Valentina Daza siempre había querido convertirse en una ejecutiva

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ESTUDIO DE CASO
Verónica Martinez 1
Verónica Martinez siempre había querido convertirse en una profesional destacada
en el campo de la Educación. Una vez graduada en la Universidad Nacional de su
país de origen, obtuvo una beca para realizar su doctorado en el exterior y a pesar
que le resultó una experiencia sumamente desafiante y motivadora, le resultó difícil
anticipar los obstáculos que se le presentaron y en algunas ocasiones esto le trajo
muchos problemas. El más grave se produjo cuando casi llevaba 1 año de
Doctorado y su tutora quería que se quedara 3 años más, investigando en
profundidad sobre los temas abordados, ya que su proyecto era muy amplio y debía
obtener más información para comprobar la mayoría de las hipótesis planteadas.
Fue entonces cuando tomó la determinación de que sí necesitaba 3 años más, era
mejor iniciar un nuevo tema de tesis, así que Verónica decidió comenzar de cero y
finalmente, logró terminar el doctorado después de 2 años.
En la nueva etapa de independencia y regreso a su país, también los comienzos
fueron difíciles y después de un tiempo, logró incorporarse a un Centro Académico
de excelencia, en el Departamento de Tecnología Educativa, donde coordina un
equipo de 16 profesores, solo 3 son mujeres y ella es la más joven.
En estos momentos, después de dos años de trabajar en el Centro, y con base en la
especialidad adquirida, se le encargó la creación de un nuevo departamento, cuyo
objetivo es desarrollar un programa bastante ambicioso de nuevas tecnologías
educativas aplicadas a áreas rurales. Para Verónica esta oportunidad constituye un
gran reto ante el cual está dispuesta a dar lo mejor de sí. El proyecto exigió la
creación y dirección de un equipo de trabajo interdisciplinario compuesto por
especialistas de alto nivel. La directora del Centro, Leonor Valdés, quien es su Jefa
inmediata, es una persona asertiva y muy eficiente.
Una vez integrado el equipo de trabajo, se asignaron la tarea de iniciar sus
actividades estableciendo metas, el plan de trabajo, distribución de
responsabilidades y un presupuesto reducido. Al principio el grupo estaba tan
entusiasmado como ella, pero poco a poco la motivación fue decayendo. Verónica,
muy preocupada, consultó con Valdés, quien le sugirió que tuviera un poco de
paciencia y que dejara pasar un tiempo para que el grupo se consolidara.
Como parte de su desarrollo profesional, Verónica decidió asistir a un taller de
liderazgo fuera de la organización, en el cual obtuvo realimentación sobre su estilo
de liderazgo y sus relaciones interpersonales. Se sintió en especial sorprendida
cuando uno de sus compañeros del taller le dijo: “Si tu te comportas en tu trabajo
tal como lo estás haciendo aquí con nosotros, a mí no me gustaría trabajar contigo.
Eres muy exigente y presionas para que las cosas siempre se hagan a tu manera,
no escuchas la opinión de los demás ”.
Ella le comentó esta reacción a Leonor Valdés quién, después de un breve silencio,
le transmitió los comentarios que sobre ella le habían confiado algunos integrantes
de su equipo: “La admiramos mucho; tiene mucha energía y realmente está
comprometida con el trabajo, pero en ocasiones se desespera porque las cosas no
se hacen como ella quiere”. “Estoy segura que con el tiempo, serás, una excelente
líder de proyecto – le dijo Leonor, - pero tal vez corres el riesgo de hacer ver a los
demás que tu quieres todo el control y así es difícil que puedas dirigir un grupo.
1
Los nombres de las personas y algunas organizaciones y lugares en este estudio de casos han sido
cambiados, pero la historia es real. Este estudio de caso ha sido desarrollado por Lic. Lidia Heller
Verónica comenzó a reflexionar las razones de su actitud. En efecto, ella se
impacientaba, en parte por el apremio de cumplir con los objetivos del trabajo, pero
también por esa ansiedad de saber si realmente poseía las destrezas para
convertirse en una buena líder, capaz de dirigir y motivar, como mujer, a un grupo
mayoritario de varones. – “Tal vez en el fondo pienso que si no tengo siempre la
respuesta apropiada, el equipo no va a respetarme como líder del grupo” – le
contestó a Leonor Valdés.
De acuerdo a lo que saben hasta ahora de Verónica,
¿Cuál es el estilo de liderazgo que adopta Verónica? Es determinante el estilo y los
hábitos decisorios para el logro de los proyectos?
¿Cuáles son las estrategias más adecuadas que debe adoptar para lograr
involucrar a su equipo de trabajo? Sin perder autoridad
¿Consideran Uds. que el entorno institucional moldeó el estilo de liderazgo de
Verónica? Pueden identificar los rasgos culturales de su entorno?
¿Debe adaptar su estilo para lograr mayor aceptación dentro de sus ámbitos de
actuación? ¿Cuál es el camino más adecuado?
¿Es posible cambiar un estilo de liderazgo en un ámbito laboral? Cuáles son las
opciones y alternativas? ¿Qué comportamientos debiera adoptar? ¿Qué talentos de
los propuestos por ustedes, le aconsejarían que desarrolle?
Reflexión final: 5 renglones con las principales conclusiones
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