Valoración crítica del Atlas Geográfico de SM

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Valoración crítica del Atlas Geográfico de SM
Francisco J. Escobar
1. Introducción
La presente valoración ha sido entendida como un ejercicio cuyo objetivo fundamental consiste
en evaluar críticamente el Atlas Geográfico de la editorial SM, ofreciendo alternativas para su
mejora sin cambiar ni la estructura general ni las especificaciones de formato.
2. Objetivos generales y sentido temático global
El tema general y los objetivos específicos de la obra se ajustan a los contenidos de la ESO y del
Bachiller. La obra es soporte de las asignaturas de Ciencias Sociales (Geografía e Historia) en
todos los cursos que componen la ESO y en la especialidad de Ciencias Sociales del Bachiller,
pudiendo aportar interesante información en otras asignaturas como Sociedad, Cultura y
Religión.
El atlas podría ser también utilizado en matemáticas, tanto en la ESO como en el Bachiller, si se
amplían los contenidos para incluir relaciones de escala y proyecciones geográficas.
3. Contenido temático
El contenido temático del Atlas adopta un esquema clásico en donde los capítulos se organizan
en temas, con el orden habitual de presentación del medio físico primero y después la
demografía, la organización territorial, la economía y finalmente particularidades de cada región
(política, economía, cultura, etc.) y en conjuntos regionales (Mundo, España, Comunidades
Autónomas, Continentes y aspectos sociales globales).
En el contenido se echan de menos temas como:
a. El Universo, incluyendo el Sistema Solar, la Luna y sus fases y los movimientos de
traslación (como explicativo de los ciclos estacionales) y rotación (como explicativo de los
husos horarios y la sucesión día-noche).
b. Proyecciones principales para la conversión de superficies curvas en un plano. Y ejemplos
de mapas no europo-céntricos a través del los cuales el alumno puede llegar a establecer la
relación a través del Pacífico del Este de Asia y Oceanía con el Oeste de América. En el
mismo capítulo se debería introducir al alumno en el concepto de escala, tanto para mapas
como para planos.
Además, algunos capítulos deben ampliarse para incluir o expandir temas como:
a. Fauna en España, en los continentes y en el Mundo.
b. Migraciones en España. Se necesita una revisión, ampliación y actualización acordes con la
magnitud del fenómeno en la España actual.
c. Patrimonio de la Humanidad (natural y construido) necesita una expansión y
actualización a todos los niveles (mundial, continental y nacional).
d. Espacios naturales en España. Necesita expansión y actualización.
e. Conflictos internacionales / desastres. Deberían recogerse datos de ONU referidos a
muertes, heridos, sin techo y desplazados por desastres naturales, tecnológicos y conflictos
armados en el mundo.
f. Oceanía y el Pacífico. A pesar del título del capítulo, sólo se incluye información referente
a Australia y a Nueva Zelanda. Necesita al menos un mapa político de la región incluyendo
todos los estados y territorios.
4. Opciones de lingüística cartográfica
4.1 Bases cartográficas
Son apropiadas y se ajustan a los objetivos con la excepción de los mapas de África presentados
en la proyección de Peters en la página 97. Sin explicación previa sobre proyecciones
geográficas ni la inclusión de otros continentes en esta misma proyección, se pierde el objetivo
perseguida por Peters y sólo se consigue un mal efecto en donde los mapas parecen haber sido
distorsionados accidentalmente.
4.2 Variables visuales
En el Atlas todo se presenta como una información plana, bidimensional.
No se utiliza el volumen.
Todos los mapas son monótonamente coropléticos o de símbolos puntuales.
El color. Tanto la tonalidad como la intensidad están erróneamente elegidas en numerosas
ocasiones (se aplican tonos graduados para variables nominales: gráfico de tarta y tonos
diferentes para variables de intervalo. Ejemplos en p.9 y p.13). En numerosas ocasiones, se han
adoptado colores no convencionales para la representación de variables que tradicionalmente
tienen asignado un color fijo (precipitaciones y temperaturas en p.10, 11, 18, etc).
El color no es explotado en los mapas de símbolos, que ofrecen un aspecto anticuado y poco
atractivo (ejemplos en p.27, 37, 39, etc). A veces el abigarramiento de símbolos hace que se
pierda completamente la legibilidad del mapa (p.37).
