Recorridos por el Trabajo Social latinoamericano Marcos Chinchilla

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Recorridos por el Trabajo
Social latinoamericano
Marcos Chinchilla Montes
Chile, 1925, el médico Alejandro del Río funda la primera Escuela de Trabajo Social, convirtiéndos
e así en la experiencia precursora de formación profesional en América Latina en esta materia (Quir
óz, 1998); en su génesis, tuvo una marcada influencia del Trabajo Social europeo dado que Alejandr
o del Río se había inspirado en las experiencias que conoció en ese continente. En tránsito hacia los
100 años de existencia del Trabajo Social en esta región, es importante señalar elementos de continu
idad, pero igualmente de ruptura, mismos que le dan a la profesión una dinámica muy particular y q
ue la hacen diferenciarse de otras expresiones del Trabajo Social a nivel mundial.
El surgimiento de las primeras escuelas de Trabajo Social en Latinoamérica está íntimamente vincul
ado con las recurrentes crisis del sistema de producción capitalista y su impacto en las poblaciones
de trabajadores, campesinos e indígenas entre otros. El crecimiento e influencia del movimiento obr
ero así como de diversas manifestaciones del movimiento social, presionaron de forma recurrente p
or transformaciones en el sistema económico y social, lo que llevó al Estado y a las clases dominant
es representadas en éste, a la introducción de reformas políticas orientadas tanto a contener las mani
festaciones de la crisis, como la amenaza que representaba los movimientos sociales a la hegemonía
de la burguesía.
En ese contexto, la participación del Trabajo Social en la administración de esas políticas, en su ejec
ución, o en el apoyo de otras disciplinas -especialmente el derecho y la medicina, vendría a ser de gran valía para articular esas reformas. Esta comprensión del Trabajo Social latino
americano y porque no, mundial, se corresponde a la denominada perspectiva “históricocrítica”, la que resulta superadora de la perspectiva “endogenista”, que explica el origen del Trabajo
Social solo a partir de la evolución de formas de ayuda, caridad y filantropía.
Si bien el Trabajo Social latinoamericano da sus primeros pasos al abrigo de la experiencia profesio
nal europea, casi de forma paralela se hace sentir la influencia de los Estados Unidos de América co
n exponentes de la talla de Mary Richmond, Helen Harris o Gordon Hamilton entre otras destacadas
profesionales, generando esfuerzos por brindarle a la profesión un carácter científico y direccionán
dola hacia preocupaciones vinculadas con el desarrollo integral, o la atención de los problemas que
afectaban el desarrollo de la persona por la vía del ajuste del individuo al medio. La primacía de lo i
ndividual rivalizaba con tímidos intentos de comprensión del “individuo” determinado por un conte
xto mayor; mientras que la solución de los problemas individuales, no implicaba la superación de lo
s problemas estructurales del “orden” capitalista que explica esos problemas.
Durante la década de los años 3060 se establecen fuertes lazos de cooperación e influencia entre las Escuelas de Trabajo Social norte
americanas y sus contrapartes en América Latina, lo que fue interpretado como un esfuerzo hegemó
nico por parte de los Estados Unidos de América por desarrollar condiciones de dominio y control i
deológico desde el desarrollo disciplinar y profesional; esto se materializó en calcar de forma acrític
a los enfoques teóricos, las concepciones epistemológicas, el instrumental técnico operativo y las co
mprensiones de la realidad que había desarrollado el Trabajo Social estadounidense. América Latina
y el Trabajo Social interpretaban no solo su problemática social y económica desde el prisma norte
americano, sino también las respuestas que se le brindaban a esos problemas.
Luego de la segunda guerra mundial y en el marco de la guerra fría, en los países “subdesarrollados
” se instaura un vigoroso debate relacionado con los efectos negativos que implicaba la hegemonía
de los Estados Unidos de América, generándose una serie de movimientos sociales que impulsaban
un nuevo “orden social” que destronara al capitalismo y en su lugar instaurará el socialismo. Esas di
scusiones fueron asumidas e impulsadas por diversos actores sociales y profesionales, entre ellos el
Trabajo Social latinoamericano (fundamentalmente en Argentina, Chile, Brasil y Uruguay), el cual i
nicia un vigoroso debate que a la postre llegaría a cuestionar todos sus fundamentos, en especial la d
ependencia que tenía de teorías, metodologías y posicionamientos políticos que eran ajenos a su real
idad, y que no se correspondían con las necesidades de las poblaciones con las cuales desarrollaba s
u acción profesional.
En 1965 comienza a tomar forma lo que posteriormente se denominaría como el Movimiento de la
Reconceptualización del Trabajo Social Latinoamericano (Alayón, 2005), el cual impulsaría revisio
nes y cambios en los referentes teóricos, metodológicos, instrumentales y éticopolíticos. El íntimo pero contradictorio “matrimonio” que había existido desde los años veinte entre
el Trabajo Social latinoamericano y estadounidense, presagiaba una absoluta ruptura, misma que se
materializó con un “divorcio” que supuso el establecimiento de fundamentos y rutas de desarrollo p
rofesional en franca contraposición.
