MORAL - Sistema de Objetos Digitales de Aprendizaje

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UNIDAD CUARTA
MORAL
INTRODUCCIÓN
En el diario vivir las personas en sus diálogos hacen referencia al comportamiento
de sí mismos y de otros, relacionándolo con la moral, así por ejemplo cuando los
mass media denuncian situaciones de falta de honestidad en el destino final e
inversión de las regalías por concepto de la explotación petrolera en algunos
municipios de la región oriental, de los “micos” que aprueban en el Congreso para
asignar primas ilegales a los secretarios del mismo o de aprobar una prima
extralegal para algunos sectores de trabajadores oficiales, o elimina para unos
grupos el régimen especial de pensiones, pero lo deja para las fuerzas Armadas y
para la Policía, o se aprueban en el Congreso, con “mensaje de urgencia de parte
del Presidente de la República, leyes como la de “Justicia y Paz” y otras que
favorecen a los reinsertados tanto de grupos de oposición de izquierda como de
derecha; o de situaciones como el que tres miembros de la Corte Constitucional
que aprobaron la reelección inmediata del presidente de la república hayan
celebrado con la oposición, de inmediato se protesta y se trata como inmorales y
faltos de ética a quienes hacen eso.
Cabe entonces una pregunta: todos aquellos que hablan de moral, que juzgan a
otros de inmorales, de faltos de ética, de corruptos, que además se rompen las
vestiduras, saben objetivamente ¿qué es la moral (teoría) y cómo ésta se
manifiesta (vivencia) en las personas, independientemente de opciones políticas o
religiosas, de estratos sociales y de estados de vida? Aún más: ¿han tenido una
formación moral y han sido capaces de convertirla en praxis diariamente, al
asumir compromisos que permitan a las personas más allegadas, a la comunidad
y hasta a la opinión publica tenerlos como referentes o paradigmas de su
integridad moral?
El asumir compromisos individuales es de vital importancia para el hombre actual
en el ámbito de la moral, que cuando ésta falta inmediatamente peligran el mismo
hombre y la sociedad, puesto que “las actitudes y comportamientos morales
suelen ser fruto de las convicciones internas de las personas” es decir, que estas
ofrecen la estructura del obrar en cuanto están conformadas por los valores,
principios y opciones fundamentales que dominan en la conciencia. La cobardía
del hombre a no asumir compromisos que le impliquen responsabilidad
permanente y sean fruto de sus decisiones y actitudes, lo llevan a descargar en
otros dicha responsabilidad, a culpabilizarlos si las cosas no resultan y no dan los
frutos esperados, a buscar evasivas, a interesarse solo por sus preocupaciones y
1
conveniencias sin que los otros y el bien común le conmuevan a cambiar de
actitud y de mentalidad.
El objetivo de la presente reflexión sobre el tema moral es el de invitar a cada uno
de los estudiantes y lectores a reflexionar sobre la moral, de tal manera que a
partir de un diagnóstico que tenga en cuenta las fortalezas, las debilidades e
incluso las equivocaciones, errores y el mismo pecado, sea capaz de reorientar su
vida mediante el cambio de mentalidad y de actitudes que lo lleven a recrear la
existencia, a darle un sentido a su vida, a ser una persona autónoma, a tomar las
riendas de sus propias vidas.
Para ayudar a cumplir el objetivo anterior, se presentan los siguientes subtemas a
partir de la relación de la moral con la educación moral, la libertad, la ley, la ética
en situación, el pecado y la conversión, y la conciencia, invitando una vez más a
la autorreflexión, a la posterior socialización de la temática y al envío de
sugerencias y aportes para el autor de éste apartado.
JUSTIFICACIÓN
Dentro de los propósitos que ha asumido la USTA, en su misión de formar
integralmente a los alumnos que ingresen a ella, está el de brindar una
orientación a partir de los presupuestos del Evangelio, de Tomás de Aquino y de
la Orden de Predicadores, por tanto las siguientes razones justifican la reflexión
alrededor del tema de la moral por ser una dimensión exclusivamente humana:
- Los prejuicios y la ignorancia que hay en la opinión pública sobre lo moral.
- El no asumir los compromisos por parte del ciudadano e incluso del creyente
que le impliquen responsabilidad permanente y sean fruto de sus decisiones y
actitudes.
- El egoísmo y los intereses mezquinos de muchas personas, que los llevan a
optar solo por sus preocupaciones y conveniencias sin que los otros y el bien
común les conmuevan a cambiar de actitud y de mentalidad.
- El no asumir roles de liderazgo descargando en otros su responsabilidad, a
quienes culpabiliza si las cosas no resultan y no dan los frutos esperados,
buscando siempre evasivas.
- La necesidad urgente que hay dada la situación social-política, religiosa, cultural
y económica del país, para que cada hombre asuma su dimensión moral y aporte
de manera concreta y objetiva mediante la toma de decisiones y la asunción de
compromisos que contribuyan al bien común que permita superar la crisis.
PROPÓSITOS
2
El estudiante de las Facultades de Educación y de Ciencias y Tecnología a
distancia de la USTA debe reconocer, valorar y asumir su dimensión moral y los
compromisos que como persona tiene consigo mismo y como miembro de un
grupo social con miras a humanizar las interacciones de sus relaciones consigo
mismo, con los otros, con lo otro, y con el Otro. Por lo anterior se recomienda que
resuelva los siguientes planteamientos:
¿Qué es la moral? ¿Por qué la moral vivida es fundamental en la construcción o
destrucción del bien común en un grupo humano? ¿Qué implicaciones tiene el
asumir compromisos? ¿Qué relación existe entre moral, educación, libertad, ley,
ética en situación, el pecado y la conversión? ¿Sabe hasta qué punto o medida
cada hombre es responsable de sus actos? ¿Sabe qué es la conciencia y cómo
actuar con rectitud, certeza y veracidad?
LOGROS
- Identifica y valora la dimensión moral propia del ser humano
- Reconoce las implicaciones que tiene el asumir compromisos morales en la
construcción de la comunidad
- Establece y explica la relación entre moral, educación, libertad, ley, ética en
situación, el pecado y la conversión
- Reconoce el ser de la conciencia y su función como norma subjetiva de
moralidad
- Reconoce la manera de decidir en conciencia con rectitud, verdad y certeza.
4.1 MORAL
La existencia de cada ser humano, como persona, en términos de Tomás de
Aquino, no es pura casualidad, se debe según la concepción católica a un
llamado que Dios le ha hecho a existir como ser vivo, personal, concreto, singular,
a su imagen y semejanza. El hecho de existir implica que cada individuo debe
“hacerse cargo de sí”, es decir, asumir su existencia, reconocerse a sí mismo,
reconocer a otros y ser reconocido por ellos, darle sentido a su existencia y
elaborar un proyecto de vida que le permita trascender, reconociendo que ese Ser
Superior, espera una respuesta y un compromiso: su fe y su seguimiento, pues no
basta con creer sino que también se requiere vivenciar o testimoniar lo que se
cree, pues “obras son amores y no buenas razones”.
La existencia conlleva a interactuar y correlacionarse con otros seres inanimados
y animados, los cuales ni puede ignorar ni puede despreciar, por ello el actuar no
debe ni improvisarlo ni menos realizarlo de cualquier manera o por salir del paso,
lo cual influye en el comportamiento y en la conducta de cada ser humano y a su
vez de la comunidad tanto local como mundial, puesto que cada acción por
individual que sea tiene efectos o repercusiones sociales.
3
Teniendo en cuenta que la moral y la ética son dimensiones únicas de la especie
humana, éste apartado se desarrolla en los siguientes aspectos: concepción de
moral, la moral y su relación con la ética y el obrar moral, la situación de la moral
hoy y el resurgimiento de la moral.
4.1.1 Concepción de moral
El término “moral” proviene del latín: “mos, mores”, que significa costumbre, por
eso tiende a confundirse con la “ética”, pero según Sócrates creador de la ética a
partir del término griego “ehtos”, que significa “carácter”, se concibe la ética como
“la ciencia del carácter y de las virtudes del hombre”
La moral, es definida en general como “Ciencia que trata del bien y de las
acciones humanasen orden a su bondad o malicia”, o también como “el conjunto
de reglas o normas del comportamiento que establecen la distinción entre lo
bueno y lo malo como criterio de perfección humana”1
Generalmente la moral se asocia con costumbres, tradiciones y formas de
convivencia, e incluso con la praxis de valores y de principios universales como el
amor, la justicia, la verdad y otros.
4.1.2 Relación moral – ética.
Se establece teniendo en cuenta las semejanzas y luego las diferencias a partir
de los siguientes aspectos: definición, fuero, carácter, polaridad, contexto, esencia
y dimensiones2
SEMEJANZAS
1. Las dos son exclusivas del ser humano: “nacen de la persona y se refieren a la persona”
2. Son complementarias: se dan las dos a la vez están relacionadas con los actos humanos
3. Las dos significan “costumbres”
4. En el lenguaje común se utilizan como sinónimos y por ende indistintamente, siendo el contexto
el que determina la diferencia.
5. Están orientadas hacia el bien o hacia lo bueno
6. Son radicales: no admiten ningún tipo de matiz: o se es o no se es.
7. Son fruto de los valores, principios y ante todo del ejemplo con los cuales se educa en cada
hogar, familia, institución y sociedad en general
10. La persona es el origen y la meta de toda actuación que pretenda ser humana y humanizadora
1
2
GONZÁLEZ ALVAREZ, Luis José. Ética latinoamericana. USTA. Bogotá. 2002. p. 26
Cf. RUIZ AMAYA; Dukeiro de Jesús. Propuesta de ética para Ingeniería. UMNG. Bogotá. 1999. p. 72
4
DIFERENCIAS
ELEMENTOS
MORAL
ASPECTOS
- DEFINICIÓN
- FUERO
- CARÁCTER
- POLARIDAD
-CONTEXTO
- LA ESENCIA
DIMENSIONES
Conjunto de normas o reglas de
comportamiento que establecen la
distinción entre lo bueno y lo malo como
criterio de perfección humana
Interno
Personal
¿Qué es lo bueno?
Se relaciona con la vida o “moral vivida”
(Aranguren)
“Deber ser”: orientación del hombre al
bien, a lo bueno, a la bondad
Objetiva:
es
la
construcción
o
destrucción normativa de la realidad
humana, el discurso es de orden
colectivista,
e
institucionalistaestructuralista
ÉTICA
Reflexión sobre el comportamiento
moral en relación con la bondad y la
maldad de los mismos; es el modo de
ser o carácter en cuanto forma de vida
adquirida o conquistada por el hombre
Externo
Institucional y Colectivo
¿Qué debo hacer?
Es reflexión sobre la vida moral
“El ser”: capacidad de opción entre
bien y
mal,
conveniente e
inconveniente
Subjetiva:
expresa el grado de
coherencia o incoherencia del sujeto
humano responsable; se da en dos
aspectos. individualista y voluntarista.
4.1.3 Situación moral hoy
Actualmente existen dos tendencias opuestas que identifican y caracterizan la
situación moral en ésta época postmoderna, la primera habla de crisis de la moral,
la segunda, de resurgimiento o vuelta de la praxis moral.
4.1.3.1 Crisis moral
Cuando se habla de “crisis”, generalmente se concibe de manera negativa,
identificándola como carencia, necesidad, desequilibrio, problema, pérdida,
desorientación, desadaptación, etc., pero también y aunque pocas veces se
concibe como algo positivo, es: un pare, un reflexionar, proceso, desarrollo,
crecimiento, discernimiento, readaptación, reacomodación.
Para M. Vidal3, la crisis moral nace de la “crisis de sentido”, es decir, que “la crisis
moral se identifica con la pérdida de sentido”, producto de la valoración o forma
de estimar la moralidad en situaciones concretas. La crisis en la forma de estimar
3
VIDAL, Marciano. La ética civil y la moral cristiana. San Pablo. Madrid. 1995.
5
se manifiesta
racionalidad.
en
cuatro aspectos: autonomía,
sospecha, objetividad
y
 Crisis de autonomía.
El hombre postmoderno está ávido de autonomía, desde el más pequeño hasta el
adulto mayor la reclaman, aunque no todos reconocen que “la autonomía es una
condición imprescindible de la moral”, pero, la reafirmación unidimensional de la
misma ha conducido de hecho unas veces al oscurecimiento y otras a la negación
de la moral: se vive sin ningún límite o parámetro, da lo mismo actuar de una u
otra manera, se ponen medios ilícitos para conseguir los fines o las metas, lo cual
desvirtúa el ser de la moral.
Lo anterior, para Vidal, tiene las siguientes repercusiones:
“a) genera una moral sin “límites”, es decir, sin la contrapartida de los factores que la
superan: la “gracia” y el “pecado”
b) Origina inevitablemente una moral prometeica, insensible a la “gratuidad” del don y de
la promesa
c) Propicia una moral “hipotética”, es decir, sin referencias absolutas” 4
El fundamento de la demanda de la moral autónoma esta en la razón autónoma,
cada cual argumenta y da razones de diversa índole reclamando y demandando
de manera delirante y agotadora que se le deje hacer lo que le da la gana, lo que
quiera, en un concepto falso de autonomía.
 Crisis de sospecha
“La crisis moral actual es una crisis de credibilidad”, generalmente las personas se
comprometen, utilizando diversos medios y mediaciones, pero no son fieles
respecto del cumplimiento de dichos compromisos: se dice sí, pero cualquier
disculpa se da por no cumplir, se prometen cosas pero nunca llegan o se reciben,
se promete entrega total y se debe mendigar el amor, por ende, el sujeto humano
es falsificador de la moral.
Los productos de la conciencia del hombre de hoy, se interpretan “desde los tres
maestros de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud, haciendo juicios desde una
conciencia falsa. En consecuencia, al realizar una lectura o hermenéutica a los
productos de la moral,
“Se llega a la sospecha de que la ética es una proyección enfermiza del individuo (Freud),
un falseamiento ideológico de la clase social (Marx), una justificación resentida de la
debilidad humana (Nietzsche). Tales sospechas no han sido todavía levantadas. Siguen
pesando sobre los productos de la estimativa moral”5
4
5
Ibíd. p. 31
Ibíd. p. 31
6
Esta crisis de sospecha conduce a dudar del otro sea persona o institución,
porque se pone en tela de juicio la misma facultad estimativa del hombre: “será
que dice la verdad o estará mintiendo”?, “Le creo o no le creo”? ¿“Es justa la
justicia o es para los de ruana”?, ¿”Es verdad que todo hombre tiene un precio”?
 Crisis de objetividad.
La ética tiene una doble dimensión: subjetiva y objetiva, las cuales constituyen la
totalidad de la dimensión moral. El hombre actual frente a ésta doble dimensión
ha originado una crisis al tender hacia los dos polos: “frente a un exagerado
objetivismo anterior, ha resaltado la importancia de la subjetividad”, tendencia que
se constata en:
“a) En la valoración de la pluralidad cultural frente a la unidad convergente
supracultural;
b) en el énfasis de la variación histórica frente a la continuidad de lo permanente;
c) en la exaltación de la situación individual frente a la generalización de lo
humano;
d) en la exaltación de “lo diferente” frente al nominalismo de “lo normal”6
La crisis de objetividad influye, quiérase o no, en lo cultural y en las apreciaciones
que instituciones, organismos, entes y personas que deben legislar lo hagan con
“imparcialidad”, en cuanto que en la estimativa moral existe una crisis de
objetividad al ser generadora de normatividad ética: “la crisis moral es crisis de
objetividad y consiguientemente de normatividad”
 Crisis de racionalidad.
Los cambios respecto de la nueva cosmovisión que tiene el hombre postmoderno
han llevado a la sobrevaloración de la racionalidad, de la ciencia positiva, de la
tecnificación, al “desencantamiento del universo” (M. Weber), es decir, tanto al
imperio de la razón instrumental como de la ciencia positiva, donde los saberes no
científicos, como las humanidades y dentro de ellas la ética, no cuenta, pues M.
Weber ha dicho que “la investigación ha de prescindir de los valores”, entre cuyos
efectos está el que
“Muchos creyeron que el problema ético de la fundamentación de los juicios
morales debía quedar definitivamente excluido del ámbito de las ciencias. Se lo
relegó a las zonas de lo irracional, de lo emotivo, de lo mítico”
La crisis moral actual es, por tanto, crisis de la pretendida criticidad ética. ...el
discurso ético ha sufrido una permanente crisis al pretender validar públicamente
su carácter crítico. La afirmación de Shopenhauer es especialmente cierta en
6
Ibíd. p. 32
7
relación con el momento actual “en todos los tiempos se ha pretendido mucha y
buena moral; pero la fundamentación de la misma ha sido siempre difícil”7.
