El hombre light: una vida sin valores; Enrique Rojas

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Introducción
Mediante el trabajo a realizar podremos estudiar con profundidad los principales conceptos que se encuentran
dentro del mundo actual con respecto a la fe. Más aun, el tipo de vida que la sociedad nos propone y de que
manera nosotros escogemos vivir frente a esa sociedad. Con todo lo estudiado, al finalizar el trabajo se podrá
hacer una conclusión y de esa manera obrar en consecuencia. Es decir, evaluar la conclución realizada y poner
manos a la obra, si es que nos interesa cambiar y profundizar nuestro estilo de vida, y así llenarla de valores.
La Fe en el Mundo Actual
• Para poder comprender de manera profunda al hombre actual y a la cultura vigente, y para ver si es posible
integrar esos elementos en una visión cristiana del mundo, es necesario, en primer lugar, salir de nosotros
mismos, de nuestro mundo interior, pues la vida de cualquier hombre es consciente y responsable. Y
especialmente si es cristiano, lo empuja a abrirse a los demás.
Tenemos consciencia de nuestro yo, de nuestra personalidad: descubrimos ideas propias y ejercitamos nuestra
personalidad; aumentan cada día nuestras ansias de libertad y de independencia; y se fortalece la conciencia
de la bondad o la maldad de nuestros actos y de nuestra personal responsabilidad; etc. En otros términos, se
produce en nosotros un despertar de la conciencia, especialmente de nuestra conciencia moral y espiritual.
Ese despertar de la conciencia nos lleva a salir de nosotros mismos; a mirar al mundo que nos rodea con una
mirada nueva. Para nuestro desarrollo y madurez es bueno que intentemos familiarizarnos con el mundo
actual, ya que nuestra fe cristiana no puede ser vivida a espaldas del mundo, como si fuésemos unos eternos
niños inconscientes. La fe viva nos lleva a amar al mundo, a penetrar en su cultura y en sus problemas, a
discernir sus valores y sus contravalores, y a dar una respuesta original, valiosa y lucida, que dignifique la
vida humana y de gloria a Dios. Por eso, no basta con estar en el mundo; es necesario esforzarnos por
conocerlo en sus mas profundas raíces y aprender a saber estar en él con la libertad y la responsabilidad propia
de un cristiano.
Para saber estar en el mundo hemos de reflexionar y confrontar nuestro espíritu, nuestra propia actitud de
creyentes, nuestra mentalidad, nuestro yo, con el mundo que nos rodea.
• Los cambios que percibimos en el mundo actual son profundos y transforman nuestras condiciones de vida.
Esos cambios no se deben a la fatalidad. Sino al pensamiento y al dinamismo creado del hombre; pero, a su
ve, tales cambios repercuten en nosotros mismos, en nuestros juicios, en nuestros deseos individuales y
colectivos, en nuestra manera de pensar y de comportarnos. Algunos cambios son:
• El orden del pensamiento: en la formación del pensamiento humano, gravitan especialmente las
ciencias matemáticas y naturales, y las que tratan del propio hombre. La mentalidad científica
modifica el ambiente cultural y el modo de pensar.
• La vida ordinaria: los productos de la técnica condicionan fuertemente la vida práctica de los
hombres, creando múltiples necesidades, APRA no disminuir el progreso. Estamos en una sociedad
de consumo. La técnica transforma la faz de la tierra: electrodomésticos, comunicaciones automáticas,
televisión, prendas de vestir confeccionadas, etc.
• Las estructuras sociales: se transforma la vida familiar y social por el desarrollo de la industria, el
crecimiento de las ciudades, la influencia de los medios de comunicación social y la multiplicación de
las relaciones sociales.
• El comportamiento humano: se cuestionan los valores tradicionales, principalmente por los jóvenes,
quienes se revelan con inquietud, con el deseo de tomar parte en la vida social. Se produce una grave
perturbación en las normas de conducta y en el comportamiento, como consecuencia de la
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inadaptación de las instituciones, las leyes y los modos de pensar y de sentir.
• La vida religiosa: el juicio crítico purifica la vida religiosa de residuos mágicos y supersticiosos, y
exige, cada día más, una adhesión personal y operante a la fe; esto facilidad un sentido mas vivo de
Dios. Por otra parte, muchedumbres numerosas abandonan la Religión. La difusión del ateismo se
postula como exigencia del progreso científico o de un cierto humanismo nuevo que afecta
ampliamente a la literatura, arte, la interpretación de las ciencias humanas y la historia y a las mismas
leyes que organizan la vida de los hombres.
• Los cambios sociales suelen ir acompañados de algunos desordenes personales y sociales; su raíz moral la
encontramos en las tentaciones del orgullo y del egoísmo. La tentación más poderosa que sufre el hombre
como consecuencia de los productos tecnológicos, es la del orgullo, una autosuficiencia y vanidad de
sentirse el centro del mundo. El hombre orgulloso se convierte en el centro de si mismo en la apreciación de
los valores de la vida; se convierte en el primero, en el único. Su forma de vida individual consiste en
pensar en si mismo y someter a los demás; su forma de vida social se traduce en prepotencia de grupo, de
facción, de clase, de pueblo, tiranizando a los demás, incluso con la violencia. Un nuevo adelanto técnico se
convierte, muchas veces, en poder para avasallar o aniquilar a los demás. La autosuficiencia eleva a la
categoría de valor absolutos algunos vienes parciales.
En el ámbito de la investigación científica se ha ido imponiendo una mentalidad positivista que, no solo se ha
alejado de cualquier referencia a la versión cristiana del mundo, sino que, y principalmente, ha olvidado toda
relación con una visión metafísica y moral. Consecuencia de esto es que algunos científicos, carentes de toda
referencia ética, tienen el peligro de no poner ya en el centro de su interés la persona y la globalidad de su
vida. Mas aun, algunos de ellos, conscientes de las potencialidades inherentes al progreso técnico, parece que
ceden, no solo a la lógica del mercado, sino también a la tentación de un poder demiúrgico sobre la naturaleza
y sobre el ser humano mismo.
Fides et Ratio. nº 46
Al compás del desarrollo tecnológico nace el egoísmo personal y colectivo, pues, resquebrajada y subvertida
la jerarquía de los valores, y mezclados el bien y el mal en el mundo, los hombres solo buscan sus propios
intereses personales, y dan la espalda a los demás y al bien común de la sociedad. Con esto se consigue que el
mundo ya no sea una fraternidad autentica, sino la lucha entre egoísmos antagónicos.
Una atmósfera materialista centra al espíritu humano en lo sensible: laxismo moral, hedonismo, capitulación
permisiva, conquista de todas las formas de licencia, excesivo consumo. Con frecuencia, ya no se valora a la
persona por lo que es, sino por lo que tiene. El corazón del hombre no se alegra en el bien y en la verdad, sino
que se deja subyugar por el reclamo publicitario y por las necesidades superfluas. Mientras tanto crece la
convicción de que el genero humano puede y debe perfeccionar su dominio sobre las cosas creadas y
establecer un orden político, económico y social que este al servicio del hombre, y le ayude a afirmar y a
cultivar su propia dignidad: las personas y los grupos sociales están sedientos de una vida plena y de una vida
libre.
