I. AUTOR: TITULO: EDITORIAL:

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I.
AUTOR: José Luis Velasco
TITULO: El misterio del eunuco
EDITORIAL: Gran Angular
CAPÍTULOS: 17
PÁGINAS: 155
FOTOGRAFÍA: Sonsoles Prada
COLECCIÓN COORDINADA POR: M.ª Carmen Díaz−Villarejo
DISEÑO: Alfonso Ruano/César Escolar
PREIMPRESIÓN: Grafilia, SL
IMPRENTA: SM−Joaquín Turina
DATOS SOBRE EL AUTOR.
Fue Premio Woody para narraciones de fantasía, finalista del Alfaguara de novela, del UVE de relatos de
terror y del Gran Angular. Publicó una docena de libros juveniles y dos novelas para adultos. En Gran
Angular figura ya otra obra suya titulada El guardián del paraíso.
II. RESUMEN
EL MISTERIO DEL EUNUCO
Había tormenta y Hantal Idrissi estaba preocupado por su hijo Fernando, de repente tocaron a la puerta y era
Fernando que se habia retrasado porque se había quedado jugando a las tabas. Entraron dentro y Hantal
felicitó a su hijo porque había cumplido catorce años y Fernando le dijo que le prometió que cuando
cumpliera los catorce le diría que como siendo Musulmán le había enseñado la religión de los cristianos y
también que le enseñaría la cueva secreta.
Hantal le dijo que él no era su verdadero padre, que sus padres eran unos cristianos que le dejaron en la calle,
con una manta y una bolsa de cuero que decía El niño se llama Fernando, somos pobres y ya tenemos otros
nueve hijos, no podemos darle de comer, le dejamos al borde del camino para que alguien le recoja y lo
eduque en la fe de nuestro señor Jesucristo.
Después de esto se dirigieron hacia la cueva, una vez abajo Fernando le hizo infinidad de preguntas, y Hantal
le dijo que se las iría respondiendo poco a poco porque cada vez que Hantal bajara Fernando le acompañaría.
De repente tocaron a la puerta del jardín, y a esas horas Hantal dedujo que se trataba de algo grave, Hantal se
puso un albornoz y cruzó el jardín, abrió la puerta y eran unos militares que le subieron a una mula a él y a su
hijo, se fueron al Alcázar. Una vez allí, en una habitación se hallaba encerrado el mozárabe y Hemné con la
daga del mozárabe clavada en el pecho. Sacaron al mozárabe de la habitación, y Hantal le pidió al califa que
no se tocara nada de la habitación, después le dijo al mozárabe que le contara lo sucedido y el mozárabe
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respondió que Henmé le dijo que por la tarde le quería comentar una cosa, Hantal le interrumpió y le dijo que
de que cosa se trataba, el mozárabe le contestó que no hablaría de ese asunto aunque le costara la vida. Hantal
y Fernando fueron a la habitación del crimen, cuando entró ció que era una habitación con pocos mueble y
una ventana a la izquierda, al fondo a la derecha habían tres almohadones y en el centro de ellos una mesita
baja con un pastel que le faltaba la mitad, al otro extremo había un mueble con una cajita que contenía pintura
amarilla que llevaba Hemné en la frente y en las puntas de los dedos y también observó que la daga atravesaba
el pecho rectamente, después de esta observación Hantal llamó al guardia y le pidió un zurrón donde colocó la
caja con la pintura, la daga, el pastel y la llave que le habían arrojado por la ventana .
Se fueron a casa de Hantal, bajaron a la cueva y Hantal probó el pastel porque suponía que tenía narcótico y le
dijo a Fernando que se iba a dormir y que no se asustara, al mismo tiempo que esto ocurría, los militares del
califa se hallaban en la puerta de la joven Sulaima para llevársela prisionera al harén para que su amado
Rodrigo no se pudiera escapar. A la mañana siguiente Hantal y Fernando se despertaron, salieron al jardín y
cogieron unas hojas de un sauce y le dijeron a Huki que no volverían en todo el día y si alguien iba a
buscarles, le dijera que no sabía donde estaban. Se va a casa de Rodrigo, y ve a éste tumbado de la paliza que
había recibido la noche anterior y le pidió a la madre de Rodrigo que le dejara un almirez y un poco de
vinagre, lo juntó todo y se lo puso en las heridas para que le calmara los dolores. Después le preguntó a
Rodrigo que de que trataba el tema del que no quería hablar y él le dijo que atenía a su honor y al del califa y
que de ese tema no hablaría más, después de esto Hantal la dio su daga y Rodrigo le dijo que estaba dañada,
que el pomo de la empuñadura estaba machacado como si le hubiesen golpeado con un martillo y Hantal le
dijo que en ese caso se la quedaría unos días más, que todas las mañanas irá a curar sus heridas y le mantendrá
informado sobre el asesinato, se fue a su casa y se acostó.