En ese contexto, destaca la vigorosa utilización de la teoría marxista en oposición al positivismo; el
esfuerzo por cambiar los enfoques clásicos de intervención -caso, grupo y comunidady sustituirlos por nuevas elaboraciones de cuño latinoamericano; así como la definición de un proy
ecto éticopolítico signado por la transformación social, la superación de las contradicciones del sistema de pr
oducción capitalista y el acompañamiento a los movimientos sociales; acciones que no estaban pres
entes en el Trabajo Social clásico que se concebía como poco dinámico y más vinculado a una tesis
conservadora que defendía el mantenimiento y reproducción del orden burgués y la psicologización
de problemas personales que tenían también una explicación de naturaleza estructural.
Si bien las dictaduras militares que se instauraron en el cono sur del continente con el apoyo de los Estados Unidos de Américaintentaron destruir los movimientos sociales y a las profesiones que se habían vinculado a estos pro
cesos de emancipación social, la influencia de la reconceptualización se manifestó de forma vigoros
a por más de una década; de forma paulatina se instaló en toda la región con diferentes matices en la
mayor parte de los centros de formación de Trabajo Social; a tal grado que incluso para la segunda
década del siglo XXI diversos posicionamientos de la reconceptualización tienen vigencia entre estu
diantes, docentes y profesionales.
El periodo pos reconceptualización se caracterizó por una fuerte articulación latinoamericana entre l
os centros de formación (ALAETS y ALEITS); la constitución y consolidación de medios impresos
que daban cuenta de la producción intelectual de sus actores; la constitución de estudios de posgrad
o que fortalecieron las calidades de las y los profesionales, especialmente en el campo de la docenci
a; así como una diversidad de comprensiones teóricas, debates y experiencias de intervención deter
minadas por las particularidades de cada país y región.
Múltiples son los modelos de intervención que se identifican en la actualidad. Algunos hacen refere
ncia a la herencia del Trabajo Social clásico, en el que sobresalen los métodos de caso, grupo y com
unidad; mientras que autoras como Molina y Romero (2001) sintetizan la intervención profesional e
n los modelos asistencial, socioeducativo y terapéutico, influenciados por diversas corrientes teórica
s, tanto de cuño latinoamericano como estadounidense y europeo. La profunda e íntima vinculación
con las políticas sociales, tanto en lo que corresponde a su diseño, ejecución y evaluación, hace que
se recurra a la administración de servicios sociales, como garantía para efectivizar desde la política
social, la promoción, defensa y disfrute de los derechos sociales.
La intervención profesional se realiza desde la contratación profesional en instituciones del Estado (
en el pasado y aún en algunos países, el contratista por excelencia), Organizaciones no Gubernamen
tales o empresas. En los últimos 20 años y ante la preeminencia del neoliberalismo y la globalizació
n, la contratación profesional se ha flexibilizado, afectando no solo el desempeño y garantías laboral
es de las profesionales, sino también la calidad de los servicios sociales que recibe la población, los
cuales lamentablemente se han tercerizado.
Cada contexto nacional o regional viene a determinar objetos de intervención muy puntuales y que
en buena medida demuestran una especificidad al momento de intervención. A manera de ejemplo,
el tema de la multiculturalidad ha asumido una dimensión relevante en la intervención profesional e
n aquellos países donde hay una cantidad alta de poblaciones negras o grupos indígenas; la guerra y
el desplazamiento forzado son elementos que se han incorporado en Colombia dada la situación mil
itar; la migración y su impacto en la familia o la cohesión comunitaria es un tema recurrente en Méx
ico y Colombia. No obstante, prevalecen temas tradicionales para el Trabajo Social como lo son la n
iñez, familia, educación, género, salud, vivienda, cultura, intervención terapéutica, administración d
e la justicia, adulto mayor, adolescencia, género, investigación, campesinado, evaluación y capacita
ción entre una amplia gama de campos de intervención.
A finales del siglo XX se experimenta un resurgimiento de la teoría marxista en la formación del Tr
abajo Social Latinoamericano, en esta ocasión desde la perspectiva denominada “históricocrítica”, la que plantea discusiones de fondo relativas a la génesis del Trabajo Social, el tema de la c
uestión social, la ontología del ser social, las mediaciones, el proyecto ético político y una perspecti
va crítica y política del Trabajo Social (Montaño, 1998).
Bibliografía
Alayón, Norberto. (2005). Trabajo Social Latinoamericano. A 40 años de la Reconceptualización. A
rgentina: Espacio Editorial.
Molina, Lorena; Romero, Cristina (2001). Modelos de intervención asistencial, socioeducativo, y te
rapéutico en Trabajo Social. Editorial Universidad de Costa Rica. Costa Rica.
Montaño, Carlos. (1998). La naturaleza del Servicio Social. Un ensayo sobre su génesis, su especifi
cidad y su reproducción. Brasil: Cortez Editora.
Quiróz, Mario. (1998). Antología del Trabajo Social chileno. Chile: Universidad de Concepción.
En Mary Richmond la perspectiva de desarrollo integral era bastante embrionaria si se la compara c
on los posicionamientos actuales; sin embargo, significan un avance importante para la época, mism
o que incluso viene a desafiar al positivismo reinante en la época.
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