• El termino secularizar viene de la palabra latina saéculum = siglo. Los primeros cristianos de la lengua
latina utilizaron esta palabra para designar las dos etapas en que, según la Revelación divina, se divide la
historia: el siglo, o, más propiamente, este siglo, significa la etapa de la vida del hombre en la tierra, que se
caracteriza por su condición de temporal y de preparación para alcanzar el cielo. En cambio, siglo futuro
significa la eternidad, la plenitud de vida en comunión con Dios y con los Santos en el cielo.
Posteriormente, la palabra siglo y su adjetivo secular adquirieron un matiz diferente: con el termino secular
se designo lo perteneciente al mundo, en contraposición a lo eclesiástico; o bien lo que es propio de los
ciudadanos corrientes, en oposición a lo no, e incluso lo pagano, para distinguirlo y oponerlo a lo sagrado.
El termino secularización puede significar. Por tanto, dos cosas distintas: puede referirse a desligar lo
eclesiástico de lo terreno. Un p proceso que es el inverso al seguido siastico; proclamar las legitimas
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autonomías de la sociedad civil y la eclesiástica, de las realidades temporales respecto de las eternas. Esto
es lo que llamamos secularización cristiana. Pero también puede referirse al fenómeno de desacralizar al
mundo, de quitar lo sagrado, de quitar, en última instancia, a Dios de la vida de los hombres. Se podría
hablar en este caso de una secularización atea.
Secularización Cristiana: Esta postura parte de la consideración de que el hombre es un ser creado por Dios y
que solo se desarrolla y realiza como hombre en el conocimiento y amor de Dios y en la comprensión de toda
la realidad por relación a Él. La historia comienza cuando Dios crea todo lo que es y se desarrolla con
frecuentes intervenciones de Dios, que se trascendente a la historia, y que se manifiesta en ella para llamar al
hombre y elevarlo a participar de la vida divina. La historia tiene su medida en Dios, no en el hombre. Dios en
su Providencia interviene en la marcha de humanidad, no solo a través de su Iglesia, sino a través de todas las
ocupaciones de los hombres, aunque respetando las leyes de cada actividad.
Así pues, la historia es el lugar donde podemos constatar la acción de Dios a favor de la humanidad.
Fides et Ratio. nº 12
Edificar la Cuidad de Dios, también en la tierra, es propio de todo el Pueblo de Dios, cada uno con la misión
que dentro del Cuerpo místico de Cristo le corresponda, sin que haya interferencias entre unos y otros,
asumiendo cada uno su propia responsabilidad.
Nos encontramos así con quienes estudian y profundizan en la verdad del Evangelio, en actitud dócil al
Magisterio de la Iglesia, en búsqueda sincera de respuestas a las que ajustar sus vidas. Estas personas, lucidas
y generosas, se sienten movidas a mirar el mundo moderno con optimismo, con respeto y con simpatía.
Saben descubrir los valores propios de las realidades temporales, los meritos, las virtudes, las obras, las
instituciones que posee el mundo civil o profano y que se han desarrollado intensamente en nuestro tiempo.
Todo esto pone de manifiesto una gran maduración de la conciencia cristiana y de la actitud de los católicos
en el mundo. Esta actitud se expresa fundamentalmente de dos modos diversos: unos constituyen grupos
católicos, más o menos confesionales, y actúan en el mundo desde esa postura confesional. Otros se insertan
en la sociedad no desde categorías eclesiales, sino desde la plenitud de su condición de ciudadanos; la ventaja
de este segundo planteamiento esta en no comprometer a la Iglesia en las cuestiones temporales, en amplitud
máxima en el ejercicio de la libertad personal, en una potenciación del pluralismo en el planteamiento de los
problemas temporales y en las formas y medios de darles solución, etc.
Secularización Atea: Cuando se tiene la visión del hombre como se centrado en si mismo, para afirmar al
hombre hay que negar a dios. Entre los ateos la palabra secularización adquiere un valor absolutamente
radical.
Todo su esfuerzo filosófico se dirige a superar la ilusión religiosa afirmado la pura mundanidad del hombre y,
por tanto, a reducir a lo mundano, o secular, los afanes y ansias que el creyente proyectaba hacia lo divino. En
esta perspectiva, secularización y ateismo se identifican; si se distinguen es solo en cuanto que ateismo indica
la visión teórica de fondo, mientras que secularización aparece como el proceso, mediante el cual se presenta
lo secular o mundano como la única realidad existente, y se hace así posible la realización de una actitud
vitalmente atea.
Al perder el sentido de lo divino, no existe nada sagrado; el culto, los templos, etc. No tienen ningún sentido.
El sacerdote ya no es el intermediario entre Dios y los hombres, sino el hombre para el hombre, y se
transforma en un líder político o social. Se predica entonces la absoluta autonomía del hombre, que se da su
propia ley; el hombre se yergue como autónomo. No hay un ser superior que tenga que darle una ley objetiva,
sino que la propia conciencia se da sus leyes; con ello, el pecado pierde toda su objetividad, y la moral deja de
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ser objetiva. El hombre se hace medida de todo; surge la teología de la muerte de Dios: Dios ha muerto.
• A) Fe Perdida: solo se puede dar como fruto de los pecados contra la fe como son la herejía o la apostasía.
En ambos casos no se trata de errores debidos a la ignorancia o a la equivocación, sino de un rechazo
pertinaz de alguna o todas las verdades de fe. En la herejía, aunque se siga creyendo en algunas verdades ya
no se cree porque es palabra de Dios, sino porque parecen más o menos razonables. El Concilio Vaticano I
afirma que no existe causa justa para abandonar la fe sin pecado. Existe culpa siempre, aunque sea mas o
menos remota, por ejemplo, porque se dejo la propia formación, se acudió a libros que tergiversaban la fe,
no se quiso rectificar una costumbre que ya parecía normal, aunque fuese viciosa, etc. Determinar la
gravedad de la culpa es un caso moral en el que será preciso observar la conciencia individual.
B) Fe Muerta: la fe esta muerta o informe cuando se esta separada de la caridad, es decir, cuando se vive en
pecado mortal, pero con otros pecados mortales que no van directamente contra la fe. La fe muerta ya no es la
fe que obra por el amor es la única que lleva al cielo sino que permanece en el individuo cubierta por los
propios pecados.
C) Fe Dormida: es aquella manera de vivir la fe, en la que sin caer en el pecado mortal, se vive de manera
pusilánime y floja. Es loo que llamamos tibieza. Al descuidar la práctica normal de la fe se vive en un
equilibrio inestable en que no se quiere dejar de ser cristiano − quizás por un vago temor a la condenación
eterna − pero tampoco se quiere dejar de vivir con alegría y esfuerzo la fe. La consecuencia es una búsqueda
de compensaciones y un quehacer cristiano triste y aburrido.
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• La moda de las ideas: la moda no s reduce al vestido, sino que se extiende también al mundo de las
ideas. Para muchos, no seguir la moda ideológica es permanecer en un mundo desfasado y carente de
atractivos humanos. Por eso, la resonancia de las ideas que están de moda, ya sean especulativas,
prácticas o sociales, es hoy tan grande que suplanta en el espíritu ambientes y en momentos
determinados de la vida, como la juventud. Muchos son seducidos por las ideologías y están
denominados por la corriente de opinión pública, aceptándolas sin el menor espíritu crítico. Ocurre
eso con lo nuevo, la ciencia, el placer, etc.
