misma obra a cambio de un alquiler deducible de su salario...” (Cachón 1995: 22). En la actualidad, en Cataluña, los sindicalistas de CCOO han observado que en la construcción se dan muchas situaciones en las que los inmigrantes cobran menos que los autóctonos por el mismo tipo de trabajo. Una práctica muy habitual que se hace con inmigrantes es la de apalabrar el salario, y normalmente se apalabran cantidades inferiores a las de convenio. Las prácticas más abusivas se producen en las subcontratas pequeñas. El abuso, con frecuencia, alcanza el hecho de no pagar los salarios o parte de ellos. En la asesoría laboral de CCOO se atienen muchas reclamaciones de impagos de salarios de varios meses, particularmente en el caso de inmigrantes en situación de estancia irregular.74 Hay sectores en los que la discriminación salarial es más sutil. En el sector de cárnicas de la Garrotxa, en las mismas categorías no hay diferencias entre las condiciones laborales de los inmigrantes y los autóctonos. Lo mismo podemos decir de las cárnicas de Osona. Pero a los autóctonos se les da mayor categoría, aunque hagan un trabajo muy parecido al que hacen los inmigrantes, y es así como se materializa la diferencia salarial entre ambos grupos. Puede decirse que por trabajos similares los inmigrantes están cobrando menos. Ésta 74 Observaciones de: Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. - María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002. - 73 es una situación muy generalizada pero no sin excepciones: en la empresa Corporación Alimentaria de Guissona no se aprecia discriminación de los inmigrantes en cuanto a los salarios; tampoco hacen los peores trabajos y la mejora en cuanto a categoría está al mismo nivel que para los autóctonos.75 En el campo la discriminación es muy clara. En la campaña agrícola de Lleida de 2002, muchos de los colombianos, traídos con permisos de temporada desde su país de origen, han cobrado la hora a 457 pts., mientras que lo fijado en el convenio son 756 pts. Las horas extras no se pagan.76 En la hostelería hay irregularidades por cuanto no se respetan las condiciones laborales del convenio, pero esto es algo que no sólo afecta a los inmigrantes sino también a los autóctonos, aunque con los inmigrantes las irregularidades son mayores. En relación con el salario, una de las irregularidades por la que los inmigrantes acuden a quejarse a la asesoría laboral de CCOO es que los empresarios les hacen pagar a ellos la cuota patronal de la Seguridad Social.77 La mayor precariedad y las peores condiciones salariales en hostelería se dan en el Maresme. El convenio de hostelería de la provincia de Barcelona tiene una tabla salarial específica (y más baja) para el Maresme. En esta comarca, se producen, además, mayores irregularidades: junto a la ya conocida de hacer pagar al trabajador la cuota de la Seguridad Social, encontramos casos en los que también se le hace pagar una cantidad determinada por renovarle el contrato. La situación es distinta en la hostelería de la Costa Brava (Blanes, Lloret), donde las empresas hoteleras son mayores y hay más implantación sindical. Ahí el empleo de inmigrantes tiene menores dimensiones, pero además, no sufren el volumen de abusos o discriminación que se produce en el Maresme. En la costa de Girona, por encima de la Costa Brava, las irregularidades vuelven a ser importantes.78 Para concluir, volvemos aquí a señalar que la discriminación en el salario o en otras condiciones laborales puede existir sin que sea detectada, tanto por los 75 Observaciones de: Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. - Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - Antonio Córcoles, Responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria de la CONC. Octubre 2002. - Josep López, Responsable de Organización del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 76 Observaciones de: - Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Ocubre 2002. 77 Observaciones de: - Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002. - Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. 78 Observaciones de: - Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002. - Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002. - 74 sindicalistas como por los propios afectados. Con frecuencia, la detección de la discriminación es, incluso, difícil para los propios discriminados. Se ha observado que al preguntar a los inmigrantes (concretamente subsaharianos, pero seguro que valdría para otros colectivos) sobre las diferencias entre sus salarios y los de los autóctonos, responden atribuyéndolas a la antigüedad o a otras razones (que en nuestra normativa laboral no son válidas para justificarlas); pero, en cualquier caso, las encuentran normales, pues cobran lo que han pactado y entienden que así ocurre con el resto de trabajadores.79 Horarios y turnos. Las peores condiciones sufridas por los inmigrantes, por lo que se refiere a horarios de trabajo, se producen en el servicio doméstico. “No se respeta el volumen de trabajo pactado (con la llegada de invitados, por ejemplo, aumenta la cantidad de trabajo y las horas necesarias para realizarlo y no se compensa económicamente), ni el horario laboral convenido (todo el día se está a disposición del empleador)” (Solé y Parella, 2001: 39). Martínez Veiga, a partir de un estudio publicado en 1997, hecho sobre más de 1000 encuestas a trabajadores extranjeros de diversos sectores laborales, dice que en el servicio doméstico interno las trabajadoras dominicanas hacen más horas que las demás. “Mientras que todos los grupos afirman que trabajan alrededor de las 8 horas diarias, la media de horas de trabajo por parte de las dominicanas es de más de 11 horas diarias” (Martínez Veiga, 1997: 44). La encuesta posterior del Colectivo Ioé indica que las ecuatorianas son quienes hacen las jornadas más largas: más de la mitad de las ecuatorianas encuestadas que trabajan en el servicio doméstico hacen más de 60 horas semanales (Colectivo Ioé, 2001: 315). En el sector de la construcción los inmigrantes están haciendo más horas que los demás, dándose la circunstancia agravante de que en muchos casos no las cobran o las cobran por debajo de lo establecido. El asunto tiene ya tal dimensión que puede decirse que el trabajo sin horarios se está generalizando con los inmigrantes.80 En la hostelería se está generalizando la realización de un solo día de descanso, en lugar de los dos que marca el convenio, pero además, en la zona del Maresme encontramos a muchos inmigrantes cuyo descanso semanal se reduce a unas horas o no existe. Este tipo de irregularidades se dan también con autóctonos, pero en la asesoría laboral de CCOO se ha observado que son 79 Observaciones de: Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. 80 Observaciones de: - Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. - María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002. - 75 mayores con los inmigrantes y que éstos están haciendo jornadas más largas y pero pagadas.81 La discriminación en cuestión de horarios y turnos se extienda a otros sectores laborales. En muchas empresas de limpieza y servicios, sobre todo en las pequeñas, los inmigrantes hacen más horas extras (que muchas veces no cobran) y los peores turnos. Esto también es así en algunos sectores industriales: en las empresas grandes del Vallès Oriental la discriminación más visible está en que los inmigrantes realizan los peores turnos. Esto es importante en algunas empresas químicas, como las de extrusión e inyección (que hacen la materia prima y las piezas de plástico), donde los turnos de noche y los festivos están copados por los inmigrantes, así como en las empresas de derivados del cemento y yesos. En las cárnicas están haciendo jornadas muy largas, habiéndose detectado en alguna empresa de la Garrotxa jornadas de hasta diecinueve horas.82 Otros aspectos. Las dificultades de los trabajadores inmigrados para promocionarse en el interior de las empresas son otro aspecto en el que la discriminación se manifiesta. Los sindicalistas de CCOO han observado que hay muchas empresas, sobre todo aquellas en las que la presencia sindical es mayor, en las que la promoción de las personas inmigradas se está produciendo con normalidad, pero también hay muchas otras en las que eso no es así. En las industrias del Vallès Oriental, tanto en las químicas como en las demás empresas, no se aprecia promoción ninguna de los inmigrantes en el interior de las mismas. En Osona, la promoción (en cárnicas, construcción…) es prácticamente nula para los inmigrantes; el ascenso de categoría está reservado casi exclusivamente para los autóctonos. Tampoco se observa promoción alguna en el Maresme, donde se aprecia que, con la misma experiencia y formación, los inmigrantes tienen más dificultad para acceder a categorías superiores que los autóctonos en todos los ramos. En el sector de la construcción es muy habitual que los inmigrantes estén haciendo trabajos de categoría superior al contrato que tienen o al salario que perciben. 83 81 Observaciones de: Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002. 82 Observaciones de: - María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002. - Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002. - Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. 83 Observaciones de: - Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002. - Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. - María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002. - 76 Volveremos sobre este tema en el capítulo próximo, al hablar de la trayectoria laboral de los inmigrantes. El engaño es otro fenómeno a considerar cuando se estudian las condiciones laborales de las personas inmigradas. En el sector de la construcción una de las expresiones de la discriminación de los inmigrantes es que padecen más el engaño de determinados patronos. En la asesoría laboral de CCOO se ha comprobado que abundan los casos en los que firman nóminas y finiquitos que no han cobrado. Otra forma de engaño la sufren en relación con la tramitación de sus “papeles”: muchas veces se les ofrece trabajo a cambio de tramitarles la solicitud del permiso de residencia y trabajo (lo que comporta, claro está, que están varios meses trabajando sin contrato y sin alta en la Seguridad Social), pero tales trámites a veces no llegan a hacerse, o no conducen a buen puerto. Otras veces los trámites se hacen, con resultados positivos, y en tales casos ocurre con frecuencia que el trabajador es despedido cuando está a punto de ver resuelta su situación administrativa.84 En la asesoría laboral de CCOO para el sector de la construcción se ha observado que los inmigrantes aguantan niveles de engaño y de explotación que a veces son muy fuertes; en muchos casos acuden al sindicato cuando ya han sido engañados del todo, es decir, cuando han sido despedidos sin haber cobrado los salarios adeudados durante meses.85 En el sector de hostelería, especialmente en el Maresme, encontramos muchos casos en los que el inmigrante, “con papeles” o sin ellos, no cuenta con ningún tipo de documento probatorio de haber trabajado en una determinada empresa. Ello es detectado cuando acuden a la asesoría laboral de CCOO por incobro de salarios u otras quejas y se observa que no disponen de ninguna prueba de la relación laboral.86 Otro aspecto a tener en cuenta es el de la vivienda, concretamente cuando va unida a la contratación laboral. El informe de CCOO sobre las campañas agrícolas del año 2000 da cuenta de un conjunto de irregularidades en la campaña de la fruta de Lleida, señalando que se incumplió ampliamente el convenio, que una parte de las viviendas que se ofrecieron a los trabajadores estaba en mal estado y que se dio trabajo a muchos inmigrantes sin permiso de trabajo. Hubo, por parte de los empresarios, advertencias excesivas de falta de mano de obra, lo que actuó como reclamo para la venida de más inmigrantes de los que podían trabajar y, a su vez, contribuyó a la desregulación de la campaña (Informe… 2000: 159-161). En la campaña agrícola de Lleida la patronal ha de proveer de vivienda a los inmigrantes de temporada que trae, cosa que hace la Unió de Pagesos., pero se ha observado que los inmigrantes 84 Observaciones de: María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002. 