Al día siguiente se despertó muy pronto y se fue al alcázar, Hantal le dijo que quería hablar con los eunucos,
éstos fueron bajando de uno en uno y le contaron todo lo que sabían sobre cómo era Henmé. Henmé vigilaba a
Bouchra .Hantal dice que no quiere hablar con nadie más y se va. Cuando iba por la calle de camino a su casa,
había mucha gente empujándose porque había llegado el general Yamal al−katib con sus soldados de la
guerra, un viejo los llama y les dice que fueran a la taberna de Huzail y que allí les diría lo que Hantal estaba
buscando toda la mañana interrogando a los eunucos.
El viejo les dice que Bouchra les mandaba que espiara a Sudri porque ella hace algo malo que tal vez el
eunuco sabía. Y mandaba que le espiasen para conocer en todo momento con quien se relacionaba fuera del
alcázar y a quién podía contarle su secreto que debía de ser algo malo. Hantal y Fernando salen de la taberna y
van a casa de Samuel, las luces están encendidas por lo que suponen que debe de estar en casa, tocan al timbre
pero no les abren, dan la vuelta para tocar a la puerta de atrás y se la encuentran abierta, entran a la casa y
había una habitación toda revuelta en la que estaba Samuel muerto y Hantal empezó a buscar por los cajones
alguna cosa que le sirviera de ayuda para el caso, encontró una carpeta que contenía hojas de color púrpura
que sólo se utilizaban en al alcázar, la abrió miró las hojas y estaban escritas en el idioma esclavo, por lo que
no entendía nada, así que cerró la carpeta y se fueron a casa, por el camino estaba lloviendo, cuando llegaron a
casa de Hantal abrió la carpeta y las primeras hojas estaban borradas y solo quedaban algunas palabras sueltas.
Hantal fue a buscar al califa, pero se hallaba en el harén con sus esposas para olvidar lo sucedido del asesinato
d su amado eunuco. Cuando estaba en el harén él hacía poesías y alguna mujer las tenía que terminar. Hizo
una poesía y la amada de Rodrigo la acabó y el califa se enamoró un poco de él. Después de esto Hantal se
hallaba en su casa pensando quien le podía traducir esa carpeta a su idioma y pensó en el sabio Ben Barra y se
fue a su casa. Le dijo que le tradujera el cartapacio que era de gran importancia y que nadie lo debía saber,
Ben Barra le dijo que se pasara dentro de tres días a la misma hora por allí que ya lo tendría traducido, Hantal
le dio las gracias y se fue. A los dos días Hantal se presentó allí y Ben Barra le entregó el cartapacio y unas
hojas con la traducción y se fue a su casa. Bajaron a la cueva, Hantal le dio la traducción a Fernando para que
la leyera y éste leyó la traducción que decía: Hemné Sudrí era sobornado por Bouchra para que dejara entrar
en su habitación a un hombre que no era el califa y Henmé Sudrí un día se puso a espiar para ver de quien se
trataba y vio que era Rodrigo y le dijo a éste que fuera a su habitación para hablar de ello, después de leer esto
Fernando se paró y dijo aquí acaba, y Hantal se malhumoró porque después de esto se cometió el crimen y no
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estaba escrito, lo cual no solucionaba nada.
A la mañana siguiente Hantal se despertó y cuando abrió la puerta del jardín se encontró con dos emisarios
que llegaban desde el alcázar y traían un mensaje que decía que hoy al mediodía se iba a celebrar unas justas
de caballeros y arqueros. Después Hantal les dijo a los emisarios que le dijeran al califa que asistiría, entró en
casa, llamó a Fernando y le dijo que despertara rápido porque iban a ir a un torneo.
