El Herrero de la luna llena; María Isabel Molina

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EL HERRERO DE LA
LUNA LLENA
Asignatura: Lengua Castellana
Libro: El Herrero de la luna llena
Autora: Mº Isabel Molina
Editorial: Alfaguara
Lugar y fecha de publicación: Madrid 2003
Argumento:
Capitulo 1: Veinte años antes.
E
l conde Guillén de Lavalle recibió a los hombres en el gran salón, sentado en la silla tallada que, sobre
una tarima, presidía la estancia y que había hecho colocar sobre la valiosa alfombra de lana que se
trajera del sur como botín en el año anterior.
Llevaba su mejor túnica de lana sin teñir de aquel color hueso tan de moda en ese momento y un manto
bordado. En el dedo se había puesto la vieja sortija que había sido de su padre y de su abuelo.
Guillén de Lavalle necesitaba aquellos hombres, la experiencia le había enseñado que la mejor forma de
conseguir el mejor trato era aparentar riqueza y no mostrar excesivo interés.
Los hombres avanzaron hasta el salón antes de detenerse y saludar con una inclinación de cabeza. No
llevaban túnica sino calzones de cuero y abarcas en los pies.
Olían a humo, a sudor y a cuero mal curtido.
−Bienvenidos a Lavalle− Saludo Guillén
Uno de los visitantes se adelanto al grupo, era un hombre mayor y se escasa estatura.
−Nos habéis mandado llamar, buen conde−
−Así es maese Lucas− asistió el conde Guillén
El rey moro de Zaragoza amenazara el sur. Nuestro rey tendrá que guerrear contra el moro y
necesitara todos sus hombres.
−Necesito de vuestras artes, mis hombres precisan una nueva partida de espadas, recias y bien forjadas.
−No nos dais mucho tiempo señor, pero ese es nuestro oficio, pondremos nuestras fraguas a trabajar.
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Ahora llegaba los difícil Guillén necesita con urgencia las espadas para defender sus tierras, pero no
tenia ni un sueldo para pagar su trabajo, y los herreros no trabajarían bajo su palabra, el no había
faltado nunca sus promesas.
−¿Cuál será el precio de vuestro trabajo?− Pregunto el conde
−¿cómo vamos a osar pedir coste por vuestro encargo?−Contestaron
−¿Trabajareis de balde?
−No hemos dicho tanto buen conde. Solo que no os pediremos dinero.
Necesitaba espadas y no tenia dinero, no podría defender el condado cuando atacasen los francos.
−Algo muy sencillo, mi señor hace dos días en la luna llena, vuestra esposa os ha dado un hijo varón que
es el tercero ese niño ha nacido en el momento preciso para ser un buen herrero.
Únicamente queremos que sea herrero. Ese es nuestro precio.
−¡¡¡¡Estáis Locos!!!! Herrero el hijo del conde.
−No es el mayor, no es el heredero sino es el tercero y nuestro oficio es importante.
Si le educamos será un buen herrero y podrá trabajar en los metales.
Y como expresión de nuestra gratitud, además de las espadas nuevas forjaremos una espada especial
para vos, que no se rompa nunca, que os acompañara en las batallas y que os proporcionara la victoria.
−¿ No separareis el niño del corazón de su madre?
−Solo queremos que aprenda el oficio.
−¿Lo juráis?
−Sí ante Dios y sus evangelios.
Capitulo 2: Una Reunión de Herreros
En la mesa estaban sentados 12 hombres vestidos con ropas oscuras y con capuchas, eran los hombres
de estudio y de oración, hombres que saben trabajar manualmente.
−Se habré la reunión del gremio de herreros. Los hermanos maestros han presentado grandes
acusaciones contra Yago de Lavalle. Como elegido por todos vosotros se da comienzo la reunión.
− Hemos venido de todo el reino ante el escándalo de la conducta de Yago, es un impío, no tiene cuidado
al encender el fuego, ni ha grabado los signos que ahuyentan el diablo.
−Grave acusaciones esa
Tienes en las manos el don del trabajo del metal.
Nosotros ayudamos a fabricar las casas y la iglesia, por eso debemos seguir fielmente las instrucciones
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que nos dejaron
Nuestros antecesores. Todos sabemos que Yago ha faltado a las costumbres, la mala suerte cae sobre él.