Por otra parte, se reconoce la existencia de “zonas desmoralizadoras en el
hombre actual”, en la vida comercial, laboral tanto oficial como privada, e incluso
en el aspecto personal respecto de lo afectivo donde prima el egoísmo, la envidia,
el rencor y la venganza, que han llegado a imponerse y dada la permisividad de
personas e instituciones se han tolerado en contra de la misma justicia, del amor
cristiano y de valores como la solidaridad, subsidiaridad y equidad.
En efecto, la crisis moral es un hecho, en cuanto no se sabe con seguridad, hoy,
cuáles son las bases que justifican las costumbres, tradiciones, escala jerárquica
de valores y culturas, por ello se someten a serios cuestionamientos y exámenes
no sólo principios, doctrinas, sino personas e instituciones, entre otras: la
autoridad del Romano Pontífice, la Iglesia Católica y su tarea, el pecado, el
derecho a la guerra, la vida, la ética, la moral.
Todo esto porque se relativizan los principios según las culturas, la situación de
hoy es diferente, dentro de una misma nación, las subculturas readaptan las leyes
haciendo que dentro de sus pueblos o comunidades no rijan “las normas únicas e
inmutables”, los actos son juzgados con criterios distintos, que van desde la
injusticia hasta cualquier tipo de discriminación, se vive en la inseguridad, en la
sospecha, en la incertidumbre. ¿Qué hacer para no llegar a tocar fondo?
4.1.3.2
Causas de la crisis moral
De manera global, se pueden clasificar en dos grupos: generales y particulares:
Generales
Causas
Particulares
*
*
*
*
*
Mayor capacidad crítica y universalidad
Mayor capacidad crítica y universalidad
Existencialismo
Moral dualista
Espíritu científico actual
*
*
*
*
*
*
Enseñanza individualista y asocial
Enseñanza no estimulante
Enseñanza separada del dogma
Enseñanza seccionada y analítica
Enseñanza separada de la espiritualidad
Enseñanza moral legalista
 Factores generales
7
Ibíd. p. 33
8
Se destacan principalmente los siguientes, sin pretender dar una mirada
“universal” propiamente dicha dada la complejidad del fenómeno moral.
* Mayor capacidad crítica y universalidad: frente al reconocimiento de una
nueva cosmovisión donde pluralidad ideológica reina, al pasar de sociedades
locales unitarias y cerradas a sociedades plurales y abiertas, las nuevas
generaciones han desarrollado una mayor capacidad crítica, puesto que ya no se
quedan como “seres obedientes que hacen caso a ciegas”, sino que cuestionan,
confrontan y debaten las razones que se les quieren imponer con sus puntos de
vista personales, dando razones del porqué de su manera de pensar y de actuar,
por tanto, llegar a consensos es más difícil pero no imposible.
* El existencialismo: Para Sartre “el hombre es lo que hace de sí: la existencia
precede a la esencia”, es “el ser en sí”, por ende, la existencia es el único apoyo
de que dispone el ser humano para la realización de “su propia vida o esencia” y
aunque en el fondo “el hombre es una nada, sólo por momentos puede hacer
algo, cuando libremente se emplea en algo, es “el ser para sí” y en consecuencia
“la existencia humana puede estar abocada a la nada o a la trascendencia”8
Es éste contexto surgen dos tendencias o corrientes: una atea, otra, teísta.
** En la corriente atea, la libertad humana tiene un poder absoluto, ilimitado, por
lo cual “el hombre está condenado a la libertad”9, de tal manera que los actos que
realice, los valores, que determinan la conducta moral son fruto del ejercicio de la
libertad, nada le puede cohibir, y “de buena fe” se asume incondicionalmente la
propia subjetividad libre y responsable.
** En la corriente teísta, el hombre es capaz de autodeterminarse orientado por
unos valores objetivos de acuerdo a como la conciencia se los da a conocer, pero
los subjetiviza de acuerdo a su existencia concreta, de la cual sólo cada quien
sabe y puede dar razones, es decir, que “cada hombre es el único que puede
darle sentido a su propia realidad”.
Según estas dos corrientes existencialistas el hombre nunca está seguro de nada,
ni siquiera de su existencia, está ansioso, no encuentra ni orden ni armonía.
* Espíritu científico actual. Si el hombre ha sido dotado de razón, es
inteligente, busca transformar el medio, no siempre es para “humanizarlo” y por lo
mismo, mejorar el nivel y calidad de vida, como se puede valorar en la “carrera
por conquistarlo todo” e incluso la misma vida, cuando, más que el hombre como
individuo, las asociaciones, entidades e incluso Estados y gobernantes, “no se
8
Cf. FISCHL, Johann. Manual de Historia de la filosofía. Herder. Barcelona. 1984. p.512 y Varios.
Diccionario de Filosofía. El Búho. Bogotá.1986.
9
Ibíd. Varios. Diccionario.
9
detienen en la carrera por ganarle la lucha a la vida”, que incluso se llegan a
utilizar medios no lícitos para cumplir tal fin. En el caso de la reproducción
humana asistida o “fecundación invitro” sea con esperma del mismo esposo o de
una tercera persona, la “producción en serie de células madres” a partir de
embriones humanos; las multinacionales de las comunicaciones, de la virtualidad,
de la tecnología e investigación de punta, las grandes sumas de dinero invertidas
en la guerra sin cuartel, en espionaje, en capacitación para ser profesional o
“sanguinario” o asesino a sueldo en cuanto menos tiempo invierta y logre eliminar
al rival de turno, es necesario plantear algunos interrogantes, independientemente
del credo o religión de las personas llámense científicos como individuo y
personas concretas o como Estado y gobernantes: ¿No tiene límite “alguno” el
ejercicio de la inteligencia humana? Si es así, “lo descubierto, la innovación, debe
ser utilizado con qué finalidad o se puede hacer a partir del libre albedrío? ¿De los
avances en tecnología, medicinas, comunicaciones, psicología, psiquiatría, etc.,
solo se pueden beneficiar las personas pudientes?
* Moral dualista. En una sociedad tradicionalista, piramidal y conservadora
donde la autoridad se entendió como reflejo de un orden divino que había que
respetar y obedecer íntegramente y en la cual lo religioso era el fundamento de
toda actividad humana: el hombre debía ser bueno y comportarse como tal con
miras a “ganar el cielo”, a salvarse, la persona no se concibe como sujeto de
derechos y deberes, sino que está subordinada a los poderes político-religiosos,
lo cual lleva a una doble moral: la del señor y la del siervo.
La sociedad es erigida sobre la moral del señor, de su individualismo, de los de su
clase, donde los egoísmos incontrolados, la competencia agresiva y desigual, la
ley del más fuerte, el dominio de una minoría, la sacralización de la técnica y de la
producción y en general de los valores económicos, conlleva a la rebeldía del
siervo al sentirse excluido de la sociedad, al darse cuenta que es explotado, que
es servil y que sin su trabajo y aporte el orden tal como se ha llevado hasta ahora
fracasaría. En efecto hay una ruptura con dichos sistemas permitiendo el paso de
una sociedad dominante y opresora a una de consenso y aunque los acuerdos se
quedan muchas veces escritos y se convierten en promesas, el hombre sigue
reclamando la igualdad de los derechos y el respeto para ejercer los deberes.
 Factores internos.
La experiencia de la manera como tradicionalmente se enseñó lo moral fue
traumática dada la imposición, los sometimientos, el castigo y la negación de
quien no “obedecía”, factores que influyeron a acelerar la crisis moral y son:
* Una enseñanza no estimulante. Los contenidos no correspondían a las
necesidades de las personas, al imponerse límites, hacer prohibiciones; estaba
desfasada en cuanto a contenidos: era envejecida, abstracta, no incitaba ni
menos conquistaba.
10
* Una enseñanza seccionada y analítica: la enseñanza fragmentada y analítica
impidió una visión unitaria y coherente, no hay visión de conjunto, ni tampoco la
fundamentación básica es concreta, pues la enseñanza de la filosofía moral y de
la teología moral se estudiaron como dos áreas paralelas sin ninguna relación ni
complementación, lo cual llevó a la confusión, al rechazo.
* Una enseñanza separada de la espiritualidad: el “ser perfectos como mi
Padre celestial es perfecto”, es obligatorio, pero no se enseña a todos el cómo
ejercitarse para alcanzar dicha meta, la cual sólo conquistan unos pocos: aquellos
que viven la ascética y la mística, es decir, aquellos que son capaces de hacer de
su diario vivir “una vida de santidad” al buscar dicho perfeccionamiento en la
cotidianidad y quehaceres diarios, a lo cual la mayoría no llega porque fraccionan
la existencia en momentos “sagrados” de oración, cultos, prácticas rituales, y
otros que son la vida ordinaria y están en relación con lo material: comida, bienes,
riquezas, placer, etc.
* Una enseñanza separada del dogma: la moral se imponía y las verdades de
fe se repetían, incluso de memoria, pero se entendían y por ende no llevan a
ninguna práctica, se enseñaban dando por su puesta la gracia y la fe por el mero
hecho de ser bautizados, pero sin establecer la relación entre lo que se cree y lo
que se vive, pues se peca y no siempre se acude a la recuperación de la gracia a
través de la praxis sacramental, no se experimenta el ser salvado en la
cotidianidad.
* Enseñanza de contenido individualista y asocial. El haber estimulado una
“salvación individual” en la cual el creyente debe “ser bueno” para salvarse
haciendo obras de caridad, amando al prójimo y a Dios como a sí mismo, conllevó
a que cada cual viva su propia moral, incluso de manera egoísta, donde el prójimo
cuenta sólo para “darle” cosas, pero no como aquel a quien yo debo ayudar a
salvar y a la vez quien me ayuda a salvar, pues la moral se limitó a algunos actos
cuyo fin primario y esencial no era ayudar a salvar al prójimo, sino salvarse a sí
mismo.
Lo anterior no llevó a un compromiso social, porque se buscaba sólo salvar al
individuo sin repercusión en estructuras, entidades e instituciones, desconociendo
la dimensión social que tienen las acciones humanas de cada individuo, no se
estimuló el conformar comunidad, se impuso más que la mansedumbre y la
humildad la resignación, como sinónimo de la voluntad de Dios, no se podían
cuestionar las normas y se debía creer con la fe del carbonero.
* Formación moral legalista: el cristianismo posee una moral específica, que se
denomina hoy como “moral de máximos”, cuyo referente y meta es la utopía del
ser perfectos como el Padre celestial es perfecto (Mt 5, 48), y aunque se tenga
conocimiento de la misma, e incluso se repita de memoria, el comportamiento de
los cristianos no es el mismo que se pide, porque como se dijo antes se enseñó
11
desde la restricción: no haga, no diga, no vaya, no... tal como se ve en el
decálogo: Dt 5, 6-21; Ex 20, 1-17.
En estas condiciones, no hay claridad de conciencia en los actos, porque se
tienen como referentes lo que “todos hacen o dicen”, e incluso aunque vaya
abiertamente en contra de las enseñanzas y de la moral: por ejemplo, el aborto
provocado, que aunque no es un método de planificación, los creyentes lo
practican como tal, la infidelidad, reconociendo los riesgos de la promiscuidad, de
alguna manera las parejas “ponen los cuernos”, por los motivos que sea; pero
también, el celebrar los sacramentos como el de la confesión sin ninguna
preparación y propósito de enmienda o de corrección para alcanzar la perfección,
el comulgar cuando se está en pecado mortal porque se vive en unión libre, etc.
En efecto, las actitudes y la manera de vivir la moral determina un enfoque
particular de los criterios y valoraciones morales, apuntando al simple
cumplimiento de la norma, cuando se pueda, y cuando no se queda así, porque al
decir de muchos: “no tienen ganas...”, “no me nace...”, “la manera como se
celebra es aburridora, monótona, desesperante”, “voy a... cuando quiero...” etc.
En conclusión, la enseñanza de la moral dada especialmente en los templos, los
confesionarios, la catequesis, las escuelas y algunas veces en los hogares se
limitó a dar normas que prohibían, que restringían, que no estimularon ni el
compromiso como bautizados ni menos la opción por aquellos que son “nuestro
prójimo” y con quienes cada quien debe buscar y ayudar a instaurar el Reino de
los cielos.
4.1.4 Resurgimiento de la moral.
Frente a la crisis moral, algunos autores como Vidal afirman que “la ética es una
realidad “socialmente desvalida” en cuanto vive a la intemperie y se realiza al
margen de instituciones y de estructuras de poder”, pero otros afirman que no es
cierto, puesto que la misma sociedad consciente de la inversión de valores, quiere
retomar algunas instancias, entre ellas la moral y la axiología, para hacer una
relectura, resignificarlas y reconstruir los cimientos sobre los cuales descansarán
las grandes transformaciones que exigen los retos que el presente siglo trae
consigo y a los cuales la humanidad debe enfrentar.
Las siguientes situaciones manifiestan dicho resurgimiento
 La esperanza: una persona que no tenga “sueños” e ideales, que no tenga
motivos para vivir ha perdido toda esperanza, pero frente a la moral y a la ética,
éstas no se acaban por estar en crisis, es decir que
“la crisis moral presente no significa fin o muerte de la moral. Por una parte
estamos asistiendo al crepúsculo u oscurecimiento de un sistema de moral
vigente; y por otra vislumbramos el nacimiento de una nueva moral. En esta
12
noche cercana a ser día, “al par de los levantes de la aurora”, como diría San
Juan de la Cruz, nos preguntamos por el sentido de la crisis moral y por los rasgos
de la nueva moral que buscamos.
En consonancia con esa apreciación de algunos años, creo que la crisis moral
actual se orienta hacia una resolución de signo positivo”10
¿Será, entonces cierto el refrán de que: “después de la tempestad viene la
calma? Pues, si se asume una actitud optimista y positiva si, porque cómo se dijo
al reflexionar sobre la crisis, ésta permite crecer, replantear, asumir, planear,
ejecutar para poder conquistar las metas.

La reafirmación del valor de la persona humana y su dignidad: aunque
el hombre es el objeto de estudio de diversas ciencias como la sociología, la
psicología, la moral, la educación, etc., la nueva concepción de hombre como ser
pluridimensional e hijo de Dios, en el caso del creyente, permite, al menos en
teoría el que no sólo se tengan deberes sino también se demanden los derechos,
lo cual se reafirma, en el caso de Colombia, en la Constitución Política Nacional
de 1991 denominada como “la Constitución de los Derechos Humanos”
 Rehabilitación del discurso ético desde lo filosófico: el imperativo
categórico de Kant ha inspirado nuevos fundamentos filosóficos que favorecen la
reflexión y la argumentación de la ética, gracias a la capacidad moralizadora del
hombre y a la búsqueda de trascendencia.
 Se han hecho nuevas propuestas como la de una “ética civil de mínimos”,
como es el caso de Adela Cortina, donde pese a los pocos principios
concordados, éstos sean como la base o fundamento que permita llegar a un
consenso universal, sin ningún tipo de discriminación.
Como compromiso y para evitar un atentado más sobre la autodestrucción de la
especie humana, se requiere un “reflorecimiento” de la moral para asegurar el
presente y el futuro de la especie, de una manera digna y como testimonio y
coherencia de vida entre lo que se cree y lo que se vive. Basta ya de discursos y
de palabrería, son urgentes e imprescindibles las obras.
4.2 EDUCACIÓN MORAL
Para que la persona humana actué como ser moral, necesita que se le forme de
tal manera que no sólo se limiten a darle normas o teoría respecto de la manera
como debe comportase, sino también que lo ayuden en la práctica de hábitos, le
den buen ejemplo y le permitan ser consecuente entre lo que se quiere que sea
10
Op. cit. VIDAL Ética civil y moral cristiana. p. 43
13
según el discurso: “un ser bueno” y lo que realmente es: un ser que busca
autonomía moral. Por esto, éste subtema señala cómo debe ser el proceso de
formación moral, partiendo del concepto de educación, recordando lo que es la
moral y señalando las etapas de dicha formación de acuerdo a lo propuesto por
Laurence Köhlberg.
4.2.1 Concepto de educación.
Aunque hay muchos teóricos que trabaja el concepto de educación, se presenta a
continuación la definición que trae la Ley 115 de 1994, cuyo texto es el siguiente:
“La educación es un proceso de formación permanente, personal, cultural y social
que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su
dignidad, de sus derechos y de sus deberes”11
Se destacan los siguientes elementos en dicha definición: proceso, formación, e
influencias, persona humana y dignidad, derechos y deberes.

Proceso: implica que es algo dinámico, que debe ir “in crechendo”, en
forma de espiral y no de círculo vicioso, que es gradual de acuerdo al patrón de
desarrollo y a factores educativos y del educando que influyen en el aprendizaje,
tal como lo señala María Inés Sarmiento Díaz12:
* Factores educativos: contexto educativo (políticas educativas y currículo), el
educador (impacto, manejo, perfil, relaciones interpersonales), la enseñanza
(objetivos, organización, contenidos, métodos, actividades, recursos, práctica,
transferencia, evaluación).