• Las expresiones subjetivas: tampoco faltan los que llegan a confundir la verdadera fe con algunas de
sus experiencias espirituales. En su interior, están convencidos de que su propia fe es suficiente; y
hasta se sienten orgullosos de la conciencia que se han formado a su gusto, incluso aunque tal
conciencia permanezca muda ante las supremas cuestiones del destino humano y de los misterios del
mundo.
• La autonomía selectiva: hay otros que, no queriendo separarse totalmente de la Religión cristiana,
aplican a su fe un criterio selectivo; es decir, afirman que creen en algunos dogmas pero no admiten
otros que les parecen inadmisibles, incomprensibles o excesivos: se contenta con una fe a la medida
de su cerebro y de su ignorancia. Incluso extienden este criterio de autonomía al juzgar las verdades
de la fe mediante el libre examen, es decir concibiendo la fe a su manera, de modo subjetivo,
despojándola de su consistencia objetiva y privándola de la prerrogativa de ser principio de unidad y
de caridad.
• El racionalismo: aunque hay muchas visiones, tanto filosóficas como vitales, se puede resumir
diciendo que se rechaza todo lo sobrenatural y superior a la razón humana. Según esto desaparece la
Revelación como palabra de Dios y los milagros no son mas que fenómenos naturales; aunque intenta
probar estas afirmaciones se mueve en el terreno del prejuicio de que solo existe lo natural y lo que
naturalmente se puede conocer, llegando a negar evidencias. El racionalismo niega la
sobrenaturalidad de la fe. En el área religiosa, algunos racionalistas admiten la existencia de un núcleo
religioso natural, racional, fundado en el conocimiento filosófico, al que llaman diezmo, admiten la
existencia de un dios lejano, que no se ocupa de los problemas de los hombres. Por un lado, el
racionalismo admite que la religión es racional y connatural al hombre. Por el otro, induce al
relativismo y al subjetivismo religioso y moral.
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• El fideísmo: para el fideísmo, la actitud creyente es para−racional; mas que al orden de la
inteligencia, pertenece al orden del corazón, la actitud creyente es una actitud afectiva, un sentimiento
veleidoso y superficial, al margen de la razón; la fe comienza donde termina la razón; la fe esta
desprovista de toda intelectualidad. El fideísmo es la aceptación ciega de la fe fundamentada en una
inclinación innata a abandonarse en el sentamiento religioso. La fe no necesita ningún presupuesto
lógico o racional, apoco que daría falsa seguridad; el hombre debe creer en Dios sin más, sin ningún
apoyo lógico, ni siquiera con el de los motivos de credibilidad. Basta así con el testimonio interno del
Espíritu Santo sin otra argumentación externa. El fideísmo niega la racionalidad de la fe,
• El escepticismo histórico: la aplicación de la historicidad a la verdad de la Revelación quiere ver en
esta un inmovilismo contrario al progreso humano; para el historicismo, no hay dogmas inamovibles,
no hay verdades religiosas permanentes, sino, al contrario, todo esta en continuo devenir, todo es
relativo, incluyendo la actitud creyente; ésta, incapaz de conocer la realidad, creo mitos; la actitud
creyente no se fundamenta en el Absoluto, porque no sabemos si existe realmente, sino en los
sentimientos cambiantes de los hombres; nada es estable, todo es relativo, como el devenir de las
cosas; es absurdo creer en lo que no sabemos si existe; lo razonable es ser escéptico.
• El materialismo: el materialismo, en cuanto visión del mundo es contrario a la fe católica porque
presenta una concepción falsa del hombre, que seria solo un ser orgánico, carecería de alma espiritual.
Segun esta doctrina, fuera del mundo físico, único conocido, no como puede existir nada; por eso el
materialismo niega a Dios y, por tanto, toda relación de tipo espiritual, toda religión.
• El laicismo: el laicismo es una secuela del agnosticismo y consiste en la actitud radical y beligerante
que busca eliminar la religión y la moral en la vida social y publica del pueblo cristiano. El laicismo
promueve una legislación que ampara el divorcio, el aborto, la eutanasia, el consumo de drogas y, en
general, la degradación de la vida moral; desvirtúa el ejercicio del poder y el uso de los medios de
comunicación social de titularidad estatal o privada, que son para servicio de la sociedad, poniéndolos
al servicio de intereses partidistas ideológicos o económicos; sofoca la libertad de enseñanza; fomenta
y patrocina iniciativas de cultura laicista con dinero publico, obtenido en buena parte de
contribuyentes cristianos; margina a las instituciones cristianas, perturba la presencia activa de la
Iglesia en el marco de la libertad religiosa, ridiculiza y se burla de la religión.
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• La adoración de los bienes materiales: las necesidades materiales han llevado al hombre a buscar el
pan, el alimento, el vestido y la vivienda. El hombre lucha contra el hambre y el desamparo, busca la
fertilidad de la tierra, el acopio de bienes y de riquezas, un cierto grado de bienestar material. Esto,
además de una necesidad, es algo noble y justo. Pero cuando se convierte en el criterio supremo,
como hace el materialismo; es decir, cuando el hombre da valor absoluto a la materia, el hombre no
encuentra su propia liberación, sino su esclavitud, su encadenamiento a la tierra: sustituye a Dios por
la materia; cambia al Infinito por lo limitado; pone las condiciones para que brotan las luchas
despiadadas; insensiblemente se alimenta del egoísmo colectivo, disfrazado de afanes de justicia, y se
fomenta al odio entre los que tienen mas y los que tienen menos. La adoración de los bienes
materiales, la esclavitud hacia esos bienes reduce el horizonte del hombre y le incapacita para creer en
el Dios invisible.
• La adoración del Eros: el sexo es una facultad para perpetuar la vida: es también la primera fuera de
la sociabilidad humana: el sexo se ordena al matrimonio, el cual se ordena a su vez de modo primario
y esencial, a la generación y educación de los hijos, como fruto del amor profundo entre el hombre y
la mujer. La fe ilumina la verdadera imagen del amor humano contra la falsa adoración del sexo y del
Eros de que la nace una de las más fuertes esclavitudes de la humanidad. La adoración del Eros, es
decir, la elevación del placer sexual como criterio supremo de la liberación y de la vida, incapacita al
hombre para la entrega limpia y generosa de persona a persona que cristaliza en el amor conyugal. La
adoración del Eros es un grave error, porque reduce a mero instinto lo que tiene una función más alta:
el sexo marca profundamente la personalidad del individuo, condiciona su inserción en la vida social
y constituye una participación en el poder creador de Dios. La adoración del Eros impide ver y
experimentar la unidad, lo definitivo y la indisolubilidad del amor humano entre el hombre y la mujer.
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La aparente liberación del amor en la sobre valoración de la tendencia sexual hace que el hombre se
desgarre interiormente y destruya lo mejor de si mismo; ya no ve en el otro la persona amada, sino un
mero objeto sexual que se desecha cuando se encuentra otro mejor. La actual difusión del erotismo es
una de las causas que dificultan la actitud creyente de los hombres: la divinización de la propia
sexualidad impide buscar al Dios verdadero y confiar en su liberación.