La obra mejoraría con la inclusión de:
a. Gráficos y mapas tridimensionales, tanto para variables continuas (relieve, precipitaciones,
temperaturas, etc) como discretas (población, urbanización, etc). Las primeras requieren
técnicas de interpolación espacial mientras que en las segundas las unidades espaciales se
elevan directamente en función del valor temático.
b. Diagramas y mapas de flujos (por ejemplo para representar la magnitud y dirección de
corrientes migratorias).
c. Mapas de puntos y otros símbolos proporcionales combinados con coropletas.
d. Una revisión en profundidad del esquema de color.
e. Métodos más actuales de visualización. No sólo tridimensionales sino también
superposición de áreas para comparación de superficies.
f. Mapas deformados en función de una variable (mapas globo, anamorfosas, etc).
Toponimia. El estilo y fuente son apropiados para un nivel escolar por destacar sobre los fondos
cartografiados. Sin embargo, la estética se pierde por el abigarramiento provocado por la solidez
de tipos negros. La utilización de colores rebajados para algunos rótulos aligeraría el aspecto
general.
5. Precisión y exactitud de los datos
Los mapas precisan de una actualización en profundidad.
En numerosas ocasiones las imágenes no aportan casi nada y sería mejor relegarlas a un papel
decorativo o de diseño (por ejemplo las imágenes de satélite al inicio de cada capítulo).
Algunos ejemplos de información no exacta son:
a. Precipitaciones en el mundo (p.11). Se falsea la información en grandes zonas del planeta
como queda patente al comparar este mapa con sus homólogos de nivel continental.
b. Espacios naturales protegidos (p.13). Faltan numerosos espacios catalogados como
patrimonio de la humanidad. Este tema debería ampliarse e incluir en el mapa todos los
espacios y su extensión donde la importancia del espacio así lo permita, no sólo un símbolo
puntual.
c. Bosques tropicales (p.12). La gráfica de países productores no se corresponde con lo
encontrado en el mapa (Etiopía).
d. Densidad de población (p.24). Hay un error manifiesto en el caso de Guipúzcoa como queda
patente en su mapa homólogo de la comunidad autónoma vasca.
e. Corrientes migratorias en África (p.95). ¿En qué periodo?, ¿Con qué magnitud?
f. Etnias (p.95). Este mapa es mejor suprimirlo, revisarlo en profundidad o presentarlo en un
planisferio.
g. Mapa lingüístico (p.106). Trinidad y Tobago no aparece a pesar de ser la ex colonia
británica más importante de las Antillas Menores. En las islas de Guadalupe y Martinica se
habla francés (sólo se menciona a Haití)
h. En todos los mapas de las páginas 196 y 107 se precisa un zoom especial para las Antillas
Menores.
i. Confusión en leyendas. Se mezcla el concepto de uso y ocupación del suelo. En p.47 por
ejemplo, “pradera” debería estar incluido en la categoría “superficie no labrada”.
6. Apreciación global
Entre los aspectos positivos cabe destacar:
a. Abundancia de información, en ocasiones exhaustiva (pirámides de población para cada
provincia y capital).
b. Homogeneidad. Las mismas claves para espacios diversos y las mismas escalas para por
ejemplo representar todas las pirámides de población provinciales.
c. Temática del último capítulo. Muy actual y acorde con las asignaturas no sólo de Ciencias
Sociales sino también de Sociedad, Cultura y Religión.
d. Temas originales como las organizaciones internacionales.
e. Índice toponímico en todas las lenguas reconocidas oficialmente en el Estado.
f. El contraste figura-fondo está bien conseguido. Sin embargo, la ausencia de color en el
fondo, cajas u otras divisiones provoca un efecto desordenado. Los mapas parecen flotar en
el aire.
Entre los negativos destacamos:
a. Aspecto anticuado (fotos, gamas de color, maquetación, imágenes de satélite).
b. Monotonía.
c. Abigarramiento en algunas páginas (p.40, p.41, etc) y demasiados huecos en blanco en otras
(p.7, p.17, p.31, etc).
d. Confusión al faltar una delimitación clara entre temas de una misma página.
e. Heterogeneidad innecesaria (y no explicada) de proyecciones y escalas.
Mejoraría a través de:
a. La inclusión de nuevas y mejores imágenes de satélite de distintas resoluciones espaciales.
b. La inclusión de nuevas y más representativas fotografías (a sustituir por ejemplo la de
Sydney de la página 131).
c. La revisión de proyecciones, sobre todo en el caso de África.
d. La inclusión de mapas y diagramas en 3D.
e. La revisión general de la maquetación.
f. Una mejor separación entre temas y mapas.
g. Una modernización de los gráficos y la simbología.
h. Una modernización de los textos explicativos tanto en su contenido como en fuente, color,
estilo y ubicación.
i. La inclusión de algún elemento original (por ejemplo animaciones clásicas ubicadas en las
esquinas y activadas al hojear las páginas).
23 de junio de 2003
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