* Factores del educando: desarrollo del educando (periodos prenatal, preescolar,
escolar, adolescencia, adulto joven, edad madura, vejez), cognitivos (hemisferios
cerebrales, pensamiento vertical y lateral, inteligencia, percepción, atención,
retención, pensamientos, conceptos previos), afectivos (autoconcepto,
autoestima, motivación, emociones), y comportamentales.
 Formación13 Generalmente se le identifica con: educación, un conjunto de
conocimientos adquiridos, o capacitación para desempeñar de manera eficaz un
oficio o profesión. En el contexto educativo, “formación” es un acto y a la vez un
proceso intencionado mediante el cual, respetando la integralidad de la persona,
se busca el desarrollo armónico de la misma como un ser pluridimensional, cuyo
resultado es la autonomía o mayoría de edad como dice Kant. En efecto se trata
de formar integralmente.
11
MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. Ley general de educación. Bogotá. 1994. p. 1.
SARMIENTO DÍAZ, María Inés. Cómo aprender a enseñar y cómo enseñar a aprender. USTA. Bogotá.
1999. pp. 110 – 295.
13
RUÍZ AMAYA, Dukeiro de Jesús. Formación integral. PUJ. Bogotá. 2004. pp. 89 - 120.
12
14
La formación integral no es un concepto nuevo, fue un modo de vida en la
sociedad griega bien relacionado con el ordenamiento y el desarrollo social de la
época. Hoy, se concibe la “formación integral” como aquella que de un modo
intencionado abarca y desarrolla de manera armónica y equilibrada todas las
dimensiones de la persona humana, es decir, “es un proceso educativo integral
que partiendo de la dignidad de la persona, busca el desarrollo armónico e
integral de todas las dimensiones propias del ser humano”14
En general la formación depende en primera instancia de cada persona o
individuo, por eso es personal, pero también influyen lo cultural y lo social, en
cuanto éstos aspectos son definitivos, así por ejemplo, un niño que convive con la
violencia incluida la muerte violenta, no puede “valorar objetivamente lo que es la
vida humana” y no puede dado el contexto social y cultural desarrollar hábitos en
pro de la vida porque le han enseñado a sobrevivir, a ser el más fuerte, a dominar
imponerse para seguir viviendo. También, un niño que convive con personas
mentirosas, deshonestas, amigas de lo ajeno, infieles, viciosas, difícilmente puede
reconocer la existencia de valores y distinguir entre lo bueno y lo malo, saber de
límites, de autorregulación, de autoestima y de autonomía.
 La persona y su dignidad15
La persona es vida, es dinamismo, es decir, un ser en continuo proceso de
transformación, es así como a través por ejemplo de la Psicología, es posible
conocer todo el proceso evolutivo desde la concepción, hasta la muerte, o a
través de la filosofía, cómo han cambiado los conceptos sobre el hombre, o desde
la sociología, es significativo reconocer, cómo a lo largo de la historia los cambios
de comportamiento e interrelación de los jóvenes, siempre se salen de los
esquemas trazados por los adultos, esto hace que se viva en un proceso de
transformación constante.
La persona, es un proceso, una sed insaciable de ver, sentir, amar, es unidad,
integración, orientación al infinito, apertura a la esperanza, es en términos de
Fromm, “un insaciable buscador, un eterno asombrado que pregunta siempre por
el sentido de su vida, es el hombre” 16
En esta tarea, el hombre se articula y se constituye en punto virtual donde se
cruzan los hilos del universo y donde se hacen historia, es allí donde tiene sus
raíces la reflexión ética al rededor de la vida humana, de sí vale la pena o no el
ser vivida, en qué condiciones y a qué precios? Es a decir de M. Velazco: “dar a
la individualidad en nosotros una cierta significación. Porque ser personalmente
es hacer acto de ser, hacerse cargo no de unas cualidades o propiedades, sino
del hecho mismo del ser”
14
Ibíd. Cf. Definición de términos de ésta investigación.
Op. cit. RUÍZ. Formación integral. pp. 114-115.
16
FROMM, Erich. El corazón del hombre. México: Fondo de Cultura Económica, 1964. p.136.
15
15
Pero, la persona tiene un valor intrínseco que es su dignidad, la cual es innata,
viene con cada ser humano independiente de cualquier discriminación y discusión
especulativa, puesto que “el hombre es objeto del amor de Dios”, ha sido creado a
su imagen y semejanza, y es precisamente en el amor que Dios tiene al hombre,
a cada uno en particular, y en la relación que establecen los dos donde radica “la
razón más alta de la dignidad humana” (GS N° 19)
La dignidad humana es una cualidad que le pertenece al hombre en cuanto tal,
con independencia de los roles, trabajo, cargo y oficios que desempeñe en la vida
social, y del status que ésta le asigna, por ende, “es una cualidad sacra e
inviolable”
La dignidad no tiene precio, pero en una sociedad de “culto a los honores”, la
dignidad puede ser incrementada o degradada. Si miramos la clase política
colombiana, cuántos de ellos, corruptos y “vende Patria” se hacen llamar
“honorables”, cuántos “pícaros y ladrones de cuello blanco” son defendidos por
otros que demandan al Estado y a sus instituciones porque menoscabaron la
“dignidad y la honra” sin pruebas...? Cuántas personas que han cometido delitos,
no graves, van a la cárcel y allí no son tratados como “personas” sino como
animales porque no tienen para sobornar y comprar “algo de tranquilidad” en el
sitio o patio que les asignaron o en aquel que quisieran estar pero no pueden? Si
lo denunciado anteriormente no atenta contra la dignidad humana, qué es...?
Pues de acuerdo a lo proclamado por la Iglesia Católica en el Concilio Vaticano II,
es un atentado contra la dignidad, igual que:
“las condiciones infrahumanas de vida, las detenciones arbitrarias, las
detenciones, la esclavitud, la prostitución, la trata de blancas y de jóvenes; o las
condiciones laborales degradantes, que reducen al operario al rango de mero
instrumento de lucro, sin respeto a la libertad y a la responsabilidad de persona
humana... Todas estas prácticas y otras parecidas son en sí mismas infamantes,
degradan la civilización humana, deshonran más a sus autores que a sus víctimas
y son totalmente contrarias al honor debido al Creador”17
La dignidad humana, igual que la paz en Colombia, no las garantiza un decreto o
una ley, puesto que “la dignidad de la persona tiene en el mismo Dios su
fundamento y perfección” (GS N° 21), por ello, la educación si debe señalar y
denunciar las ofensas que se pueden cometer contra la dignidad, vengan de
donde vengan, a la vez que formar para que la persona humana reconozca los
derechos fundamentales de la humanidad y conozca igualmente las obligaciones
o deberes para que los cumpla.
 Derechos y deberes
17
CONCILIO VATICANO II. BAC. Gaudium et Spec. N° 27.
16
De las situaciones más difíciles que debe enfrentar el ser humano en éste
comienzo de siglo es el equilibrio entre derechos y deberes, pues cada cual
reclama, exige, tutela y acude a quien sea, para que le respeten los derechos,
pero, generalmente, se olvida que tiene derechos u obligaciones para consigo
mismo y para con los demás. Pero, ¿qué son los derechos y los deberes?
* Concepto de derecho
Generalmente la expresión “derecho” es sinónimo de recto, erguido, justo,
razonable. Pero ya en un contexto jurídico Radbruch define el “derecho” como “el
conjunto de normas generales y positivas que regulan la vida social” 18 En esta
investigación y dentro del contexto de los Derechos Humanos, se concibe el
“derecho” como “facultad natural del hombre para hacer lo que conduce a los
fines de su vida”19 e implica por tanto la facultad de hacer o exigir lo que la ley o la
autoridad establece a favor de la persona humana individual o de un colectivo.
En una concepción más amplia los derechos “son enunciados universales de los
que es dable deducir aplicaciones particulares”, como en éste caso, el derecho
que tienen todos los seres humano en Colombia, a una educación gratuita hasta
el grado 9, y entre los cinco y los 15 años de edad, según el artículo 67 de la
Carta Magna Colombiana de 1991.
En conclusión, si el derecho es una facultad natural del hombre para realizar todo
lo que conviene a su dignidad como ser personal, puede exigir que “el conjunto de
reglas a que están sometidas las relaciones humanas en una sociedad, y cuya
observancia pueden ser compelidos los individuos por la fuerza”, le sean
cumplidos tanto en el ámbito individual como de la especie humana, según el
caso tal como lo afirma la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
* Concepto de deber.
El “deber” es sinónimo de obligación, de carga, de deuda, y se define como
“aquello a que está obligado el hombre por la religión, las leyes o la conciencia”20.
A manera de síntesis, para que la educación permita formar de manera integral a
las personas, debe tener las siguientes características:
* “Integral: que abarque todas las dimensiones que permitan a la persona
construir, expresar y desarrollar su identidad en los aspectos físicos, psíquicos,
afectivo cognitivo y espiritual para participar de manera activa en la vida social.
18
RADBRUCH, Gustav. Introducción a la Filosofía del Derecho. Fondo de Cultura Económica. Bogotá.
1997. p. 47
19
Diccionario de la Real Academia Española.
20
Ibíd.
17
* Auto formativa: donde cada persona sea sujeto de su propio desarrollo y a la
vez esté al servicio del desarrollo de la sociedad, donde cada persona asuma una
relación con el ser y el saber y mediante el pensamiento, donde encuentre
respuesta a sus intereses y logre apropiarse de los elementos que le faciliten el
pleno desarrollo de sus potencialidades, permitiéndole construir de esta forma una
vida creativa y participativa que redunde en beneficios de la sociedad.
* Progresiva: Conforme a la evolución psicosocial del ser humano, se deben
elaborar estrategias que le permitan interactuar de una manera crítica, reflexiva y
propositiva con la sociedad, y sin desconocer la situación histórica concreta tanto
individual como comunitaria, formar a las personas para que sean agentes de
cambio permanente y orgánico que se requiera.
* Humanista: o sea se trata de humanizar y personalizar al hombre mediante un
permanente diálogo promover el respeto, la tolerancia y la autonomía de la
persona para aportar en la creación de una sociedad democrática, pacífica y
pluralista en donde se reconozcan y legitimen todos los valores que determinan al
ser humano, impregnando los diversos ambientes de valores del evangelio, a
partir de la caridad cristiana.
* Permanente: Es un esfuerzo que cubre toda la vida, donde lo que se aprenda
se pueda aplicar en diversos contextos y en casos concretos, es decir, que sea
una educación donde haya aprendizajes significativos.
4.2.2 Educación moral
La formación de la conciencia no es una obra realizada de una vez por todas en la
infancia o en la adolescencia, sino que es el continuo proceso del cristiano
consistente en avanzar por las vías del Espíritu para mantenerse atento a sus
impulsos. “Es una continua maduración en la sensibilidad de la obra del Espíritu
en el espíritu. Es la adquisición de la verdadera madurez del hombre de Cristo en
el Espíritu”(A. Múnera) Por tanto, la formación de la conciencia cristiana equivale
a una verdadera evangelización y catequesis que se orienta principalmente a la
profundización en el conocimiento del misterio de Cristo y termina en un
discernimiento espiritual a través de la oración y el contacto íntimo del creyente
con el Espíritu.
Laurence Köhlberg en su propuesta del desarrollo moral en cuanto se refiere a los
estadios y siguiendo la vía cognitiva-evolutiva, da algunas orientaciones, siendo
necesario que el pedagogo de moral tenga en qué etapa del desarrollo tanto físico
como moral están los educandos para así poder orientar el proceso formativo,
desde la didáctica.
18
Nivel
I
Etapa
Edad
Pre-
0 - 14
convencional
Años
Ámbito Estadio
Familia
14 - 16
II
III
Convencional
Años
Post-
17 años
convencional
Grupo
y más Sociedad
Clave
Resultado
1
Castigo y obediencia
Heteronomía
2
Satisfacer necesidades
Placer
3
Aceptación por el grupo
Valor del grupo
4
Sistema social estructurado Valor orden social
5
Aceptación de la sociedad
6
Búsqueda de la perfección Principios universales
Contrato social
Piaget aporta el estudio de los estadios del razonamiento lógico del desarrollo del
pensamiento, después de que el niño aprenda a hablar se dan los tres primeros
que son: intuitivo, operatorio concreto, y operativo formal.
“Hasta los siete años los niños entran dentro del estadio del pensamiento lógico
concreto, entonces pueden hacer ya inferencias lógicas, clasificar cosas y utilizar
relaciones cuantitativas sobre cosas concretas.
En la época de la adolescencia, muchos, pero no todos los individuos entran en el
estadio de las operaciones formales en donde pueden razonar de forma abstracta:
consideran las relaciones entre los elementos de un sistema, forman hipótesis,
deducen conclusiones de las hipótesis, las prueban y examinan con la realidad.
Muchos adolescentes y adultos alcanzan el estadio de operaciones formales solo
de forma parcial: examinan todas las relaciones existentes entre una cosa y otra al
mismo tiempo, pero no consideran todas las posibilidades y no forman hipótesis
abstractas.
Después vienen los estadios de percepción social o toma de rol o perspectiva
social, que están unidos a los estadios morales. Finalmente alcanza la conducta
moral: el actuar moralmente requiere un alto nivel de razonamiento moral: no se
pueden seguir los principios morales si no se entienden o no se cree en ellos”21
Por otra parte se deben tener en cuenta las razones que tiene el alumno para
actuar correctamente y en relación con cada estadio, así: en el 1 evita el castigo
y el poder superior de las autoridades; en el 2, busca servir las necesidades e
intereses propios en un mundo en el que hay que reconocer que otra gente tiene
también sus intereses. En el 3, la necesidad de ser una “buena persona” ante uno
21
MUÑOZ Lino y VIDAL Jesús. Ética. FEP. Bogotá, 1999. p. 101-107.
19
mismo y amar y cuidar de otros, la creencia en la regla de oro, y el deseo de
mantener las normas y la autoridad y estereotipos de buena conducta.
En el 4, mantener la institución en funcionamiento como un todo, para evitar el
colapso del sistema: “que todos lo hagan...”, teniendo conciencia de las propias
obligaciones respecto de otros. En el 5, hay un sentido de obligación hacia la ley,
un compromiso de fidelidad a la norma y al bienestar de todos, finalmente en el 5,
como ser racional cree en la validez de los principios morales universales y los
asume con sentido de compromiso social, busca en la praxis la perfección
personal.
4.2.3 El tipo de formación moral
Teniendo en cuenta los aportes de Paulo Freire, Piaget, Kohlberg, del Magisterio
de la Iglesia en Puebla y el documento “Colombia se construye desde la
educación, una tarea de todos”, de la Ley de la juventud y la experiencia, la
formación integral debe tener como núcleos dinamizadores: la formación, la
humanización, la liberación y la evangelización.
 Formación: implica la instrucción y el desarrollo de competencias, habilidades
y destrezas, pero teniendo en cuenta al ser humano como totalidad y por tanto
le ayude a crecer equilibrada y armónicamente en todas las dimensiones;
 Humanización: para que el sujeto de la formación no desconozca su identidad,
su “deberse a otros”, su otridad y alteridad y los valores propios del ser
humano a partir de la propuesta de Jesús presente en las Sagradas
Escrituras;
 Liberación: de todo aquello que ata a la persona humana y le impide ser
autónomo, tomar sus propias decisiones y responder por ellas, sin ser
“sobrado” y tan ajeno a la realidad que se sienta como de otro planeta.
 Evangelización, para que los compromisos adquiridos como ser humano por el
hecho de existir y de ser persona, se hagan efectivos a través del testimonio,
de la coherencia de vida y pueda transparentar y continuar en el proceso de
instauración del Reino de Dios en el aquí y en el ahora, para poder degustar
las mieles de lo que será la salvación eterna.
Si la educación moral no se replantea, en la manera como se formula, mas no en
los principios, si no se aprovechan diversos medios y se implementa una nueva
didáctica, difícilmente se pasará de la instrucción teórica a la práctica y por ende
no habrá cambio alguno ni en el presente ni para el futuro.
4.3 LA LIBERTAD
20
Dentro de las conquistas y sueños del hombre está el de la libertad, algunos la
anhelan y quieren tenerla para hacer lo que les dé la gana, otros la confunden con
el libertinaje, otros creen que ser libre es hacer “locha”, vivir desprogramado, sin
ideales ni proyecto de vida.