• La divinización del poder: el poder es expresión de paternidad, de amor; de dominio y seguridad, de
servicio a todos, especialmente a los más necesitados; es también expresión de una convivencia justa
y libre. Pero una fuerte tentación del hombre es buscar la propia liberación mediante la divinización
del poder dándole un valor absoluto; y esto, a todos los niveles: el individuo, abusando del mas débil;
el padre de familia, absorbiendo la vida que es propia de los hijos, y estoes, rebelándose contra las
exigencias del hogar; el maestro, ideologizando sin respeto a la libertad de los alumnos; el sacerdote,
ensanchando los deberes de conciencia; el político, dominando todas las esferas de la vida social con
un poder absoluto que ahora la libertad de los ciudadanos.
• Actualmente ya no se usa el adjetivo ateo para designar a los que no creen en unos dioses aunque
crean en otros, como se usó a veces para designar a los cristianos en Roma, por el hecho de que
negaban a los dioses distintos de Yahvé. Dada la diversidad de dioses a los que se ha prestado y se
presta fe, el adjetivo sería aplicable prácticamente a cualquiera, incluidos los seguidores de las
llamadas religiones monoteístas, una de cuyas notas de identidad es la negación rotunda de cualquier
dios que no sea el suyo. Tampoco se utiliza para el que declara no creer en un dios determinado
(como Yahvé o Alá) pero cree en alguna fuerza mágica o sobrenatural que une todo el universo, como
el Ki japonés o la astrología.
A pesar de la definición más estrecha ofrecida al comienzo de este artículo, el ateo casi por norma
descree de otras ideas tradicionalmente asociadas con las religiones, como la reencarnación, la vida
espiritual más allá del cuerpo físico y los poderes sobrenaturales. A esto se debe que los seguidores de
algunas religiones que niegan o no afirman la existencia de dioses personales, en al menos algunas de
sus versiones, como el budismo y el jainismo, no sean llamados ateos, porque esas doctrinas
contienen algunos de estos elementos.
El ateísmo no es una religión. El ateísmo consciente (en contraposición al ateísmo indiferente), es
frecuente en personas que, habiendo crecido en el marco de una religión, han puesto a prueba sus
creencias, antes de llegar a la convicción de que las entidades metafísicas o sobrenaturales no existen,
y que los diversos fenómenos «extraños» del universo deben de tener una explicación racional
(incluso si ésta aún no se ha encontrado). Las personas de este grupo suelen tener una familiaridad
con su antigua religión mayor que la media de los creyentes.
También son ateas, por lo general, las personas que no han sido educadas en ninguna religión. Su
fidelidad a su educación es semejante al de los educados en una religión, con más o menos el mismo
porcentaje que las personas que siguen perteneciendo a la religión en que han sido criadas.
Tipos de ateísmo
Existen distintos tipos de ateísmo: el pragmático (vivir sin referencia práctica a Dios aunque pueda ser
postulada teóricamente una creencia) o el militante (orientado a extirpar del mundo falsas alegaciones
sobre lo divino).
Históricamente las calificaciones de ateísmo se han producido en buena medida contra quienes no
estaban negando realmente al Dios único del monoteísmo, sino a otros dioses, por ejemplo, Sócrates o
los primeros cristianos.
En este sentido la palabra ateísmo es ambigua y no reveladora como lo parece. Según personas
religiosas ecuménicas, el ateísmo es positivo si va contra un falso dios, un dios devorador de hombres,
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y al contrario el ateísmo resultaría negativo si va contra un Dios de bondad, sabiduría y redención
humana.
Ateísmo positivo y ateísmo escéptico
Actualmente es común la distinción entre ateísmo positivo y ateísmo escéptico. El ateísmo fuerte es
llamado también ateísmo positivo, porque afirma que las creencias religiosas no están justificadas por
la existencia de Dios y lo sobrenatural, sino por otras razones históricas cuyas claves explicativas se
encuentran en los niveles psicológico y sociológico. Se llama también ateísmo activo o ateísmo
militante, porque a menudo motiva a sus defensores a oponerse activamente a la influencia, que ven
negativa, de la religión sobre las personas individuales y sobre las sociedades. No todos los que son
intelectualmente ateos, sin embargo, adoptan una posición militante.
El ateísmo fuerte es la negación del teísmo, es decir, la creencia en Dios e implica la negación de la
existencia no de un dios o dioses determinados, sino de cualquier dios o ser sobrenatural. El ateísmo
fuerte no es un fenómeno exclusivo del mundo occidental ni de esta época, porque nunca han faltado
individualidades o escuelas filosóficas que se han opuesto a las creencias religiosas como
supersticiones. Los que mantienen un ateísmo positivo prefieren llamar agnósticos o ateos negativos a
aquellos que, no creyendo en dioses, prefieren no negar su existencia por razones epistemológicas.
El ateísmo escéptico (en contraposición al ateísmo militante) es una variedad de ateísmo en la que se
afirma que la existencia de uno o más dioses es dudosa, improbable o insuficientemente demostrada.
Esa vertiente corresponde a la ausencia de creencia en la existencia de divinidades y puede ser mejor
comprendida cuando se la compara con el ateísmo fuerte. También se la conoce como ateísmo débil
(en contraposición al fuerte) o ateísmo negativo (en contraposición al ateísmo positivo) o ateísmo
implícito (en contraposición al explícito). Se llama ateísmo escéptico en el sentido de que sin pruebas
no puede dar crédito ni siquiera al ateísmo fuerte. Cuando los teístas afirman que Dios existe, el ateo
escéptico se niega a adherir a esa afirmación pero tampoco se atreve a afirmar lo contrario.
Algunos ateos escépticos no tienen una opinión del todo formada sobre el tema, ya sea por no haber
pensado mucho al respecto, o porque los argumentos y pruebas presentados tanto a favor como en
contra de la existencia de los dioses les parecen igualmente poco persuasivos. Otros ateos escépticos,
después de reflexionar sobre los argumentos y pruebas, pueden incluso encontrar improbable que
existan divinidades, pero no están dispuestos a afirmar con certeza que no existen. Pueden encontrar
que es imposible probar una negación, y que por lo tanto el ateo fuerte no estaría libre de la carga de
la prueba (la obligación de demostrar su afirmación), o sea que debería probar su punto de vista (tanto
como debería hacerlo el teísta). El ateo escéptico generalmente utiliza una definición bastante amplia
del ateísmo, algo como `ausencia de creencia en dioses'; eso incluiría en la definición una serie de
visiones que pasan por la no creencia, la descreencia, la duda o la negación del teísmo.
Agnosticismo
El término agnosticismo es ligeramente diferente al ateísmo débil: un agnóstico afirma que es
imposible (o incluso irrelevante) determinar si existen los dioses.
También existe un tipo de ateo que descree de Dios, pero no como una actitud basada en juicios
racionales, sino como rebelión contra un Dios que permite el mal en el mundo.
Las creencias y opiniones pueden tener o no fundamento racional (basado en la lógica) o factual
(basado en la experiencia). Cualquier posición, también la atea, puede ser considerada una fe cuando
se sostiene sin fundamento. Se llama «evidencialismo» a la posición de que la credibilidad de una
opinión es proporcional a las pruebas que la avalan y los ateos positivos afirman esta posición de
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manera tajante. Desde el lado de la religión caben sin embargo opciones diversas, desde la afirmación
de que la existencia de Dios puede conocerse por la sola razón, que es la postura oficial católica, hasta
la afirmación de que la fe y la razón son independientes y que la afirmación de Dios no necesita de la
segunda.