85 Observaciones de: - María Soler, Asesora Laboral de la Federación de la Construcción. Octubre 2002. 86 Observaciones de: - Marga García, Responsable de la FECOHT en el Maresme. Octubre 2002. - 77 están pagando el alquiler, aún cuando la Generalitat da subvenciones a la patronal por este concepto.87 87 - Observaciones de: Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Ocubre 2002. 78 VIII. RELACIÓN ENTRE EL NIVEL FORMATIVO Y LA OCUPACIÓN. LA TRAYECTORIA LABORAL DE LAS PERSONAS INMIGRADAS. Formación y titulaciones que traen los inmigrantes. Distintos estudios, hechos sobre la base de encuestas a los inmigrantes, afirman que su nivel formativo medio no es muy distinto del nivel medio de la población autóctona. Los datos que aportan esas encuestas tienen ciertas discrepancias, lo que debe tenerse en cuenta en la valoración de sus resultados. Como también debe tenerse en cuenta que las personas inmigradas pueden responder a la pregunta sobre su nivel de estudios basándose en parámetros distintos de los que maneja la sociedad receptora. Pero, aunque adoptemos cierta distancia acerca de los resultados de las encuestas en este aspecto, lo que parece concluyente, como veremos enseguida, es que el nivel medio de estudios de las personas inmigradas es más alto de lo que en esta sociedad se supone. La encuesta realizada en 1998 por el Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones, basándose en una muestra de 1.703 cuestionarios procesados, concluyó que “con excepción del colectivo marroquí y de los varones subsaharianos, son muy reducidas las proporciones de quienes no tuvieron escolarización alguna. En general, se trata de una población alfabetizada que realizó estudios básicos en su país de origen y de una proporción significativa que tuvo acceso a educación superior; destacando la amplia proporción de peruanos y subsaharianos con estudios universitarios” (Anguiano Téllez, 2001: 123). Según esa encuesta, el 57 % de los peruanos (tanto hombres como mujeres) tiene o ha iniciado estudios de nivel universitario, y ese porcentaje en subsaharianos es del 37,5 % en hombres y del 42,3 % en mujeres. Otra encuesta también indicó que el 53,8% de los peruanos y el 41,3 % de los filipinos tienen o han iniciado estudios universitarios (Martínez Veiga, 1997: 215). La encuesta hecha por Rosa Aparicio y Andrés Tornos en 1999 entre marroquíes y peruanos en Madrid indica que un 20 % de los marroquíes tiene estudios universitarios (completos o sin acabar) y que ese porcentaje para los peruanos es del 22 %. Estos autores resaltan el hecho de que los estudios medios de los peruanos sean superiores a los de los españoles; mientras que los de los marroquíes son inferiores, pero no muy distantes de los de los españoles (Aparicio y Tornos, 2000: 142-143). 79 Otras encuestas dan, como decíamos, resultados distintos. Una hecha en Sabadell en enero de 2001, indicó que los latinoamericanos con estudios superiores eran el 18,1 %. Ese porcentaje para los asiáticos era del 4,7 y para los africanos del 2,7. En el conjunto de la población inmigrada en Sabadell, el 50 % tiene estudios bajos o no los tiene; pero, a pesar de ello, la proporción que la población inmigrada tiene de personas con estudios superiores y universitarios es mayor que la de la población local (Fundació CIREM, 2001). La encuesta hecha, en 1997, por el Colectivo Ioé en el sector de la construcción, en Madrid y Barcelona, revela que los polacos que trabajan en la construcción tienen estudios medios muy superiores a los de los trabajadores españoles del mismo sector, y que los marroquíes presentan una composición muy polarizada. Éstos tienen un porcentaje de gente sin estudios muy superior al de los españoles (entre los marroquíes, los que no tienen estudios son el 41,8 %, mientras que entre los españoles son el 22,2 %), pero también es superior el porcentaje de gente con estudios superiores (entre los marroquíes, los que tienen estudios superiores son el 11,6 %, mientras que entre los españoles son el 2,4 %) (Colectivo Ioé, 1998: 140). Otra encuesta hecha, en 1999, por el Colectivo Ioé, también en Madrid y Barcelona, pero en el sector de la hostelería, mostró que, por nacionalidades, era el colectivo de trabajadores españoles el que tenía menor nivel de estudios, seguido de los marroquíes y los dominicanos; mientras que los de mayor nivel eran los peruanos, seguidos de los filipinos y los chinos. Incluso los trabajadores extranjeros de menor nivel de estudios, es decir los marroquíes y los dominicanos, duplicaban a los españoles en cuanto a porcentaje de trabajadores con estudios superiores. (Colectivo Ioé, 1999-a: 115). Antonio Izquierdo hizo otra encuesta entre inmigrantes en situación de estancia irregular. Su universo fueron las personas que se presentaron a la regularización de 1996, y, por lo que se refiere a su nivel de estudios, encontró que, entre los hombres, un 12 % tenía estudios superiores, un 31 % medios, un 25 % primarios y un 32 % no tenía estudios. Las mujeres, por su parte, mostraban un nivel más alto de estudios: el 17 % tenía título universitario y el 41 % estudios de grado medio (Izquierdo, 2000: 231) Acerca del nivel formativo de las personas inmigradas, convendría también saber la experiencia laboral o profesional que traen de su país de origen. Sobre este aspecto hay menos encuestas, pero podemos mencionar una de Martínez Veiga (1997: 169) que nos indica que entre las ocupaciones o profesiones que los inmigrantes dicen haber tenido en su país de origen y las que aquí tienen, hay gran diferencia, produciéndose lo que este autor llama estrechamiento del nicho laboral. “Este estrechamiento del nicho laboral representa un proceso de descualificación de la fuerza de trabajo inmigrante en cuanto que gran parte de las habilidades de trabajo adquiridas no se utilizan y por tanto se pierden” (Martínez Veiga, 1997: 170). En Cataluña, los sindicalistas de CCOO han observado que los niveles más altos de formación que actualmente se dan entre personas inmigradas son los 80 de los latinoamericanos, los procedentes de los países del Este y los subsaharianos. Los subsaharianos que han venido últimamente tienen niveles de formación más altos que los anteriores. También se ha observado que muchas de las mujeres que están en el servicio doméstico traen titulación sanitaria o de otro tipo, lo que es particularmente importante entre las ecuatorianas y colombianas, aunque se da entre las mujeres de todos los orígenes.88 La encuesta que se hace en las oficinas del CITE de Cataluña y que se refleja en la memoria 2001 dice que los analfabetos o sin estudios son pocos (el 6 %), y que los porcentajes altos se dan en los que tienen estudios básicos (el 35 %) y los que tienen estudios medios (el 37 %). Además, en esta encuesta también encontramos un alto porcentaje de personas con estudios superiores (el 18 %) (Memoria CITE 2001). La Encuesta de Población Activa aporta datos que nos permiten comparar el nivel de formación de los españoles con el de los residentes extranjeros, como puede verse en la tabla 16. Llama la atención que el nivel de analfabetos de los extranjeros, incluso el de los no comunitarios, sea inferior al de los españoles, y que el porcentaje de no comunitarios con enseñanza superior sea superior al de los españoles. TABLA 16. PORCENTAJES DE POBLACIÓN (DE MÁS DE 16 AÑOS) SEGÚN NIVEL DE FORMACIÓN. Total población en España (100%) 3,1 % Residentes de la Unión Europea (100%) 0,9 % Residentes de fuera de la unión Europa (100%) 2,8 % Educación primaria 37,6 % 15,1 % 26,6 % Educación Secundaria 40,3 % 43,0 % 49,2 % Educación superior 18,9 % 40,9 % 21,3 % Analfabetos Fuente: elaboración propia, a partir de la tabla de población de más de 16 años, por nivel de formación alcanzado, de la EPA primer trimestre 2002. Parece claro que estos datos de la EPA y los resultados de todas las encuestas comentadas en este apartado dan al traste con la idea, ampliamente extendida, de que los inmigrantes o son analfabetos o tienen niveles de formación muy bajos. 88 Observaciones de: Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. - Antonio García, Asesor del CITE en el Baix Llobregat. - Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades Diversas de la CONC. Octubre 2002. - 81 Correspondencia entre nivel de cualificación y empleo. En este apartado queremos simplemente señalar que algunas investigaciones realizadas demuestran la existencia de un profundo desajuste entre el nivel formativo de la población inmigrada y el tipo de trabajos que están haciendo. Pero también muestran que cuando su formación se ajusta a las necesidades de la producción logran mejores condiciones laborales. La encuesta hecha en 1999 por Rosa Aparicio y Andrés Tornos entre más de 400 peruanos y marroquíes en Madrid indicó que en el caso de los marroquíes, “no se ajustan las hipótesis de que unos niveles más altos de escolarización, por aportar mayor capacitación para el trabajo, tienden a corresponder con mejores puestos ocupacionales y mejores salarios”. Los marroquíes que mejores salarios obtenían eran los que tenían formación profesional, pero no los que tenían formación universitaria. Después de los que contaban con formación profesional, los que obtenían mejores salarios eran los que sólo tenían estudios primarios; mientras que aquellos que no tenían estudios de ningún tipo conseguían salarios peores. Estos autores concluían que los marroquíes lograban mejores condiciones laborales, no en función de su nivel de estudios, sino en la medida en que su formación “se adapta a las demandas del mercado laboral al que acceden los inmigrantes”. Por otra parte, el caso de los peruanos era distinto, en la medida en que los que contaban con formación universitaria sí obtenían, como media, las mejores condiciones laborales. (Aparicio y Tornos, 2000: 131). El desajuste entre nivel formativo y tipo de trabajo o condiciones laborales es mucho mayor en el caso de las mujeres que en el de los hombres. “Particularmente flagrante resulta la infrautilización del capital humano aportado por las mujeres, pues sólo el 18,2 % de las marroquíes se ocupan en trabajos que suponen superación del nivel de estudios primarios (recordemos que un 51,4 % ha sobrepasado ese nivel). Y las cifras son aún más llamativas entre las peruanas: si un 87 % había sobrepasado el nivel de los estudios primarios, solamente un 12,5 % se ocupa en trabajos que requieren haber estudiado algo más que la primaria” (Aparicio y Tornos, 2000: 144). Por otra parte, en el caso de las mujeres ocupadas en el servicio doméstico, se produce también un desajuste entre lo que ellas consideran su profesión y el trabajo que están haciendo. En las encuestas hechas a trabajadoras domésticas por Martínez Veiga (1997: 44), no hay “ni siquiera una de ellas que afirme que su profesión es el servicio doméstico”, y además subrayan que “en su país de origen nunca trabajaron en esa ocupación”. Este desajuste no es tan grave en el caso de los hombres pues, aunque éstos estén haciendo trabajos duros y mal pagados, pueden considerar, al menos una parte de ellos, que esa es su profesión y que su aspiración a mejores trabajos se da dentro de esa profesión (por ejemplo, muchos de los que trabajan en la construcción). Lo que sí se mantiene, también en el caso de los hombres, es el desajuste entre su formación y su categoría laboral. Entre los trabajadores marroquíes que trabajan en el sector de la construcción, de acuerdo con la encuesta hecha 82 por el Colectivo Ioé en 1997 en Madrid y Barcelona, encontramos que un 13 % de los que trabajan como peones tiene estudios superiores (Colectivo Ioé, 1998: 158) Esta situación, observada por investigaciones hechas hace unos años, se mantiene íntegramente en la actualidad. En el sector de la construcción, los sindicalistas de CCOO detectan la existencia de inmigrantes que vienen con un nivel de formación de albañiles y que, sin embargo, aquí están trabajado con la categoría de peón. A veces, el desajuste entre la categoría y el nivel formativo del trabajador se justifica, por parte de los empresarios, señalando que la formación de esos trabajadores es poco adecuada para las tecnologías actuales de las empresas, lo que se dice sobre todo de los procedentes del Este de Europa.89 Los inmigrantes que vienen con formación acceden inicialmente a los mismos trabajos que los que no la tienen. Pero convendría estudiar mejor en qué medida los más formados tardan menos en acceder a mejores trabajos, quiénes dan mejor ese salto y qué tipo de formación es más apta para ello. Es decir, convendría conocer mejor la trayectoria laboral que están recorriendo los inmigrantes en función de la formación que tienen. En algunos sitios se detecta que la facilidad con la que los que están más formados pasan a hacer trabajos mejores no es la misma dependiendo del origen: los latinoamericanos, particularmente los argentinos, acceden pronto a trabajos mejores, pero este no es el caso de los procedentes de otros orígenes, incluidos los del Este de Europa.90 Trayectoria laboral: la inestabilidad y la búsqueda de mejores empleos. El desajuste observado entre el nivel formativo y la ocupación de las personas inmigradas induce a pensar que, pasada la primera etapa de la inserción laboral, condicionada por lo que ya hemos visto –inmigración irregular, inserción en la economía sumergida, aceptación de espacios laborales que están siendo abandonados por los autóctonos, etc.