Para hablar de acción moral, es necesario reconocer que la persona debe ser
libre para obrar, lo cual implica dos aspectos: uno, el que no sea dependiente de
ninguna coacción interna, y otro, que tome la decisión por aquello que ha
conocido como bueno; por tanto, no es suficiente reconocerse libre sino que
además debe saber la persona, que puede ejercer ese derecho de ser libre para
que sus actos sean realmente humanos.
En consecuencia, la siguiente reflexión sobre la libertad se desarrolla a partir de
tres puntos que son: el concepto, la manera como debe ser ejercida la libertad y la
esencia de la libertad.
4.3.1 Concepto.
“La libertad es afirmación de la persona; se vive, no se ve”, no es un resto de la
suma universal, es la persona quien se hace libre después de haber escogido ser
libre, puesto que en ninguna parte encuentra la libertad dada y constituida, pues
así como no se trata de ser indiferente, ni menos de mendigarla, y aunque nada ni
nadie en el mundo le asegura que será libre, se trata de experimentar la libertad,
ya que “ella se hace y me hace libre, en ella y por ella me invento, e invento
conmigo mis motivos, los valores y el mundo, sin apoyo ni ayuda”, es “total y sin
límites” (Sartre).
“La libertad solo progresa, como el cuerpo, gracias al obstáculo, a la elección, al
sacrificio”, es un acto de ser, es una tarea, una conquista, un deber y a la vez un
derecho tanto en el ámbito individual como grupal en cuanto le permite al hombre
ser “más humano” es decir, debe haber preocupación por las libertades como por
la libertad, en cuanto aquellas no son más que oportunidades abiertas para la
batalla de la libertad en cuanto esta no conoce fin.
La libertad en cuanto elección y adhesión debe ser creadora frente a la ruptura de
fuerzas intimidantes y de cadenas de fatalidades y probabilidades, para permitir
que el mundo avance y el hombre sea más persona, pero a la vez, como “no es
solo ruptura y conquista; es también, y finalmente, adhesión”. El hombre libre es
aquel a quien el mundo interroga, siendo veraz en su respuesta al afirmar que es
un ser responsable dada su racionalidad.
La libertad humana no es absoluta, a la vez esta no crece espontáneamente sino
que se conquista, tanto en cuanto “no nacemos libres, sino con capacidad de ser
libres. Nos hacemos libres a medida que luchamos constantemente por mantener
21
la autonomía de nuestras decisiones” 22, cada cual se hace libre a medida que va
optando de manera concreta, como una capacidad y como una actitud del ser
autónomo frente a posibilidades concretas, tal como lo enseñó el Maestro de
Maestros “la verdad os hará libres” y a la vez como lo asumió la USTA:
buscadores de la verdad” o “facentes vertitates”, sin olvidar que “el verdadero
hombre libre es aquel que responde, que se compromete” para favorecer la unión,
la responsabilidad y la consagración de las personas.
Si la libertad se concibe como “un poder ser y hacerse, elegir y elegirse”, es a la
vez don, tarea y conquista, por eso como dimensión fundamental de la persona
humana, es elemento y parte esencial para decidir, optar y asumir la
responsabilidad. Sin embargo, el ejercicio de la libertad está delimitado y por
ende el hombre no goza de libertad absoluta, la cual es condicionada por
dificultades, límites, contradicciones e incluso estados de ánimo de cada persona.
La libertad es fruto de la razón y de la voluntad y son las dos las que entran en
juego cuando se realiza una acción, por tanto, “la elección es substancialmente
acto de la voluntad, que incluye y presupone el acto del entendimiento”.
4.3.2 Ejercicio de la libertad.
El hombre no es “tan libre como cree serlo” y pese a esas limitantes, puede
decidir qué hacer con su propia existencia, por eso elige un estado de vida, una
pareja, una profesión, un trabajo, una forma y/o estilo de vida, un lugar dónde
residir y una vivienda o techo para reclinar la cabeza, es decir, que “la existencia
de la libertad es innegable y, con matizaciones diversas está admitida de modo
universal. No tendría sentido mandar o percibir algo, si el hombre no fuera libre
para hacerlo o no”
Por eso la libertad no es total sino limitada. Son muchísimos los elementos que la
condicionan y la disminuyen: el miedo, la educación, la familia, la ignorancia, el
respeto humano, el ambiente, la salud, los intereses, los complejos ocultos, e
inconscientes, etc.”23
En toda acción humana hay rasgos o señales de libertad personal y a su vez
fuerzas que en determinado momento y condiciones se pueden volver
incontrolables, haciendo que el ejercicio de la libertad, aunque ésta es una sola y
no se puede fraccionar, se de en dos niveles: externo e interno, por lo cual,
algunos autores hablan de libertad externa y de libertad interna. El nivel de dicha
libertad influye directamente en el grado de responsabilidad de la persona
4.3.2.1 Libertad externa
22
23
Ibíd. p 93.
GOZÁLEZ FRAYLE Antonio. Yo soy el camino. 6 ed. Paulinas. Madrid. 1986. p.185
22
Es la posibilidad que tiene la persona de elegir entre varias opciones o
alternativas, o sea, la elección significa selección de un objeto con preferencia de
otros, lo cual demanda capacidad para comparar y realizar luego un juicio de
valor. Por tanto, la elección es un acto de la voluntad que presupone un acto
intelectual, que permite elegir entre varios bienes que son valiosos, como por
ejemplo la elección del estado de vida, del estudio de una ciencia, de practicar
determinados deportes, etc., siendo esto manifestación de que “el hombre posee
un poder real y efectivo de libertad en su vida personal.
La libertad, “al no ser una potencia autónoma, independiente e ilimitada”, se
debate en una dualidad, que la llevan a permanecer constantemente en una
condición de tensión y de antagonismo y aunque con el tiempo cada persona va
madurando, no todas se sienten con mayor grado de libertad, aunque tomen
decisiones con mayor rapidez, al aplicar o practicar en la cotidianidad los
siguientes elementos: deseo, deliberación, elección y ejecución, y que P. Ricouer,
al describir el comportamiento moral los sintetiza en tres, los cuales no sólo lo
originan y lo desarrollan, sino que también hacen que la persona lo asuma de
manera responsable: decidir, actuar, consentir24.
 Decidir: es el resultado de una búsqueda, del estar atento, del comparar
diversas alternativas, es elegir para poder tomar una decisión, lo cual le permite a
la persona afirmarse a sí misma saliendo del anonimato, para proyectarse y
comprometerse en la acción, en cuanto “la decisión tomada por la persona
presupone un proyecto, que es asumido de acuerdo a sus valores, y con la
certeza que lo conduce a la meta, porque en sí misma la opción es buena”.
 Actuar: generalmente el obrar humano acaba en la acción, como expresión
última de la proyección de la persona que ha decidido u optado, puesto que “la
acción comunica la experiencia de ser uno mismo creador o transformador de la
realidad”. Pero, la acción exige esfuerzo para vencer obstáculos y superar las
resistencias, pues la persona no se puede darse por vencida o caer derrotada
frente a la primera dificultad, requiriendo automotivarse, “tomar un segundo aire” y
ser fiel al compromiso asumido para hacerlo efectivo, demostrando así, no sólo
que venció sino que también posee capacidad y poder de superación.
 Consentir: si la persona ha elegido y actuado dentro del proceso de los actos
humanos, el consentimiento representa el “último momento por el que ella queda
implicada ya en una determinada situación y la adopta dinámicamente como
suya” en cuanto ha hecho una “opción fundamental que implica todo su ser como
persona humana”, es su meta, su fin, su tarea, su conquista, sus sueños y
desvelos, es como dice el Evangelio al hablar del reino de los cielos: ser capaz de
Cf. RUÍZ AMAYA, Dukeiro de Jesús. La consumación del matrimonio “humano modo”. Tesis de
doctorado en Derecho Canónico. PUJ. Bogotá. 2005. p.165
24
23
renunciar a todo porque se ha encontrado “un tesoro”, “una perla preciosa de gran
valor” y los quiere hacer suyos (Mt. 13, 44-46)
4.3.2.2 Libertad interna,
El acto propio del libre albedrío no se agota en el moverse con plena conciencia y
sin coacción cuando podría no hacerlo, sino también en el moverse en un sentido
o en otro, querer un bien u otro y hacerlo a “su manera”, es decir, con sello propio,
a su estilo, por eso implica, que la persona, no teniendo ningún tipo de coacción
externa, en su interior y de acuerdo a su conciencia sea capaz no sólo de decidir
sino también de asumir los compromisos y obligaciones de su actuar. Desde
luego, el ejercicio de la libertad
“... sólo es posible si el libre arbitrio goza de una doble indeterminación o
indiferencia: hacia el obrar o no obrar y hacia el obrar en un sentido o en otro. No
debemos entender, sin embargo, esta indiferencia en un sentido negativo, como
indigencia. Por el contrario es una indiferencia que se funda en la perfección del ser
de la voluntad que sobreexcede a los bienes particulares que se le presentan y no se
siente atraída con necesidad por ninguno de ellos sino sólo por el bien universal”25.
En efecto la opción fundamental requiere un grado suficiente madurez, el cual no
es el mismo para todos, pero cuando la persona lo asume de manera consiente,
libre y responsable se convierte en su quehacer diario e intencionado, como es en
el caso del cristiano de alcanzar la perfección, es decir la opción la identifica con
el Sumo Bien que es Dios, y sin desconectarse de la realidad o escaparse de las
situaciones, se va santificando hasta llegar a verle cara a cara en el final de los
tiempos.
En definitiva, si el hombre lucha por ser autónomo, por ser “libre”, por qué tantas
cosas lo atan? Por qué cuando se siente libre, es cuando más esclavo es? Será
la libertad un “estado ideal” imposible de alcanzar? Para responder éstos y otros
interrogantes es necesario reconocer que no se es libre e identificar qué
situaciones impiden el ser libre o sea, señalar o diagnosticar qué lo ata?
4.3.3 Esencia de la libertad.
Frente a la opción que tiene el hombre de decidirse por lo bueno o por lo malo, es
necesario que tome una actitud de aceptación o de rechazo frente a dicha
dualidad, de tal manera que sea capaz de descubrir la esencia de la libertad
concebida como: “la facultad de obrar el bien”, pues, justo, sólo hay libertad donde
25
Ibíd. p. 167
24
hay fuerza para vencer el mal, “más la fuerza para el bien procede
semejanza con Dios, de la participación de su libertad”26
de la
4.3.4 La libertad de los hijos de Dios
Si el querer de Dios para la especie humana es que sea libre a partir de la verdad:
“la verdad os hará libres” (Jn 8,32), acaso es “exclusiva y excluyente” la libertad
de los hijos de Dios? Acaso, Dios Padre rico en misericordia puede excluir a
hombres y pueblos no creyentes que existieron antes de su Hijo Jesús y de su
Iglesia?
Como la libertad para los seres humanos no es absoluta en cuanto la condiciona
la “naturaleza humana”, sin embargo el creyente, puede avanzar hasta un grado
tal que sea invadido por el Espíritu Santo y sus dones, para poder exclamar con el
apóstol Pablo: El Señor es espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí está la
libertad” (2 Cor 3,17). Es así como la libertad de los hijos de Dios consiste en
reconocer la voluntad de Dios Padre, para actuar de acuerdo a ella, superando las
limitantes del pecado, en cuanto:
“Esta es la libertad de los hijos de Dios, la cual incluye liberación de la esclavitud
del pecado y de Satanás y libre sometimiento a la “ley de Cristo”; liberación del
egoísmo y de la confianza en las obras de la ley como medio para alcanzar la
propia justicia; entrega al servicio del Reino de Dios; liberación de la presión de la
letra de la ley y entrega al espíritu de responsabilidad; docilidad al Espíritu Santo
que conduce al servicio obediente de Dios”27
La libertad de los hijos de Dios al permitir docilidad a la acción del Espíritu Santo,
facilita al creyente superar las habladurías y temores humanos para ser capaz de
servir, amar, superar males y temores que se oponen a la tarea que dejó Cristo a
sus seguidores: amar a Dios y al prójimo.
4.4 LA LEY
Cuando se hace referencia a la ley, la opinión común la asocia con “restricción”,
“prohibición”, “castigo” e incluso con “pérdida de la libertad”, manifestando que no
hay claridad conceptual sobre el término, por ello el propósito de éste apartado es
el de reflexionar sobre lo que es la ley, la jerarquización y clases de ley, y la
obligatoriedad de la ley para el cristiano.
4.4.1 Concepto
26
Cf. CONFERERNCIA EPISCOPAL COLOMBIANA. Compromiso moral del cristiano. SPEC. Bogotá.
1985. N° 193 - 195
27
Ibíd. N° 203
25
Etimológicamente la palabra procede del término griego: “nomos”, que significa
mandato o un deber expresado con carácter obligatorio para una colectividad”,
mientras que en el campo de las ciencias, la ley “expresa una relación constante
entre fenómenos que se pueden generalizar y predecir”.
Santo Tomás presenta la siguiente definición, considerada hoy como clásica: es la
“Ordenación de la razón, dirigida al bien común, y promulgada por el que tiene a
su cargo la comunidad”28, se afirma igualmente que la ley constituye la norma
objetiva de moralidad, frente a la conciencia que es la norma subjetiva.
4.4.2 Características de la ley
Flecha, señala dos características: racionalidad y el bien común.
 Racionalidad: “la ley es un acto de la razón práctica más que de la voluntad”,
por ello, cada ser humano ha de comportarse de acuerdo a su naturaleza
“humana” ontológica y objetiva, teniendo como meta la felicidad.
Cuando algunas leyes favorecen a unos grupos sociales en detrimento de la
convivencia y subsistencia de otros, fomentando así la discriminación de los seres
humanos, la racionalidad se debe cuestionar porque la ley se convierte en
ilegítima, llamada comúnmente como “ley injusta”, por ello “la discriminación de
los seres humanos, cuando es permitida o, peor aún, fomentada por la ley,
denuncia la misma ilegitimidad de la ley”, y entra en contravía con el orden moral
que se levanta proféticamente para denunciar el orden jurídico.
 Bien común: ésta característica no es contraria al bienestar de cada persona
humana, por el contrario, excluye cualquier tipo de discriminación, entendiendo
por bien común “la suma de aquellas condiciones de vida social mediante las
cuales los hombres pueden conseguir con mayor plenitud y facilidad su propia
percepción, consistente sobre todo en el respeto de los derechos y de los deberes
de la persona humana” (DH 6).
La consecución del bien común tendrá lugar cuando a partir de los objetivos y
metas comunes, intrínsecamente todos presten su colaboración, se hagan y
sientan parte del mismo, aporte cada uno de acuerdo a sus posibilidades, cuando
lo hagan suyo y aunque se dé en el ámbito externo, cada cual entienda que es
parte de ese todo, que en la medida que lo asuman se alcanzará con mayor
prontitud, puesto que “ese conjunto de condiciones de vida social que hacen
posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y
más fácil de la propia perfección”, no es otra cosa que el bien común, al cual invita
el Magisterio Eclesiástico cuando recuerda que “el deber de justicia y caridad se
cumple cada vez más contribuyendo cada uno al bien común según la propia
28
FLECHA ANDRES, José Román. Teología moral fundamental. BAC. Madrid. 1994. p. 238-242.
26
capacidad y necesidad ajena” (GS 30), porque el bien común es a la vez un
derecho y un deber del ciudadano, y por ende es parte de la vocación del cristiano
el dar ejemplo de sentido de responsabilidad y de servicio al bien común (GS 75)
4.4.3 Clases29
CLASES
LEY ETERNA
LEY FÍSICA
Es el plan de Dios
en cuanto señala
una dirección a toda
acción y movimiento
orden que rige toda
acción y movimiento
del cosmos
4.3.3.1
LEY MORAL NATURAL LEY POSITIVA DIVINA
Impuesta al hombre
cuando le fue dada
la naturaleza racional
Manifestada directamente por Dios a la
humanidad: primitiva,
mosaica y cristiana
LEY HUMANA
Manifestación de la
ley eterna.
Ley eterna
“Es la ejecución de la providencia divina. Su fundamento es el ser perfectísimo de
Dios que quiere comunicarse a la creación. Ella rige todo el acontecer cósmico”
(Compromiso moral N° 219) Es la fuente de las demás leyes, las cuales son
obligatorias en cuanto son manifestación de ésta ley.
4.4.3.2 Ley física
“Es el orden que rige necesariamente toda la acción y movimiento del cosmos,
sin intervención de la libertad creada” (Compromiso moral N° 221)
4.4.3.3 Ley moral natural
Es la participación del hombre de la sabiduría y bondad del Creador, por la cual
le confiere el dominio de sus actos y la capacidad de gobernarse con miras a la
verdad y al bien, es decir, “la ley natural expresa el sentido moral original que
permite al hombre discernir mediante la razón lo que son el bien y el mal, la
verdad y la mentira” (Catecismo de la Iglesia Católica N° 1954) Como ley, “es ley
de libertad”, en cuanto “orden moral al que el hombre, por ser libre, está ligado por
el hecho de ser hombre”.