Algunos teístas argumentan que la práctica del ateísmo fuerte requiere de fe, ya que, afirman, los
ateos fuertes tienen fe en la no existencia de Dios. Los ateos fuertes contrargumentan afirmando que
no es que tengan fe en la no existencia de Dios, sino que tienen mejores explicaciones para el origen
de las creencias religiosas que las que ofrecen los textos revelados y la tradición; y que en términos
racionales en una disputa sobre la existencia o no existencia de una entidad, la carga de la prueba
corresponde a la posición afirmativa. Por otra parte tal acusación no podría ser aplicada a un ateo
escéptico, ya que éste no afirma que las creencias teístas sean necesariamente falsas. La misma
interpretación del ateísmo fuerte es mantenida por agnósticos y ateos escépticos, que consideran que
tanto el teísta como el ateo fuerte estarían basando sus afirmaciones en la fe, y no en el conocimiento.
Para los ateos fuertes, la posición característica de agnósticos y ateos escépticos parte de un error
epistemológico, al dar visos de posibilidad a un postulado arbitrario, como es el de la existencia de
Dios.
• La fe en Dios es una experiencia que se extiende a lo lardo de la historia de la humanidad despertando
el mas vivo interés: incluso hoy, cuando paradójicamente se habla de la muerte de Dios y del
secularismo ateo, y cuando los hombres orientan sus vidas al margen o en contra del Dios cristiano, es
posible descubrir unas creencias que no son otra cosa que un sustituto de la creencia religiosa. En
definitiva, hasta los ateismos expresan la pasión del hombre por superar su propia existencia persona,
buscando la solidaridad con un tú humano que ofrezca seguridad y salvación. Aunque sea de un modo
oscuro y velado, esta actitud humana apunta al Otro, al Absoluto, a un Dios que salve al hombre de
los estrechos limites de su propia finitud; apuntan a un Principio que de sentido a la vida y a la
convivencia humana. En definitiva, apuntan a Dios como Amor. Por otra parte, la confrontación del
hombre con el cosmos, con sus fuerzas prodigiosas y con sus misterios inabarcables, llevan al hombre
a la experiencia de un poder que todo lo supera, un poder en el que están la vida y la muerte, la
fecundidad y la desolación, la protección y la amenaza. Y el hombre se siente tanto más hombre, tanto
más seguro, cuando supera el poder que descubre en el cosmos, cuando domina la naturaleza. Por
tanto esta experiencia humana apunta a la imagen de Dios Creador, de Dios Padre, del Todopoderoso.
Al propio tiempo, esa experiencia universal nos hace ver que el ateismo es una creencia que se le ha
quedado a mitad de camino: que no ha tenido el coraje de llegar al fondo de las cosas, al Absoluto, en
el que encontraría el sentido de toda la existencia. Por eso necesita dar valor absoluto a los valores
relativos.
EL HOMBRE LIGHT: Una Vida Sin Valores
• ¿Cuál es su perfil psicológico? Se trata de un hombre relativamente bien formado, pero con escasa
formación humanística, muy entregado al pragmatismo por una parte y a bastantes tópicos por otra.
Todo le interesa, ero en un tono epidémico., no es capas de hacer la síntesis de todo lo que le llega, y
en consecuencia, se ha ido convirtiendo en un sujeto trivial, ligero, con poca consistencia, frívolo, que
lo acepta todo pero sin tener unos criterios sólidos en su conducta. Todo se torna en el etero, leve,
volátil, banal, permisivo. Ha visto tantos cambios, tan rápidos y en un tiempo tan corto, que empieza a
no saber a que atenerse, o lo que es lo mismo, se instala en la afirmación de que todo vale o que mas
da o las cosas viven cambiando. Y así nos encontramos con un buen profesional en su tema, que
conoce bien la tarea que tiene entre manos, pero que fuera de ese contexto flota a la deriva, sin ideas
claras, atrapado en un mundo de periódicos y revistas de prensa que traen y llevan información, que le
distraen. Muchas de ellas han girado hacia lo divertido o hacia esa rampa de las revistas del corazón,
pero que van haciendo de el un hombre superficial, indiferente, permisivo, en el que va anidando poco
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a poco un gran vació moral. Las grandes conquistas técnicas y científicas, impensables hace tan solo
unos años, nos han traído unos logros evidentes: le revolución informativa, los avances de la ciencia
en sus diversos aspectos, la preocupación operativa sobre los derechos humanos, la democratización
de tantos países y ahora la caída en el bloque del consumismo. Pero frente a todo ello hay que poner
sobre el tapete hechos realces que can mal y son la otra cara de la moneda:
a) Materialismo: que hace que un sujeto tenga un cierto reconocimiento social por el solo hecho de
que gana mucho dinero.
b) Hedonismo: el frenesí de pasarlo bien a costa de lo que sea, como un nuevo código de
comportamiento, lo que apunta hacia la muerte de los ideales, el vació de sentido y el buscar un
turnover de sensaciones cada vez mas nuevas y excitantes.
c) Revolución sin finalidad y sin programa: de modo que la ética permisiva sustituye a la moral, lo
que engendra un descontento generalizado.
d) Relativismo: todo es relativo, con lo que se cae en la absolutizacion de lo relativo; brotan así unas
reglas presididas por la subjetividad.
e) Consumismo: representa la formula posmoderna de la libertad.
Así, grandes transformaciones sufridas por la sociedad en los últimos años son, al principio,
contempladas con sorpresa, luego con una progresiva indiferencia o, en otros casos, como la
necesidad de aceptar lo inevitable. La nueva epidemia de crisis y rupturas conyugales, el drama de las
drogas, la marginación de tantos jóvenes, el paro laboral y como otros hechos de la vida cotidiana se
admiten sin más, como algo que esta ahí y contra lo que no se puede hacer nada.
No hay en el hombre Light entusiasmos desmedidos ni heroísmo. la cultura Light es una síntesis
insulsa que transita en la banda media de la sociedad: comidas sin calorías, sin grasas, sin excitantes
todo suave, ligero, sin riesgos, con la seguridad por delante. Un hombre así, no dejara huella. En su
vida ya no hay rebeliones. La moral se ha convenido en una ética de reglas de urbanidad o en una
mera actitud estética. el ideal aséptico es la nueva utopía. Como dice Lipovetski, estamos en la era del
vació. De esas rendijas surge el nuevo hombre cool, que se parece al telespectador que con el mundo a
distancia va pasando de un canal al otro, buscando no se sabe bien que, o que también podría estar
representado por el sujeto inundado de periódico y revistas durante el fin de semana, sin tiempo casi
para otras ocupaciones o sin capacidad para leer algún libro interesante o a algún autor que no sea un
best−seller.
• Hedonismo, significa que la ley máxima de comportamiento es el placer por encima de todo, cueste lo
que cueste, así como el ir alcanzando progresivamente cuotas mas altas de bienestar. Además, su
código es la permisividad, la búsqueda ávida del placer y el refinamiento, sin ningún otro
planteamiento. Así pues, hedonismo y permisividad son los dos nuevos pilares sobre los que se
apoyan las vidas de aquellos hombres que quieren evadirse de si mismos y sumergirse en un
calidoscopio de sensaciones cada vez mas sofisticadas y narcisistas, es decir contemplar la vida como
un goce ilimitado.