En el torneo, el califa le enseñó un poco las reglas de la lucha a caballo. Empieza el torneo de tiro con arco y
gana el de Zaragoza, después apareció un hombre encapuchado que retó al zaragozano, lanzaron sus flechas
infinidad de veces hasta que ambos acordaron que Fernando lanzaría dos mandarinas lo más alto que pudiera
y el que las acertara ganaría y el encapuchado atravesó con su flecha la mandarina. Todo el mundo se puso en
pie y el encapuchado se quitó la capucha y era el general Yamal al−Katib.
Hantal intentó encontrar entre toda la multitud la figura de Rodrigo y en seguida la reconoció, por su aspecto
inconfundible: hombros algo cargados y leve cojera, pero también se fijó en que no tenía ningún signo de que
le doliese la espalda. Hantal se dirigió hacia él le llamó y cuando se giró vio que no era su amigo, que se
trataba del general al−Katib. Hantal le dijo que lo había confundido con su amigo y le preguntó que cómo
viniendo de la guerra había entrado en Córdova tan aseado y el le contestó que habían parado dos jornadas
antes para ponerse presentables. Hantal le felicitó por su actuación en el tiro con arco y él le respondió que
estaba en juego su honor ante alguien y Hantal dijo que si tenía un amante entre las damas de Córdova, él le
respondió que no.
Hantal se fue y de camino encontró a Rodrigo y Fernando que fueron hacia él, los tres fueron a un reservado
para hablar y comer. Hablaron de que en el escrito que había en casa de Samuel decía que Rodrigo iba por las
noches a visitar a Bouchra, pero Fernando dijo que no se trataba de Rodrigo que Hemné se equivocaba de
persona que se trataba del general al−Katib porque se parecía mucho a Rodrigo. En ese instante por la puerta
de la taberna apareció el viejo de la otra vez y dijo que traía noticias interesantes, empezó a contar que el
califa estaba enamorado de Sulaima y Bouchra estaba celosa y era capaz de hacerle daño, después de esto
Hantal preguntó que si sabía algo de quien mató a Samuel y el viejo respondió que por favor que no le metiera
en eso y se marchó por miedo a que le estuvieran espiando y le dijo a Hantal que cuando podía pasarse por su
casa y éste le dijo que mañana y el viejo se marchó. De repente Rodrigo se levantó de la silla y fue tras él.
Hantal y Fernando fueron detrás de Rodrigo y del viejo porque le veían mala cara y podía ser capaz de
cualquier locura, pero no los encontraron, se fueron a casa y bajaron a la cueva, para meditar sobre todo lo que
sabían del asesinato, que la persona que Henmé vio con Bouchra era el general al−Katib, pero había una duda,
la última vez que supuestamente al− Katia visitó a Bouchra aún no había hecho la entrada en Córdova, pero
Hantal dijo que el general y sus hombres antes de llegar a Córdova se asearon para entrar limpios, por lo que
podía haber ido a visitarla. Hantal y Fernando se fueron a dormir. Fernando mientras dormía oyó que le
estaban tirando piedras a la ventana, se asomó y vio a Rodrigo y a Kuraish que le dijo que bajara que se
trataba de algo muy urgente. Se fueron para el alcázar y Kuraish se separó de ellos, atravesaron un muro y
Fernando empezó a dar gritos ahogados y los guardias se acercaron a ver lo que pasaba y Rodrigo les atacó y
subieron las escaleras y Fernando recogio de las escaleras un trapo donde ponía al−Katib asomó la cabeza y
vio a un eunuco, éste lo vio y fue hacia el y cuando se asomó Rodrigo le prendió y lo ató y Fernando se quedó
vigilando al eunuco mientras que Rodrigo iba hacia el harén para recoger a Sulaima. Montaron todos en los
caballos y se marcharon, Fernando se fue a su casa a seguir durmiendo.
Al día siguiente, por la mañana, Fernando le contó lo ocurrido a su padre y le dijo que encontró un pañuelo
con el nombre de al−Katib, él le castigó porque Hantal era el fiador de Rodrigo y pronto irían a detenerle.