4.4.3.4 Ley positiva divina
29
Op. cit. CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. N° 216 ss.
27
Es la manifestada directamente por Dios a la humanidad; puede referirse al orden
natural, sobrenatural o de la gracia y se la denomina como “la gracia del Espíritu
Santo”, la cual “es conveniente como ayuda a la debilidad de la razón humana”.
Se divide en:
* ley primitiva, dada por Dios a los primeros padres, se encuentra en los primeros
capítulos del libro del Génesis, donde les señala el Plan divino que no fue
cumplido dad la debilidad humana.
* ley mosaica, dada al Pueblo por medio de Moisés y los profetas, se encuentra
en el Antiguo Testamento y trata los aspectos cultual, judicial y moral (Cf.
Compromiso moral N° 244). En éste contexto “la “ley” se refiere
fundamentalmente a las prescripciones contenidas en los cinco primeros libros de
la Biblia”, pero en un sentido amplio se refiere a “la voluntad de Dios y el camino
que sigue el hombre que no escucha el consejo de los impíos (Sal 1), sino que
busca a Yahvé de todo corazón (Sal 119,1)30
* ley cristiana, revelada por Dios en Cristo, se sintetiza en “el mandamiento del
amor” (Mt 22, 34-40) y grabada en el corazón de cada cristiano como “Ley del
Espíritu de vida en Cristo Jesús (Rm 8,22). “Jesús propugna un cumplimiento de
la ley desde la absoluta radicalidad del amor –a Dios y a los hombres- que la
sume y le otorga sentido (Mc 12, 28 – 34; Mt 7, 12)”
4.4.3.5 Ley humana
Es manifestación de la ley eterna y “tiene dos funciones: confirmar las exigencias
de la ley divina y sacar de ellas consecuencias para la vida práctica”. Su validez
se da si cumple las siguientes condiciones: “que se mantenga en el ámbito de la
ley divina, que el legislador sea autorizado, que las exigencias de la ley sean
lícitas, justa, útiles y posibles” (Compromiso moral N° 226 y 287).
4.4.4 Obligatoriedad de la ley.
La ley no es un simple precepto, porque ésta es dada con un valor universal (para
la totalidad de las personas de una comunidad, mas no para todos los habitantes
de todo el mundo), mientras que el precepto es dado para un caso particular y
para una persona. Por ende, toda ley tiene fuerza obligatoria en cuanto sea
manifestación de la ley eterna de Dios, para lo cual se deben tener en cuenta los
siguientes aspectos:
30
Op. cit. FELCHAS. p. 255
28
* La conciencia: “Toda ley humanan obliga en conciencia, ya sea porque inculca
la ley divina, ya sea porque quien la promulga tiene autoridad legislativa”
(Compromiso moral N° 292)
* Sin excepciones: obliga a todos los miembros de la comunidad incluido el
legislador. En el caso de las leyes eclesiásticas está obligado a cumplirlas quien
tiene uso de razón.
* La obligación comienza cuando la ley es promulgada, es decir, dada a conocer
por el medio oficial, generalmente es por un periódico, aunque ahora también se
presente en una página Web.
* El cristiano debe cumplir tanto las leyes eclesiásticas, por ser miembro de la
Iglesia y estar en comunión con ella, tener una misma fe y estar bajo la autoridad
del Romano Pontífice, como también las promulgadas por el poder legislativo de
su país o nación, como ciudadano.
4.4.5 El legalismo o la ley por la ley
La característica fundamental de una moral legalista, es “el respeto a la ley por la
ley u obligación incondicionada”, es la moral de la ley, de la letra, de lo prohibido
vs. lo permitido, que lleva al culto de la ley. No se reflexiona, se toma en un
sentido literal sin distinguir lo esencial de lo accidental, se ejecuta como algo
extraño, porque no se interioriza, quedándose en el simple cumplimiento exterior
de la misma al estilo fariseo: “para mostrar y ser admirados”, sin llegar a la
conversión y a la santificación. Un ejemplo claro lo podemos constatar con la
oración realizada por el fariseo y el publicano (Lc 18, 9-14)
Jesús condena el legalismo farisaico, porque el legalista aunque practica el bien
moral y la rectitud, corre el peligro de atribuir la salvación a las obras realizadas
desconociendo la misericordia y la fidelidad de Dios en la presencia o acción
insospechada del espíritu Santo. En consecuencia, Jesús apela a una perfección
interior que supere la simple fidelidad o cumplimiento literal de determinadas
leyes. Jesús mismo ofrece orientaciones que no se limitan a ser vagas
generalidades, sino que exigen comportamientos muy concretos, en temas como
“la limosna, la oración, el ayuno, el amor a los enemigos, las relaciones
interpersonales vividas superando la antigua norma del talión”31
4.4.6 Relación entre ley y libertad
Cuando el hombre se vuelve esclavo de la ley por la ley, ésta lo vence, lo domina,
lo esclaviza al quedarse en el legalismo, pero, si el cristiano contando con la
gracia de Dios manifestada en la asistencia del Espíritu Santo y sin quedar
31
Ibíd. p. 257
29
eximido de toda obligación, logra superar la ley, se convierte en un ser libre, en un
hombre nuevo (Ef. 4, 22-32).
Al hombre que es esclavo la ley se le convierte en una carga, le resulta difícil,
tiránica, enojosa, le pesa como un yugo sobre su existencia, le faltan fuerzas, la
lleva derrastra, le manifiesta sus limitaciones, su fragilidad e incluso su situación
dolorosa hasta conducirlo a la trasgresión.
El hombre nuevo, renovado, movido por la gracia actúa teniendo en cuenta la ley,
la asume, la interioriza y por ende la hace suya, la cumple con amor, con
dinamismo, y se convierte así en un ser libre, es decir: “no coaccionado porque
cuanto él tiene que hacer, lo hace como algo propio, que le brota desde dentro”,
pues el Espíritu Santo le asiste, lo anima y lo impulsa desde dentro, recordando
que “para ser libres nos liberó Cristo” (Gal. 5,1)
La tarea o quehacer del cristiano es la de amar, porque la libertad y la caridad se
complementan, Pablo recuerda a los cristianos cómo “hemos sido llamados a la
libertad, y al ser conducidos por el Espíritu Santo, ya no estamos bajo la ley”, y
presenta el siguiente paralelo entre el hombre viejo cuyas obras son propias de la
carne y el hombre nuevo cuyas obras son fruto del Espíritu (Gal. 5, 19 – 23)
OBRAS DE LA CARNE
OBRAS DEL ESPÍRITU
 Fornicación
 Iras
 Amor
 Impureza
 Rencillas
 Alegría
 Libertinaje
 Divisiones
 Paz
 Idolatría
 Disensiones
 Paciencia
 Hechicería
 Envidias
 Afabilidad
 Odios
 Embriagueces
 Bondad
 Discordia
 Cosas semejantes
 Fidelidad
 Orgías
 Mansedumbre
 Dominio de sí
En consecuencia, quienes realizan las obras de la carne “no heredarán el Reino
de Dios”, y quienes viven según el espíritu, deben obrar según el espíritu. Y
advierte Pablo y a la vez los exhorta: “Pues lo que uno siembre, eso cosechará: el
30
que siembre en carne, de la carne cosechará corrupción; el que siembre en el
espíritu, del espíritu cosechará vida eterna. No nos cansemos de obrar el bien...”
(Gal. 6, 7b – 9a)
4.5 ÉTICA EN SITUACIÓN
Hay una serie de dudas sobre la manera como las circunstancias influyen en la
forma de actuar de la persona, y cómo según el individuo hay situaciones tanto
personales como del contexto que atenúan o agravan la forma de actuar, lo cual
se ve reflejado en la pena imputada. Con miras a clarificar éste tema, a partir del
interrogante: ¿Cómo influye la situación en la moralidad?, se desarrollan los
siguientes aspectos: el concepto de situación, las características, los elementos,
las causas y la invitación ética a partir alternativas concretas32.
4.5.1 Concepto
Si entendemos por situación “el resultado concreto de todos los factores de
tiempo y de lugar en donde se inserta la libertad humana”, es decir, el estar
sumergida, inmersa o involucrada, la humanidad y totalidad de la persona
humana, no solo su corporeidad, sino también todo lo que está ligado a ella: su
historia de vida personal, los proceso de crianza, la educación y formación
recibidas, su proyecto de vida, su desempeño, etc., en el aquí y en el ahora, hay
elementos que marcan la toma de decisiones de toda persona humana frente a
una realidad y hechos concretos, esto es, la ética de situación. Por eso, entra en
juego la “libertad personal situada”, puesto que por naturaleza, el hombre no está
en “estado puro”, sino que es un eterno devenir en cuanto busca la perfección y
no es una “obra terminada”, no tiene un “prediseño o molde” que conduzca al
mismo sujeto o a la sociedad a decirle: “Ud. está hecho”, está “pleno”. Es tan
compleja la situación que es única en la vida, nunca se repite o es idéntica, por
ende, ni se clona ni los móviles son los mismos.
4.5.2 Elementos
Los elementos que están en relación con la situación son de diverso orden, tal
como se señalan a continuación:
32
Op. cit. RUIZ. Propuesta de ética para la Facultad de ingeniería de la UMNG. p. 32
31
Geofísicos
Culturales
Biopsicosomáticos
Sociales
Religiosos
Históricos
4.5.2.1
Morales
Geofísico:
Tiene que ver con los lugares, espacios, escenarios y tiempo (cerrados o abiertos,
urbanos o rurales, inhóspitos, poblados, despoblados, clase de público, a la hora
de la aurora, en la mañana, al medio día, etc., la calle, el hogar, dentro o fuera
de...,
4.5.2.2
Biopsicosomáticos
Entran en juego la existencia como ser vivo, su proyecto de vida y realización
personal, las expectativas de vida, los sueños e ideales, el estado de vida; los
estados de ánimo, el patrón de desarrollo, las motivaciones, intereses y
expectativas, el autoconcepto, la autoestima, la autonomía; la praxis de valores, lo
libre o esclavo que se sienta, la práctica que realice sobre el cumplimiento de los
deberes y la demanda de los derechos, etc.
4.5.2.3
Culturales
32
El sentido de pertenencia a una comunidad, la identidad con el logro de fines y
bien común de la misma, la acogida, práctica y enseñanza de valores propios de
la comunidad especialmente en lo cultural y todas sus manifestaciones artísticas,
folklóricas
4.5.2.4
Sociales
La problemática, características e identidad de cada grupo social, el perfil del
ciudadano, las leyes que lo rigen, la forma de gobierno, la independencia o no de
los poderes públicos, grupos o clases sociales, grupos de oposición.
4.5.2.5 Históricos
La conformación del grupo social y los procesos de liberación del país, los
gobernantes, líderes y clase administrativa y dirigente, el papel desempeñado por
las fuerzas armadas oficiales y clandestinas de derecha o de izquierda, el proceso
político, la opinión pública nacional e internacional, la postura de los mas media
respecto de la manera como “venden” o no el país.
4.5.2.6 Morales
Las normas, principios, valores y fundamentos que rigen el comportamiento de la
comunidad, la praxis que de las mismas realice cada individuo, la coherencia o
incoherencia de quienes dirigen las Iglesias, los políticos y la clase dirigente, la
permisividad, la injusticia de quienes están encargados de la justicia, la doble
moral, la corrupción, la inversión de valores, la forma de ser de las nuevas
generaciones, y otros...
4.5.2.7
Religiosos.
Ante la proliferación de sectas, las grandes religiones, ya sean proféticas
(Judaísmo, cristianismo e Islán), sapienciales (Taoísmo, confucionismo) y
místicas (Hinduismo, Budismo, Zend) no han podido conservar el gran número de
sus miembros, por diversos motivos, la doble vida y el antitestimonio de algunos
jerarcas y líderes religiosos mundiales, el fanatismo de otros, el radicalismo de
algunos han imposibilitado el llegar a ser unidad y comunión; además la formación
religiosa y moral, la asistencia pastoral y la cura de almas, el laxismo e incluso la
falta de juicios morales.
4.5.3 Características:
Son cuatro a saber:
33
 Facticidad: todo hombre está inevitablemente situado, es un ser histórico, está
en el mundo, no se puede salir de él, por eso el hecho debe ser real.
 Unicidad: cada circunstancia es única, es decir, la situación se da en una
única vez y para unas circunstancias concretas en que se encuentra la
persona, pues nada se vuelve a repetir.
 Variabilidad: los elementos de cada situación son únicos y por ende varían
entre un hecho y otro, entre el ya y el más tarde, entre el hoy y el ayer.
 invitación ética: cada momento es un espacio para concretizar la praxis ética,
cada persona debe dar sentido a la situación.
4.5.4 Causas.
El fin de la ética de situación es el de procurar una mayor autonomía moral para el
hombre, siendo él quien libremente decida lo que está bien o lo que está mal,
teniendo en cuenta el producto de la reflexión de “su conciencia”, que no puede ni
debe reducirse a la elección arbitraria de la misma. A la “autonomía moral” han
contribuido las siguientes causas:
4.5.4.1 La autonomía: desde siempre el hombre a luchado por conquistar la
autonomía, la cual no se puede confundir con los “caprichos”, la terquedad y la
obsesión que muchas personas, independiente de la edad y otras circunstancias,
alegan o reclaman. La autonomía requiere madurez, independencia, mas no
sobradse o autosuficiencia; demanda responsabilidad personal y libertad.
4.5.4.2 La robotización y despersonalización del ser humano. Frente al uso
que se ha dado a la ciencia y la tecnología en la automatización y mecanización
de la producción, los pocos operarios deben trabajar al ritmo de la máquina como
si fueran robots, perdiendo su ser y su identidad de personas, y llegando incluso
a convertirse en “una pieza más” del sistema productivo dentro de las políticas
neoliberales y mundialización de la economía.
4.5.4.3 Las precarias condiciones de vida. La afirmación de Juan Pablo II, en
el Discurso Inaugural de la III Conferencia del Episcopado Latinoamericano
reunido en Puebla, se acentúa y por ende se hace evidente en las puertas del
presente siglo: “ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres”
(Cf. Puebla N° 30), donde el que tiene no quiere compartir, ya sea por egoísmo o
por temor a perderlo todo, pero también quien no tiene nada “se rebusca” y
muchas veces realiza “trabajos” y tareas indignas a cambio de unas pocas
monedas, justificando lo que hacen a cambio de sobrevivir, en unas condiciones
que son contrarias al querer de Dios, según la Sagrada Escritura, para la
humanidad (Lc. 12, 22-32).
34
4.5.4.4 La reacción contra la formación moral recibida: al ser impositiva se
caracterizó por los formalismos, legalismos y la casuística de los fariseos,
haciendo que la humanidad fuera “uniformada” en las maneras de comportarse
sin tener claridad, decisión y autonomía en el actuar manifestado en un
comportamiento ético que conllevó a la doble moral, es decir a la incoherencia de
vida entre el ser y el hacer.
4.5.4.5 La doctrina de la filosofía existencial. Se busca que el hombre sea
autónomo, gracias a su libertad debe determinarse continuamente a sí mismo,
puesto que para Sartre en el fondo “el hombre es una nada, sólo por momentos
puede hacer algo, cuando libremente se emplea en algo, es “el ser para sí” y en
consecuencia “la existencia humana puede estar abocada a la nada o a la
trascendencia”33 Lo ideal es que a partir de ésta realidad cada persona se
reconozca como ser limitado, necesitado de otros e incluso dependiente, pero a la
vez con deseos de superación, ideales y metas por cumplir, las cuales debe
empezar a labrar desde la edad temprana, pues de otra manera existir no tendría
sentido si no lo hace de manera consciente, libre y buscando la realización
personal y el ser feliz.
4.5.4.6 La concepción errada de pecado. Para muchas personas el pecado no
existe, por ende nada es pecado y máxime cuando, según ellos” todo el mundo lo
hace”, por tanto no establecen límites entre lo bueno y lo malo, entre aquello que
construye al hombre y lo que lo niega o aliena, ente lo justo y lo injusto. Se
olvidan que el pecado es una realidad intrínseca al ser humano, puesto que se
concibe como
“un NO que la creatura pronuncia de palabra y ratifica con los hechos. Un NO a
Dios que invita NO al hermano que interpela, NO a la comunidad que pide
contribuir al bien común, NO a la Iglesia como comunidad de salvación, NO a la
propia vocación histórica” 34
“...El pecado es principalmente una decisión personal contra Dios, una negativa
voluntaria a entrar en comunión con El, una desobediencia a su amorosa
voluntad” 35
4.5.5 Corrientes: las principales son:
4.5.5.1 La doble moral: contrapone dos formas de moral irreductibles: la ley y la
a libertad, y se manifiesta así:
 Según Bergson (filósofo francés), puede ser de orden cerrado o abierto, en el
primero se actúa de manera resignada, instintiva, uniforme, rutinaria, sumisa,
conservadora e imita, en el segundo caso se actúa de manera creativa teniendo
presentes valores y principios propios de quien actúa.