• Es inexcusable que el hombre desempeñe un papel importante en la vida propia. En psiquiatría
sabemos la importancia que tienen los traumas afectivos en la formación de la personalidad; pues todo
ello, sumado y sintetizado, forma un magma especial que a veces es denominado como nuestro
sistema de convicciones: un conjunto de certidumbres que forman una totalidad coherente. Ello remite
a una certidumbre radical, de la que emergen y sobre la que se asientan todas las demás, y allí se
ordenan y conectan unas con otras. En un gran numero, el hombre de hoy no sabe adonde va, y esto
quiere decir que esta perdido, sin rumbo, desorientado. Tenemos dos exponentes claros al respecto: en
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los jóvenes, la droga, y en los adultos, las rupturas conyugales. Ambos aspectos nos ponen sobre el
tapete la fragilidad existente en nuestros días. Del hombre más egregio al más degradado hay una
enorme distancia, pero los dos pertenecen a la especie humana. Solo uno de ellos ha sabido llevar su
ida sacando el máximo partido a lo positivo; ahí tenemos algunos ejemplos de la historia de la
humanidad: desde Sócrates, Platón, Aristóteles, hasta Gasset. Frente a ellos se levantan igualmente
personas cuya existencia ha sido un fracaso total, algo que también sustituye una parte fundamental de
la existencia humana y que de algún modo ayuda a troquelarla.
La vida humana se desliza por los hilos que teje la trama de las circunstancias, envueltas siempre en
un halo de incertidumbre. Cada uno de nosotros es capaz de lo mejor y de lo peor, pero entre esos
puntos extremos cabe un espectro intermedio de posibilidades. La incertidumbre nos hace dudar
respecto a que atenernos y nos impide alcanzar la firmeza definitiva. No obstante, a pesar de esos
avatares, en la vida hay que buscar unos criterios sólidos, y uno de ellos es saber en que consiste la
verdad. Su posesión se traduce en una peculiar sensación luminosa tanto personal como de la realidad,
además de en una impresión de seguridad. La verdad nos conduce al mejor conocimiento de la
realidad personal y periférica. Una y otra, entrelazadas por verdades personales, nos facilitan saber
que hacer y, en consecuencia, actuar. Lo opuesto a saber es ignorar, y por eso resulta necesario
averiguar, es decir, verificar: hacer verdadero, hallar la verdad que uno necesita para si mismo. Por
otra parte, las distintas versiones de la verdad pueden esquematizarse de este modo tan sucinto: 1−
Verdad de uno mismo; 2− Verdad de las cosas; 3− Verdad de las circunstancias; 4− Verdad como
coherencia.
• Hay que distinguen bien los conceptos liberta liberal. Griegos y romanos aplicaban el adjetivo
correspondiente al término libertad para referirse al hombre no esclavizado, no sometido. Así, una
persona utilizaba su libertad cuando era capaz de decidir por si misma. Ya Sócrates, Platón, y
Aristóteles establecían una distinción entre libertad de la voluntad, por un lado, y libertad de la
elección, por otra. Con la primera aludían a ese proceso necesario de educar la voluntad para que esta
sea capaz de inclinarse hacia las metas más altas; con la segunda, a la búsqueda de la felicidad,
dirección a la que debe apuntar nuestra conducta. Ambas concepciones están estrechamente
relacionadas. No hay elección adecuada sin una voluntad templada en el honor de la Disciplina.
Libertad es, pues, autodeterminación y responsabilidad. A lo largo de la historia del pensamiento han
existido tres concepciones de ella: 1− Libertad Natural; 2− Libertad Política o Social; 3− Libertad
Personal.
La idea de abrir de par en par las puertas de la libertad es preciso entenderla de forma adecuada. Se
trata de descubrir aquello que verdaderamente hace progresar al hombre, de modo que su proyecto
como persona sea lo mas rico y positivo posible. Dado que el ser humano es perfectible y defectible,
el uso adecuado de la libertad y la voluntad serán las velas que empujen la navegación a buen puerto.
Pero al contrario, permisividad significa que uno ya no tiene prohibiciones, ni territorios verdaderos ni
impedimentos que lo frenen, salvo las coordenadas externas de las leyes cívicas, de por si muy
generales. La permisividad se sustenta sobre una tolerancia total, que considera todo valido y licito
con tal de que a la instancia subjetiva le parezca bien.
La filosofía del relativismo desemboca gradualmente en el escepticismo, pero existe una diferencia
clara entre uno y otro: para el relativismo la verdad es algo que esta en constante cambio, moviéndose
de acá para allá, según el juicio de cada uno: asume, por tanto, un carácter relativo; para el
escepticismo, la verdad absoluta si existe, pero la razón humana es incapaz de alcanzarla: se produce,
pues, una desvalorización del entendimiento que no puede acceder a la cima de los conocimientos de
la verdad con los medios naturales que tiene a mano.
• En los ambientes lights hay una conducta de expresión que se repite como si fuera una máxima:
fulanito es muy divertido, con lo que se da a entender que uno de los atractivos de esa persona es su
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capacidad de asombrar a los demás y hacer que lo pasen bien. La gente, las reuniones, las cenas o los
libros son calificados de divertidos, como si esto fuera lo mejor que se puede decir de ellos. También
las modas en el lenguaje coloquial traducen lo que esta sucediendo, porque constituyen el eje
alrededor del cual gira la sociedad posmoderna. No importa que los códigos que hoy rigen tengan
consistencia o sean banales; da igual. Lo decisivo es que un comportamiento determinado se lleve.
Como una cierta conclusión, podríamos establecer que en una conversación suele haber una pobreza
total de contenidos. El problema fundamental es que el hombre Light no tiene fondo y por eso es muy
difícil que sea capaz de mantener una conversación de cierta altura. La interpretación de este hecho lo
podríamos formular así: si tengo bastante poder, en mi negocio gano mucho dinero y he triunfado de
algún modo, ¿Cómo no voy a saber yo opinar de esto, de aquello o de lo de mas allá? Ser rico o ganar
mucho dinero con las mejores cartas de presentación en un ambiente Light.
• Cualquier amor autentico aspira al estado absoluto. Un amor de ese tipo llena el corazón del hombre
de alegría y paz, y lo sacia interiormente, se siente pleno. El gran objetivo es el bien, que puede ser de
tres tipos: 1− Bien Útil; 2− Bien Agradable; 3− Bien Moral.
Pues bien, en la relación sexual sin amor autentico el otro es un objeto de placer. No se busca el bien
del otro, sino el goce con el. Bajo ningún concepto se puede denominar a esto amor verdadero, porque
hemos utilizado e instrumentalizado para satisfacer nuestro placer a una persona querida. En este tipo
de relación, la persona que utiliza al otro es egoísta, ególatra y solo persigue su propia satisfacción;
pero nunca hay un encuentro verdadero entre un yo y un tu, sino una unión sin vínculos.
• Light es la palabra mágica que hoy esta de moda y con la que se trata de vender una serie de
productos de menor valor energético para conseguir una línea esbelta, como por ejemplo la coca−cola
sin cafeína, la cerveza sin alcohol, el tabaco sin nicotina, la sacarina o el queso sin grasa, entre otros.