• ¡Responde!
• ¡Habla! ¿Qué tienes que decir?
• No creo haber faltado los compromisos del gremio si es verdad que no grabe los signos de la
buena suerte pero mi fragua hay una cruz porque creo que nuestro señor Jesucristo murió por
nosotros, ya no necesitamos signos porque la cruz es nuestro signo de victoria.
No creo que Yago haya obrado de mala fe puede seguir siendo herrero es un joven y no queremos
imponerte mas penitencia.
Capitulo 3: La ruta de la Oca
Yago ya se había despedido de todos quedaba la abuela
• ¿ Te han dado el manto con capucha?
• ¿Por qué vas a Santiago?
• Peregrino. Santiago es mi patrón
• Todo peregrino busca algo ¿Qué vas a buscar tu?
• Tal vez vaya a buscar el perdón de mis pecados
• Vamos ¿a que vas a Santiago?
• Me envía el gremio, Abuela, me han castigado porque no guardo mis ritos mágicos.
• Mira, muchacho el hombre siempre tiene que dominar lo que le rodea. Si con su inteligencia y
con sus manos no puede hacerlo, crea ritos mágicos. Cualquiera que rompa ese compromiso
deja expuesto al grupo ha fuerzas que no controla.
• Rinde homenaje a una fuerza que utiliza pero no domina.
• Abuela ¿Cómo sabes cosas?
• No siempre he sido vieja − rió la abuela
Espera.
Se levanto y busco en una cajón hasta encontrar una pequeña tabla cuadrada.
• ¿Que es eso abuela?
• Es el juego de la oca es como el sendero de la vida y el conocimiento que termina en la
sabiduría. El maestro Alonso tallo para mi una cruz en piedra, que la he llevado hasta ahora.
• Si pudieras pasar a saludarle y devolvérsela
• La haré. Que dios te bendiga
Capitulo 4: La primera Oca
Tras la ceremonia los acompañaron hasta las afueras de la ciudad en procesión Yago que había
emprendido la prolongada ascensión se acercaba mas hasta llegar a aquel pueblo a las afueras de
Compostela
• ¿Cómo esta tu abuela?
• Muy anciana
• Todos estamos muy ancianos...
• ¿Dices que eres herrero?
• El gremio ya me autorizo mi propio taller
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• Los maestros del gremio tuvieron benevolencia conmigo.
• Tu bisabuelo era el mejor, conocía mejor que nadie los secretos del oficio y los símbolos que son
necesarios una construcción de piedra en el templo de Dios
• ¿Podrías llevar un mensaje mío a otros maestros?
• Soy tan viejo que ya no puedo trabajar la piedra ni viajar
• Las construcciones necesitan la paz para trabajar
• Pero si los varones del rey, los que se enriquecen con la guerra conocen que los maestros
constructores quieren conseguir la paz harán desaparecer el pergamino, y son capaces de colgar
de un árbol al mensajero ¿estáis seguro de querer y poder hacerlo?
• Yago asistió
• Entre todos conseguiremos la paz
Yago abandono el valle con un mensaje y metido en la caña hueca para un maestro constructor en
Daroca de La Rioja.
Capitulo 5: El encuentro
Yago cabalgaba sin prisa, quería buscar algún grupo numeroso de
peregrino al que unirse. El tiempo era bueno la mañana estaba fresca.
Yago refreno la mula y miro a un joven
−Buenos días, yo soy Yago
−yo no
Yago se subió a la mula y continuo su marcha, cruzo el rió Arga entro al pueblo para encontrarse con
los peregrinos. Yago no llevaba dinero.
La madre a escondidas le entrego unas monedas que las guardo en el cinturón.
Nuestra caravana va a ser la primera de esta primavera y juntos nos defenderemos mejor de los
ladrones
− Conmigo iréis seguros ¿Cuántos podéis pagar?
− No llevo dinero pero si herrero pagare con mi trabajo
• Muy bien − contesto Martín de Irache
Se dieron la mano
Capitulo 6: Río Salado
La cita era en un aldea a 2 horas del camino, tenia mala fama el puente por los robos y asaltos, Yago
ato a la mula y se sentó a esperar a otros peregrinos.
De pronto escucho un grito de socorro.