33
Op. cit FISCH. p. 78.
Op. cit. CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Compromiso moral del cristiano- N° 315.
35
Ibíd. N° 319.
34
35
 Según Hesnard (influenciado por el psicoanálisis) la persona concibe la moral
como si fuera un tabú y actúa de manera infantil en cuanto por un lado transgrede
la norma siendo intolerante, agresivo y recurriendo a lo mágico, y por otro se hace
presente el complejo de culpa como un sentimiento universal.
 Existencialismo ateo, a partir de la libertad absoluta, todo es válido según la
intensidad de libertad con que se haga. Para Protágoras (filósofo griego) “el
hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto son, de las
que no lo son en cuanto no lo son”.
 Existencialismo teísta: consiste en la autodeterminación de la voluntad a partir
de unos valores objetivos por los que da valor y sentido a la realidad. Por
ejemplo, el sentido que dentro del cristianismo tiene el mandamiento del amor.
4.5.5.2 Moral evolutiva: por naturaleza el ser humano está en constante proceso
de evolución que le lleva a madurar como ser moral en busca de la perfección, su
conciencia es la norma subjetiva de moralidad la cual rige su conducta.
4.5.5.3 Teología protestante: relativiza la moral natural por la gracia de Dios,
quien llama individualmente y en una situación concreta con miras a la
conversión, por ejemplo a quien es alcohólico para convertirlo al Señor.
4.5.5.4 Católica de situación: teniendo presente la naturaleza humana general y
una ley universal válida, en situaciones concretas se responde con una
determinación y aplicación especial, propia y específica para cada caso a partir
del juicio personal con rectitud de conciencia.
4.5.6 Elementos para una posible solución.
No hay una solución fácil y taxativa como si fuera una fórmula mágica, por ello
cada persona debe tener en cuenta los siguientes elementos, para actuar
autónomamente, dado que debe hallar la solución de manera objetiva y
realizando juicios morales, para asumir la responsabilidad frente a sus actos:
4.5.6.1 Ni laxismo ni subjetivismo, pues no todo o cualquier cosa que se haga
resultará bien frente a la necesidad de obtener buenos frutos, ya que no es
suficiente el deseo de hacer coincidir la norma subjetiva con las exigencias
objetivas de la realidad.
4.5.6.2 Valoración objetiva de la realidad: por ser única, concreta,, en el aquí y en
el ahora, en el ya, para así vislumbrar la actuación y proceder en cuanto tal.
4.5.6.3 Mayor intervención y creatividad: en las situaciones complejas e
imprevisibles se requiere mayor intervención y creatividad de la persona, la cual
se expresa mediante la toma de decisiones a partir de juicios morales con plena
36
libertad, responsabilidad y conocimiento objetivo del hecho o situación, es aquí
donde la conciencia personal elige.
A manera de conclusión se afirma la importancia de la ética en situación en
cuanto contribuye a superar la conciencia infantil o primitiva ante la ley, ya que
requiere de un diálogo y valoración entre ley, situación y conciencia para tomar la
decisión, especialmente frente a la crisis de los jóvenes y adolescentes para evitar
el relativismo, llevando a la promoción de una ética adulta en la cual hay
superación de supersticiones, tabúes, automatismos y autoritarismos, dentro de
una sociedad pluralista y una cultura profana.
4.6 PECADO Y CONVERSIÓN
Si la moral cristiana consiste en el seguimiento de Cristo para reconocer la
voluntad del Padre y cumplirla, en consecuencia el pecado es fundamentalmente
la negativa personal, libre y consciente, a tal seguimiento. Frente a lo anterior, el
hombre de la denominada postmodernidad, no tiene claridad o concreción sobre
qué es el pecado y por tanto no es consciente de esa experiencia de pecado y
menos de reconocerse”pecador”.
Éste apartado presenta en una primera parte lo relacionado con el pecado:
concepto, niveles en la experiencia de pecado, clases de pecado y consecuencias
del pecado. En la segunda parte que corresponde a la conversión, donde se
señala el sentido de ésta, el hombre como sujeto de conversión, las bases y las
exigencias para la concretización de la misma.
4.6.1 El pecado
Con miras a dar algunos elementos para que se asuma la condición de la
fragilidad humana y se reconozca qué es el pecado, cuándo se comete y cómo la
conversión es la mejor “aliada” para superarlo se exponen a continuación dichos
aspectos.
4.6.1.1 Concepto de pecado.
Ya se había señalado que el pecado es una negación voluntaria a entrar en
comunión con Dios, es fruto de una decisión personal, que conlleva al hombre a
imponer su arrogancia, a descubrir su mentira y a manifestar el odio que está
implícito en la hostilidad y la rebelión contra Dios, declarando así el pecador su
propia independencia y divinización, dando la espalda a Dios al romper la
solidaridad con Cristo como cabeza de la humanidad y puente entre Dios Padre y
el género humano 36
36
Ibíd. Cf. N° 314 y 320
37
El Catecismo de la Iglesia Católica lo define como: “una falta contra la razón, la
verdad, la conciencia recta, es faltar al amor verdadero para con Dios y para con
el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes” (Cf. N° 1849)
Para San Agustín, “el pecado es la acción, palabra o deseo contra la ley
externa”37, no es simplemente la violación externa de la ley, sino que también
conlleva a limitar la libertad personal y un atentado contra sí mismo al desorientar
la vocación y la misión, en efecto, “el pecado significa negación de Dios,
destrucción propia y lesión a la sociedad”, o lo que es lo mismo:
“Al negarse con frecuencia a reconocer a Dios como su principio, rompe el hombre
la debida subordinación a su fin último, y también toda su ordenación tanto por lo
que toca a su propia persona como a las relaciones con los demás y con el resto
de la creación”38
El pecado es la exaltación orgullosa y soberbia del hombre que conduce al
desprecio de Dios, de su misericordia y de su amor.
4.6.1.2 Niveles en la experiencia de pecado
Los modos de obrar del hombre pecador son diversos, en cuanto la vida del
hombre no transcurre siempre o se limita a una única y exclusiva dimensión
humana o a un nivel, sino que se da en interrelación entre los mismos, y aunque
uno esté liderando los demás no son absorbidos o anulados por aquel, ya que al
estar íntimamente relacionados se compenetran de acuerdo a los aspectos que el
pecador priorice o privilegie.
Los tres niveles en la experiencia del pecado son: instintivo, humano y cristiano.
 Instintivo: al actuar el sujeto de manera impulsiva, no es consciente y algunas
veces condiciona su libertad y voluntad, siendo el pecado fruto de la trasgresión
del precepto o ley, que despierta en el sujeto un sentimiento de culpa que merece
ser castigado, lo cual no se hace efectivo.
 Humano: la persona es libre y consciente de sus actos, por lo cual pese a
reconocer la manera correcta de obrar de acuerdo a los actos humanos, prefiere
realizar lo contrario, tergiversando la escala de valores en cuanto la libertad se
impone sobre la voluntad decidiendo in en contra de su ser como persona íntegra
y total. Cuando se es consciente se reconoce la limitación y se busca la
reparación, que tiene lugar mediante el arrepentimiento.
37
38
Ibíd. Cf. N° 319
Ibíd. N° 324
38
 Cristiano: Al concebir el pecado como una negación de los propios valores
del amor de Dios a cada persona y a la totalidad del género humano, el pecado
no es otra cosa que cerrar las puertas de la existencia a la acción y obra de Dios
en cada persona, es ser infiel al optar por las propuestas de “diosecillos humanos
e ídolos”. Cuando el pecador se arrepiente, tiene lugar la conversión a partir del
amor de Dios, que “deifica al hombre, lo cristifica y lo hace poseedor de su
espíritu divino”.
4.6.1.3 Consecuencias del pecado.
El pecado no se comprende solamente como un acontecimiento de orden ético y
psicológico limitado al ámbito de la existencia humana personal e individual, sino
que tiene repercusiones tal como lo señala Pablo al hacer el símil del cuerpo
humano con la Iglesia, en la 1 Carta a los Corintios, cuando afirma: “Si sufre un
miembro todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado todos los
demás toman parte en su gozo”. Dichas repercusiones son de orden personal y
social.

En la propia persona: al ser el pecado autodestrucción de la persona, tiene
repercusiones psicológicas y además “aniquila en él la imagen sobrenatural de
Dios y oscurece la imagen natural”, y “al negarse con frecuencia a Dios como su
principio, rompe el hombre la debida subordinación a su fin último, y también a
toda su ordenación, tanto por lo que toca a su propia persona como a las
relaciones con los demás y con el resto de la creación” (GS N° 13)39

En lo social y eclesial. Al pecar el sujeto “siembra la cizaña”, la cual busca
fructificar, siendo los más cercanos los primeros en sufrir los efectos, al haber
ruptura de la “común – unión” de la unidad, “se ejerce así un poder seductor y da
vía libre al dinamismo del mal en el mundo, a la vez que rompe la solidaridad con
Cristo, cabeza de la humanidad” 40
4.6.1.4 Clases de pecado
Todo pecado contradice la ley moral y a Dios en mayor o menor grado, originando
dos clases de pecado: el venial y el mortal.
 Pecado venial: “hiere la vida de la gracia pero no le da muerte”, y por tanto
“Es aquel que no se opone esencialmente al precepto de Dios, ni es contrario a la
aspiración hacia Dios como a fin último, y por lo mismo no llega a extinguir la
caridad habitual para con Dios”41
39
Op. cit. BAC. Concilio Vaticano II.
Catecismo N° 322.
41
Ibíd. N° 330.
40
39
 Pecado mortal. Es aquel por el cual el hombre se partas completamente de
Dios, porque mata la vida sobrenatural en el alma. (Cf. N° 325). El pecado
mortal se da o concretiza cuando existen las siguientes tres condiciones:
“_ un objeto que cae bajo precepto o prohibición grave o es juzgado como tal antes de la
decisión o durante ella”,
_ conocimiento suficientemente claro de la gravedad del precepto;
_ voluntad libre en la decisión”42
Generalmente cuando hay plena advertencia, hay también pleno consentimiento,
es así que cuando se comete pecado mortal, la persona tiene conciencia que va a
quebrantar un mandato, busca los medios para concretarlo y realiza el acto
pecaminoso. Para valorar cuándo hay pecado mortal se tienen en cuenta las tres
condiciones señaladas anteriormente, reconociendo además la relación que no
todo pecado es un delito, pero que todo delito si es un pecado y según su
gravedad puede ser mortal.
4.6.2 Conversión
La función principal de Juan Bautista fue la de anunciar la venida de Jesús el
Salvador, por ello invitaba a la conversión como la manera más adecuada para
recibir al Mesías y alcanzar la salvación: “Convertios porque ha llegado el Reino
de los cielos” (Mt 3,2), siendo necesario además cambiar de actitud y de
mentalidad, y haciendo penitencia. La conversión no ha pasado de moda, hoy se
hace más necesaria, radical y urgente dadas las situaciones límites a las cuales
debe enfrentarse el hombre de la postmodernidad.
Pero, ¿qué es la conversión? ¿Quiénes se deben convertir y de qué? ¿Cuáles
son las manifestaciones de la conversión? Más que respuestas a los anteriores
interrogantes se darán algunos elementos para que el lector pueda discernir y
saber qué es la conversión y cuál es su proceso y concretización.
4.6.2.1
Concepto de conversión.
La conversión es la respuesta a una invitación o llamada que hace Jesús mismo:
“El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertios y creed en la
Buena Nueva” (Mc.1, 15), por eso es encuentro, perdón, confianza, amor,
reconciliación y fe. Teniendo en cuenta la vida pública de Jesús la invitación a la
conversión se da en hechos concretos, tales como:
“llamar a los pecadores (Lc. 5,32). El pecador puede acercarse confiadamente a
Jesús que “tiene poder para perdonar los pecados” (Mt 9,6). La conversión es
ante todo un acto de confianza: “Ten piedad de mí que soy un pecador” (Lc
18,13). La conversión es un encuentro entre dos interlocutores: el Buen Pastor
que sale en busca de la oveja perdida (Lc 15, 4 ss), y el hombre que responde con
42
Ibíd. N° 329
40
amor a esa invitación, tal como aparece en la parábola del Hijo pródigo (Lc 15,
11-32)”43
La conversión no es otra cosa que la adhesión radical a la persona de Cristo, es
comprometerse a vivir como él y con él en las circunstancias y situaciones
concretas del momento histórico en que viva cada persona creyente..
4.6.2.2 El sujeto de la conversión.
Es el hombre, es cada ser humano varón o mujer, asumiéndolo a partir de un
conocimiento, de la libertad y de la capacidad de asumir compromisos personales,
teniendo en cuenta su credo religioso, su cultura, su tradición, sus valores, es
decir, el hombre que se convierte, aunque sea un acto personal y singular, lo
debe hacer desde la comunidad y la cultura propias de su tiempo, reconociéndose
pecador y necesitado de la misericordia de Dios.
La conversión lleva implícita una lucha, un estado de tensión permanente, una
ruptura con “la masa”, con los del montón, con la mediocridad, implica una
capacidad clara y concreta para tomar decisiones con radicalidad en un mundo
donde lo bueno, lo lícito, lo que construye se vive al lado de lo malo, de lo ilícito,
de lo injusto, de la destrucción de sí mismo y de otros, puesto que se sigue en el
mundo sin ser del mudo, y es allí en la labor diaria, en el quehacer del día tras
día, donde el hombre se debe convertir y santificar, construyendo un mundo
donde la paz, la esperanza, el amor y la justicia, pese a la debilidad humana, son
posibles con la ayuda de Dios.
Dentro de las batallas que debe enfrentar el hijo de Dios que se convierte están
sus propias y exclusivas limitaciones, debilidades y flaquezas que lo llevan a dar
antitestimonio, y de manera general, están las siguientes:
 El egoísmo: que es la insensibilidad ante los problemas sociales fruto de la
injusticia humana y de los desastres naturales, del apego mezquino a las cosas
materiales e incluso a personas y a privilegios, cargos, honores; a su vez, a la
farisaica tranquilidad a considerarse como “el bueno, el santico”, a creerse en paz
con Dios y justo con el prójimo.
 El legalismo: cumplir la ley por la ley o a ciegas no tiene sentido ni se cumple
la finalidad para la cual fueron promulgadas, al convertir a las personas en
serviles o esclavos de la ley al cumplirla literalmente y como camisa de fuerza
para evitar el pecado, ser perfecto, recto y salvarse, olvidándose que el ser
esclavo de la ley no permite la libertad, la toma de decisiones y el ejercicio de una
conciencia autónoma.
43
Ibíd N° 338.
41
Por eso el cristiano debe superar dichas acciones y tener en cuenta que las leyes
deben ayudar a la construcción de la comunidad y a la libertad personal, que debe
dar el paso de haber sido un ser conducido, esclavo, mandado y manipulado por
los legisladores, a vivir en la libertad siendo responsable, autónomo y de acuerdo
a los principios del Evangelio.
 Dogmatismo:
los cristianos creen que son los únicos, exclusivos y
poseedores de la verdad, creyéndose seres superiores, que conllevaba a una
mentalidad de considerare al no católico como rival, como sospechoso e incluso
como el enemigo con el cual no debe existir ningún trato ni de palabra ni de obra,
por lo cual no hay diálogo, ni menos caridad y sí prima la intolerancia: ¿Cuántas
guerras santas, cuánta destrucción, cuántas vidas perdidas, cuánta destrucción
so pretexto de defender el evangelio y en nombre de Dios?
Liberarse de esa autosuficiencia, de esa sobrades sólo es posible si hay reflexión,
oración y enmienda, puesto que toda actitud dogmática e intolerante encubre una
ignorancia, carencia de razón e inseguridad. Es necesario escuchar, explicar,
sustentar, argumentar, para poder llegar al consenso, a los acuerdos, a la
posibilidad de vivir dentro del respeto por la diferencia.
 De la incoherencia de vida. Por lo general el creyente no se reconoce como
unidad y totalidad, por eso separa lo sagrado de lo material o mundano, y utiliza
tantas máscaras cuantos papeles, roles o “personajes” debe interpretar durante la
vida. Lo anterior lo lleva a ser “distinto” como esposo y padre, como profesional,
asalariado o empresario, y su actitud frente a la vida y a la incertidumbre lo lleva a
mimetizarse y a actuar de acuerdo a las circunstancias, conveniencias, pedidos o
exigencias de los aliados, del gobernante de turno o de quien ejerce la autoridad
e impone la ley, aún a sabiendas que actúa en contra de sus principios,
convicciones y conciencia.