-, deberá producirse una mejora de la ocupación. De no ser así, indicará que la discriminación racial lo está impidiendo, y ello debe ser estudiado y conocido para definir las actuaciones públicas y sindicales al respecto. Pero, de entrada, queremos detenernos sobre algo que se nos presenta como un handicap para el estudio de la trayectoria laboral de las personas inmigradas en el momento actual: el carácter muy reciente de la inmigración. Sabemos que ésta es de las dos últimas décadas y más aún de la última, pero, 89 Observaciones de: Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. - Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. 90 Observaciones de: - Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. - 83 como vamos a ver enseguida, buena parte de la población inmigrada que tenemos (a finales de 2002) es aún mucho más reciente. Los datos de la EPA sobre población extranjera, según el tiempo de residencia que lleva en España, dan porcentajes altos de población que lleva aquí menos de 3 años, son altos para la población procedente de países de la Unión Europea, pero, como vemos en la tabla 17, son aún mucho más altos para la que procede de fuera de la Unión Europea: más del 50 % de los residentes no comunitarios que hay en España llevan aquí menos de dos años. El mismo resultado se observa al obtener los porcentajes de población extranjera ocupada: los datos de la EPA dicen que el 53 % de los no comunitarios que se encuentran trabajando en España llevan aquí menos de 2 años (tabla 18). TABLA 17. PORCENTAJES DE POBLACIÓN INMIGRADA SEGÚN EL TIEMPO DE RESIDENCIA EN ESPAÑA. Residentes de la Unión Europea (100 %) Residentes de fuera de la Unión Europea (100 %) Menos de 1 año 10,8 % 25,2 % De 1 a 2 años 17,9 % 30,2 % De 3 a 6 años 19,6 % 26,1 % Más de 6 años 51,6 % 18,5 % Fuente: elaboración propia, a partir de la tabla sobre población extranjera por tiempo de residencia en España de la EPA segundo trimestre 2002. TABLA 18. PORCENTAJES DE POBLACIÓN INMIGRADA OCUPADA SEGÚN EL TIEMPO DE RESIDENCIA EN ESPAÑA. Ocupados de la Unión Europea (100 %) Ocupados de fuera de la Unión Europea (100 %) Menos de 1 año 12,0 % 20,3 % De 1 a 2 años 15,5 % 33,4 % De 3 a 6 años 17,4 % 26,8 % Más de 6 años 55,0 % 19,5 % Fuente: elaboración propia, a partir de la tabla sobre ocupados por tiempo de residencia en España de la EPA segundo trimestre 2002. Podemos acudir también a los datos de Seguridad Social, ya que éstos indican la fecha de alta inicial de un trabajador, refiriéndose a la fecha en la que se dio de alta por primera vez, y la fecha de alta actual, que se refiere a la fecha en la que se dio de alta por el trabajo que mantiene en la actualidad. El Anuario de Estadístico Extranjería 2001 ha comparado ambas fechas para el caso de los 84 trabajadores extranjeros extrayendo las observaciones que señalamos a continuación. A la vista de la fecha de alta inicial de los extranjeros, se observa que, de todos los que se hallaban de alta en enero de 2002, el 30 % se habían incorporado por primera vez al mercado de trabajo en 2001, y otro 21 % lo habían hecho en el año 2000, es decir, se trata de una población trabajadora cuya incorporación al mercado laboral es muy reciente (el 50 % en los dos últimos años) (Anuario… 2001: 40, 166). A la vista de la fecha de alta actual de los extranjeros, puede obtenerse otro dato, que es la antigüedad que tienen en los empleos en los que ahora se hallan. Pues bien, lo que se observa en las tablas del Anuario es que más del 65 % tiene menos de un año de antigüedad en su actual empleo (Anuario… 2001: 40, 166). Otro aspecto que permiten conocer los datos de Seguridad Social es el número de altas por trabajador. Con ello se ha podido observar que “a pesar de lo que se ha señalado anteriormente respecto a la reciente incorporación de gran parte de los trabajadores extranjeros al mercado formal de trabajo, el 66,91 % de los trabajadores extranjeros tenía ya en enero de 2002 más de un movimiento de alta (había tenido ya más de un empleo, en definitiva) en España” (Anuario… 2001: 40). En los casos en los que los trabajadores extranjeros han tenido más de un alta en la Seguridad Social puede compararse el régimen de alta inicial con el actual. Ello nos permite ver en qué proporciones están pasando de unos regímenes a otros, lo que supone cambios de sector laboral. En las tablas del Anuario (Anuario… 2001: 167) vemos que en el régimen agrario y en el de empleados de hogar son en los que se producen porcentajes mayores de abandono. De los 42.906 que habían tenido más de un empleo habiendo comenzado en el régimen agrario, sólo 15.872 se mantenían en este régimen. Y de los 52.744 que habían tenido más de un empleo habiendo comenzado en el régimen de empleados de hogar, sólo 18.794 se mantenían en este régimen. El primer caso afectaba principalmente a los hombres y el segundo a las mujeres, como también se observa en las mencionadas tablas. Ello indica que la movilidad es alta, con tendencia a engrosar el régimen general. En la tabla 19, vemos de dónde proceden las actuales (a 11 de enero de 2002, que es la fecha que estamos manejando por ser la que utiliza el Anuario Estadístico de Extranjería 2001) 80.251 altas en régimen agrario: 15.872 tuvieron otra alta anterior (otro trabajo) en el mismo régimen y otros 16.782 proceden de otro trabajo en otro régimen; el resto, 47.597, son trabajadores que han sido dados de alta por primera vez en el trabajo actual. TABLA 19. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SS EN EL RÉGIMEN AGRARIO, A 11 DE ENERO DE 2002 En alta actual Es su primer trabajo 80.251 47.597 85 Han tenido otro (u otros) trabajo en el sector agrícola 15.872 Han tenido otro (u otros) trabajo en otro sector 16.782 Fuente: elaboración propia, a partir de datos del Anuario de Extranjería 2001, pp. 163, 167 El mismo ejercicio lo hemos hecho respecto a los empleados de hogar, viendo que para más de la mitad de los dados de alta actual ése es su primer trabajo, y que los que proceden de otro tipo de trabajo son el 11,7 % (tabla 20). Advertimos de nuevo que estas tablas se refieren a datos a 11 de enero de 2002 y, por tanto, sus datos no deben confundirse con los de otras, aportadas en este texto, referidas a julio de 2002 (mientras en enero los extranjeros de alta en régimen de empleados de hogar eran 53.788, en julio eran 74.873; y también había aumentado el número de los de alta en el régimen agrario: de 80.252 en enero a 92.206 en julio). TABLA 20. TRABAJADORES EXTRANJEROS DE ALTA EN LA SS EN EL RÉGIMEN DE EMPLEADOS DE HOGAR, A 11 DE ENERO DE 2002 En alta actual 53.788 Es su primer trabajo 28.665 Han tenido otro (u otros) trabajo como empleado de hogar 18.794 Han tenido otro (u otros) trabajo en otro sector 6.329 Fuente: elaboración propia, a partir de datos del Anuario de Extranjería 2001, pp. 163, 167 Estamos, por tanto, ante una inserción laboral muy reciente, en términos generales, pero en la que se produce un alto índice de rotación. La rotación es mayor dentro del propio sector, pero también se produce pasando de unos sectores a otros. Con los datos de Seguridad Social sólo podemos ver los cambios entre sector agrario, empleados de hogar y régimen general, es decir, no podemos ver los cambios entre los sectores que se agrupan en el régimen general. Pero disponemos de otras informaciones, como vemos a continuación. Los índices altos de rotación en los trabajos habían sido observados ya por distintos estudios. En el sector de la construcción, de acuerdo con la encuesta realizada por el Colectivo Ioé en Madrid y Barcelona en 1997, más de la mitad de los marroquíes encuestados había tenido ya 4 ó más empleos en el sector. Este porcentaje no es muy diferente del correspondiente a los españoles, pero si tenemos en cuenta que la trayectoria laboral de los marroquíes en mucho más breve que la de los españoles en el sector, cabe deducir que su índice de rotación es mucho mayor (Colectivo Ioé, 1998: 150). Esa misma encuesta mostraba que más de la mitad de los marroquíes llevaba menos de un año en el empleo en el que se hallaba en el momento de la encuesta (en el caso de los españoles, quienes llevaban menos de un año eran la cuarta parte de los encuestados) (Colectivo Ioé, 1998: 161). En el sector de la hostelería, de acuerdo con la encuesta hecha por el Colectivo Ioé en 1999 entre Madrid y Barcelona, el porcentaje de extranjeros que acceden al sector habiendo trabajado antes en otro sector (también en España) es muy elevado. Sólo los de origen chino han iniciado mayoritariamente su vida laboral en España en el mismo sector de la hostelería, pero en el caso de todos 86 los demás orígenes, son mayoría los que empezaron a trabajar en otro sector (servicio doméstico, construcción, agricultura…) (Colectivo Ioé, 1999-a: 129). En el servicio doméstico la rotación dentro del sector es muy elevada. Los sindicalistas de CCOO han observado que si bien las mujeres inmigradas trabajan prácticamente de forma continuada, con escasos períodos de falta de empleo, la inestabilidad en importante por la frecuencia con la que se producen los cambios de empleo. Una práctica habitual es que la trabajadora sea despedida cuando llega el período de vacaciones (con lo que el empleador se ahorra el pagárselas); también hay muchos despidos motivados porque la trabajadora reclama pagos a los que tiene derecho.91 En el servicio doméstico la mejora que puede producirse, tras los trabajos iniciales, está en el hecho de pasar del servicio doméstico interno al externo, y en el hecho de cambiar de sector, como ya comentábamos en otro capítulo. Uno de los principales cambios que se aprecian es el de pasar del servicio doméstico al sector de la limpieza. También están pasando a la hostelería, a las clínicas, etc. Hay que señalar, no obstante, que estos cambios no son igualmente accesibles para todas las mujeres inmigradas, y que hay muchas que se pasan muchos años en el servicio doméstico interno, y otras muchas que no salen del servicio doméstico (sea interno o externo).92 Otra forma de rotación observada es la que protagonizan los trabajadores que hacen la campaña agrícola de Lleida. En los meses en los que no hay campaña, se insertan en otros trabajos diseminándose por la provincia. Muchos de los que comenzaron haciendo la campaña de la fruta después acceden a trabajos en granjas porcinas, cuadrillas de recogida de pollos para los mataderos, hornos de las panaderías, etc.93 Cabe indagar sobre si estos cambios de trabajo comportan mejora, tanto si son cambios dentro del mismo sector como cuando se pasa de unos sectores a otros. Lo observado nos indica que alguna mejora se produce pero no es muy grande y no es igual para los distintos sectores. En la hostelería hay poca promoción y poca mejora en los cambios de trabajo; la mejora la logran saltando a otros sectores: hay cierto paso a la construcción, lo que puede considerarse mejora por los horarios de trabajo. En las empresas de limpieza y servicios apenas se produce mejora en el empleo para los inmigrantes que llevan tiempo trabajando, ni siquiera para los que están más formados de antemano. En el sector de la construcción hay poca movilidad de los inmigrantes hacia otros sectores laborales, y por lo que se refiere a la mejora 91 Observaciones de: Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades Diversas de la CONC. Octubre 2002. 