Su proliferación tuvo lugar hacia los años ochenta en Estados Unidos con la práctica del jogging y del
ejercicio en los gimnasios; después llego a Europa y se extendió por todo el mundo. La aparición de
estos productos cada día es mayor y hoy contamos con leches desnatadas, mermeladas con poco
azúcar, pan, cremas sin nata, refrescos, mayonesas, aceites, etcétera. Lo Light lleva implícito un
verdadero mensaje: todo es ligero, suave, descafeinado, liviano, aéreo, débil y todo tiene un bajo
contenido calórico; podríamos decir que estamos ante el retrato de un nuevo tipo humano cuyo lema
es tomarlo todo sin calorías. Estos alimentos son especiales para el ejecutivo de nuestros días, que con
frecuencia, come fuera de casa, sin orden, y que a la larga aumenta de peso y tiene un exceso de
colesterol y de triglicéridos. La sociedad occidental actual, en una cierta mayoría, ha perdido el rumbo
y ahora ya no hay grandes debates sóbre las mas relevantes encrucijadas de la existencia, como la
muerte, el sufrimiento, la angustia, la injusticia Un ejemplo d ello es la polémica que se desato hace
unos años por el tema del ciclamato, cuando se prohibió su consumo y se generalizo el de la sacarina;
otro es el de las campañas napoleónicas contra los fumadores. La palabra Light, en principio, tiene
una connotación positiva con respecto a la alimentación, pero hoy constituye un término emblemático
de los tiempos que corren, y nos refleja claramente un modelo de vida bastante pobre. La vida Light
se caracteriza porque todo esta desvalorizado, carece de interés y la esencia de las cosas ya no
importa, solo lo superficial es calido.
8. El cansancio es un fenómeno habitual de nuestro tiempo y constituye una constante del hombre de
la gran ciudad, del ejecutivo, o de las personas sometidas a un trabajo intenso y con muy poco tiempo
libre. El cansancio se define como una sensación de agotamiento posterior a aun esfuerzo de cierta
envergadura. Y hay varias causas que lo motivan: trabajar, estudiar, ordenar papeles personales, el
marido, la mujer, la política, etc. Ahora bien, cuando alguien dice que esta cansado de la vida, es
distinto, porque todo se presenta inconcreto, abstracto, amplio, difuso, desdibujado, sin una referencia
clara y precisa. Cuando estamos cansados necesitamos hacer un alto, interrumpir la tarea que
tengamos entre manos y reponer fuerzas para recomenzar mas tarde con nuevos bríos. Si el cansancio
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es de un día, una semana o una temporada mas larga, debemos planificar los días de descanso y
llenarlos de calma y sosiego en función del agotamiento que suframos. El descanso debe combinar la
inactividad, el cambio de ocupación y la pausa en la vida diaria. A lo largo de su vida va formando su
personalidad y realizando su proyecto concreto. Por eso dice acertadamente que el hace su vida. Esta
ocupado haciendo su vida, intentando sacar de ella el mejor partido, pero esa operación proyectada en
un tiempo futuro debe tener una unidad interna: estar constituida por una estructura de carácter global,
presidida por la coherencia de sus distintos elementos.
9. Se ha ido produciendo una ingente información, minuciosa y prolija, que nos llega de aquí y de
allá; pero esa información no es formativa no construye, no edifica un hombre mejor, mas rico
interiormente, que apunta hacia el humanismo y los valores. Antes, al contrario, va gestando un
individuo frió, incapaz, desconcertado, aburrido, abrumado por tanta noticia negativa, incapaz de
hacer la síntesis de todo lo que le llega. Se entra así en una forma especial de masificación,
gregarismo: todos dicen lo mismo, los tópicos y ligares comunes se repiten de boca en boca. Se
alcanza así una cima desoladora y terrible: la socialización de la inmadurez, que se va a definir por
tres ingredientes: desorientación, inversión de los valores y un gran vació espiritual pero que no
comporta ni tragedia ni Apocalipsis.
Así las cosas, ya casi nadie cree en el futuro. Se ha disuelto la confianza en el porvenir ante el
espectáculo que tenemos delante. Ya no hay casi erotismos ni entusiasmos en los que se arriesgue la
vida. Nos vemos frente a frente con un hombre cada vez más endeble, indiferente y permisivo, que
navega sin rumbo, perdido el objetivo de mira y los grandes ideales. La ansiedad va surgiendo en los
recodos de este análisis. Si la ansiedad es algo concreto podemos definirla como anticipación de lo
peor. En ella el presente esta empapado de un futuro incierto, temeroso y cargado de malos presagios.
Esto conduce a estar en guarda, en estado de alerta, al acecho con una atención expectante.
Sociedad decadente y opulenta, en donde todo invita al descompromiso. Pasión de sensaciones y
muerte de los ideales. Esto va a conducir a una progresiva incapacidad para el amor autentico, para la
entrega a otra persona buscando su felicidad. Apoteosis de la indiferencia puras, a la vez, del deseo de
experimentar mil sensaciones variadas y excitantes, por si alguna nos diera la clave de la existencia.
De aquí se van a derivar tres nuevas epidemias. Ya no observamos las antiguas epidemias de
langostas o esos otros males que afectaron al hombre de siglos pasados.
¿Qué hacer ante la realidad que vivimos? No es fácil dar soluciones sencillas ante un panorama tan
complejo. Hay que volver a un humanismo coherente comprometido con los valores. Esto hará que se
recupere el sentido de la vida. Rectificar el cumbo, cueste lo que cueste. Y recordando que siempre
hay buen viento para el que sabe a donde va.
10. Es frecuente hablar de éxito, del triunfo, de cómo alcanzarlo y de la psicología del que llega a esas
cimas, pero pocas veces se estudia el fracaso y el valor de las derrotas. El fracaso es necesario para la
maduración de la personalidad. La vida humana esta tejida de aciertos y errores, de cosas que han
salido como se habían proyectado, y de otras que no han llegado a buen puerto. La existencia consiste
en un juego de aprendizajes. Por lo general, se aprende mas con los fracasos que con los éxitos o, por
lo menos, tan importantes son los unos como los otros. El fracaso es aquella experiencia interior de
derrota, consecuencia de haber comprobado que algo en lo que habíamos puesto nuestro esfuerzo e
ilusión no ha salido como esperábamos. En la conciencia de no haber cubierto la meta propuesta. La
vivencia inmediata es negativa, esta surcada por una mezcla de tristeza y desazón interior.
11. Los principales motivos que predisponen y desencadenan la tendencia a las drogas son los
siguientes:
1) Los jóvenes empiezan a drogarse por curiosidad, para saber que es eso, en que consiste, que se
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experimenta.
2) Los jóvenes empiezan a drogarse porque esta de moda y se lleva. Este argumento no tiene valor
para las personas con criterio, pero en la adolescencia es casi sustancial.
3) El mundo de la droga significa para el joven satisfacer su sed fáustica de aventuras, su necesidad
de nuevas experiencias: el deseo de verlo todo, mirarlo todo, curiosear en los entresijos de uno mismo
y bajar a los sótanos de la personalidad para descubrir que encuentra uno allí.
4) La droga siempre es evasión. Los adolescentes y los jóvenes tienen como una especie de
sismógrafo interior capaz de detectar muchas cosas negativas de la sociedad de los mayores.
5) La droga es también una reacción al vacío espiritual de nuestro tiempo. El hombre necesita del
misterio, decía Eidegger. Hay en su fondo mas intimo una aspiración a lo trascendente. Y para
muchos esta inquietud se sosiega con estos parajes.