El creyente requiere reafirmar la trascendencia en su actuar, reconocer la
misericordia de Dios Padre, para dejarse transformar ontológicamente y
reestablecer el don de ser hijo de Dios.
 La injusticia. Entre los valores más difíciles de practicar está el de la justicia,
pues generalmente el ser humano aplica la “ley del embudo”, haciendo sesgada la
aplicación de la norma o del principio e incluso de la misma moral. Cuando se
trata de exigírsela a los demás se es implacable, vertical y legalista, pero cuando
se trata del propio fuero se es laxo, se pide “cacao” y se implora perdón. Un
ejemplo claro se presenta cuando se es asalariado que se reclama no sólo lo
legal sino también lo extralegal, pero si se tienen empleados en la casa internos o
por días, ya sea para el servicio o para el arreglo ocasional de los enseres, no se
la cancela lo justo al empleado.
Se olvida o se ignora que la justicia es una meta, un deber, una lucha que no
basta con proclamarla, inculcarla o desearla sino que requiere una capacidad de
42
compromiso para crear nuevas estructuras gubernamentales, políticas,
económicas, sociales, etc., que hagan posible un trato justo, no discriminatorio,
sin opresiones ni humillación, puesto que se es o no se es justo, no hay ni término
medio, ni matices, se está con la justicia o contra ella, pues de no ser así se es
injusto y de nada sirve buscar el bien de los demás, considerarlos y decirles:
“pobrecito” o “cómo lo siento”, o “lo lamento”, frente a sus necesidades, apuros y
angustias, si no se supera la barrera de qué dirán, del montón, para dar el primer
paso, ser solidario y vincularse a la causa porque el otro, el ellos y nosotros
tengamos una mejor calidad de vida: la de las personas humanas e hijos de Dios.
4.6.2.3 Manifestaciones de la conversión
No se trata de “ser pantallero”, sino de reconocer los compromisos como
bautizado, miembro de la Iglesia e hijo de Dios para dar testimonio y ser
coherente entre lo que se dice ser, lo que se es, y lo que se hace. Por eso la
mejor señal o indicativo de conversión es hacia el verdadero amor. Pero se trata
de una amor cristiano, de donación, de desprendimiento, de despego, no
recompensable, egoísta, posesivo o erótico. Es ante todo un amor como lo
predica Pablo en 1 Cor. 13.
Ese amor cristiano se debe concretar cumpliendo con el derecho y el deber de ser
justo, evidenciado a través de acciones como las siguientes:
- el hacer efectivas las declaraciones jurídicas.
- el ser generoso, solidario, presto.
- el ser creador y posibilitador de un futuro mejor
- el comprometerse con la Doctrina Social de la Iglesia para hacerla efectiva.
- ser consecuente con el Evangelio, en aspectos como:
-- “Amaos los unos a los otros” (Jn 13,34)
-- “Todos vosotros sois hermanos” (Mt 23,8)
-- “No os encolericéis contra el hermano” (Mt 5,22)
-- “No devolváis mal por mal” (Mt 5,39)
-- “No odiéis a vuestros enemigos: amadlos” (Mt 5,43-44)
-- “No veáis vigas en los ojos del hermano” (Mt 7, 3-5)
-- “Perdonad a vuestros hermanos hasta setenta veces siete” (Mt 18,22)
Como conclusión de éste apartado la concretización de la conversión se da en el
amor, y aunque es lo más difícil y comprometedor, es la más esperanzadora para
poder reconstruir el mundo, desaprender la violencia, el odio, la injusticia, la sed
de venganza y sentar las bases del nuevo país y del “nuevo mundo que necesita
el hombre hoy: un mundo o “tierra que mane leche y miel”, un mundo donde no es
un sueño sino un hecho el vivir en paz, tal como lo narra Jeremías, al describir
una vuelta a la paz paradisíaca que se extiende incluso hasta el reino animal44.
44
Consul tar Is. 11,5-9
43
4.7 LA CONCIENCIA
En el diario trajinar, el ser humano lanza expresiones en sus conversaciones tales
como: “sea consiente”, “mi conciencia está libre”, “no me acusa mi conciencia de
nada”, etc., pero, realmente sabe qué es la conciencia? Valora la conciencia como
norma moral? Basta con recurrir a ejemplos de la cotidianidad para no dudar que
realmente no se tiene claridad sobre dicha materia: veamos algunos casos reales
de los tantos que suceden en Colombia: la comunidad en general pide justicia en
hechos como la liquidación de Colpuertos, como en la construcción y puesta en
marcha de la Represa del Guavio, como el incremento de los peajes en todo el
territorio colombiano y el mal estado de las vías, el exagerado aumento del
impuesto sobre bienes y servicios; el proceso 8.000, el chantaje de algunos
concejales de Bogotá a los vendedores ambulantes, la reelección inmediata del
Presidente y las quejas y chismes de algunos miembros de la Corte, los atropellos
de la Fuerza Pública a los Indígenas y a los estudiantes, etc., pero hasta donde
van las investigaciones, qué persona, trabajador o administrador ha dicho que es
culpable?
No sucede lo mismo con la infiltración de dineros de dudoso origen o “dineros
calientes” en algunas campañas de políticos colombianos?, las pésimas
administraciones que a nivel de Jefes de Estado hemos tenido, no son en gran
parte quienes han sumido el país en esta crisis y acaso no gozan de libertad y
buena pensión o a quién de ellos la justicia colombiana le ha obligado a pagar de
su propio bolsillo todo el mal causado, o quién de ellos ha ido a la cárcel por
dichos motivos? Y Ud. y yo no somos la excepción: !nuestra indiferencia, nuestro
pesimismo y mediocridad nos han llevado a ser cómplices¡ El dejarnos imponer
una clase dirigente política y administrativa corrupta, porque no hacemos uso de
nuestro derecho de elegir y ser elegidos, contentándonos con decir “yo a eso de
la política no le jalo”... Pero, cómo está nuestra conciencia? Sabemos qué es?
Sabemos qué implicaciones tiene actuar con rectitud de conciencia? Y, frente a la
duda qué hacemos?
4.7.1 Etimología y concepto de conciencia
4.7.1 Etimología
La palabra conciencia procede del griego “syneídisis”, que es un compuesto de
“syn” que significa “con” y de “oida” que significa “saber”.
Según Mifsud, el concepto pasa por una evolución de tres etapas que son:
“a) el conocimiento de un objeto (un saber)
b) un conocimiento compartido entre unos pocos (un saber con otros) y
44
c) un conocimiento reflejo o una auto-reflexión fruto de un desdoblamiento del yo
(un saber con uno mismo)”45
Dentro de esa evolución, en el AT, la conciencia es “la auto-reflexión para
escuchar a Dios”, quien a través de su Palabra se dirige al corazón del hombre
que se ha arrepentido. En el NT se concibe como “el acontecimiento central de la
interioridad cristiana, de donde brota la función específica de la valoración moral
sobre la propia conducta”.
4.7.2 Concepto.
Según Luis José González, la conciencia es una realidad muy compleja, es así
que las denominaciones que de ella se tienen varían entre el hombre primitivo y el
hombre actual. Para el primero “es algo espontáneo; tiene más acentuado el
carácter objetivo: proviene de la divinidad, de los espíritus, de las leyes; es de
carácter colectivo: existe una conciencia y una culpabilidad del grupo; finalmente,
se exterioriza en imágenes plásticas de tipo mágico y ritual”,46 entre tanto para el
segundo, su conciencia “es refleja: consciente de sí misma, es más subjetiva: se
identifica con el sujeto mismo; posee un carácter individual, y se siente forzada
ante cualquier forma de exteriorización”47
4.7.2.1 La conciencia es:
Teniendo en cuenta lo anterior, la conciencia se puede concebir desde dos
instancias: la psicológica y la moral.
 Desde lo Psicológico: “Es el conocimiento que el hombre tiene de sí mismo, de
lo que él hace, de las funciones que realiza su yo”48 Se manifiesta en
expresiones como: “no tengo conciencia de haber dicho eso”, “no era
plenamente consciente de lo que hacia”, “soy consciente de que llamé dos
veces”.
 Desde lo moral, es: “El juicio o valoración interior que hace el sujeto sobre la
bondad o malicia de una acción determinada49” En el lenguaje corriente lo
expresamos cuando decimos, por ejemplo: “la conciencia no me acusa de
nada”, “ese político corrupto es un hombre sin conciencia”, “ en ese aspecto,
tengo la conciencia muy tranquila”.
Dentro del aspecto moral, el Concilio Vaticano II, define la conciencia como:
45
MIFSUD, Tony. S.J. Moral fundamental. CELAM. Bogotá. 1996. p.221.
Op. cit. GONZÁLEZ ÁLVAREZ, p. 146
47
Ibíd. p. 146
48
Op. cit. GONZÁLEZ FRAILE, Antonio. Yo soy el camino. 6 ed., Paulinas. Madrid. 1982. p. 185
49
Ibíd. p. 185
46
45
“el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas
con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquella. Es la conciencia
la que de modo admirable da a conocer esa ley, cuyo cumplimiento consiste en el
amor a Dios y en el amor al prójimo” (GS. 16)
Si bien es cierto que no existe conciencia como realidad independiente, sino que
el ser humano tiene “conciencia de algo”, en cuanto esta corresponde a una
actividad profunda, propia y exclusiva del sujeto humano, es a su vez antecedente
y consecuente de sus actos y le permite emitir juicios morales sobre la bondad o
la maldad del comportamiento, justificándolo o reprobándolo.
En síntesis, la conciencia se concibe como:
“La capacidad del ser humano de darse cuenta de lo que pasa a su alrededor, de
lo que es, de lo que quiere, de ser capaz de aceptarse tal cual es, pero a la vez de
reconocer lo que debe cambiar para ser un hombre mejor”50
En efecto, la conciencia le permite a la persona humana conocer y
autoconocerse, valorar y autovalorarse, para sentirse comprometida en su propia
realización, dándole sentido a su existencia y teniendo motivos para ello.
4.7.2.2 La conciencia no es:
De acuerdo a lo anterior, la conciencia no es ni se puede confundir con la
denominada “voz de Dios” o con el “gusano” que muerde y remuerde, o con la
“voz del alma”, la cual cumple a la vez funciones de “acusador”, “testigo” y “juez”.
Tampoco es legalismo exagerado o única y exclusivamente responsabilidad, o
simplemente el conjunto de principios de orden moral y religioso, o el fraccionarla
en categorías como buena o mala conciencia, puesto que el conjunto de
experiencias de la vida humana, en todas sus dimensiones es centralizado por la
conciencia, y es gracias a esta que la vida humana se manifiesta como totalidad
unitaria, que los actos realizados por el hombre se revelan como “míos”, a la vez
que reafirman el yo.
4.7.3 Funciones de la conciencia.
Las funciones son tareas que la conciencia debe cumplir en cada ser humano, y
son: manifestativa y autoritativa
4.7.3.1 Función manifestativa: se refiere a la vigencia y aplicabilidad de una
norma exterior o un valor objetivo con relación a una situación personal concreta.
Por ejemplo: “superar la duda para tomar una decisión”, “reconocerse como sujeto
de derechos y deberes, para cumplir con las obligaciones y exigir al Estado, a
instituciones y/o a otras personas el respeto y cumplimiento de los derechos”
50
Op. cit. RUÍZ A. Dukeiro. Programa de Ética para Ingeniería. p. 47.
46
4.7.3.2 Función Autoritativa: compromete a la persona en relación a aquella
conducta que aparezca como debida. Por ejemplo “hacer el bien y evitar el mal”,
“No hacer a otros lo que no queremos que nos hagan”, “No juzgar para no ser
juzgados”, “amar a Dios y al prójimo como a sí mismos”.
4.7.4 La conciencia moral
La conciencia no es algo ajeno a la persona o un añadido a ella, es la misma
persona expresándose en su dinamismo esencial hacia la plenitud de su ser. La
conciencia moral es “ el conocimiento reflejo del propio ser y de su operatividad”,
permite al hombre comprenderse así mismo como poder ser, como proyecto. Se
afirma que la conciencia moral es la misma conciencia psíquica en cuanto
establece una valoración de la conducta humana, cuando el hombre comprende
sus actos como propios y con sentido de perfección.
La conciencia moral surge como la comprensión de la conducta en referencia a un
determinado canon de perfección, dado por el cuadro de valores que posee una
persona, de manera especial de los valores morales que son cualidades que
poseen determinado sentido de perfección para el hombre. La conciencia moral
como capacidad valorativa, aparece cuando el niño es capaz de valorar su propia
conducta, la cual según Laurence Köhlberg va mejorando a medida que se
produce el desarrollo moral de todo ser humano, puesto que “el hombre nunca
alcanza una conciencia moral perfecta y acabada”, puesto que la educación de la
conciencia es una tarea de toda la vida:
“Desde los primeros años despierta al niño al conocimiento y la práctica de la ley
interior reconocida por la conciencia moral. Una educación prudente enseña la
virtud, preserva o sana del miedo, del egoísmo y del orgullo, de los insanos
sentimientos de culpabilidad y de los movimientos de complacencia, nacidos de la
debilidad y de las faltas humanas. La educación de la conciencia garantiza la
libertad y engendra la paz del corazón”51
Precisamente porque nunca se cierran sus posibilidades de perfección ni la
comprensión del ser humano”, aunque en cada persona existen procesos
despersonalizantes y procesos de inmadurez, es por ello que en el desarrollo de
la conciencia moral no todo es lucidez y autonomía de juicio, como en el caso que
se actúa por el “eco de la sociedad”, siendo la conciencia la norma de moralidad,
que permite decidir en conciencia, a partir de los juicios morales cuya base son
los actos humanos, tal como se indica a continuación.
4.7.5 Los actos humanos
51
Op. cit. GONZALEZ FARILE. p. 233
47
El hecho de existir lleva al ser humano a obrar, pero no siempre valora e identifica
los efectos de sus actos, pues muchas veces lo domina el instinto, la agresividad,
el alcanzar resultados y conquistar metas sin importar los medios que utilice, otras
veces reflexiona, puede elegir y optar, asumir y por tanto valorar las
consecuencias. En éste apartado la reflexión se centra en el concepto de actos
humanos, su diferencia con los actos del hombre, las características de los actos
humanos y la valoración de los mismos.
4.7.5.1Concepto de actos humanos.
Los actos en el obrar humano, por sus repercusiones morales y éticas, han sido
objeto de estudio dentro de un marco amplio, al concebirlos como “el conjunto de
la actividad humana o de la conducta”, como “manifestaciones de la vitalidad
humana”, como formas de expresión.
González A., los concibe como: “los aspectos propios y específicos del hombre,
es decir, aquellos actos deliberados por los que el hombre se distingue de los
animales”, en otras palabras:
“Los actos humanos son aquellos que proceden de la voluntad deliberada del
hombre; es decir, los que realiza con conocimiento y libre voluntad (cfr. S.Th., I-II,
q.1, a.1,c.) En ellos interviene primero el entendimiento, porque no se puede
querer o desear lo que no se conoce: con el entendimiento el hombre advierte el
objeto y delibera si puede y debe tender a él, o no. Una vez conocido el objeto, la
voluntad se inclina hacia él porque lo desea, o se aparta de él, rechazándolo.
Sólo en este caso cuando intervienen entendimiento y voluntad el hombre es
dueño de sus actos, y por tanto, plenamente responsable de ellos. Y sólo en los
actos humanos puede darse valoración moral” 52
Cada acto humano es singular, no se repite, pues las circunstancias, las
motivaciones, las causas que lo originan, los estados de ánimo y los efectos
cambian.
4.7.5.2 Características
Para que una acción humana sea calificada como “acto humano”, debe tener las
siguientes características53:

Primera: Conocimiento: o advertencia, la persona debe valorar su actuar,
identificando las causas que lo originan, la menara como lo va a realizar y las
consecuencias del mismo, por tanto, debe superar la duda, el “me parece”, “no
era ni intención”, “eso no era lo que yo quería”, o quedarse en el “qué pena se me
52
53
Op. cit. GONZÁLEZ ALVAREZ p. 176
Op. cit. FLECHA ANDRÉS. pp. 192 – 194.
48
fue la mano”; ese conocimiento se debe dar tanto en el ámbito material como
formal, pues de lo contrario, “... la acción no sería plenamente humana si sólo se
contara con una atención habitual, que en todo caso, se reduciría a una
disponibilidad y orientación anímica general”, en otras palabras, la persona debe
estar atenta, con “los cinco sentidos puestos” o sea, ser consciente.