92 Observaciones de: - Clara Lozano, Responsable de Asesoramiento Laboral de la Federación de Actividades Diversas de la CONC. Octubre 2002. 93 Observaciones de: - Imma Romeo, Responsable de Política Social de la Unión Intercomarcal de CCOO de Lleida. Octubre 2002. - 87 de la categoría dentro del sector, no son muchos los que ascienden a oficiales (albañiles), aunque sí los hay, como también hay bastantes que hacen el trabajo de oficial y siguen con la categoría de peón.94 Un ejemplo de los límites con los que ahora se encuentran las personas inmigradas en su promoción lo da la industria cárnica. En el sector de cárnicas de La Garrotxa la movilidad es alta en el caso de los mataderos: los inmigrantes se van en cuanto encuentran algo mejor, dejando espacio para otros que llegan después. En cambio, en embutidos, donde los trabajos no son tan duros, la movilidad es muy escasa. Ahí es donde está actualmente el tope, en términos generales, de la mejora de trabajo que están logrando los inmigrantes.95 Una forma de mejora a la que están accediendo en algunos sectores está en la mayor duración de los contratos. Este es el caso de la agricultura, en la que los contratos hechos después del inicial suelen ser más largos. También sucede algo parecido en la hostelería, donde la mejora en los contratos se concreta en el acceso a la condición de fijos discontinuos.96 Los latinoamericanos son quienes está mostrando mayores posibilidades de promoción. En el Vallès Occidental se observa que aquellos latinoamericanos que vienen con profesiones adquiridas en su país de origen, aunque sus empleos iniciales son los no cualificados de hostelería, construcción, servicios, etc., después están accediendo a empleos más cualificados (de la industria, conductores, torneros, fresadores, etc.). En el Baix Llobregat quienes logran mejoras laborales después de su primer o primeros empleos son los argentinos que vienen con niveles profesionales altos. Algunos acceden a trabajos de su profesión, cuando han homologado sus títulos, como médicos, sociólogos, etc., y otros montan negocios propios (ropa, restaurantes, informática, etc.).97 Lo que sí se está manifestando como una forma de promoción de ciertas dimensiones es montar el propio negocio. En la construcción se está observando que una vía de mejora para los inmigrantes es la de montar su propia empresa; en el Vallès Oriental la mayoría de las empresas de revestimiento de fachadas son ahora regentadas por marroquíes, y la misma realidad se observa en el Vallès Occidental. Otra vía de mejora es establecer 94 Observaciones de: Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002. - Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. 95 Observaciones de: - Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. 96 Observaciones de: - Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. 97 Observaciones de: - Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. - Antonio García, Asesor del CITE en el Baix Llobregat. - 88 un comercio; en el Vallès Oriental hay muchos establecimientos de los mercados ambulantes que están en manos de inmigrantes, y en Osona los inmigrantes están montando empresas de limpieza, de venta ambulante, etc.98 98 Observaciones de: Nuria Alcalá, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. - Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002. - Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. - 89 IX. LOS EFECTOS DE LA INMIGRACIÓN EN LA TASA DE OCUPACIÓN Y LAS CONDICIONES LABORALES. La competencia por los puestos de trabajo. Vimos más atrás algunas características del mercado laboral que están permitiendo la convivencia entre una tasa elevada de desempleo y escasez de mano de obra en algunos sectores laborales. La segmentación del mercado de trabajo, que ya hemos comentado, es el punto de partida de cualquier análisis que pretenda averiguar si se produce competencia, o qué tipo de competencia se produce, entre los trabajadores autóctonos y los inmigrados. En el debate público que se produce acerca de si los inmigrantes compiten o no con los autóctonos por los puestos de trabajo, se han venido enfrentando dos tópicos bien conocidos: uno es el de que se repite desde las posturas más xenófobas: “los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los nacionales y, por tanto, provocan incremento del paro”, y el otro el que se repite desde las posturas solidarias: “los inmigrantes hacen los trabajos que los nacionales no quieren hacer”. Lo que hemos visto en este estudio sobre el tipo de puestos de trabajo que están ocupando las personas inmigradas nos obliga a revisar esos tópicos, a pesar de que el segundo, el que dice que “hacen los trabajos que los nacionales no quieren hacer”, siga siendo cierto en buena medida. Vimos ya que se han ido dando determinadas condiciones que provocan el que los trabajadores autóctonos no acudan a determinados tipos de trabajos, lo cual reduce notablemente las posibilidades de competencia. Vimos que ello se debe, entre otras cosas, a las características del sector de trabajadores en paro, que genera desajuste entre la oferta y la demanda de trabajo. Quienes buscan trabajo, especialmente entre los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, lo hacen en los segmentos del mercado para los que se consideran cualificados, y, dado que el trabajo, como ha señalado Abad (2002: 461), “no es sólo el medio indirecto para la satisfacción de las necesidades básicas, sino que es también un signo de status”, están poco dispuestos a descender en la escala de prestigio construida al respecto en nuestra sociedad. Sobre el primer tópico que señalábamos, el de que “nos quitan los puestos de trabajo y provocan incremento del paro”, hay abundante literatura que lo desmiente. Donde hay más estudios al respecto es, como en todos los temas relacionados con las migraciones, en los Estados Unidos. Simon (1998: 268) 91 señala que “en la última década ha aparecido un volumen impresionante de investigación empírica [en los Estados Unidos] que mostraba que la inmigración no incrementa el desempleo ni siquiera entre los grupos directamente competidores. Por ejemplo, los negros y las mujeres no experimentaron un aumento del paro en California debido al desplazamiento de inmigrantes”. Las investigaciones hechas en España, unos años atrás, apuntaban en la misma dirección. Con los resultados de su encuesta, realizada entre 1996 y 1997, Carrasco señala que, “realizando un análisis de conjunto de los trabajadores inmigrantes extracomunitarios en la estructura del mercado laboral español, podemos concluir que no entran en competencia con los trabajadores autóctonos, ya que el propio colectivo de trabajadores inmigrantes extracomunitarios forma un segmento propio del mercado de trabajo” (Carrasco, 1999: 153). Otra investigación del Colectivo Ioé en el sector de la construcción sugiere “que el contingente marroquí resulta más funcional para ocupar los puestos de trabajo menos estables del mercado secundario. En tanto se mantengan dichos empleos, y los sectores más débiles de la mano de obra autóctona encuentren mecanismos de protección (comunitarios, institucionales o de ambos tipos) suficientes como para rechazar tales ocupaciones, su función será complementaria (ocuparán empleos en condiciones no aceptables para los autóctonos)” (Colectivo Ioé, 1999-b: 131). Las encuestas que hemos hecho en Cataluña a sindicalistas de distintos ramos indican que, en líneas generales, se mantiene una situación de escasa competencia. Hemos tratado de averiguar si en aquellos sectores que está ocupando la inmigración existe oferta de trabajo por parte de los autóctonos. En el sector de la construcción no se constata que haya españoles que busquen empleo y no lo encuentren en las categorías de peonaje que normalmente ocupan los inmigrantes. En la hostelería la escasez de mano de obra es real (aunque no tanta como dice la patronal) y no se detecta, de forma significativa, la existencia de autóctonos que busquen trabajo y no lo encuentren por el hecho de la presencia de inmigración en el sector. En el sector agrícola es también muy difícil encontrar autóctonos que quieran ocupar los puestos de trabajo que están ocupando los inmigrantes.99 Por territorios hemos encontrado respuestas similares. En Osona, mucha gente maneja el estereotipo de que los inmigrantes quitan puestos de trabajo, pero en el sindicato apenas se conocen ejemplos concretos de personas que hayan optado por un puesto de trabajo y no lo hayan conseguido por estar ocupado por un inmigrante. La opinión de un insertor laboral municipal de Manlleu es que en la comarca de Osona hay un conjunto de empresas, de cárnicas, pieles, hostelería y construcción, que no podrían cubrir sus puestos de trabajo de peonaje sin la inmigración, ni siquiera mejorando los salarios. El rechazo a 99 Observaciones de: Juan García, Responsable de Inmigración de la Federación de la Construcción de la CONC. Octubre 2002. - Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. - Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. - 92 esos puestos de trabajo ya no se da sólo entre los autóctonos, sino también entre los hijos de los inmigrantes o entre aquellos inmigrantes que llevan cierto tiempo aquí, lo que indica que sólo se cubren con inmigración reciente. En el Baix Llobregat no se detectan casos de españoles que busquen trabajo en los espacios ocupados por los inmigrantes y no lo encuentren. En el Vallès Occidental no hay evidencia de que se dé competencia por los puestos de trabajo; lo que se ha observado es que la gente que se queja de tal competencia está trabajando y lo que hace es reproducir estereotipos; en cambio, entre los parados que acuden a los cursos de CCOO (los de CEPROM) esa opinión no se manifiesta, quizás porque el tipo de trabajo que están buscando no se corresponde con el que ven hacer a los inmigrantes. En el sector agrícola y en la hostelería del Maresme hubiese sido muy difícil cubrir los puestos de trabajo sin la inmigración.100 Se ha documentado también que, en algunos sectores, los inmigrantes acuden a espacios laborales abandonados, o en proceso de ser abandonados, por los autóctonos, es decir, que el abandono por los autóctonos es previo a la ocupación por los inmigrantes. Un ejemplo documentado por el Colectivo Ioé de trabajos abandonados por los nativos previamente a la llegada de los inmigrantes lo aporta el poniente almeriense. Los cultivos intensivos estuvieron inicialmente trabajados por las familias propietarias y por temporeros de la zona, pero “los cambios sociales de los 80 limitaron la disponibilidad de trabajadores autóctonos: los temporeros encontraron ocupación en otros sectores o se acogieron a diversas prestaciones sociales, y la mano de obra familiar se reduzco drásticamente (se generalizó la escolarización de los niños, los jóvenes adquirieron formación y prefieren ocuparse en los servicios y en sectores auxiliares de la agricultura), entre la población local sin tierras las mujeres tienden a emplearse en el manipulado de productos en cooperativas agrícolas y los hombres en tareas de acarreo en las mismas o en el arreglo y construcción de los invernaderos” (Colectivo Ioé, 1999-b: 123). Otro ejemplo similar se da en la recogida de cítricos en la Comunidad Valenciana, donde el envejecimiento de los agricultores, unido a la preferencia de los jóvenes por otro tipo de trabajos, produce una carencia de mano de obra que atrae a la mano de obra extranjera (Colectivo Ioé, 1999-b: 125). En Cataluña hemos encontrado algunas evidencias de este proceso de previo abandono por lo autóctonos. El sector de las cárnicas es un ejemplo claro de que los inmigrantes acceden al sector cuando ya está siendo abandonado por los autóctonos a partir de dos hechos determinantes: el envejecimiento de la población (en comarcas como la Garrotxa y otras en las que destaca el sector 100 - Observaciones de: Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. Gaietà Serrat, Insertor laboral de la Oficina de Promoción Económica del Ayuntamiento de Manlleu. Septiembre 2002. José María Ginés, Secretario de Política Social de la Unión Comarcal de CCOO del Baix Llobregat. Octubre 2002. Alex Toledo, Responsable de Empleo de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Occidental. Octubre 2002. Idrisa Djiba, responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de El Maresme. Septiembre 2002. 