6) La droga permite alejar el dolor y el sufrimiento, desterrar los sentimientos de fracaso y
frustración.
7) Del apartado anterior se deriva que la droga representa un medio para incrementar las vivencias de
libertad e independencia. Se escamotea, de este modo, el sentido de la libertad.
8) Una vez instalado en la droga de una manera más o menos estable, las motivaciones cambian. Se
combate con ella el aburrimiento y la falta de un proyecto de vida coherente y realista.
9) La relación con la droga se inscribe en una inexorable subordinación. Ese aferramiento, en vez de
hacer progresar, detiene y aprisiona. Hay en ellos registros esclavizantes, de tiranía, de
apasionamiento incoercible.
La drogodependencia es la expresión permanente del mito de la ambrosía: aquella sustancia que, al
tomarla los dioses, les hacia inmortales sin esfuerzo alguno.
• Una tarea decisiva es la de intentar apresar la riqueza y complejidad de lo que significa vivir,
atravesando ese sinfín de cosas, hechos y acontecimientos que cruzan la vida a diestro y a siniestro. Y
para llevar a cabo esta importante tarea es necesario estar avisado de un fenómeno, muy caracterizado
de nuestros días. Estamos cada vez mejor informados. Pero esa minuciosa y milimétrica información
no es formativa: no se acompaña de unas notas positivas que ayuden al hombre a enriquecerse
interiormente, a ser mas completo, mas sólido, en una palabra, mas humano, con mas criterio, mejor.
El resultado es la conciencia de encontrarse perdido, sin saber a que atenerse, sin tener respuesta
para tantos interrogantes como van planteándose. El estado anímico inmediato es la perplejidad: falta
la teoría, la base sobre la que el hombre debe sustentarse y entonces va hacia abajo, perdiendo pie y
apoyo: hundiéndose.
En esos momentos es más necesario que nunca saber que la ida no se improvisa, sino que se
programa. Esto comporta, pues, un planteamiento previo, una filosofía de vida. Son nuestros
proyectos, sustentados por nuestras ideas y creencias. Será la mejor manera para ir tras aquel precepto
de Pindaro: llega a ser el que eres. Sacar lo mejor de uno mismo. Esta es la mejor formula algebraica
para hacer funcionar la vida, resolviéndola, en medio de los vaivenes.
13. Como vocación fundamental del hombre tenemos a la felicidad, su primera inclinación primaria y
hacia la que apuntan todos sus esfuerzos, aun en las situaciones más difíciles y complejas en que
pueda verse el hombre. Esta consiste sobre todo en ilusión, que es la mejor forma de ser feliz, porque
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se vive la vida con anticipación, porque lo diseñado, cuando llega, lo disfrutamos lentamente con
todas sus ventajas. La felicidad supone encontrar un programa de vida atractivo, satisfactorio, capaz
de llenar y que sea el elemento complementario de la existencia. La vida es argumental y el proyecto
es su contenido. El proyecto debe ser personal, y como protagonista del mismo, su arquitectura la
elaboro yo según mis preferencias. Es necesario conocer bien el contexto y las coordenadas de la
realidad en que nos desenvolvemos para que nuestro proyecto personal se realice, lo cual comporta
dos condiciones: saber que aptitudes y limitaciones personales nos definen, para lo cual se requiere un
serio esfuerzo si queremos realizarnos personalmente. Para la ejecución de dicho proyecto son
necesarias las siguientes condiciones: 1− El orden; 2− La constancia; 3− La voluntad.
Por consiguiente, debo estar preparado para cualquier tipo de eventualidades que puedan sobrevenirle
a mi proyecto, debido a que la vida tiene siempre recodos imprevisibles y azarosos; esta tejida de
hilos que enlazan y se entrelazan, por lo que la necesidad, antes o después, de restaurar el proyecto es
inminente: cambiando, puliendo y perfilando sus aristas.
14. Hay que recuperar el humanismo perdido. El hombre Light empezará a recuperarlo y a obtener los
valores perdidos cuando cultive en su interior la sabiduría clásica, el significado del mundo romano,
el amor por las tradiciones y la vuelta al mundo cristiano. Deberá volver a valorizar el mundo, para
que éste se relacione armónicamente con la humanidad y no allá roces constantes que acaben en
destrucciones morales. Esto sin subordinar la figura del hombre, que debe ser realzada para que
recupere la dignidad que la sociedad antigua le otorgaba y progresivamente ha ido perdiendo. A su
vez hay que recuperar la voluntad del trabajo para así apoyarse en algo que solvente nuestra vida. No
debemos esperar que los bienes nos caigan como nada para satisfacer nuestras necesidades y alcanzar
nuestro bienestar, sino ir a buscarlos con una fuerte voluntad, amor y respeto para con el prójimo; esto
bajo un ámbito de realidad y verdad, de carácter incorrompible, para así poder lograr volver a los
valores que el progreso material y todos los problemas que surgieron por éste sean fumigados hasta su
extinción. Usando solo los bienes materiales como medio y no como un fin de máximo bienestar.
15. Algunas de las siguientes propagandas podrían considerarse como ejemplos que exponen el ideal
del hombre Light:
Consumismo: Toma lo bueno, Coca−Cola ; Hacele caso a tu sed, Sprite ; Un buen momento, merece
un buen sabor. Toma lo bueno, Coca−Cola
Relativismo: El aprendizaje queda, la suciedad desaparece, esa es una publicidad de Ala en donde
podemos ver de que manera se fomenta que cada uno haga lo que quiera, total mas allá de sus errores
o de su manera de pensar, en teoría, la suciedad desaparece. Bien sabemos que esto no es así, porque
todos los hombres tenemos y guardamos algo muy importante llamado dignidad. Y mediante estos
actos relativistas, de pensar y hacer cualquier cosa, total todo es muy relativo, vamos perdiendo
dignidad, le quitamos sentido a la vida, y coherencia a nuestros accionares.
Hedonismo: Un buen momento te hace desear otro, y otro, y otroPaladini, aquí se ve claro como se
fomenta el pasar un buen momento, por mas costo que este tenga.
Permisividad: Hay varias publicidades en donde podemos experimentar la falta de limites por parte
de los adultos para con los chicos. Un claro ejemplo puede ser la propaganda de Blem, en donde una
niña escribe todo un escritorio de madera, y la madre sin importarle se demuestra despreocupada ante
la situación gracias a la convicción de que su nuevo producto le iba a quitar la mancha. Frente a esta
ocasión, estamos en un claro ejemplo de falta de límites.
Conclusión
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De esta manera, luego de todo lo estudiado podemos darnos cuenta del gravísimo error en el que
estamos sumergidos. Es esta la hora de poner las manos a la obra, de educar la voluntad y de poder de
una vez eliminar todo lo Light en nuestra vida, que como bien sabemos, lo único que hace es
deteriorarnos como personas. A lo largo de todo el trabajo, lo único que hemos podido notar son todas
connotaciones negativas que lo Light nos trae aparejado, por tanto debemos curar todos esos aspectos
en los que el hombre se ha desmejorado por haber seguido esta tendencia.
BIBLIOGRAFIA
La Fe en el mundo actual.
Apdes
El hombre Light: una vida sin valores.
28º edición mayo de 2005.
Enrique Rojas.
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