 Segunda, Voluntad: no es suficiente el conocer, se requiere tener una
intencionalidad y una voluntad, para pensar, decidir, elegir y ejecutar la acción, es
decir, que “ese querer recoge todas las energías psicofísicas y operativas para
dirigirlas hacia una meta operativa”, por que a la decisión cognitiva la acompaña
un sentimiento de tendencia y voluntariedad hacia el valor conocido.
El acto voluntario se divide en dos clases: voluntario directo: cuando se dirige a
una realidad o a una acción querida en sí misma, por ejemplo: querer, consentir,
elegir; voluntario indirecto, cuando va dirigido a una realidad en cuanto vinculada
a un valor pretendido y buscado, al ser el acto ejecutado por otras facultades bajo
el mandato y control de la voluntad, por ejemplo: correr, comer, pensar.
 Tercera, Libertad: el hecho de vivir implica para el ser humano una serie de
elecciones continuas que van a determinar no sólo su ser sino también su estar y
actuar en unas circunstancias y contexto concretos, es por ello que al
conocimiento y a la voluntad se suma la libertad, en cuanto la decisión y la
ejecución de una acción deben realizarse de manera libre, o sea, que no debe
existir ningún tipo de coacción ni en el ámbito interior como tampoco en el ámbito
exterior de la persona como unidad y como ser pluridimensional, tal como se
señaló cuando se trató el tema de la libertad, dentro de los presupuestos
psicológicos.
Pero, la libertad no es mera ausencia de ligaduras o ataduras de ningún tipo o
clase a cualquiera de los dos niveles, sino que es según León XIII, citado por
Flechas, “la voluntad de elegir entre los medios que son aptos para alcanzar un fin
determinado, en el sentido de que el que tiene libertad de elegir una cosa entre
muchas es dueño de sus propias acciones”, es capaz de responder por ellas, y a
partir del libre albedrío tanto la libertad como la voluntad están orientadas al bien
del ser humano, aunque muchas veces en la elección la persona se equivoque y
deba asumir su responsabilidad.

Cuarta, Responsabilidad: la libertad individual concebida como “un
proceso, en el que importa más el punto de llegada que el de partida”, no se limita
y concretiza en “ser libre de coacciones”, puesto que a su vez requiere “estar y
permanecer libre para realizar una tarea concreta” y así poder asumir la
responsabilidad personal tanto de las decisiones como de las actuaciones de
cada individuo.
La responsabilidad implica asumir las consecuencias de los actos, dar la cara,
afrontarlos y enfrentarlos, nunca “salir corriendo”, “darle la espalda” o “esconderse
49
como sucedió en el Paraíso” y menos “echarle la culpa a otros”, a lo cual no se
llega en un instante, pues como proceso requiere maduración, tal como lo señala
Flechas:
“Es preciso admitir todo un proceso de maduración progresiva, en el sentido de la
responsabilidad y en la capacidad de superar diversos impedimentos. La
madurez humana es vista por el cristiano como un proceso de gradualidad, en una
progresiva fidelidad a la ayuda de la gracia de Dios y una constante humildad y
docilidad, que son las cualidades fundamentales de la prudencia como virtud
moral. Y es preciso tener en cuenta que nadie puede presumir de vivir en libertad
mientras no haya creado condiciones para que los otros vivan libremente”54
Pese a haber muchos condicionamientos respecto del realizar actos humanos por
parte de cada persona, como son la edad, el género, lo heredado genéticamente,
la crianza, la formación, la educación, la familia, el entorno, el proyecto de vida,
las motivaciones, los interese, las historias de vida personal, aspectos de orden
social, político, económico, religioso, y de manera especial la cultura, etc., es cada
cual el directo responsable de sus actos, aunque haya impedimentos que en
determinado momento “condicionan el actuar y atenúan o agravan” el grado de
responsabilidad, tales como: la ignorancia invencible respecto a la existencia o el
ámbito de una determinada norma moral, el miedo, la violencia física o moral, la
costumbre inveterada, la propaganda, etc.
4.7.5.3 Clases
No todos los actos que realiza el hombre son propiamente humanos, por eso se
habla que dentro de sus acciones, se presentan domo dos niveles en el primero
se habla de los actos que son meramente naturales y de los actos del hombre, en
el segundo se clasifican en relación con la moralidad y también con las facultades
que lo perfecciona
 En general
* Naturales: los que proceden de las potencias vegetativas y sensitivas, sobre las
que el hombre no tiene control voluntario alguno, y son comunes con los
animales: por ejemplo, la nutrición, circulación de la sangre, respiración, la
percepción visual o auditiva, el sentir dolor o placer, etc.
* Actos del hombre: los que proceden del hombre, pero faltando o la advertencia,
como es el caso de quienes sufren de desequilibrios mentales graves (locos),
niños pequeños, distracción total, o la voluntariedad, por coacción física, o faltan
ambas, en el que duerme.
 Por su relación con la moralidad, el acto humano puede ser:
54
Ibíd. FLECHA. p. 179
50
* bueno o lícito, si está conforme con la ley moral, por ejemplo hacer obras de
caridad
* malo o ilícito, si le es contrario a las normas, es el caso de quien miente
* indiferente, cuando ni le es contrario ni conforme, por ejemplo: caminar, respirar
 En razón de las facultades que lo perfeccionan, el acto puede ser:
* interno: el realizado a través de las facultades internas del hombre,
entendimiento, memoria, imaginación, por ejemplo el recordar de una acción
pasada, ya sea para arrepentirse, para gratificarse o para perfeccionarla.
* externo: cuando intervienen también los órganos y sentidos del cuerpo, por
ejemplo cuando se come, se leer, se escribe.
Cuando la persona actúa, generalmente no se dan “puros” actos humanos o actos
del hombre, pues aparece la mezcla de muchos elementos de los enunciados
anteriormente.
4.7.5.4 Relación de los actos humanos con los actos del hombre.
Al ser los actos del hombre “aquellos actos realizados por el hombre que son
comunes a los animales: biológicos o fisiológicos”, éstos son involuntarios y
muchas veces inconscientes, así por ejemplo, aunque sea posible que la persona
sepa teóricamente cómo se oxigena la sangre, cuál es el proceso de la
respiración, cómo funciona el aparato digestivo, aunque esté despierto o dormido,
esos órganos cumplen sus funciones, sea consciente o no la persona.
Al respecto Flecha dice: cómo “las acciones del hombre, más biológicas o
instintivas, sustraídas a la responsabilidad personal porque se realizan sin la
advertencia y sin la necesaria libertad”, la persona no tiene autocontrol de las
mismas y en determinado momento pueden llegar a dominar y hacer perder la
voluntariedad cuando el instinto y las pasiones son el “motor” que llevan a la
acción.
También puede darse el caso, que al estar una persona bajo efectos del alcohol,
de alucinógenos, o al ser violentada física o moralmente, acceda a actuar en
contra de su voluntad, lo haga de manera inconsciente, pero debe responder.
Finalmente surge un gran interrogante, frente a la descomposición social por la
que atraviesa Colombia: ¿cuál es el quehacer, que desde la Universidad, debe
aportar la educación en la formación de la conciencia moral, tanto en su
comunidad educativa como en sus zonas de influencia a través de los programas
de extensión? Pero, si es a cada persona a quien le corresponde decidir y
responder por sus actos, cómo debe decidir?
51
4.7.6 Decidir en conciencia55.
Ante la necesidad de decidir moralmente, le corresponde a la conciencia optar de
acuerdo a la razón y a la ley o mandato divino, para que el juicio sea recto, de tal
modo que se busque siempre el discernimiento en los datos de la experiencia, en
los signos de los tiempos, siendo prudente, recibiendo consejos de personas
expertas y contando con la ayuda del espíritu Santo, para optar por lo que es
bueno, lo justo y que esté referido al querer de Dios expresado en la ley.
Dicha opción y para que el juicio sea recto y por ende se pueda decidir en
conciencia, se deben reunir las siguientes condiciones: rectitud, verdad y certeza.
 Rectitud: Hay rectitud de conciencia cuando se actúa con autenticidad y se
ajusta a los principios y valores de la propia persona. “Solo la conciencia recta
posee todos los derechos y los deberes de la conciencia como norma. Nos
depara seguridad en el actuar y nos exige observancia absoluta”.
 Verdad: Entre tanto verdadera conciencia cuando se está de acuerdo con la
verdad objetiva, es decir, se conoce y se comprende la realidad de las situaciones
y de los principios universalmente aceptados y se manifiesta acorde con ellos.
 Certeza: hay certeza de conciencia cuando hay seguridad en el juicio moral
sobre determinada situación o en la posesión de los valores y principios que le
permiten a la persona realizar dicho juicio. “Solo una conciencia cierta, al menos
con certeza práctica, puede ser norma de moralidad”
A pesar de que son pocas las personas cuya conciencia en estado de madurez
reúne las tres condiciones anteriores, porque algunas veces se actúa faltando
rectitud de conciencia, o se vive culpable o inculpablemente en el error y se actúa
con duda, porque dichos elementos no solo debilitan sino que confunden los
juicios morales, y qué decir de las desviaciones de conciencia que pueden
alcanzar grados patológicos, se deben tener presentes las siguientes reglas:
“* Nunca está permitido hacer el mal para obtener el bien.
* La regla de oro que establece: “todo cuanto queráis que os hagan los hombres,
hacédselo también vosotros”
* La caridad debe actuar siempre con respeto hacia el prójimo y hacia su
conciencia”56
El hombre como ser moral tiene el poder y la obligación de ajustar y realizar por sí
mismo y con el poder y la gracia de Dios, la propia vida de manera libre y
responsable, de tal manera que se convierta en testigo e incluso en fuente de
moralidad tal como lo propuso Kant con el imperativo categórico: obrar de tal
manera que dicho obrar se convierta en norma universal.
55
56
Op. cit. FLECHA. pp. 234-235
Ibíd. p. 235
52
4.7.7 La conciencia del cristiano
El cristiano por el Bautismo recibe la Gracia Santificante que lo incorpora a la vida
íntima con la Santísima Trinidad. En dicha vivencia el papel protagónico está a
cargo del Espíritu Santo quien por medio de sus mociones lleva al cristiano a
percibir y a discernir sobre las actitudes fundamentales y las acciones que ha de
realizar para que su existencia esté en consonancia con el querer de Dios para
sus hijos, en cuanto que:
“La conciencia cristiana lleva a todo un nuevo enfoque dela vida y a la clara visión
de que las cosas tienen una dimensión y un valor diferentes a los que muestra la
sola luz de la razón. Es un nuevo dinamismo interior que lleva a buscar en las
cosas y en la vida la realización del proyecto de Dios”57
Es necesario formar la conciencia cristiana para poder discernir y actuar, pero no
se trata sólo de teorías, métodos y técnicas sino que comprende, además de lo
anterior, medios espirituales como la oración, dirección espiritual, comunión
eclesial, práctica de las virtudes, entrega, generosidad y sacrificio.
Una conciencia formada, recta, que es capaz de decidir, de elaborar juicios
morales hasta llegar a la “certeza moral” es sinónimo de la apertura no sólo
mental sino espiritual del creyente para permitir que la gracia de Dios obre en él.
Lo anterior se concretiza cuando se cumple el mandamiento del amor, y cuando
en términos de San Agustín se ama, reconociendo que “la medida del amor, es
amar sin medida”
CONCLUSIONES
Dice el refrán que “un mal vino puede ser un excelente vinagre”, por eso se
encuentran grandes teóricos que escriben sobre moral, pero no por eso sus
propuestas son descalificadas, por ello más que hablar de mora, de lo que es y
del “deber ser”, es necesario que cada ser humano asuma ésta dimensión
fundamental que le permitirá el reencuentro consigo mismo y el reordenamiento
de su vida a partir de la opción por el bien y demás valores que incluye lo moral.
Si el único ser moral es el hombre y sus manifestaciones comportamentales
permiten “demostrar” su ética, es a cada hombre en particular: varón o mujer, a
quien le corresponde asumir su propia autoformación moral y ética, pues de no
ser así, cada quien está condicionado por un sinnúmero de situaciones, personas
y experiencias, subculturas y “modas” que no le van a permitir llegar a ser
autónomo o en términos de Kant, a alcanzar su mayoría de edad.
Como parte del compromiso por lo moral y lo ético, la base de una propuesta
universal denominada “ética de mínimos”, debe ser la humanización del género
57
Op cit. CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Compromiso moral del cristiano. N° 181
53
humano donde se parte de la dignidad intrínseca de cada persona y donde lo
“bueno en el ámbito universal” sea todo aquello que le ayuda al hombre a ser
“mas humano”.
En ese caminar hacia la humanización, los “códigos de ética” de las diversas
profesiones ayudan, pero son lo básico y por ende los profesionales no se pueden
quedar en lo mínimo, es decir, nivelarse por lo bajo, pues se requiere un esfuerzo,
generosidad, desprendimiento, mucha solidaridad y sentido común para construir
un “ambiente moral cotidiano” y para demandar de instituciones y de los mismos
Estados y Gobiernos, ejemplos o testimonios de vida moral, pues de no ser así,
se corre el riesgo de la autodestrucción del género humano, es un asunto radical,
prioritario y urgente: o se es moral o no se es, porque no hay término medio ni
menos matices.
El liderazgo por hacer real y efectivo el deber ser de que cada hombre sea un ser
moral, lo deben asumir de manera especial los creyentes, pues es parte de su
compromiso como bautizado, miembro de la Iglesia e hijo de Dios y por tanto
debe “configurar su vida” al querer de Dios manifestado en el Evangelio, que le
permitirá no sólo buscar la perfección sino alcanzarla.
El hombre llamado a la perfección por su Creador (Mt 5, 48), tiene esa meta y de
sí mismo dependerá el que la alcance o no, pues, “la bondad del hombre no
depende tanto de lo que piensa como de la eficacia de su actuación práxica”,
puesto que “por los frutos” se reconoce el árbol bueno (Mt 7, 16-20).
4. 8 BIBLIOGRAFÍA
- CONFERERNCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA. Catecismo de la Iglesia
Católica. Bogotá. 1992.
- _______ Compromiso moral del cristiano. SPEC. Bogotá. 1985
- FISCHL, Johann. Manual de Historia de la filosofía. Herder. Barcelona. 1984
- FLECHA ANDRES, José Román. Teología moral fundamental. BAC. Madrid.
1994.
- FROMM, Erich. El corazón del hombre. México. Fondo de Cultura Económica,
1964.
- GONZÁLEZ ALVAREZ, Luis José. Ética Latinoamericana. USTA. Bogotá.
1997
- GOZÁLEZ FRAYLE Antonio. Yo soy el camino. 6 ed. Paulinas. Madrid. 1986.
- MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL. Ley general de educación. Bogotá.
1994.
- MOUNIER, Emmanuel. El personalismo. El Búho. Bogotá. 1984
- MUÑOZ Lino y VIDAL Jesús. Ética. FEP. Bogotá, 1999.
- RADBRUCH, Gustav. Introducción a la Filosofía del Derecho. Fondo de Cultura
Económica. Bogotá. 1997
54
- RODRÍGUEZ A., Eudoro. El compromiso cristiano hoy en América latina.
Cuadernos de formación cristiana. Nº 4. USTA. Bogotá. 1997.
- RUÍZ AMAYA, Dukeiro de Jesús. La consumación del matrimonio “humano
modo”. Tesis de doctorado en Derecho Canónico. PUJ. Bogotá. 2005.
- ________ Formación integral. PUJ. Bogotá. 2004.
- ______ Programa de Ética para Ingeniería. UMNG. Bogotá. 1999.
- SARMIENTO DÍAZ, María Inés. Cómo aprender a enseñar y cómo enseñar a
aprender. USTA. Bogotá. 1999
- VIDAL, Marciano. La ética civil y la moral cristiana. San Pablo. Madrid. 1995.
- Varios. Concilio Vaticano II. BAC. Madrid. 1966.
- Varios. Diccionario de Filosofía. El Búho. Bogotá. 1986
4. 9 EJERCICIO INVESTIGATIVO
Para afianzar el estudio de esta Unidad, desarrolle las siguientes actividades:
3. Realice una síntesis de esta Unidad en una de las siguientes formas:
cuadro sinóptico, ideograma, mapa conceptual o mentefacto.
4. Elija el subtema que más le guste de ésta unidad, y a partir de los
contenidos, realice una actividad lúdica, entre otras, plegable, friso, tira
cómica, coplas, trovas, canción, collage, etc., cuyo objetivo es “motivar a
un grupo de jóvenes a vivir la dimensión moral de manera autónoma en
el contexto colombiano”.
5. Describa una situación problémica de alguien que usted conoce.
Reflexione como puede ayudar a salir de ella y fundamente sus
respuestas desde la Moral
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