Amira Arrieta McGregor de la Rosa

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AMIRA ARRIETA McGREGOR de la ROSA
Poeta del teatro
La Tertulia Tienes la Palabra, en su primer periplo cuando viajó a Barranquilla para ofrecerle un acto
académico a Meira del Mar, en reconocimiento del valor literario y humano de su obra, lo hizo en el recinto
del Banco de la República, Amira de la Rosa.
A la sala inaugurada en 1982, llegó la poeta homenajeada, Meira del Mar, en esos dÃ−as convaleciente de
una lesión en la columna vertebral; apretada con un estremecedor chaleco que nos daba la sensación de
abrazar una armadura, invadió la sala. Lloró ante la sinceridad desinteresada de nosotros los contertulios, de
la misma manera como se nos anegaron a nosotros.
Su amiga Margarita Galindo le leyó un poema empapado con lágrimas, ante la sencillez y la valentÃ−a de
Meira que acudió sostenida, casi inmovilizada, con el chaleco ortopédico, a compartir nuestra ofrenda en
la palabra.
El testigo silencioso era Amira de la Rosa, la sentÃ−amos e inundó de calor el recinto.
Por eso, este año, en nuestro décimo aniversario, volvimos a acompañarnos de la mujer “poeta del
teatro”.
La popularidad del nombre “Amira de la Rosa”, es tradicional y más en la costa atlántica. Pero, hablar
sobre la escritora que llevó ese nombre de casada, no es frecuente ni entre los colombianos del común, ni
entre los cÃ−rculos literarios, ni en las antologÃ−as; es uno más de los casos en que pareciera que
después de la primera biografÃ−a publicada, todos hubieran tomado de allÃ− los mismos datos., con
excepción a la fecha de nacimiento.
Figuran tres, en tres biografÃ−as parecidas.
Dos de las tres revisadas en la Biblioteca Luis Angel Arango, la datan, una en 1895 y la otra en 1903. La de
fallecimiento coincide en 1974.
El Quien es quien en la poesÃ−a colombiana hecho por el periodista y poeta Rogelio EchavarrÃ−a, fija el
nacimiento en 1900.
Una coincidencia entre sus biógrafos es la aclaración del nombre; lo adoptó abreviado, renunciado a los
apellidos paterno y materno, después de casarse con Reginaldo de la Rosa.
El claustro del colegio de la Presentación, está en el recuerdo de ella durante los estudios de primaria y
secundaria, como en el de gran parte de las mujeres colombianas, en distintas ciudades.
Adulta, seguramente mientras se desempeñaba como diplomática en Madrid y Sevilla, cursó estudios
relacionados con el periodismo, en la escuela de El Debate; sin embargo, otro biógrafo la ubica estudiando
en Barcelona; los datos en ninguna biografÃ−a son claros; lo mismo, es posible que durante los mismo 25
años
escribió en El ABC de Madrid y a su venida para Colombia se vinculó como colaboradora en El Tiempo ,
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de Bogotá y en El heraldo, de Barranquilla. Registran que, fue miembro de la Sociedad de autores de
España y del Instituto de Cultura Hispánica.
Una de las biografÃ−as difundidas en la biblioteca virtual de la Luis Angel Arango, escrita por Ma. Lamus, la
profesionaliza como pedagoga y asegura que fue alumna de Maria Monetessorri en el Curso Internacional
para Profesores, dictado en Barcelona (no da fecha), donde compartió aula con Gabriela Mistral quien dijo
de su poesÃ−a: “Amira gana la batalla de las letras a puro instinto artÃ−stico. A pura sinceridad suelta y
limpia”, según el registro del Quién es quién, en la pagina 144.- Seguramente en su memoria Amira,
fundó un colegio en Barranquilla, con el nombre de la Chilena
En 1941 publicó su primera novela, corta, titulada “Marsolaire”. Nuevamente el Quién es Quién, fija la
publicación en 1976 y cita la opinión de Carlos MartÃ−n que dice: “Marsolaire es un tesoro literario tejido
con los más finos y valiosos hilos del idioma, donde se confunden la realidad y la poesÃ−a sin que ninguna
vaya en mengua de la otra…” Agrega al final:….“ estilista consumada, logra con sobriedad la mayor tensión
lÃ−rica y máxima precisión de la descripción de paisajes y personas”.
Entre las obras de teatro que enumeran están: Madre borrada, escrita en 1943, llevada a escena en España
y
años después en Barranquilla, Colombia, montada por su grupo escénico y contando con su propia
actuación en el teatro Murillo . Igualmente integran el listado: Piltrafa y Las viudas de ZacarÃ−as, obra
calificada por su biógrafa Ma. Lamus como: “Sainete costeño” y representada en Colombia, Venezuela y
España.
De la producción en prosa poética de Amira, Germán Vargas integrante del grupo barranquillero
garciamarquiano La cueva, recopiló varias
composiciones bajo el tÃ−tulo “Cantos a la vida”, que conforma el No. 27 de la colección literaria de la
Fundación Guberek. Gran parte de la narrativa confirma su hábito escritoral de humanizar la naturaleza y
las cosas; las animaba, les daba vida. Dora Cecilia RamÃ−rez, otra biógrafa dice: “Sin lugar a dudas, es una
observadora detallista descubridora de lo aparentemente simple pero de profundidad muy rico..” Otro
crÃ−tico afirmó: “ El que lee por el solo goce de leer, se cansa a pesar de la diversidad de tonos y colores, de
retratos, del rico lenguaje. Es que las emociones esperadas sin ser prometidas se guardan suspendidas en la
belleza y nada patalea adentro de nosotros mismos”
TenÃ−a especial tono, Amira de la Rosa, para poesÃ−a infantil. No usaba el diminutivo para dar ternura,
porque era castiza y da la sensación de querer buscar un mensaje pedagógico, en vez de nanas u otros
relatos vacÃ−os. En “La luna con parasol” cumple la animación, la humanización de un jazmÃ−n y no
evita la crueldad del castigo; en vez que lo incineren, la niña amiga y dueña
de la flor, se traga para sentirla solamente latir en su corazón y quedar ella con la voz perfumada como
testimonio de los hechos, de la mentira y del castigo que merece. Usa frases cortas que parece son constantes
en su obra. Cortas y en renglón aparte. La edad del lector le debe permitir descifrar palabras como “mesaba”
(mesaba sus cabellos). En el final concluyente de los breves renglones que forman el relato, concluye : “se
tragó un misterio”, expresión que requiere descifrar el milagro de la voz tragada, “la voz perfumada”. En
este mini-cuento la protagonista es Margarita; igual lo es en La Lluvia.
Guillermo León Valencia, como Presidente de la República le reconoció sus méritos y su trabajo por la
cultura en Colombia y en España, otorgándole la Cruz de Boyacá. También recibió la Medalla de
Oro, de Barranquilla.
Para cerrar esta breve biografÃ−a, la Tertulia Tienes la Palabra hace especial reconocimiento del valor
literario del teatro, de cómo contribuye al desarrollo cultural de los pueblos y de cómo es una herramienta
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pedagógica tan importante que, Amira de la Rosa la utilizó con criterio de maestra y buscadora de
mensajes. Fue Amira, de las primeras mujeres colombianas en escribir teatro reconocido en España y
Venezuela.
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