93 cárnico) que ha ido reduciendo la mano de obra disponible, y el rechazo de los jóvenes (los pocos que se han ido incorporando al mercado laboral) a hacer ese tipo de trabajos. En las empresas de limpieza y servicios las dificultades para encontrar oferta de empleo entre los autóctonos, en las condiciones en las que éste se venía ofreciendo, fueron previas a que tales empleos comenzasen a ser ampliamente ocupados por los inmigrantes.101 Una vez visto que, en términos generales, la competencia entre autóctonos e inmigrantes es escasa, conviene señalar ahora que, a pesar de ello, sí hay espacios en los que se produce competencia, y ello se da tanto en trabajos cualificados como en no cualificados. En los trabajos poco cualificados o de peores condiciones laborales, quienes compiten con los inmigrantes son algunos sectores marginales de la fuerza de trabajo autóctona. Hemos detectado, en Cataluña, este tipo de competencia en espacios laborales como los que señalamos a continuación. En empresas de limpieza y servicios, aunque es dudoso, como hemos señalado, que los autóctonos compitan por muchos de los puestos de trabajo que están ocupando los inmigrantes, sí existe competencia en algunos espacios. Antes de la irrupción de los inmigrantes en las empresas de limpieza había mujeres que trabajaban sólo dos o tres meses en verano (sobre todo en la costa); actualmente algunas de esas mujeres se quejan de que ya no les dan esos trabajos porque están ocupados por inmigrantes. La competencia en el sector agrícola es también muy escasa, pero alguna competencia puede haber en tanto que podría haber trabajadores dispuestos a venir desde Andalucía a las campañas agrícolas de Cataluña pero ahora ya no se les llama; aunque también hay que decir que no serían muchos, a juzgar por las dificultades que había en años anteriores. Los nuevos talleres clandestinos del textil ocupados por chinos en el Maresme, han generado cierta competencia frente a otros talleres clandestinos (o no clandestinos) que había antes. Como consecuencia de ello, se constata la existencia de mujeres autóctonas que antes trabajaban en ese tipo de talleres y ahora no pueden hacerlo.102 El desplazamiento de los autóctonos, no querido por éstos, en algunos sectores no se debe sólo a que los inmigrantes estén dispuestos a aceptar condiciones peores, se debe también al efecto que tienen las redes sociales en el acceso al empleo. Ya hemos hablado de que la concentración de personas 101 Observaciones de: Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. - María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002. 102 Observaciones de: - María Carmen Mañozas, Secretaria General de la Federación de Actividades Diversas de la CONC en el Barcelonés. Octubre 2002. - Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Octubre 2002. - Jaume Roig, Secretario General de la Unión Comarcal de CCOO del Maresme. Octubre 2002. - Salva López, Secretario General de FITEQA. Octubre 2002. - Montse Morales, Secretaria General de FITEQA en el Maresme. Octubre 2002. - 94 de determinado origen en un sector concreto, provoca la creación de un mercado pseudointerno de trabajo por el que se canaliza la información sobre ofertas, condiciones laborales, etc., lo que provoca, en cierto modo, el efecto de excluir de ciertos tipos de trabajo a la población nativa (Martínez Veiga, 1997: 175-176). A esto hay que añadir cierto efecto de discriminación positiva concretado en la preferencia que manifiestan algunos empresarios por los inmigrantes, dado que éstos aceptan con mayor estabilidad peores condiciones de trabajo (Solé y Parella, 2001: 33). Los efectos de la inmigración sobre la tasa de ocupación. Queremos ahora resaltar que una cosa es la existencia, mayor o menor, de competencia entre autóctonos e inmigrados por los puestos de trabajo y otra es cómo afecta la inmigración a la tasa de ocupación. Es decir, podría haber mucha más competencia de la que ahora hay y, sin embargo, encontrarnos con que la inmigración tuviese un efecto positivo de mejora de la tasa de ocupación de los autóctonos. Tal efecto positivo proviene del hecho de que al cubrir puestos de trabajo que de otra forma sería difícil cubrir, la inmigración ayuda a mantener otros puestos de trabajo y a mantener sectores de la producción que sin ella estarían abocados a su desaparición. Además hay que tener en cuenta el efecto dinamizador que provoca el aumento de población. “La explicación a largo plazo de la ausencia de efecto de desplazamiento [aumento del paro entre los autóctonos] es que los inmigrantes no sólo ocupan puestos de trabajo, sino que también los crean de dos maneras: en primer lugar, porque su gasto aumenta la demanda de mano de obra, lo que lleva a nuevos contratos; y en segundo lugar, a menudo abren pequeñas empresas que constituyen importantes fuentes de empleo” (Simon, 1998: 269). Distintos investigadores han insistido en el hecho de que los puestos de trabajo no son una cantidad fija e inmutable por la que compiten los trabajadores, sino más bien algo que se modifica con facilidad a partir de determinados factores, entre ellos la llegada de nueva población. “El proceso no es tanto que un inmigrante ocupe un puesto de trabajo ya existente, sino, más bien, que cuando un inmigrante induce la creación de un nuevo empleo, se producen una serie de cambios en la demanda de trabajo en otros sectores de la economía. Se trata, pues, de un análisis en términos de señales y expectativas, más que de puestos de trabajo conectados con el capital físico” (González Ferrer, 2002: 139). Carrasco (1999: 44) señala, en este sentido, que “el gran mito sobre la inmigración y el empleo es que los inmigrantes roban empleos a los nacionales, estereotipo que parte de una consideración económica, que de partida es falsa, ya que considera el número de puestos de trabajo como algo fijo, como un dato. Muchas investigaciones americanas echan por tierra este argumento”. En la misma línea se pronuncia Martínez Veiga (1997:231) diciendo que “en momentos de recesión económica frecuentemente se impone la idea de que el trabajo es como una especie de magnitud finita y absolutamente inelástica, algo así como una especie de tarta con porciones limitadas, en donde si 95 alguien obtiene un trabajo o una parte de esa magnitud se lo está quitando a algún otro”. En la medida en que la inmigración contribuye al desarrollo económico contribuye también a la creación de empleo. En el sector agrícola, por ejemplo, la inmigración contribuye a mantener, como ha señalado el Colectivo Ioé (1999b: 126), “franjas enteras de la agricultura familiar española, en buena medida productora de alimentos de calidad dedicados a la exportación”, lo que sin duda tiene repercusiones sobre el mantenimiento de otras actividades económicas conectadas con ésa. La aportación de la inmigración al desarrollo económico puede verse también desde la perspectiva del consumo y del ahorro. Como ha señalado Carlota Solé, "la sociedad receptora no solamente ahorra por no establecer subsidios de paro para los trabajadores inmigrantes, sino que éstos presentan una propensión de ahorro fuerte, ante la perspectiva, más o menos inmediata de retorno al país de origen, propensión que repercute positivamente en el crecimiento económico del país receptor" (Solé 1995: 103). Un estudio de Rosa Aparicio y Andrés Tornos permite concluir que la inmigración que se recibe en España es económicamente beneficiosa desde el punto de vista de la hacienda pública: en 1998 los inmigrantes habían ingresado en el Tesoro Público 335.065 millones de pesetas y habían supuesto un gasto de 148.003 (Aparicio y Tornos, 2000: 59). Un análisis posterior, hecho por Concha Carrasco, llegaba a la misma conclusión: en el año 2000 los ingresos obtenidos por el Estado procedentes de los residentes extranjeros eran más del doble de los gastos103 (Carrasco, 2001: 41). Refiriéndose al período recesivo que hubo entre 1991 y 1994, Izquierdo señala que el empleo de inmigrantes sirvió, aunque en las dimensiones escasas que tenía en aquel momento, “como amortiguador de la crisis, contribuyendo a mantener la producción en sectores y actividades que están en regresión o que operan cíclicamente. Tal sería el caso de la agricultura y de la construcción, pero también del textil y del servicio doméstico” (Izquierdo, 1996: 81). En Cataluña tenemos claros ejemplos de situaciones en las que la inmigración ha permitido el mantenimiento y desarrollo de ciertos sectores productivos. La industria cárnica es un sector importante en esta Comunidad, que ha crecido considerablemente en los últimos 10 años. A este crecimiento ha contribuido de forma clara la aportación de mano de obra inmigrada. Sin ella podrían haber ocurrido dos cosas: primera, que las condiciones laborales del sector se hubiesen dignificado para mantener la mano de obra nacional, y segunda, que el sector hubiese desaparecido o se hubiese reducido notablemente. La primera opción no es muy probable ya que al tratarse de trabajos muy duros no hubiese resultado fácil encontrar el equilibrio con las condiciones laborales necesario para retener la mano de obra nacional, en cambio, el traslado del sector a países terceros es perfectamente factible. Por otra parte, lo que más ha crecido en el sector de cárnicas son precisamente los mataderos, donde se 103Los gastos fueros 206.674 millones de pesetas, y los ingresos 472.847 millones de pesetas. 96 dan los trabajos más duros. Tal crecimiento hubiese sido muy improbable sin inmigrantes. Otro sector del que puede afirmarse que sin la inmigración recibida en los últimos años no tendría ninguna viabilidad es el textil de Girona, sobre todo el del proceso algodonero.104 Constatamos pues que las personas inmigradas ayudan al sostenimiento de ciertos sectores económicos, y con ello al empleo de los autóctonos; aunque ello es así, precisamente por los bajos salarios y las malas condiciones laborales a las que los primeros están siendo sometidos. Lo que hacemos, por tanto, es constatar una realidad, pero, desde luego, no la valoramos positivamente. Sostener sectores laborales sobre la base de la explotación de una parte de sus trabajadores no es algo que sindicalmente pueda valorarse de forma positiva, aunque sus efectos sobre la tasa de ocupación de los trabajadores autóctonos sean positivos. Como conclusión de este apartado y del anterior, cabe decir que los indicios apuntan a que la competencia por los puestos de trabajo, entre autóctonos e inmigrados, que ahora es escasa, puede ir aumentando; pero junto a esa afirmación hay que hacer otra: que la inmigración no disminuye los puestos de trabajo disponibles para los autóctonos sino que los incrementa. Es decir, la competencia puede darse en espacios concretos y para puestos de trabajo concretos, pero en una situación en la que la inmigración está provocando el aumento, en términos generales, de los puestos de trabajo disponibles. O dicho de otra forma: si mañana se fuesen todos los inmigrantes que han venido en los últimos años, lo que se produciría sería un fuerte incremento del paro entre los autóctonos; y si los que se fuesen son todos los que ahora se hallan en situación de estancia irregular, probablemente pasaría lo mismo. La incidencia de la inmigración sobre las condiciones laborales. Comenzaremos, en este apartado, por hacer un repaso de lo que algunos estudios indican acerca de la incidencia de la inmigración sobre las condiciones laborales (también sobre las de los trabajadores autóctonos). El análisis que González Ferrer hace de los estudios realizados en EEUU y en Europa sobre competencia entre inmigrantes y autóctonos indica que la inmigración no ha fomentado el desempleo en ninguno de los dos continentes, algo en lo que parecen coincidir todos los estudios; pero, en cambio, las conclusiones son más ambiguas al preguntarse sobre cómo incide la inmigración sobre los niveles salariales y las condiciones laborales. A este respecto, parece que tal influencia existe, si bien afecta básicamente a los trabajadores autóctonos menos cualificados. (González Ferrer, 2002: 148). 