Hantal para no perder el tiempo se fue al alcázar a ver la escena del crimen. Se fue hacia su casa, le dijo a
Huki que si tocaban a la puerta no abriera aunque la tuvieran que derribar porque así ganarían tiempo, llamó a
Fernando y se metieron a la cueva para resolver el crimen, al rato se oyeron relinches de caballos Hantal y
Fernando se dirigieron hacia la puerta del jardín, subieron a Hantal y Fernando a los caballos y se los llevaron
hacia el alcázar. Hantal entró en la misma habitación donde se había producido el juicio de Rodrigo y estaba
rodeada de arqueros, Fernando leyó el escrito de Sudri y cuando acabó dijo que esa persona no era Rodrigo,
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que se trataba del general al−Katib y lo podía confirmar porque se parecía mucho a Rodrigo y porque
encontró un pañuelo con su nombre en las escaleras que subían al harén. Al−Katib malhumorado mandó a sus
arqueros que apuntaran sus flechas hacia el califa y dijo que los mataría a todos, de repente Rodrigo con un
rápido movimiento colocó la daga del general en su propio cuello, los arqueros dejaron de apuntar y el califa
mandó al general a las mazmorras. Hantal empezó a contarles la historia, cuando Rodrigo entró en la
habitación Henmé Sudrí le ofreció un pastel que contenía narcótico y se durmió, Sudri cerró la puerta con
llave la arrojó por la ventana, y se pintó una mancha amarilla en la frente y en la punta de los dedos porque en
su país el que no tenía una mancha amarilla no entraba en el paraíso, después le quitó la daga a Rodrigo y se
ayudó con una biga que colgaba para clavársela en el pecho y se fue a su casa. Dos días más tarde celebró una
comida en su casa con toda la gente que conocía, por la tarde bajó a la cueva para terminar la carta astral de
este año que se la tenía que entregar al califa y Fernando le preguntó a Hantal que si se acordaba de la
promesa que le hizo el día de su cumpleaños que era que conocería a sus padres y Hantal le respondió que le
pediría al califa que le dejara dos meses para entregarle todos sus enfermos a Ben Barra y buscarían a su
padre.
III. PERSONAJES
PERSONAJES PRINCIPALES:
Hantal Idrissi: Delgado, sobrepasa los 40 años, normalmente llevaba una túnica blanca hasta los pies y una
especie de casquete de fieltro en la cabeza. Se dedicaba a la medicina y era el médico del califa.
Fernando: Un muchacho de unos catorce años, medio rubio, con el pelo muy rizado y expresión vivaz, era el
hijo de Hantal y le acompañaba a todos los lugares.
PERSONAJES SECUNDARIOS:
Rodrigo, el mozárabe: Es el supuesto asesino de Hemné Sudri y arquitecto de profesión.
El califa: Sus ropas eran sencillas, si se comparaban con las que lucía en las grandes recepciones. Era un
hombre no muy alto, de complexión fuerte con unos ojos de un negro intenso, contrastaban con sus cabellos
que eran rubios, tirando a rojizos. Destacaba en su rostro una nariz aguileña y una mandíbula fuerte y
prominente, que le proporcionaba mucho carácter.
Hemné Sudri: Era grueso, de unos cuarenta años, con el cabello completamente afeitado. Es el asesinado.
Al−katib: Altivo, ambicioso, sin escrúpulos. Era el que visitaba por las noches a Bouchra.
Sulaima: Casi una adolescente, tenía una figura esbelta de hermosura delicadeza y fina, tenia los cabellos
negros, muy largos y brillantes. Novia de Rodrigo y el califa se enamoró de ella
Kuraish: Era un viejo temblorosos y huesudo. Aportó mucha información sobre el asesinato de Hemné.
Bouchra: Era la favorita del califa.
IV. VALORACIÓN
Me ha gustado mucho porque es un libro de intriga y tenía la esperanza de que Rodrigo no hubiera asesinado a
Sudri. También me ha gustado cuando investigan y al final Fernando conoce a sus padres.
Me ha costado poco de entender y por ello su lectura ha sido rápida y sencilla.
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Los capítulos que más me han gustado han sido los últimos, cuando revelan como ha sido realmente el
asesinato.
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