Se agitaba una cabeza que no conseguía salir del agua, Yago busco ayuda, no nadaba bien y no podía
salir del remolino, levanto el brazo y lanzo con fuerza el rollo de cuerda el agua.
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• Agarrad la cuerda
Estaba demasiado aterrado para verla. La soga mojada se iba rió abajo Yago se lanzo al agua, la
corriente era rápida el agua bajaba con barro y ramas. Ya no se veía a nadie en la superficie y tubo que
bucear, le saco la cabeza al aire para que respirara y comenzó a tirar de la cuerda para volver a la
orilla.
Yago se levanto y comenzó a vestirse lentamente
−¿Cómo tengo que llamarte?
−¿Qué tal, oye tu
Me llamo Nuño Iraeta.
−¿Viste a los hombres? ¿Quiénes eran?
• Que mas da mala gente, me querían atrapar, por eso tuve que tirarme al río.
Capitulo 7: El río envenenado
Yago presento a Nuño a Martín de Irache como ayudante,
Caminaron todo le día cada uno al lado de la mula, al final de la tarde pararon cerca de una fuente,
cada grupo busco un rincón para extender sus mantos, el muchacho estaba tumbado en el suelo
dormido con fiebre. Yago busco leche para su compañero.
La mujer dijo −el río es venenoso no pasara de esta noche, si trago agua morirá, te daré la leche pero no
servirá de nada.
El también se había mojado y había tragado agua.
Lo incorporo con una mano y le dio de beber leche, ardía de fiebre.
Al amanecer sorprendió a Yago, se despertó sobresaltado, le dolía la espalda y estaba húmedo de sudor,
tomo un cubo y se acerco a la fuente y mojo un lienzo para limpiar la cara de Nuño y se la paso por la
frente y las mejillas. En la frente Nuño tenia una especie de cicatriz circular entonces Yago empezó a
mirar pero no era una cicatriz cualquiera era una quemadura era como una flor, le limpio el pecho y se
dio cuenta que Nuño era una chica.
Capitulo 8: Logroño
Nuño mejoraba rápidamente, a la mañana siguiente Yago se despertó sobresaltado.
• Parece que ya no tienes fiebre ¿Quieres un trago de agua?
• Ya he bebido
• ¿Porque estamos con esta gente?
• Son peregrinos, vamos a Santiago
Capitulo 9: La segunda Oca
Con la amanecida, por la ruta que le habían indicado, tomo el camino hacia Daroca. Cuando llego se
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dirigió a una casita pequeña de piedra donde vivía el maestro constructor.
Desenvolvió el pequeño mensaje y se lo dio.
El maestro se acerco a una repisa y cogió otro pergamino
• Esta es la continuación del mensaje
Yago lo cogió y volvió a Najera.
Capitulo 10: Montes de Oca
Tras el descanso en Najera los peregrinos reanudaban el camino hacia Santiago. Estaban atravesando
los Montes Oca donde contaban mil historias de robos y asaltos.
Aunque sea muy corta la distancia se hacen muy largas.
Capitulo 11: La tercera Oca
Con el alba Yago busco a Juan de Ortega
• Dijisteis que teníais un mensaje para mi ¿no es así?
• Si, del maestro Daroca y antes del Maestro Alonso de Ansó
• Dadme el mensaje
Solo un maestro constructor puede hacer estos cálculos, luego se lo entregáis al Maestro Mateo en
Santiago el hablara con el rey.
Capitulo 12: Frómista
Yago había limado la herradura de el caballo de un caballero
• Un excelente trabajo, herrero
• ¿Paga esto vuestra labor? − mientras le daba una moneda de plata
• Generosamente, señor
• ¿Sois del pueblo?
• No señor voy a Santiago como peregrino
• ¿En peregrinación? ¿Desde muy lejos?
• Si, mi señor, de muy lejos
• ¿No habrás visto por el camino a una mujer?
• ¿Una mujer?
• Si una mujer...
• No he visto a nadie así
• Si la vieses, avisa a los alguaciles es un fugitiva
• Si, mi señor
El caballero se marcho y Yago se puso a trabajar durante 2 horas apenas sin darse cuenta de lo que
hacia, menos mal que todas eran reparaciones sencillas que termino rápidamente.
Yago fue a ver a la mula en el establo cuando tropezó con un bulto era Nuño y Yago pregunto
• ¿Qué haces durmiendo aquí?