104 - Observaciones de: Antonio Córcoles, responsable de Formación y Empleo de la Federación Agroalimentaria de la CONC. Septiembre 2002. Miguel Sánchez, Responsable de Acción sindical de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. Lluis Donoso, Responsable de Inmigración de la Unión Comarcal de CCOO de Osona. Septiembre 2002. Bartomeu Compte, responsable de inmigración de la Unión Intercomarcal de CCOO de Girona. Julio 2002. 97 Un aspecto a tener en cuenta es la proporción de trabajadores inmigrantes, a la hora de valorar su capacidad para modificar las condiciones del mercado laboral. Con los datos de 1997 Carrasco señalaba que “la escasa entidad numérica de los residentes extranjeros extracomunitarios en nuestro país no nos permite hablar de modificación del mercado laboral español. Un 1, 01% de población activa extranjera sobre la población activa total hace pensar que no se producirán, por el momento, cambios en los niveles de empleo, en los salarios o en la competencia por la adquisición de los beneficios de la protección social; no obstante, la concentración geográfica, no tanto regional como local, en algunos mercados de trabajo muy concretos podría tener algún efecto de sustitución” (Carrasco, 1999: 170). A finales de 2002 los trabajadores inmigrados (de alta en la Seguridad Social) son ya el 5 % del total y, sin duda, en determinados espacios están en porcentajes muy superiores, lo que nos indica que, si bien sigue siendo cierto que en términos generales su incidencia sobre las condiciones laborales no puede ser muy grande, sí lo puede ser en los espacios en los que están más concentrados. Solé y Parella señalan que la competencia se produce con determinados sectores de los trabajadores autóctonos y que para éstos puede haber empeoramiento de las condiciones laborales por la presencia de los inmigrantes: “la disponibilidad del trabajador inmigrante a aceptar condiciones laborales inferiores genera condiciones especiales para los trabajadores inmigrantes y un proceso de etnoestratificación dentro de una determinada esfera de actividad; es ahí donde muchos trabajadores autóctonos se percatan de la competencia, puesto que el empresario prefiere al trabajador inmigrante porque le permite abaratar costes y le evita conflictos laborales por su escasa capacidad reivindicativa, lo que conduce a una reducción de los salarios de los trabajadores nativos y a un retroceso en las condiciones laborales y derechos conquistados” (Solé y Parella, 2001: 47). Otros autores se inclinan por la idea de que determinados sectores laborales, haya o no inmigrantes, sólo ofrecerán bajas condiciones laborales, pues de otra forma no serían competitivos, y en todo caso no existirán si no encuentran mano de obra adaptable a esas condiciones. “Algunos trabajos existen siempre y cuando lo puedan hacer en la economía sumergida, ya que su coste total (esto es, incluyendo las cotizaciones a la Seguridad Social y los impuestos sobre la renta) sería demasiado alto como para ser compensado por su considerable baja productividad. En resumidas cuentas, en la economía formal, y aún más en la sumergida, un considerable número de actividades están por debajo del nivel aceptable por casi todos los trabajadores nacionales” (Baganha y Reyneri, 2001: 199). En esta línea, Lorenzo Cachón señala que los sectores en los que se concentra la mano de obra inmigrada son aquellos en los que previamente hay ya peores condiciones laborales. Este autor utiliza siete indicadores para la valoración de las condiciones laborales de cada sector de actividad: el capital humano que el sector emplea en cuanto a nivel de estudios; el volumen de los contratos temporales; la calidad de las relaciones laborales en cuanto a presencia sindical; la jornada laboral pactada en los convenios; la incidencia de 98 accidentes laborales, y los salarios medios. Utilizando estos indicadores, señala que “las cinco ramas de actividad donde se concentran las tres cuartas partes de los inmigrantes en España tienen unas condiciones de trabajo notablemente peores que la media de los sectores” (Cachón, 1999: 54). Es decir, esos sectores tenían ya las peores condiciones laborales antes de que llegasen los inmigrantes. Por tanto, no se puede decir que la inmigración sea el origen de tales condiciones laborales, aunque sí conviene analizar en qué medida la inmigración contribuye después a hacer más difícil la mejora de las mismas. También hay que considerar la posibilidad de que la inmigración influya poco en las condiciones laborales de los autóctonos en la medida en la que se estén produciendo condiciones laborales específicas para los inmigrantes. Martínez Veiga señala que en la agricultura del poniente almeriense se estaba, en 2001, pagando a los inmigrantes una media de mil pesetas diarias menos de lo que estaba estipulado por el convenio provincial del campo. “El salario estipulado en el convenio negociado entre los sindicatos y la patronal es visto por los inmigrantes como algo que está muy lejos de la realidad. Efectivamente, da la impresión de que hay dos negociaciones: la que las organizaciones sindicales llevan a cabo con los patronos, y que para los trabajadores inmigrantes tiene una dimensión más ideológica que efectiva, y la que llevan a cabo los inmigrantes con sus respectivos patronos” (Martínez Veiga, 2001: 106) En Cataluña, a través de las encuestas hechas a sindicalistas de CCOO, hemos podido deducir que la inmigración sí produce cierto efecto sobre las condiciones laborales, si bien de forma desigual entre los distintos sectores, como veremos a continuación. Hemos vivido, en los últimos tiempos un proceso económico de flexibilización de horarios y condiciones de trabajo coincidiendo con el aumento de la inmigración. Las empresas han impuesto más fácilmente sus nuevas condiciones al contar con la mano de obra inmigrada para los peores puestos de trabajo. En muchas empresas del Vallès Oriental (químicas y otras) se ha implantado el 4º y el 5º turno en condiciones muy ventajosas para los empresarios gracias a que han contado con inmigrantes. Ello es también responsabilidad de los sindicatos, ya que si esos turnos los hubiesen tenido que hacer autóctonos probablemente hubiesen planteado más batalla por las condiciones en las que se implantaban. Convendría analizar la posibilidad de que haya habido dejadez sindical en la negociación de esas condiciones por el hecho de que los inmigrantes hayan ocupado esos trabajos.105 Un caso interesante es el de la empresa Corporación Alimentaria de Guissona, donde hay más de 500 inmigrantes (la cuarta parte de la plantilla) procedentes, principalmente, de países del Este de Europa, los cuales venían con muy poco espíritu reivindicativo y con un planteamiento claro de ceder en todo lo que hiciese falta con tal de ingresar más dinero. Los efectos de esta inserción de inmigrantes sobre las condiciones laborales del conjunto de los trabajadores 105 - Observaciones de: Juanjo Fernández, Responsable de Política Socio-económica de la Unión Comarcal de CCOO del Vallès Oriental. Octubre 2002. 99 podrían haber sido notables, sin embargo, la labor hecha por CCOO de acercamiento y afiliación de trabajadores de este grupo está minimizando esos efectos.106 En el sector agrícola, los empresarios hicieron la opción generalizada por el empleo de inmigrantes a finales de los ochenta, cuando los sindicatos habían empezado a imponer ciertas mejoras laborales. No está claro si hubiese sido fácil continuar en esa línea de mejoras sin inmigrantes, pero lo que sí se observa es que la población inmigrada está trabajando por debajo de las condiciones laborales logradas, lo que facilita el inmovilismo de los empresarios. En la campaña de la fruta de Lleida del año 2002 muchos de los inmigrantes traídos desde su país de origen (concretamente los colombianos) han trabajado, como hemos señalado más atrás, por 457 pts./hora, mientras que lo fijado por el convenio son 756 pts./hora. En ésta y en anteriores campañas se ha observado que los inmigrantes que reclaman son despedidos inmediatamente.107 En hostelería no está nada claro que las condiciones laborales se hubiesen dignificado mucho por la carencia de mano de obra si no hubiese habido inmigración. Tampoco puede decirse que la presencia de inmigración haya dificultado la mejora de los resultados de la negociación colectiva. El problema mayor es que lo pactado en el convenio no se cumple por parte de las empresas, pero ni para inmigrantes ni para autóctonos. Sin embargo, sí puede decirse que la inmigración ha contribuido a consolidar las malas condiciones laborales que se dan en el sector. Pueden señalarse algunos aspectos: a) se ha institucionalizado la realización de un día de fiesta a la semana, cuando el convenio dice dos; b) se han flexibilizado mucho los horarios; c) ahora los camareros están haciendo más que antes labores que no corresponden a su categoría, tales como limpieza, etc.; d) se está respetando menos la relación entre la categoría del contrato y el trabajo que se realiza, con lo que casi está desapareciendo la categoría de camarero, puesto que ese trabajo se realiza por trabajadores que tienen contratos de inferior categoría. Puede decirse que el nivel medio de las condiciones laborales ha bajado, lo que afecta también a los autóctonos. 108 Como conclusión provisional diremos que la inmigración sí está generando cierto efecto a la baja sobre las condiciones laborales, pero ello ocurre, sobre todo, en sectores cuya estructura empresarial está más atomizada y donde la incidencia sindical es menor. Allá donde la presencia sindical es mayor, la progresiva incorporación de inmigrantes no está afectando a las condiciones laborales del conjunto de los trabajadores. 106 Observaciones de: Josep López, Responsable de Organización de la Federación Agroalimentaria de CCOO de Lleida. Octubre 2002. 107 Observaciones de: - Valentín Antúnez. Secretario General del Sindicato Agroalimentario de CCOO de Lleida. Ocubre 2002. 