1 Personaje: Jackie Chan Lugar: China Objeto: Cono Título: “El viudo asesino” Jueves 17 de noviembre, un asesinato había ocurrido en China, nombre de la víctima: Jackie Chan, sin pistas en la escena del crimen. Así había ocurrido… En la tarde, el sr. Jackie Chan estaba disfrutando de una siesta y murió apuñalado por un objeto, probablemente cilíndrico u ovalado. Cuando el detective Martín se enteró de lo ocurrido, quiso investigar lo sucedido. Martín se dirigía a la escena del crimen, cuando un hombre, que llevaba un cono en la mano, tropezó con un auto y se le clavó el cono en el pecho. Martín tuvo que reportar el hombre que había muerto en el accidente, tomó el ADN que había el cono, pero algo pasó… en el cono estaba el ADN de este hombre llamado Yepeto y de el sr. Jackie Chan. Y así sucedió: la sospecha era que Yepeto había asesinado a Jackie Chan pero nadie supo la razón. Martín investigó y supo que Yepeto era un hombre viudo y que el asesino de la mujer había sido Jackie Chan, porque esa mujer lo había despedido de su trabajo como banquero. Jackie había salido de la cárcel una semana antes de ser asesinado y fue ahí cuando el viudo aprovechó para matarlo. Facundo Basani. 6to grado. Colegio Armonía. 2 Personaje: Malena Lugar: Saturno Objeto: Barba de Martiniano Título: “La barba de Martiniano” El detective ya estaba ahí, interrogando a los testigos. De repente entró uno o mejor dicho otro testigo, que al llegar dijo: - Yo sé muchas cosas que nadie sabe… - ¿Cómo qué? – dijo el detective. - Yo sé cómo y quién mató a la víctima. - ¿Quién lo mató y cómo? - Ah y también sé donde… Fue en Saturno, fue Malena. - ¿Usted me está tomando el pelo? Sentenció el detective. - No, y Martiniano, la víctima, se murió porque le habían robado la barba. En ese momento, entró el ayudante del detective y dijo: - ¿Cómo va la investigación? - Bien, pero este señor dice que la barba de Martiniano la robaron y por esto se murió, ja ja. - Puede ser, él amaba su barba y moría si se la robaban… - dijo el asistente. - Ve, yo le dije – confrontó el testigo. - ¿Pero… en Saturno? - Bueno, eso sí era mentira, pero lo demás es verdad! El testigo se retiró con furia. Malena Arias. 6to grado. Colegio Armonía. 3 Personaje: Boogy, el aceitoso Lugar: Kentucky Objeto: Baba El super agente “Boogy, el aceitoso”, babosa celeste de aproximadamente 50 centímetros, estaba en su escritorio descansando cuando una llamada lo despertó. Atendió, era el dueño de Kentucky, desesperado porque un cliente le había robado el espejo enmarcado en oro, que había sido de su abuela. El dueño de la pizzería le pidió que vaya y resuelva el crimen. Cuando llegó, el dueño le dijo: - Venga por acá, le mostraré dónde estaba el espejo. En la pared había una parte llena de humedad donde probablemente había estado el espejo. - Usted siga trabajando, que ya empieza a llegar la gente, yo resolveré el crimen, afirmó el detective. Cuando en Kentucky ya no había quedado nadie, el dueño volvió a la escena del delito a encontrarse con el señor aceitoso y allí se dio cuenta de que éste ya se había ido. Se dirigió hacia la cocina y escuchó los gritos del cajero, quejándose porque habían robado en el lugar. El dueño desesperado fue a llamar nuevamente a “Boogy, el aceitoso”, pero al pasar por el lugar del espejo vio una mancha de baba celeste y al tocarla estaba dura, y todo el mundo sabe que la baba de Boogy tarda 24 horas en secarse, o sea que era del día anterior… Se fue a llamar al señor aceitoso. - Hola señor aceitoso. ¿Podría venir ahora mismo? - Sí, ya tengo al ladrón y a su espejo. Cuando Boogy llegó a Kentucky vio un montón de policías. - ¿Qué ha-hacen los po-policías? - preguntó asustado. - Vienen a arrestarte. Tú fuiste el criminal de todos los crímenes que resolviste. Acusabas de culpable al primero que te cruzabas, luego falsificabas el objeto robado y te quedabas con el verdadero, lo vendías llenándote de dinero. Pero esta vez dejaste evidencia, una gota de baba celeste y estaba seca, o sea que era de ayer, el día en que robaron el espejo. Encima luego de que te fuiste me encuentro con que otra vez me habías robado… María Monza. 6to grado. Colegio Armonía 4 Personaje: Simón Lugar: Casa Objeto: diamante Ya había pasado una hora del delito, mi casa estaba llena de polvo. La policía científica estaba investigando toda la escena del crimen y los objetos que estaban allí. De pronto veo que un agente se me acerca y me empieza a interrogar, su primera pregunta fue: - ¿Era valioso tu diamante? – Sí – le respondí. Estaba muy preocupada porque esta vez fue una cosa la que robaron, pero ahora saben qué tengo en mi casa y me pueden sacar muchas cosas más – pensé. La policía se fue tan rápido como llegó. Esa noche me fui a dormir a lo de mi amiga Valen porque tenía mucho miedo. Al día siguiente me levanté y fui a casa, obviamente con Valen. Cuando entré me encontré con una carta, en realidad eran dos. Una era de Simón (un compañero del colegio secundario y también de la facultad de la carrera de Contadora). Él se había enterado que me habían robado, pero fue muy raro porque yo no le había dicho a nadie salvo a mis padres y a Valen y estaba segurísima de que ellos no le dijeron a nadie. Estuve largo rato preguntándome cómo lo sabía y me prometí mandar a la policía a que le tomen las huellas digitales. La segunda carta era de la policía y decía que no habían sospechado nada ni de nadie. A eso de las 15 horas me encontraba en la comisaría entregando la carta de Simón que era mi sospecha más grande por el momento. Cuando llegué, mi mamá me dijo que había visto a Simón tratando de entrar a mi casa, ya eran dos sospechas, pero mi papá agregó que lo había visto en una cerrajería, haciendo unas copias de llaves que estaba seguro que eran de mi casa; cada vez más cerca del culpable. Simón es muy despistado, entonces Valen lo llamó para ir a su casa con More y Male, él les dijo que sí y como Valen conocía muy bien mi diamante, era mi cómplice para este juego. Al día siguiente encontré dos cartas: una de la policía en donde me informaban que Simón era el culpable y la otra carta era de Valen diciéndome que había visto el diamante escondido entre las medias. ¡Canté victoria! Era la primera vez que hacía algo bien en mi vida. La policía me pasó a buscar para guiarlos hasta la casa de Simón. Al principio se resistió, pero cuando Valen y yo entramos, sacamos el diamante, se entregó y se declaró culpable. Es un misterio resuelto, no lo podía creer, por lo cual dejé mi carrera de contadora y ahora me dedico a ser agente secreto, resolviendo crímenes y misterios. Simón está en la cárcel pero todavía le faltan 20 años, es justo se lo merece, por otro lado cuando salga no va a tener ganas de robar ni un alfiler. Desde que me pasó esto, siempre canto victoria al resolver un crimen y pienso en mi valioso diamante recuperado. Sofía Baldasarre. 6to grado. Colegio Armonía.