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• Había demasiada gente
• Pues anda que aquí...
• Hay un caballero que esta buscando a una joven que esta marcada en la frente
• ¡Tranquilízate! Se tu secreto esta noche si quieres márchate pero te encontrara
Al amanecer, Yago fue al establo para buscar a Nuño o como se llamase pero no estaba, entonces le Dijo
A Martín que se tenia que ir a Palencia. Con la mula los alcanzaría.
Capitulo 13: Palencia
Yago tomo decididamente el camino hacia Palencia. Estaba seguro que Nuño había partido para la
ciudad donde tendría mejor oportunidad de ocultarse en una gran ciudad.
De pronto vio a 2 hombres y a un caballero que llevaban a un muchacho de la oreja, entraron en una
carpa y Yago les siguió.
• Te marque la frente para encontrarte y escapaste
Yago no podía esperar mas le iba a marcar las mejillas ahí mismo. Los hombres no pensaban
intervenir.
Yago dio un golpe seco con un cuchillo y corto la cuerda.
Cogió a la chica del brazo y salieron corriendo de ahí.
Capitulo 14: En el camino
Yago no paro de azuzar a la mula por todo el camino, cuando pararon dijo Yago:
• Es hora de hablar ¿Cómo te llamas?
• Teresa Núñez
• ¿Y como has llegado hasta aquí Teresa?
• Por el camino de los peregrinos − dijo en tono desafiante
• Teresa quiero que volvamos a caminar en cuanto salga la luna tenemos a que ir a Carrión para
unirnos otra vez a la caravana
• ¿Otra vez a la caravana?
• ¡Teresa no tenemos tiempo!
Tomo las riendas de la mula y se marcharon en el horizonte.
Capitulo 15: La cuarta Oca
Yago pregunto por el maestro constructor Rui Yáñez en la entrada de el pueblo El Ganso y le
dirigieron a su casa. Estaba la mujer sola y no les dejo pasar, pero les indico en camino hacia una
fuente donde podían descansar y esperaron hasta que llego el maestro. Cuando llego el maestro les
recibió en su casa encantado.
• Os traigo un mensaje.
• Dádmelo, lo leeré.
• Esperad ya tengo los cálculos hechos.
• ¿Os quedareis con nosotros para pasar la noche?
• O no quisiéramos molestar
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• Ningún problema
Capitulo 16: Compostela
A la mañana siguiente fueron a la catedral a la misa mayor, Yago meditaba. Fueron a buscar al
maestro Mateo
• Que alegría que hayáis venido
• Tomad el mensaje
• Yo añadiré mi mensaje y mi marca
• ¿Os quedareis en mi casa? Verdad
• Maestro Mateo necesitamos vuestra ayuda estamos en peligro...
Capitulo 17: El incinerario
• ¿Cuantos años tienes Yago?
• He cumplido 20, maestro
• ¿Y tu Teresa?
• 15, maestro
• Bueno, ya tengo la solución. Teresa esta arrepentida de sus pecados y su mala vida anterior.
• Pero...
• Tal vez tengáis razón − añadió Yago
• Maestro ¿Cuánto tiempo estaría en la novicia?
• Digamos unos 5 o 6 meses.
Capitulo 18: Final
Con el jornal que le pagaba el maestro se había comprado ropa.
La caravana en la que habían viajado llego semanas mas tarde, Martín de Irache partió para el viaje de
vuelta.
• Sois un hombre cabal Yago, me alegro de haberos conocido.
Un año después el día en que Teresa salía del monasterio, Yago, la estaba esperando en la puerta para
llevarla a la catedral.
• Quiero volver a mi herrería. Teresa, ¿Quieres venir conmigo a mi casa y ser mi esposa?
• Yo también y si consigo mi herencia, te recibiré en mi casa y entonces hablaremos de tu
petición. Es un compromiso
Yago asintió triste
• Es un compromiso pero no tardes demasiado porque sino iré a buscarte.
Personajes:
Yago de Lavalle: Alto, delgado y con manos fuertes
Teresa Núñez: Arisca y desagradable
Guillén de Lavalle: era el conde de Lavalle
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Martín de Iraeta: Es el guía de la caravana
La abuela Orosia: Bajita, gorda y graciosa
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