108 Observaciones de: - Rafa Espinosa, Secretario General de la FECOHT. Octubre 2002. - Toni García, Secretario de Organización de la FECOHT. Octubre 2002. - 100 X. ALGUNAS CONCLUSIONES Y PROPUESTAS DE INVESTIGACIÓN. Conclusiones provisionales. A 30 de junio de 2002 la población inmigrada en Cataluña con residencia legal era de 316.150 personas, lo que suponía el 24,3 % de la población inmigrada en España. Esa población inmigrada constituye el 5 % del total de la población catalana, mientras que en España la población inmigrada es el 3.2 % del total. Cataluña tiene, con ese 5 %, una proporción de población inmigrada igual a la media del conjunto de la Unión Europea, es decir, ya no podemos seguir diciendo que nuestra inmigración es inferior a la de nuestro entorno europeo. La composición de la población inmigrada, en función de sus orígenes de procedencia, no es igual en Cataluña que en España. La proporción de marroquíes es más alta en Cataluña, mientras que la de latinoamericanos y procedentes de la Europa del Este es más baja. En España la población inmigrada la componen, en la misma fecha, 1.301.342 personas, habiéndose producido un incremento de unas 500.000 en el último año y medio. El mayor ritmo de crecimiento lo han tenido los latinoamericanos y los procedentes de la Europa del Este. Se trata, por tanto, de una inmigración que, en una proporción muy elevada, es muy reciente, lo que constituye un condicionante muy importante por lo que se refiere a su inserción laboral y al estudio de la misma. El carácter reciente de buena parte de la inmigración comporta una inserción laboral también reciente. Esto viene confirmado por los datos de la Encuesta de Población Activa (segundo trimestre 2002) que dicen que más del 50 % de los trabajadores extranjeros de alta en la Seguridad Social han iniciado su vida laboral en España en los últimos dos años. La inmigración recibida en España sigue teniendo ciertos desequilibrios en su proporción entre hombres y mujeres. El más importante es que la marroquí mantiene una elevada proporción de hombres (el 67,8 %), y aún es mayor en el caso de otros colectivos, como los senegaleses (82,9 % de hombres) y los paquistaníes (91,6 % de hombres). Estos desequilibrios son importantes en Cataluña, donde la proporción de marroquíes es mayor y donde contamos con la mayor parte de los paquistaníes que hay en España. 101 La inmigración se produce en un marco socio-laboral que ha comportado, en la última década, la demanda creciente de mano de obra inmigrada. Cabe destacar algunos factores en este sentido. El fuerte crecimiento del sector servicios ha dado lugar a la aparición de un volumen importante de trabajos de escasa cualificación. Paralelamente ha habido un proceso de precarización del empleo cuya principal característica ha sido el incremento de la temporalidad, hasta el punto de que hoy uno de cada tres contratos es temporal. Ha habido, también, un importante crecimiento de pequeñas empresas, tanto en un sector en auge como es la hostelería, como por la atomización de las empresas en el sector de la construcción causada por el fenómeno de la subcontratación. Y, por último, se ha producido un importante crecimiento de la demanda de mano de obra para el servicio doméstico y los trabajos de atención a las personas, causada, en buena medida, por la incorporación de la mujer (autóctona) al mercado laboral y por el incremento en la proporción de las personas de tercera edad. La demanda de mano de obra inmigrada producida ha coexistido con altas tasas de desempleo de la población autóctona, lo que se explica en buena medida por ciertas características de ésta última. Los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, además de ser cada vez menos, están más formados que antes, lo que les lleva a aspirar a empleos acordes con esa formación. Por otra parte, la población desempleada, en buena proporción, cuenta con recursos familiares o prestaciones sociales que le permiten mantenerse a la espera de los empleos a los que aspiran sin acudir a aquellos que resultan más precarios, duros o mal pagados. A lo anterior hay que añadir que el porcentaje de economía sumergida que sigue habiendo en España es muy elevado. Ello conforma un marco idóneo para la inserción laboral de los inmigrantes, aún cuando éstos estén inmigrado por vías irregulares, convirtiéndose, de hecho, en un importante polo de atracción para la inmigración irregular. Por otra parte, el marco jurídico-político es poco apto para facilitar una inserción legal y no discriminatoria de la población inmigrada, ya que la legislación y la política de extranjería que se viene haciendo están generado un importante volumen de irregularidad. Las personas están inmigrando, mayoritariamente, por vías irregulares, lo que las mantiene en situación de estancia irregular por cierto período de tiempo, durante el que no pueden trabajar legalmente y son muy vulnerables a la sobre-explotación laboral. En este contexto, estamos recibiendo una inmigración cuya inserción laboral es muy elevada. La tasa de actividad de la población extranjera no comunitaria (procedente de fuera de la Unión Europea) es del 78,9 %, cuando la del conjunto de la población española es del 53,8 %. Y la tasa de ocupación es del 70,2 %, mientras que la de la población española es del 47,9 %. Las tasas de ocupación varían para los distintos colectivos de inmigrantes (por país de origen) y varían también entre hombres y mujeres. Es remarcable la baja tasa de ocupación de las mujeres africanas (y concretamente de las marroquíes): sólo trabaja el 26,1 % de las mismas, mientras que del conjunto de las mujeres 102 inmigradas está trabajando el 43,3 %. Estos porcentajes, por otra parte, se han mantenido invariables en los dos últimos años. A la elevada tasa de ocupación que tiene la población inmigrada hay que añadir que su edad media es muy inferior a la de la población española, y que, por tanto, es muy inferior su porcentaje de personas que se hallan en edad cercana a la jubilación. Entre la población inmigrada, quienes están en una edad entre los 55 y los 64 años son el 3,6 %, mientras que entre la población española son el 10,6 %. El primero de estos porcentajes incluye a los comunitarios y no cabe duda de que será muy inferior para los no comunitarios. Los sectores laborales que concentran mayor volumen de población inmigrada son el servicio doméstico, la construcción, la hostelería y la agricultura (además del comercio que hemos excluido de nuestro estudio). Los datos de Seguridad Social informan claramente sobre la concentración en el servicio doméstico y en el sector agrícola, ya que son sectores con regímenes especiales. El 13,8 % de los no comunitarios está en el sector agrícola, cuando de los españoles109 lo está el 7,5 %. La diferencia es mucho mayor en el servicio doméstico, en el que se halla el 11,7 % de los no comunitarios, cuando de los españoles es el 1,0 %. De los trabajadores inmigrados que se hallan en el sector agrícola la mitad son marroquíes, y de los que se hallan en el servicio doméstico más de la mitad son latinoamericanos. Por lo que se refiere al tipo de trabajos que hacen las personas inmigradas, hay que remarcar, en el caso de las no comunitarias, su fuerte concentración en trabajos de poca cualificación. A modo de ejemplo puede señalarse que el 60,3 % de los africanos trabajan como peones (entre el sector agrícola y los demás). Y, entre los latinoamericanos, el 33,7 % trabajan como peones y el 18,4 % como empleados de hogar. En Cataluña, las personas inmigradas de alta en seguridad social en los regímenes agrícola y de servicio doméstico están en menor proporción que en el conjunto de España, es decir, esas proporciones en Cataluña se acercan más a las de los autóctonos. Pero los sectores laborales en los que se concentra la población inmigrada son los mismos. En la construcción está habiendo una inserción muy amplia de inmigrantes por toda Cataluña, sobre todo en las pequeñas empresas, entre las que destacan las de restauración de fachadas. En la hostelería es también generalizada esta inserción de inmigrantes, especialmente desde el año 2000, cuando se produjo un salto que fue tanto cuantitativo como cualitativo (por cuanto los inmigrantes comenzaron a hacer también los trabajos de cara al público que antes no hacían). En el sector agrícola el empleo de personas inmigradas ha sido también creciente en todas las campañas agrícolas. Aquí, además, hay otros sectores que deben ser mencionados. Las industrias cárnicas constituyen un sector que, en Cataluña, ha crecido mucho en los últimos diez años, lo que ha venido parejo al empleo creciente de inmigrantes. 109 Decimos siempre españoles refiriéndonos a la población española en su conjunto, que incluye también a los residentes extranjeros. 103 Son muchas las empresas, pequeñas y medianas, en las que la mitad o más de la mitad de la plantilla está compuesta por personas inmigradas. También es muy importante la presencia de inmigrantes en las empresas de servicios, tanto en las de limpieza como en otras. Las personas inmigradas se están insertando, además, en sectores que ya no son los que hasta hace poco se venían mencionando. Actualmente encontramos una inserción significativa en las químicas y en el metal, si bien su concentración es mayor en los turnos de noche de esas empresas y en los trabajos más duros. Así ha podido observarse en las comarcas más industriales como el Baix Llobregat, el Vallès Occidental o el Vallès Oriental. Las vías de acceso al empleo que utilizan las personas inmigradas concuerdan con las de los autóctonos en cuanto que las más formales, es decir, los servicios públicos de empleo, no son muy utilizadas. En el caso de los inmigrantes lo que tiene mayor importancia es la utilización de las redes sociales construidas entre personas de un mismo origen. A través de las redes se canaliza información, ofertas de empleo y contactos que, no sólo permiten el acceso al empleo, sino que constituyen uno de los factores que explican el hecho de que los inmigrantes de determinados orígenes se concentran más en determinados espacios laborales. Otra vía de acceso al empleo, que es la contratación callejera, y que ha tenido mucha importancia para la inmigración, especialmente en las zonas agrícolas de toda España, sigue existiendo en Cataluña. Sigue teniendo importancia en la campaña agrícola de Lleida, y es más residual en el resto de Cataluña. Por último, cabe señalar que la utilización de las ETT para el acceso al empleo tiene también cierta importancia, concentrada, sobre todo, en los sectores industriales. Un fenómeno que se está produciendo en el acceso al trabajo es la discriminación de unos colectivos en beneficio de otros. Concretamente, es cada vez mayor la discriminación que sufren los marroquíes ante la preferencia que los empresarios están manifestando por los latinoamericanos y los procedentes de la Europa del Este. Esto lo hemos observado en las industrias cárnicas, en la construcción y en la hostelería, y en menor medida también en los demás sectores. Los marroquíes están teniendo problemas en algunas zonas para encontrar trabajo a causa de este fenómeno. Por lo que se refiere a las condiciones de trabajo, conviene conocer en qué medida es cierto que las personas inmigradas están padeciendo condiciones inferiores, cobrando menos por los mismos trabajos, etc. De entrada hemos observado que el trabajo sin contrato legal (y sin alta en la Seguridad Social) es un hecho de importantes dimensiones en el servicio doméstico, en la construcción y en la hostelería, así como en algunas zonas agrícolas. Las mayores irregularidades se dan en el servicio doméstico, como ya ocurría antes de la llegada de las mujeres inmigradas, cuando ya estaba generalizado el trabajo sin contrato y el impago de la Seguridad Social. Ahora, lo que se ha agravado, con las mujeres inmigradas, es la falta de respeto a los horarios 104 laborales. Las vacaciones quedan con mucha frecuencia impagadas produciéndose el despido de la trabajadora. En la construcción, las irregularidades que se cometen con los inmigrantes en cuanto a condiciones laborales son muy abundantes. En múltiples casos el salario está apalabrado por debajo de lo que marca el convenio; las horas extras no se pagan de forma muy generalizada; se trabaja sin horarios; se producen despidos de inmigrantes dejando de pagar varios meses de sueldo, y, por último, el engaño es un arma empresarial ampliamente utilizada: los inmigrantes firman, a menudo, hojas de salario o finiquitos que no han cobrado. Todas estas irregularidades se dan también con los trabajadores autóctonos, pero son mucho más abundantes con los inmigrantes. En la hostelería también hay muchas irregularidades, destacando las que se producen en la zona del Maresme: trabajo sin contrato, impago de horas extras, generalización de un día (o unas horas) de descanso a la semana en lugar de los dos que marca el convenio, etc. En las campañas agrícolas la explotación de las personas inmigradas es muy importante. En la campaña de la fruta de Lleida de 2002 se ha estado pagando a 457 pts./hora, cuando el convenio marca a 756. Además ha habido problemas con la vivienda que deben proveer los agricultores: viviendas en malas condiciones, cobro indebido de alquileres, etc. En otros sectores la explotación es más sutil. Los inmigrantes cobran lo que corresponde a la categoría de su contrato, pero el hecho es que, por los mismos trabajos o muy parecidos, sus contratos son de categorías inferiores a los de los autóctonos. Esto se ha observado en las cárnicas y en otras empresas de los sectores industriales. Otro aspecto que hemos analizado es la correspondencia existente entre el nivel formativo que tienen las personas inmigradas y los trabajos que realizan, comprobando que se produce un fuerte desajuste. Hemos repasado lo que distintas investigaciones señalan sobre el nivel formativo de los inmigrantes, así como lo que dice la EPA, observando que sus niveles medios son superiores a los de los españoles. Estos niveles varían de acuerdo con el origen de las personas inmigradas, siendo superiores en el caso de los latinoamericanos y de los procedentes de la Europa del Este. En el caso de los marroquíes la proporción de personas con pocos o escasos estudios es mayor que entre los españoles, pero también es mayor la proporción de personas con estudios superiores (aunque aquí cabe tener en cuenta que estamos comparando una población joven, la inmigrada, con toda la población española con las características que tiene su pirámide de edades). Lo remarcable es que en la primera etapa de la inmigración casi todas las personas inmigradas, las que tienen formación y las que no la tienen, ocupan puestos de trabajo de escasa cualificación. Las mujeres son las que sufren el desajuste mayor entre formación y ocupación, y además tardan más en ir encontrando trabajos más cercanos a la formación que tienen. Por orígenes, 105 son los latinoamericanos los que están teniendo mayores facilidades, aunque también escasas, para acceder a trabajos de mayor cualificación. La movilidad en el trabajo es muy alta en el caso de las personas inmigradas, pero es una movilidad “horizontal”, es decir, el ascenso a trabajos mejores o de mayor cualificación es lento. Como datos de esta fuerte movilidad podemos decir que el 66, 9 % de los extranjeros que se hallan de alta en la Seguridad Social ha tenido más de un empleo, a pesar de su reciente incorporación al mercado laboral (recordemos que más del 50 % se han incorporado en los últimos dos años). En el servicio doméstico la rotación en el empleo es muy elevada, produciéndose también salto a otros sectores (hostelería, empresas de limpieza, clínicas, etc.). La rotación en la hostelería también los es, y, por lo que se refiere a salto a otros sectores, destaca el paso a la construcción, lo que se considera mejora básicamente por los horarios de trabajo. La forma de promoción laboral más importante que están utilizando las personas inmigradas es la de montar su propio negocio. Están montando comercios, puestos de venta ambulante, empresas de revestimiento y reparación de fachadas, empresas de limpieza, etc. En la construcción son ya muy numerosas en Cataluña las empresas de arreglo de fachadas que están en manos de marroquíes. Nos hemos preguntado por la competencia que se produce, entre autóctonos e inmigrados por los puestos de trabajo. Nuestra primera conclusión es que el tópico de que “los inmigrantes quitan puestos de trabajo a los autóctonos y provocan aumento del desempleo entre éstos” es del todo falso; pero ya tampoco es del todo cierto el otro tópico de que “hacen los trabajos que los españoles no quieren hacer”. La competencia por los puestos de trabajo entre autóctonos e inmigrados es, de acuerdo con nuestras observaciones muy escasa, aunque alguna competencia existe. Estamos ante un mercado laboral segmentado que implica la existencia de espacios diferenciados en los que compiten sectores diferenciados de la población trabajadora. Esta segmentación no es estanca, lo que indica que cierta competencia puede haber, y ésta se está dando realmente con algunos sectores de trabajadores autóctonos que venían haciendo los trabajos en los que hoy están concentrados los inmigrantes. Pero aún cuando existe cierta competencia, de ahí no puede deducirse que la inmigración genere desempleo entre los autóctonos. Todo parece indicar que lo que ocurre es justamente lo contrario, es decir, que la inmigración está teniendo el efecto de mantener y ampliar sectores productivos, lo que está generando puestos de trabajo para los autóctonos. Es decir, la competencia puede darse por puestos de trabajo concretos, pero los autóctonos se están beneficiando de la inmigración porque facilita la creación de otros. Cuando se analizan los efectos de la inmigración sobre las condiciones laborales (las que también afectan a los autóctonos) las conclusiones no son ya 106 tan positivas. Cabe comenzar diciendo que las malas condiciones que sufren algunos sectores laborales, como el servicio doméstico, la hostelería, la agricultura, etc., son anteriores a la llegada de los inmigrantes y, por tanto, no se pueden achacar a la inmigración. Pero de lo que sí tenemos indicios es de que los empresarios se están aprovechando de la inmigración para acentuar su inmovilismo en este terreno, e incluso para rebajar las condiciones laborales en algunos aspectos y algunos lugares concretos. Lo observado es que esto se da, sobre todo, en las zonas en las que la presencia sindical es escasa, mientras que allá donde los sindicatos están más implantados no se aprecia ninguna variación en las condiciones laborales por el hecho de que se esté contratando a personas inmigradas. Algunas propuestas de análisis e investigación. Siendo éste un estudio introductorio, cuyo principal objetivo es servir de punto de partida para definir el trabajo futuro de investigación a desarrollar por el ámbito de inmigración del CERES, pasamos a definir algunos aspectos sobre los que consideramos necesaria una mayor investigación. Analizar periódicamente los datos sobre ocupación de la población inmigrada, tratando de ver cómo evolucionan las tasas de ocupación en todos sus aspectos posibles. Teniendo en cuenta las variables de origen, sexo y edad, para ver cómo evolucionan las diferencias que hay al respecto. Especial atención merece ver cómo evolucionan por sexo para ver si las tasas de ocupación se van normalizando en los casos en los que ahora son más dispares, como por ejemplo en el caso de las mujeres de origen marroquí. Conviene ver también si las tasa de ocupación por edades se van “normalizando”, acercándose a las tasas del conjunto de la población. Estudiar la evolución de los procesos de concentración de las personas inmigradas en determinados sectores laborales. Ver en qué medida los sectores todavía dominantes, servicio doméstico, construcción, hostelería, agricultura y comercio, van perdiendo peso en un proceso de diseminación de la población inmigrada en todos los sectores de la producción. Estudiar algunos procesos de desarrollo de economía de enclave (los llamados “enclaves étnicos”), algo que no hemos abordado en este estudio, pero que conviene hacer, ya que se trata de una forma de inserción laboral que ya tiene cierta importancia y que conviene saber cómo va evolucionando. Indagar sobre las redes sociales existentes, construidas por las personas inmigradas de un mismo origen, y estudiar el papel que juegan para la búsqueda y acceso al empleo. Deconstruir, con estudios y datos concretos, el mito, ampliamente extendido, de que todas las redes sociales son redes mafiosas; o como mínimo, tratar de mostrar qué redes concretas no merecen tal calificación, para aportar elementos que permitan distinguir entre mafias y redes sociales. 107 Observar los procesos de rotación y movilidad en los trabajos que afectan a las personas inmigradas, haciendo el seguimiento de los datos sobre antigüedad en los empleos, temporalidad de los trabajos, etc. Indagar sobre la existencia de especificidades en la contratación de las personas inmigradas haciendo el análisis y seguimiento de los contratos de trabajo, algo que tampoco hemos abordado en este texto. Concretamente conviene analizar la temporalidad de los contratos, contratos en formación, etc., para ver así si se están produciendo variaciones significativas respecto a las tónicas generales. Estudiar los procesos de promoción laboral de las personas inmigradas. Observar, en sectores concretos, y con colectivos concretos, cómo se va produciendo el acceso a mejores trabajos y de mayor cualificación. Esta misma observación debe hacerse en el interior de cada sector laboral y en el interior de las empresas, analizando cómo se produce en ellas la promoción laboral. Por ejemplo, en qué medida están accediendo a categorías de oficial aquellas personas que ya hacen trabajo de oficial pero están con categorías inferiores; o en qué medida acceden a la categoría de camareros quienes ya están haciendo ese trabajo, etc. Observar los procesos de sustitución de unos trabajadores por otros que se están produciendo. Tanto la sustitución de trabajadores autóctonos por inmigrados, como la sustitución de trabajadores inmigrados de determinados orígenes por otros de otros orígenes. Ver qué factores inciden en tales procesos. Conviene hacer el seguimiento del que proceso que ya hemos observado de sustitución de trabajadores marroquíes por latinoamericanos y de la Europa del Este. Analizar la evolución que va produciéndose en el desajuste entre el nivel de formación y la ocupación de las personas inmigradas. Conviene estudiar casos concretos para ver si hay un problema en la formación que traen esas personas, por cuanto que no se ajuste a las necesidades del sistema productivo, y si eso se podría corregir con acciones formativas. Conviene ver también si hay otros factores, como la discriminación racial, que generan mayores desajusten para personas procedentes de orígenes concretos. Hay que prestar especial atención a cómo evolucionan estos desajustes en el caso de las mujeres, que son las que ahora más los sufren. Estudiar la discriminación laboral que se produce en el interior de las empresas, tanto por lo que se refiere a menores salarios por los mismos trabajos, como a jornadas más largas, peores turnos de trabajo, mayores dificultades a la promoción, etc. Se necesita ir generando una cultura antidiscriminatoria que permita detectar la discriminación allá donde se produzca y plantear medidas para combatirla. Buscar indicadores y referentes que nos vayan informando sobre la incidencia de la inmigración sobre la economía y los índices de ocupación y desempleo. Nuestra primera conclusión de que hasta ahora la inmigración ha sido un factor favorable para la tasa de ocupación del conjunto de la 108 población trabajadora, debe ser continuamente revisada sobre la base de indicadores generales y de análisis concretos de caso. Estudiar cómo evoluciona la incidencia de la inmigración sobre las condiciones laborales de los sectores concretos en los que se va concentrando. Ver cuáles son los factores (presencia sindical, etc.) que determinan el que esa incidencia sea mayor o menor. Indagar sobre las formas de actuación sindical que favorecen la inserción laboral de las personas inmigradas en condiciones no discriminatorias. Analizar las “buenas prácticas” que están permitiendo mejorar la comunicación con las personas inmigradas y la afiliación sindical de éstas. 109 BIBLIOGRAFÍA. ABAD MÁRQUEZ, Luis V. 2001. “Trabajadores inmigrantes en las economías avanzadas. La paradoja de la demanda adicional en mercados con exceso de oferta”. En Ponencias del tercer congreso sobre la inmigración en España. Laboratorio de estudios interculturales. Universidad de Granada. ANGUIANO TÉLLEZ, María Eugenia. 2001. “Inmigración laboral extracomunitaria en España: explorando perfiles y trayectorias laborales”. En Migraciones, núm. 10, diciembre 2001, pp. 111-134. Madrid. Anuario Estadístico de Extranjería 2001. 2002. Ministerio del Interior. Madrid. 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